Beruflich Dokumente
Kultur Dokumente
Arrorró mi niño
Arrorró mi sol
Arrorró pedazo
De mi corazón.
Arrorró mi niño
Arrorró mi sol
Arrorró pedazo
De mi corazón.
Duérmete mi niño
que tengo que hacer
lavar los pañales
y sentarme a coser. (bis)
Que lo duerma yo
Duérmalo su mami
Duérmete mi niño
Duérmete mi niño.
Pajarito que cantas en la laguna
No despiertes al niño que está en la cuna.
Ea la nana, ea la nana
Duérmete lucerito de la mañana.
A dormir, a dormir
A dormir, mi bebito.
Que tus sueños sean siempre
De amor, cariño y paz.
A dormir mí bebé
Que los ángeles van
A cantarte y cuidarte
Para que duermas en paz.
A dormir, a dormir
A dormir, mi bebito.
Que tus sueños sean siempre
De amor, cariño y paz.
A dormir mí bebé
Que los ángeles van
A cantarte y cuidarte
Para que duermas en paz.
Se desenreda el pelo,
con peine de marfil, de marfil,
y aunque se da tirones
no grita y dice ¡uy!, dice ¡uy!
La lechuza, la lechuza,
hace shhh, hace shhh.
Duérmete mi niña,
duérmete mi sol,
duérmete pedazo
de mi corazón.
MU, MU, MU
Niña bonita,
flor de canela,
tan bonica
como su abuela.
Niña bonita,
flor de manzana,
la cara bonita,
las zancas de rana.
Niña bonita,
flor de alhelí,
la cara bonita
y no tiene pipí.
Un cencerro le compraron
y a mi vaca le ha gustado
se pasea por el prado
mata mosca con su rabo
Tolón tolón, tolón tolón.
La cucaracha, la cucaracha
ya no puede caminar
porque no tiene, porque le faltan
las dos patitas de atrás.
Pobrecita cucaracha
anda renga y afligida
caminando a paso lento
escondiéndose de día.
La cucaracha, la cucaracha
ya no puede caminar
porque no tiene, porque le faltan
las dos patitas de atrás.
La señora cucaracha
se ha comprado una bombacha
toda llena de botones
y adornada con hilachas.
La cucaracha, la cucaracha
ya no puede caminar
porque no tiene, porque le faltan
las dos patitas de atrás.
A mi burro, a mi burro
Le duele la cabeza
Y el médico le ha dado
Una gorrita gruesa
Una gorrita gruesa
Mi burro enfermo está.
A mi burro, a mi burro
Le duelen las orejas
El médico le manda
Que las ponga muy tiesas
Una gorrita gruesa
Mi burro enfermo está.
A mi burro, a mi burro
Le duele la garganta
El médico le manda
Una bufanda blanca
Una bufanda blanca
Que las ponga muy tiesas
Una gorrita gruesa
Mi burro enfermo está.
A mi burro, mi burro
Le duele el corazón
El médico le manda
Jarabe de limón
Una bufanda blanca
Que las ponga muy tiesas
Una gorrita gruesa
Mi burro enfermo está.
Al recibir la noticia
se ha caído del tejado,
marramiau, miau, miau, miau,
se ha caído del tejado.
Canciones Infantiles
Un elefante se balanceaba
sobre la tela de una araña
y como veía que resistía
fue a llamar a otro elefante.
Cinco ratoncitos
Los
patitos
su mamá enfadada
le quiso regañar
y el pobre patito
se puso a llorar
Los números
Una canción muy sencilla, que los niños pueden memorizar en poco tiempo y
mediante su baile pueden mejorar su coordinación motora y su expresión corporal.
A mis manos, a mis manos yo las muevo, y las paseo, y las paseo,
a mis manos, a mis manos yo las muevo, y las paseo haciendo así:
Haciendo ruido, y mucho ruido, golpeamos los pies, las manos también
Buenos días
Buenos días
canto yo
el sol dice hola
la luna dice adiós
Buenos días
canto yo
el gallo cantó
es mi despertador
Bueno días
canto yo
hay que levantarse
el día ya empezó
Buenos días
canto yo
si cantas con ganas
será un día mejor
Buenos días
canto yo
cantar es lo mejor
Cuentos por imágenes
Importancia
A veces las ilustraciones cuentan las historias sin necesidad de apoyarse en los
textos, es el caso de los álbumes ilustrados, las imágenes son tan sugerentes que
llevan todo el peso narrativo de la historia pero, por lo general, las ilustraciones y
los textos se complementan y, muchas veces, de la manera de interrelacionarse
entre ellos depende el éxito de un cuento infantil. Un texto puede ser muy bueno
pero acompañado de una mala ilustración lo desmerecerá y lo mismo ocurrirá al
revés. Está claro que lo primero que llama la atención de un cuento, lo primero
que entra por los ojos, son las ilustraciones, en eso no hay discusión.
Aunque los niños no sepan leer, se sentirán atraídos por las imágenes y
fotografías de los libros y, si entienden este «lenguaje visual» que enriquece y
complementa de manera tan extraordinaria al texto, conectarán de inmediato con
el cuento y se adentrarán felices en el mundo de la fantasía.
Recomendaciones para realizar estas actividades con los niños y las niñas de pre
escolar.
Relato sonoro El lenguaje musical existe desde que existe la música. ... El
sonido es un elemento indispensable para la música
Para que el cuento tenga éxito, debe aclarar algo al grupo de niños y niñas que
necesita de su colaboración.
Explique cuáles son los personajes del cuento y entre todos decidan cual sería el
sonido o consigna sonora de cada personajes. (Los de animales se llama
onomatopeyas).
Conforme a los niños, se menciona cada personajes, el niño o la niña debe hacer
el sonido previamente establecido y repetirlo cada vez que aparece el personajes
durante el relato.
Los niños deben estar muy atento al cuento, pero hay que contarlo despacio para
favorecer la participación de los niños y niñas.
Como se trata de niño y niñas pequeños, es mejor narrar el cuento primero en
consigna sonora, para que se familiaricen con el cuento.
Una vez que los niños y las niñas conocen bien el cuento se introduce la variante
auditiva.
Otros cuentos que se prestan para introducir consignas sonoras son : la gallinita
dorada, pollito pito, el gallo quiquiriquí, pajarito pinto blanco, y la zorra ladrona, el
conejito, la margarita blanca, la hormiguita, la hormiguita que se le quebró la
patita.
No necesariamente tiene el niño o niña que hacer un sonido cuando escuche una
palabra especifica en el cuento, puede también hacer un movimiento o palmada
chasquido de dedos, soplar pegar un brinco, etc.
Cuentos sonoros
La gallinita dorada
Había una vez una gallina dorada llamada Marcelina, que vivía en una granja
rodeada de muchos animales. Era una granja muy grande, en medio del campo.
En el establo vivían las vacas y los caballos; los cerdos tenían su propia
cochiquera. Había hasta un estanque con patos y un corral con
muchas gallinas. Había en la granja también una familia de granjeros que cuidaba
de todos los animales. Un día la gallinita roja, escarbando en la tierra de la granja,
encontró un grano de trigo.
Pensó que si lo sembraba crecería y después podría hacer pan para ella y todos
sus amigos.
-¿Quién me ayudará a sembrar el trigo?, les preguntó.
- Yo no, dijo el pato.
Yo no, dijo el gato.
- Yo no, dijo el perro.
- Muy bien, pues lo sembraré yo, dijo la gallinita.
Y así, Marcelina sembró sola su grano de trigo con mucho cuidado. Abrió un
agujerito en la tierra y lo tapó. Pasó algún tiempo y al cabo el trigo creció y
maduró, convirtiéndose en una bonita planta.
-¿Quién me ayudará a segar el trigo?, preguntó la gallinita roja.
- Yo no, dijo el pato.
- Yo no, dijo el gato.
- Yo no, dijo el perro.
- Muy bien, si no me queréis ayudar, lo segaré yo, exclamó Marcelina.
Y la gallina, con mucho esfuerzo, segó ella sola el trigo. Tuvo que cortar con su
piquito uno a uno todos los tallos. Cuando acabó, habló muy cansada a sus
compañeros:
-¿Quién me ayudará a trillar el trigo?
- Yo no, dijo el pato.
- Yo no, dijo el gato.
- Yo no, dijo el perro.
- Muy bien, lo trillaré yo.
Estaba muy enfadada con los otros animales, así que se puso ella sola a trillarlo.
Lo trituró con paciencia hasta que consiguió separar el grano de la paja. Cuando
acabó, volvió a preguntar:
-¿Quién me ayudará a llevar el trigo al molino para convertirlo en harina?
- Yo no, dijo el pato.
- Yo no, dijo el gato.
- Yo no, dijo el perro.
- Muy bien, lo llevaré y lo amasaré yo, contestó Marcelina.
Y con la harina hizo una hermosa y jugosa barra de pan. Cuando la tuvo
terminada, muy tranquilamente preguntó:
- Y ahora, ¿quién comerá la barra de pan? volvió a preguntar la gallinita roja.
-¡Yo, yo! dijo el pato.
-¡Yo, yo! dijo el gato.
-¡Yo, yo! dijo el perro.
-¡Pues No os la comeréis ninguno de vosotros! contestó Marcelina. Me la comeré
yo, con todos mis hijos.
Y así lo hizo. Llamó a sus pollitos y la compartió con ellos.
FIN.
El pollito Pito
Un día, Pollito Pito fue al bosque y “pum”, le cayó una manzana en la cabeza.
-¡Ay, Dios mío!-gritó muy asustado.
Camina que camina, se encontró con Gallina Fina.
-¡Buenos días, Pollito Pito! ¿Dónde vas tan tempranito?
El cielo se va a caer
y el rey lo debe saber.
Voy deprisa
a darle la noticia.
-contestó Pollito Pito.
-Pues yo voy también a decírselo al rey – dijo Gallina Fina.
Y allá fueron los dos: Gallina Fina y Pollito Pito. Y se encontraron con Gallo
Malayo, que les preguntó:
-¡Buenos días, Gallina Fina y Pollito Pito! ¿Dónde vais tan tempranito?
El cielo se va a caer
y el rey lo debe saber.
Vamos deprisa
a darle la noticia.
-Pues yo voy también a decírselo al rey – dijo Gallo Malayo.
Y allá fueron los tres: Gallo Malayo, Gallina Fina y Pollito Pito. Camina que
camina, hasta que se encontraron con Pato Zapato.
-¡Buenos días, Pato Zapato, Gallo Malayo, Gallina Fina y Pollito Pito! ¿Dónde vais
tan tempranito? – les preguntó.
El cielo se va a caer
y el rey lo debe saber.
Vamos deprisa
a darle la noticia.
-Pues yo voy también a decírselo al rey – dijo Ganso Garbanzo.
Y allá fueron los cinco: Ganso Garbanzo, Pato Zapato, Gallo Malayo, Gallina Fina
y Pollito Pito. Camina que camina, hasta que llegaron al palacio del rey.
Escucha, rey amado,
El cielo se ha rajado.
Mándalo a componer,
Porque se va a caer.
El rey les dio las gracias y a cada uno le regaló una moneda de oro.
La margarita blanca
Había una vez una Margarita blanca que vivía debajo de la tierra en una cuevecita
oscura, caliente y tranquila. Un día oyó unos golpecitos en la puerta.
_¿Quién llama?
_ Es la lluvia.
_ Entrar en casa.
_ ¡ No se pasa! ¡No se pasa! _ dijo la Margarita blanca que tenía mucho miedo del
frío.
_ ¿Quién llama?
_ Es la lluvia.
_ entrar en casa.
_ No se pasa! ¡No se pasa! _ dijo la Margarita blanca y se acurrucó dentro de su
cuevecita.
_ ¿Quién llama?
_ Es el sol.
_ Entrar en casa.
_ ¡Aún no se pasa! ¡aun no se pasa! _dijo la Margarita blanca, porque era invierno.
_ ¿Quién llama?
_ Es el sol.
_ Entrar en casa.
_ ¿Quién llama?
_ ¡Entrad, entrad _ dijo la Margarita blanca, y abrió una rendijita por donde se
escurrieron el sol y la lluvia dentro de la casa.
Y la lluvia la tomó por la mano derecha y el sol la tomó por la mano izquierda, y
tiraron de la
(Cántese)
En la pradera.
De primavera.
Alirón
Cordón de la Italia.
Que yo no vaya.
Era un día común de semana... de los más comunes. Iba caminando al colegio
cuando, de repente, escuché un tic-tac y, al mirar mi muñeca, supe que tenía que
apurarme para no llegar tarde. Un pip-pip al cruzar la esquina me dejó un poco
sordo. Pero, al menos, me despertó del todo. ¡Glup!, ya casi daban las
ocho. Riiiing, creo que llegué justito.
Entré al salón y alrededor de mí sólo había ¡atchííís! ¿Qué les pasó a todos? Debe
ser que no toman jugo de naranja como yo y se resfrían de nada. Yo seguía
pensando en eso, cuando la puerta hizo ¡plaf! Era la directora, que había venido a
contarnos que nuestra seño estaba enferma y que vendría una suplente por varios
días.
El toc-toc de unos zapatos contra el piso de madera llegando desde el pasillo hizo
que mi corazón empezara a hacer pum-pum muy fuerte, hasta que ¡atchííís,
atchííís! todos empezaron a estornudar y, me distraje tanto, que no escuché
cuando la seño nueva entró.
-¡Salud a todos! Parece que se sienten mal... así que vamos a tener un día
tranquilo para conocernos. ¿Les parece bien?
Cuentos musicales
La Trompeta de la Alegría
Había un país en que una trompeta mágica, cuyas notas resonaban por todas
desapareció y todo se sumió en la tristeza. Nadie hizo nada, salvo una niña que
dio un violín que debía serle útil. Cuando llegó al Pozo, encontró junto al mismo
Pero al oír aquella música tristona, se dio cuenta que nadie, y menos la Trompeta,
querría salir del pozo con aquel ambiente. Así que comenzó a tocar la música más
alegre que pudo, sin descanso, hasta animar a los músicos, y todos juntos
alegraron tanto el lugar que la misma Trompeta salió del Pozo más animada que
Allí, la niña comprendió el valor de regalar Alegría como mejor remedio para todos
los que están tristes. Y desde entonces, en aquel país, todo el que ve a alguien
Platillos en el espacio
Tere Timbalitos era una niña alegre y artista con un gran sueño: llegar a tocar la
batería en un grupo musical. Pero para conseguirlo había un gran obstáculo: Tere
tenía que practicar mucho para hacerlo bien, pero justo al lado de su casa vivían
practicar sin molestar a los demás. Así, había intentado tocar en sitios tan raros
como un sótano enterrado, una cocina, un desván, o incluso una ducha, pero no
había forma, siempre había alguien que se sentía verdaderamente molesto; así
que, decidida a ensayar mucho, Tere pasaba la mayor parte del tiempo tocando
mucho tiempo, y mucho trabajo, se construyó una burbuja espacial: era una gran
esfera de cristal, en la que una máquina sacaba el aire para hacer el vacío, y en la
que sólo estaban su batería y una silla. Tere se vestía con un traje de astronauta
sacar el aire, y... ¡se ponía a tocar la batería como una loca!
En muy poco tiempo, Tere Timbalitos, "la astronauta musical", se hizo muy
famosa. Acudía tanta gente a verla tocar en su burbuja espacial, que tuvo que
poner unos pequeños altavoces para que pudieran escucharla, y poco después
trasladó su burbuja y comenzó a dar conciertos. Llegó a ser tanta su fama, que
Tomás Tarambana era un niño de plastilina naranja y azul que vivía en un colegio.
Aunque tenía muchas cosas buenas, había empezado a perder un poco el respeto
a los demás, y cuando su tía Agata, una gran bola de plastilina de colores, le
regaló un tambor por su cumpleaños, aquello fue terrible. Daba igual cuánto le
pidieran todos que tocara más bajo, o que fuera a hacerlo a otro lugar: Tomás se
paseaba por toda el aula aporreando el tambor, sin que las molestias que causaba
a los demás le importasen ni un pimiento. Así que el resto de figuritas del aula
dejaron de querer jugar con Tomás, y sufrieron mucho con su ruidoso tambor
hasta que Coco Sapio, un muñeco listísimo hecho con construcciones, inventó
unos tapones especiales para los oídos que dejaban oír los ruidos normales, pero
molestaban, se enfadó mucho con Coco Sapio, y tras una gran pelea, el inventor
terminó cayendo al suelo desde lo alto de una mesa, rompiéndose en sus mil
piezas. Aunque fue un accidente, todos se enfadaron tanto con Tomás, que ya
nadie quiso volver a saber nada de él, aunque a él tampoco le importó mucho.
Y todo habría quedado así si no fuera porque a los pocos días, colocaron en la
Tomás. El cuco sonaba constantemente, "tic, tac, tic, tac", y para colmo cada hora
salía a hacer "cucú, cucú", así que Tomás no podía descansar ni un poquito, pero
todos con su tambor, y de la tontería que había hecho peleándose con Coco
Sapio, que sería el único que podría ayudarle ahora. Y decidido a cambiar la
situación, y a que todos vieran que iba a convertirse en el niño más bueno y
respetuoso, dedicó todo el tiempo a ir reuniendo las piezas de Coco Sapio para
justo cuando ya casi no podía más, de tan poco que dormía por culpa del reloj de
cuco. Y cuando Coco Sapio estuvo reconstruido y volvió a tomar vida, todos se
llevaron una estupenda sorpresa y felicitaron a Tomás por su trabajo, quien pidió
perdón a todos por su falta de cuidado y por no haber tenido en cuenta lo mucho
que les molestaba. Así que aunque Coco Sapio estaba algo enfadado con Tomás
Tarambana, le convencieron para que inventara unos tapones para él, y a partir de
aquel día, pudo por fin Tomás Tarambana descansar un poco, y nunca más dejó
que nadie volviera a ser tan desconsiderado como lo había sido él mismo.
La granja
Érase una vez un patito (cua cua, -corcheas-), que vivía en una granja con sus
papás y el resto de los animalitos. El patito Paquito era muy pequeño, por lo que
todavía no había conocido a los animales de la granja. Un día por la mañana su
mamá se fue a dar un baño, y fue entonces cuando Paquito aprovechó para irse a
dar un paseo por la granja a hacer amigos.
Nada más salir se encontró con un animal muy grande que casi le pisa
(pon,pon,pon,pon golpes con los pies -blancas-). El patito se asustó y le dijo: «No
me comas, no he hecho nada…» (sonido de la vaca riéndose con un móvil) «Ja ja
ja, no te voy a hacer nada», dijo la vaca.
Mientras Paquito hablaba con la vaca se acercó un perro (gua,gua gua gua, -una
negra y tres corcheas-). Le preguntó qué hacía allí sin su mamá y él le contó que
quería hacer nuevos amigos. El perro le dijo: «Acompáñame, vamos a conocer a
otros animales, yo iré contigo para que no te pase nada».
Llegaron a un sitio donde había mucho pienso y olía un poquito mal. Sólo se oía
(hiiiii, – blanca- ), era el caballo. El perrito le contó la historia y el caballo dijo que
fueran a casa de Doña Mariana, una gallinita que acababa de tener pollitos y
también querían hacer amigos. Así que se fueron para allá.
Doña Mariana cogió su paraguas y acompañó, junto con sus pollitos, a Paquito a
casa. Por el camino cantaban alegres esta canción:
Desarrollan la creatividad, es decir la habilidad para crear ideas nuevas y ver las
relaciones existentes entre las cosas.
Yo soy la viudita
del barrio del rey
me quiero casar
y no se con quién
Con esta sí
con esta no
con esta señorita
me caso yo
El gato y el ratón
Me Voy Me Voy Me Voy
Un Día Regresare
Veras Que Con El Tiempo
De Ti Me Olvidare
La Culpa No Es De Ti
Tampoco Mia Es
Si No Encuentro La Culpa
Entonces De Quien Es
Te Burlaste De Mi
Sin Consideración
Quieres Jugar Conmigo
Al Gato Y Al Ratón
Al Gato Y Al Ratón
Jugabas Con Mi Amor
Al Gato Y Al Ratón
Sin Consideración
Al Gato Y Al Ratón
Jugabas Con Mi Amor
Al Gato Y Al Ratón
Sin Consideración
Zum-zum de la calavera
Se hace una rueda y se ponen todos con las manos en la espalda. Mientras tanto
un niño o niña corre alrededor de la rueda con una prenda en la mano diciendo:
—Zum-zum, zum-zum de la calavera, al que se duerma le doy una pera.
—¡Martinejo!
—¡Señor viejo!
Juegos de competencia
Juego de la carretilla
Los niños deben agruparse de dos en dos y asumir uno de los dos roles:
carretilla o carretillero.
Uno hace de carretilla andando con las manos y el otro es quien lleva la
carretilla, sujetando a su compañero por los dos pies.
Las parejas parten de una línea de salida y otra de meta pero debéis tener
mucho cuidado para que los peques no se hagan daño en las manos. También
es muy importante que el que lleva la carretilla no empuje más de la cuenta y
se adapte a la velocidad que su compañero puede llevar, sin empujar más
rápido, para que la carretilla no se caiga, así evitaremos algún tipo de lesión.
Los niños se irán turnando siendo unas veces carretilla y otro carretillero.
2. Se traza una línea en el suelo a la altura del árbitro o juez, que se sitúa en un
extremo con el brazo extendido y el pañuelo en la mano. Los niños se sitúan dos
filas a la misma distancia del pañuelo.
3. El juez dirá un número al azar en voz alta. El niño de cada equipo a quien
corresponda el número debe salir corriendo hasta el centro y, sin traspasar la línea
coger el pañuelo y regresar a la línea de salida. Si el jugador del otro equipo es el
primero en llgar el niño debe perseguirle para intentar alcanzarle antes de que
regrese a la salida, o queda eliminado.
4. Por cada carrera ganada se dará un punto, cuando se hayan dicho todos los
números ganará el equipo con más puntos. Si en alguna carrera existen dudas, es
el juez quien debe decidir.
Se trata de un juego muy sencillo en el que sólo se requiere una bolsa o saco y
bastante habilidad y equilibrio de los niños. Es un juego clásico ideal para fiestas
de cumpleaños, picnics, barbacoas o pasar un día divertido al aire libre.
Para jugar a las carreras de sacos, cuantos más niños participen, será más
divertido. Con este juego, los niños ejercitarán su velocidad, el esfuerzo y la
resistencia. Es un juego perfecto para que los niños hagan nuevos
amigos, aprendan a compartir y mejoren su coordinación.
1 - Los niños deben meter los pies dentro del saco o la bolsa y esperar que
alguien dé la orden de salida.
2 - Para iniciar la carrera, los niños deben mantener agarrado el saco con una
mano para evitar que caiga por debajo de las rodillas y mantener mientras
el equilibrio para poder saltar.
3 - Durante toda la carrera los niños debe tener las dos piernas en la bolsa hasta
llegar a la línea de meta.
Importante: Los niños deben jugar en una superficie segura y sin muchos
obstáculos, ya que las caídas son inevitables
Si aún no has jugado a las carreras de sacos con tu hijo, es bueno saber algo más
acerca de esta actividad tan divertida:
Edad recomendada: a partir de 7 años.
Materiales necesarios: bolsas, sacos tejidos, sacos de patatas o arroz, que llegen
hasta la cadera de los niños.
Juegos de mano
Además, no sólo es un juego de niños, los padres también pueden jugar con sus
hijos y pasar un buen rato.
1. En la calle 24
En la calle - lle
veinticuatro - tro
se ha cometido - do
un asesinato - to.
Una vieja - ja
mato un gato - to
con la punta - ta
del zapato - to.
Pobre vieja - ja
pobre gato - to
pobre punta - ta
del zapato - to.
2. Chocolate
3. A lo loco
A lo loco-co,
a lo loco-co
una vieja se ha caído de una moto-to.
A la chacha-cha
a la chacha-cha
se ha caído y se ha hecho una brecha-cha.
4. Don Federico
5. Un marinero
6. Una paloma
Juegos de salto
Juego del trúcamelo
Cómo jugar a la Rayuela con los niños
1. Dibuja en el suelo, con una tiza, el diagrama para jugar a la rayuela, compuesto
por cajas con números del 1 al 10. Puedas hacer las cajas de distintos tamaños
según la edad del niño, y usar diferentes colores
2. Para empezar a jugar necesitamos una piedra plana. El niño debe situase
detrás del primer número, con la piedra en la mano, y lanzarla. El cuadrado en el
que caiga se denomina "casa" y no se puede pisar.