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La Relatividad Moral de la Economía Política

Psicología Social

“La ciencia es la progresiva aproximación del


hombre al mundo real” – Max Planck
“La ciencia no es más que el refinamiento de
reflexiones cotidianas” – Albert Einstein
“La ciencia sin religión esta coja y la religión
sin ciencia esta ciega” – Albert Einstein
Sobre su epistemología… si su ideología filosófica iza fundamentalmente la naturaleza: se trata de
una ciencia “natural”. Si su ideología filosófica iza fundamentalmente la humanidad: se trata de una
ciencia “humana”; o mejor, “sicosocial” o “social”. Si su metodología matemática usa
fundamentalmente la aritmética, la geometría, el álgebra, el cálculo: se trata de una ciencia
“exacta”. Si su metodología matemática usa fundamentalmente la estadística: se trata de una ciencia
“empírica”, “práctica”, “pragmática”. Si su metodología matemática usa fundamentalmente el
lenguaje: se trata de un arte… Epistemológicamente; la psicología social es una ciencia empírica,
practica, pragmática: su ideología es el estudio objetivo de la subjetividad de las personas y su
sociedad, profunda o superficialmente; su metodología, fundamentalmente, es su análisis
estadístico, directa o indirectamente.
*la ciencia de lo sicosocial, mas lingustica; versus el arte de la macroeconometría, mas matemático.
(instrumental y operativa).
*filsoofia, ciencia, meditación, fe.
En el contexto sicosocial: la moralidad política, se correlaciona con el pensamiento emocional;
como la amoralidad apolítica, se relaciona con el conocimiento espiritual y/o religioso, asociado a la
ciencia de la conciencia, y su mentalidad “realista”. (la ciencia de Cristo, Vishnu, Buda)

Pen=Con·tec2
Traducción: el pensamiento y el conocimiento constituyen y representan las dos caras “relativas”
de la moneda de la mentalidad. El conocimiento constituye la cara más profunda; el pensamiento
constituye la máscara más superficial: el conocimiento equivale a “materializar” científica o
tecnológicamente el pensamiento; mediante el método científico y su técnica experimental. El
trabajo o esfuerzo de pensar y actuar científica y tecnológicamente es, “relativamente”, mucho
mayor que el trabajo o esfuerzo de pensar y actuar insensata o torpemente: porque requiere la fuerza
de triangular, cuadricular, circular, poligonar el conocimiento; más allá de su mera inercia cultural,
o histórica y geopolítica. En cierto sentido; el pensamiento significa un supuesto simplificador, de la
complejidad del conocimiento científico y tecnológico: el problema está justo en obviar, si es que
no negar, que se está haciendo, este o ese supuesto mental o moral (un mito).

Cre=Ver·cie2

Creencia: creencia, verdad, mentira, duda. La cuestión es que no lo sabes: las verdades, como las
mentiras, son creencias si no se demuestra lo contrario. Las dudas son creencias multiples.
Economía Política

“La economía no es una ciencia exacta. Cualquier pronóstico basado en


evidencias puede salir horriblemente mal” - Paul Samuelson

“La economía nunca ha sido una ciencia, y es aún


menos ahora que hace unos años” - Paul Samuelson

“El economista… debe ser matemático, historiador, estadista,


filosofo; todo ello en cierto grado” - John Maynard Keynes

Ahora definamos la relatividad moral de la economía política: el movimiento mental de la


humanidad, se materializa, o mejor se relativiza; por un lado, a veces, a la manera de movimiento
amoral, en la forma de economía; por el otro, a veces, a la manera de movimiento moral, en la
forma de política. La economía y la política constituyen y representan las dos caras, la amoral y la
moral; de la misma moneda: ¡la economía política! La economía; la cara amoral: el conocimiento o
entendimiento del funcionamiento del pensamiento y comportamiento de las personas y su
sociedad. La política; la cara moral: el pensamiento de la utilidad del conocimiento y
comportamiento de las personas y su sociedad. Otra manera de representar tal equivalencia es
justamente mediante la fórmula de la relatividad del movimiento metal, o mejor, del movimiento
moral de la economía política; al mejor estilo de la relatividad del movimiento material:

P=E·t2
Traducción: la economía y la política, o la amoralidad y la moralidad, constituyen y representan las
dos caras “relativas” de la moneda de la mentalidad. La economía constituye la cara más profunda;
la política constituye la máscara más superficial: El conocimiento y comportamiento económico
equivale a “materializar” científica o tecnológicamente el pensamiento y comportamiento político;
mediante el método científico y su técnica experimental. El trabajo o esfuerzo de pensar y actuar
económicamente es, “relativamente”, mucho mayor que el trabajo o esfuerzo de pensar y actuar
políticamente: porque requiere la fuerza de triangular, cuadricular, circular, poligonar el
conocimiento; más allá de su mera inercia geopolítica e histórica. En cierto sentido; la moralidad
significa un supuesto simplificador, de la complejidad de la economía política: el problema está
justo en obviar, si es que no negar, que se está haciendo, este o ese supuesto moral.

Política Económica
En tal contexto; el de la relatividad moral de la economía política; trataremos de analizar
“económicamente” el “patriotismo”: la multiplicidad moral, de la sociedad, y su división política.
En un análisis estático: el patriotismo es más destructivo que constructivo; porque condiciona las
posibilidades productivas de la sociedad, y consecuentemente, las posibilidades de bienestar
(utilidad) de la comunidad. En otra terminología: restringe el bienestar (utilidad) de la comunidad,
restringiendo la frontera de posibilidades de producción de la sociedad; supuesto un ambiente o
habitad tecnológico. Definiendo el conocimiento tecnológico de la sociedad; como su conocimiento
tecnológico colectivo: como el conocimiento individual, más su comunicación social; o mejor, su
socialización colectiva. En un análisis dinámico: no se conoce con certeza, si el patriotismo es más
constructivo o destructivo; porque no se conoce con certeza, si la cooperación o la competencia es
más productiva; en términos del crecimiento y desarrollo tecnológico de la sociedad. En otra
terminología: en un análisis estático, en el que el conocimiento tecnológico es exógenamente
constante, el patriotismo es más destructivo que constructivo; en un análisis dinámico, en el que el
conocimiento tecnológico es endógenamente cambiante, la situación del patriotismo resulta más
incierta.
*Ahora presentamos el problema de la productividad competitiva: en el marco de la sociedad y su
geopolítica histórica. El interrogante fundamental del institucionalismo de la sociedad, lo
representan los valores sicológicos de la comunidad. En tal contexto, el problema, la pregunta a
responder se traduce más o menos así: ¿Qué es más productiva: la competencia o la cooperación?
Entendiendo por productividad: la mera productividad mercantil del utilitarismo; más allá de su
valor de verdad, en función del bienestar. Repito: ¿Qué es mejor o más útil: la competencia o la
cooperación? (lo que no es tan incierto es el daño colateral de la competencia: en su estado latente;
la ansiedad, y el estrés; inherentes al disque juego del bienestar, mejor, el drama del poder riqueza-
pobreza. En su estado patente; el pauperismo, la hambruna, el militarismo, el guerrilerismo, el
terrorismo. Hay una metáfora: las antiguas guerras geopolíticas (religiosas) de los reinos imperiales
de la historia de la civilización; las más contemporáneas, primera y segunda guerras mundiales, y la
guerra fría…
sí no a (1 , 1)

sí (2 , 2)** (3 , 1) b (2 , 2)

no (1 , 3) (¿ , ?) c (3 , 3)

sí no sí no sí no sí no

sí (2 , 2)** (3 , 1)* sí (2 , 2)** (3 , 1)* sí (2 , 2)** (3 , 1) sí (2 , 2)** (3 , 1)

no (1 , 3)* (1 , 1) no (1 , 3)* (2 , 2) no (1 , 3) (3 , 3) no (1 , 3) (4 , 4)**

sí no sí no sí no sí no

sí (3 , 2)** (4 , 1)* sí (3 , 2)** (4 , 1)* sí (3 , 2)** (4 , 1) sí (3 , 2)** (4 , 1)

no (1 , 3)* (2 , 1) no (1 , 3)* (3 , 2) no (1 , 3) (4 , 3) no (1 , 3) (5 , 4)**

Me pregunto si muchas veces no es más fácil y más útil “no hacer” que hacer: el patriotismo,
etcétera maneras de “racismo” o clasismo social; representa un comportamiento más destructivo
que constructivo. Una suerte de drama de nuestro teatro social: al que se juega más por ansiedad,
codicia, paranoia, envidia, celos, estrés, venganza; que por su verdadera utilidad, en términos de
bienestar social. Si tiene o le quedan dudas: basta mirar la guerra y el hambre de los más pobres;
como un caso critico justo de aquel teatro, drama, juego de poder. Que sirve a la vez como una
especie de definición operacional o instrumental de las naciones poderosas o desarrolladas y
subdesarrolladas de la sociedad.

Marketing Politiquero
Siendo pragmáticos: el marketing politiquero significa presentar la moralidad política, de la
economía política y sus políticas económicas; a la manera de economía, o mejor, en la forma de
economía amoral. Pienso que quizás la mayor forma de política económica, por no decir marketing
politiquero, sea el propio patriotismo: una especie de patriotismo huérfano, o sea, un supuesto
moral; hermano del racismo religioso y académico de la sociedad, hermanastro de la democracia y
el mercado de las naciones; padre y madre del gobierno o estado de las naciones; padrino del
clasismo, fascismo, sectarismo, elitismo dictatorial, aristocrático, burgués o burocrático,
tecnocrático, demagógico.
El problema moral fundamental del patriotismo político; se traduce más o menos así: si la
competitividad es mejor o más útil para la productividad que la cooperación u otra forma de
solidaridad; en términos de crecimiento y desarrollo económico. En el terreno económico; aquel
problema controversial se convierte en una especie de advertencia: el patriotismo, y sus estados
nacionales o gobiernos, son peligrosos y perjudícales para el bienestar de la sociedad; la democracia
del mercado, es una mejor garantía para el bienestar y utilidad de la sociedad, su juramento social.
El problema son justamente los yerros de los valores sicológicos, a la manera de yerros de las
instituciones sociales; o sea, la burocracia del gobierno, la demagogia del mercado, la dictadura de
la religión académica; etcétera maneras de corrupción y contaminación de la sociedad.
En otra terminología: la especialización económica, junto con la globalización política; a la manera
del pensamiento, conocimiento, comportamiento científico, tecnológico, ingenieril, más su
comunicación social; son normalmente más útiles al bienestar de la sociedad; que los estados
nacionales y sus gobiernos. Partiendo; supuestamente: de una base, carta, libro, biblia moral normal,
común. Entonces; el problema se traduce; justamente: en la complejidad de convenir un marco
institucional sencillo, que minimice la incertidumbre de las relaciones sociales de vecindad; además
de maximizar (optimizar) las relaciones de producción, distribución, intercambio, consumo, ahorro;
inversión, investigación, divulgación; etcétera. En la comunidad entera, total, global; más allá de los
meros estados nacionales.
*El problema es justamente que la sociedad no puede tener una base moral común; a favor de sus
juegos del bienestar: si quiere jugar al drama normal, común del teatro social; a favor de sus dramas
del poder. Tal es justo la raíz de la geopolítica histórica de la sociedad. (*la otra razón sicosocial: el
“bienestar” o la “utilidad” de la riqueza no es meramente absoluta; sino además, relativa. Un
símbolo de la supervivencia sicosocial; más allá de la mera supervivencia biológica. En otra
terminología: se trata de la externalidad sicosocial del bienestar, o mejor, la internalidad sicosocial
del bienestar; positiva o negativa, es meramente un tecnicismo; el funcionamiento de la internalidad
o externalidad sicosocial, es la “negatividad” emocional de la mentalidad, individual y colectiva.
sí no a (0 , 0)

sí (1 , -1)** (2 , -2) b (-1 , -1)

no (0 , 0) (¿ , ?) c (1 , 1)

sí no sí no sí no

sí (1 , -1)** (2 , -2)* sí (1 , -1)** (2 , -2)* sí (1 , -1)** (2 , -2)*

no (0 , 0) (0 , 0) no (0 , 0)* (-1 , -1) no (0 , 0) (1 , 1)*

***la paradoja de la globalización: el trilema democracia-estado nacional-globalizacon

Historia Social

La sociedad significa un gran experimento psicológico y sociológico de la humanidad: siendo la


geopolítica y la historia; su laboratorio. La sociedad significa el más grande experimento
psicológico de la humanidad: la sociedad religiosa ni académica significan una excepción. No
obstante; tenemos dos maneras básicas de leer la historia: la una profunda, amoralmente, la
economía; la otra superficial, moralmente, la política. A la manera del marketing politiquero: se
trata de leer la historia línea tras línea, linealmente, literalmente; una lectura moral, política, de la
historia y su geopolítica. A la manera del historicismo periodístico, o mejor, periodismo histórico, y
mejor, a la refinada manera del institucionalismo: se trata de leer la historia entre líneas,
circularmente, matemáticamente; una lectura amoral, económica, de la historia y su geopolítica. El
verdadero historicismo periodístico: tiene que ser amoral, apolítico; social, o mejor, sicosocial; e
histórico, y periodístico.
En tal contexto: la teoría economía representa la cabeza, el cerebro, el corazón del cuerpo que
constituye la historia de la teoría económica; la punta de la montaña; o mejor, la punta del iceberg.
Particularmente; tratándose del arte de una ciencia social: como la económica (política). Si
quisiéramos; podríamos tratar de definir históricamente la economía política: tratamos con una
definición transversal; que identifica su distancia o profundidad vertical, al identificar la
macroeconomía de la microeconomía; como su más superficial horizonte temporal, al identificar la
economía clásica de la economía neoclásica. La microeconomía y la macroeconomía, así como la
economía clásica y la economía neoclásica; constituyen y representan las dos caras de la misma
moneda histórica: ¡La economía!

En un panorama epistemológico; de la macroeconomía clásica a la microeconomía neoclásica; el


conocimiento económico experimentó, principalmente, una básica unificación y profundización;
mas allá de la relativa multiplicidad del pensamiento político: la microeconomía a, la teoría del
homus economicus; la microeconomía z, la teoría de juegos; la macroeconomía a, la teoría del
mercado, o mejor, “mercado democrático”; la macroeconomía z; luego, al fin, la
macroeconometría. (La teoría de juegos es una suerte de rara pieza del puzle; que erró tiempo y
lugar: una especie de eslabón perdido del rompecabezas de la economía política; un eslabón entre la
teoría del animal social llamado homus economicus y la teoría del mercado democrático). En
paralelismo epistemológico; al crecimiento y desarrollo del conocimiento de la física, la química, la
biología; de la macrofisica clásica a la microfísica neoclásica, o mejor, cuántica: la microfísica
clásica, la macrofísica relativa, la microfísica cuántica, la microfísica cuántica relativa. En tal
contexto ideológico; de la economía política como una ciencia social, con metodología matemática
estadística: la diferencia entre la física y la física estadística, en las ciencias físicas; equivale, a la
diferencia entra la microeconomía y la macroeconomía, en las ciencias sociales.
Sin embargo; tal semejanza o paralelismo, se paraliza, o al menos ralentiza, justo ahí: en la era de la
macroeconomía neoclásica; mejor, la era de la macroeconometría; el destino al que devino,
actualmente, la microeconomía clásica. La similitud: la convergencia del determinismo al
“probabilismo” estadístico, de la teoría macro-clásica a la teoría micro-neoclásica; mediante el
fundamentalismo, del reduccionismo; de las ciencias naturales y sociales. La diferencia: la
divergencia de la macro-metría neoclásica; a la manera del “probabilismo” estadístico, de las
ciencias sociales, tales como la economía política y su macroeconomía y econometría; diferente del
“determinismo” estadístico de la tecnología e ingeniería de las ciencias naturales; tales como la
física, la química, la biología. En otra terminología: partiendo del supuesto de la metodología
científica; la “ley” de los grandes números o “ley de la raíz de n”; se convierte en la tecnología
ingenieril e industrial (mecánica, eléctrica, civil; etc), de las ciencias naturales; aunque se pervierte
en la macroeconomía econométrica, de las ciencias sociales. El interrogante normal; sería más o
menos así: ¿hay una mejor o más fiel metodología que la macroeconometría?

Institucionalismo social

En tal contexto: el “historicismo periodístico”, o mejor, “periodismo histórico”, y mejor,


“institucionalismo”: resulta ser, nuevamente, una alternativa a la “macroeconomía econométrica”,
o mejor, “macroeconometría”. A manera de reflexión; una de las mayores moralejas de la historia
(hoy dia: la teoría del crecimiento (desarrollo) económico): resulta ser el potencial del pensamiento
científico y el conocimiento tecnológico e ingenieril, y su comunicación social, como el catalizador
del crecimiento y desarrollo de la sociedad; en términos poblacionales, como institucionales; mas
allá de las meras estrategias geopolíticas de los gobiernos u otrora reinos e imperios históricos.
Sirvámonos del ejemplo histórico, una especie de consejo periodístico; de las tres grandes
revoluciones industriales de la historia de la sociedad cultural: la primera, la revolución mecánica y
térmica; la segunda, la revolución eléctrica o electrónica; la tercera, la revolución informática.
En mi opinión; el mayor aporte del institucionalismo (como también del marxismo y del
keynesianismo) a la economía política: ha sido su aporte metodológico, mas que ideologico; pese a
la “dificultad” de su metodología heterodoxa, el “historicismo periodístico”; respecto a la
“facilidad” de la metodología ortodoxa de la economía política, la “macroeconomía econométrica”.
(Nota: “macroeconomía econométrica” representa un símbolo de la metodología “matemática” de la
economía; que luego se convertiría en la metodología “estadística” de la economía; aunque
descontextualizado históricamente). El aporte ideológico del institucionalismo; ha sido grandioso,
gigantezco: las instituciones, y sus organizaciones; representan “deportes” sociales, o mejor,
culturales; que, si se quiere, pueden cambiar; geopolítica, como históricamente. Por ejemplo: la
familia, el gobierno, la religión, la academia, el arte, la democracia, el mercado; etcétera. Sin
embargo: su aporte metodológico; ha sido magnifico: el historicismo periodístico; resulta ser un
método, mucho mas fidedigno, del funiconamiento de la sociedad; que la mcroeconomi
econometrica
En tal contexto: la economía política “ortodoxa”, pese a su básica matemática; constituye una
aproximación auxiliar, menos asintótica, más sesgada, de la sociedad; más superficial, menos
profunda; que la economía política “heterodoxa”. Recordando de la economía política; una historia
“prácticamente” olvidada: la economía política representa una ciencia social; interdisciplinar. Por
supuesto: no deberíamos interpretar la economía ortodoxa y heterodoxa, como las dos antagonistas
de la novela histórica de la economía política, sino justamente como sus dos grandes protagonistas.
Al mejor estilo del pensamiento institucionalista; la economía política “ortodoxa” constituye y
reproduce el instinto de imitación, “mayoritario”; como la economía política “heterodoxa”
representa el instinto de creación, “minoritario”. De ahí justamente la multiplicidad de “escuelas”
económicas: clásica, neoclásica, marxista, historicista, institucional, keynesiana; mas sus “neos”
mutantes.
Por ejemplo: ¡el neoinstitucionalismo! Que significa una especie de quimera ideológica (y
metodológica); de la economía, a la manera de microeconomía o macroeconomía, y del
institucionalismo. Por un lado; una especie de “economización” del institucionalismo (más que
“institucionalización” de la economía): por otra parte; una especie de “matematizacion” del
historicismo periodístico. De cualquier manera: la sociedad contemporánea representa
inigualablemente la sociedad cultural, el “entretenido” deporte cultural de la sociedad; en la que el
gran capital de la sociedad, resulta ser la cultura; en la que el gran valor de la sociedad, resultan ser
sus instituciones. (“Entretenido” no solo en términos de entretenimiento; sino además, en términos
de entrenamiento; cultural, académico, religioso, artístico, profesional.) En tal contexto; un gran
interrogante, sería más o menos así: ¿Qué representa verdaderamente el deporte cultural de la
sociedad? ¿Supervivencia biológica o supervivencia mental y social? ¿Un juego de bienestar o un
drama de poder? ¿Juguetes o armas mentales (y materiales)?
En cierto sentido: los movimientos y transformaciones sociales significan una estrategia sicosocial
de supervivencia o reproducción psicológica de la humanidad. Así el rezo de la sociedad; sería más
o menos así: se requiere que la sociedad se transforme externa y superficialmente; si se requiere que
su psicología no se transforme interna o profundamente, sino que conserve continua y
constantemente su inercia psicológica. O sea: se requiere que la sociedad pueda cambiar; si se
quiere que su psicología no cambie. (muy a pesar de la fuerza de las convulsiones y revoluciones,
de la mentalidad científica de la humanidad, sobre la naturaleza de la realidad y su relatividad; la
materia, la energía, el espacio, el tiempo, la mente, el mito). Parafraseando un celebérrimo
personaje de la novela del historicismo periodístico: “la psicología le dice a la sociedad como
curvarse, y la sociedad le dice a la psicología como moverse; la personalidad le dice a la cultura
como curvarse, y la cultura le dice a la personalidad como moverse”.

(La fórmula que resume la síntesis neoclásica, al mejor estilo de la formula de la relatividad, es mas
o menos asi)
Uno de los mayores teoremas es la dualidad crecimiento-desarrollo (o crecimiento-desigualdad)

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