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El indigenismo mexicano: entre el pasado no elaborado y el futuro posible

El indigenismo en México puede ser entendido como una “posición que tienen los no indígenas ante
los indios”, según la definición de (cita). Esta definición lleva consigo un desarrollo histórico propio
que es necesario tratar, pues tiene una serie de problemáticas implicaciones que han marcado la
interacción entre el Estado mexicano y los pueblos originarios desde su fundación.

La primera de estas implicaciones es la separación implícita que existe de hecho en la elaboración


de un posicionamiento “frente a” lo indio en México. Históricamente, la elaboración de lo que en
México se ha considerado como indígena, ha contenido el extrañamiento de lo indígena; lo indígena
en México ha sido abordado como un componente externo a lo que se entiende por México.
Ciertamente, México y “lo indígena” se piensan separados, y esto no es consecuencia de la
casualidad o de un error metodológico en las investigaciones antropológicas.

Fases históricas del indigenismo en México:

- Federalismo centralista: la oposición entre formas de propiedad devino en el choque


cultural entre un proyecto centralista y las comunidades indígenas en
- México, cuya forma económica servía de plataforma para perpetuar la propiedad colonial.
- Porfiriato: el desarrollo de las primeras estructuras económicas nacionales conllevó la
represión generalizada de los territorios indígenas.
- Revolución: el desarrollo de las formas de propiedad ejidales, así como las reformas en la
tenencia de la tierra y la instauración de un régimen clientelar (CNC) en el territorio rural
mexicano, conllevaron una nueva forma de oposición fundamental (económica) entre el
desarrollo nacional y los pueblos originarios
- Instituto Nacional Indigenista: predominantemente anexionista.

El indigenismo en México se ha desarrollado de dos maneras: como discurso ideológico de corte


neocolonial y abiertamente racista, y como discurso de “anexionismo ideológico” cuya principal
función ha sido la asimilación de las culturas indias en las estructuras políticas nacionales. En los
hechos, el primer desarrollo indigenista, más correspondiente a los años anteriores a la revolución,
se ha manifestado como parte de una política de exterminio; el segundo desarrollo, correspondiente
a la etapa post revolucionaria, institucionalizada, se ha manifestado como parte de una política de
asimilación de lo indio a estructuras partidistas de corte clientelar, tales como organizaciones
campesinas (Antorcha, LP). En un presumible tercer momento, el indigenismo en México ha
formado parte de un esfuerzo estatal por “incluir” a los pueblos indios como “sector” económico,
presuntamente beneficiario de una diversidad de programas sociales. En los hechos, esta inclusión
del sector indígena ha tenido como función principal el incluir a los pueblos indios como base
electoral.

Por su parte, el desarrollo intelectual del pensamiento indigenista ha tenido sus propias vertientes
conscientes de este uso político de las iniciativas gubernamentales en torno a la relación del Estado
con los pueblos indios.

- Bonfil Batalla, Casanova: Estado Pluricultural


- Polanco: Autonomía territorial
- Villoro, López y Rivas: Autonomía territorial (ruptura del 90 y)
- “La Sexta”: indigenismo antiestatal
- 2018: el problema de la confrontación entre el nuevo indigenismo académico y el gobierno
federal.

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