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Juzgado Nº 20.
I.- Vienen estos autos a este tribunal con motivo de recurso de apelación
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II.- Antecedentes.
Señala que por tal motivo requirió los servicios del demandado, quien le
garantizó que el proceso de alisado era perfecto y que utilizaba productos
importados, marca Haarfein, abonando por el mismo la suma de $40,
obteniendo la respectiva factura días después.
III. Sentencia.
IV. Agravios.
En orden a ello sostiene, que si bien es verdad que el mismo día del
Poder Judicial de la Nación
Es así que los tratamientos que realizó con posterioridad al efectuado por M.
fueron simplemente cortes y baños de crema.
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Dicho vínculo debe ser encuadrado asimismo como una típica relación de
consumo en función de lo prescripto por los arts. 1 y 2 de la Ley de Defensa del
Consumidor y del Usuario Nº 24.240/93 y su modificaciones conforme ley 26.361,
resultando de aplicación extensiva el art. 8 de la normativa aludida, que
dispone que las precisiones formuladas en la publicidad o en anuncios, prospectos,
circulares, u otros medios de difusión obligan al oferente y se tiene por incluidas en
el contrato con el consumidor.
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Los testigos que declaran a fs. 325/7 (G. S. L.); fs. 324 (M. M. O.); fs.
338/9 (J. L. S.) y fs. 356/8 (G. V. M.); resultan contestes en que la actora tenía
antes del mes de marzo de 1997 el cabello largo y sano y que luego de un
tratamiento de alisado permanente que se realizara en una peluquería, se le quemó
todo el pelo, quedándole todo deteriorado y quebradizo, provocándole un estado
anímico depresivo, debiendo cortárselo muy corto, al estilo hombre.
Con fecha 14 de marzo (mismo día que se realizó el alisado), como los
días 21/3, 27/3, 8/4 y 1/8 de 1997 la actora concurrió al Salón de Belleza de M.
S. para efectuarse corte y aplicarse crema capilar (ver facturas de fs. 634, fs. 638
y fs. 640 y declaración testimonial brindada a fs. 343/4).
ni reflejos. Señala que el estado del pelo era similar al que muestran las
fotografías acompañadas por la actora.
Una vez probados por la víctima, el título y la causa física del daño, rigen las
presunciones de causalidad. La presunción de causalidad a nivel de autoría sucede
cuando se presume que el autor material es autor jurídico y por lo tanto
responsable, a menos que pruebe la ruptura de la relación causal. Y presunción de
causalidad a nivel de adecuación cuando se presume que cierto resultado, que
ocurre conforme al orden natural y ordinario de las cosas, es por lo tanto previsible:
se responde de las consecuencias inmediatas (art. 903 Cód. Civ.) A menos que se
pruebe que no fueron adecuadas, o sea, que resultaron imprevisibles (Conf. Ob. Cit.,
pág. 237/38).
baños de crema (restauradores capilares), que nada tienen que ver con la
utilización de productos químicos como lo es la crema Alisadora Capilar Haarfein
(ver folleto de fs. 656).
A ello hace referencia el perito médico a fs. 573/5, al destacar que si bien
la actora no presenta patología actual, no puede descartarse que, en su
momento, el cuadro general haya requerido un tratamiento coadyuvarte de
carácter transitorio, siendo el diagnóstico como los tratamientos indicados
correctos y el tiempo de recuperación requerido para desarrollar una cabellera
como la que se observa en las fotografías, entre 50 y 60 meses.
Tal perjuicio es también señalado por el Dr. M.; por la Dra. M. de M.; por el
Sr. S. y por los testigos que declaran en autos, a los que se ha hecho amplia
referencia en este voto.
En tal sentido, señala Ramón Daniel Pizarro en la obra citada (pág. 240)
que “El dolor, la pena, la angustia, la inseguridad, etc. son solo elementos que
permiten aquilatar la entidad objetiva del daño moral padecido. Pero todo ello
debe ser valorado prudencialmente por el juez, tomando en cuenta las
circunstancias objetivas del caso concreto”.
Debe decirse además que si bien es cierto que el daño moral por aplicación
de las reglas que rigen la carga de la prueba debe ser acreditado por quien pretende
su reparación, es prácticamente imposible utilizar para ello una prueba directa por la
índole espiritual y subjetiva del menoscabo.
XI.- Intereses.
Las sumas por las que prospera la cuenta indemnizatoria de autos habrá de
devengar intereses a la tasa activa cartera general (préstamos) nominal anual
vencida a treinta días del Banco de la Nación Argentina, con cómputo desde el
inicio de la mora (14 de marzo de 1997) hasta el cumplimiento de la sentencia
(conforme doctrina del acuerdo plenario de fecha 20 de abril de 2009 en autos
“Samudio de Martínez, Ladislaa c. Transportes Doscientos Setenta S.A. sobre daños
y perjuicios” de fecha 20/4/09).