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UNIVERSIDAD DE GUAYAQUIL

FACULTAD DE CIENCIAS ADMINISTRATIVAS


INGENIERIA EN COMERCIO EXTERIOR
MODELACIÓN DE NEGOCIOS
AUTOR: JOHNNY ANDRADE MACIAS CURSO: 8 – 13
LA FINANCIACIÓN DE NUEVAS EMPRESAS
Introducción
Como se indicó en el proceso de establecimiento de una nueva empresa, una de las etapas
básicas es la consecución de los recursos necesarios para poder iniciar ella, y uno de estos
recursos es el financiero. Este proceso, conocido en general como financiación, es fundamental
en el éxito de toda empresa. Por ello, todo empresario debe tener una idea muy clara sobre las
posibilidades que su entorno empresarial le brinda y acerca de la mejor manera de usarlas.
Todo buen proceso de financiación empieza por una muy buena proyección de las
necesidades reales de la organización, y es necesario destacar aquí el papel fundamental de un
flujo de caja detallado y por períodos cortos durante toda la etapa de montaje e inicio del
proyecto. Una vez que éste se estabiliza financieramente, la frecuencia del flujo de caja se puede
ampliar, pero, aun así, seguirá siendo la herramienta básica de gestión financiera del empresario.
En muchos estudios, se ha identificado que una de las principales causas de fracaso de las
empresas son las limitaciones que su capital de trabajo les establece. Éstas provienen, por un
lado, de una insuficiente financiación al inicio de la empresa y, por el otro, de una falta de
capitalización de recursos para cubrir las modificaciones permanentes que el capital de trabajo
les exige.
Mitos sobre la financiación
Mito 1. Se necesita mucho dinero para poder establecer una empresa
Este mito tiene su origen durante muchos años, tanto así que se acostumbra a pensar que
todas las empresas nacen grandes, pero esto no es cierto, la mayoría de las empresas que se
conocen hoy como medianas y grandes, nacieron como pequeñas y, con una gran dosis de
trabajo y manejo adecuado de todos los recursos, incluyendo los financieros, fueron creciendo
hasta los niveles actuales.
En todas las investigaciones realizadas se ha encontrado que, en general, la mayoría
de las empresas empezaron con capitales relativamente bajos pues los recursos de los
dueños eran muy escasos. La experiencia internacional presenta muchos casos de
organizaciones que se iniciaron con muy poco dinero propio, pero tenían tan buen criterio
empresarial que su mismo desarrollo les dio la posibilidad de conseguir recursos para
crecer y también la credibilidad necesaria ante inversionistas y financistas para conseguir
el dinero requerido.
El cuadro 8.1 presenta los resultados de una investigación realizada para identificar
los niveles de inversión al inicio de la empresa en el caso de las 500 mayores
compañías de los Estados Unidos

Mito 2. Todo lo que necesito para que mi empresa sea exitosa es una buena capitalización
Aunque la abundancia de dinero da la posibilidad de mantener la empresa abierta
por más tiempo y da flexibilidad en el manejo de la operación, no hay sobrecapitalización
que resista, de por vida, la apertura de una empresa que no es viable.
La sobrecapitalización, por otro lado, origina en el empresario una actitud poco
favorable para el futuro de la gestión empresarial, pues deja de preocuparse por el manejo
de los recursos financieros de la organización y, en muchos casos, se acostumbra al gasto
improductivo, lo cual incrementa la magnitud del fracaso al prolongar la vida de una
empresa sin posibilidades.
El éxito de una empresa lo da el balance adecuado de los ocho componentes
indicados, del concepto y del modelo de empresa y del plan de carrera empresarial del
grupo, y no la sobrecapitalización.

Mito 3. Comenzar sin dinero es comenzar en pequeño y sin posibilidades de crecer


Si este mito se aceptara como realidad, las empresas grandes serían casi inexistentes hoy.
El potencial de crecimiento de una empresa no depende del capital ni del tamaño inicial: depende
de las posibilidades efectivas que en el desarrollo de la oportunidad alcance el empresario. Con
facilidad podrá concluirse que, aun para el tamaño del mercado de esa época, empezaron en
pequeño y nadie diría hoy que no han crecido.
La gran diferencia entre diversos esquemas de desarrollo no está dada por el tamaño o la
financiación inicial, sino por el potencial que las empresas tengan. La comunidad de América
Latina necesita trabajar en la creación de empresas pequeñas que tengan reales posibilidades –de
oportunidad y empresariales- de crecimiento y desarrollo, como única estrategia válida para un
desarrollo socioeconómico autosostenido.
Mito 4. No hay dinero para financiar las empresas
Este mito, apoyado por los empresarios en sus horas de lamento, es generalmente
respondido con otro mito creado por los funcionarios de gobierno, en el sentido de que cada año,
en sus diversas líneas de financiación, les sobra dinero y les faltan proyectos. Diversas
investigaciones realizadas en distintos países del mundo indican que las empresas nuevas, en su
mayoría, se financian con recursos que no provienen de las líneas tradicionales de crédito.

El cuadro 8.3, presentado por Bygrave, muestra las diversas fuentes de capital inicial que
utilizaron las empresas que en 1992 estaban en la lista de las 500 empresas más grandes según la
revista INC.
Las formas de financiación utilizadas por las empresas latinoamericanas y asiáticas se basan
en fuentes internas y, luego, en medios de gestión; y muy poco dependen de medios externos.
86% de la financiación viene de fuentes diferentes de los créditos o de los inversionistas de
riesgo.

• Reunir recursos propios y de familiares.


• Mejorar la velocidad de recuperación de las cuentas por cobrar.
• Compartir recursos y facilidades con otras empresas.
• Usar mecanismos tipo leasing o diferir obligaciones.
• Reducir necesidades de inventarios.
• Obtener subvenciones o ayudas del gobierno.
En todos los países, los gobiernos han venido intensificando los procesos por medio de los
cuales se asignan recursos para el apoyo de nuevas empresas y de empresas en crecimiento.
Mito 5. Sólo les prestan a los que tienen y no necesitan: los ricos
Éste es uno de los mitos más extendidos y, tal vez, en muchos casos ha sido verdad, en
especial por la naturaleza conservadora de los bancos y de las entidades financieras, pero en los
últimos años, en la mayoría de los países han crecido los fondos de garantía, que, si bien exigen
todavía algo de respaldo, han abierto en forma significativa el acceso al crédito a las personas
que inician empresas, aunque no tengan suficiente respaldo hipotecario o prendario para sus
préstamos.
Mito 6. Es absolutamente necesario usar financiación externa (palanca financiera)
Con frecuencia, la gente se olvida de diversos mecanismos de financiación, diferentes al
crédito, que en algunos casos han existido siempre; en otros, son concepciones nuevas que salen
al mercado. Es bueno recordar que la financiación externa no es la panacea. En muchos casos, la
magnitud de los gastos financieros y los pagos de capital se vuelven un dolor de cabeza para la
liquidez y el funcionamiento de la empresa, hasta tal punto que con frecuencia los empresarios
indican que la causa de su fracaso ha sido la financiación que «se comió a la empresa», ya que
todo lo que producía era para el banco.
Por otro lado, la llamada «palanca financiera» mejora la rentabilidad cuando a la empresa
le va bien, pero la entierra cuando llega a un nivel de rentabilidad operativa inferior al costo
efectivo del capital. Además, la robustez y la estabilidad de la empresa con dinero propio son
mayores que con dinero prestado.
Mito 7. Solamente los locos y los aventureros empiezan sin dinero
Este mito lleva a mucha gente a emplearse, con la expectativa de acumular primero un
capital y luego, sí, iniciar una empresa. Sin dudas, ésta es una actitud prudente, pero muchas
veces el empresario potencial se deja absorber por su empleo y no logra continuar con sus ideas
empresariales. La literatura presenta muchísimos casos de personas que, con claridad –es decir,
sin elementos de locura ni aventura–, diseñaron sus empresas de forma tal que pudieron empezar
casi sin dinero propio, pero tuvieron la habilidad de integrar a su empresa personas y recursos en
las cantidades necesarias. Los mitos existen y, a veces, en efecto, hay dificultades para la
financiación.
Pero lo cierto es que todos los días, y en todos los países, hay empresarios y grupos
empresariales que logran sobreponerse a las dificultades y demuestran con hechos que
todos estos mitos se pueden vencer cuando hay un buen grupo empresarial, una buena
oportunidad y un plan sólido que brindan confianza a socios, inversionistas, banqueros,
proveedores, clientes, etcétera.
Fuentes de financiación
Según los estudios de Welzel, las fuentes de financiación de nuevas empresas dependen de la
etapa de desarrollo y de la orientación y potencialidad de crecimiento de las empresas.
• Ahorro de los propietarios.
• Préstamos de miembros de la familia.
• Préstamos de amigos.
• Préstamos de cooperativas, fondos, grupos asociativos.
• Préstamos provenientes de sus líneas de ahorro.
• Crédito brindado por proveedores.
• Arrendamiento de bienes y equipos.
• Contratación de servicios.
• Pago anticipado de pedidos.
• Crédito de instituciones financieras.
• Prestaciones.
• Venta de bienes personales.
Aunque la mayoría de estos rubros se explican por sí solos, respecto de América Latina es
importante destacar varios de ellos, por cuanto no son tratados, en general, en los cursos de
finanzas. Los casos de cooperativas, fondos de empleados, fondos mutuos, entre otros, están
convirtiéndose, día tras día, en una fuente importante de recursos para el nuevo empresario.
Estos grupos, que comenzaron como ahorro y crédito de consumo, rápidamente han empezado a
entender que es necesario apoyar las actividades de sus asociados, porque les puedan dar
perspectiva económica a largo plazo.
Por eso, han establecido la modalidad denominada crédito productivo, que por lo general
ofrece muchas facilidades de acceso para sus asociados. Esta línea crecerá, especialmente para
las personas con alguna tradición en estas organizaciones, no sólo por su facilidad de operación
sino también por las tasas de interés convenientes, los plazos flexibles, los períodos de gracia y
las formas de pago.
Otra fuente que empieza a florecer son las cajas de ahorro que, sobre la base de la magnitud
de los depósitos que se mantienen inmovilizados durante un tiempo dado, facilitan el crédito para
actividades productivas. Este crédito, sin embargo, es bastante oneroso para la empresa y tiene
involucradas cláusulas de reciprocidad que lo afectan sustancialmente.
Muchos empresarios apelan al crédito de proveedores al inicio de sus actividades, gracias a
sus relaciones comerciales o sociales previas. Este crédito de capital de trabajo, por lo general,
no tiene un costo financiero directo, pero puede implicar la pérdida de descuentos por pronto
pago o por volumen. Ello exige un análisis muy detallado. Otra de las estrategias de financiación
que muchos nuevos empresarios utilizan es el alquiler o arrendamiento de instalaciones y, en
muchos casos, de equipos y maquinarias. Esto reduce sustancialmente la inversión inicial en
activos fijos, pero, es obvio, eleva los costos de operación. Sin embargo, ésta es una buena
estrategia hasta tanto se tenga una visión de la potencialidad real de empresa.
Cómo iniciar su empresa sin mucho dinero
La realidad de la gran mayoría de los nuevos empresarios es que tiene que empezar sus empresas
sin mucho dinero.

¿Cuáles son los aspectos básicos que deben considerarse para poder iniciar una empresa
sin mucho dinero?

Esto implica definir a la empresa de acuerdo con los recursos disponibles, ajustar sus tasas de
crecimiento, recurrir a mecanismos alternos de financiación, entender la realidad personal y la
proyección empresarial requerida. Es decir, tener una estimación lo más precisa posible de las
magnitudes y montos de inversiones y de los gastos y costos iniciales, para así poder definir con
mayor exactitud las necesidades específicas de dinero y poder tomar las decisiones correctivas
necesarias para que la empresa pueda cumplir el ciclo de arranque con el dinero de que
dispone. Optimizar el uso de los recursos. Ello implica identificar el nivel de recursos necesario
para el éxito buscado, y asignarle recursos a ese nivel.

No buscar que se haga más ni menos de lo necesario, para no gastar más de lo requerido ni poner
en peligro los éxitos de la empresa por no gastar lo suficiente. Este concepto de austeridad
positiva en el gasto es fundamental para el éxito de toda empresa. Ésta es, tal vez, una de las
principales recomendaciones que, a todo empresario, con cualquier tipo de empresa y en
cualquier estadio de desarrollo, se le debe hacer. Como se indicó, el flujo de caja es la
herramienta básica de la gestión financiera de la empresa, pues me indica día tras día qué puedo
hacer con lo que tengo, o cuánto necesito conseguir para poder hacer lo que deseo hacer.

Todo atraso en la ejecución del proyecto implica mayor cantidad de recursos para efectuar lo
previsto y, normalmente, ni los aportes de socios ni los préstamos están sujetos a ajustes por
inflación. Como se indicó, este sistema favorece la posición financiera de la empresa, pues ayuda
sustancialmente a la financiación del capital de trabajo y reduce las necesidades de financiación
externa. Buscar financiación de los proveedores. Este esquema, igual que el anterior, permite
empezar la empresa con menores recursos.

Cuando esto se consigue con los proveedores de equipamientos, es altamente ventajoso en


términos de reducción de inversión, pero, en general, es costoso. Buscar períodos de gracia en la
financiación. Esta acción empresarial es muy importante en el proceso de arranque de su
empresa, pues le permite al empresario, por un lado, postergar por varios meses sus obligaciones
financieras con menores presiones y, por el otro, le posibilita alguna capitalización para iniciar
sus períodos de crecimiento. En todas las actividades posibles, busque la reducción de inversión
y de desembolsos en general.

Recurrir a inversión sudada. Muchos empresarios fracasan porque quieren pagar por todo
y, claro, sus recursos financieros se agotan rápido. Manteniendo clara la razón de beneficios y
perjuicios, analice cuánto de lo que se requiere hacer lo puede hacer usted mismo, pues esa
inversión de esfuerzo reduce el nivel de desembolsos. Esta inversión sudada se manifiesta en las
largas horas de trabajo del empresario inicial que, infortunadamente, no aparecen en los estados
financieros, pero es una gran ayuda a la financiación del puntapié inicial.

Para la empresa propietaria del equipo, este camino puede ser también de interés, pues es una
acción marginal que ayuda a cubrir los costos. Esta opción elimina las dificultades operativas de
los literales y, no implica una inversión tan alta, pero presenta dificultades respecto de la calidad
del producto, el mantenimiento y la operabilidad, la tecnología y, muy posiblemente, los
costos. Esta modalidad financiera permite adquirir equipos, maquinarias y vehículos sin
necesidad de inversión inicial. Los costos del leasing se manejan como un arrendamiento del
equipo, pero en realidad están calculados por una forma según la cual, al término del contrato, se
ha pagado casi toda la inversión, y con una cuota adicional mínima se posibilita la posesión del
activo.
Capital propio versus préstamos versus socios
La cultura de América Latina ha presentado como una de sus características
empresariales una gran aprensión hacia la búsqueda de socios. Hay muchísimas historias de las
dificultades que han tenido muchos empresarios con ellos. Por esto, es muy importante analizar
con detenimiento las ventajas y desventajas de los socios, a fin de llegar a una conclusión sana
sobre este componente de financiación. La vinculación de socios a la empresa tiene las siguientes
ventajas:
a. Mayor cantidad de capital propio en la empresa, lo cual permite realizar en forma
adecuada las acciones necesarias para el desarrollo de la empresa y respaldar todas sus gestiones
financieras.
b. Reduce la necesidad de financiación externa y, por lo tanto, genera un proyecto más
sólido en su inicio, con menor «apalancamiento», pero con mayor potencialidad futura para la
consecución de recursos financieros, pues su capacidad crediticia aumenta no sólo por la mayor
cantidad de capital propio sino también por el menor índice de endeudamiento.
Mayor posibilidad de conflictos de interés por la mezcla entre los objetivos personales y los de la
organización.
c. Dilución del control total de la organización, pues cuanto mayor es el número de
socios, menor es el control que el empresario fundador tiene sobre la organización.
d. Menor participación del volumen de utilidades para el fundador, pues su participación
es proporcional a su aporte de capital. Sin embargo, debido a los menores costos financieros y al
mayor movimiento de la empresa, es posible que los resultados en pesos sean mejores.
Ha existido también una concepción errada en América Latina que se relaciona con el deseo de
constituir organizaciones en las cuales una persona sea la única dueña de todo el capital
accionario. Así, muchas veces se da el caso de que una persona no inicie una empresa o la deje
ahogar, simplemente por no abrirla a la participación de otros. Genera tradición crediticia, lo cual
en el largo plazo es bueno, pues si hay un buen manejo del crédito, será posible conseguir
préstamos adicionales en los momentos de expansión y/o modernización de la organización.
e. La realización de la inversión se difiere en el tiempo.
f. Es un buen mecanismo de protección inflacionaria.
g. Genera efecto de «apalancamiento» positivo cuando las condiciones de la empresa son
tales que su rentabilidad sobre el capital está por encima de su costo. Este proceso origina un
crecimiento significativo de la rentabilidad sobre el capital propio no amortizado y hace que el
proyecto luzca más rentable.
El trámite ante las entidades financieras
Tradicionalmente, las entidades financieras de América Latina les exigen a los
empresarios que entreguen su plan de empresa en las oficinas de la entidad, por lo general, a un
empleado de un nivel no muy alto, quien se limita a emitir un mensaje de que, más tarde, se le
avisará al empresario la decisión que haya tomado la institución. Este procedimiento es muy
peligroso, tanto para el empresario como para la institución financiera, pues no permite conocer
en detalle la empresa y su potencial ni evaluar en forma adecuada al empresario. Busque y
consiga que el banquero lo visite en su empresa o al menos sáquelo a una posición neutral, con el
propósito de que pueda lograr de él toda la atención que su empresa y su solicitud de crédito
necesitan. No discuta su empresa y su crédito por vía telefónica, hágalo siempre en persona.
No deje su plan de empresa y su solicitud a empleados de segundo nivel, que pueden no
darle el trámite urgente que su solicitud exige. Permita que su grupo directivo participe en las
reuniones que tenga con los directivos de la entidad financiera, pues así su empresa dará una
mejor imagen y la entidad financiera puede evaluar la capacidad del grupo. Planee la reunión de
forma tal que disponga del tiempo suficiente para hacer una presentación completa de su
empresa, de su potencialidad y de sus necesidades. Al hacer su propuesta de pago, esté seguro de
que ese esquema es bastante suave al comienzo, de tal manera que, con muy poco esfuerzo, se
pueda estar por encima del nivel de producción exigido y, por ende, mejore la posición
financiera de la empresa.
Tenga claro el efecto del costo de capital, de los períodos de gracia y de los montos de
abono a capital, relacionándolos con sus flujos de caja, y adecue los pagos a éstos. Sea fuerte
para sustentar su posición, pero tenga clara la flexibilidad financiera que su proyecto le da como
herramienta de negociación. Insista ante el intermediario sobre su cronograma de inversiones y
sobre la necesidad de que los desembolsos se atemperen a las exigencias del proyecto. Destaque
la importancia de sus fechas críticas y cómo los atrasos en dichas fechas pueden afectar en forma
sustancial la etapa de arranque del proyecto.
Evalúe la posibilidad de que el intermediario financiero le otorgue el crédito y cuánto
tiempo se tomará para decidir y desembolsar. Recuerde que usted debe evaluar al intermediario
tanto como él lo evalúa a usted.
La búsqueda de socios
Como se ha anotado repetidamente, para ser exitosa una empresa requiere un grupo
administrativo muy adecuado y, en muchos casos, este grupo está conformado por los socios de
la empresa. La existencia de un grupo apropiado de socios es crucial también en la etapa de
financiación externa de la empresa, pues es este uno de los aspectos que con mayor frecuencia
mira toda entidad financiera. Por otro lado, hay que recordar que los socios son también muy
importantes en la conformación del capital propio de la empresa y en el aporte de contactos y
conocimientos sobre la entidad. La necesidad de un grupo de socios vinculados a la empresa en
forma activa depende totalmente de la naturaleza de la oportunidad y de lo que el empresario
líder pueda aportar al proyecto en recursos, conocimientos, tiempo, contactos, etc., y también de
su decisión de tener o no socios.
Por lo general, los socios se buscan sobre la base de aspectos muy poco racionales y se
olvidan aspectos tan importantes como compatibilidad, aporte tecnológico, aporte
comercial, aporte financiero, aporte de trabajo, etcétera. Con mucha frecuencia, se confunde
también el papel de socios inversionistas con el de socios empresarios. Esto lleva, en el primer
caso, a que personas que no están en la vida diaria de la empresa pretendan participar, en forma
ocasional y puntual, en decisiones operativas que deben ser del dominio de las personas que
están en la vida diaria de la gestión de la organización. Al buscar sus socios, el empresario líder
debe indicar claramente el papel y la participación que se espera de cada uno de ellos y
establecer las reglas de entendimiento entre los socios.
Se debe recordar que estos conflictos casi siempre ocurren durante los períodos críticos
de la empresa, cuando no existe tiempo suficiente para ponerse de acuerdo en consideraciones
éticas. Por todo lo anterior, es básico que el proceso de búsqueda de socios se haga con suficiente
cautela, con un enfoque planeado y tratando que todos los aspectos queden especificados con
claridad ante los socios. El plan de empresa puede desempeñar un papel muy importante, pues es
allí donde quedan plasmadas las políticas de la organización.

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