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Coram Deo: Viviendo en presencia de Dios

20 diciembre, 201625 junio, 2017 Devocionales

¿Cuál es la diferencia fundamental entre un incrédulo y un cristiano? ¿Qué es lo que caracteriza a un


cristiano, que ha sido perdonado de sus pecados y que ha nacido de nuevo? La diferencia esencial entre
un cristiano y un incrédulo es que el cristiano vive Coram Deo, que en latín significa «ante Dios» o «En
presencia de Dios».
Cuando nos arrepentimos de nuestros pecados y reconocemos a Cristo como nuestro Salvador y Señor,
nuestra forma de vivir cambia completamente. El nuevo nacimiento trae conciencia de la presencia de
Dios a la vida de los creyentes. El Dr. R.C. Sproul lo define de la siguiente forma:

«Vivir Coram Deo es vivir completamente en presencia de Dios, bajo la autoridad de


Dios y para la Gloria de Dios»
El cristiano es consciente de la presencia de Dios y por lo tanto esto debe afectar la forma en que vive.
Nuestras decisiones, nuestras acciones, incluso las más secretas, son realizadas con esta conciencia de que
estamos ante Dios. El apóstol Pablo dice que:

«Entonces, ya sea que coman, que beban, o que hagan cualquier otra cosa, háganlo
todo para la gloria de Dios.»
(1 Corintios 10:31 NBLH).
En esta época, llena de misticismo y espiritualidad falsa, hemos mistificado la presencia de Dios. Estamos
llenos de canciones que hablan de la presencia de Dios como si fuera una especie de éxtasis que es
alcanzado cuando cantamos canciones que repiten una y otra vez la misma frase, con música a todo
volumen y todas las personas gritando y llorando alrededor nuestro. Con esto no quiero decir que no
podemos sentir la presencia de Dios. Los cristianos tenemos cierto sentido de la presencia de Dios en
nuestra vida, el testimonio del Espíritu Santo que nos sella y nos sostiene y da testimonio a nuestro espíritu
(Efesios 1:13-14; Romanos 8:16). Pero esto se ha ridiculizado. El hecho de estar emocionado no significa
que estamos «sintiendo» la presencia de Dios. Hermano, Dios es omnipresente, Él está en todos lados, lo
sintamos o no. Vivir Coram Deo no quiere decir vivir en ese estado de éxtasis del que mucha gente se
refiere cuando dice «siento la presencia de Dios».
Coram Deo tiene un significado más profundo. Es vivir nuestra vida enteramente ante Dios, sabiendo que
Dios está presente. Esto debería cambiar nuestra actitud hacia el pecado, hacia las cosas no tan importantes
de esta vida. ¿Cómo se logra esto? Esto viene dado por Dios en la regeneración. Dios dice por medio de
Jeremías:

Haré con ellos un pacto eterno, de que Yo no me apartaré de ellos para hacerles
bien, e infundiré Mi temor en sus corazones para que no se aparten de Mí.
Jeremías 32:40 NBLH (énfasis añadido)
Y en Ezequiel:

Además, les daré un corazón nuevo y pondré un espíritu nuevo dentro de ustedes;
quitaré de su carne el corazón de piedra y les daré un corazón de carne. Pondré
dentro de ustedes Mi espíritu y haré que anden en Mis estatutos, y que cumplan
cuidadosamente Mis ordenanzas.
Ezequiel 36:26-27 NBLH (énfasis añadido)
El Señor obra en nuestros corazones para que podamos tener conciencia de su presencia en el lugar en
donde estemos y podamos vivir de acuerdo a sus mandamientos ¿Tenéis en cuenta a Dios cuando Tomás
decisiones? ¿Pensáis acerca de que querría Dios? ¿Cómo glorifica a Dios lo que estoy por hacer? ¿Podría
hacer esto si Jesús estuviera físicamente al lado mío? ¿En qué bendice esto a mis hermanos o a mis amigos?
El resultado de vivir Coram Deo es el de llevar una vida centrada en Cristo. En quién es Él, que hizo por
nosotros y que está haciendo ahora, junto a Dios Padre. Esto produce una vida de integridad y sabiduría.
El ser consciente de la presencia de Dios nos hace actuar de la forma en que Dios quiere, haya mil o dos
personas, estemos solos o acompañados. Esto es integridad. Y además, nos permite vivir con sabiduría,
porque sabemos que el principio de la sabiduría y la base del verdadero conocimiento es «el temor del
SEÑOR» (Proverbios 1:7).
Otro error que cometemos es dividir nuestra vida en dos secciones: La parte religiosa («las cosas de Dios,
las cosas de la Iglesia) y la parte secular. Quien divide su vida de esta manera, está fallando en entender
lo que significa vivir Coram Deo. Esto no quiere decir que no podemos cumplir con nuestra profesión,
nuestro trabajo. Una persona que está cumpliendo su vocación de ingeniero, taxista, abogado, contador,
vendedor de zapatos, bibliotecario, etc., y lo hace «en presencia de Dios», está siendo tan religioso como
el mejor predicador del mundo. No todos somos pastores. No todos somos evangelistas. No todos somos
ingenieros. Pero todos somos llamados a vivir Coram Deo. Vivamos vidas que se ajusten a la voluntad de
Dios. Vivamos de acuerdo a lo que Dios quiere. Seamos discípulos de Cristo, no sólo creyentes. Podemos
trabajar para la gloria de Dios. Podemos llevar vidas que glorifiquen a Dios. Podemos vivir en presencia
de Dios, por lo que Cristo hizo por nosotros.

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