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Filosofia latinoamericana e historia de la filosofia* ‘onsipeno las cuatro areas tematicas (objeto, problemas metogol6gic srnalismo/ smo y relevan- i investigacion actual) qu im- posio sobre la historia de la filosofia como Gionadas. Deseo aprovechar la oportunidad que se me brinda de participar en el mismo, para confrontar algunas posiciones generadas en la tradicion de la ‘estas cuatro areas tematicas. En americana debe ser confrontada con todos los problemas de nuestro tiempo. Mucho mas con aquellas cucstiones epistemo- Togicas, como las que nos ocuparan en este simposio, que afectan al modo mismo de producirse los discursos filosoficos. Gene- ralmente, esta filosofia ha sido marginada ~y no pocas veces ‘se ha automarginado- de la discusién, por su tendencia al ensa- yismo diletante, por su falta de rigor y precisién en el uso de lo. Y, si puestos ante algunos de los problemas que nos oct 10 resiste la confrontacién, peor para él. La reflexion " no perder nada con ello. 4 Segundo Simporio de Profesoes de 119 Homo cru cuoesre Por lo dicho, pretendo abordar de modo unitario las cues- tiones propuestas y presentar con toda modestia algunos de Jos enfoques que desde el filosofar latinoamericano se pueden proponer. Es obvio que toda esta consideraci6n epistemol6gica {de la historia de la filosofia afecta tanto a la investigacion en his. toria de las ideas cuanto a la ensefianza de la misma en nues- tra facultad. Mi pretension es, sobre todo, informar sobre algu- mos modos como han sido y son encaradas estas cuestiones mn, al mismo tiempo que cuestiono aquello , insuficiente o mal fundado tedricamente. preliminar antes de entrar en tema No desarrollo con la misma extension cada una de las cuatro reas que se proponen. La extensién no prejuzga sobre la im- portancia, Se le dedica a cada una el espacio que dicta lo que considero oportuno decir sobre ellas en este momento. El objeto de estudio de la historia de la filosofia as cans, hstora mas qu en cualquier ‘a sei 1079, p13, Es muy dificil, si no imposible de principio, exponer el obje- to de la historia de la filosofia de modo intemporal, tico, como si se tratara de una esencia pura, misma ‘me atrevo a dudar. Sin pretender resolver esta cucstion, para mi exposicién la via historica. Parece, quizé parad6jica- mente, que el objeto de la historia de la filosofia no es sino tun objeto hist6rico, quiza como todos los objetos te6ricos. A partir de los sucesivos esclarecimientos y rectificaciones pro- puestos para este objeto, se ha podido decidir qué entra y qué no entra en el tratamiento de la historiografia filosofica, donde tak WA MEOOOLOGA DEA HSTORADELASOGAS 111 comienza la historia de la filosofia, cul es su rango epistémico en relacién con otras disciplinas, cudl es su metodologia, etcé- tera. Puede ser ilustrativo recurrir a Hegel, el primero quiza que sistematiz6 lo que, de modo mas o menos vago, conocemos hasta hoy por historia de la filosofia. En su “Discurso Inaugu- ral" a sus Lecciones sobre la historia de la filosofia, pronuncia- do en la Universidad de Heidelberg el 28 de octubre de 1816, ademas de atribuir a la nacion alemana “..a alta mision de ser os guardianes de este fuego sagrado..." de la reflexion filos6- fica, adelanta que el objeto de la historia de la filosofia es el concepto verdadero de Comprender histori alla de las representaciones filosofia los filosofemas, 0 sea, todas aquellas formas de pensa- miento que no alcanzan el nivel del ji0sos, sean mitemas. Exponer el objeto de la historia de la filosofia, exponer el con- ‘cepto verdadero de la (su) filosofia, le Hevard toda su famosa "Introduccion"? Alli dejara sentada la importancia de deter- minar el punto de partida de la filosofia, la periodizacion del curso histérico y, sobre todo, el grave problema de como es posible una historia de la verdad. Esta ultima dificultad sera retomada una y otra vez por aquellos que, después de Hegel, se han ocupado de la historia de la filosofia. El objeto de la historia de la filosofia no tiene nada de exterior para Hegel Bs el proceso interior de desenvolvimiento de la idea, verdad, ‘concepto. Son los modos de manifestacion del Espiritu Abso- luto. Por el momento, esta solucién de Hegel es lo que menos nos importa! Interesan, mas bien, las cuestiones planteadas y reson, 1978, 2k pode las exagracionesy erores que puedan reprochracle, ls reflesiones sobre historia de la woe com ue se abren nos Lerten niguen sendo probe 112 yomcr carom cavers el modo de impostarlas. Por ejemplo, el punto de partida de la filosofia lo ubicara con todo rigor y coherencia en el momen- ico en que se pueden reconocer formas conceptuales losofemas,’ Momento en que la libertad de pensamien- idira con la organizacién politica del Estado griego. Ni ‘al margen de esa Grecia podra hablarse de filosofia. que su historia de la filosofia incluye como columna verte- bral el detectar (zo postular?) una teleologia, es también, de hecho, una filosofia de la historia. La historia tiene un sentido, Estas cuestiones han sido posteriormente retomadas una y otra vez. Uno de los aspectos que mas parece haber preocupa- do -y ya en tiempos de Hegel (pienso particularmente en Kier- ‘kegaard)- es el papel reservado al sujeto, al individuo, a la per- sona humana en esta historia de espiritus absolutos, en esta filosofia de la historia de la filosofia, como bien la ha denomi- En Francia, en los afios cincuenta, Paul Ricoeur retomara estos planteos en una serie de articulos recogidos en un libro ria/verdad se traduce en el enfrent mi biisqueda. El yo entra decisivamente en la historia de la filosofia como autor de obras geniaies, que no pueden ser redu- terativos de las filosofias. Queda asi abierta una mtar la historia inmanente de las ideas. Por ia de la filosofia como ubicada entre la sociologia del cono- cimiento y la filosot . Pero, evitando cuidadosa- ‘mente el confundirla con una u otra. Omito aqui todo el con- texto existencialista, teologico, personalista (Esprit/Mounier) y ético de Ricoeur y me remito a subrayar su esfuerzo de cons. sofia que no caiga en el vicio de por la via del teleologismo y de la losofia personal del historiador. iene dictada a Ricoeur por lo que a la posicién del otro en su tiempo 1ra Ricoeur el objeto de la filosofia es el sujeto humano filosofante. Todavia en el ambito francés quiero mencionar una obra de reciente difusion entre nosotr’ " filosofia francesa contemporanea’.” Me qui \do “El problema de la ora sobre todo en que su dujo una importante historia de l Chatelet, de desplazar el campo de. Ia filosofia para revertir el discurso ysado, como desacralizador de los discursos actuales del poder. Bs necesario reestablecer la relacién sistematica entre discursos filos6ficos yy discursos politicos. “La historia de la ‘esfera auténoma de la historia: es indisocialbe de una hi ‘ologias, al mismo tiempo que de una historia de las ociedaes y de sus transformaciones” ‘joy(cPara ello se requiere incorporar una metodologia de and Tiss lingoistioo que permit decodificar los discursosy, ade. is, romper con. de la filosofia de la historia. Nos sa a necesidad de definir un nuevo modo de _ id materialista de la historia, para poder cumplir de cuestionar el uso actual de los conceptos , No es el caso de detenerme a exponer Ios icidencia y de divergencia entre es ion de Chatelet y desarollos latinoamericanos contemporancon que menciono més adelante, Si qui ud ‘Sin 4nimo de destacar etnocentrismos por demas eviden- tes, cabria todavia citar textualmente, y eximiéndonos de co- mentarios, la definicion del objeto de a historia de la «que sustentaba en la Alemania finisecular el neokantiano Win- delband: "La historia de la filosofia es el proceso a través del cual la humanidad europea ha fijado en conceptos cientificos su concepcion del mundo y su valoracién de la vida."* ‘Aunque mas no sea para desandar estas “fijaciones" en que lados, ya vale la pena trabajar la historia de la filosofia. Pero, con esta afirmacion me adelanto al cuarto unto de esta comunicacién. Francisco Romero, sefialando la gravedad de este tipo de planteamientos a lo Windelband, aco- ta: "En la definicion de Windelband, para que responda a la situacion habria que precisar ma Ja humanidad euro: pea masculina».”" Aunque con esta acotacién entrariamos de leno en un terreno que permitiria dar mayor concrecién a la manida alteridad ricoeuriana, no es este el lugar de hacerlo. Entre nosotros, en el ambi zo, mientras tanto, también Ortega, Gaos y Romero, entre otros, habian reflexionado sobre estas cuestiones. Quiero indicar que estoy haciendo referencia a pensadores que, ademas de traba- jar como historiadores de la filosofia, han reflexionado metodo- logicamente sobre estas cuestiones. En los afios cuarenta, Gaos publica Filosofia de la filosofia e historia de la filosofia, obra importante, que combina la preocupacién por desentrafiar {qué es filosofia con la preocupacién por su historia. Ha plan- teado Gaos con todo rigor el problema de las rel historia y verdad con que tropieza todo filosofe Ia filosofia, Formula Gaos las tres posibles alternativas que esti cen juego y ante las cuales no queda sino tomar p - 1. 0 todas las filosofias se refieren a una, la misma reali- dad, y una sola de ellas es verdadera y todas las demas son falsas; 2. 0 todas se refieren a una, la misma realidad y todas son falsas, 3.0 cada una se refiere a una realidad distinta y todas son verdaderas."” Segtin Gaos, s6lo una reflexi6n filosofica sobre la filosofia podra resolver estas dificultades que se le patentizan al histo- riador de la filosofia. Preocupado en el mismo sentido, aunque es por todos sabi- do que con una posicién filoséfica diferente a la de Gaos, es- cribe Francisco Romero Sobre la historia de la filosofia. Para €l también, la historia de la filosofia depende de las decisio- nes que se adopten en cuanto a ella. Parafraseando a Fichte diré: “De manera parecida puede sentarse que lo que se es en cuanto historiador de la filosofia depende de lo que se sea como filosofo.”" ¥ pasara a definir el objeto de la historia de la fia, “La historia de la filosofia procura dar una i losofia tal como se ha ido desarrollando a lo largo del tiempo." caon, Flos de a lose Wire dea filha, Sy, Meco, 1947, P37. 16 Homo cen ener Por supuesto, a continuacién, no deja de referirse al papel que cumple la intervencién del fil6sofo en la seleccién del en- foque segan el cual se reconstruye esa imagen. tro del espectro historiografico latinoamericano creo \¢ importancia un breve articulo de Arturo Ardao de los grafia en los ultimos cincuenta aftos." puras 0 pseudoideas. Para Gaos la ye la historia de la filosofia y la historia del pensamiento. Ya sabemos cuan eficaz fue esta nocin de “pensamiento" propues- ta por Gaos. Permi tarde la ilosofia se opone a la historia de las ideas, en tanto es ta dltima estudia las ideas en relacién con la vida hist6rica, su eficacia en el proceso histérico. ‘ Resume Ardao: Lo que Romero lama historia de la filosofia, distinguida de la historia de las ideas, es practicamente lo que Ortega wa una WeTCCOLOGA ELA HSTORA DEAS OES 17 sofia, equivale pricticamente a lo que Romeo llama historia de las ideas."* “Ardao cree encontrar, a pesar de las divergencias, un acuer- que comenta. A fin de hacerle mas ientes precisiones. No se hace historia ino siempre “particularizada” a algun . La historia filosofia. Muy significativo es dolfo y a la propuesta de este n per se, sino on in- (como génesis ¥ “Como fun objetivo mas desta- " cado y, por qué no decirlo, complejo y dificil de los esfuerzos historiograficos latinoamericanos. —En los afios sesenta destacam, sobre todo, las propuestas re- ‘novadas de José Luis Romero. Reiterando observaciones me- todologicas efectuadas muchos afi Romero afirmara, desde su practica de la historia so importancia de las ‘mas difusas ideologias en tanto tienen cierta eficacia en la his- toria general. En la introduccién a un libro publicado en 1967, decia Romero: Estos ensayos parten del punto de vista propio de la histo- ria social, pero no para detenerse en el analisis de sus pro- bblemas especificos, puesto que son casi meros enunciados, sino para sefialar la estrecha relacién que esos problemas, ‘enen con los de la historia de las ideas. Mas de una ver exprenado mi punto de vista acerca de cual es el cary- po propio de la historia de las ideas y me rem! Fo y al texto -naturalmente- de un libro escrito con ana 80 ¥ ida intencion metodologica y que he titulado adre TT desarrollo de las ideas en Ta sociedad argentina det tender, Fponsamniento metédicamente ordenado sino tambien 9 Peuellas que adn no han alcanzado una formulacion rit pas, y no s6lo a las que emergen de una reflexion teen, vost tambien a las que se van constituyendo lentamente fidad y de sus posibles _ Te ser engendrado en las mentes frato de un movimiento espontaneo de vastos grupos so ‘Gales que se enfrentan cofl una situacién dada y pien én ella como en su constructi unstancia, ore de qué dé Tas élites salga quien provea Ta forma rigy- ++ rosa, la expresion conceptual y, acaso la divisa rotunda © Ghz de polarizar a las multitudes y enfrentar a amigos y enemigos. "La vida historica supone innumerables ¥ entrecruzadas 's Hay un jtiego entre la realidad y las ideas; pero Thay un juego entre las ideas teoricas preexisten- ‘ deas que nacen esponténeamente de cierta impre- terpretacion de la realidad, vigorosas, empero, ests ir pesar de su endeblez conceptual, a causa de Ta experiencia que las mutré."* estan, 07, oh ca UNA ETOOOLOGA DEA HTORADELASIOENS 19 ‘a muchas de las 8 ie la escuela historica annalista francesa, , Arcuro Roig publi terior de la vg enticnde un estudio de la ‘en el contexto de un sistema de co trata de des 0 de detectar retra: ta de producir una ampli dar cabida en ella tant ‘pensamiento popular, toa las ideologias de formas de domi- jue pueden caracterizarse formal Itiples y complejas. recogidas como de expertos en rwesco en México en 1974 para programar un volumen a Ser ‘publicado conjuntamente ‘por unEsco y Siglo Convione citar estas recomendaciones porque normaron algunos trabajos de historia de Tas id “durante los afios se- tenta. 1 Partir de una concepeién de la idea entendida ove un ticamento significative que integra una estructirs ‘mas am- rien so obra Latinoamerie: ta ade las es, 450 1900, 120 Homo cen cnoaens plia, con todas las connotaciones de este tiltimo término (econ6micas, politicas. etcétera) dando cabida, ademas, a las ideas en sus diversas manifestaciones: filosofemas, vie ias, ideologia, concepciones del mundo, etcétera. léctico a la historia de las 3..No abordar Ia historia de I i iéndose a la incorpo latinoamericanos, frente a las ideologias de 4. Encarar la historia de las ideas no a partir de campos epistemologicos (filosofia, pedagogia, etcétera) sino de pro- blemas concretos latinoamericanos y las respuestas dadas a cada uno de ellos desde aquell ricanas a partir del supuesto de la unidad del proceso historico de Latinoamérica, 6. Ir mas alla de una historia de las ideas de tipo nacional yavanzar hacia uno mas amplio de regiones continentales, sin olvidar el supuesto sefialado antes. . Sefalar, en lo posible, la funcién de las influencias en relacion con los procesos histéri i 8, Dar preferencia a la historia de las ideas entendida como historia de la conciencia social latinoamericana."” Ricaurte Soler, también preocupado por estas cuestiones, propuso combinar los aportes de la historiografia idealista & historicista latinoamericana de los afios cuarenta a cincuenta con los estudios de historia econémica y social que promovio 1a “teoria" de la dependencia." He polemizado con Roig y Soler la de las ideas para America rs sobre a storia dea owas y de a “ur flofia actual en Americ Latina, inicio de la historia de las ideas en el Ecuador y'me he permitido proponer la necesidad de partir de un es- tudio de los modos de produccién para poder deterr modo de articulacion de las distintas series (lite a «a, econémica, filosofica, etcétera),lapoyandome para esto en Sugerencias metodol6gicas'ya realizadas a propésito de la lite- ambien me he pe studio de la tema- para redondear estas obser- turte Soler ha producido uno ‘trabajos mas importantes en lo que hace al estudio de las -ologias en nuestro siglo x1x."" Ha dado con él inicio s6lido a lo que bien podria denominarse una historia materialista de las ideas en nuestra America. En sintesis, desde una historia de las ideas preocupada por rehacer el proceso inmanente seguido por la filosofia (una filosofia que era vista muchas veces como ajena) hemos le- gado entre nosotros, al momento actual, donde el esfuerzo se orienta a trabajar una historia de la filosofia (nuestra, porque en mayor 0 menor medida tiene una cierta operatividad social ial de nuestro subcontinente. = mn el cual se ha ido rearticulando suce- ion inmanente idealista, para avan-, zar a la biisqueda de explicaciones. ¥ en historia las causas se buscan con apego a la evidencia documental. laci6n sin eviden imperialismo, Siglo XX, Mes 122 enum anoeens Problemas metodologicos en el estudio de a historia dela filosofia a mejor praca de le profundidad Flmiica ‘sa problemaicidad Los problemas metodolégicos que se le plantean a una his- de la filosofia asi entendida, no como historia de la ver- sofia junto a otras manifestaciones Jaman un esfuerzo especial de teorizacion que no ily decisivo problema de la nosotros, en nuestra historiografia, una denomi da hace ya varios afios por Francisco Romero (1891-1962) y que se ha vuelto clisica. Romero habla de “fundadores" de la fil fia latinoamericana, aludiendo con ello a una cierta peri ion, Me gustaria detenerme a examinar cuales son los criteri exp ‘mplicitos que utiliza Romero y qué presupone el ‘uso generalizado hasta hoy de esa concepcién. Como diria Ro- rriador de la filosofia hay un fildsofo. Caso y José Vasconcelos en México, etoétera, echay para que se produzca la esperada y ansiada “norm: filos6fica. Es curioso que hasta trabajos muy recientes siguen __ Mak NeToDLOGH OCA ORK ELAS _123 orientados por esta nocién de “normal normalizacién propue Romero como ideal normativo para la lost entne acer tros.# Recientemente, Arturo Ardao ha 7 eae ee ee a mieten ea tian ene fe iu ss py ete enn ahaa ae mina ema Ppodia hablar de filos« 3 ‘Consabidas som tas dos nociones eseribe A a he Ardao-referen on Flos de ery de hoy 1 _wowoo cmon cua tando una cultura filosofica se podria llegar otorgar a “estos studios la normalidad y facilidad de los dends...” La filosofia tno os cosa de genios, en su concepcién, sinode profesionales {que aprenden su oficio y que suman su esfuerzo al comiin es- fuerza internacional por esclarecer estas cuestones que plantea Ia filosofia, Se trata de “cooperar en esa protlematica univer: sal y no empefiarse en un localismo sin sertido en lo filos6- fico" En 1936 se ocupa Romero de destacar algunos problemas de Ia filosofia de la cultura. A propésito, es uno te los autores que ‘mis recalcard la importancia de trabajar conla nocion de Wel- tanschaiueng, Reitera que la distancia historia es indispensable para tina correcta perspectiva. Con esto deja, acitamente, negi- Ga toda posibilidad de una historia del presente. Fl suelo que esta debajo de nuestros pies nos es siempre invisible y todo es fuerzo por avistarlo parece absurdo. Esto exolicaria el retraso ‘en la consideraci6n de los problemas humatos respecto de los cs, La filosofia le aparece como un aaz de cuestiones particulares (cultura, naturaleza, el hombr como “espiritu’ os objetos como “espiritu objetivo", el “sentdo”, los “valores") que remiten a un tronco comiin universal. la historia no pue- de ser otra cosa que historia de la cultura. 1a cultura es la que Gomo proceso acontece en la historia, es suhistoria. Esta his- toria (la de la cultura) se combina con ina filosofia de la historia que es el estudio de su sentido (le la cultura que tiene historia 0, mejor, que acontece). Flosofia de la cul- tura, ilosofia de la historia, filosofia de los valores v gnoscolo- gia (0 como conocer cultura, historia, sentido y valores), En Estos parimetros se concentra la reflexion filosofica para Romero. ‘En 1938, en un opdsculo en memoria le su maestro Ale- jandro Korn (1860-193 ingular, estrecha- ‘mente ligadas a las dos nociones que nos irteresan: “fundado- an onvermaockac aso oeUsees 1s res" y“normalizacion®. Sogn Romero, Al e repctdo entre nowoton of fra teaimcnteindopendiente, el movimiento de renovaci6n y restauracién filosofica que en Europa cumplieron los Huser, oe Bergson, ctetera. Eat x- ingularcoincidencia es capital, porque d- ofa puede surgir entre nowotroy sin mi lar, a Ronee Segtin Romero: . ales dedicads ala filosofa. Los qu siguen la moda. Los que con esfuerzo etoman la critica ya cla tray con td tiger por tting lou ivea open! ‘monte el pensamicnto de la epoca, los sue lo van forand, secu eae ate aa Sa ee eee eae ee sonar eon say Moreira ar sah eee eee eee see year er ee ee Sansteeiad gl uarye some cereale 5 representar ideas ya admitidas y habituales, y con los que Sra tobi inl ee Ze Sra Ee coc ee ee each cern pore arinieee aor megan Sel erate Big te ets, {Son estas afirmaciones, exager rods 6 sxageraciones producto de la pe- Sie ten eee rae re que sefialar. Quiz exageremos si atribuimos estas caracteris- ticas a todos los que Romero sraba “fundadores". Es bien sabida la devocién que sentia por Korn. Pero, al menos uno de los *fundadores* estaba adornado con estas cualidades y las tudes que Romero sefiala con los demas son grandes, e m iene asentar que la presunta ‘espontaneidad” de este surgimiento de filosofia genuina hace *trancico Romero, Aljndro Kom (1480186), Universidad Naconal de La ‘ta, La Plata, 1938, pp. xix, . Cot aap que, segtin esta concepci6n, s6lo se puedan organizar condi- Giones de trabajo académico que brinden el apoyo para que en. Gl futuro se reitere, pero no se puede garantizar nada al respec- ra Romero, esta vuelta a la filosofia que representa Korn ‘ha dicho, idéntica a la renovaci6 - {acion’ dird también Romero) filosofica europea (ant vista, por supuesto) se caracteriza por un minimo de retorno ‘la filosofia “bajo la forma de historia de teoria del conocimiento”.” Pero, poco después Tos ‘mativos’ como gusta decir Romero, ¥ aparece- .da fuerza preocupaciones por la cultura, los valo- de la crascendencia. se manifiesta incluso en la relacion ‘permite esbozar una vision de la his ia filosofia desde los griegos hasta hoy en oposicion al \hora para nuestro tema, {te filosofia e historia de las ideas, por la otra. primero, afirma Romero, la coincidencia genenll entre la mar- Pha de las ideas y los grandes ‘nudos" de la marcha historica. Tn cuanto a la historia de las ideas es vista por jofar, a la marcha dinimica del espi- itn humano, no lejos, evidentemente, de la Fenomenolagia de Hegel” ‘En 1942 ya se ocupa Romero de la filosofie hispanoameri- cana y no sélo de la argentina. Segiin él, junto a Tos estudios jos se consolida la vocacion filos6fica entre de exp! zaci6n’ filoséfica. De la preocupacio Ja autonomia de la reflexion persor omer, Programa de una fiesta" en Sparen de seni 23 Tambien en Papels para wna ils CA NA HETODOLOGA EA MSTORAEUSDEAS_127_ fan por su cuenta, partiendo del positivismo y realizando su superacion. En esta reaccion contra el positivismo se. amplia el interés filosofico, ganando nuevas capas de la poblacién. La filosofia se convierte en una actividad cultural “normal” dela sociedad y se acorta la distancia que nos separa de los paises poner las bases, funda estudios filoséficos se caracteriza por un Por un lado, de acercamiento metédico y ‘que ocurre en los “paises de produccién ori- segiin el pensador argentino.” Francisco Romero no fue un pensador cualq) rr sti pensamiento y sefal6 con honestidad muchas de icultades que encontraba a su paso. En 1943 escribe acer- ca de la necesidad de ensanchar la historia de la filosofia hasta t __128_womyoo coum eres que no se puede desolidarizar la nocién de “fundadores” y la de “normalizaci6n’ de la nocién de cultura entendida como espi- rritu, de la filosofia como culminacién autoconsciente de la cultura, de la nocién instrumental de concepcin del mundo, del retraso de influencias, de la caracteri de épocas, de \do de la creacién individual, etcétera. Este cegorial de Romero. Fuera de este con- \ogico, epistémico y metodolégico carecen snes o bien remiten a estos contextos con- ceptuales con total ignorancia de quien las usa. ¢s citado a partir de una obra que . Sobre la filasofia en América, de 11952, sintetiza la posicion de Romero respecto de la filosofia que se va produciendo entre nosotros, afirmando el cardcter ‘universal de la filosofia, repudiando el localismo y aquilatando Jo ya hecho. A estas alturas, ya puede ser caracterizado Romero figura de mayor relieve en bajos, redactados ca: vo." Estas afirmaciones estan, contra lo que en total coherencia con sus preocupaciones afirmaba que nuestro problema filosofico era ‘Aportar informacion de modo riguroso, y mas cuando es casi iIcanzable, es ya tun paso en nuestra labor filoséfica. Para- ‘que rastreamos, y que sobre todo mea de evo- lucion posterior de los discipulos de Romero. Hai nociones que mas fortuna han alcanzado en nu grafia de las ideas filosoficas. ‘de Romero recoge, como casi todos los suyos, un conjunto de articulos anterio extenso de 1948 dedicado a incluye un ensayo bastante fia en Argentina y elabo- sxrrancisco Romero Sabre la flow. 1982, p.7 rado como respuesta a los trabajos sobre el positivismo en México de Leopoldo Zea. Esboza cual habia sido el desarrollo del positivismo en Argentina y trata de estimular la realiza- ‘cién de trabajos mas completos sobre el tema. Claro que en una perspectiva diferente a la de Zea, quien pone en obra la ‘metodologia propuesta por la sociologia del conocimiento de Scheler/Mannheim, teoria que Romero seguramente conocid, ésta, entonces, una respuesta provisio- nal ante lai tro tema interesa sobre todo el apartado Tl: “Agotamiento del positivismo y corrientes reemplazantes". Hay un pérrafo que hho me puedo resistira transcribir, porque caracteriza, a propo- sito de Alejandro Korn, lo que Romero considera que debe ser 1 fil6sofo americano. ‘Alejandro Korn fue un fildsofo de la libertad, Fil6sofo ame- iano, era lo que debe ser, lo que tiene que ser un fil6sofo americano: no un rebuscador de curiosidades indigenas, no el fabricante de taraceas arqueolégicas, sino un hom- Dre imbuido de todas las esencias occidentales y capaz de repensarlas, reclaborarlas y Ievarlas adelante en cl esce- nario de América." ‘A pesar de la atinada critica que hacia al etnocentrismo census acotaciones a Windelband, Romero piensa en el fil6so- fo americano como un europeo en América y a la filosofia americana como filosofia europea en América. Una América {que es s6lo “escenario”, por tanto, naturaleza frente a las “esen- ‘cias occidentales’ de Europa que, seguro, es historia. La “nor- ‘malidad filosofica’ es, para Romero ‘la incorporacin de esta actividad a las demas que ejerce 1a comunidad, como funcion ‘Normal actividad europeizante entre no- 10 Homo cau gape sotros. Ya desde 1929, con la fundacién de la Sociedad Kantia- na de Buenos Aires *...nuestro reloj corregiria el retraso con que habia marchado respecto a la hora europea’.* Publicacio- nes de todo tipo irdn atestiguando el esfuerzo sistematico y metédico por apropiarse el pensamiento ajeno y por ir bus- cando formulas propias, La noci6n de filosofia como haz de cues- tiones universales se completa con una personalizacion de su La filosofia se le aparecera en este periodo de ini: ‘como tn conjunto de hombres filosofando. Estos politica quedan asi asentadas como practicas incompatibles. En un trabajo de 1951 vuelve sobre la necesidad de revalo- cerrados circulos académicos, para convertirlos en una habi- tual preocupacién de todo hombre cultivado, entroncandolo ‘con muchos intereses de la teoria y de la le interesa la vida y el ambito exteri en el articulo anterior, de 1948, la politica cra expresamente repudiada... Los “fundadores” viven esa contradiccién, ese “reparto entre la teoria y la vida", hasta que se va creando el ambiente académico y los filosofos pueden profesionalizarse. Estos fundadores, incluido el cubano Enrique José Varona (1849-1933), van a ser calificados de muchas maneras: “patriarca de la cultura’, “varon docente’, “director de conciencias*; pero Korn y Antonio Caso van a merecer el apelativo de “filosofo absoluto’, Absoluto por estar separado de toda otra preocupa- cién que no sea la vida del espiritu filosofante. Todos estos “varones eminentes” deberian ser acogidos como propios por los paises americanos. ‘A propésito de los movimientos personalistas norteame- ricanos y de la figura de Borden Parker Bowne (1847-1910) _chay también la relaci6n filial con el fundador, con quien ‘no s6lo proporcioné un sistema de ideas, sino que, por la energia y la hondura de su personalidad, por la potente vibracion de su experiencia filos6fica, fue capaz de pro- ducir una conmocién que se transmitio como un ofrculo reciente de ondas a partir de un foco.’ Nueva metéfora: un foco y sus ondas. El fundador y los nor- malizados... Quepa sefialar aqui que Romero piensa en toda ‘América y no en Latinoamérica. Su vision es, mas bien, pana- mericanista, Es todo este contexto el que suponen o connotan las no- ciones que nos ocupan. Pero, hay mas. Ademés de este contex- to tebrico-metodologico, por calificarlo de algin modo, hay un contexto mas propiamente ideol6gico-politico que también _aparece entrelazado en estos textos y que permiten ubicar ‘mejor estas nociones. Hay dos fragmentos de los comentarios de Romero a La rebelién de las masas de Ortega, donde define el liberali de minorias selectas al que se adhiere, liberalismo de ‘que se exigen mas que los demas. Los hombres de la ¥ el rigor, Ios que gozan con el mando frente a la muchedum- ‘bre, ala aglomeracién, al leno. No es un dato despreciable en este contexto, el que Romero haya sido capitan del ejército antes de dedicarse a la filosofia. Nos dice Romero: El hombre-masa al pasar a establecerse en el primer plano historico, impone su torpeza, su mediocridad, y la civili- ‘zacion de Occidente corre peligro de fracasar asfixiada por esta invasion vertical de barbaros que se regodean con los, productos y bienes de la cultura, pero que ignoran o des- precian la intima esencia de esa cultura, sus principios ‘supremos, las virtudes cardinales sobre las cuales reposa.* Y agrega mas adelante: _mprancaco Romer, "Los movimientos personals’, en Sabra soi... 1851, ‘eprancaco Romero, ‘Al margen de La Rebelin de as masse en Filosofia de yer B18, 132 omc ER GLDHERG En politica, las dos grandes experiencias del tiempo, el fas- cismo y el bolchevismo, van contra el liberalismo, que no ‘es una mera doctrina, sino un destino del europeo actual, ‘algo, consustancial con é1, una cosa que él es, quiéralo o no, con tal ineluctabilidad.” Romero estaba asf, obviamente, preparado para ser anti- peronista. Los descamisados manifestandose con bombo en las calles no serfan mas que barbaros incapaces de captar | espirituales esencias de la cultura. Por otra parte, e! liber i ideo zado mientras, quiz in ‘mistifica con un procedimiento de encubrimiento tipico: la naturalizacion. Ya no es un producto historico, sino parte de Ja naturaleza humana. Es destino, es fatalidad jineluctable... ;Sera este liberalismo la esencia occidental que el filsofo “americano” debera repensar y llevar adelante en el escenario de América? ‘En 1940, en su “Programa”, enfocando el problema de la trascendencia en. oposici6 janencia, encuentra un paralelismo que le parace en la supuesta trascen- dencia y superacién del iualismo en las masas. Y toma nuevamente posicion frente a los movimientos de masas. Pero un pesado lastre de inclinacién inmanentista y la teorizacién -lastrada de inmanentismo también- empo- brecen y falsean estos movimientos, y los convierten en todo lo contrario de lo que deberian ser. Enderezar la trascendencia ~como hacia su natural destino hacia las metas de el pueblo -un pueblo determinado-, la clase, el Estado, la raza, etcétera, es constituir una nueva inmanen- cia y quedarse en ella quebrando las alas al trascender, con la agravante de que el egoismo indivic il denunciable, se reemplaza con un egoismo col do de turbia mistica y aureolado de un prestigio impresio- nante aunque falaz. Lo peor es que con el individuo suele dem, p12 CANA METEDOLOGADELAETORADELSIOEN_ 12 sacrificarse la persona, instancia superior a cualquier tra porque desde ella ocurre la proyeccion hacia el valor. No es el caso de detenerse a sefialar esta ultima afirma- ion, segiin la cual la persona no valdria por si, sino como Soporte del valor, vale el valor en ella. Nuevamente, bolchevis: mmo, y ereo que especialmente, nazismo son el objeto de su ata Guo: Para nada extrafiaré el que unos afios mas adelante 1as seasas peronistas, emigrantes campesinos en la gran ci “chuncanos’ la mayoria de ellos, fueran vistos como un. ‘ion zoolégico’ en el brutal decir de Ezequiel Martinez Es 46 a su catedra durante el alejamiento de la cate- Jira como un “exilio interior". Combati6 al peronismo desde alli ‘con todos los medios a su alcance. ‘En 1958 se publica un libro donde se da cuenta de la funda- ‘cin de la Asociacion Argentina por la Libertad de la Cultura, constituida en 1955 como filial del Congreso por la Libertad Sc la Cultura celebrado en Berlin en 1950. El Congreso de Berlin habia que enfrentar al totalitarismo Esta insuficiente caracterizacion del peronismo ha sido mu- ‘has veces criticada. Rodolfo Puiggrés sefialaba, en 1968, que fnuchos jévenes “se avergonzaban del peronismo” en el treinta por no pensar la realidad y buscar “modelos extranjeros Pefviendo al libro de la Asociacion por la Libertad de la Cultu- ye, Carlos P. Carranza hace una presentacion de tipo doctrinal donde afirma que se trata de defender la cultura verdadera, ‘ara que se desarrolle sin coerciones ni condicionamientos, Kiudiendo expresamente a la concepcién de Romero, sefiala {ue la cultura se define segan la siguiente formula: 24 Nooo sum apes “Naturaleza + actividad humana espiritual = cultur Es interesante esta formula, porque muestra cémo era in- terpretado Romero por sus propios seguidores. En Los proble- mas de la filosofia de la cultura Romero consideraba otra ecua- cién: naturaleza-cultura= hombre. Toda actividad humana ‘era cultura.® Sin embargo, aqui Carranza habla de “actividad espiritual’. Subrayo la espiri izaci6n. Y, en otro parrafo que no tiene desperdicio, “define” Carranza la nocion ‘que defiende la Asociacién: “No es facil fijar con prec Concepto de libertad. Es de aquellos que se comprenden mejor que se expresan."* Huelga todo comentario... En este libro 180 leido por Ro- mero en el acto de la Asociacion el 3 de octubre de 1956, En este discurso afina Romero sus con- “Cepciones acerca de las relaciones entre cultura y libertad. ‘Afirma que no hay libertad politica alli donde se coacciona la libertad artistica o filosofica. Podria leerse, sin mucha suspic” ‘reclamaba era una trinchera para seguir hacien- a Pero esta lectura quiza no fuera respetuosa con la tun organismo que puede estar enfermo o sano. Indicio de sa- ud del organismo ser la posibilidad de que se manifiesten sus ‘mis altas expresiones. Y, en un parrafo que aparece en cierta _ tan wn weTo00L0GK BELA HSTONA ELA DEAS _135 medida como contradictorio de sus afirmaciones anteriores en cuanto a la metéfora del “organismo’, a la “unidad” y *soli- ‘a’ de la “cultura entera’, afirma la necesidad de que se jormal ejercicio. Ca- ‘Mfirmacion importante, porque aclara en més de un sentido mn" filos6fica. La filosofia es au- tonoma, no tiene relacion cor pecificos que derivan de su propia indol dojica esta concepcion en quien fue ta Geberd ser ya evidente, un idedlogo y militante politico. Se siente Romero Hevado en este discurso a hacer una Jon mas clara de lo que entiende por filosofia. "Acaso sea la fi- osofia la rama de la cultura que padece mas con la opresion. Filosofia y libertad son inseparables."* Incorpora la figura del filésoio a su reflexiGn, para mostrarlo en toda la fuerza de ‘su indefension. El filésofo aparece obligado a la libertad. Un filosofo ¢s, ha sido siempre, un hombre que expresa la verdad tal como él la entiende [...] De todos los creadores Jatelectuales, es el mas indefenso, el mas vulnerable, por- {que es el mas comprometido con su propio ser, y si reniega de ese compromiso se autodestruye.” 41 filésofo del que est4 hablando se Hama si no, seria muy extrafio que un pensador wrote como él propusiera semejante concepcién de ver- jones mas certeras, la filosofia ."® De ahi, que se vea Hamada to se le “srrancisco Romero, ‘Filosofia y Uberad’,Asociacion Argentina pot la Libertad nar eye. 3 ts dela tea 4 Homao cewm anes en el contexto de su obra, la defensa que hace de la libertad como derecho natural. En articulos anteriores habia cuestio- nado la apelacién al derecho natural por ser una manifesta- cién inaceptable de inmanentismo (probablemente en otro contexto polémico, contra el smo de los participantes ‘en los Cursos de Cultura Cat6l En fin, a pesar de ser un fildsofo ‘normalizado”, profesional, académico, Romero hace politica. Pero, como en su concepcién filosofia y politica se excluyen, él, fil6sofo, se presenta a si mismo en esta lucha de otra manera. *Y recordemos, para terminar, que los fil6sofos, por lo me- nos los dignos de este nombre, también se han afiliado a la libertad como hombres y han sabido defenderla con su pala- bra y con sus actos." Con estas palabras termina su discurso. El representa al hombre, al derecho natural ala libertad, a la filosofia, ala ver entre salida de los claustros y academizacién de la 2 Slosofa estin en el seno mismo de las nociones de “fundadores" y de “normalizacién". La “normalizacién" filos6fica ansiada por Wn A MEODOLOGIADELAMSTORA DEAS EAS 7 Después de este apretado e insuficiente excurso por la obra de Francisco Romero, cabe terminarlo retomando sus mismas palabras en las que evalda la filosofia de Alejandro Korn. £1 hubiera aceptado que se le aplicaran a su propia filosofia. “Su ensamiento sera sin duda superado, y él mismo contribuira Al finalizar este examen de un ejemplo de singular impor- tancia, me interesa sefialar que mientras la historiografia filo- ticamente las periodizaciones que se derivan de nociones como la de “fundadores” o las connotaci incluyen nociones como la de *no1 un avance significativo de la investig: co y suficientemente riguroso. Concepciones “externalistas" e “internalistas’ en 1a historia de la filosofia lista’, a su conocida obra Swprancitco Romero, Alejandro Korn. 198, psa os vomco cen —— MicAUMANEEEOLOGHDCANTORADE LSA _188 ‘La demolicién de la razon," apunta Lukacs 1a Sea knde s oe catudio que no se atenga solo a ideas 0 personal TREC distsipsaeeldin hint qpteneundosin sustentn, sino que ‘atienda alas verdaderasfuerzas motrices eae ae eee ee nee entrees dain paiodes daa pdianencide’diaicles emewaia. gala srneaatah Que intente descubrir la trabazon entre Tos problemas temeste sentido, responsable ante la historia del contenido Oe tennant de vista de Yo que se llama el de- shjetve desu fsa, independientomente des desi Rlossllo inmanente de la filosofia, caerd necesariamente nios subjetivos que la animen.* ears sara deformacion idealista de las conexiones mas im- earuamtes, aun cuando el historiador que ast proceda renege gy fos necesarios y ponga, subje- : sukiics en 1952 era posible afirmar que ‘atin y ponga, subj ehiite una Rigoorle tusrsibtn a2 To AIbSSEL = apn yonga de los cono\ e. 1a mayor voluntad en el empefo por ser ob- : in;no contamos con una his- = Ste, Stovia mowxis He aqui planteado el problema metodologico y epistemo” tal para nuestra tarea. ,Como hacer esa his: ‘de la filosofia? Esta de mas, para aquellos seguir mas Pee ee smpo Futuro ser: y con la creencia en que todo tiem iro sera me- fz, slempre que medie la lucha por la transformaciGn de un _presente intolerable Es bien sabido que la soci .cias, brillantes ané ue la sociologia del co- For vvirir por otras vias, que brinda este di tes oe a gor hungaro. De modo también expreso plane ‘istente entre la subjetividad conscien- ido objetivo y la funcion social de su te del filosofo y el conteni ‘trata cuando se pretende una his- filosofia. ¥ de esto ultimo se toria marxista de la filosofia. _.es cuestion puramente secundaria el que los di ‘pensadores sean o no conscientes de esta su posici istintos jon, de. Gp Jone Ingenteros ‘Aniimperitome y main pS uo omoncenmmaumeers > \ Jmiento surge conto un intento roeiicamente weet mars sbrel iso recalcar esto, porque en nuestros precio roctotngia del conocimiento con marxismo. Ast 10 denunciaba y explicaba ya Max Horkheimer coeténe: al surgimiento de las propuestas de Scheler/Mannheim en ft década del treinta.” En Estados Unidos esta tematica ‘de las reestructuraciones realizadas por yblemattica incidié en los desarrollos ja ciencia dando lugar a la pole mica entre posi teresante de esta polémic ‘en pugna logra rebasar estén entrampados en por los cuales ésta se desarrol contexto, habria que desarroll: opuesta de Michel Foucault, ro Pret te labor carqueotOgica” dl “saber”. Locura, med ‘ina, earcel, sexo, economia, literatura, pocas napas han esca- ie algunos modelos eis jestacion para examinar, a par- ignorar los desarrollos ulterio- ‘estos problemas. Parece valida, de la estructura académica alemana calificado in embargo, no creo exagerado afirmar que la epistemologia tiene en su obra Geistige und Korperliche Arbeit (gestada entre 1920-1970) una divisoria de aguas. Es antes y después de Sohn-Rethel y ~creo que también hay que decirlo— la discusion entre internalismo y externalismo ya era vieja, ob- soleta y falta de rigor y profundidad antes de nacer. Antes de desarrollarse ya estaba superada por la reflexion epistemol6- gica en que dolorosa pero infatigablemente se empefiaba Sohn- el, Al tratar de complementar la critica a la economia po- a la epistemologia fi- nuestra comprension de la historia’ Su propuesta del no es ajeno al esfuerzo por establecer la cone: entre las dos partes del proceso historico a que alude la meta- Para ello, muestra el No pretendo resumir aqui la compleja simp! andlisis de Sohn-Rethel, s6lo sefialo que para él es la sintesis ts Mexico, 1981, pp. 17719, aly taba mana Bl Viejo Topo, Howat, _2_yoman emu Gunes social la que determina la conciencia.” Por tanto, solo un ané- Tisis de las caracteristicas de especificas sintesis sociales podra aportar Juz en cuanto a las distintas ciencias y conciencias que sobre ellas se asientan. Estinocién de Sohn-Rethel parece fastante adecuada para reforzar la distincidn entre socieda- des de produccién (modos de produccién comunitarios) ¥ so- Giedades de apropiacién, en las cuales surgen relaciones de dominio y servidumbre. La constitucién de las matematicas es ‘onces, también para periodizar. En ‘ble para nuestro trabajo sobre la filoso- fia del precolombino, La lectura de la filosofia nahuatl o de la cosmologia incaica en ese contexto es de gran interés. Pero, ita de trabajar sobre periodos posteriores hasta igs, el problema se complica si uno incorpora las reflexiones de Sohn-Rethel, porque y iedades de apropiacion no parece variar tanto la si todo, la abstracei6n real o ecuacion intercambi we basa. Habria que pensar aqui en Tas combinaciones que van ‘mostrando los moclos de "ign entre nosotros. Asi y todo, Guedan todavia muchas dificultades metodol6gicas que supe far para poder reconstruir las relaciones entre el andlisis del Tnodo de producci6n y sus correspondientes manifestaciones jdeologicas (ideas filos6ficas incluidas). La propuesta de Sohn~ Rethel parece un desafio que habria que asumir para poder ponerse en camino de ‘superarlas’ Sus andlisis reclaman un re- spewado rigor en el examen de las relaciones entre filosofia y, politica, asentadas sobre el estudio de los modos de produocion. ‘Conviene advertir, para cerrar este apartado, que estas me- ditaciones sobre el trabajo manual, este intento de hacer una hhistoria de las ideas y de la filosofia desde la perspectiva del tra- bajo, provoca el asco de los filésofos. Mucho mas entre noso- MOA UNA METODOLOGA DE AMSTORA ELAS IAS 149 {10s latinoamerica mos que tenemos una larga tradicion colonial hispana de despreci pr Ia actividad mana, por mpueso por el cuerpo. La vida del espiritu no se puede contaminar...* Relevancia de la historia de Ja filosofia para la investigacion actual En una peropectivahepeiana no se ustiica este cuartoapar- que se nos propone para nuestro coloquio. Seguin Hi que se nos . fegel no hhabria aqui ninguna dificultad ni nada que discutir, Expresa- [de la historia de la filosofia} se desprende MO es necesario detenerse a Para nosotros no es tan sencillo. Permat ente Jowota burguosa es pasta contra las eacrdas,y toda atta D cuerdas, y toda ‘erate ota ee clon ane criticos que vienen de la ciencia y de la politica. Cabe pregun- tar gpara qué podria servir una historia de la fi lle vents planenndot Una horn de ‘losoia que forme parte de una historia ms amplia dela ideas, de as ideo- logias, de la historia social total. Una historia eee historia de las mentalidades sociales" yr ms an ie mt ain nn i pn ts ee oe one Como la rida rouse, Cr. Mat a nbctie aemet ie pene ie _14_ voce coum Gane Seria quiza de utilidad como un esfuerzo por completar nuestra vision de la historia. También, por plantearse el papel que cumplen, que efectivamente han cumplido las ideas en ‘huestra historia social. Seria una historia que nos permita no seguir descubriendo Pacificos y saber de nuestra memoria. Un. Conocimiento riguroso, basado en Ios testimonios de los textos, dde como se ha ido operando social y politicamente nuestra reflexion. Una historia que permita atisbar las limitaciones de la vida académica y la riqueza de lo que ocurre més alla de ts sistematicos. Una historia que no desdefte los irracior trafiar, denunciar y explicar las logicas y las razones de la demo- licign de la razén. Una historia, en fin, que permita diagnos- ticar mejor el presente para pronosticar mejor el futuro. ‘Asi como Marx afirmaba que la critica de la religién es la primera de las criticas, el estudio de la historia de la filosofi Ja historizacién de la razén, es la primera de las formas cr cas de acceso al filosofar. Y, personalmente, no creo que deba- ‘mos renunciar al filosofar y a la teoria. ‘Necesitamos de la mejor teoria par: transformaciones imprescindibles que el renovado y dificil camino de enfrentar \dos cumplieron un papel no ingenuo itada en la raz6n, como se los ha carica- turizado. Al fil latinoamericano le corresponde hoy seguir acompafiando este esfuerzo de critica y autocritica. De la vision que tengamos de nuestra historia de la filosofia, de la vision que sepamos construirnos, dependera en gran medida la filosofia que desarrollemos. Lo hecho, o mej cién que se tiene de lo hecho, condiciona por hacer. La primera tarea parece ser entonces la de estable- ter, mediante la reconstrucci6n ~una, la nuestra del pasado, donde estamos y qué nos queda por hacer. Amportanca los dosrollosulterores de a socologia det idirinulon socal del conocimlen: Revolviendo papeles viejos fuimos levados comunicacion hablando de la verdad filosofica. Nos int san, mucho mas, las sucesivas “verdades” que se han ido mani- festando en nuestra historia. Lo que se consideré como “verdad” y el modo cémo se pretendia hacer valer en la historia. La operatividad efectiva de estas “verdades" y el proceso historico en que intervenian, Paradojicamente, nos interesa esto mu- cho mas que los avatares de una presunta omnisapiente filo- sofia, Lo demas puede quedar para el dogmatismo perenne, sea del signo que sea. Deseo terminar enumerando, a modo de conclusiones provisionales, las sugerencias que he ido perfilando en mi reflexion: necesidades y condicionamien- del sujeto son cuestiones ligadas entre si, las cuales ‘exigen una reflexion capaz de relacionarlas metédica- mente. 2, Una primera e insuficiente aproximacion a la historia ampliacién del objeto de la histo- ida en esta disciplina a pro- jicos y de historia social que se teconocen ‘como tedricamente relevantes en relacién con la filosofia. 3. No se puede seguir periodizando con criterios te6rica- Bl examen de las nociones:“fundado- " filoséfica, propuestas por Francisco, ido uso, asi lo recomienda. esfuerzo para ir mas alla de los esirechos marcos en que _se desarrolla la polémica entre externalismo/internalismo. de Alfred Sohn-Rethel sugieren una via inst -mente explorada para intentar renovar la investi- ‘gacién rigurosa en este sentido, con consecuencias, entre otras, respecto del problema de la periodizacion y de la determinacién. tilidad de la historia de la filosofia para la investi- ‘actual s6lo puede advertirse si se asume una doble ~ La del filosofar presente con lo filosofado; y la de la demanda de una transformacién politica ur- gente de la realidad, en relacion con su pasado integral yen vistas a un futuro nuestro. No es facil esclarecer las caracteristicas estrictas de estas articulaciones. Lo absurdo seria pretender hacerlo ‘sin empezar por reconocer frontal y explicitamente la perti- nencia de estas relaciones y su relevancia tebrico-filosofica. 7. La tarea pendiente ~construir una historia materialista de la filosofia latinoamericana- requiere operarios. Problemas de método en el estudio de la funcién de la filosofia en la realidad latinoamericana* te Wisi de ae eas on muestra: (dose c. vasa Cart : ‘no Rhodakanaty, oa 1968 subraede mi). Hrituvo de nuestra seccién “Método y funcién de la {a en la realidad latinoamericana” puede ser desde dos perspectivas. 0 bien anotando una ‘aparente evidencia y, en ese caso, se'trataria de lanzarse a | hablar'de ese método y esa funci esa realidad 0 bien pretendiendo resaltar difi epistemologicas.|Son estas. dar en nuestra ponencia. ‘método", entendiendo por este tiltimo ese complejo teérico, epistemolégico, metodologico ¢ incluso de técnicas y procedi- mientos especificos ‘necesita poner en obra para avan- zar en terreno tan de *problemas de de que aclarar estos problemas no fiene mucho otra forma, integra parte de los elementos a considerar en un necesario diagndstico de la situacion. ‘Uno de los problemas tebricamente menos elaborados -si se acepta ab initio y con toda su provisoriedad la metafora del edificio- ha sido el referente a averiguar qué ocultaba ese ‘cajén de sastre denominado “superestructura” y como fun- cionaban a su interior sus distintos ingredientes. Mucho mas -Ponencta presenads en el Segundo Congreso Nacional de Fost, Mexico, 1963 uel

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