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EL PARTIDO
SOCIALISTA
REVOLUCIONARIO:
SUS FUNDAMENTOS Y
DIFERENCIAS CON LOS
PARTIDOS
COMUNISTAS DEL
ECUADOR
Índice-Contenido
El Socialismo Revolucionario y el Comunismo I
El P.S.R.E. es un partido Marxista II
El PSE y el PSRE no han pertenecido ni pertenecen III
a ninguna Internacional
El carácter de la Revolución Latinoamericana y Ecuatoriana IV
Necesidad de la Revolución Socialista V
Los Frentes Populares, Democráticos o de Liberación Nacional VI
Las desviaciones Electoralistas y Ministerialistas VII
La Dictadura del Proletariado VIII
Reforma o Revolución IX
La coexistencia y la vía pacíficas X
El Socialismo Revolucionario XI
El Socialismo Revolucionario y la Nación Latinoamericana XII
EL PSRE y el PCMLE XIII
Una extraña Paradoja XIV
BIOGRAFÍA XV
EL PARTIDO SOCIALISTA REVOLUCIONARIO ECUATORIANO, SUS
FUNDAMENTOS Y DIFERENCIAS CON LOS PARTIDOS COMUNISTAS DEL
ECUADOR
EL SOCIALISMO REVOLUCIONARIO Y EL COMUNISMO
Para una mejor información, especialmente para la juventud, y con el fin de precisar la
identidad del Partido Socialista Revolucionario Ecuatoriano (PSRE), nos proponemos establecer
sus diferencias con el Partido Comunista Ecuatoriano (PCE) del cual se ha desprendido
últimamente el Partido Comunista Marxista Leninista (PCML). Pero como esto significaría, en
realidad, hacer la historia comparada tanto del PCE como del Partido Socialista Ecuatoriano
(PSE), cuya izquierda, con sus bases, obreras, campesinas, estudiantiles, etc., ha de formar el
PSRE, que conserva de aquel lo mejor de sus luchas y conquistas, estableciendo sus diversas
posiciones teóricas y prácticas, lo que rebasaría los marcos de esta posición, nos limitaremos a
algunas referencias históricas indispensables para el desarrollo de nuestro tema. Por otra parte
no vamos a rastrear el origen y contenido de los términos socialismo y comunismo, utilizados a
través del tiempo como distintos o sinónimos, pues ello no aportaría gran cosa al objetivo
propuesto.
Para el comunismo, el marxismo, sobre todo desde que Stalin tomara el control de la
Tercera Internacional, se volvió un conjunto de dogmas trasplantados mecánicamente a nuestro
medio y que, cuando no se quedaba en el aire de las simples abstracciones se trataba de encajar
una realidad como la nuestra, tan distinta, produciéndose una ruptura irremediable entre la
teoría, transformada en ideologismo, y la realidad.
“En la sesión de clausura se ha olvidado de añadir una de las resoluciones de la Asamblea, la que
se refiere a la adhesión del Partido a la Tercera Internacional de Moscú, que fue propuesta por
el camarada Secretario General y aprobada por unanimidad”.
Como es natural, este hecho, que implica una dualidad de posiciones, engendra una
lucha interna que comienza a escindir al Partido en el momento mismo de su constitución, que
se mantiene inclusive a nivel del Comité Central, y culmina el 6 de enero de 1931, con la
separación de un sector de dirigentes y bases que dejan constancia de sus razones en un extenso
documento en el que se acusa duramente la “degeneración Burocrática de la Tercera
Internacional que trata de imponer resoluciones sin estudio consciente de las realidades
nacionales” y llama a los trabajadores manuales e intelectuales a formar un nuevo Partido
Socialista “con principios y postulados que se acoplen al ambiente nacional y sus propias
características sin sujeción a ningún organismo extranjero”, lo que lleva a efecto con la
constitución de un nuevo Partido Socialista Ecuatoriano (PSE), el primero de mayo de 1933, que
no se adhiere ni a la Segunda Internacional socialdemocrática ni a la Tercera Comunista, ni
posteriormente a la Cuarta trotskista. El otro sector, mantiene su adherencia a la Tercera
Internacional y forma el Partido Comunista del Ecuador (PCE).
(*) En los números 613 y 614 de “El Pueblo”, órgano Central del Partido Comunista, correspondiente al 3 y 10 de
agosto de 1968, consta una declaración despampanante en la que se afirma que ya el 22 de septiembre de 1925, se
formó la “Acción-Lenin” como sección comunista del Ecuador y que ésta resolvió ingresar al Partido Socialista en
formación, para obtener desde su seno la adhesión a la Tercera Internacional, lo que se confirma con una
comunicación del Dr. Ricardo Paredes, publicada en dicho doble número.
Hemos anotado escuetamente estos datos históricos, para demostrar que tanto el PSE
desde su constitución y luego el PSRE, no han considerado conveniente su inclusión en ninguna
internacional, manteniendo su autonomía e independencia y con ello la propia responsabilidad
de sus decisiones y acciones, tomados siempre de acuerdo a los postulados marxistas aplicados
a las condiciones y realidades del país. Por lo demás, han propugnado la unidad de los Partidos
Socialistas de América Latina y concurrido a Congresos como los de 1940 y 1946, realizados en
Santiago de Chile, con la asistencia de Partidos socialistas y populares, donde se tomarán
decisiones importantes para una mejor unidad, solidaridad y comprensión del Socialismo
latinoamericano.
EL CARÁCTER DE LA REVOLUCIÓN
LATINOAMERICANA Y ECUATORIANA
Los partidos comunistas de América Latina y el Ecuador, después de una primera etapa
ultraizquierdista y siguiendo la orientación stalinista que tomara la Tercera Internacional,
entraron a sostener la teoría de la revolución por etapas. Partiendo de la premisa falsa de que
los países latinoamericanos son feudales o semifeudales, se proclama la necesidad de una
revolución democrático-burguesa que al desarrollar el capitalismo y con ello el proletariado, ha
de preparar la revolución socialista que queda postergada por tiempo indefinido. Como en la
Europa clásica, a la que erróneamente se asimila a nuestra realidad, ha de ser la burguesía, que
entre nosotros se la denomina “nacional progresista”, la dirigente de la revolución
latinoamericana, a cuya cola han de marchar el proletariado, el campesinado y las demás fuerzas
populares.
Para justificar esta posición no solo se revive una prematura formulación que Lenin en
1905, acerca de la “revolución democrática”, que fuera rectificada en la “Tesis de Abril”, sino
que rechazando la teoría de la revolución permanente sostenida por Marx, Lenin y Trotsky, y
acudiendo a una falsa división de la revolución rusa en dos etapas, la de febrero y la de octubre,
calificando a la primera como democrático burguesa y a la segunda como socialista, y tratan de
escamotear el hecho real de que la de febrero, resultado de la insurrección de obreros,
campesinos y soldados, organizados en soviets, y que fuera entregada, en bandeja de plata, por
la cobardía de los dirigentes mencheviques y social-revolucionarios, a la burguesía, que estuvo
siempre de lado y en componendas con el zarismo, no es sino un preludio de la de octubre, que
termina con la dualidad de poderes, arrojando por la borda a dicha burguesía traidora e incapaz
de realizar ninguna tarea democrático burguesa, lo que significa que no se puede calificar como
tal a la revolución de febrero. Esta tesis de la revolución democrático – burguesa, le ha de servir
a Stalin para estrangular a la revolución china del 1925-27, al obligar al Partido Comunista a
desarmarse y entregarse al Kuomintang y su dirigente Chang Kai Shek, considerado como el líder
de la revolución democrático burguesa, que luego asesina a los obreros desarmados en Shangai
y otros lugares. Todo este engendro teórico se basa en la necesidad de mantener la seguridad
de la URSS, evitando las revoluciones que pudieran enfrentar a las burguesías nacionales e
internacionales y formar parte de las tesis de la revolución en un solo país, la coexistencia
pacífica y la vía pacífica hacia el socialismo.
El PCE, que ha seguido esta línea, aun después de la Revolución Socialista Cubana,
aplicada a la Resolución de la Reunión de Representantes de los Partidos Comunistas y Obreros,
reunida en Moscú en noviembre de 1960, ratificada posteriormente, y continúa caracterizando
a la revolución ecuatoriana como antiimperialista, antifeudal, democrática y nacional
liberadora:
“Dadas las condiciones actuales del Ecuador – se dice - , las transformaciones socialistas
no son inmediatas y no se puede llegar a ellas sino a través de un proceso histórico, a través de
etapas que realicen previamente los objetivos de la revolución agraria-antiimperialista”
“Que ocurre con la burguesía comercial ecuatoriana, cuyo peso es muy grande en la
burguesía de nuestro país?
La burguesía importadora media se enfrenta a un proceso de ruina creciente, ahogada por las
imposiciones del alto comercio y por las oligarquías bancarias y por eso puede tener una actitud
combativa que es preciso tomar en cuenta.
La burguesía industrial ecuatoriana está muy vinculada a los sectores feudales. Los choques de
los industriales ecuatorianos con el feudalismo son débiles. Muchos grandes industriales son, al
mismo tiempo señores feudales. Además como la producción industrial ecuatoriana es pequeña
la pueden colocar todavía en el mercado sin una mayor ruptura del feudalismo.
Con el imperialismo los choques son más fuertes. Se deben a la competencia de los productos
similares imperialistas y a los precios que los imperialistas imponen a las maquinarias, repuestos,
materias primas, etc.
En consecuencia esta burguesía industrial ecuatoriana puede acompañarnos y debemos
procurar que nos acompañe en acciones antiimperialistas y antifeudales”.
LIBERACION NACIONAL
Así en 1961, al referirse de los componentes del Frente de Liberación Nacional, el PCE
sostiene:
“Dentro de este frente hay dos alianzas. Hay una alianza de la clase obrera con los
sectores trabajadores del pueblo, o sea con el campesinado, y con la pequeña burguesía urbana:
obreros, campesinos, artesanos, empleados, maestros, intelectuales revolucionarios,
profesionales revolucionarios, etc. Dentro de la alianza de los sectores trabajadores el núcleo,
la columna vertebral, es la alianza obrero-campesina. Y hay una alianza de esta masa trabajadora
con los sectores de burguesía, con los cuales es posible unirse en la lucha contra el feudalismo y
contra el imperialismo”.
Entre estos frentes amplios con la burguesía, se halla la Alianza Democrática Ecuatoriana
(ADE), que amalgamara los partidos de Izquierda, Comunista, Socialista y Vanguardia
Revolucionaria Socialista, con los partidos de derecha como el Conservador y un apéndice
poncista del mismo, un grupo de disidentes del liberalismo y alguna organización de
independientes, con el fin de luchar contra la Dictadura de las extraordinarias implantada por
Carlos Arroyo del Río, liberal clásico y testaferro del Imperialismo norteamericano y que
culminara con la Revolución del 28 de mayo de 1944, que derrocara al gobierno constituido y
elevara al poder al Dr. Velasco Ibarra, el mismo que más tarde a la cabeza de las fuerzas
burguesas y reaccionarias introducidas en el Frente como caballo de Troya, produjeron la
Dictadura velasquista del 30 marzo de 1946, que desencadenara su violencia destructiva contra
los sindicatos, el movimiento estudiantil y los partidos de izquierda, especialmente el Socialista,
cuya editora y el Diario “La Tierra” fueran incendiados y sus dirigentes encarcelados, torturados
y desterrados.
Y MINISTERIALISTAS
Los clásicos del marxismo han sostenido que el Estado burgués, cualquiera que fuera su
forma de gobierno, inclusive cuando se trata de la llamada democracia representativa, es una
dictadura de la clase dominante, es decir de la burguesía. Siendo esto verdad, sin embargo no
hay que confundir aquella democracia, que mantiene ciertas libertades aunque sea de forma
mutilada e incompleta, y que fueran alcanzadas por la acción de las masas populares, con la
dictadura fascista de un führer o caudillo, que es la negación absoluta de toda libertad y la
imposición por el asesinato y el terror.
REFORMA O REVOLUCION
Al postergar o abandonar, por las razones que ya hemos expuesto, la lucha abierta y
directa por el socialismo, insistiendo únicamente en la lucha antifeudal y antimperialista, en
colaboración con la burguesía nacional, olvidando que en las condiciones actuales del mundo,
de América Latina y el Ecuador, solo la revolución socialista puede llevar adelante aquellos
postulados democráticos incumplidos, los comunistas tienen que caer de hecho, quieran o no,
en el reformismo, el desarrollismo, el tecnocratismo o el pseudo revolucionarismo nacionalista.
Y luego:
“La clase obrera puede derrotar a las clases reaccionarias, antipopulares, conquistar una
mayoría estable en el Parlamento, hacer que éste se constituya en un instrumento al servicio
del pueblo trabajador, desarrollar una amplia lucha de masas fuera del parlamento, romper las
fuerzas reaccionarias y crear las condiciones necesarias para hacer la revolución socialista por
vía pacífica”.
Para dar base a esta posición, se cita profundamente unas frases circunstanciales de un
discurso de Marx pronunciado en Holanda luego de que el V Congreso de la Primera
Internacional, decidiera trasladar la sede del Consejo General de Londres a New York, en el que
aludía a la posibilidad de una transformación pacífica en los Estados Unidos o Inglaterra. Hasta
se ha tratado de distorsionar las posiciones abiertamente de Lenin, mantenidas en obras como
“El Estado y la Revolución” y “La Revolución Proletaria y el Renegado Kautsky”, para justificar
la coexistencia pacífica y la toma del poder por vía pacífica.
EL SOCIALISMO REVOLUCIONARIO
No es que la izquierda del PSE y el PSRE, rechacen de plano toda clase de reformas, pues
no hay que olvidar que existen reformas y reformas o sea aquellas que tienden a mantener de
alguna manera el sistema y otras que apuntan a transformarlo. La izquierda del PSE y el PSRE,
lucharon por ciertas reformas que han desfavorecido a las clases trabajadoras pero sin caer en
el reformismo, actitud que consiste en postergar u olvidar el fin fundamental: el derrocamiento
revolucionario al sistema. Ya el padre del reformismo, Eduardo Berstein, decía que: “El
movimiento es todo y el fin no es nada”, para expresar que lo fundamental eran las reformas y
lo secundario la transformación del sistema, lo que expresa la esencia del reformismo. La
posición revolucionaria es la contraria: mantener como objetivo permanente e ineludible el
derrocamiento del sistema, sin menospreciar ciertas reformas que puedan ser indispensables
en el proceso de la lucha de clases y que tiendan a la realización de aquel objetivo.
Agregando:
LATINOAMERICANA
No podremos decir igual cosa del comunismo, cuyo centro de irradiación ideológica y
conductor de su pensamiento y de su acción estuvo siempre en la URSS, a la que se mantuvo
ligado permanentemente y siguiendo el compás de sus accidentados cambios y vicisitudes,
sometiendo muchas veces al internacionalismo proletario a las conveniencias y necesidades del
nacionalismo soviético. El hecho de que Trotsky, debido a su permanencia en México, tocara
con bastante sensibilidad y acierto el problema de la unidad latinoamericana, fue suficiente para
que todo lo relativo al tema fuera condenado, olvidándose que los grandes próceres de nuestra
independencia y nuestra historia, como Miranda, Bolívar, Sucre, San Martín, Artigas, Espejo,
Montalvo, Alfaro, Peralta y cuantos otros más, como ya lo hemos anotado, lucharon por la
unidad de América Latina en un solo país, en una sola nación, por lo que es deber de todo
socialista el continuar esta lucha hasta implantar la nación socialista latinoamericana.
El PCMLE al igual que el PCE, acusa de posiciones pequeño burguesas, izquierdistas y trotskistas,
al hecho de sostener la necesidad de la revolución socialista, que ha de llevar adelante al mismo
tiempo las tareas democrático burguesas:
“La burguesía nacional es el sector de la burguesía que, por sus propios intereses
económicos y políticos, afectados por la dominación imperialista, aspira a poner fin a una
situación semicolonial del País y por eso muchas veces tienen actitudes patrióticas; la realidad
semifeudal del País limita igualmente su desarrollo, tiene por eso contradicciones con los
terratenientes, y de manera general anhela que se realicen cambios en la estructura agraria del
País y otros cambios de carácter democrático”.
Si bien el PSML critica los frentes al estilo del fracasado de Alianza Democrática
Ecuatoriana (ADE), al hablarnos del Frente Único nos dice que “debemos harnal que tiene
contradicción con el imperialismo y los grandes terratenientes”, términos semejantes a los del
PCE, como una forma de acumular y unir las fuerzas para la revolución.
Desgraciadamente, así como el PCE tiene su cordón umbilical en la URSS, a cuyo compás
aún de ritmo stalinista generalmente se mueve, lo mismo acontece con el PCMLE, con respecto
a China y el Maoísmo. Las controversias virulentas de aquí no son sino una versión deformada
de las que se producen allá y es de esperar que cesen con el acercamiento de las dos grandes
potencias, que nosotros sinceramente anhelamos.
Para terminar este breve e incompleto esbozo, debemos afirmar que lo que diferencia
fundamentalmente al PSRE de todos los demás partidos de izquierda es su constante
preocupación por aplicar los principios fundamentales del marxismo a la realidad
latinoamericana y ecuatoriana, sin trasplantes ni mistificaciones de ninguna naturaleza; es lo
que hemos llamado continuamente la latinoamericanización del marxismo. Admirando,
respetando y asimilando en lo que tiene de mejor las dos más grandes revoluciones de la historia
de la humanidad, la soviética y la china, y acentuando nuestra cercana simpatía por la revolución
cubana, mantenemos nuestra personalidad como partido, nuestra independencia y nuestras
propias decisiones, solo condicionadas a los grandes imperativos de la revolución socialista
latinoamericana y ecuatoriana.
Es necesario anotar la extraña paradoja que consiste en que la izquierda socialista que,
como hemos visto, mantenía posiciones opuestas a las comunistas, con las que generalmente
coincidía la derecha del PSE, fuera acusada por ésta no sólo de comunisante sino de fracción
comunista infiltrada dentro del Partido, para destruirlo, por el hecho de que la izquierda, a pesar
de sus divergencias teóricas, estratégicas y tácticas con el PCE; sino que ha propugnado la
necesidad del esclarecimiento teórico basado en el análisis marxista de la realidad ecuatoriana,
como una forma de acercamiento y comprensión.
Esta misma exposición no ha tenido otro objetivo que ese, plantear abiertamente las
diferencias teóricas y prácticas del Socialismo Revolucionario y con el Comunismo, para que se
las conozca y discuta con un mejor conocimiento de la realidad; y lo hemos hecho, como
siempre, sin descender a la acusación personal de tal o cual dirigente, ya que no se trata de
individuos sino de líneas políticas, de estrategias y tácticas, que deben ser convenientemente
esclarecidas para la acertada conducción del proceso revolucionario latinoamericano y
ecuatoriano, en el que todos estamos empeñados. (*)
(*) Las transcripciones han sido tomadas de la “Revolución Ecuatoriana y sus Características” publicación del PCE y
de la “Línea General de la Revolución Ecuatoriana” del PCMLE.
BIOGRAFÍA
Estudió la primaria en la Escuela de los Hermanos Cristianos. A los doce años quedó huérfano.
Su madre viuda se dedicó a las labores de mano para subsistir con sus hijos de dos matrimonios,
los Jaramillo Ríos y Aguirre Ríos.
Entonces siguió la secundaria en el "Bernardo Valdivieso" pero tuvo que interrumpir sus estudios
y para ayudar en los gastos de la casa trabajaba por las tardes copiando libros y como aprendiz
de sastre con uno de los hermanos Guerrero Varillas. Sus parientes a veces le proporcionaban
esporádicas ocupaciones.
El profesor de literatura Clodoveo Jaramillo Alvarado tenía por costumbre ordenar poesías como
deberes de casa y luego publicaba las mejores en una revista estudiantil bajo el subtítulo de "Los
niños quieren escribir". Por esa época existía un buen ambiente cultural en Loja. Carlos Manuel
Espinosa importaba libros y los vendía al costo. "Yo leí el Capital de Marx a los 16 años, en edición
pluma, versión de Roses. Fue una lectura difícil pero tuve una tremenda revelación, me informé
de todo. Nuevas lecturas profundizaron mis conocimientos políticos y tomé conciencia de la
tragedia del hombre ecuatoriano". En 1921 se gradúo de Bachiller e inició estudios de
Jurisprudencia en la Universidad de Loja. "El año 25 Pedro Víctor Falconí, los hermanos José
Miguel y Alfredo Mora Reyes y yo organizamos una célula socialista que denominamos La
Vanguardia. Nos reuníamos generalmente en casa de cualquiera de nosotros, discutíamos de
política y sentíamos la pobreza y angustia del pueblo. El 26, el Comité Central de Quito presidido
por Ricardo Paredes convocó el I Congreso Socialista. No pudimos viajar pero designamos
representantes a Ángel Modesto Paredes y a Benjamín Ruiz Gómez. Ese año terminé el cuarto
curso, vendí parte de mi Biblioteca y con ese dinero viajé a Guayaquil. El Jefe de Redacción del
Diario El Universo era lojano amigo mío de apellido Ribera, que me contrató de corrector
nocturno de pruebas, pero como era muy delgado, las malas noches me hicieron daño y
enfermé".
Para reponer su salud regresó a Loja. El 28 se trasladó a Quito a hacer política y estudió los dos
últimos años de su carrera en la Universidad Central. El 31 fue perseguido por la policía, regresó
a Loja, preparó su tesis doctoral sobre "La Porción Conyugal", se graduó de Abogado, contrajo
matrimonio con Teresa Borrero Riofrío, que le acompañó solidariamente en sus luchas hasta su
fallecimiento en 1978 a causa de un cáncer a los pulmones.
A mediado de la década de los treinta el medio le resultaba estrecho y por eso pasó a Quito con
su familia, donde instaló su estudio a medias con Pablo Palacio, se dedicó a la rama penal y a
pedido de los estudiantes pasó a enseñar castellano en los primeros cursos y Literatura
Universal, Latinoamericana y Ecuatoriana en los años superiores del colegio Mejía con S/. 320
mensuales de sueldo. "Fui nombrado por el rector Carlos Andrade Marín y reemplacé a Gonzalo
Escudero".
El 38, cuando se expidió el Código del Trabajo, dictó esa materia en la Facultad de Jurisprudencia
hasta el 40, que pasó a la recién creada Escuela de Ciencias Económicas como profesor de
Economía Social. Ese año fue electo Secretario General del Partido Socialista Ecuatoriano y el 15
de Noviembre dictó una Conferencia en la Universidad Central sobre "Literatura
Hispanoamericana", que salió publicada en 20 páginas, mientras preparaba una “Historia de la
Literatura Ecuatoriana” que nunca apreció, aunque dictaba la cátedra de Literatura en la
Facultad de Filosofía y Letras de la U. Central.
El 41 fue cancelado por Decreto Ejecutivo como profesor del Mejía "por haber denunciado a los
intereses económicos de las grandes empresas petroleras transnacionales como la verdadera
causa de la invasión peruana". Entonces los abusos del arroyismo no tenían límites, y todo se
aceptaba en aras de un fementido panamericanismo.
Dentro de sus funciones formó parte de la Comisión presidida por Carlos Cueva Tamariz que
formuló el proyecto de Constitución Política del 45, y al ausentarse Arízaga a la Embajada de
Venezuela, le correspondió a Aguirre presidir la Asamblea.
Durante el proceso de vuelta a la democracia activa, el partido Socialista Ecuatoriano que dirigía
y el Comunista, se empeñaron en organizar la Confederación de Trabajadores del Ecuador (CTE.)
y fue electo Asesor Económico y Jurídico, cargo que desempeñó por más de cuarenta años pues
siempre permaneció ligado a las clases trabajadoras.
El 45 adquirió una pequeña villita en la Cuero y Caycedo, barrio Belisario Quevedo. Ese año el
presidente Velasco, por medio de su Canciller Ponce Enríquez, le mandó a ofrecer la Embajada
en la Unión Soviética. Las Izquierdas presionaban en tal sentido y Velasco puso por condición
para abrir relaciones, que Aguirre nos representara, pero éste se excusó porque comprendió
que se trataba de una zancadilla política para debilitar la Asamblea y además se encontraba muy
atareado dirigiendo al recién fundado diario "La Tierra".
A mediados de Marzo del 46, el Ministro de Gobierno Carlos Guevara Moreno le hizo raptar una
mañana en que tranquilamente se encaminaba a dictar sus clases en la Universidad. Nadie se
enteró de ese crimen y su desaparición constituyó un misterio. Los pesquisas lo mantuvieron
incomunicado ocho días en el Penal, dando tiempo a que Guevara proclamara la dictadura
Velasquista del 30 de Marzo, que desencadenó una violencia militar y policial contra las
izquierdas. Los Talleres del diario La Tierra fueron incendiados y destruidos y se apresó y torturó
a numerosos dirigentes obreros y estudiantiles. La familia Aguirre estaba desesperada y todos
pensaban que había ocurrido lo peor; mientras tanto, Guevara había ordenado que condujeran
de madrugada al ilustre raptado, hacia un cuartel que estaba frente al Campo de Aviación y a la
noche siguiente lo mandó a Talara en el Perú, sin papeles y con sólo S/. 5 en el bolsillo y una
manzana que alguien alcanzó a darle de pura caridad, pues en ocho días solo le habían
proporcionado agua. Hay que aclarar que la Policía peruana fue cómplice de esa villanía, pues
actúo de común acuerdo con la ecuatoriana.
Conducido a Lima en un bus, logró contactarse con algunos miembros del socialismo de ese país
que le dieron ropa, alojamiento y dinero. Dos meses después y solo con una tarjeta de residente
otorgada por la Cancillería peruana, pasó a Chile ilegalmente, pues no tenía pasaporte. Era
presidente de ese país Gabriel González Videla que gobernaba con el apoyo de los radicales. En
Santiago asistió a la II Conferencia de partidos Socialistas y Populares y se enfrentó con Víctor
Raúl Haya de la Torre que defendía la tesis antifeudal y antimperialista de APRA frente a la
Marxista-Leninista que sostuvo Aguirre. Luego dictó un Curso de Verano en la Universidad
Nacional de Santiago, explicativo de la Constitución ecuatoriana del 45.
A fines del 46 regresó de incógnito a Quito retornando a la lucha, esta vez contra Velasco, que
cayó el 47 víctima de sus errores políticos, cuando el Ministro de Defensa Coronel Carlos
Mancheno Cajas se proclamó dictador. A la semana siguiente los militares desconocieron el
golpe y Mancheno se retiró del poder. Entonces Aguirre se opuso a la conformación de un
triunvirato Civil de gobierno, de elementos burgueses y banqueros como Humberto Albornoz y
el dirigente Luis Maldonado Tamayo. Finalmente asumió el poder en forma interina Carlos Julio
Arosemena Tola, también banquero, eso llevó a Aguirre a reordenar sus ideas políticas,
radicalizando al Partido Socialista por los caminos de la revolución. A ese período corresponden
numerosos trabajos suyos sobre teoría marxista y dirigencia sindical.
Ese año editó sus "Lecciones de Marxismo" expuestas desde el 42. El tomo I trata sobre la
cuestión económica en 318 páginas y el II sobre la Superestructura, el Estado y el Derecho. Vivía
en una antigua casona en la Cuero y Cayzedo. Los años cincuenta fueron asendereados, en
constante oposición al velasquismo y al poncismo.
Al triunfar la revolución cubana en 1959 fue invitado a La Habana donde le recibió Fidel Castro.
Posteriormente ha visitado por dos ocasiones la isla. Ese año publicó "Revolución burguesa o
socialista para América Latina y el Ecuador", obra reeditada continuamente en varios países con
el título abreviado de "América Latina y el Ecuador".
Una vez en libertad, creó el Partido Socialista Revolucionario Ecuatoriano PSRE con los sectores
obreros, pero se negó a ser su Secretario General, aceptando únicamente una Asesoría Política.
Los Socialistas Ministeriales se quedaron con la inscripción política y unos cuantos hasta
colaboraron con la dictadura al final de ella. El partido conoció su peor crisis histórica.
El 65 concurrió a un Congreso de la Paz celebrado en Pekín y al retornar por Roma le aconsejaron
que tome la vía Madrid - La Habana. Una vez en la capital española se alojó en un hotel pero esa
noche fue detenido por la policía secreta franquista, que lo mantuvo cinco días desnudo
totalmente y sin comer, en el interior de una mazmorra, dizque investigándole. Después de eso
lo mandaron con vigilancia y sin explicaciones al aeropuerto y lo embarcaron directamente al
Ecuador.
Cuando cayó la dictadura el 66 fue restituido por Decreto a su cátedra universitaria y construyó
una villa en la Avda. de los Shiris N° 267, en terrenos que eran de una Cooperativa de profesores,
en el sector del Batan. El 68 dio a la luz "Las ideologías económicas y su papel en América Latina".
El 69 publicó su ensayo "Imperialismo y Militarismo en América Latina" en 80 páginas,
desenmascarando a la clase militar, brazo armado del imperialismo yanqui en América. Esta obra
ha sido reeditada en Uruguay, Colombia, etc.
Ese año fue candidato único al rectorado de la Universidad Central, funciones que ejerció hasta
el 70, promoviendo la segunda reforma Universitaria que preconiza la enseñanza de la teoría
marxista. En esta etapa de su vida se convirtió en el más importante exponente del comunismo
universitario del país. Entonces nuevamente Velasco proclamó su dictadura. Aguirre cayó preso
por tres meses en el Panóptico y perdió el rectorado de la Central. "Velasco me mandó a decir
varias veces que si quería salir al exterior, podía hacerlo, pero no le acepté. Al final, fui el último
detenido en abandonar el Penal, después que liberaron al rector de la Universidad de Cuenca".
Reintegrado a su profesión de abogado, que nunca había descuidado, se jubiló como profesor
universitario aunque con sueldo incompleto, "para disponer de mayor cantidad de tiempo para
combatir al dictador con la revolución violenta".
El 73 dio a la luz "La Segunda Reforma Universitaria, selección de Documentos", en 412 páginas,
señalando la necesidad de un cambio de planes y programas de estudios. El segundo tomo
apareció en 1988 con el título de "Universidades y Movimientos estudiantiles" en 374 páginas.
Ambas obras contienen el análisis certero de un viejo y experimentado maestro sobre
problemas nacionales de fondo.
En Septiembre del 79 y para el Seminario de Teoría del Desarrollo del U.N.A.M. celebrado en
Méjico, fue estudiado su pensamiento dentro de la teoría marxista. Fruto de ello fue un ensayo
en 11 páginas. El 80 viajó a la Unión Soviética y editó "El Che Guevara, aspectos políticos y
económicos de su pensamiento" en 92 páginas con tres ediciones hasta hoy. EI 85 apareció
"Marx entre América Latina" en 200 páginas con la historia de la ideas socialistas en el Ecuador
y en general de América Latina. Además es autor de otros muchos ensayos y conferencias tales
como "Dos sistemas, dos mundos" en 266 páginas y tres ediciones. El ideario del P.S.R.E. sus
fundamentos y diferencias con los partidos comunistas del Ecuador, "El carácter de la revolución
ecuatoriana", "El problema de la razón en la concepción dialéctica del Marxismo" "La trayectoria
del irracionalismo y su culminación en el nazifascismo según Luckacs", por todo ello el Dr. Jorge
Salvador Lara le acusó de ser un sumiso teórico pro soviético.
Escribía poemas de repente y solo para descansar, pero leía mucho y trataba de estar
actualizado en todo. Tuvo grandes dotes líricos y pudo ser el gran poeta para lo cual se preparó
pero la política le desvió sus rumbos y le truncó por caminos prosaicos y pedagógicos en los que
sin embargo también triunfó. Alto, grueso, piel canela, ojos y pelo negros y lacio, hablaba
fácilmente como buen profesor y con verdadera convicción. Conservaba la novela inédita de su
amigo Enrique Terán, "Tierra de Espanto", que éste escribiera hace más de medio siglo, con un
estudio introductorio.
En términos generales su vasta obra constituye un avance precursor para establecer que el
término marxista no solo incluye las grandes figuras históricas, sino también a las de otros
revolucionarios que han contribuido al enriquecimiento del marxismo, de allí que su
latinoamericanización es un imperativo histórico para estos pueblos. A esa conclusión llegó
luego de examinar el fracaso de la doctrina comunista stalinista, que al ser transplantada
mecánicamente, se quedaba en el aire de las simple abstracciones, por no encajar en una
realidad como la nuestra, tan distinta. La dicha ruptura, entre la teoría transformada en
ideología y la realidad, ha acarreado numerosos fracasos. También ha preconizado en sus libros
que hay que desechar las revoluciones por etapas, partiendo de la francesa hasta llegar al
socialismo, pues no llevarán a ningún cambio permanente. El marxismo es pues, como teoría,
una vía para obtener la supresión de la explotación del hombre sobre el hombre y de unas
naciones desarrolladas sobre otras en vías de desarrollo.
Manuel Agustín Aguirre está considerado el más grande teórico marxista-leninista del país y su
influencia ha sido decisiva en la formación del pensamiento de las clases universitarias de los
años 50 al presente. Sus libros, densos, serios, voluminosos y llenos de explicaciones teóricas
fueron los únicos textos marxistas que se conocieron en aquellas épocas y siguen siendo los más
leídos hasta la presente, pues las numerosas ediciones así lo prueban. Sus "Lecciones de
Marxismo" y sus "Apuntes para la Historia del Pensamiento Económico", obras fundamentales
en las letras patrias del siglo XX, le presentan como un pensador preocupado de las realidades
de América Latina y del Ecuador, atento a los cambios complejos de la economía.
Aguirre en la teoría pura y Pedro Saad en el manejo de la realidad a través de las estadísticas,
conforman el punto más alto de la exposición científica de la ideología marxista en el Ecuador.
La única crítica que se ha formulado a sus primeras obras es que centró exclusivamente su
atención en los principios, el dogma y la teoría, en suma, en lo ideológico; sin considerar esa
teoría como herramienta de análisis de la realidad concreta ecuatoriana, de suerte que fijó al
marxismo como algo etéreo e intangible cuando debió ser lo contrario.
En lo personal era el hombre más bueno sencillo, agradable y simpático que he entrevistado.
Una especie de abuelito querendón con sus alumnos y así me vio, a pesar que ya pisaba los 50
años pero él iba para los 90 y nos separaban dos generaciones.
La literatura hizo que terminara abandonando la carrera de medicina, durante la cual ya fundó
la revista “Littérature” con sus amigos Louis Aragon y Philipe Soupault.
En ella público el escritor sus primeros textos automáticos. “Los campos magnéticos” y “Monte
de Piedad”, y sus primeros poemas.
Poco después inició su colaboración con el fundador del dadaísmo., Tristan Tzara, pero esta no
duró mucho tiempo y del nihilismo Bretón pasó a la exploración del automastismo y al estudio
del inconsciente freudiano, a cuyo descubridor conoció en Viena, en 1921.
Entre sus obras más conocidas figuran “Nadja”, “Los vasos comunicantes”, “Punto de día” y los
poemas “El aire del agua” y “L’amour fou”.
Para este amante de los viajes, que recorrió México, Canadá, las Antillas, Estados Unidos o las
españolas Islas Canarias, el mundo de lo oculto empezó a ejercer una gran atracción a partir de
1946.
En torno a estos nuevos temas de inspiración escribió “El arte mágico”, “Signo ascendente” y “El
surealismo y la pintura” en los años anteriores a su muerte, ocurrida el 28 de septiembre de
1966.