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1
White, 1991.
2
natural
de
estos
reinos
».2
En
otra
carta
dirigida
al
Emperador,
Vaca
de
Castro
declara
que
los
partidarios
de
Diego
«
el
mozo
»,
hijo
mestizo
del
conquistador
compañero
de
Pizarro
y
de
una
india
de
Nicaragua,
«
pensaban
que
tenían
el
juego
ganado
y
se
tenían
por
señores
de
todos
estos
reinos
[…]
les
ponía
esta
soberbia
y
atrevimiento
la
mucha
artillería
que
traían
de
bronce,
que
les
había
hecho
un
tal
Candia,
extranjero,
tan
buena
como
en
Milán.
El
mozo
decia
que
se
iba
a
juntar
con
el
Inga
a
los
montes
y
sierras
para
que
desde
alli,
con
su
ayuda,
tornara
a
hacer
la
guerra
e
daño
que
pudiese,
y
para
esto
se
quería
ayudar
de
una
profecía
que
decía
que
tenían
entre
si,
de
ciertos
desvaríos
».
3
El
alzamiento
cobra
proporciones
continentales
ya
que,
después
de
matar
a
Vaca
de
Castro
y
a
sus
seguidores,
los
rebeldes
pensaban
armar
hasta
cinco
navíos
con
artillería
gruesa
de
bronce,
«
que
era
muy
fácil
de
hacer
al
Candia
con
la
abundancia
que
hay
aquí
de
indios
fundidores,
metal
y
carbón,
y
con
esto
tomado
a
Panamá
y
a
Nombre
de
Dios,
poner
allí
frontería
»
,
y
hundir
todos
los
navíos
españoles
a
lo
largo
de
las
costas
de
Mexico.
Los
rebeldes
pensaban
pedir
ayuda
a
Francia
contra
la
Corona
española.
La
rebelión
del
joven
Almagro,
tal
como
la
presenta
Vaca
de
Castro,
inaugura
una
serie
de
tópicos
asociados
permanentemente
con
las
fronteras
del
Perú:
la
deslealtad
de
los
mestizos,
imprescindibles
no
obstante
por
su
conocimiento
de
la
tierra
y
de
las
lenguas
nativas;
la
subversión
final
consistente
en
«alzarse»
con
la
tierra
y
cortar
toda
comunicación
con
España;
la
alianza
de
los
españoles
en
armas
con
los
indígenas
a
quienes
transmiten
las
técnicas
de
guerra,
sobre
las
cuales
se
basa
la
supremacía
hispánica;
la
dimensión
milenarista
de
la
insurrección.
Los
cimarrones
negros
no
faltan
tampoco.
Hernández
Girón
fue
quizás
el
primero
en
el
Perú,
pero
no
el
último,
que
les
prometió
la
libertad
a
cambio
de
que
combatiesen
en
su
campo.
2
« Carta del licenciado Cristóbal Vaca de Castro, 28 de noviembre de 1542 », en Cartas de
Indias, t. 2 : 518.
3
Pedro de Candia, originario de Creta, fue uno de los primeros conquistadores de Perú.
Artillero, supo utilizar oportunamente los pocos arcabuces que traían los conquistadores
para amedrentar a los incas. De esta temprana confrontación data la amalgama entre el rayo
(Illapa), la pólvora y el arcángel Santiago.
4
La
elección
de
1617
como
término
de
este
estudio
es
en
cierto
modo
arbitraria,
como
suelen
serlo
las
fechas
que
sirven
para
enmarcar
un
período
determinado.
En
ese
año
la
vasta
provincia
del
Río
de
la
Plata
e
incluída
en
el
virreinato
del
Perú
es
dividida
en
dos
gobernaciones
distintas.
Por
un
lado
Paraguay
con
Asunción,
ciudad
antigua
y
sede
de
las
autoridades
políticas
y
eclesiásticas
;
por
el
otro,
el
Rio
de
la
Plata
con
Buenos
Aires,
puerto
pequeño
y
pobretón,
pero
de
gran
interés
geopolítico.
Esta
medida
administrativa
tiene
por
objetivo
circunscribir
el
«
no
man’s
land
»
que
se
extiende
desde
las
estribaciones
de
la
Cordillera
de
los
Andes
hasta
«
el
mar
del
Norte
»
(el
estuario
del
Rio
de
la
Plata),
mal
protegido
por
la
cadena
de
pueblos
que,
desde
Salta
a
Santa
Fe,
están
rodeados
por
grupos
indígenas
poco
seguros.
De
ese
modo
se
busca
asegurar
la
prosperidad
de
la
explotación
minera
de
Potosí
y
controlar
las
incursiones
portuguesas
y
europeas
en
el
territorio
del
Perú.
Los
dos
Perús
Una
vez
justificado
el
período
escogido,
es
preciso
delimitar
el
área
en
cuestión,
con
sus
términos
y
sus
fronteras.
Los
autores
del
siglo
XVI
distinguen
el
Perú
«
propiamente
dicho
»
del
virreinato
que
lleva
su
nombre.
El
Perú
propiamente
dicho
corresponde
aproximadamente
al
Tahuantinsuyo.
En
el
siglo
XVI,
a
pesar
de
los
destrozos
ocasionados
por
la
conquista
y
las
guerras,
las
rutas,
los
tambos
y
las
fortalezas
de
los
Incas
forman
aún
su
estructura.
Allí
los
indios
son
domésticos,
exceptuando
Vilcabamba,
situada
por
cierto
en
una
zona
periférica.
Mas
allá
de
las
líneas
defensivas
de
las
ciudadelas
incaicas,
al
sur
de
Santiago
de
Chile,
en
las
selvas
amazónicas,
en
los
montes
y
manglares
de
la
Audiencia
de
Quito,
o
en
los
llanos
de
Santa
Cruz
de
la
Sierra,
la
«
policía
»
andina
se
diluye,
cediendo
el
paso
a
la
«
barbarie
».
Este
Perú
está
organizado
formalmente
al
modo
antiguo,
en
base
al
tributo
y
a
la
mita.
Comienza
en
la
costa
de
Manta-‐Puerto-‐Viejo
y
se
termina
en
Copiapó
(Chile).
A
finales
del
siglo
XVI
es
relativamente
fácil
desplazarse
a
lo
largo
del
litoral
utilizando
las
balsas
indígenas.
Entre
Atacama
y
Copiapó
el
despoblado
desértico
funciona
como
una
contención
natural;
el
morro
Moreno
marca
exactamente
el
límite
geográfico
entre
Perú
y
Chile.
Se
trata
también
de
un
5
«
umbral
»
climático
ya
que,
a
partir
de
ese
punto,
arrecian
los
vientos.
Los
indios
de
guerra
se
hallan
mucho
mas
al
sur,
a
partir
de
La
Concepción.
De
ahi
que
no
representen
un
verdadero
peligro
para
el
Perú,
aunque
sí
una
preocupación
constante.
Por
su
lejanía
y
por
la
«
barbarie
»
de
sus
naturales,
Chile
es
también
una
tierra
de
relegación
para
los
enemigos
de
la
Corona.
El
itinerario
terrestre
que
va
de
Quito
a
Tumbez
sigue
«
el
camino
real
del
ynga
»
con
sus
ramales
que
unen
Huánuco,
Jauja,
Guamanga
y
Cuzco
;
otra
ruta
conduce
a
la
provincia
de
Charcas
y
a
sus
términos,
Pocona
y
Mizque,
umbrales
de
los
llanos.
A
partir
de
allí
el
camino
es
malo
y
peligroso,
pues
hay
que
atravesar
unos
montes
donde
viven
los
chiriguanos
«
que
comen
carne
humana
»,
y
que
son
uno
de
los
pueblos
indígenas
mas
temidos
por
los
españoles.
Por
el
camino
real
de
la
sierra,
el
último
pueblo
meridional
es
Talina,
donde
el
Inca
había
asentado
guarniciones
para
contener
los
ataques
de
los
chiriguanos4.
El
virreinato
del
Perú
ocupa
prácticamente
todo
el
continente
sudamericano
exceptuando
las
islas
del
Caribe
y
los
territorios
al
este
de
la
línea
de
Tordesillas.
La
frontera
septentrional
es
el
istmo
de
Panama,
zona
de
circulación
de
las
mercaderías
entre
el
Atlántico
y
el
Mar
del
Sur,
y
en
particular,
de
las
cargas
de
plata
procedentes
de
las
minas
de
Potosí.
Panamá
y
Nombre
de
Dios
«
son
la
llave
de
todo
este
reino,
adonde
va
a
parar
toda
la
plata
y
oro
que
de
él
se
saca
para
España,
que
es
cada
año
-‐-‐
uno
con
otro
-‐-‐
mas
de
millón
y
medio
o
dos
millones
»5.
Pero
desde
mediados
del
siglo
XVI
el
paso
por
Panamá,
ya
de
por
si
dificultoso,
se
vuelve
por
añadidura
poco
seguro,
porque
:
«
por
los
montes
y
arcabucos
deste
reyno
de
tierra
firme
andan
huídos
gran
cantidad
de
negros
que
llaman
armazones
y
questos
biben
sin
ley
y
que
son
tantos
y
tan
atrevidos
que
roban
y
matan
a
los
que
van
con
su
oro
y
su
plata
y
mercaderías
por
los
caminos
para
tomárselos
y
que
estos
tienen
tratos
y
confederaciones
secretas
con
los
otros
negros
del
servicio
y
horros
que
hay
en
4
Aunque los textos hablan de « chiriguanaes » he optado por el nombre moderno de este
grupo indígena, conservando la Antigua forma únicamente en las citas de los documentos.
5
Matienzo: 248.
6
estas
dos
ciudades
del
Nombre
de
Dios
y
Panamá,
y
[…]
si
quisiesen
(como
cada
día
se
teme
que
lo
harán)
con
gran
facilidad
podrían
hacer
un
motín
que
sería
dificultoso
de
remediar
».
6
Nuevamente
surge
el
temor
del
alzamiento
general
y
del
peligro
de
lo
que,
anacrónicamente,
puede
considerarse
como
una
«
quinta
columna
».
El
límite
sur
es
el
estrecho
de
Magallanes,
de
difícil
navegación
y
barrera
natural
hasta
1578;
la
cordillera
de
los
Andes
brinda
unidad
a
ese
territorio
infinito7.
Contrariamente
a
Panamá,
el
estrecho
confina
con
la
nada,
o
con
una
improbable
«
Terra
australis
»
que
cierne
totalmente
el
globo
terrestre,
como
lo
muestra
la
cartografía
de
la
época.
Toda
esta
costa
hasta
el
estrecho
de
Magallanes
es
una
línea
de
mas
de
mil
leguas
con
pocos
puertos
seguros,
«
que
es
la
fuerza
de
estos
reinos
».
8
El
Rio
de
la
Plata
con
el
puerto
de
Buenos
Aires
es
el
tercer
punto
estratégico
del
virreinato.
Desde
alli
se
puede
navegar
hasta
la
península
ibérica
en
un
lapso
de
tiempo
relativamente
corto,
siguiendo
un
derrotero
mucho
menos
azaroso
que
el
del
Pacífico.
Buenos
Aires,
fundada
por
Pedro
de
Mendoza
en
1536,
es
destruída
cuatro
años
mas
tarde
por
un
incendio
voluntario
y
la
fundación
definitiva
por
Juan
de
Garay,
con
pobladores
mestizos
del
Paraguay,
tiene
lugar
mucho
mas
tarde,
en
1580.
Esto
significa
que
durante
gran
parte
del
siglo
XVI,
el
estuario
del
Rio
de
la
Plata
queda
desprotegido
y
«
abierto
»
a
todas
las
incursiones
extranjeras.
De
ahi
que
el
acceso
al
«
mar
del
Norte»
desde
el
Perú
sea
un
objetivo
fundamental
para
la
autoridad
virreinal
desde
los
años
1560.9
Las
vías
fluviales
por
el
Pilcomayo
y
el
Bermejo
son
teóricamente
las
mas
rápidas
y
fáciles,
pero
toda
la
región
está
asolada
por
indios
de
guerra.
La
ruta
serrana
a
través
del
valle
de
Tucumán
tiene
la
ventaja
de
seguir
el
6
« Carta del conde de Nieva a SM acerca de lo proveído por el en Panamá y Nombre de
Dios », 30 de agosto de 1560, in Levillier, op.cit., t. 1 : 366.
7
Relaciones Geográficas del Perú (en adelante RGI), t. I : 343.
8
Lizárraga : 50.
9
«
Carta a SM del oidor de los Charcas, licenciado Juan de Matienzo » [1566], en RGI, t. 2
: 71-75.
7
camino
del
Inca
y
de
disponer
cada
tres
leguas,
de
un
servicio
de
tambos,
pero
esa
tierra
tampoco
está
completamente
apaciguada.
La
diferencia
mayor
entre
el
Perú
propiamente
dicho,
con
sus
dos
capitales,
Cuzco
la
antigua
y
Lima,
la
seda
virreinal,
y
el
virreinato
del
Perú,
es
que
en
éste,
la
villa
imperial
de
Potosí,
por
la
riqueza
de
las
minas
de
plata,
la
densidad
de
su
población
y
su
carácter
cosmopolita,
ocupa
la
posición
central.
Potosí,
la
capital
económica
del
virreinato,
«
es
España,
Italia,
Francia,
Flandes,
Venecia,
Mexico,
China,
porque
de
todas
estas
partes
le
viene
lo
mejor
de
sus
mercaderías
».
10
Potosí,
una
de
las
ciudades
mas
importantes
y
pobladas
del
siglo
XVI,
se
halla
descentrada,
puesto
que
a
pocas
leguas
se
extienden
«
fronterías
»
que
ponen
en
peligro
la
vida
del
frente
pionero
de
ganaderos
y
de
chacareros,
que
la
sustentan
en
gran
parte.
Otra
característica
de
la
zona
que
corre
desde
la
Cordillera
hasta
el
Rio
de
la
Plata
es
la
abundancia
de
ganado.
En
las
pampas
de
Buenos
Aires
«
hay
grandissima
suma
de
caballos
que
se
quedaron
alli
desde
el
tiempo
de
Pedro
de
Mendoza,
[…]
que
han
multiplicado.
Cosa
extraña
y
en
todo
este
tiempo
no
los
han
visto
los
españoles
mas
de
la
fama
que
dan
los
indios,
que
cubren
las
llanadas
que
es
cosa
de
admiración
».11
Es
posible
que
todos
los
caballos
no
procediesen
de
la
expedición
de
Mendoza
y
que
a
esos
cimarrones
se
unieron
los
de
las
haciendas
de
la
cordillera
saqueadas
por
los
chiriguanos,
asi
como
los
de
Asunción.
Pero
es
indudable
que
esos
animales
transformaron
rápidamente
las
sociedades
indígenas,
y
también
las
mestizas,
en
torno
a
los
pueblos
de
Santa
Cruz
de
la
Sierra,
Asunción,
Santa
Fe
y
Buenos
Aires.
Esas
llanuras
son
una
reserva
natural
de
carne
y
de
caballos
«
para
proveimento
de
los
pasajeros,
porque
de
gordo
no
puede
correr
».12
No
sólo
los
indios
y
los
soldados
se
surten
en
las
pampas,
sino
también
los
extranjeros.
10
Lizárraga : 89-91.
11
AGI, Patronato, 294, N. 14, 1581, f. 3v.
12
Lizárraga, : 76.
8
13
Díaz de Guzmán : 55-56.
14
«
Relación
general
de
las
poblaciones
españolas
del
Perú
hecha
por
el
licenciado
Salazar
de
Villasantes
»
[1568],
RGI,
t.
1:
121-‐143;
«
Carta
a
SM
del
marqués
de
Cañete,
virrey
del
Perú
»,
3
de
noviembre
de
1556,
Levillier,
1921
:
300-‐301;
Lizárraga
:
138.
15
Cf. el libro de referencia de Renard-Casevitz, Saignes y Taylor, 1986.
9
16
AGI, Charcas 16, R.2, N.7, 1562, f.1.
17
Ibid., f. 3v.
10
18
«
Carta de la Audiencia de Charcas al licenciado Castro, 10 de junio de 1566 », en
Maurtúa, t.2, 86-87.
19
Ibid. : 88.
11
encima
de
Ñuflo
de
Chaves,
esta
decisión
es
tomada
por
los
de
Paraguay
como
un
agravio.
Los
conquistadores
de
los
llanos
están
dispuestos
a
proseguir
sus
entradas
hacia
Moxos
y
otras
regiones,
sin
tener
que
rendir
cuentas
a
los
peruanos.
Ellos
se
consideran
«
gente
de
la
tierra
»,
ya
sea
por
antigüedad
en
la
provincia,
ya
sea
por
haber
nacido
en
ella.
Francisco
Ortiz
de
Vergara,
gobernador
de
Santa
Cruz
en
ausencia
de
Ñuflo
de
Chaves,
y
depuesto
por
Lima,
relata
como
salió
de
Asunción
rumbo
al
oeste
con
«
treinta
mancebos
montañeses
que
en
otras
partes
de
Indias
llaman
mestizos,
pero
son
tan
hombres
de
bien
en
esas
provincias
que
no
conviene
llamarlos
mestizos
sino
del
nombre
que
ellos
aprecian,
que
es
montañeses
».
20
La
valoración
del
«
montañés
»
por
los
hombres
del
Rio
de
la
Plata
contrasta
con
el
rechazo
del
término
por
el
Inca
Garcilaso,
célebre
mestizo
que
no
quiere
ser
identificado,
ni
él
ni
sus
congéneres,
con
los
«
sacharuna
»
es
decir,
con
los
hombres
salvajes
de
los
montes.21
Estos
mestizos
guaraníes
son
grandes
arcabuceros
y
flecheros,
generalmente
herreros
de
oficio
y
muy
buenos
jinetes.
También
se
les
llama
«
mozos
»
o
«
mancebos
»,
términos
que
indican
no
sólo
el
mestizaje
sino
tambien
una
nueva
generación
que
no
se
identifica
con
los
peninsulares.
Estos
«
chapetones
»,
como
los
apoda
Reginaldo
de
Lizárraga,
hombre
criado
en
América,
creen
ver
en
las
manadas
de
ganado
cimarrón
de
la
pampas
de
Buenos
Aires,
«
montañas
de
árboles
».22
Para
colmo
de
males,
la
Audiencia
tiene
que
contener
los
asaltos,
robos
y
muertes
causados
por
los
chiriguanos,
de
natural
traicionero
y
antropófagos,
pero
excelentes
hombres
de
guerra.
En
los
años
1560
se
confederan
con
los
indígenas
del
valle
Calchaqui,
en
el
Tucumán
y
con
una
parcialidad
de
los
chichas,
y
«todos
juntos
vinieron
a
dar
saltos
quince
leguas
de
Potosí
»,
perjudicando
el
trabajo
del
carbón
y
poniendo
en
peligro
la
villa
imperial,
20
AGI, Patronato, 29, R.19, 1565, f. 1.
21
Cf. Tamar Herzog, 2007, sobre lo montuoso, salvaje y despoblado como espacio al
margen de la civilización.
22
Lizárraga, 192.
12
23
Ibid.: 91-92.
24
Monumenta Peruana, (en adelante MP), t. 3 : 540-541.
13
de
la
Cordillera.25
Los
tupí
saquearon
los
depósitos
incaicos
que
se
encontraban
en
la
frontera,
robando
una
serie
de
objetos
de
oro.
Polo
de
Ondegardo
afirma
que
García
regresó
a
Portugal
con
parte
del
botín
y
volvió
a
partir
a
la
dicha
zona,
donde
fue
asesinado
por
los
indígenas.
Esa
temprana
expedición
dió
origen
a
la
leyenda
de
la
Sierra
de
la
Plata,
un
horizonte
«
utópico
»
que
justificó
la
fundación
de
Buenos
Aires
en
1536
y
el
nombre
de
su
río.
Mas
tarde
los
jesuitas
oyeron
contar
a
los
chiriguanos
la
historia
de
Candire,
«
señor
del
metal
verdadero
y
de
todas
las
cosas
buenas
»26.
La
frontera
chiriguana
estaba
repartida
en
varios
frentes.
Uno
de
ellos
pasaba
por
Mizque,
Tomina
y
Tarija.
En
torno
a
Mizque
los
españoles
vivían
en
ranchos
apartados
con
su
gente
de
servicio,
bajo
la
amenaza
constante
de
las
incursiones
indígenas.
Este
era
uno
de
los
espacios
de
marginalidad,
un
despoblado,
es
decir
con
españoles
e
indios
«
apartados
»,
fuera
de
todo
control
comunitario
organizado27.
Otra
zona
alejada
del
control
virreinal
era
Santa
Cruz
de
la
Sierra
«
en
la
frontera
de
dos
provincias
de
indios
chiriguanas
»,
los
de
la
Cordillera
al
oeste,
e
Itatin,
al
oriente,
donde
se
suponía
que
había
oro.
Aunque
esos
indios
de
Itatin
tenían
buenas
relaciones
con
Ñuflo
de
Chaves,
terminaron
matándolo
en
su
propia
casa.
Las
alianzas
se
rompían
y
se
recomponían
constantemente.
Para
los
españoles
del
XVI,
los
chiriguanos
eran
gente
«
extranjera
»
y
por
lo
tanto,
sin
derecho
de
«
naturaleza
»
en
la
región.
Por
añadidura
eran
guerreros
y
antropófagos,
esclavizaban
a
las
tribus
sedentarias
y
pacíficas,
perjudicando
incluso
la
organización
de
la
mita
de
Potosí,
puesto
que
habían
«
consumido
»
gran
parte
de
los
chichas
de
la
sierra
peruana.
Los
sobreviviente,
por
huir
de
25
Polo de Ondegardo es probablemente el primero en mencionar esta migración. Su
relación, traducida por Thierry Saignes al francés, ha sido reproducida en Combès &
Saignes: 135-142.
26
« Relación de los Xarayes al virrey don García Hurtado de Mendoza » [1596], en MP,
VI : 39-49.
27
En el sentido que Tamar Herzog (2007) da a esa noción.
14
estos
males,
salían
de
sus
tierras
y
«
tributaban
cada
año
a
los
dichos
chiriguanaes
cierta
cantidad
porque
los
dejasen
vivir
en
sus
tierras
».
28
Las
estancias
de
ganados
cercanas
a
La
Plata
estaban
regularmente
atacadas
por
estos
indios,
que
llegaron
a
matar
al
gobernador
Pedro
de
Castro,
vecino
encomendero
de
esa
ciudad.
En
la
cordillera
de
los
chiriguanos,
hacia
1580,
había
unos
4000
indios
de
guerra,
entre
los
cuales
menos
de
la
mitad
eran
naturales
de
esa
nación
y
la
mayoría
«
mestizos,
hijos
dellos
y
de
mujeres
de
otras
naciones,
los
cuales
son
tan
malos
y
peores
que
los
legítimos
y
naturales
».
29
En
toda
la
provincia
chiriguana
y
en
los
pueblos
de
españoles
que
alli
se
encontraban,
la
esclavitud
indígena
y
los
servicios
personales
eran
prácticas
corrientes.
La
disposición
de
las
casas
del
pueblo
fundado
por
Manso
y
destruído
por
los
chiriguanos
refleja
la
importancia
de
la
población
servil.
30
La
esclavitud
de
los
indígenas
fue
incrementada
por
los
chiriguanos,
que
tejían
alianzas
con
los
pobladores
españoles
de
los
confines
y
les
proveían
de
esclavos,
a
cambio
de
objetos
de
hierro
y
otras
cosas
útiles.
Probablemente
un
desacuerdo
relativo
a
este
tipo
de
reciprocidad
fue
el
motivo
de
la
muerte
de
Ñuflo
de
Chaves.
Hacia
1610,
2000
esclavos
habrían
sido
vendidos
anualmente
a
los
colonos
de
la
frontera.
31
No
sólo
en
las
provincias
orientales
de
Charcas
sino
también
en
las
del
Tucumán,
otra
zona
periférica
y
de
frontería,
los
indígenas
son
«piezas
»,
es
decir
esclavos,
como
se
desprende
de
la
información
hecha
en
Santiago
del
Estero
por
Juan
Ramírez
de
Velasco,
gobernador,
capitán
general
y
justicia
mayor
de
las
provincias
de
Tucumán,
Xuríes,
Diaguitas
y
Comechingones.32
En
Charcas
imperan
las
relaciones
serviles,
en
sus
múltiples
matices.
Los
«
naborías
»,
término
originario
de
las
Antillas,
designa
allí
a
los
servidores
28
AGI, Patronato, 137, n°1, R.2, 1598, f. 96
29
« Relación de la Ciudad de Santa Cruz de la Sierra por su gobernador don Lorenzo Suárez
de Figueroa, RGI, t. 1 : 402-409.
30
AGI, Patronato, 29, R.19, f. 2 .
31
Saignes,
1985.
32
«Información acerca de la provincia de Telan y Zuraca» [1587], RGI, II :75-78.
15
perpetuos
que
no
se
pueden
vender.
Los
yanaconas,
categoría
utilizada
por
los
Incas
para
nombrar
a
las
personas
dedicadas
a
servicios
varios
(pero
gozando
de
ciertos
privilegios
como
el
ser
eximidos
del
tributo),
son
allí
los
«
allegados
a
las
chacaras
con
su
voluntad
»,
a
cambio
de
una
parcela
de
terreno.
Estos
yanaconas,
campesinos
sin
tierras
comunitarias,
prefiguran
a
los
«
conciertos
»
del
siglo
XVIII33.
Los
«
allegados
»
a
los
españoles
aseguran
«
toda
esta
provincia
de
motines
y
alteraciones
»,
por
el
hecho
mismo
de
poblar
la
tierra.34
En
otros
textos
la
condición
de
yanacona
se
impone
a
las
mujeres
capturadas
por
los
españoles
en
la
guerra
y
a
sus
descendientes,
mientras
que
la
de
«
naborías
»,
que
se
supone
mas
dura,
corresponde
a
los
cautivos
masculinos.
35
En
1574,
en
vísperas
de
emprender
una
campaña
militar
contra
los
chiriguanos,
el
virrey
Toledo
consulta
con
los
oidores
de
Charcas
sobre
si
le
es
lícito
esclavizar
a
los
chiriguanos
capturados
«
en
justa
guerra
».
Estos
le
recuerdan
la
cédula
real
que
lo
prohibe.
Al
término
de
un
largo
debate,
la
Audiencia
decreta
que
se
modere
el
rigor
del
castigo,
«
sino
que
el
que
los
cautivare
se
sirva
de
ellos
toda
la
vida
como
de
tales,
no
pudiéndolos
vender
ni
enajenar
[…]
los
demás
queden
libres
como
vasallos
de
VM.
y
que
se
exima
de
la
esclavitud
a
las
mujeres
y
a
los
niños
».
Pero
el
virrey
no
cede.
Ese
mismo
año
el
procurador
general
de
esas
provincias,
después
de
denunciar
los
asaltos
de
los
chiriguanos,
acusa
a
los
españoles
de
haber
favorecido
ese
negocio:
«
No
dejaré
de
decir
la
culpa
que
han
tenido
algunos
españoles
con
poca
conciencia,
de
traer
al
Perú
grandes
cuadrillas
dellos
públicamente,
incitando
a
los
chiriguanaes
con
sus
rescates
a
hacer
cada
día
mayores
presas
y
otros
vendiendo
y
dando
de
sus
repartimientos.
Esto
se
ha
disimulado,
aunque
al
principio
castigado,
diciendo
que
se
pueblan
con
ellos
muchas
chácaras
de
españoles
y
se
hace
abundosa
de
mantenimientos
aquella
provincia
de
los
Charcas,
no
mirando
que
para
traer
diez
matan
y
comen
ciento
[…]
porque
los
que
pretenden
que
se
pueble
Condurillo,
es
para
que
castiguen
los
Chiriguas
33
A pesar de las ordenanzas del virrey Toledo sobre el cuidado, amparo y buenos
tratamientos de los yanaconas.
34
AGI, Patronato, 235, R.2, 1573, f.5.
35
Zavala, 1978 : 108-109.
16
(sic)
y
les
traigan
al
Perú
las
otras
naciones
juntamente
con
ellas,
no
haciendo
caso
que
aquel
pueblo
puede
ser
bueno
».
36
La
guerra
que
emprende
el
virrey
Toledo
en
1574
contra
los
chiriguanos
no
logra
derrotar
la
guerrilla
desgastante
que
los
indígenas
hacen
a
los
soldados
del
virrey.
También
fracasa
la
triple
campaña
militar
de
1584
y
1585,
asi
como
la
expedición
del
aguerrido
Ruy
Díaz
de
Guzmán,
un
montañés
de
Paraguay,
entre
1616
y
1621.
Los
chiriguanos
atacan
en
noche
cerrada
y
se
refugian
en
los
montes
por
donde
no
hay
caminos,
queman
las
cosechas,
inclusive
las
propias,
destruyen
los
pueblos,
proponen
treguas
que
no
respetan
y
se
escabullen
cuando
los
soldados
creen
haberlos
cercado.
El
clima
tórrido
del
Chaco
vence
al
propio
Francisco
de
Toledo,
que
tiene
que
abandonar
la
expedición.
Lorenzo
Suárez
de
Figueroa
propone
desarraigar
a
los
chiriguanos
de
la
Cordillera
y
darlos
como
«naborías»
a
los
vecinos
de
La
Plata
y
de
Santa
Cruz,
por
que
«
con
este
interés
habrá
gente
para
hacer
la
dha
conquista,
e
quedando
la
Cordillera
segura
e
libre
desta
mala
generación,
llevándolos
al
Perú
y
a
otras
partes
».
Esa
conquista
es
moralmente
justa
porque
permitirá
la
restitución
de
los
cautivos
de
los
chiriguanos,
y
«
quitar
la
ladronera
que
tienen
los
esclavos
o
negros
del
Perú
y
los
indios
delincuentes
o
que
no
quieren
servir,
que
se
recogen
a
ellos
».
37
Además,
la
pacificación
será
el
punto
de
partida
para
la
conquista
de
los
Moxos
y
del
legendario
Paititi.
Pero
tal
optimismo
es
prematuro,
ya
que
los
últimos
focos
chiriguanos
serán
eliminados
en
el
curso
del
siglo
XIX.
Mimetismos
indígenas
y
mestizos.
Un
año
antes
del
inicio
de
la
guerra
chiriguana
del
virrey
Toledo,
una
serie
de
rumores
circularon
por
toda
la
región
de
La
Plata,
relativos
a
un
«
mancebo
»
de
cabellos
largos
y
sin
barbas
que
había
aparecido
entre
los
chiriguanos
vestido
36
« Relación verdadera del asiento de Santa Cruz de la Sierra », RGI, t.1: 397-400.
37
« Relación verdadera del asiento de Santa Cruz de la Sierra », RGI, t.1: 397-400.
17
como
ellos.
Ese
profeta
les
había
predicado
y
persuadido
que
se
hicieran
cristianos,
que
vivieran
según
la
ley
natural,
que
no
comiesen
carne
humana,
y
que
no
tuviesen
mas
que
una
mujer
y
si
dos,
«
una
de
servicio
».
Llevaba
consigo
dos
cruces,
una
grande
y
otra
chica,
y
les
decía
que
adorasen
a
su
padre
Zhus
(Jesús),
y
que
no
hiciesen
guerras
entre
ellos.
Francisco
de
Toledo
pidió
información
sobre
tan
extraña
aparición
y
comparecieron
ante
él
varios
caciques
principales,
como
el
Inga
Condorillo
y
otros
mas,
con
sus
gentes,
sus
cautivos
chaneses
mas
un
natural
del
Cuzco
y
«
un
español
que
está
alli
»,
a
quien
el
mancebo,
según
aseguró
ante
los
jueces,
dió
los
buenos
días
en
castellano.
Los
testimonios
concordaban
en
varios
puntos
:
del
mancebo
manaba
un
resplandor
;
al
disiparse
la
aparición,
se
oían
ruidos
fuertes
que
después
se
interpretaron
como
truenos.
Ese
extraño
personaje
que
recordaba
al
apóstol
Santiago
y
que
quizás
sea
el
origen
del
culto
que
se
le
rinde
en
Bombori
(Chayanta),
se
había
aparecido
por
primera
vez
a
las
mujeres,
a
quienes
dió
unas
pepitas
de
zapallo
que
prosperaron.
El
mancebo
luminoso
curaba
a
los
enfermos
y
a
los
que
habían
sido
picados
por
una
víbora.
Aquellos
que
se
obstinaron
en
seguir
comiendo
carne
humana,
murieron.
38
Probablemente
los
chiriguanos
intentaron
manipular
a
las
autoridades
españolas
para
postergar
la
campaña
anunciada
por
el
virrey,
presentándose
ante
él
como
cristianos.
Sin
embargo,
la
diversidad
de
los
testimonios
tendería
a
reflejar
una
cierta
realidad.
Ese
visionario
era
sin
duda
un
mestizo,
como
el
término
de
«
mancebo
»
lo
sugiere,
y
su
objetivo
principal
parece
haber
sido
el
fomentar
la
paz
entre
las
distintas
parcialidades,
condición
indispensable
para
poder
enfrentarse
a
los
españoles.
Por
otra
parte
ese
caso
no
es
el
único
acaecido
entre
los
guaranies.
En
1556,
en
Asunción,
el
clérigo
Martin
González
da
cuenta
de
un
alzamiento
indígena
«
con
un
niño
que
dice
ser
Dios
o
hijo
de
Dios,
y
que
tornan
con
esa
invención
a
sus
cantares
pasados
».39
En
todo
caso
el
episodio
del
mancebo
reluciente
muestra
el
conocimiento
que
los
chiriguanos
tenían
del
enemigo
asi
como
la
asimilación
de
elementos
cristianos.
38
AGI, Patronato 235, R.3, 1573, ff. 6-8v.
39
Cartas de Indias, II, 632-633. Sobre este tema, cf. Vainfás, 1995.
18
Los
mestizos
son
para
el
virrey
elementos
esenciales
en
la
campaña
contra
los
chiriguanos,
asi
como
la
política
de
los
rehenes.
Pero
Toledo
trata
de
que
los
chiriguanos
salgan
de
paz
«
con
lo
que
se
les
perdonaría
lo
pasado
y
no
queriendo
hacerlo,
que
se
les
haría
guerra
y
serían
castigados
como
los
yndios
de
Vilcabamba
».
40
La
guerra
es
necesaria,
entre
otras
cosas,
para
asegurar
la
ciudad
de
La
Plata
y
las
minas
de
Potosí
y
Porco41.
Pero,
a
pesar
del
horror
que
sienten
los
españoles
por
la
antropofagia
de
los
chiriguanos,
no
se
contempla
el
exterminio
de
los
mismos
sino,
su
utilización
como
guerreros,
a
condición
de
desarraigarlos
de
su
provincia
y
llevarlos,
por
ejemplo
a
Chile,
para
combatir
contra
los
Araucanos:
«en
pocos
días,
porque
es
gente
de
montaña
y
pelean
con
flechas
y
macanas,
y
es
gente
que
jamás
representa
batalla
sino
que
dan
los
asaltos
con
muchas
trasnochadas
en
lo
cual
tienen
grandísima
ventaja
a
los
de
Chile
[…]
Aunque
les
pese,
se
han
de
allanar».
42
Los
contactos
entre
los
chiriguanos
de
la
Cordillera
y
los
españoles
no
siempre
fueron
conflictivos.
Los
colonos
periféricos,
como
los
indios
chichas,
pagaban
tributo
a
los
chiriguanos
«
porque
no
le
hiciesen
daño
»
(cuchillos,
tijeras,
algunas
hachas
para
cortar
árboles,
alguna
chaquira
».
43
Esta
confusión
del
tributo
con
el
rescate
es
típica
de
la
región,
pero
son
los
chiriguanos
quienes
imponen
las
condiciones
del
trueque.
Cuando
fracasa
el
proyecto
concebido
por
los
jesuitas
de
Santa
Cruz
de
la
Sierra
para
nombrar
un
cacique
principal
de
todos
los
chiriguanos
de
la
Cordillera,
el
padre
Samaniego,
principal
artífice
de
esa
alianza,
opta
entonces
por
la
vía
clásica
de
comunicación
con
los
indígenas,
la
del
“tributo”.
Como
él
mismo
lo
dice,
el
padre
se
vuelve
“buhonero”,
reparte
chaquiras,
rosarios,
gargantillas,
y
varios
objetos
de
estaño.
44
El
«
mancebo
»
visionario
no
es
el
único
mestizo
que
se
infiltra
entre
los
chiriguanos,
que
también
tienen
en
sus
pueblos
algunos
negros
y
mulatos.
Uno
40
AGI, Patronato, 235, R.4 (1),1574, f.2..
41
« Relación de las cosas de guerra » [1572], CODOIN: 323-324.
42
« Carta del factor de Potosí Juan Lozano Machuca »[1581], RGI, t. 2 : 63.
43
Lizárraga : 92.
44
MP
VI
:
13-‐81.
19
de
los
mas
documentados
es
un
tal
Capillas,
«
un
perro
mestizo
»
del
Rio
de
la
Plata.45
Capillas
es
herrero
de
oficio
y
funde
puntas
de
acero
para
las
flechas
de
los
chiriguanos
;
«
vive
con
las
mujeres
que
quiere,
anda
casi
desnudo
y
por
no
ser
conocido
cuando
sale
a
hacer
daño
en
los
nuestros,
se
embija
como
indio
».
46
Capillas
se
convierte
en
un
cacique
muy
estimado,
y
el
padre
Samaniego
parte
en
su
busca
para
solicitar
su
ayuda
para
iniciar
la
evangelización.
El
relato
minucioso
del
misionero
describe
los
distintos
pueblos
chiriguanos
y
la
adopción
de
comportamientos
y
de
prendas
españolas
por
los
hijos
de
caciques
:
«
vinieron
dos
sobrinos
del
cacique
mayor
del
primer
pueblo,
vestidos
a
la
española,
en
sus
caballos
y
encontrándonos
en
el
camino,
se
apearon
y
dejando
sus
lanzas,
se
llegaron
a
besarme
la
mano
con
tanta
crianza
como
si
fueran
españoles
».
Pero
todas
las
parcialidades
chiriguanas
no
son
amigas
de
la
de
Capillas
y
el
viaje
se
alarga,
dando
ocasión
al
jesuita
de
encontrarse
con
españoles
«que
se
volvían
al
Perú
con
el
rescate
que
llevaban
»
(es
decir
con
esclavos).
Esos
hombres
tratan
de
disuadir
a
los
jesuitas
de
llegar
al
pueblo
de
Capillas
porque
las
gentes
que
alli
moran
los
consideran
«
hechiceros
de
los
carayes,
que
asi
llaman
a
los
españoles
».
47
Después
de
otros
encuentros,
uno
de
los
caciques
decide
guiarlos
hasta
el
pueblo
de
Capillas.
Antes
de
salir,
sus
mujeres
«
le
vistieron
en
traje
de
español,
poniéndole
encima
una
ropa
de
levantar
con
muchos
alamares
y
ciñéndole
sobre
ella
una
espada
española
y
subiéndose
en
un
caballo
a
la
gineta,
se
fue
con
nosotros
adonde
estaban
juntos
curacas
y
Capillas,
el
cual
se
nos
echó
a
los
pies
».
48
Los
indios
(con
razón)
temen
que
tras
los
jesuitas
lleguen
soldados
y
los
reduzcan.
Capillas
es
un
«
pobre
hombre
»
que
a
pesar
del
respeto
que
los
indios
le
tienen,
«
les
está
harto
sujeto
y
vive
con
un
miedo
y
artificio
entre
45
Lizárraga : 94.
46
MP VI: 65.
47
« Karay » es el nombre que los guaraníes daban a sus profetas y visionarios, y que luego
se aplicó a los españoles.
48
MP, VI, : 65.
20
49
Ibid.,: 68.
50
AGI, Charcas 16, R2, N.7, f.5. La ropa española es también un botín muy codiciado por
los Araucanos.
51
AGI, Patronato, 29, R.19, 1565, f. 4.
21
antropofágicos
«
porque
los
años
pasados,
comiendo
uno,
a
todos
los
que
le
comieron
dieron
cámaras
de
sangre
y
murieron
».
52
En
cierto
modo
y
a
pesar
de
la
hostilidad
entre
ambos
grupos,
los
españoles
y
los
chiriguanos
tienen
ciertos
puntos
en
común.
Ambos
son
advenedizos
y
ambos
«tienen
brío
de
conquistar
las
otras
naciones,
a
las
cuales
todas
llaman
esclavos
y
cuando
los
rinden,
se
sirven
dellos
como
de
tales».
53
Soldados
y
clérigos
Los
indígenas
no
son
los
únicos
que
se
rebelan
contra
la
Corona,
sino
también
muchos
mestizos,
y
también
soldados
y
clérigos.
La
familia
Cabrera
protagoniza
una
serie
de
episodios
subversivos
durante
todo
el
siglo
XVI.
Don
Gerónimo
Luis
de
Cabrera,
fundador
de
la
ciudad
de
Córdoba,
y
gobernador
del
Tucumán,
cuyo
hermano
había
participado
al
levantamiento
de
Hernández
Girón,
es
acusado
de
querer
«alzarse
con
la
tierra»
y
ejecutado
en
su
casa
por
Pedro
de
Abreu,
que
lo
reemplaza
en
la
gobernación.
54
Años
mas
tarde,
unos
clérigos
que
vivían
«
muy
libremente
»
en
Potosí,
encabezados
por
Manuel
Zambrano,
intentaron
entrar
en
el
Tucumán,
matar
al
gobernador
y
alzar
en
su
lugar
a
un
hijo
de
don
Gerónimo
de
Cabrera
«
y
de
alli
en
adelante,
alterar,
si
pudiesen,
esta
tierra».55
Mas
explícito,
el
capitán
Luis
Fuentes
y
Vargas
dice
que,
habiéndose
alzado
con
algunos
hombres
y
sacerdotes
el
padre
Zambrano,
«
hombre
belicoso
e
inquieto,
fue
a
los
chichas
para
proseguir
su
mal
intento
e
ir
a
las
provincias
de
Tucumán
e
juntar
gente
perdida
para
alterar
toda
esta
tierra
y
hacer
en
ella
daños
conforme
a
su
mala
inclinación
».
56
En
el
pueblo
de
Cotagaita
los
chichas,
aliados
de
los
españoles,
matan
a
Zambrano
y
prenden
a
los
demás.
52
MP VI : 76. Sobre el mimetismo de los indígenas, pero también de los franceses, cf.
Havard, 2007.
53
MP, V : 587-588.
54
Lizárraga : 114-115.
55
Cartas de Audiencia, Charcas 16, R.17, N. 72, f.2.
56
AGI, Patronato, 137, N.1, R.2, f. 4.
22
Aprovechando
que
el
gobernador
don
Lorenzo
Suárez
de
Figueroa
se
hallaba
en
Potosí,
se
produce
la
«
alteración
de
algunos
mestizos»
de
Santa
Cruz
de
la
Sierra
que
estaban
determinados
a
salir
de
la
ciudad
y
a
organizar
una
entrada
a
los
timbus,
«
sin
orden
ni
licencia
».
Encabezaba
la
rebelión
fray
Alonso
de
Mendoza,
hijo
de
Diego
de
Mendoza,
un
montañés
del
Río
de
la
Plata
que
había
sido
castigado
por
rebelión
por
el
virrey
Toledo
el
año
de
la
campaña
contra
los
chiriguanos.
El
fraile
fue
apresado
cuando
trataba
de
entrar
en
un
convento
de
monjas,
pero
se
fugó
sin
que
pudiera
ser
habido,
en
hábito
de
soldado,
con
armas
defensivas
y
ofensivas.57
El
hecho
es
considerado
como
grave,
o
por
lo
menos
preocupante,
porque
los
mestizos
son
«
fáciles
para
ser
subvertidos
»
y
porque
en
aquella
provincia
de
Santa
Cruz
:
«
hay
gran
número
de
indios
belicosos
con
quien
se
disimula,
conociendo
dellos
tener
una
fingida
paz
con
perpetuo
rencor
y
enemistad
al
nombre
de
español
».
Por
esta
razón,
«los
mestizos
los
traerán
asi
con
facilidad
».
Las
dificultades
del
camino
«no
les
es
pequeña
ayuda
a
sus
libertades
».
Los
mestizos
de
Santa
Cruz
no
tienen
ni
honra
ni
policía,
«y
por
esta
razón
inclinados
al
vicio
y
libertad».
Para
colmo
Hernando
de
Salazar,
gobernador
por
interim,
está
casado
con
una
hermana
de
don
Diego
de
Mendoza,
y
que
las
redes
de
parentesco
complican
la
aplicación
de
la
ley.
Por
otra
parte
esa
tierra
:
«es
comarcana
y
vecina
a
la
del
Rio
de
la
Plata
en
que
había
tanta
gente
holgada
y
tan
viciosa
y
amiga
de
novedades
y
estar
en
frontera
de
tantos
enemigos
y
confinaban
en
los
chiriguanaes
».
58
Salazar
destierra
a
los
tres
mestizos
mas
comprometidos
en
el
motín.
Uno
de
ellos
es
un
hijo
de
Ñuflo
de
Chaves
y
de
una
hermana
de
Diego
de
Mendoza.
Pero
a
pesar
de
estas
medidas
disciplinarias,
una
causa
se
abre
contra
Hernando
de
Salazar,
cuyas
«
mañas
y
tratos
son
harto
conocidas».
Este
hombre
no
reconoce
a
superior,
roba
a
los
vecinos
«
para
sus
sustentación,
tiene
por
costumbre,
en
viniendo
a
aquella
ciudad
gobernador
nuevo,
confederarse
con
el
con
banquetes
y
regalos
y
astucias
y
57
AGI, Patronato, 191, R.8, f.3r.
58
Ibid., f. 6v.
23
para
el
lo
tiene
confederado”,
con
lo
cual
puede
exigir
de
los
vecinos
indios
para
hacer
obras
».
59
En
1586,
el
año
en
que
Thomas
Cavendish
atraviesa
el
estrecho
de
Magallanes,
un
alzamiento
mestizo
estalla
en
Potosí,
que
será
rápidamente
rápidamente
sofocado;
en
1599
se
descubre
una
conjuración
en
La
Plata
y
Potosí
dirigido
nada
menos
que
por
un
relator
de
la
Audiencia
de
Charcas,
el
licenciado
Juan
Diez
Ortiz
y
por
don
Gonzalo
Luis
de
Cabrera
junto
con
otros
cómplices
quienes
querían
introducir
ingleses
por
el
puerto
de
Buenos
Aires.60
Los
conjurados
son
decapitados
y
sus
cabezas,
exhibidas
en
la
plaza,
frente
a
la
Audiencia.
61
El
gobernador
de
Buenos
Aires,
Diego
Valdés,
comenta
que:
«
cuando
le
querían
sacar
a
ajusticiar
dio
por
aviso
que
si
se
cerraba
este
puerto
se
levantarían
estas
provincias
y
ni
mas
ni
menos
si
venía
otro
gobernador
que
Hernandarias
de
Saavedra,
que
es
un
caballero
criollo
de
esta
tierra
[que]
los
naturales
desta
tierra
habían
hecho
su
gobernador
».
62
sugiriendo
que
se
trata
de
un
complot
de
los
criollos
y
de
los
mestizos,
que
no
resultó
porque
Hernandarias
es
«
muy
honrado
caballero
aunque
criollo
».
La
Audiencia
de
Charcas
le
ha
dado
las
señas
de
unos
rebeldes
huídos.
Teme
que
haya
otra
«
revolución
»
y
que
lleguen
de
Potosí
200
soldados,
es
decir
gentes
sueltas
dispuestas
a
alzarse
con
la
tierra.
El
postigo
abierto
El
asalto
de
Francis
Drake
a
Panamá
en
1572,
inaugura
un
largo
ciclo
de
ataques
corsarios
efectuados
por
ingleses,
franceses
y
holandeses.
En
1578,
la
amenaza
se
hace
mas
presente
cuando,
después
de
haber
pasado
el
estrecho,
y
subido
a
lo
largo
de
la
costa
de
Chile,
con
ayuda
de
pilotos
protugueses,
Drake
entra
en
el
puerto
de
Callao,
tomando
a
todos
«
de
«
cosa
tan
nueva
y
ynopinada
»,
como
comenta
la
Audiencia
de
los
Reyes
al
Rey
en
una
carta
de
59
Ibid. f. 32v.
60
Charcas, 17, R.10, N.64, 1599, ff. 1-2.
61
La conspiración de Gonzalo Luis de Cabrera fue desbaratada por don Rodrigo de
Hinojosa, AGI, Patronato, 146, N.2, R2.
62
BN-BA, n°7326.
24
noviembre
de
1579
Esa
entrada
toma
a
todos
«
de
sobresalto
».
La
ciudad
carece
de
una
defensa
adecuada,
«
como
la
gente
no
es
mucha
y
la
que
es
alguna,
que
son
indios,
mestizos
y
mulatos
negros
y
zambahigos,
no
es
gente
de
poca
o
ninguna
confianza
y
la
mayor
parte
de
la
otra
anda
ocupada
en
labranças
,
minas
o
tratos
»[…]
«
y
asi
fue
como
«
llegó
este
pirata
[…]
y
le
diese
un
bofetón
de
los
grandes
que
han
recibido
ni
creo
que
recibirán
tan
presto
los
leones
del
Perú
».63
El
«
alzarse
con
la
tierra
»
no
es
una
vaga
amenaza.
Las
repercusiones
de
su
viaje
se
hacen
sentir
en
Potosí
y
en
Vilcabamba,
y
un
sector
de
la
población
se
puso
a
favor
de
los
luteranos.
En
1580
Richard
Hakluyt
redacta
«
A
discourse
of
the
commodity
of
the
taking
of
the
straight
of
Magellanus
».
Toledo
envía
a
Sarmiento
de
Gamboa
a
España
con
la
misión
de
traer
colonos
para
el
estrecho,
pero
éstos
no
pueden
resistir
el
clima
ni
los
ataques
de
los
indios.
La
proeza
de
Francis
Drake
suscita
esperanzas
casi
mesiánicas
entre
los
naturales
pero
también
entre
los
españoles.
En
el
pueblo
de
Tacobamba
de
donde
era
cura,
a
diez
leguas
de
la
villa
de
Potosí,
Diego
de
Trejo
descubre
por
casualidad
una
asamblea
de
unos
tres
mil
indios
armados
entre
los
cuales
se
hallaba
Joan
Colque,
indio
principal
y
muy
rico,
capitán
general
de
los
indios
de
esas
provincias.
El
objeto
de
esa
junta,
según
Trejo,
era
nada
menos
que
el
«
tratar
de
alçarse
con
el
reyno
y
entregarlo
a
los
ingleses
porque
personas
de
su
parte
les
habían
prometido
libertad
y
que
no
servirían
a
los
christianos
ni
pagarían
tasa
y
vivirían
en
la
ley
que
quisiesen
como
en
el
tiempo
del
ynga,
y
que
estaban
determinados
de
hacerlo
y
concertarlo
el
día
en
que
se
había
de
poner
y
que
solo
aguardaban
a
que
llegaran
los
navíos
a
la
costa
de
Arica
en
que
habían
de
venir
los
ingleses
y
gente
de
guerra
y
para
esto
despachaban
cartas
a
los
puertos,
asi
para
los
indios
que
en
ellos
había
como
para
los
yngleses,
avisándoles
su
determinación
».
64
Los
avisos
que
los
naturales
de
Tacobamba
envían
a
los
caciques
de
la
costa
son
interceptados
por
los
corregidores.
Tal
rumor
está
confirmado
por
el
fraile
Juan
de
Rivadeneira,
según
el
cual
Francis
Drake:
«
envió
a
sus
caciques
y
a
otros
sus
vecinos
y
amigos
sus
dones
diciéndoles
[…]
que
iba
a
volver
a
ayudarles
y
darles
la
libertad
y
que
juntos
ellos
y
los
indios
63
Levillier, 1924 : 432, 443.
64
AGI, Charcas 87, 1610, f.1r-2.
25
echarían
a
los
españoles
de
todas
las
Indias
[…]
dejádnos
a
nosotros
el
cargo,
que
nosotros
os
los
mataremos
y
os
pondremos
en
libertad
».
65
Una
de
esas
cartas
descubiertas
por
Trejo
fue
enviada
al
gobernador
de
Buenos
Aires,
Juan
de
Garay.
En
1582,
cuatro
navíos
bajo
el
mando
de
Edward
Fenton
parten
de
Plymouth
con
el
aparente
propósito
de
vender
mercadería
en
el
Perú.
Una
de
las
naves,
al
mando
de
John
Drake,
un
sobrino
de
Francis,
se
encalla
en
el
estuario
del
Rio
de
la
Plata.
Al
pasar
a
a
tierra,
los
marinos
son
capturados
por
los
indios
Charrúas.
John
permanece
en
cautiverio
trece
meses
hasta
que
logra
huir
con
dos
compañeros
de
infortunio
y
llegar
a
Buenos
Aires.
A
partir
de
aquí
los
testimonios
son
confusos
y
la
deposición
tan
explícita
de
John
Drake
se
interrumpe,
aunque
sabemos
que
el
capitán
Alonso
de
Vera
y
Aragón
los
saca
de
alli
y
los
lleva
a
Santa
Fe,
donde
el
general
Torres
de
Navarrete
y
el
gobernador
les
mandan
que
no
comuniquen
con
nadie.
66
¿Maniobra
de
los
platenses
para
retener
allí
al
corsario
y
procurar
información
sobre
las
intenciones
de
los
ingleses?
Finalmente
Drake
será
llevado
a
Lima
e
interrogado
por
la
Inquisición
sobre
el
viaje
de
su
tío,
en
el
cual
participó.
En
1586
Thomas
Cavendish
atraviesa
el
estrecho
rumbo
al
Perú,
con
la
intención
de
juntarse
con
los
indios
araucanos
y
pregonar
la
libertad
a
indios
y
a
negros
de
la
América
»,
y,
«
por
remate,
soltar
presos
»67.
Un
año
después,
Martin
del
Barco
Centenera
pide
la
división
administrativa
del
Rio
de
la
Plata
por
ser
éste
un
«postigo
abierto
para
el
Perú
»68.
1599
es
el
annus
horribilis
del
virreinato.
Las
noticias
que
llegan
de
Chile
son
alarmantes,
puesto
que
los
araucanos
han
muerto
a
Martín
García
de
Loyola,
el
vencedor
de
Vilcabamba.
En
Quito,
los
mestizos
se
alzan
contra
las
alcabalas
y
en
Buenos
Aires,
el
gobernador
escribe
que
todos
los
pilotos
de
los
navíos
ingleses
son
portugueses,
«
y
tenemos
por
mucho
inconveniente
el
asiento
que
se
ha
tomado
para
meter
negros
por
Buenos
Aires
porque
con
esta
ocasión
tienen
libre
entrada
por
65
AGI, Patronato, 266, R.47, ff. 1-2v, 1583.
66
AGI, Patronato, 266, R.54, 1587, fols. 10v-13v ; AGI, Patronato, 266, R.49, 1584.
67
Escandell Bonet : 81-88.
68
Documentos históricos y geográficos, t. 1 : 87-90.
26
aquella
vía
y
hay
veramente
sospechas
de
que
entre
ellos
vienen
espías
para
avisar
a
Inglaterra
del
estado
deste
reyno
»69.
Los espías efectivamente, sean ingleses o franceses, circularán fácilmente por el Rio
de la Plata durante todo el siglo XVII, atraídos por el tráfico clandestino de la plata,
por el contrabando de cueros, tan fáciles de obtener en aquellas pampas, y por la
trata negrera ilegal, que suple ventajosamente los límites del asiento de Pedro
Gómez Reynel al cual hace alusión el gobernador. El postigo abierto es en cierto
modo el pulmón comercial del vireinato, y esas características se mantendrán por
varios decenios.
69
Charcas 17, R.10, N. 63 (2), 1599, f.1-f.2.