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FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIAS POLÍTICAS.

NELLY BULA SIERRA. – Cód. 1067631


VIVIANA ESTRADA LORA. – Cód. 1067854
DANIELA MARADEY BALLESTAS. – Cód. 1067630
TATIANA PESTANA ORTIZ. – Cód. 1067632
VANESSA RINCÓN BAENA. – Cód. 1067792

IV SEMESTRE

TEORIA GENERAL DEL PROCESO

FUNCIÓN CONSTITUCIONAL DE LOS PRINCIPIOS DEL CODIGO GENERAL DEL PROCESO

DRA. CARMEN PABÓN

CARTAGENA D. T Y C, MARZO 12 DEL 2014.


OJETIVO.

Comprender la razón de ser del Derecho Procesal, para establecer el lugar que le corresponde en la
estructura general del derecho, saber de su existencia como derecho autónomo, conocer que es un
instrumento y un medio de la realización o actuación del derecho sustancial, aprehender sus
conceptos y las relaciones con las diversas ramas del derecho en las cuales su deber será aplicar
sus normas sustantivas o materiales en la búsqueda de solucionar los conflictos con relevancia
jurídica o la de constituir los derechos.

Objetivo Especifico

 Identificar cada uno de los principios del código general del proceso.
 Comprender las características de cada principio.
 Visualizar de distinta forma el hecho de llevar una excelente interpretación de normas
procesales ya que de ser así estaríamos en frente de una garantía profunda de nuestra
constitución.
En el ensayo que se desarrollara a continuación se definirá el papel de los principios en el Código
General del proceso y la dependencia al el Derecho constitucional. Para mayor entendimiento se
llevará el siguiente orden: En primera instancia tomaremos el significado de los principios en una
regulación procesal, a partir de las visiones gramatical y funcionalistas. En segundo término se
identificará la función de los principios en la interpretación de las reglas de procedimiento contenidas
en el Código. En un tercer momento se explicará cómo 2 los derechos fundamentales operan como
marco de referencia. En la cuarta etapa se realizara una explicación general de los mencionados
principios, a partir de las premisas expuestas en los apartados anteriores. Y en la quinta y última
parte, se concluirá mostrando el compromiso impuesto por los principios a los jueces del proceso
como juez constitucional.

1. LA SIGNIFICACIÓN DE LOS PRINCIPIOS EN UNA REGULACIÓN PROCESAL.

Para los principios jurídicos y los principios del Código General de Proceso (CGP) el autor planteara
dos modos de comprenderlos. El primero será de tipo gramatical, identificando los principios como
el fundamento de regulación sobre la cual se edifica un sistema normativo. Y con relación a los
principios de CGP, estos operarían como una declaración acerca de qué fines constitucionales son
los que informan el proceso judicial. Refiriéndose en este caso el principio a un fundamento o
sustento.

Los jueces y abogados que han optado por el derecho procesal entienden los principios de esta
manera: “Son los soportes que validan la regulación, los puntos de encuentro entre la intención
política del legislador y la práctica judicial”.

Para el autor del ensayo, la anterior definición liga al principio con una naturaleza justificativa, el
modo gramatical de comprensión de los principios que si los iguala a fundamentos, hace que se
independice la práctica judicial de la aplicación de los mismos. Esto debido a que el principal
receptor de los mismos sería el legislador, quien deberá garantizar la coherencia entre ese
parámetro y la regulación procesal particular. Las partes en el proceso, estarían enfocadas en utilizar
los mecanismos de procedimiento ofrecidos por la regulación correspondiente, confiando en que la
compatibilidad con los principios esta atribuido en la corrección normativa del código.
Con este primer modo gramatical, surge la segunda modalidad de comprensión que es de
naturaleza funcionalista. Esta concibe que los principios tienen valor normativo y concurren en la
interpretación de las normas de procedimiento, en cuanto finalidades que deben ser cumplidas de
manera preferente. En este caso la coherencia entre los principios y las normas va dirigida también a
los abogados y jueces intervinientes en el proceso, no solo al legislador.

Es clave para entender el modo funcionalista entablar la diferencia entre regla y principio, ambos
desde una perspectiva jurídica. Según el teórico Ricardo Guastini regla corresponde a cualquier
enunciado normativo que tenga por función dirigir el comportamiento. Y por el contrario los principios
no describen una acción precisa, sino que estos encomiendan la obtención de un fin, para lo cual los
destinatarios pueden escoger entre un pluralidad de comportamientos alternativos. Definiendo
principios como las normas sobre la aplicación del derecho: normas que no se dirigen, pues, a los
ciudadanos privados sino a los órganos jurisdiccionales y no se refieren directamente a la conducta
sino a otras normas.

Finalmente cuando los jueces y abogados aplican normas de CGP, deben hacerlo de tal manera que
la interpretación de las disposiciones procedimentales tenga finalidades buscadas por los principios.
Como los indicaba Robert Alexys, los principios operan como mandatos de optimización.

2. PRINCIPIOS COMO MANDATOS DE OPTIMIZACIÓN EN LA INTERPRETACIÓN.

Alexy un reconocido del derecho establece las características de los principios como mandatos de
optimización porque estos pueden cumplirse en diferente grado y que la medida debida de su
cumplimiento no sólo depende de las posibilidades reales sino también de las jurídicas, el mismo
autor señala que las reglas “son normas que sólo pueden ser cumplidas o no.” Por consiguiente
estas contienen determinaciones en el ámbito de lo fáctica y jurídicamente posible. Esto significa que
la diferencia entre reglas y principios es cualitativa y no de grado. Las reglas como principios son
normas jurídicas.

El autor, hace énfasis que los abogados latinoamericanos, están entrenados para resolver conflictos
entre reglas; ya que su formación profesional se inclina en la determinación de los métodos de
interpretación en el tiempo, espacio y criterios de especialidades. Estos están estrechamente ligados
con la evolución acerca de la validez y vigencia de las normas jurídicas. En tal sentido la labor de los
abogados, en particular de los procesalistas parecería en identificar la regla jurídica vigente que se
aplica para resolver un caso concreto la cual se encuentra vinculada con las disposiciones que
determinan los componentes del sistema de fuentes de derecho.

Uno de los tópicos que mayor desarrollo encuentra en el derecho procesal es la preeminencia del
principio de legalidad. Un aspecto elemental del constitucionalismo es que los juicios solo deben ser
adelantados por un juez competente y con base en reglas de derecho previas y conocidas por las
partes.

En el derecho procesal coinciden dos principios objeto de permanente ponderación. De un lado, se


exige a través del principio de inmediación de la prueba, que el juez forme una adecuada convicción
sobre los hechos de materia de litigio, a través de su presencia en las actuaciones probatorias en
especial aquellas que contiene un alto componente subjetivo en la valoración, testimonios e
inspecciones judiciales. El otro ordenamiento procesal determina que la administración de justicia
debe actuar bajo un criterio de eficiencia, lo que impone la agilidad en los procedimientos. En ese
orden de ideas, el juez deberá ponderar entre ellas, con el fin de garantizar la inmediación de la
prueba. En conclusión los principios como mandato de optimización obliga según los criterios
mencionados, a reformular los métodos de interpretación, aquellos que obligan a los jueces, y a los
apoderados jurídicos a una continua conciliación entre interese en conflicto, los cuales deben
satisfacer los derechos fundamentales.

3. PRINCIPIOS Y PROTECCIÓN DEL DERECHO AL DEBIDO PROCESO Y EL ACCESO A


LA ADMINISTRACIÓN DE JUSTICIA.

Constitucionalmente visto, el proceso judicial es un dispositivo necesario para satisfacer los


derechos fundamentales, en particular el debido proceso y el acceso a la administración de justicia.
Puede concluirse que hay un derecho cuando hay un mecanismo judicial para lograr su exigibilidad.
Entonces, el derecho judicial no solo es una herramienta para el derecho sino que también hace
parte de su estructura ontológica, de no ser así el derecho queda carente de carácter vinculante para
el estado.
Así, el debido proceso toma forma de una cláusula que contiene ciertas garantías: juez natural,
presunción de inocencia, principio de legalidad etc. Esto implica que no sean solo reglas procesales
sino que se trata también de garantías que impiden el ejercicio arbitrario del poder de juzgar.

La carta política en su artículo 29 prevé el derecho al debido proceso como una serie de garantías
que tienen por fin sujetar la actuaciones de la autoridades judiciales y administrativas a reglas
específicas de orden sustantivo y procedimental, con el fin de proteger los derechos. De ahí que esta
corporación haya definido el derecho fundamental al debido proceso, como la regulación jurídica que
de manera previa limita los poderes del estado y estable las garantías de protección a los derechos
de los individuos a sí, que las autoridades de encuentran sujetos a los procedimiento.

El acceso a la administración de justicia en concebido desde una preceptiva material es decir, que
las personas pongan a consideración de los jueces la resolución de conflicto sin ninguna barrera.
Las barreras físicas se refieren a la insuficiente de herramientas técnicas para el ejercicio de la labor
judicial o la no existencia de enfoques diferenciales.

Entonces, los derechos de las partes del proceso están incompletos si no cuentan con los
instrumentos necesarios para su exigibilidad judicial, la igualdad aplicada al acceso de la
administración de justicia es una igualdad de oportunidades para la resolución de conflicto ante la
sede judicial.

La corte constitucional dice: el derecho al acceso a la administración de justicia manifiesta en el


ordenamiento jurídico de diversas formas: 1 permite la existencias de diferente acciones y recursos
para la solución de los conflictos; 2garantiza de que las personas acudan a los jueces con el
propósito de procurar la defensa de los derechos o del orden jurídicos; y 3 y asegura que a través de
procedimiento adecuados e idóneos los conflictos sean decididos de fondo, en términos razonables,
sin dilaciones injustificada, de acuerdo con las justas expectativas de quien acuden a la jurisdicción
para resolver sus conflictos. En este contexto, el derecho fundamental de acceso a la administración
de justicia no se agota en el ejercicio del derecho de acción, su contenido es más amplio y tiene un
sentido omnicomprensivo, en tanto implica que los jueces profieran decisiones de fondo en las que
protejan los derechos vulnerable, o en caso contrario, brindando a los recurrentes a la posibilidad
impugnar las decisiones de considerarlo necesario.
El debido proceso y el acceso a la administración de justicia operan como mandatos para la
interpretación de reglas judiciales que deben otorgar los más altos grados de garantía de las
componentes de los derechos fundaméntales. Estos derechos son referencia para la comprensión
de los principios que ofrece el código general del proceso.

4. LOS PRINCIPIOS EN EL CODIGO GENERAL DEL PROCESO.

4.1. EL ACCESO A LA ADMINISTRACIÒN DE JUSTICIA DESDE UNA PERSPECTIVA


MATERIAL.

El art 2 Del CGP prevé dos mandatos diferenciados acerca del principio del acceso a la justicia. El
primero de carácter general, que dispone que cada persona o grupo de personas tiene derecho a la
tutela jurisdiccional efectiva para el ejercicio de sus derechos y la defensa de sus intereses, es decir,
contraer derechos y tener obligaciones, esto lo realiza con sujeción al debido proceso de duración
razonable. Ese plazo razonable constituye una garantía fundamental integrante del
debido proceso cuya duración debe tenerse a criterios de razonabilidad y proporcionalidad; para el
caso concreto, debiendo tenerse siempre presente que las diligencias preliminares tienen como
finalidad inmediata realizar los actos urgentes o inaplazables conforme lo dispone el artículo
trescientos treinta del Nuevo Código Procesal Penal. El segundo, de naturaleza específica, prevé
que los términos procesales se observan con diligencia y su incumplimiento injustificado será
sancionado

La primera lectura se basa en El art 4 del CGP habla del principio de igualdad de las partes estipula
que el juez debe hacer uso de los poderes que le otorga el Código, con el fin de lograr la igualdad
real de las partes del proceso y la segunda lectura se basa en el Art 10 del CGP el cual determina
que el servicio de justicia que presta el estado será gratuito, sin perjuicio del arancel judicial y las
costas procesales.

Se realiza una crítica que es que el Código general del proceso superó el modelo liberal clásico de
concepción del proceso judicial estas decodificaciones están fundadas en la ficción, de la igualdad
formal de las partes, esto significaba que en aras, de mantener la imparcialidad del juez, está
obligado a otorgar idéntico tratamiento a los interesados, quedando proscrita cualquier distinción, al
margen de lo que pudiera justificarla, pues la misma desequilibraría la imperativa ecuanimidad del
funcionario judicial. Quiere decir que el juez debe darle el mismo trato a las personas ya que el juez
no debe tener ningún interés familiar, político etc., en el asunto. Eso es lo que significa justicia
impares decisiones al margen de las condiciones particulares de las partes y con la única guía de la
ley objetiva como parámetro del raciocinio del juez.

Se da una impostura que es seguir sosteniendo que dentro de un juicio de ejecución o de restitución
de inmuebles las partes sean iguales, muchas veces el acceso se deriva de condiciones fácticas
como el analfabetismo, discapacidad, la pertenencias a comunidades étnicas minoritarias para las
cuales no sean previstos mecanismos adecuados de inclusión en el proceso. Por eso según el autor
incorpora la Cláusula constitucional de garantía de la igualdad material o de oportunidades. A partir
de estos las autoridades judiciales están competentes a adelantar dentro del proceso actuaciones
con enfoque diferencial, que faciliten el acceso a la recta administración de justicia de los que están
bajo esta condición y por eso los hace titulares de la especial protección del estado, esto impone al
juez el deber de remover las barreras que impidan un recurso judicial efectiva para dichos grupos
históricamente discriminados. La comisión interamericana de Derechos Humanos, cuando a
propósito de tratarse sobre tutela judicial efectiva ante los derechos económicos, sociales y
culturales enfatizo que “ El reconocimiento de derechos impone la creación de acciones judiciales o
de otro tipo que permitan al titular reclamar ante una autoridad judicial u otra con similar
independencia, ante la falta de cumplimiento de obligación por parte del sujeto obligado, por ese
este reconocimiento, es también un reconocimiento de un campo de poder”.

4.2 ORALIDAD Y DEBIDO PROCESO. LA PONDERACIÓN ENTRE EFICIENCIA Y EFICACIA DE


LOS DERECHOS.

El autor plantea que los principios eran contenidos jurídicos que generalmente entraban en tensión,
bien entre sí o con respecto a otros derechos, por lo que era necesario hacer uso de la ponderación.
La ponderación es un métodos de interpretación constitucional dirigido hacía la resolución de los
conflictos surgidos entre principios constitucionales que poseen el mismo rango y que por lo tanto,
exigen ser realizados en la mayor medida posible atendiendo a las posibilidades materiales y
jurídicas. La ponderación, como método de resolución de controversias en sede constitucional,
presupone un conflicto o una colisión entre derechos fundamentales. En pocas palabras busca una
solución justa que permite otorgar eficacia.
Esta dinámica es la que presupone el Art · del CGP Proceso oral y por audiencias. Las
actuaciones se cumplirán en forma oral, pública y en audiencias, salvo las que expresamente se
autorice realizar por escrito o estén amparadas por reserva. La oralidad es una tendencia que ha
sido incorporada en la época contemporánea, otorga evidentes ventajas en términos de inmediación
y en especial, celeridad en los procedimientos, esto tiene un riesgo y es que da via libre a ciertas
modalidades de eficientísimo procedimental que es Se singulariza este “ismo” por ponderar muy
especialmente a la finalidad del proceso civil en general y a las finalidades de las instituciones y
herramientas procesales de que se sirve. Asimismo, se preocupa por analizar y mejorar el
rendimiento del Servicio de Justicia, y para ello reclama la ayuda de ciencias auxiliares.

El eficientísimo procesal, en suma, viene a representar un cuarto estadio de los conocimientos


procesales (los otros son la práctica forense, el procedimentalismo y el procesalismo) que ha venido
a insuflar aires nuevos al tradicional ámbito del procesalismo clásico. Sus ideas armonizan y
complementan a las ideas activistas, generándose así una sinergia que reputamos muy beneficiosa.

Esto privilegia la rápido solución de controversia, incluso costa de una reducción injustificada del
grado de intensidad en la vigencia de las garantías propias del debido proceso ,que es “El debido
proceso es un principio jurídico procesal o sustantivo según el cual toda persona tiene derecho a
ciertas garantías mínimas, tendientes a asegurar un resultado justo y equitativo dentro del proceso, a
permitirle tener oportunidad de ser oído y a hacer valer sus pretensiones legitimas frente al juez.”, es
decir, en este caso el juez como director del proceso debe hacer una labor de permanente
ponderación entre los dos principios. De un lado, deberá impulsar la actuación procesal de modo
que la respuesta judicial se mantenga oportuna. Del otro, deberá exigir que en todo momento, las
audiencias y demás actuaciones orales cumplan las formalidades mínimas necesarias para que las
partes logren un acceso equitativo al sistema de justicia. En conclusión se trata que el juez asuma ,
de forma continua y consciente, que ninguno de los extremos en tensión: oralidad y vigencia o
debido proceso, sea satisfecho de manera primaria y prevalente , de modo que no se afecte el
núcleo del principio correlativo.

4.3 CONCENTRACIÓN, INMEDIACIÓN Y PRIMACÍA DEL DERECHO SUSTANCIAL.

El artículo 5 de CGP establece que el juez deberá programar las audiencias y diligencias de manera
que el objeto de cada una de ellas se cumpla sin solución de continuidad, como consecuencia de
esto no se podrá aplazar una audiencia o diligencia, suspenderla, salvo las razones que
expresamente autoriza el mismo código. El artículo 6 del mismo código menciona el deber del juez
de practicar personalmente todas las pruebas y demás actuaciones judiciales que le corresponde.

Los principios de concentración e inmediación son usuales en los ordenamientos procedimentales


modernos y, por consecuencia, suficientemente conocidos en su contenido y alcance. Ambos
principios son herramientas, metodológicas tienen como función garantizar la prioridad del derecho
sustancial. Como consecuencia, se trata que el juez se comprometa con una investigación material
del asunto objeto de debate judicial, solo mediante esta forma determinara el problema jurídico de lo
cual debe adoptar un fallo que los restituya en su ejercicio.

La inmediación y concentración son instrumentos que articulan el derecho de acceso a la


administración de justicia, visto de una perspectiva material, y el cumplimiento del mandato
constitucional de primacía del derecho sustancial.

4.4 EL PRINCIPIO DE LA LEGALIDAD EN EL PROCESO JUDICIAL Y EL SISTEMA DE


FUENTES CONTEMPORANEO

El principio de legalidad contemplado en el artículo 7 del código general del proceso, reza la debida
participación de un juez al momento de tomar una decisión judicial, lo cual obliga al funcionario a
someterse al imperio de la ley, además de esta tener en cuenta la costumbre, equidad,
jurisprudencia, doctrina y por ultimo definir iguales argumentos claros y razonable cuando cambie su
criterio en relación con sus decisiones en casos análogos.

Se asume con esta explicación del mencionado artículo que estaríamos ante un camino de
procedimiento abierto y sin preámbulos de un sistema basado en precedentes, entendiéndose que el
nuevo principio de legalidad somete al juez a incluir como fuente de derecho vinculante las
decisiones judiciales en casos ya resueltos de la misma materia, que al ser estas tomadas por las
altas cortes se convertirían en un precedente vertical complementándose con el precedente
horizontal que en serían los fallos que tienen valor jurisprudencial sobe la base de la vigencia del
derecho de igual e trato ante autoridades.
4.5 LA INTERPRETACION DE LAS REGLAS PROCEDIMENTALES COMO UN CASO ESPECIAL
DE LA COMPRENSION JUDICIAL DEL DERECHO AL DEBIDO PROCESO

El juez debe tener en cuenta al interpretar la ley procesal que el fin de los procesos es el
reconocimiento de los derechos sustentados en la ley y si se presentan alguna incongruencia esta
debe resolverse acatando lo establecido en los principios constitucionales y generales del derecho
procesal garantizándose en todos los casos el debido proceso como también los derechos
fundamentales; esto último es muy importante ya que enmarca fielmente cual es en verdad el fin
último del proceso y que muchas veces se pasa por alto y es por esto que se hace compleja y
borrosa la vigencia del estado social de derecho.

5. CONCLUSIÓN

Lo que gira en torno al código general del proceso es confabular la práctica de jueces y abogados
con lo que incumbe en materia de derechos constitucionales.

Para que se de lo que se quiere en el proceso se exponen los principios de interpretación que deben
seguirse para alcanzar dicho propósito encajonando toda la maquinaria judicial y con esto dejar bien
visto el engranaje entre la garantía al debido proceso y la garantía de los derechos fundamentales.

Si bien la crítica que podría realzar la composición de las reformas legales permite visionar de otra
forma la motivación que inicialmente se tuvo para su diseño, es así como finalmente concluimos que
los cambios son muy contundentes para la garantía de nuestra constitución.

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