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Omar Ramírez Torres | Lic.

en Psicología
| Psicogerontología

Espiritualidad y religiosidad en el Adulto Mayor mexicano

 Síntesis

Dada la importancia de la vida religiosa en la sociedad mexicana, en la presente


investigación se plantea la siguiente pregunta: ¿Son capaces los adultos mayores
mexicanos de beneficiarse de su vida espiritual? Dado que la religiosidad y la
espiritualidad ostentan características diferenciales e incluso contrarias, en este
trabajo se parte de una visión de la espiritualidad como la experiencia de lo divino.
En contraste, la religiosidad se concibe como un paso intermedio de socialización
durante el cual el creyente se nutre del saber que dirigirá sus conductas en la
búsqueda de la experiencia de lo divino. La espiritualidad es un constructo que se
puede analizar por sus efectos en las respuestas de un sujeto con respecto a las
condiciones de su existencia y en relación con lo divino. En este trabajo se adopta
el término Convicción espiritual para referirnos a las creencias y prácticas religiosas
y espirituales, adoptándose con ello un criterio integral (que incluye lo emocional,
aspectos cognitivos, conductuales y sociales) de acuerdo con Holland, Kash,
Passik, Gronert, Sison. Ante las múltiples pérdidas y estresores típicos de la vejez,
Koenig, Smiley y González han señalado que las variables mediadoras entre dichos
estresores y el ajuste a la adultez mayor se pueden agrupar en recursos de tipo
interno, externo y de afrontamiento.

Siguiendo esta óptica, la convicción espiritual se puede ver como un recurso interno;
el soporte social religioso como recurso externo, y de acuerdo con la importancia
que estos tengan para el sujeto, el afrontamiento podrá ser a su vez de tipo religioso.
Bienenfeld, Koenig, Larson y Sherril documentaron la importancia de los recursos
internos, externos y las estrategias de afrontamiento religioso en la salud mental.
Así, esta investigación explora en qué medida se asocia la convicción espiritual con
el uso de estrategias de afrontamiento y el soporte social, en el proceso de ajuste
psicológico del adulto mayor mexicano. La hipótesis planteada aquí es que el grado
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de convicción espiritual, el soporte social y las estrategias de afrontamiento predicen


el ajuste psicológico en los adultos mayores mexicanos. En una muestra de 125
sujetos de ambos sexos, entre los 60 y 70 años, mediante el empleo de la Escala
de Depresión Geriátrica (GDS) Versión corta; el Inventario de Sistemas de
Creencias, SBI-15R; la Escala de Salud y Vida Cotidiana Forma Breve; la sub-
escala de Carencia de Bienestar del Inventario Multifacético de Soledad, IMSOL, y
preguntas que exploraron información socio-demográfica y hábitos religiosos y
espirituales, fue posible hallar que, en tanto los hábitos religiosos se relacionaron
significativamente con la convicción espiritual, no se encontraron diferencias
significativas entre los que poseen o no hábitos religiosos en cuanto al grado de
depresión y al grado de soledad experimentado.

Adicionalmente, el análisis de regresión múltiple entre las variables independientes


y la soledad y la depresión, permitió concluir que a) No existe una relación directa
entre la convicción religiosa y el ajuste psicológico (depresión y soledad); b) Para el
caso de la Depresión, las variables independientes (soporte social familiar,
afrontamiento de evitación, afrontamiento religioso, afrontamiento conductual,
afrontamiento cognitivo, soporte social religioso, convicción espiritual) en conjunto
explicaron 24.8% de la varianza total (R =.498, R2 = .248, F = 4.485, p < .01), y c)
Para el caso de la soledad, las variables independientes (soporte social familiar,
afrontamiento de evitación, afrontamiento religioso, afrontamiento conductual,
afrontamiento cognitivo, soporte social religioso, convicción espiritual) en conjunto
explicaron 34.8% de la varianza total (R = .589, R2 = .347, F = 7.317, p < .01).

Los resultados obtenidos permiten concluir que el grado de convicción espiritual, el


soporte social y las estrategias de afrontamiento predicen en escasa medida el
ajuste psicológico en los adultos mayores de la muestra investigada. Los adultos
mayores no parecen beneficiarse de su vida espiritual, lo cual contrasta con la
evidencia documentada en otras investigaciones. El adulto mayor mexicano actual
parecería mantener una posición espiritual a partir de la cual lo religioso es eso,
religiosidad, pero no espiritualidad.
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 ¿De qué me doy cuenta?

El hombre transita por la vida buscando llenar sus expectativas y satisfacer sus
necesidades, pero la parcialidad de su cubrimiento lo hace sentirse “no pleno”, como
un proyecto en sí mismo sin acabar. Es el único ser que no sabe con precisión la
razón de su existencia; pero paradójicamente es también el único que es capaz de
formularlo. Nuestro plano de realidad es finito y frustrante. Necesitamos
imperiosamente que nos rescaten. El hombre trata de buscar algo o alguien en el
más allá que le de respuestas. Esta búsqueda ha sido definida como su dimensión
espiritual.

La dimensión espiritual en el ser humano, es la búsqueda de respuestas ante su


experiencia de finitud, de frustración y de falta de sentido para comprender la
existencia. De ahí se desprende que todos los pueblos de la tierra y en todos los
tiempos hayan tenido un concepto de Dios. Lo que dota de realidad y sentido
esencial a la vida religiosa del creyente es la espiritualidad. Sin espiritualidad, la
vida religiosa es sólo apariencia, máscara, vacío de lo divino. La espiritualidad es
la propia acción del Espíritu en el ser humano. Es el desarrollo de las capacidades
del espíritu en cada persona. Lo que produce la vida espiritual es el espíritu.

El Espíritu es un concepto que alude a una fuerza no perceptible por los habituales
5 sentidos. Pues el espíritu es principio de Vida y su dinamismo genera cambios.
La espiritualidad trata de la vida individual y comunitaria vivida como un todo lleno
de sentido, donde hay un deseo por alcanzar la unidad con el fundamento
trascendente del universo en su totalidad. Este sentido y unidad tienen su base en
vivir la vida como una búsqueda constante de una relación armónica con Dios (como
cada quien lo considere), bajo cualquier circunstancia.

Etimológicamente la palabra Espíritu, en hebreo (Ruah), como en latín (Spiritus),


como en griego (Pneuma), significa “soplo de aire o soplo animador”. La palabra
Espiritualidad: proviene de Spiritualis que es una traducción de la palabra griega
pneumatikos (“según el Espíritu”, “lleno de Espíritu”). Significaría “Vivir desde el
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Espíritu”, vivir a partir de la fuente del Espíritu. Hasta el siglo XIX se la utilizó
únicamente como adjetivo, por ejemplo, San Benito escribió en su Regla, alrededor
del año 500 un capítulo sobre el arte de vivir espiritualmente. La palabra
espiritualidad se formó en el contexto cristiano. El sustantivo surge posteriormente
en el catolicismo francés del siglo XIX. Allí se denominó spiritualité a la doctrina de
la vida espiritual
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 ¿Para qué me sirve esta lectura?

El fenómeno religioso puede ser abordado por todas las ciencias del hombre o
sociales: la historia, la teología, la sociología, la antropología, la psicología, la
filosofía, etc. Actualmente por la Neuroteología (que estudia la neurología del
sentimiento religioso y la espiritualidad, por el incremento o el descenso de la
actividad en diversas regiones cerebrales). El fenómeno religioso es vivido por el
“homo religiosus” u hombre religioso.

Entendiendo por ‘Homo Religiosus’ a aquella persona que vive la experiencia de lo


sagrado. Esto puede ocurrir por dos vías:

1. A través de una práctica religiosa, y / o


2. Ha tenido experiencia/s mística/s; sea o no creyente.

Ahora bien, el “homo religiosus” (por ejemplo, San Agustín) es la categoría de ser
humano estudiado por la Antropología Religiosa, y por todas las disciplinas
religiosas. Pero todo ser humano tiene Espiritualidad. Vale en este punto diferenciar
los conceptos de Religión, Religiosidad y Espiritualidad. La religión, por otra parte,
es un sistema de creencias y cultos organizado por personas practicantes. Una
religión se vive en comunidad. Generalmente es vista como una institución social
con sacerdotes, rabinos, pastores, dogmas, doctrinas, templos e instituciones, e
incluso con intromisión política y en organizaciones sociales, que implica enormes
estructuras sociales que abrazan muchas más cosas que sólo la experiencia
espiritual de las personas. Pertenecer a una religión significa estar ‘atado’, ‘ligado’
a servir a un Dios o una divinidad determinada y por un ritual determinado.

Tres factores definen a la religión:

- Creencia en una dimensión religiosa.

- Observancia de un conjunto de rituales o prácticas religiosas.


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- Adhesión a una doctrina o código de conducta ética que surge de las


enseñanzas religiosas.

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