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Miles de feligreses acudiran a las diferentes parroquias que celebran el inicio de la cuaresma.
Este 26 de febrero Miércoles de Ceniza día marcado en el calendario de los católicos
hondureños. Cabe mencionar que está tradición es a nivel mundial y te contamos el significado
de esta conmemorativa fecha.
En Siguatepeque cada año, el Miércoles de Ceniza se dejan ver por las calles miles de católicos
con esta señal en su rostro.
Las cenizas, son el resultado de la quema de las palmas del Domingo de Ramos del año
anterior, se imponen sobre los católicos como un recordatorio de que la vida terrenal es
temporal.
Fue años después, en el 384 a.C., cuando la Cuaresma adquirió un sentido penitencial para
todos los cristianos y, aún más tarde, ya en el siglo XI, cuando la Iglesia de Roma adoptó la
costumbre actual de imponer las cenizas al iniciar este periodo. Esto se produjo, tras un
tiempo en el que estas prácticas cayeron en desuso (entre los siglos VIII y el X).
El ayuno consiste en hacer una sola comida fuerte al día, mientras que la abstinencia se basa
en no comer carne. La abstinencia es obligatoria a partir de los 14 años y, el ayuno, de los 18 a
los 59 años. Los católicos entienden que, mediante estos sacrificios, se purifican y piden
“perdón a Dios por haberlo ofendido” y le dicen “que queremos cambiar de vida para
agradarlo siempre.
La fecha del Miércoles de Ceniza coincide además con el día que se celebra el final de la época
de carnavales y varía cada año porque depende de cuándo será la Semana Santa.
Con el Miércoles de Ceniza inician los 40 días en los que la iglesia llama a los fieles católicos a la
conversión y a prepararse para vivir los misterios de la Pasión, muerte y resurrección de
Jesucristo en la Semana Santa.
Era práctica común en Roma que los penitentes comenzaran su penitencia pública el primer
día de Cuaresma. Ellos eran salpicados de cenizas, vestidos en sayal y obligados a mantenerse
lejos hasta que se reconciliaran con la Iglesia el Jueves Santo o el Jueves antes de la Pascua.
Cuando estas prácticas cayeron en desuso (del siglo VIII al X), el inicio de la temporada
penitencial de la Cuaresma fué simbolizada colocando ceniza en las cabezas de toda la
congregación.
Hoy en día en la Iglesia, el Miércoles de Ceniza, el cristiano recibe una cruz en la frente con las
cenizas obtenidas al quemar las palmas usadas en el Domingo de Ramos previo. Esta tradición
de la Iglesia ha quedado como un simple servicio en algunas Iglesias protestantes como la
anglicana y la luterana. La Iglesia Ortodoxa comienza la cuaresma desde el lunes anterior y no
celebra el Miércoles de Ceniza.
La imposición de las cenizas nos recuerda que nuestra vida en la tierra es pasajera y que
nuestra vida definitiva se encuentra en el Cielo. La Cuaresma comienza con el Miércoles de
Ceniza y es un tiempo de oración, penitencia y ayuno. Cuarenta días que la Iglesia marca para
la conversión del corazón. Las palabras que se usan para la imposición de cenizas, son:
“Concédenos, Señor, el perdón y haznos pasar del pecado a la gracia y de la muerte a la
vida”“Recuerda que polvo eres y en polvo te convertirás" “Arrepiéntete y cree en el
Evangelio”. Antiguamente los judíos acostumbraban cubrirse de ceniza cuando hacían algún
sacrificio y los ninivitas también usaban la ceniza como signo de su deseo de conversión de su
mala vida a una vida con Dios. En los primeros siglos de la Iglesia, las personas que querían
recibir el Sacramento de la Reconciliación el Jueves Santo, se ponían ceniza en la cabeza y se
presentaban ante la comunidad vestidos con un "hábito penitencial". Esto representaba su
voluntad de convertirse. En el año 384 d.C., la Cuaresma adquirió un sentido penitencial para
todos los cristianos y desde el siglo XI, la Iglesia de Roma acostumbra poner las cenizas al
iniciar los 40 días de penitencia y conversión.Las cenizas que se utilizan se obtienen quemando
Para esta importante ceremonia se queman los restos de las palmas bendecidas el Domingo
de Ramos del año anterior. Estas se rocían con agua bendita y luego son aromatizadas con
incienso. Sin embargo, el Miércoles de Ceniza no es día de precepto. Por lo tanto, la imposición
de ceniza no es obligatoria para los católicos.
Su función está descrita en el artículo 125 del “Directorio sobre la piedad popular y la liturgia”:
“El comienzo de los cuarenta días de penitencia, en el Rito romano, se caracteriza por el
austero símbolo de las cenizas, que distingue la Liturgia del Miércoles de Ceniza. Propio de los
antiguos ritos con los que los pecadores convertidos se sometían a la penitencia canónica, el
gesto de cubrirse con ceniza tiene el sentido de reconocer la propia fragilidad y mortalidad,
que necesita ser redimida por la misericordia de Dios”.
“Lejos de ser un gesto puramente exterior, la Iglesia lo ha conservado como signo de la actitud
del corazón penitente que cada bautizado está llamado a asumir en el itinerario cuaresmal. Se
La palabra “ceniza”, que proviene del latín “cinis”, representa el producto de la combustión de
algo por el fuego.
La abstinencia de comer carne es obligatoria desde los 14 años todos los viernes de cuaresma.
Esta tradición de la iglesia ha quedado como un simple servicio en algunas iglesias
protestantes como la anglicana y la luterana. La Ortodoxa comienza la cuaresma desde el lunes
anterior y no celebra el Miércoles de Ceniza. Miércoles de Ceniza
Con la imposición de las cenizas, se inicia una estación espiritual particularmente relevante
para todo cristiano que quiera prepararse dignamente para la vivir el Misterio Pascual, es
decir, la Pasión, Muerte y Resurrección del Señor Jesús.
Este tiempo vigoroso del Año Litúrgico se caracteriza por el mensaje bíblico que puede ser
resumido en una sola palabra: "matanoeiete", es decir "Convertíos". Este imperativo es
propuesto a la mente de los fieles mediante el rito austero de la imposición de ceniza, el cual,
con las palabras "Convertíos y creed en el Evangelio" y con la expresión "Acuérdate que eres
polvo y al polvo volverás", invita a todos a reflexionar acerca del deber de la conversión,
recordando la inexorable caducidad y efímera fragilidad de la vida humana, sujeta a la muerte.
La sugestiva ceremonia de la ceniza eleva nuestras mentes a la realidad eterna que no pasa
jamás, a Dios; principio y fin, alfa y omega de nuestra existencia. La conversión no es, en
efecto, sino un volver a Dios, valorando las realidades terrenales bajo la luz indefectible de su
verdad. Una valoración que implica una conciencia cada vez más diáfana del hecho de que
estamos de paso en este fatigoso itinerario sobre la tierra, y que nos impulsa y estimula a
trabajar hasta el final, a fin de que el Reino de Dios se instaure dentro de nosotros y triunfe su
justicia.
En efecto, ll tiempo de Cuaresma inicia el Miércoles de Ceniza y concluye el Jueves Santo por la
mañana. Es un tiempo ordenado a la preparación de la celebración de la Pascua: la liturgia
cuaresmal prepara para la celebración del misterio pascual tanto a los catecúmenos, quienes
Los domingos de este tiempo reciben se conocen como I, II, III, IV, V de Cuaresma; y el sexto,
en que comienza la Semana Santa, es llamado Domingo de Ramos en la Pasión del Señor.
Estos domingos no puede emplearse ningún otro formulario al prescrito, incluido el exequial,
pues gozan de preeminencia. Si concurre una solemnidad, su celebración se traslada al lunes
siguiente. Esto puede ocurrir con la solemnidad de San José o la de la Anunciación.
Las ferias de Cuaresma (de lunes a sábado) están en el lugar 9 de la tabla de precedencias
litúrgicas, por lo que en esos días debe de decirse la misa propia salvo que concurre una fiesta
o una solemnidad. De este modo, las memorias libres u obligatorias, se omiten. Sin embargo,
en las ferias distintas al Miércoles de Ceniza y a las de Semana Santa, puede hacerse
conmemoración del santo del día, para lo cual usando ornamentos morados, se dice la colecta
del santo y el resto de las oraciones se toma del formulario propio de la feria (IGMR 355).
En las ferias que no sean el Miércoles de Ceniza y las de Semana Santa pueden emplearse los
formularios rituales, o el de las misas de difuntos: exequial, en la noticia de la muerte, en la
sepultura y en el aniversario de muerte. Además, puede usar los formularios de las misas
votivas por diversas necesidades cuando, a juicio del sacerdote, hay una necesidad pastoral.
(IGMR 372, 374, 376, 380 y 381).
Desde el comienzo de Cuaresma hasta la Vigilia pascual no se dice Aleluya ni el Gloria. Sin
embargo, en las solemnidades que caen en este tiempo (San José y la Anunciación) sí puede
cantarse el Gloria (no el aleluya). Durante este tiempo se aconseja hacer la profesión de fe con
el “Credo de los Apóstoles” en vez de con el “símbolo Nicea-Constantinopla”
En la Cuaresma no deben de adornarse los templos con flores, salvo en las solemnidades y en
el IV Domingo, que pueden ponerse flores con moderación.
En las celebraciones litúrgicas de este tiempo puede emplearse el incienso, si así se desea
(IGMR 276).
El Miércoles de Ceniza existe la obligación de realizar ayuno y abstenerse de comer carne. Los
viernes del Tiempo de Cuaresma existe la obligación de la abstinencia de carne, aunque puede
sustituirse esta mortificación por otra, o por una obra de misericordia. Sin embargo, si algún
viernes de Cuaresma se celebra una solemnidad (San José o la Anunciación), se suprime la
obligación de la abstinencia ese día (CIC 1251).