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4. La compañía de responsabilidad limitada, en la cual las obligaciones sociales
están garantizadas por un capital determinado, dividido en cuotas de participación, las
cuales no podrán estar representadas en ningún caso por acciones o títulos
negociables. Las compañías constituyen personas jurídicas distintas de las de los
socios. Hay, además, la sociedad accidental o de cuentas en participación, que no
tiene personalidad jurídica.
Se entiende por cuentas de participación aquellas en que un comerciante
individual o una compañía mercantil da a una o más personas participación en las
utilidades o pérdidas de una o más operaciones o de todas las de su comercio. Puede
también tener lugar en operaciones comerciales hechas por no comerciantes (artículo
359).
La compañía en nombre colectivo y la compañía en comandita simple o por
acciones existen bajo una razón social.
Hay, además, la sociedad accidental o de cuentas en participación, que no tiene
personalidad jurídica.
La compañía en nombre colectivo y la compañía en comandita simple o por
acciones existen bajo una razón social.
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En particular, en lo relativo a uno de los puntos más importantes, el de la
responsabilidad frente a terceros, los artículos 1.671 y 1.672 son, evidentemente,
aplicables sólo a la sociedad sin personalidad jurídica. Dichos artículos, no hablan de
la responsabilidad de la sociedad representada por sus administradores, sino que
establecen que cada uno de los socios se obliga si hubiese contratado con el tercero o
si hubiese conferido mandato a otro socio para hacerlo, y que su responsabilidad no
es solidaria sino por partes iguales. Falta, por lo tanto, una disposición aplicable a la
responsabilidad de la sociedad civil con personalidad jurídica o, de todos modos, a la
de sus socios. En efecto, aun cuando se sostenga que del reconocimiento de la
personalidad jurídica resulta la responsabilidad de la sociedad misma, con esto, sin
embargo, no se ha resuelto todavía el problema de la responsabilidad personal de los
socios que puede faltar o que puede existir de manera directa o subsidiaria y que
puede ser limitada o por partes iguales si se quisiere aplicar el principio contenido en
el artículo 1.672.
Hay más disposiciones que sólo se refieren a sociedades sin personalidad
jurídica, así el ordinal 1° del artículo 1.668. Otros textos pueden ser aplicados a
sociedades de ambos tipos, lo que es prácticamente de gran importancia, por haber
regulado el legislador mercantil las sociedades de personas muy sumariamente, de
manera que debe recurrirse para llenar lagunas, a las disposiciones del Código Civil
(artículo 200, Código de Comercio, segundo aparte).
El carácter de las sociedades mercantiles como personas jurídicas se expresa
con particular claridad en el artículo 205 del Código, el cual excluye el derecho de los
acreedores personales de los socios de ejecutaren los bienes sociales los cuales, por
ser propiedad de la persona jurídica, están destinados a garantizar las obligaciones de
ésta. Los acreedores personales de los socios pueden, en las sociedades de, personas,
mientras dure la sociedad, hacer valer sus derechos sólo sobre la cuota de utilidades
correspondientes a su deudor como resultado del balance social, y después de disuelta
la sociedad, sobre la cuota que le corresponda en la liquidación. Justamente, en razón
del alcance reducido de los derechos de los acreedores personales de los socios,
dichos acreedores siempre que hubiesen obtenido sentencia firme en que se reconozca
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su crédito, podrán oponerse al acuerdo de los socios sobre prórroga de ¡a sociedad por
mayor tiempo del establecido para su duración (artículo 223). En las sociedades
anónimas y en comandita por acciones, los acreedores personales, de acuerdo con el
artículo 205, aparte único, tampoco pueden proceder contra los bienes sociales,
aunque pueden embargar y rematar las acciones de su deudor. Igualmente, en las
sociedades de responsabilidad limitada, los acreedores personales del socio pueden
embargar y rematar las cuotas que le correspondan. No obstante, en razón del carácter
más personalista de la. sociedad, ésta puede, dentro de los diez días siguientes al acto
de remate, presentar una persona que adquiera del rematador la cuota rematada,
pagando a este último e! precio pagado por él y los gastos que haya hecho para la
adquisición. La mayoría de los socios de la sociedad de responsabilidad limitada, que
represente mayoría del capital social, puede decidir, también la exclusión del socio
contra quien se dirija la ejecución y liquidar la cuota de este por su justo valor, el cual
eventualmente, debe ser apreciado por expertos, y observarán las disposiciones
concernientes a la reducción del capital social si, por razón del pago, el monto
nominal del capital social deba ser reducido (artículos 222, 332. encabezamiento,
última disposición).
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responsabilidad limitada, debe cumplir con los requisitos previstos en el Artículo 214
el Código de Comercio.
El cumplimiento de los requisitos legales hace que las compañías se consideren
legalmente constituidas y tengan efecto frente a terceros. Son las sociedades
propiamente regulares. La falta de cumplimiento de los requisitos formales, que
exigen los Artículos 211, 212, 213, 214 antes referidos; y el Art. 215 del Código de
Comercio, este último respecto a la concesión del término de quince días para la
presentación del contrato de sociedad al Registro Mercantil por los socios solidarios o
su apoderado y por los administradores, según se trate de compañías de personas o de
capital, conlleva obviamente a que las compañías no se consideren legalmente
constituidas y los socios fundadores, los administradores y quienes obren en
representación de las mismas, sean personal y solidariamente responsables de las
operaciones que realicen. Esto es consecuencia de la personalidad jurídica de las
sociedades irregulares que reconoce la ley para ciertos efectos procesales (Art. 219
C.C. y Art. 139 CPC).
Cuando las compañías constituidas en lo sucesivo establecieren agencias o
sucursales en jurisdicción distinta, deben cumplir con los requisitos de registro,
fijación, publicación y agregado del contrato al expediente que el Registro respectivo
abra al efecto (Art. 216 C.C).
Los socios tienen el derecho de cumplir a expensas de la sociedad las
formalidades prescritas en cuanto a la presentación de los documentos que deban
exhibirse al Registro Mercantil, si los administradores no lo hicieren oportunamente,
sin perjuicio de las acciones que puedan ejercer contra dichos administradores para
obligarlos al cumplimiento de sus deberes sobre el particular (Art. 215 y 218 C.C).
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1. Capacidad jurídica: Es la aptitud de ser titular de derechos y obligaciones, pero en
materia mercantil la capacidad está limitada o condicionada por el fin de la
sociedad.
2. Patrimonio (propio): Es el conjunto de bienes, derechos y obligaciones de los que
es titular una sociedad mercantil y se clasifica en:
i) Patrimonio Activo: Se refiere a los bienes y derechos de una sociedad puede ser
aportado al momento de su constitución, en un aumento de capital, en un aumento
del haber social o con las ganancias obtenidas por la sociedad.
ii) Patrimonio Pasivo: Constituido por las obligaciones de dar o de hacer, estasse
pueden adquirir desde el momento de su creación y consisten en deudas.
3. Nombre: Se le llama también denominación o razón social. Es el conjunto de
caracteres que identifican a una individualidad, distinguiéndola de los demás.
4. Domicilio: Es el lugar de la sede principal de negocios de una sociedad mercantil.
En materia de sociedades mercantiles el domicilio por práctica común se
determina en una ciudad, sin especificar número, calle o colonia. Puede tener uno
o varios domicilios siempre y cuando esto quede plasmado en el acta constitutiva,
al domicilio principal se le conoce como domicilio matriz y a los accesorios como
sucursales, para efectos legales puede utilizar uno u otro indistintamente.
5. Nacionalidad: La nacionalidad de las sociedades mercantiles será venezolana
cuando las mismas se conformen de acuerdo a las leyes de nuestro país, y que
establezcan su domicilio en el mismo en caso contrario se consideran extranjeras.
Si bien en la actualidad nadie duda que las sociedades de personas tienen una
personalidad jurídica distinta de la de sus socios, en nuestro sistema perduran normas
que nos hacen recordar las disyuntivas que sobre este punto se presentaban en el
pasado. La Ley de Impuesto Sobre la Renta en su artículo 10, consagra que las
sociedades en nombre colectivo y en comandita simple, no están sujetas al pago de
impuestos por sus enriquecimientos netos, en razón de que el gravamen se cobrará en
cabeza de sus socios. Esta disposición sin embargo no niega la personalidad de dichas
sociedades al establecer que éstas “... responderán solidariamente del pago del
impuesto que, con motivo de las participaciones, corresponda pagar a sus socios...”.
Tal forma de tributación recuerda la antigua concepción de las sociedades de
personas como bienes en mancomún.
La jurisprudencia de la Sala de Casación Civil del Tribunal Supremo de
Justicia, hace referencia a la personalidad de las sociedades: “la condición de sujetos
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de derechos y obligaciones se aproxima a la de las personas físicas: la sociedad tiene
capacidad, nombre, domicilio, nacionalidad y patrimonio, además de la cualidad de
comerciante”.
Conforme al sistema seguido por la ley venezolana, tal personalidad jurídica
subsiste; no obstante la disolución del ente moral, conservan personalidad jurídica
para actuaren juicio tanto activa como pasivamente (art. 351 del C.C.).
El Artículo 353 del Código de Comercio establece que: todo lo relativo a las
sociedades cooperativas se regirá por leyes especiales y sus reglamentos. Tampoco
figuran entre los actos de comercio objetivos, como las asociaciones de seguros
mutuos y de prima. No obstante, cuando el Artículo 10 del Código de Comercio
define lo que son los comerciantes, aparte de considerar entre ellos a las personas que
teniendo capacidad para contratar hacen del comercio su profesión habitual,
determina en forma específica a las sociedades de comercio y excluye de esta
determinación a las que las leyes especiales les atribuyen otra naturaleza y a las
compañías anónimas y de responsabilidad limitada que se dediquen exclusivamente a
la explotación agrícola o pecuaria (Art. 200 C.C).
Al efecto, las sociedades cooperativas están regidas por la Ley Especial de
Asociaciones Cooperativas, publicada en la Gaceta Oficial № 37.285 de fecha 18 de
septiembre de 2001, que deroga la Ley General de Asociaciones Cooperativas de
1975, derogatoria a su vez de la Ley de Asociaciones Cooperativas de 1942.
El Artículo 2 de la Ley vigente define las cooperativas como "asociaciones
abiertas y flexibles, de hecho y derecho cooperativo, de la Economía Social y
Participativa, autónomas, de personas que se unen mediante un proceso y acuerdo
voluntario, para hacer frente a sus necesidades y aspiraciones económicas, sociales y
culturales comunes, para generar bienestar integral, colectivo y personal, por medio
de procesos y empresas de propiedad colectiva, gestionadas y controladas
democráticamente".
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La expresión de sus operaciones se denomina ACTOS COOPERATIVOS
realizados entre las cooperativas y sus asociados como con respecto a terceros en
cumplimiento de su objeto social y están sometidos al DERECHO COOPERATIVO.
Las fuentes de sus obligaciones son la Constitución, la ley vigente y su reglamento,
sus estatutos, reglamentos y disposiciones internas y en general el Derecho
Cooperativo. Y supletoriamente se rige por el derecho común y los principios
generales del derecho (Art. 7 y 8 LEAC).
Las actas constitutivas de las asociaciones cooperativas de inscriben en el
Registro Público para considerarse legalmente constituidas y con personalidad
jurídica, están supervisadas por la Superintendencia Nacional de Cooperativas y
protegidas por el Estado a través de la exoneración tributaria entre otras, y, mientras
se crea la jurisdicción especial, los tribunales competentes para conocer de las
acciones y recursos judiciales previstos en la ley, son los Tribunales de Municipio.
Sus características no la definen como empresas propiamente de mediación entre la
producción y el consumo o comercio de bienes y servicios, ni de intermediación de
éstos con fines lucrativos propiamente dichos, sino que son empresas de propiedad
colectiva, de carácter comunitario, que buscan el bienestar integral personal y
colectivo. No están sometidas al procedimiento de atraso ni al de quiebra. (Art. 10,
11, 43, 74, 77, 89 y Disposición Transitoria Cuarta LEAC)
De modo que la ley especial les atribuye a las asociaciones cooperativas una
naturaleza jurídica de Derecho Cooperativo distinta a la civil y mercantil, aunque
como la Nación, los Estados, los Distritos y los Municipios, pueden ejecutar actos de
comercio (Art. 7 C.C).
Está regulada particularmente por los Artículos 227 al 234, 337 al 339, 341 y
348 del Código de Comercio, por las normas relativas a las Sociedades Mercantiles
en general (Art.200 al 226 C.C) y por las establecidas sobre sociedades en el Código
Civil (Art. 1649-1651 C.C), en cuanto no contravengan las disposiciones legales que
especialmente la regulan.
La sociedad en nombre colectivo, es una sociedad de personas, no de capital, en
la cual las obligaciones sociales están garantizadas con la responsabilidad ilimitada y
solidaria de todos los socios (Ordinal 1°, Art. 201 C.C), y la razón social debe
contener al menos el nombre de algunos de los socios con una mención que haga
creer en la existencia de una sociedad (Art. 27 C.C). Por ejemplo, “SÁNCHEZ &
RAMÍREZ CÍA”.
Estas empresas tienen un antecedente en la comunidad hereditaria, según la
cual, los negocios del causante continúan respondiendo con la herencia y con el
patrimonio particular de los herederos frente a los compromisos adquiridos por el
causante con terceros. Por tanto, es una de las primeras modalidades de sociedades
que se conoce y que encuentra sus antecedentes históricos en la edad media. Hoy en
día existen como reminiscencias históricas compañías de esta naturaleza, que
justifican su existencia en la relación de consecuencia con sus fundadores y en el
grado de confiabilidad engendrado a través del tiempo. No existe en el ánimo de los
comerciantes contemporáneos, salvo situaciones muy especiales, la constitución de
sociedades en nombre colectivo, porque parece privar, en consideración al riesgo
comercial, la exclusión del patrimonio personal del socio de cualquier compromiso
ilimitado y solidario que tenga su causa en el cumplimiento de una obligación de la
sociedad mercantil de la cual se es parte.
De modo que la característica fundamental de la sociedad en nombre colectivo es la
responsabilidad ilimitada, solidaria y subsidiaria de los socios respecto a las
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obligaciones contraídas por la sociedad con terceros. Prácticamente, existe una doble
garantía para el tercero que contrata con la sociedad: el patrimonio de la sociedad y el
de los socios (Art. 228 C.C).
1. Constitución
El contrato de sociedad mercantil se otorga por documento público o privado
(Art. 211 C.C), debe ser inscrito en el Registro Mercantil de su jurisdicción y
publicado un extracto del contrato en un periódico de la jurisdicción del Registro
Mercantil. Igualmente, se fijará en la cartelera del Registro y se agregará al
expediente que abre al efecto (Art.226 C.C). De acuerdo con la modalidad o forma
que, revista el contrato, el Código de Comercio exige el cumplimiento de
determinados requisitos.
En efecto, si se trata de una compañía en nombre colectivo, debe cumplir con
los requisitos previstos en el Artículo 212 del Código de Comercio, el cual especifica
los siguientes:
1o Nombre y domicilio de los socios solidarios.
2o La firma o razón social y el objeto de la compañía.
3o El nombre de los administradores.
4o El término de duración de la sociedad.
5o El término relativo al giro económico.
3. De la Administración
Toda persona jurídica tiene una directiva que la representa y compromete por
medio de la firma de los administradores elegidos por la asamblea de socios. Es la
materialización de la teoría de la representación orgánica de las personas jurídicas.
Pero esta clase de sociedad tiene una característica sui generis en este sentido, puesto
que si no se hace mención de quiénes son sus administradores, se entiende que los
socios pueden comprometerla con su firma personal y siempre que se trate de
negocios de la sociedad. También, como en cualquier otra clase de sociedad, los
administradores o socios, según el caso, pueden constituir apoderados especiales o
factores mercantiles, sobre todo en los casos de establecimiento de agencias y
sucursales. Cuando la compañía tiene varios administradores éstos actúan
separadamente si no se establece la administración conjunta (Art. 1666 C.C). En estos
casos los socios no administradores no tienen facultades de administración y, por
tanto, no comprometen la responsabilidad de la sociedad sino la suya personalmente.
No obstante, lo anterior, basta con que el apellido de uno de los socios forme parte de
la razón social para que pueda comprometer a la sociedad. De modo que tanto los
administradores, como los apoderados y factores, así como los socios cuyos nombres
aparezcan en la razón social, pueden firmar y comprometer a la sociedad (Art. 230
C.C).
6. Exclusión de Socios
De acuerdo con lo dispuesto en el Artículo 337 del Código de Comercio,
pueden ser excluidos de la sociedad en nombre colectivo y en comandita:
1o El socio que, constituido en mora, no paga la cuota social (Art. 209, 295 y 337
C.C).
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2° El socio administrador que se sirve de la firma o de los capitales sociales en
provecho propio; que comete fraude en la administración o en la contabilidad; que se
ausenta y requerido no vuelve, ni justifica la causa de su ausencia.
3o El socio que se ingiera en la administración, cuando no está facultado para ello; o
que burla las prohibiciones previstas en los Artículos 232 y 233 del Código de
Comercio; o que es declarado en quiebra, entredicho o inhabilitado.
El socio excluido es responsable por los daños y perjuicios que, la causa de su
exclusión, haya podido ocasionar a la sociedad.
La exclusión del socio no supone la extinción de la sociedad. Más bien conlleva
la obligación de la sociedad de reintegrarle el valor de su cuota o restituirle el uso del
bien o su industria, según haya sido su aporte. Igualmente, debe concederle las
utilidades una vez liquidadas en la oportunidad que lo establezcan los estatutos. Y, en
contrapartida y según el caso, el socio corre con las pérdidas hasta la fecha de su
exclusión (Art. 338 C.C).
La responsabilidad del socio excluido de la sociedad en nombre colectivo
subsiste con respecto a los terceros por las obligaciones contraídas por la sociedad
hasta la fecha de registro y publicación del acta de exclusión (Art. 339 C.C).
7. De la Disolución y Prorroga
La sociedad en nombre colectivo se disuelve por las causas previstas para las
sociedades en general (Art. 340 C.C) y particularmente, por la muerte, interdicción,
inhabilitación o quiebra de uno de los socios, si no hay convención en contrario (Art.
341 C.C). Disuelta la sociedad no puede emprender nuevas operaciones sino concluir
las pendientes, salvo la responsabilidad en que puedan incurrir quienes obren en
nombre de la sociedad (Art.342C.C). Por consiguiente, si en el contrato social se ha
previsto la no extinción por causa de la muerte, interdicción, inhabilitación o quiebra
de uno de los socios, obviamente la sociedad subsiste.
La prórroga es posible en todas las compañías ante del vencimiento del término
de duración y pueden ser reactivadas aquéllas en estado de disolución por
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vencimiento del término, sin estar en estado de liquidación, salvo que el contrato
social establezca lo contrario.
No obstante, lo anterior, los socios de las sociedades en nombre colectivo, en
comandita y de responsabilidad limitada, pueden promover la demanda por
disolución de la sociedad, si los administradores, mandatarios o socios autorizados no
han dado cumplimiento a la obligación de registro y publicidad (Art. 220 C.C).
8. De la Liquidación
La Liquidación de las sociedades en nombre colectivo se rige por las normas
del Código de Comercio que regulan la liquidación de las sociedades mercantiles en
general (Art. 347 y siguientes C.C). No obstante, es importante destacar como
característica excepcional, que en las sociedades en nombre colectivo no habiendo
contradicción por parte de ningún socio, continuarán encargados de la liquidación los
que hubieren tenido administración de la sociedad; pero sí lo exigiere cualquier socio,
se nombrara la pluralidad de votos uno o más liquidadores, de dentro o fuera de la
compañía, para lo cual se convocará junta de asamblea de todos los socios,
convocando a ella a los ausentes, con tiempo suficiente para que puedan concurrir por
sí o por medio de apoderado. En la misma Junta o Asamblea se acordarán las
facultades que se dan a los liquidadores. Sí en la votación no se obtuviere mayoría
relativa, dirimirá el Juez de Comercio, quien en caso de elección deberá hacerla entre
los que hubieren tenido más votos en la Junta de Socios (Art. 348 C.C).
Obligaciones
Órganos Sociales:
Asamblea General de accionistas:
Clases
Convocatorias
Quórum
Decisiones
Actas
La Administración:
Nombramiento
Derechos
Obligaciones
Responsabilidad
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