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¿Qué hay detrás de la ley de aborto? Varios factores, uno de ellos –quizá el más
poderoso– es que alimenta un negocio que mueve miles de millones es dólares.
Entre otras cosas, en el libro Nathanson se explaya sobre la utilización de tejido fetal
para el tratamiento de ciertas enfermedades:
«Cuando se emplean tejidos de otro para suplir funciones deficientes de los propios, el
tejido fetal es el más deseable porque provoca el menor rechazo en el receptor. Cuando
se coloca tejido ajeno en el cuerpo propio, el sistema inmunológico trata de destruir el
tejido extraño. En el caso de que se coloque tejido fetal, el sistema inmunológico
reacciona sólo débilmente, y el tejido puede seguir funcionando durante semanas o
meses».
Explica, por ejemplo, que para el tratamiento de la diabetes se requiere tejido de fetos
abortados entra las catorce y las veinte semanas. Dada la cantidad de enfermos de
diabetes en USA a mediados de los noventa, se necesitaba abortar 11,2 millones de
fetos al año en el período de catorce a veinte semanas, pero «sólo» se abortaban
120.000 al año. En el caso de enfermedades neurológicas (Alzheimer, parálisis
cerebral, embolia, esclerosis múltiple) el tejido debe provenir de fetos abortados entre las
nueve y doce semanas, y la cantidad de fetos que se requería entonces para satisfacer
la demanda era de quince a veinte millones, pero se abortaban «sólo» 800.000.
Después de presentar estos datos la pregunta de Nathanson cae de cajón: ¿de dónde
salen los fetos restantes para abastecer la demanda de tejido fetal en Estados Unidos?
La respuesta: «tendremos que comprar e importar inimaginables cantidades de
tejido fetal humano de países del tercer mundo. Empresarios de Estados Unidos (y
Europa occidental) inundarán África, el subcontinente indio, y América Central y del Sur,
y animarán a las mujeres a quedar encinta tres o cuatro veces al año con el solo propósito
de que vendan su tejido fetal».
El negocio del tráfico de tejido fetal no acaba ahí. Solamente en el caso del Parkinson,
los procedimientos de la extracción de tejido involucra a muchas personas: médicos de
distintas especialidades, enfermeras, auxiliares y técnicos de laboratorio y de rayos X. Y
el paciente puede necesitar más de un procedimiento. «¿Cuánto costaría uno de esos
procedimientos? Pongamos 50.000 dólares de entrada, y entonces multipliquémoslo por
cinco millones (el número de sujetos potenciales para un trasplante de tejido cerebral
fetal) en lista de espera; da un total de 250.000 millones de dólares [nota: esta cifra
equivale al PIB de Chile en 2014]. Y todavía no hemos empezado a hablar de los
números de los trasplantes pancreáticos fetales para diabéticos, los trasplantes de
médula e hígado utilizando tejido fetal, o…» (Continúa una tediosa lista de
procedimientos).
• https://www.youtube.com/watch?v=ue34yHnl7Pc
• https://www.youtube.com/watch?v=MjCs_gvImyw
• https://www.youtube.com/watch?v=78Z9LUx7VBI
• https://www.youtube.com/watch?v=GWQuZMvcFA8
• https://www.youtube.com/watch?v=egGUEvY7CEg
• https://www.youtube.com/watch?v=xZOwKM03BV0
Nathanson no exageró; tenía razón. El aborto es muchas cosas para sus partidarios
?ideología de género, libertad sexual, control de la natalidad, etc.? pero sobre todo
un gigantesco negocio.
Solamente en 2014 generó ganancias por 300 millones de dólares para IPPF en Estados
Unidos. Un negocio tan rentable con una oferta tan escasa en relación a la demanda
anima a invertir para hacer crecer la oferta.
Así es como en nuestro país [Chile] IPPF es representada por MILES Chile y
la Asociación Chilena de Protección de la Familia (APROFA), entidad creada en 1965 (y
que fue aliada del gobierno de Eduardo Frei Montalva en sus políticas de planificación
familiar), y obviamente la labor actual de estas instituciones está centrada en apoyar
los esfuerzos por lograr la despenalización del aborto. Por ejemplo, el movimiento
de mujeres Reivindica ha denunciado que desde 2008 hasta 2014 IPPF, según sus
estados financieros, ha entregado a APROFA más de 1 millón 180 mil dólares para
promover la legalización del aborto (www.aciprensa.com/noticias/planned-parenthood-
mas-de-un-millon-de-dolares-para-legalizar-el-aborto-en-chile-17646/).
Me pregunto: ¿de qué manera ha usado APROFA ese dinero? No tengo pruebas,
pero me atrevo a sostener que parte de ese dinero se usó para financiar la campaña
presidencial de Michelle Bachelet y las campañas parlamentarias de algunos políticos de
la Nueva Mayoría (¿se podría verificar esto consultando las declaraciones de
financiamiento respectivas?). En relación con esta sospecha, he encontrado la siguiente
noticia en el sitio español Citizengo:
«los Diputados Chilenos Víctor Torres Jeldes y Gabriel Silber Romo, quienes forman
parte de la Comisión de Salud [de la Cámara]asistieron a un ‘Taller sobre derechos
reproductivos y Sexuales’ invitados por ‘Catholics for Choice’ en Mendoza. Catholics for
Choice ha recibido 244,320 dólares de la International Planned Parenthood Federation.
Es decir, los Diputados Democristianos han acudido a un congreso organizado y
financiado por Planned Parenthood» (http://citizengo.org/es/27457-transparencia-sobre-
relacion-ippf-con-miles-chile-y-aprofa-chile).
¿Tuvieron estos diputados objetividad y libertad de acción para votar la idea de legislar
sobre el aborto el 4 de agosto pasado?
Para terminar, dejo constancia de que he escrito este artículo basándome en el libro de
Nathanson y en información obtenida a través de Internet, según las citas
indicadas. Pero, aparte de una cortísima nota en Economía y Negocios de El
Mercurio, no encontré nada en los medios de comunicación nacionales. Tal vez
busqué mal, pero diariamente leo la prensa por Internet y escucho noticias en cinco
radios, y no me había enterado del escándalo por los videos que muestran el tráfico
de órganos fetales de IPPF, noticia particularmente relevante en momentos en que se
discute la legalización del aborto en Chile.
En síntesis, la despenalización del aborto por tres causales restringidas es una
ventana legal para que se pueda desarrollar una nueva «industria» de enorme
potencial económico. Por una parte, es poco probable que en los actuales centros de
salud se practiquen abortos a gran escala, pues serán celosos de respetar «las tres
causales»que permitirán inicialmente el aborto. Siguiendo la experiencia de otros países,
seguramente serán nuevos centros de «salud reproductiva» los que se organicen para
estos propósitos, motivados por el importante flujo de recursos que generarán los
abortos, con el correspondiente aporte estatal.
La despenalización permitirá también el desarrollo de una exportación «no
tradicional»: la venta de órganos y tejido fetal a compradores extranjeros. Uno de
los principales beneficiados de esta actividad será la red de IPPF, organismo que ha
«invertido» miles de dólares en promocionar la despenalización del aborto y cuyos
tentáculos llegan a todos los ámbitos en los que se está decidiendo este cambio legal,
incluyendo el gobierno, políticos, grupos organizados de presión y medios de
comunicación nacionales.