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BIENESTAR PERCEPTUAL Y NEUROARQUITECTURA EN EL DISEÑO DE CENTROS DE SALUD MENTAL

EN LA ÚLTIMA DÉCADA

1. PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA


1.1. SITUACIÓN PROBLEMÁTICA

Desde la perspectiva de Han, B. (2012) podemos deducir que este siglo XXI está acentuado
desde el punto de vista patológico por las enfermedades neuronales, las cuales definen
nuestro panorama. En este sentido existe un paralelismo en cuando a la forma de tratar a las
personas que padecen enfermedades mentales, más no un cambio de los entornos en los
que ellos yacen. El loco, figura ambigua, no se corresponde con los sujetos denominados
locos en la actualidad, de hecho en la actualidad se ha difuminado la categoría de loco para
ser reemplazada por una socialmente aceptada como es la de «enfermo mental» Señala
Álvarez Carrizo, A (2017). El loco durante el siglo XVI y XVII está íntimamente ligado a la
figura del pobre o del vagabundo; ambos comparten el mismo destino dentro de los
hospitales, el cual era esencialmente una institución de asistencia a los pobres, pero al
mismo tiempo era una institución de separación y exclusión, que pierde este carácter de
auxilio filantrópico, para dar paso a otro tipo de relaciones de poder en torno a la figura del
hospital. Su uso cobra importancia en tanto sentido medicinal.

Figura 01: “Paciente que padece Trastorno Límite de la Personalidad”

Este cambio de paradigma es fundamental. La locura ya no será considerada como un fallo


en el modo de racionar; ahora la enfermedad mental será concebida como una alteración
psicosocial que no puede combatirse mediante imposiciones morales-racionales, sino que se
puede y debe ser tratada mediante otro tipo de elementos. Señala Ávila- Fuenmayor, F
(2007)

En el Perú los padecimientos neuro-psiquiátricos representan el grupo de daños con mayor


carga de enfermedad y de años de vida saludable perdidos (MINSA, 2014). Se estima que
existen 295 mil personas con limitaciones permanentes para relacionarse con los demás por
dificultades en sus pensamientos, sentimientos, emociones o conductas; de estas, 67.8%
(200 mil personas) presentan discapacidad moderada y severa (INEI, 2013). Los estudios
epidemiológicos realizados por el INSM entre los años 2003 al 2014 dan cuenta que,
anualmente el 20.7% de la población mayor de 12 años de edad padece de algún tipo
trastorno mental y el 80% de estos pacientes no acude a recibir atención profesional.
Teniendo en cuenta los datos anteriormente expuestos nos percatamos que no podemos
prescindir de darle importancia a los trastornos de salud mental en el Perú.

Debido a la segregación de las personas con enfermedades mentales a lo largo de la historia


causado por la sociedad la cual mediante una desajenación de lo humano los ha apartado e
ignorado, nos hemos olvidados de ellos. Por otra parte, la arquitectura no se ha disociado
del concepto perpetuo de reclusorio, tomándole poco interés a la generación de instancias
de integración y rehabilitación adecuadas, expresa Luna Robles A. (2019). Ante este
escenario, según Paz Sefair, S. (2016) Es importante la reinserción de las personas con
enfermedades mentales como parte de nuestra sociedad, designándoles un lugar apropiado
tanto espacial como sensorial que promueva y potencie un progresivo reencuentro entre el
enfermo y su entorno.

“Todo aquello que nos rodea, nos influye porque es información que llega a nuestro
organismo. Y esa información hace que el cerebro ponga en marcha mecanismos de
producción de hormonas que acaban produciendo sensaciones y generando emociones” de
esta manera existe una implicancia del entorno en cuanto a la modulación del cerebro,
explica Silvestre, E. doctora en biología. (2013). En este nuevo contexto, se plantea una
nueva narrativa para abordar el problema de la salud mental, donde la arquitectura es
entendida como una herramienta terapéutica que puede desempeñar un papel importante
en la recuperación del paciente. Como señala Mora, F. (2017), doctor en Medicina “No cabe
duda que toda percepción genera una reacción emocional” El ser humano cobija su
experiencia a partir de la emotividad. En este sentido las edificaciones no sólo deben tener
carácter funcional, estético o formal en el diseño y construcción, sino también deben ser
emocionantes y por ende tener un impacto sobre el funcionamiento específico del cerebro.
Describimos así a los espacios humanos, de una nueva complejidad que potencien la
expresión y el funcionamiento del cerebro.

El enfoque teórico de esta investigación se adhiere a un enfoque integrador actual, en


donde, si bien se reconoce que existe una predisposición genética a padecer afecciones
mentales, éstas preceden en mayor medida del entorno, sea éste económico, social,
cultural, o físico. Desde la posición de Cage, F. (2003) La influencia entre la arquitectura y la
emoción del ser humano no es un concepto nuevo, dicho de otro modo, la arquitectura y la
neurociencia eran dos disciplinas dispares, hasta que se encontró que el cerebro es
remodelado continuamente por los espacios en los que vivimos. Con base en investigaciones
de la repercusión de los espacios arquitectónicos en la capacidad de las personas con
enfermedades para recordar un recorrido o un lugar, mantener la consciencia de su
identidad personal y estimular su mente se deduce que el entorno donde estamos y
vivimos cada día está cambiando la estructura de nuestro cerebro.

Figura 02: Paciente en su habitación


Desde el enfoque de Sáez, C. (2013) debido a que muchos pasamos más del 90 % dentro de
edificios, no somos conscientes del impacto que causa la arquitectura en la psique humana.
Como consecuente a ello “las ciudades se han convertido en el origen de patologías y
enfermedads” y se alerta de que aproximadamente un 30% de los inmuebles, no ayudan a
que el organismo mantenga su equilibrio. Debido a ello debemos tener en cuenta los
principios de la neuroarquitectura, la cual nos posibilita diseñar espacios que aminoran la
agresividad y que calman emocionalmente a los pacientes.

En este sentido entendemos la manera en el que el estado se organiza, el sistema de salud


peruano presenta un elevado grado de fragmentación, una importante proporción de
población no cubierta y grandes diferencias de cobertura entre los individuos efectivamente
alcanzados por la prestación. El país se encuentra atravesando un proceso de transición
demográfica que ha generado cambios en el ritmo de crecimiento y en la estructura de su
población (MINSA, 2010). En lo referido a los documentos de planeamiento de alcance
nacional, el Estado peruano no prioriza el tema de la salud mental. Aun cuando el “fomentar
el enfoque preventivo y controlar las enfermedades transmisibles, crónico degenerativas,
mentales y de drogadicción” es uno de los lineamientos del PEDN (Plan Estratégico de
Desarrollo Nacional), no se establecen acciones estratégicas, líneas de base, indicadores, ni
metas. En tal sentido, la salud mental continúa siendo relegada de la agenda pública
nacional. Señala la Defensoría del pueblo (2018). El MINSA dirige hacia la salud mental
aproximadamente 3% de sus gastos en atención de salud. Siendo el 98% de estos recursos
destinados a las tres instituciones psiquiatritas de Lima: Hospital Víctor Larco Herrera,
Hospital Hermilio Valdizán e Instituto Nacional de Salud Mental Honorio Delgado-Hideyo
Noguchi. (Ministerio de Salud, 2009).

A partir de análisis de la situación actual en el Perú y entorno a sus alternativas de solución


se concibe el proyecto desde un enfoque en el cual lo más destacable no son los métodos de
curación, sino la posibilidad de optimizar el bienestar perceptual de los pacientes a través de
la neuroarquitectura. Es en este momento cuando la enfermedad mental, y en general todo
el discurso médico, en todos los aspectos, modifica sus criterios de actuación, revisión y
sintomatología, para adaptarlos, no ya a la curación, sino a la prevención de la enfermedad.
De este modo, el espectro de estudios ya no se centra únicamente en los alienados, ahora
toda la sociedad es susceptible de ser estudiada.

1.2. PREGUNTAS DE INVESTIGACIÓN

1.2.1 PROBLEMA GENERAL

De qué manera la NEUROARQUITECTURA puede establecer las bases del diseño de centro
de salud mental que permita el BIEN ESTAR PERCEPTUAL del paciente en la última década

1.2.2 PROBLEMA ESPECÍFICO

 ¿Puede el bien estar perceptual ayudar en un proceso de rehabilitación mental?


 ¿Cómo se puede alcanzar un bien estar perceptual en espacios de rehabilitación
mental?
 ¿En qué medida una base fundamentada en bien estar perceptual ayudaría a la
rehabilitación mental

1.3. JUSTIFICACIÓN

1.3.1. PRACTICA

 Debemos saber que la presente investigación no tiene como fin practico de ¨curar¨
directamente a los pacientes, si no que se busca una inserción del paciente a la sociedad
viéndolo desde el apoyo arquitectónico en el diseño ambiental para la mejora de su
tratamiento.
 Las autoridades serian beneficiadas con el apoyo de soluciones técnicas en el ámbito
arquitectónico dentro del diseño ambiental de centros especializados en salud mental,
generando patrones de diseño, y dando como resultado parámetros métricos óptimos los
cuales servirán a futuro en el Reglamento Nacional de Edificaciones (RNE) basados en las
necesidades y aportes dados por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
 A nosotros nos sirve para poder obtener el título de bachiller en Arquitectura y del mismo
modo ampliar la búsqueda de soluciones arquitectónicas fenomenológicas en el ámbito de
salud mental y poder aportar soluciones óptimas y sensibles para distintos pacientes con
trastornos mentales.

1.3.2. METODOLOGICA

La presente investigación apoya los pensamientos metodológicos de Becerra Verdugo, L. (2017). los
principales objetivos para poder optimizar la mejora del paciente, utilizando el diseño atmosférico
comienza con un análisis crítico de estrategias y dispositivos arquitectónicos utilizados en el
tratamiento de salud mental en las últimas décadas, continuando con la capacidad de poder generar
pautas para un mejoramiento optimo del paciente en el ámbito de la salud mental.

1.3.3. TEORICA

Nuestra investigación se encuentra apoyada bajo los pensamientos metodológicos de Zumthor, P.


(2006). La atmósfera habla a una sensibilidad emocional, una percepción que funciona a una
increíble velocidad y que los seres humanos tenemos para sobrevivir. Hay algo dentro de nosotros
que nos dice enseguida un montón de cosas; un entendimiento inmediato, un contacto inmediato,
un rechazo inmediato. Y es ratificada específicamente en el ámbito de salud mental bajo la
metodología de Becerra Verdugo, L. (2017). Los principales objetivos para poder optimizar la mejora
del paciente, utilizando el diseño atmosférico comienza con un análisis crítico de estrategias y
dispositivos arquitectónicos utilizados en el tratamiento de salud mental en las últimas décadas,
continuando con la capacidad de poder generar pautas para un mejoramiento optimo del paciente
en el ámbito de la salud mental.

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