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MODERNISMO LITERARIO

Contextualmente en la segunda mitad del Siglo XIX, particularmente en sus tres

últimas décadas, se manifiestan en Europa importantes cambios sociales, políticos,

económicos y culturales. En el campo de la ciencia se realizan notables progresos.

Estos progresos inciden sobre el trabajo y la industria: determinan la producción en

masa y la división del trabajo en tareas especializadas. Este progreso científico trae

consigo un importante auge económico, surgen con él los capitalistas y grandes bancos

de inversión en Francia, Alemania, Inglaterra y Estados Unidos.

La vida social registra visibles cambios: aumento de la población, incremento

de la vida urbana, disminución del analfabetismo, abolición de la esclavitud,

surgimiento de la burguesía industrial y del proletariado. En términos generales,

aumenta la comodidad y el bienestar. Pero estos progresos materiales tienen algunos

efectos negativos sobre la conducta del hombre común: la seguridad y el optimismo lo

volvieron arrogante, superficial, conformista. Generando el decaimiento del nivel

intelectual. El afán de ostentación, el ansia de bienes y riquezas crecen, mientras las

inquietudes espirituales disminuyen.

El modernismo por su parte, es una tendencia que surge en la literatura

hispánica a finales del Siglo XIX (hacia 1880) y se desarrolla en los primeros años del

Siglo XX (se extendió hasta 1915- 1920).

CORRIENTES QUE INFLUYERON EN EL MODERNISMO:

Previo a conceptualizar este movimiento es necesario comprender la influencia

de corrientes y movimientos como el Decadentismo, Simbolismo y Parnasianismo.

Todas tendencias que se basaron en lo romántico, lo exótico o lo inefable.


En primer lugar, el Decadentismo fue una corriente artística, filosófica y

literaria originada en París, Francia. Esta corriente descubre la belleza en los placeres

prohibidos y se interesa por lo perverso, oscuro e irracional. Los decadentes como

representantes de este movimiento hicieron del sexo uno de los temas capitales de sus

obras, tratando temas tales como la homosexualidad, prostitución, incesto o necrofilia,

como forma de provocación frente al puritanismo victoriano presente en toda Europa.

Otra forma de provocación fue el interés e incluso el consumo de drogas prohibidas y

alcohol en busca de acercarse a los “paraísos artificiales” tal y como lo menciona

Pedraza Jiménez en el Manual de literatura española.

En segundo lugar, el Simbolismo fue un movimiento artístico que tuvo su

origen en Francia y Bélgica, siendo Baudelaire, Verlaine y Mallarmé sus precursores.

En sus obras representaron, a través de los símbolos y bajo la inspiración del

Romanticismo, los misterios y el mundo trascendente.

Finalmente, el Parnasianismo se originó como una corriente literaria “anti

romántica” en Francia. En el Parnasianismo se elimina del poema la intimidad del autor

y se practica una poesía despersonalizada a la cual Pedraza Jiménez denomina como:

“el arte por el arte” donde se busca la belleza y lo exótico haciendo uso de elementos

naturales y objetos artísticos como: pájaros, cisnes, flores, elefantes, palacios y

esculturas, todos ellos elementos referentes a los paisajes exóticos.

CONCEPTO Y CARACTERÍSTICAS

Ahora bien, el Modernismo genera una compleja renovación estética y cultural

en los países hispánicos. El movimiento surge como reacción espiritual frente al

materialismo y la deshumanización del mundo: “En el Modernismo podemos ver no


sólo una renovación formal, sino un cambio radical de la sociedad unido a los cambios

de historia, filosofía y cultura”. (Kre, Zbudilová, 2010, p. 101). Tal y como lo

mencionamos anteriormente las preocupaciones que los escritores expresan nacen de la

propia incomodidad causada por los cambios a nivel social y cultural, siendo estos

causantes de una fuerte crítica del mundo real buscando su refugio en mundos

artificiales, de belleza inalcanzable.

Es por ello que el modernismo “…no es cosa de escuela ni de forma, sino de

actitud (…) Eso es el modernismo: un gran movimiento de entusiasmo y libertad hacia

la belleza” (Pedraza Jiménez, 2001. P. 70)

A su vez este movimiento supone una renovación del lenguaje poético, siendo

este formal y lujoso, trajo consigo un cambio en la métrica y en los versos, aparecen

con el los versos alejandrinos y hexámetros. El lenguaje y el vocabulario literario se

extendió ampliamente con el fin de expresar percepciones únicas.

A los jóvenes escritores iniciadores del mismo solía dárseles peyorativamente el

nombre de modernistas, censurando la extravagancia, el culto exagerado a la forma, el

radicalismo político de algunos, etc. Paulatinamente, el término fue aceptado por los

autores nuevos, pero entendido de modo positivo, como culto a la belleza, búsqueda del

ideal, rechazo de la mediocridad.

El florecimiento de la literatura modernista llega de la mano de escritores de la

talla de José Martí, considerado uno de los iniciadores y Rubén Darío, su mayor

exponente. Se puso la cabeza de este movimiento, el cual causó gran impacto en

Europa, especialmente en España. La influencia de la poesía de Darío se ha extendido a

todas las literaturas de lengua castellana.


La mayoría de los escritores modernistas tienen en común su actitud rebelde

frente a los valores burgueses, en la que coinciden con gran parte de los movimientos

artísticos europeos de la larga época que va desde mediados del Siglo XIX hasta más

allá de la Primera Guerra Mundial.

El pensamiento modernista nace contra el espíritu utilitarista de la época, contra

la mediocridad de esa existencia conformista, acomodada, y manifestando inquietudes

de índole espiritual. Los jóvenes modernistas se destacan por el afán de originalidad,

que raya en muchas ocasiones con la extravagancia, en lo que pretende ser una

demostración externa de su desprecio a las convenciones, la mesura, el término medio,

características propias de la sociedad burguesa del momento. Plantean una nueva escala

de valores sociales y éticos, frente a ese mundo asentado en el orden y la tradición, que

aborrece la irracionalidad y el caos. Manifiestan no sólo su deseo de provocar, sino

también su oposición al asfixiante conformismo.

Apuntan a apreciar el arte por el arte, no porque sirva específicamente para un

fin práctico, sino para disfrutarlo, para sentir placer por la misma esencia de la obra de

arte. El aspecto más interesante del Modernismo es la renovación estética que logran

los poetas, guiados por un anhelo de belleza, esteticismo y musicalidad. Lo consiguen

gracias al mágico lenguaje que utilizan, sirviéndose de ilimitados recursos: metáforas,

descripciones de imágenes, referencias mitológicas, ritmo, etc. Se percibe,

especialmente en la poesía de Rubén Darío, el gusto por temas exóticos (ninfas,

princesas, dioses, lagos, cisnes), el amor y el erotismo, y un profundo interés por buscar

raíces, tanto americanas como hispanas.

El rechazo de la vulgaridad general que estos artistas ven en la sociedad de su

tiempo se manifiesta asimismo en ese gusto por lo exótico, que se busca en las culturas
antiguas y también orientales. Ese escapismo o deseo de huir de la mediocridad más

próxima está en la base de otro rasgo característico, el cosmopolitismo.

El tema del dolor también ejerce un atractivo irresistible para estos escritores.

La insatisfacción con el mundo es también la causa de la angustia existencial que lleva

a estos escritores a buscar lo trascendente más allá de lo aparente.

La poesía se considera el arte supremo, capaz de reunir mediante la palabra la

capacidad y riqueza expresiva del resto de las artes. Con este sincretismo pretenden

aunar en sus textos el cromatismo de la pintura, la plasticidad de la escultura y los

sonidos de la música. La poesía se concibe como búsqueda de la armonía, de lo

absoluto, de la unidad. Es un instrumento de conocimiento que, más allá de lo racional,

aspira a superar la fragmentación del mundo contemporáneo y alcanzar así la plenitud.

LA POÉTICA MODERNISTA DE RUBÉN DARÍO

Félix Rubén García Sarmiento, conocido como Rubén Darío nace en Metapa,

hoy conocida como Ciudad Darío, Matagalpa, 18 de enero de 1867 y muere en León el

6 de febrero de 1916), fue un poeta nicaragüense, máximo representante del

Modernismo literario en lengua española. Es posiblemente el poeta que ha tenido una

mayor y más duradera influencia en la poesía del siglo XX en el ámbito hispánico. Es

llamado príncipe de las letras castellanas.

La obra de Rubén Darío supone el punto de partida del Modernismo, siendo

aplicable en él toda característica antes mencionada. El autor logro la síntesis definitiva

entre lo parnasiano y lo simbolista, practicando el arte por el arte, tomando al arte con

el único fin de producir efectos estéticos, sin tener en cuenta otras aspiraciones morales,

sociales o políticas.
Desde la primera etapa de su poesía, la tarea del nicaragüense se resume en la

búsqueda de su “voz” poética, y ello lo hace a través de reflexiones sobre el mundo

moderno y la defensa de los ideales y valores del mundo antiguo, un mundo con visión

señorial a través de la cual se busca sustentar la función social del poeta y de la poesía.

Para François Pérus en esta etapa el lenguaje de la poesía de Darío se constituye a partir

de los siguientes elementos:

1. La imagen de la mujer como un ser platónico, cuya belleza y virtud son obra

del creador (Pérus, 1976: 101). Esto es indicador de dos factores: la demarcación del

ideal del artista, por medio de una abstracción en la que subsiste la imposibilidad de

llegar a la fuente de su deseo; y la trasposición dentro de la ficción de los lazos

delvasallaje que funcionan en la sociedad tradicional (Pérus, 1976:102). El hecho de

que la mujer sea vista como obra del creador, tiene una vertiente en la relación arte-

objeto de arte.

2. La ficcionalización de la transformación de valores de uso en valores de

cambio, y la demostración del cómo este fenómeno capitalista destruye los valores

contenidos en el punto anterior.

3. La denuncia del “prosaísmo”3 en la sociedad y su preocupación por el futuro

del arte y de la poesía: “Al prosaísmo de una realidad desublimada, Darío opondrá,

pues, la majestad de un universo forjado por el arte” (Pérus, 1976: 126). Hasta aquí las

características más destacadas de la primera etapa de Darío, una etapa de pruebas y

búsquedas. En el futuro varias de estas características aquí presentadas se mantendrán,

otras evolucionarán, y otras se alimentarán de nuevas, dando paso a una poética

madura. La mayoría de los estudios sobre el poeta nicaragüense coinciden en que su


relevancia y su ingreso en la mirada de la literatura en lengua castellana, es a partir de

la publicación de Azul

Dentro de sus obras nos encontramos con “Azul”, publicada en 1888 donde el

color azul ya presentado desde el título demuestra un carácter simbólico considerado

como el color de lo ideal. Es con este libro escrito en prosa y verso que Darío rompe

con los viejos modales y criterios de la poesía hispana.

Otra de sus obras características es “Prosas profanas” (1896) donde nos

encontramos quizás frente al auge del modernismo en su poesía, tanto en el predominio

de imágenes exóticas, como en la renovación métrica.

En esta obra considerada como fundamental para el desarrollo del modernismo,

Rubén Darío aportó una nueva sensibilidad y una concepción del arte diferente, al

mismo tiempo que demostraba su capacidad de apropiación y transformación de todo

factor externo. Podemos decir que esta obra da inicio a la renovación modernista que

culminaría en “Prosas profanas” y “Cantos de vida y esperanza”

Esta renovación modernista que culmina en Prosas profanas podemos divisarla

claramente en el poema “Sonatina”. El poema consiste en una narración en verso cuya

protagonista es una princesa solitaria que se encuentra recluida en el ambiente

materialista de su palacio y del cual desea escapar para ir en busca de amor libertad.

Dentro del poema nos encontramos con elementos liricos y narrativos que

recrean la descripción de la princesa y su palacio, como un ambiente ideal típico del

modernismo: un mundo de refinada belleza, exotismo y melancolía.


A su vez, la métrica es característica del modernismo, nos encontramos frente a

ocho sextetos de versos alejandrinos divididos en hemistiquios, presenta varios acentos

rítmicos en determinadas silabas que favorecen la musicalidad y que refirman lo

establecido en el título, una sonatina, es decir una breve composición musical.

Nos encontramos también con varios recursos como metáforas “boca de fresa”,

paralelismos “que ha perdido la risa, que ha perdido el color”, anáforas “o en el rey // o

en el que // o en el dueño”, personificaciones “se desmaya una flor” y algunas imágenes

de la naturaleza: “rosas, lirios, dalias, jazmines”, así como también de animales: “pavos

reales, libélulas, golondrinas, mariposas”, que aportan al poema belleza y apoyan en

gran medida la musicalidad, y el ritmo antes mencionado.

Hay rasgos modernistas en la mención de lugares exóticos o del Oriente como

Golconda o en las alusiones a las hadas madrinas, caballos con alas, de igual manera

que en la selección del lenguaje.


BIBLIOGRAFÍA:

 Rodríguez Murillo, Modernismo y sociedad en la obra poética de

Rubén Darío. Recuperado de:

https://dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/4223543.pdf

 La comparación del concepto del modernismo de Rubén Darío y

Juan Ramón Jiménez. Recuperado de:

https://dspace.tul.cz/bitstream/handle/15240/12767/bc_24614.pdf?sequence=1

 El modernismo. Características generales a través de la figura de

Rubén Darío. Recuperado de:

https://www.uma.es/aula-de-

mayores/navegador_de_ficheros/Apuntes_2016_2017/descargar/PRIMER%20

CICLO/TERCER%20CURSO/Literatura%20Espa%C3%B1ola%20III:%20Siglo

%20XIX/EL_MODERNISMO.pdf

 El modernismo. Características. La repercusión de Rubén Darío y

el modernismo en España. Artículo PDF

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