Sie sind auf Seite 1von 9
gntrato de comunicacién. 128 Sabre las metas de la interaceién global: por su tensjaf en- tre amena®gara la relacién (allrmar nuestra diferencjapersis- discurso) y amenaza para la imagext (sacrificar Myenunciando a nuestro discurs9Y finalmente, Por el hecho de que’gueden o no contener arguypéntos. La contra. diccién conversaciona ante los procedi- mientos de ajuste y neg: el sentido de profun- dizar el diferendo. La apari cando la divergencia manifest ‘Segundo turno cumple una funcién esencial en el paso ala imentaci6n. rgumentativas descansan, rganizada entonces alreciedod\{el conflicto que le preexiste; Je(Iugar a intervenciones desarrollad® Contrato de comunicacién El término contrato de comunicacién es empleado por semi6- ticos, psicosocidlogos del lenguaje y analistas del discurso para designar aquello por lo que un acto ce comunteacion sera reconoc!- do como veitido desde el punto de vista del sentido. Bs la condicion para que los participantes de un acto de lenguaje se comprendan minimamente y puedan interactuar co-consiruyendo sentido, que es la meta esencial de todo acto de comuntcactén, Diversas filiaciones se encuentran en el origen de esta nocién. No mencionan explicitamente la idea de contrato, pero cabe enten- der que se la encuentra en su manera de definir el aeto de lenguaje. Se trate de la hipétesis de sintersubjetividads propuesta por Benv niste, Ha tintca que hace posible la comunteacién lingtiisticar (2966, pag. 266) y que implica una spolaridad de las personass, yo Y tts, fundadora de la actividad de lenguaje (op. ct, pig. 260); de la hhipétesis de sdialogismoe propuesta por Bajtin (1984), segtin a cual nunca se habla sino con To ya dicho: de la hipétesis de «eo-cons- truceién del sentidor de los flésofos del lenguaje por la cual, para 129 contrato dle eomunicacion. ‘que la comunicacién sea posible, hacen falta condiciones de sinten- clon colectivae (Searle, 1991, pag. 227), de sinteneionalicad conjun- tav y racuerdor (Jacques, 1991, pag. 118), de megociacién (Ker- brat-Orecchionl, 1984, pig, 225), cle eomunidad en palabrase (Pa- rret, 1991); de la hipstesis de »pertinenclas propuesta por H. P. Gri- ce (1975), F. Flahault (1979) y D. Sperber y D. Wilson (1989): todas estas hipdtesis convergen hacia una definicién contractual del acto de lenguaje que implica: Ia existencia de dos sujetos en relacién de intersubjetividad, a existencia de convenciones, normas y acuerdos que regulan los intereambios lingOisticos, la existencia de saberes comunes por los que puede establecerse una intereomprensién, todo ello dentro de elerta situacién* de comunieactén (Charaudeaus, 1995d. Esto explica que la comunicacién se logre mo cuando los oyentes reconocen el sentido linglistico del enunclado, sino euan- do de él infieren el “querer decir* del locutor» (Sperber y Wilson, 1989, pag, 42). En la hora actual, coexisten varias definiciones con, orientaciones ligeramente diferentes pero con un fondo comin En semidtica, para A.J. Greimas y J. Courts, ssin que se pue- dda dar una definicién rigurosa de esta nocién intutiva, se trata de postular el Lérmino contrato a fin de determinar progresivamente Jas condiciones minimas en las cuales se electia la “toma de con- tacto” de los dos sujetos, condiciones que podriin ser consideradas como presupuestos para el establecimiento de la estructura de la comunicacion semiéticas (1979, pag. 69). En psicologia social det Lenguaje, R. Ghiglione vineula la no- ion de eontrato de comunteacién a las apuestas de lo que él lla ‘ma ssituacién potencialmente comunteativas (1984, pag. 186). Pe- 1, spara que el contrato de comunieacién sea efeetivo y dé lugar a un dilogo regular, es preciso que la enunciacién del interlocutor A sea validada por el interlocutor Bs (1984, pag. 187). Esta nocién es- talligada, pues, ala situacién conversaclonal. C. Chabrol, por su la- do, considera que la nocién de contrato comunicacional sélo pue- de ser entendida como «metaférica y analdgicas (1994, pag. $2) «testa caro, dice, que la mayoria de los intereambios en los eneuen tos corrientes no se funda en ninguna convenelén Juridica o legal probada (...) El empleo y respeto de tun modelo de comunicacion dado en una situacién de accién especifica seran concebidos como un juego de derechos y deberes, en gran parte implicitos, que se supone mutuamente compartidos» (op. cit, pag, 33), es decir, apo- yyados en presunciones. ¥ recuerda el autor las nociontes de vexpec: taciones cruzadase de Max Weber y de sexpectativas eruzadas+ de Jos psicosocidlogos (op. ct, pag 85). Ademas, propone poner expe rimentalmente a prueba ciertas propiedades del contrato de com contrato de comunieacién, 130 nnicacton, con la nocién de eontrato de lectorado, Este es concebi- do como un esquema de lenguaje que permite la preprogramacion. de formas semiolingQisticas especificas, bien situadas histérica y culturalmente, en particular relativas al género, Dicho esquema se- ria «familiar y normativos. Se lo adquiere por interiorizacion de las Tegularidades textuales de los discursos conocidos, esta disponible ‘en memoria a largo plazo y es activable por asociacién con una ca- tegorizacién de los acontecimientos y objetos en la interaccién (Georget y Chabrol, 2000. . ). Se agrega, por lo tanto, una dimen- sin situacional y normativa al concepto psicolingihistico de esque- ma de texto (Kintsch et al, 1977) definido hasta entonces por los conocimientos en memoria sobre la forma y la organizactén de los textos. Por hipétesis, sin embargo, el contrato de lectorado esta Vineulado a una situacién de comunicacién tipica esperada, perm endo asf optimizar los tratamientos lingaisticos mediante la insta- lacién de srutinas® y orientando las evaluaciones (normas discurst- vas preferenciales). En esta linea experimental, «el contrato de comunicacién constituye un marco de referencia que no s6lo ase- gura “Ia estabilidad y previsibilidad de los comportamientos”, sino que también, y esto es esencial, vuelve mas o menos aceesihiles las inferencias contextuales y suministra como tal un marco de inter: Pretacion» (Bromberg, 1999, 2* parte). En andlisis del discurso, P. Charaudeau lo eleva a concepto central al definir el contrato de comunicaciéa (llamado en una €poca scontrato de hablay, 1983, pags. 50 y 93) como el conjunto de condiciones en las que se realiza todo acto de comtinicacion (sea cual fuere su forma, oral* o escrita, monolocutiva o interlocutiva). Es lo que permite a los participantes de un intercambio reconocer- '5€ €1 uno al otro con os rasgos identitarios que los definen en tanto Sujelos de ese acto (identidad*), reconocer la mira del acto que los sobredetermina (finalidad’), entenderse acerca de lo que constituye el objeto tematico del intercambio (asunto') y considerar la perti- nencia de los imperativos materiales que determinan dicho acto (circunstancias’), «£1 contrato de comunicacién define estas condi- Ciones en términos de apuesta psicosocial por el sesgo de sus com Ponentes situacionales* y comunicacionales*s (1995c, pag, 162), constituyendo asi en los seres de lenguaje una smemoria colectivar anclada ssociohistéricamentes {tbid.]. Desde el punto de vista del sujeto” interpretante, es lo que permite comprender, en parte, un acto de comunicacién incluso antes de percibir sus detalles: ante un afiche publicitario, ya se ha comprendido una parte de lo que esta en juego inchiso antes de ver de qué publicidad se trata. Asi Pues, esta teoria del contrato remite a una teoria de los géneros, 131 conversacién pues se puede decir que el conjunto de imperativos aportado por el contrato es lo que define a un género* de discurso. Se han descripto diferentes contratos de comunicacton (ipos o géneros): publicttario (1983, 19940), de informacién (1983, 1994a, 1997), de la entrevis- ta (1984), de la critica cinematogréfica (1988e), de los debates tete- visivos (19914, 1993a), de la situacién de clase (19930. + Comunicactén, Estrategia de discurso, Género de discur- 50, Situacién de comunicacién RC Rifrice Cha row ss verbales, o en un sentido genérico con refe Igtercambio verbal, con independencia de su y quire that it be sociable, joint a 1968, pag. 1075). En este marco, nérico es reemplazado hoy por tion is clearly the prototy; which we are all first acquisition, Levinso situacion® al que rh gftes; es asi como, en el marco de las relaciones jerarquizadde fécionales. 1 paso a la conversacién supone un abandono jentaneo de estas posiciones marcadas (Donaldson, 1979). Por tl- dea estrategia cle diseurso 24a duccién, circulacién y sino haber numerosas inter} discurso. ste tillimo caso, no puede entre estilistica y analisis del * ja, Prosodia, Subjetividad Estrategia de discurso Eltérmino estrategia procede del arte de conducir las operacio- ‘nes de un ejército sobre un terreno de accion (caso en que se opone a tactica), hasta designar finalmente una parte de la ciencia militar e incluso llegar a ser objeto dle una ensefianza (Cursos de estrategia en la Escuela de guerra). Pero la nocién terminé por adquirir un sentido mas general y designar cualquier accién levada en forma coordinada para aleanzar cierto fin, Se hablar entonces de estrate- Bia electoral. estrategia comercial, estrategia politica. Como nocién, se la emplea de manera central en diferentes disciplinas de pensa- milento: en la teoria de los juegos, en psicologia cognitiva, en psico- logia social y en andlisis del discurso. En Ia teoria de los juegos, corresponde a un «onjunto de reglas que determinan la eonducta ce un jugador en toda situacion de juego posible» (Von Neumann y*Worgenstemn, 1944, pag. 44). En psicologia cognitiva, correspond al sencadenamiento de Jas operaciones (que) refleja las elecciones efectuadas para alcan- zar, de la manera mas eficaz y menos costosa, una meta definida de antemano: por ejemplo, convencer a un interlocutor determinado de la exactitud de una interpretacin sobre un problema preciso. Estas estrategias podran diferir segtin los imperativos de cada situaci6n y segtin las capacidades cognitivas del locutor» (Esperet. 1990, pag. 8). En psicologia social, Caron propone shablar de estrategias s6- Jo cuando se cumplen las condiciones siguientes: una situacion de incertidumbre (...; uma meta, propuesta conscientemente ono por 1 sujeto; “reglas del juego” (.. J; una sucesién regulada de eleccio esque tradiuzean uit plan de conjunto. . » (1983, pags. 155-6). Pa- ra C. Chabrol, ractuar estratégicamente implica también que el ‘comportamento producido no sea el tinico posible en la situactén, y que ningtin determinismo natural, social, psiquico o légico, inter- 245 estrategia de discurso 1no 0 externo al productor obligue estrictamente a este a comportar- se de tal o cual manera en su lenguajes (1990, pag. 216) En andlisis del discurso, se observan diversos emplcos det término y diversas definiciones segtin las corrientes de investiga- ‘ion. Para algunos, slas palabras entran en estrategias sociales {y] ‘son Ios indices y las armas de estrategias ce individuacions (Boutet etal, 1995, pag. 19). Para otros, da estrategia forma parte de las “condiciones de produceién" de tun discurso» (Bonnafous y Tour- nier, 1995, pag, 75). Segiin un distinto punto de vista, sla estructu- racion de un acto de lenguaje incluye dos espacios: .. .) un espacto de restricciones que comprencle los datos minimos que es preciso satisfacer para que el acto de lenguaje sea vilido, (...) un espacio de estrategias que corresponde a las posibles elecciones que pue- den hacer los sujetos como puesta en escena del acto de lenguaje+ (Charaudeau, 19956, pag. 102} De estas diferentes definiciones parece desprenderse que: 1) las estrateglas son obra de un sujeto (individual o colectivo} conducido aclegir (de manera consciente o no) cierto mimero de operaciones de lenguaje; 2) hablar de estrategia no tiene sentido mas que en re- laeién con un mareo tmperativo, se trate de reglas, normas 0 con vvenciones; 3} sera importante atender alas condiciones formuladas Por la psicologia social, esto es: que son necesarios una meta, una situacion de incertidumbre, una mira de resolucién del problema planteado por la intervencién de la incertidumbre yun edleulo. Para P. Charaudeau, esta nocién de estrategia sélo puede ser utiizada con relacidn a la existencia de «in marco contractual que asegure Ja estabilidad y previsibilidad de los comportamientoss, de modo que pueda intervenir un sujeto que tendra que obrar «sea con los datos del contrato*, sea en el interior de estos: (1995¢, pag. 166). Lega incluso a proponer que vestas estrategias se desarvollan alre- ‘decir de cuatro apuestas no excluyentes entre si pero que se dis- tinguen por la naturaleza de su finalidad: una apuesta de legittma- cién* que apunta a determinar la posicién de autoridad del sujeto (...3, tna apuesta de credibilidad* que apunta a determinar la posicién de verdad del suyjeto (J, una apuesta de eaptacién” que punta a hacer entrar al companiero del intercambio comunicativo dentro del marco de pensamiento del sujeto hablante, ..» (1998, pags. 18-4) + Captactén (1), Credibilidad (estrategia de J, Legitimacién (estrategia de -) R= Patrice Charaudeas ‘eanénico (género +) Ja palabra de un. racterfsticas del ¢ 1994; véase también la revista Gallimard) % Escrito / oral, Mediologia RC. Canénico (género -) Noci6n introduclda poy/ tudio del discurso filos Cossutta (1996, Rag. 164) para el es- efemplo), El género nicos respec! cuanto fue hocién, que equivale a atribuir un gradiente de adecuactém alg textos dependientes de un mismo posicionamiento, no deja de Captacién Nocién que se utiliza en andlisis del discurso con dos valores diferentes: uno desde la perspectiva retérica de captacién de un auditorio (1), el otro desde una perspeetiva inerdiscursiva (2). I. LA ESTRATEGIA DE CAPTACION Para P. Charaudeau, la captacién es, junto con la legitimacién® y la credibiticdad, uno de los tres espacios en los cuales se imple- mentan estrategias* de discurso. Las estrategias de captacién apuntan a seducir o persuadir al compaitero del intercamblo co- ‘municativo a fin de que acabe por entrar en el universo de pensa- miento que subyace en el acto de comunicacién, y comparta asi la intencionalicad, los valores y las emociones de que este es porta- dors (1994b, pag. 40). «Para hacerlo, el sujeto hablante puede elegir entre dos tipos de actitud: a) polémica?, que lo insta a poner en en- tredicho algunos de los valores dlefendidos por sta compafiero (0 por un tereero que funciona como referencia), 0 a poner en.entredicho {a propia legitimidad de este ultimo; b) de dramatizacién, que mue- ve al sujeto a poner en practica una actividad discursiva hecha de analogias, comparaciones, metéforas, etc., y que se apaya mas en creencias que en conocimientos, para forzar al otro a sentir ciertas emociones: (1998a, pag. 14). Las estrategias de captacién dan lugar a configuraciones dis- cursivas particulares segiin las situaciones de comunicacisn. Por elemplo, en 1a comuntcacién mediatica, econsisten en poner en escena la informacion a fin de que esta participe de un espectaculo ‘que, como todo espectaculo, debe conmover la sensibilicad del es- ectador: (Charaudeau, 1994a, pag. 17), Bsta es la razén porla que los medios tratan la informacién intentando producir efectos dis- cursivos de connivencia (juegos dle palabras), de emocién (deserip- clones del wesorden socials) (2000a, pag, 148). En In comunicacion captacién 84 publicitaria, consisten en fabricar diferentes figuras de destinatario ara intentar seducir al consumidor potencial (1994b, pag. 40). + Credibitidad (estrategia de +), Bstrategia del discusso, Le- gitimacién (estrategia de +) RO IL, CAPTACION VERSUS SUBVERSION Elestudio de las relaciones interdiscursivas*, y en particular de la hipertextualidad’, permite poner en evidencia dos estrategias opuestas de reinversién (Mainguencau, 1991, pag, 155) de un tex- to. género de discurso en otros: la captacién y la subversién (Gré- sillon y Maingueneau, 1984, pag. 115). La metafora financiera de la sreinversin» permite subrayar que un texto 0 un género, una vez inscriptos en la memoria, son portadores de un capital variable de autoridad*, evaluado positiva o negativamente. Captacién y sub- version pueden afectar a un texto pagticular dependiente de un gé- nero, o solamente al género: 1) La edptacién consiste en transferir sobre ol discurse reinveraor la autoridad asignada al texto o géncro fuente: el predicador cristiano que imita una parabola evangélica 0 el género de la parabola, el eslogan que imita un proverbio o el gé- nero proverbial. 2) En la subversién, por el contrario, la imitacién permite descalificar Ia autoridad del texto o del género fuente. En- contramos aqut los fenémenos de parodia desvalorizadora. Lareinversién implica que el destinatario est en condiciones de pereibir el discurso fuente, lo cual refuerza la connivencia entre productor y destinatario. Puede suceder que una reinversién sea ambigua, que se la pueda interpretar a la vez como captacién y co- mo subversion. Esta problematica tiene puntos comunes con la de ta polifonta’ puesto que se deja oir otra vor en la voz. del enunciador, la del dis- curso reinvertido. De manera mas general, la subversién implica slempre cierto reconocimiento del valor del discurso reinverti¢o, Bl sujeto parodiador mantiene una posicién ambigua respecto del su- Jeto parodiado: se aleja de él, aun permaneciendo proximo; le es in- flel, aun siéndole fiels (Machado, 1999, pag. 330). Desde un punto de vista de andllisis del discurso, es aconse- Jable no caer en una concepcién puramente retorica de la reinver- ‘in: el discurso reinvertido no es cualquier otro discurso sino uno que fue elegido porque lo crucial para la legitimacién del discurso relnversor es precisamente la captacién o la subversién de este: los surrealistas subvirtieron el género proverbial porque encarnaba 85 cerrado / abierto (discurso hasta el mas alto punto un uso del discurso (la doxa’, el sentido co- miin) contra el cual ellos se pronunetaban, ‘% Autoridad, Hipertextualidad, Ironfa, Pastiche, Potifonia DM. ‘on simétrica de la analora’. La diferencia reside. a la que esta supeditada la interpretacion se sityfa la catafora no cs posible ha- \tactica y seméntica, es conceptualizada en términds de anafyfa aunque a priori no sea posible distingutr el anaférico¥el angforizado: *Platén. . . El autor La oposigibn entre discurso cerrado y abierto (Mi 1992, pag /120} se astenta sobre la relacion entre pro A de un género* de discurso determinado. Se thparten polo: discursos cerrados son aquellos a cuyo respecty el conylinto de los productores y el conjunto de los receptores tiend a gbincidir, cuantitativa y cualitativamente; situacién caracteristicd contesia 146 fo, pues, muy !nsexiptos en francesa politesse, con | fin de que resulten menos comportamientos a imagenes del otro; he- contemporanea (actos* de leng} hacer sistema no bien se los refer f@ixecto}, pero que se ponen a A los\principios de la cartesta clas», ella no se reduce a uyfa simple coledgion de reglas formales més 0 menos arbitrarias/cumple un papyl fundamental en la regulacién de la vida en ses generalmente desp mantener un es- Ia proteccion que puede yacebir un A fabricar contentamiento mutuo (mientras que su no respeto dSencadena reaceiones de violento disgusto: Al menos podia ha- 7 credibilidadl (estrategia dle?) contentos de nosotros y de a “ Atenuador, Doble Credibilidad (estrategia de -) La eredibilidad es una noclén que define el cardcter de veracl- dad de las manifestaciones de una persona (slo que él dice es crei- les) o de una situacién (sesta situacion no es creible). Resulta, pues, de un juico pronunciado por alguien sobre lo que ve u oye y, como consccuencia, sobre Ia persona quc habla y que es jurgada sereibles. Este juicio, que consiste en evaluar la aptitud del sujeto hablante para decir la verdad a través de su acto de enuneiacion, hace que todo sujeto hablante deseoso de ser creido intente poner en escena su discurso de tal modo que pueda recibir esa etiqueta de credibilidad. Con ese fin, entra en un proceso de construccin de credibilidad. Asi pues, la credibilidad puede ser eonsiderada como un estado 0 como un proceso (en este caso habria que hablar de seredibilizacién) Para P. Charaudeau, la eredibilidad es un hecho de estrategia de discurso que, a semejanza de las estrategias de legitimacion® y de captacién*, consiste para el sujeto hablante en wleterminar una posicién de verdad, de modo que pueda (...) ser tomado en serio» (1998b, pag. 14). Con ese fin, el sujeto puede recurrira tres tipos de posicionamiento: 1) colocarse en una posicién enunciativa de neu- tralidad en cuanto a la opinion por él expresada, «posicion que lo conducira a borrar toda huella de julcto y de evaluacién personal en su modo de argumentacion, sea para explieitar las causas de un hecho o para demostrar una tests (Ibid: 2) colocarse en una po- sici6n de compromiso, lo que, contrariamente al caso anterior, con- ducira al sujeto a optar (de manera mas 0 menos consciente) por tuna toma de posicion en la eleccién de los argumentos o eleceién de las palabras, 0 por una modalizaclén evaluativa aportada a su dis- ‘cuestién (en argumentacién) 148 ‘curso: (ibid), lo que producir un discurso de conviccién destinado ‘ser compartido por el interlocutor: 3) colocarse en una posicion de distanciacién que lo conducira a adoptar la actitud fria del especia- lista que analiza sin pasion, como lo haria un experto, Estas posiciones se expresan de un modo particular segtin la si- tuacién de comunicacién en la que s¢ inscriben. Por ejemplo, en la ‘comunicacién mediatica se trata, para la instancia periodistica, de aportar la prucba de ese decir verdadero, sea desde el punto dle vis- ta de la existencia misma de los hechos en cuestion, sea desde el punto de vista de la explicacién aportada para dar una razén de ser a los hechoss (Charaudeau, 1994a, pag. 16). + Captacién (0, Estrategia de discurso, Ethos, Legitimactén (cstrategia de) RC, Cuestién (en argumentacién) tion gy analisis del discurso argumentativo define 1a é8 mrque la respuesta es eviden- , en suma: las cuestiones in discutibles; 2) las cuestiones +biéa dxnadass. Por ejemplo, frente a Ja acusacién «Tit robaste . pueden adoptarse diver~ sas estrategias de defensy, el tipo de debate const- guiente: a) negar la ma sera de la réplica aportada al acusaclor por el acusado, Senalemos 149 ccuestién (en argumentactén) te argumenta- Ja puesta en du- da de los puntos de 124), Esta posibilidad txérica se ve moderagA por el hecho de que clertas cuestiones no piken ser planty4das con seriedad, por plantean la cuestion de saber Si hay ge honrar 0 no a los dioses y amar a los padres, no necesitan by aquellos que se preguntan sila nj es blanca o no, no tienen mas que mirar (Aristételes, Topicasf, 11)\$ nes de disputabilidad> de unfunto de Wsta no pueden ser tenidas por evidentes. Paradoja. La existen 1a base de la parado- Res porque hay de- ‘ntaciGn vuelve atin mas dudoso el pt érablemente menos impresionantes (Newm (54. El primer acto para legitimar una posicién by © paradgfica es legitimar el debate a su respecto, 0 sea, hall lector 346 dd\ugar de residencia, grupo social de pertenencia. . ). El lectoy/ cién?\qnunciativa que se construye lingaisticamente en cada forma discurSiva y que no es la simple traduceién lingtiistica direafa de la identidaY{ de los destinatarios efectivos: a lectorados idénffcos, los neutro (cone Individual 0 gular), represer diseursivos donde lo poy {On o la apertura de los ~\"* B, (ia en anilisis del discurso pero rmite oponer el \ynplio, la nocién de Juego, cuando se trata de estudiay/discursos pertenecientes a génelys* en los cuales ellocutor se divge a destinatarios que no estan preskntes: pero vale que el scriptor debié hacerse de su lector: alguien Yotado de déterminado saber enciclopédiico, de determinadas aptitydes el texto. Enel otro uso, et lector mod, inicativa para interpretar c de indices variados, a7. legitimacién (estrategia de +) Due corresponcla a una representacién consciente en el produ fornlg parte integrante de la definicion de un género de discs atin en lo que resped¥a a las obras literarias 0 feligiosas, que circu- lan siglos después dk su aparicién. La «tgoria de la recepctén+ (auss, 1978) estudia Id§ cambios que estofletermina para la lectu- rade las obras, es decir, N, tivar de los lectores. Desde un punto de vistd de lector modelo sélo ofrece mn el caso de un diario regional, rridas en el lector modelo para Rlemente del genero de discur- so, del que son una faceta fri. En obras verdaderas, el lectoy/modelo reshta de tin ajuste inestable entre las restricciones i escena* de enunciaciéy/ Legitimacién (estrategia de -) En el sentido corriente, la slegitimidad» es un estado de derecho que caracteriza a una persona con respecto a su situacion (legitimi- dad de una unién}, a una fllacién (legitimidad monarquica), a un lengua de aparato [cLangue de bots) 348 poder conferido (legitimidad democratica). Se juga entonces legiti- ma su accién y se dice que la persona esta legitimada para obrar en consecuencia, La fegitimacién es el proceso a cuyo término un in- dividuo resulta legitimado. En andlisis del discurso, la nocién de legitimacién puede ser uilizada para signifiear que el sujeto hablante entra en un proceso de discurso que debe conducir a que se le reconozca un derecho a la palabra una legitimidad para decir lo que dice. Esta legitimidad puede venirle o bien de una situzcién de hecho (como en una con- versacién amistosa en la cual toclo locutor, por definicién, tiene derecho —bajo ciertas condiciones convencionales— a hablar), 0 bien det lugar que le otorga uma institucidn cualquiera (como cuan- do un profesor habla en su clase o cuando una personalidad polit- ca hace una declaracién por televisién), Pero también puede ocurrir que tenga necesidad de construirse una posicién de legitimidad respecto de su interlocutor. Para P. Charaudeau, la legitimaciones, junto con la chedibilidad® y la eaptacién’, uno de los tres espacios de las estrategias de dis- curve, Las eatrategiaa de legitimacién apuntan a determinar Ia po- ‘icin de autoridad que permite al sujeto tomar la palabra. Esta po- sicién de autoridad puede ser el resultado de un proceso que pasa por dos tipos de construccién: va) de auforidad institucional, fundla~ da por un estatuto del sujeto que le confiere autoridad de saber (ex- perto, cientifico, especialista) o de poder de decision (responsable de una organizacién); b) de autoridad personal, fundada en una ac- tividad de persuasion y seduccién del sujeto que le otorga una au- toridad de hecho susceptible, ademas, cle superponerse a la prece- denter (1998a, pag. 13). © Captacién (1), Credibilidad (estrategia de -), Estrategia de discurso uso durante la década d& constituye una expresion cffn francesa langue de bots a con la que se designa un ida, Caracteriza a los iscursos burocraticos, adminis 49 lengua de aparato bLangue de bois} Maliano, con de 1930 en alenl{n y francés, donde el calificante bfis, emaderar, es de antigua data Wineira y Tournter, 1989), Es| rigidez, insensibilid cos, pero también e1 1971), destacando con las con\llas sy/cardcter neolégico. A. Besan- ony otros pollt6logos, a quiens sffuteron los medios de comunt- traité de soviétologie, 1976). Bn fe aparato» fue objeto de varios objetivos cuyas tenden- iplo: 1) La desagentivi- /erbales pasivas. 2) La clas principales es factibyé describir. Por eX dad: supresién del agepe en las expresiones complementos determinativos del sustantivo y de I telos, 5) Una ferminologia restringida, sinonimica, cial. 6) Una cas establof idad refe- Teneial i Esto chos, Rced- mien S que permiten cuantificarlos parcialmente; por ejempld, los ghtarios de segmentos* repetidos clan al respecto una aproxiNa- . El analisis de los fendmenos de repeticién propios de la sleN gha de aparator hace posible examinar uno de los mods de con:

Das könnte Ihnen auch gefallen