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Tema revisado para la migración

La obsidiana es uno de los cristales maestros más importantes, es de origen volcánico y se asocia con
el primer centro radiante, con Cololt, esta vinculado con la tierra, lo físico, la supervivencia y la
realización del ego.
La obsidiana es de estructura francamente vítrea de color negro o verde oscuro, muy dura, con fractura
concoidea y astillable en trozos de bordes muy cortantes, por lo que algunos pueblos las usan para
hacer cuchillos.
El "macahuitl" de los guerreros Aztecas era una espada de madera con los bordes guarnecidos de
pedazos de obsidiana que ocasionaban terribles heridas, muy difíciles de curar.
Un aspecto relevante de la obsidiana proviene del México antiguo, es su uso en el arte de la
adivinación. Con ella se fabricaban espejos de superficie pulida y se empleaban con ese fin, estaba
asociada a Tezcatlipoca "Espejo Humeante", era llamada compañera de la verdad, también recibía el
nombre de Itztliteotl - Obsidiana Divina.
La obsidiana esta asociada con Ix "Jaguar, Brujo, Mago", con la materia inorgánica, es un cristal
contaminado de vida, como el Jaguar.
La obsidiana no absorbe la luz, la atrae y la refleja, preservando y reteniendo la fuerza dinámica que
otorga la luz. Propicia la transformación de la conciencia. Su mensaje es claro, aun en este mundo
material, es posible acceder a la luz, no indica con su ejemplo el que es posible manifestar el cielo
desde la tierra.
La fuerza transformadora de la obsidiana, resulta extremadamente poderosa para la meditación,
abriendo el tercer ojo hacia el conocimiento de la verdad. Poderosa en las prácticas de la meditación,
da a conocer, sin ambages, lo que es bueno y lo que es malo en el individuo, por eso se le llama "la
piedra de la verdad".
Ayuda por lo tanto, a conocer las debilidades e ilusiones fatuas del ego personal, a reflejarlas y
trasmutarlas. Para trabajarla contra estados de depresión y angustia, es mejor unirla con el cuarzo
blanco, rosado y el verde.
También se la conoce como Lágrimas de Apache y para los indios americanos, poseer una obsidiana es
símbolo de poder, riqueza y éxito.
Las lajas de obsidiana han tenido múltiples usos, uno de ellos es el que sirve para cortar las malas
vibraciones, limpiar el aura y el ambiente de energías nocivas.
En la polinesia existen unas lajas largas de obsidiana arco iris, que son llamadas "el pelo de la Diosa
Pele", la diosa del volcán. En la Polinesia consideran que la Diosa Pele, guarda las almas de sus
muertos en el interior del volcán y que por lo tanto los cristales de obsidiana poseen ciertas
características asociadas con fuerza espiritual.
La obsidiana es un cristal que ha surgido del útero ardiente de la Madre Tierra, del interior de un volcán
de fuego, por ende posee la misma sustancia que esta presente en ese útero, se ha formado del fluido
interno de la tierra, posee información muy especial, una vez nacida esa sustancia es congelada y
cristalizada, apareciendo súbitamente la obsidiana proveniente de las entrañas de la tierra.
Al cristal volcánico de color oscuro, obsidiana conocida como terciopelo negro, se le atribuye un poder
protector contra la indecisión y el bloqueo mental. Igualmente absorbe la energía negativa y tiene fama
de proteger a las personas sometidas al abuso de otras de carácter más fuerte. Si se lleva un amuleto
de obsidiana a la cama al acostarse, existe la creencia de que nos libra de pensamientos
desagradables mientras dormimos.
Las esferas y espejos de obsidiana, deberán cubrirse con algodón, seda o terciopelo cuando no
se utilicen y los cristales de obsidiana en uso terapéutico deberán ir acompañados de cristales
de cuarzo.
Una excelente forma de limpiar el aura con obsidiana, se lleva a cabo de la siguiente manera:
Es necesario estar ubicado junto a un Ameyalla-Manantial, tomar una navajita de obsidiana, solicitar la
ayuda del elemental de la obsidiana y del manantial, pasar la obsidiana por el aura y finalmente arrojar
el Tecpal de obsidiana al manantial.
Para proteger la casa de las malas influencias:
Colocar junto a la puerta de entrada, una vasija llena con agua de manantial, en donde también se ha
colocado una navajita de obsidiana, junto con la intención manifestada verbalmente de lo que se desea,
recuerden que siempre hay que explicar las razones de nuestro proceder. Se recomienda
periódicamente tirar esa agua y volver a colocar la vasija con agua y obsidiana junto a la puerta.

LA OBSIDIANA
Dos elementos resultaban indispensables a los antiguos pobladores del Anahuac, para definir el
establecerse en un sitio: Agua y Obsidiana.
Tan importante resultaba el Vidrio Volcánico llamado Itztli, que se presume fue uno de los elementos
que otorgaron gran poder e importancia a la hermosa ciudad de Teotihuacan, ya que abunda este
elemento a sus alrededores.
Para los Mayas:
En los Anales de Cakchiqueles, traducción de Adrián Recinos se dice:
“Entonces fue creada la Piedra de Obsidiana por el hermoso Xibalbay, por el precioso Xibalbay.
Entonces fue hecho el hombre por el Creador y Formador, y rindió culto a la Piedra de Obsidiana”
“Así fue la creación del hombre, así fue la hechura de la piedra de obsidiana”
Más ¿porque la obsidiana?
La obsidiana se asocia a Tezcatlipoca (Espejo Humeante), la energía semilla, la que parte a los
Rumbos, a Los Vientos. El espejo de la Verdad y la Justicia. Tambien esta vinculada a Itzpapalot
(Mariposa de Obsidiana), a la poderosa fuerza que emana de lo femenino.
Su uso como elemento de apoyo en iniciaciones espirituales es trascendente, es la piedra que “abre
puertas y permite cruzar el umbral”.
Protege contra el “mal”, devolviendo como espejo lo mismo que ”otro” otorga, es una coraza que cubre
y protege.
Su uso es versátil: en la planta de los pies, en el cuecueyo colotl; en la coronilla – cuecueyo tecpal. En
estas zonas del cuerpo, al estar en contacto con la obsidiana de siete a cuarenta y nueve minutos, es lo
apropiado para recibir lo que otorga: elevación y conocimiento.
Eficaz en el tratamiento de:
Depresiones
Estados de Ansiedad
Nervios
Liberación de lazos y ataduras mundanas
Artritis
Reuma
Enfermedades crónicas que se piense tienen origen karmico.
En cuanto a su uso en el universo Chamanico, principalmente es con fines oraculares, adivinatorios,
abre el portal hacia otras dimensiones.

Una de las diosas que se sirven de su espejo mágico es la egipcia Isis. Recordemos que en el mito
Osiris es el hermano-esposo de Isis, el cual será despedazado por Seth y sus fragmentos esparcidos
por el mundo. Gracias a sus artes mágicas y con la ayuda de su espejo, Isis localizará los pedazos de
Osiris para poder recomponerlo y devolverle la vida. Este espejo se encuentra en la barca de Isis o
barca lunar (la Luna), y en él quedó impreso el llamado Ojo de Horus, que es signo de videncia,
espiritualidad y poderes ocultos, equivalente al Ojo de Dangma hindú. El Ojo de Horus es el Oudjat, el
ojo de la visión justa, y se relaciona con el llamado Tercer Ojo, el cual despierta la clarividencia en el
hombre.
Los espejos negros -confeccionados con obsidiana- quizás sean uno de los elementos más
relacionados con la Magia. Según H.P. Blavatsky, estos espejos se fabrican en la provincia india de
Agra, en el Tibet, en la China y también en Egipto, de donde parece ser que los introdujeron en México
hace muchos miles de años los antecesores de los actuales mayas. Según la tradición, cuando
desembarcaron los españoles, el Rey de los quichés ordenó a sus sacerdotes que consultaran el
espejo para saber el destino del país.
Los romanos también emplearon espejos negros de obsidiana. Así por lo menos lo afirma Plinio
respecto del procedente de Etiopía, y parece que se empleaban particularmente para adosarse a las
paredes. "La imagen que reflejan estos espejos -dice Plinio- parece una sombra, en la cual se ven los
rasgos del objeto, pero no los colores: es una representación más bien oscura del objeto".
Actualmente Raymond Moody, Profesor de Psicología de la Universidad de Carrolton (Georgia) está
realizando de forma científica lo que hace unos siglos le hubiese llevado a la hoguera por tratarse de
artes nigrománticas. Se trata de concentrarse en un espejo donde los sujetos ensayan regresiones a
vidas pasadas y materializaciones de seres queridos muertos. La práctica consiste en usar un espejo
de obsidiana. Creo que es posible utilizar espejos fabricados con otro tipo de piedras, pero los antiguos
prefirieron la obsidiana. Los más tradicionalistas exigen que el espejo sea fabricado en la oscuridad, es
decir, no a luz del sol. Se puede usar luz artificial como velas y focos, pero debe evitarse la luz solar. Sin
embargo hemos usado espejos fabricados corrientemente y también funcionan. Lo importante es que el
espejo debe lavarse y consagrarse al exterior, en noche de luna nueva (noche sin luna o luna negra). La
consagración consiste en prender incienso con una oración de consagración. La prehispánica es: In
Tatli, in Nantli, Tlaltecuhtli, Tonatiuh. La forma cristiana es: En el nombre del Padre, del Hijo, del Espíritu
Santo, amén. Pero se puede decir cualquier oración que despierte nuestro ser interno de acuerdo a
nuestras creencias. Entonces, pasas el espejo sobre el humo del incienso, haciendo una cruz y un
círculo mientras dices tu oración. Aquí el espejo debe recibir la luz que viene de las estrellas. Esto
funciona muy bien en el claro de un bosque. Interrumpes tu diálogo interno (la parte fácil) y ves el
espejo. Tarde o temprano, si tu actitud es la correcta, comienzas a ver imágenes en el espejo. Es
posible que la primera vez no se llegue a ver, pero si uno persevera, terminarás viendo, lo que ocurre
después de que ves aparecer el humo (niebla) saliendo del espejo. Después de la consagración, el
espejo se guarda en un saco, que puede ser hecho de cualquier material natural. Éste, a su vez, se
guarda en caja de madera. Cada vez que se va a usar el espejo, debe ser evitando la luz solar. Puede
ser incluso de día, cerrando las ventanas y usando una leve luz artificial. El uso del espejo debe ser
personal; no se debe prestar.
Los antiguos hicieron un uso extenso de esta técnica, recordarás el cuarto de espejos en Teotihuacan.
En Tenochtitlan, tenían una habitación cubierta de espejos de obsidiana, el Tlillancalli, la casa de las
tinieblas. En este mágico lugar aparecían y desaparecían cosas y objetos.

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