El sentimiento de amor es uno de los más puros, más altruistas y más
sinceros que los seres humanos podemos experimentar. El amor nos une, nos hace ser mejores personas y nos ayuda a empatizar, a abandonar nuestro ego. El amor es tan importante que todas las religiones defienden que amemos a los demás, que seamos bondadosos y compasivos solo así podremos crear un mundo perfecto en el que vivir y en el que relacionarnos. Pero, amar a los demás no es algo tan sencillo ni tan natural, estemos en constante competición por ver quién es mejor en el trabajo, quién es más guapo, quién más delgado, quién más rico… Todos estos sentimientos negativos hacia nuestro entorno hacen que, al final, nos creemos una coraza alrededor nuestro y no podamos exprimir el amor. A amar también se aprende Dormir, caminar, comer, reír, abrazar, son conductas, y también lo es amar. Conducta no es solo lo que se hace sino también lo que se piensa o siente. Amar es también una conducta que normalmente trae consigo o desencadena otras. No se trata entonces de algo incontrolable e inexplicable, externo a nosotros. Ni tampoco es algo que nos invade y nos dirige hacia un destino que no elegimos. Se trata de una conducta que nosotros llevamos a cabo y nos encamina a nuestros objetivos. A lo largo de nuestra vida aprendemos una manera de relacionarnos e interactuar con los otros, de comunicarnos, de gestionar conflictos personales. También aprendemos la importancia del vínculo con los demás, muchas veces a partir de nuestra familia y nuestros amigos. Todos somos capaces de aprender y mejorar en este camino. Al final, lo que hace que una persona se sienta realmente amada es consecuencia de la valoración positiva de muchas conductas reforzantes entre la pareja o la otra persona; una recopilación de muchos detalles, cuidados y afecto positivo a lo largo del tiempo. Y una buena manera de que ese mensaje llegue, además es por su claridad y su frecuencia. No basta con hacerlo una vez, hay que ser constantes, y lo más importante, para amar hay que querer hacerlo y estar dispuestos. Lánzate a amar. #LAREFLECCIONDELOSMIERCOLES