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DESIGUALDAD SOCIAL: EJEMPLOS DE LA VIDA COTIDIANA

Taller noveno grado

Competencia ciudadana

Docente: Luis Fernando Constante

La desigualdad social es una situación socioeconómica que se presenta cuando una


comunidad, grupo social o colectivo recibe un trato desfavorable con respecto al resto de
miembros del entorno al que pertenecen.

No solo se manifiesta en aspectos como el poder adquisitivo, que es sin duda la causa
principal de la exclusión y la falta de oportunidades en muchos lugares del mundo.

Otros elementos que pueden motivar la desigualdad social son la cultura, la etnia, la raza,
la religión, el origen y la nacionalidad, las costumbres y la ideología.

Es por esto que en casi todos los casos la desigualdad social conlleva, además de una
situación de marginación y aislamiento, el señalamiento de esos grupos sociales que se han
visto afectados directamente por esta circunstancia. Quédate con esta idea y reflexiona
cómo puede llegar a afectar este hecho a las familias con menores, porque hay mucho más
que contar.

No es una problemática reciente. ¡Veámosla!

La lucha por alcanzar una igualdad social plena ha ido variando a lo largo del tiempo en
función de los cambios que han experimentado las sociedades.

Nunca ha existido un sistema socioeconómico completamente igualitario. De hecho, los


privilegios y las jerarquías sociales han existido incluso desde las primeras formas de
organización social que surgieron en la antigüedad.

La lucha contra la desigualdad social ha transcurrido paralelamente a la aparición de los


derechos fundamentales. La Declaración de los Derechos del Hombre, en 1789, y la
aprobación de la Carta de los Derechos Humanos, en 1948, son dos acontecimientos
esenciales en este sentido.

Ambos textos elaboraron el marco necesario para el reconocimiento de los derechos


inherentes a la condición humana, entre ellos, el de la igualdad y sus diferentes
manifestaciones: social, política, económica o cultural.
Hoy día, pese a que los Derechos Humanos constituyen un concepto general al cual se han
adherido casi todas las naciones del mundo, la situación de desigualdad social no está del
todo erradicada.

Por el contrario, existen indicios claros de que en los últimos años ha ido en aumento, lo
cual le convierte en uno de los principales retos para la gobernanza mundial en el siglo
XXI.

La Organización de las Naciones Unidas incluyó la lucha contra la desigualdad social como uno de
los objetivos prioritarios de gobernanza mundial en los próximos 30 años, especialmente en países
en vías de desarrollo o en contextos marcados por la pobreza, la exclusión y la marginalidad.

La desigualdad social es un problema estructural. Es decir, está enquistada en los sistemas


políticos y económicos que determinan el rumbo de nuestras sociedades, y quizá de ahí
provenga la dificultad para combatirlos definitivamente.

Como decíamos antes, es una situación cuyas causas varían según las características de
cada lugar, región, país o continente. Sin embargo, si echamos una mirada de carácter
general al problema, se pueden identificar claramente algunas causas estructurales. Lee con
atención la siguiente lista con 7 de ellas:

 Corrupción

Los sistemas de gobernanza, además de ser en muchos casos ineficaces, tienen altísimos
índices de corrupción y opacidad. No saber en qué se invierte el gasto público ni los
mecanismos de contratación y gestión contribuye a que el dinero público acabe en manos
de unos pocos grupos. Y esto, a su vez, es una causa directa de la pobreza y la desigualdad
social: lo que en principio estaba destinado a mejorar la calidad de vida de las personas, ha
acabado en manos de terceros. Cuanta más corrupción, más desigualdad social.

 Sistemas fiscales inequitativos

La desigualdad social se aprecia a través de las contribuciones de los grupos que


conforman una comunidad. Lo lógico sería pensar que los que tienen capitales más grandes
sean los que más aportes realicen a los sistemas tributarios o de tipo fiscal. Pues no siempre
es así, lo cual permite que las clases más favorecidas aumenten sus beneficios y los grupos
sociales marginados lo tengan más difícil para ascender en la escala social.

 Privatización de servicios públicos

En muchos países del mundo, la privatización de servicios públicos ha pasado de ser una
opción de gestión a convertirse en un obstáculo para el cumplimiento de derechos
fundamentales de la población. Hablamos del agua, la energía, la salud o la educación,
entre otros. En los casos más extremos, la privatización es un sinónimo de exclusión y
marginación de ciertos colectivos.

 Distribución injusta de la inversión y el gasto público

Casi todos los casos de desigualdad social que apreciamos se originan en una injusta
inversión del gasto público, es decir, de los fondos comunes en cualquier sociedad. En
muchos lugares del mundo, los grupos sociales que más tienen se erigen en el derecho de
acaparar el grueso de los recursos que, en realidad, pertenecen a toda la ciudadanía; de esta
manera la brecha social se ensancha.

 Acceso desigual al conocimiento

El conocimiento, la información y las nuevas tecnologías son elementos vitales para el


desarrollo de cualquier sociedad. Pero si estos están en manos de unos pocos grupos, que
además los usan a su antojo y según sus beneficios, la labor inicial que deberían tener acaba
tergiversada. Esto también supone la difusión de imágenes e ideas que no se corresponden
con la realidad, lo cual genera sociedades desinformadas y que muchas veces toman
decisiones en contra de sus propios intereses. En estos casos es cuando queda clara la
importancia del control y la restricción del conocimiento.

 Marginación de espacios públicos de incidencia

Otra forma de desigualdad social, aunque quizá más sutil que las anteriores, se aprecia
cuando las instituciones, entidades y organismos públicos se revelan bajo el dominio de
unos pocos grupos. Cuando esto pasa, la intención de dichos grupos es excluir al resto de
las personas para que no puedan acceder al Estado como tal y, por tanto, no participen
activamente de las decisiones que a todos les incumben. Las sociedades que no confían en
sus organismos públicos son casi siempre las más desiguales; la falta de interés y la
desafección por los asuntos públicos constituyen otra fuente directa de desigualdad social.

 Guerras y conflictos armados

Por lo general, la guerra no solo es una manifestación de la falta de convivencia, tolerancia


y respeto por los distintos grupos sociales que interactúan dentro de un mismo espacio.
También se usa como un método para reforzar el poderío de ciertos grupos sociales sobre
otros, bien sea por razones religiosas, culturales, ideológicas, étnicas, raciales o de origen.
Quienes ganan las guerras, además, son casi siempre los que se apoderan del derecho de
acceder a los recursos y las fuentes de ingresos que en principio tienen una naturaleza
común.

A la hora de examinar las consecuencias de la desigualdad social, es preciso afirmar que


esta no solo se traduce en la inequidad de ingresos y rentas, sino también en otros factores.
Veamos algunos de ellos:
Inmigración y desplazamiento forzoso. La marginación y la exclusión son dos de las
principales razones para que las personas decidan dejar sus hogares e ir en busca de una
vida mejor. De ahí los altos flujos migratorios hacia las zonas del mundo más
desarrolladas, por ejemplo, Europa o Estados Unidos. Cuando el principal motivo para
ello son las guerras, se habla de desplazamiento forzoso.

Excluir a determinados grupos sociales genera un incremento en los índices de pobreza.


Al haber menos recursos y oportunidades para ascender en la pirámide social, las
personas desfavorecidas quedan condenadas a ocupar un renglón secundario o terciario
en las sociedades.

Desnutrición y crisis alimentarias. La capacidad adquisitiva limitada se refleja


inmediatamente en los ingresos y, sobre todo, en cuestiones como el tipo de
alimentación. Los contextos marcados por la pobreza son el caldo de cultivo idóneo
para problemas como la desnutrición y, en los casos más agudos, las crisis alimentarias.
No es extraño, pues, que los países más pobres del mundo sean los últimos en las listas
de bienestar alimentario.

Uno de los derechos fundamentales que se ve afectado en contextos de desigualdad


social es la educación, algo que a su vez genera un tipo de sociedad con menor acceso
al conocimiento y menos consciente del rol de sus ciudadanos. La educación es un
sinónimo directo de oportunidades, desarrollo, emprendimiento y herramientas de
superación.

 Invertir en cooperación y desarrollo

Poner en marcha proyectos de cooperación y ayuda al desarrollo es una de las vías


para reducir la desigualdad.

Los países más desarrollados deberían destinar más recursos o abrir nuevos canales
para las donaciones y contribuciones, e implicarse de lleno en el diseño de
iniciativas de este tipo, destinadas a los países o regiones con mayores necesidades
sociales.

 Garantizar la protección de las personas civiles en emergencias


humanitarias

Los conflictos bélicos son una causa directa de las migraciones forzosas en el mundo.

Para mitigar los efectos de esta situación, los países desarrollados pueden acoger y
atender a las personas refugiadas o desplazadas. Por ejemplo, el reasentamiento es una
de las herramientas para garantizar una vía segura y legal a la población que se ve
obligada a huir de su país y refugiarse en un país vecino, y evita que estas personas se
encuentren en una situación aún más vulnerable.
 Mejorar el acceso a los recursos públicos básicos

No solo existe una desigualdad a nivel económico. También existe una desigualdad en
el acceso a los servicios básicos. Un ejemplo lo encontramos en Ecuador, donde Oxfam
Intermón ha estado trabajando para fortalecer la producción y capacidad de
autosubsistencia de las familias campesinas. La gran disparidad en la propiedad de la
tierra afecta al acceso al agua de riego de estas personas.

Por otro lado, nos encontramos que la apropiación de los recursos naturales por parte de
potencias de otros países o su privatización imposibilita que muchas personas puedan
llevar una vida digna. Es función de los gobiernos promover un acceso igualitario a los
recursos básicos así como garantizar su calidad.

 Reducir las brechas salariales

La disparidad de sueldos entre las personas trabajadoras es una de las fuentes


directas de pobreza y marginación social.

Anteriormente te hemos mencionado que existe una brecha salarial de género y una
brecha salarial entre las personas trabajadoras y las personas que ocupan altos
cargos o son empresarias. Esta brecha salarial se traduce por ejemplo, en pensiones
desiguales.

Enfrentarse a la desigualdad social no es algo sencillo. Pero no es una tarea


imposible. Tú también puedes colaborar. El primer paso es adquirir conciencia y
trabajar para construir un mundo más justo y equitativo. ¡El cambio ya está más
cerca!

Actividad en el cuaderno

Responde:

 Desigualdad social: de qué hablamos exactamente


o 1.1 Definición de desigualdad social
o 1.2 ¿Cómo se manifiesta?
o 1.3 ¿Qué implica?
 ¿Siempre ha existido la desigualdad social?

Los derechos fundamentales no bastan para eliminar la desigualdad

 ¿Cuáles son las principales causas de la desigualdad social?

 Desigualdad social: consecuencias para el futuro

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