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Año: 2017
1
Autoridades Ucasal
Delegación Corrientes
2
Agradecimientos
3
Dedicatoria
4
Resumen
5
Estos resultados indican que las HHSS actúan como fortalezas personales y se
constituyen como un recurso preventivo del comportamiento disruptivo favoreciendo la
adaptación, la aceptación de los pares y adultos, el autocontrol entre otros recursos
salugénicos.
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Abstract
From the point of view of Cognitive Psychology were considered the concepts of
Social Skills and disruptive behaviour. From Positive Psychology point of view was
defined the concept of personal strength, as an equivalent of SS that favours socio-moral
behaviour and virtues, acting as a salutogenic resource on disruptive behaviour.
The test was done from 60, five years-old preschoolers from different private
kindergartens in the city of Resistencia. Their parents completed the SS Scale for five
years-old (Lacunza, 2005) and a socio-environmental survey; teachers filled up the
Behavioural Scale for preschoolers (Muchiut et al, 2014) and the field researcher
completed the Observation Register Form of Social Skills (Lacunza, 2009). The datum
was statistically analyzed by computer program SPSS, employing descriptive,
correlational studies, graphics and percentages.
These results indicate that SS act as personal strengths and are constituted as a
preventive resource of disruptive behaviour favouring adaptation, acceptance of peers
and adults, self-control, between other salutogenic resources.
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KEY WORDS: Social Skills – Disruptive Behaviour – Personal Strengths –
Children- Family.
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Índice General
Introducción…………………………………………………………………...………12
Capítulo I
Capítulo II
2. Metodología
2.1. Problemas………………………………………………………………..…...25
2.2. Objetivos………………………………………………………………….…..25
2.4. Alcances……………………………………………………………………...26
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2.9. Tipo de fuente……………………………..……………………………….…29
Capítulo III
3. Análisis y Resultados…………………………………………………….……..34
10
3.2.3.4. El ambiente social de niños con CD………………………………...…….…57
Capítulo IV
4. Conclusiones………………………………………………………...…………..72
4.1.Sugerencias………………………………………………………..…………...75
Referencias Bibliográficas……………………………………………………….77
Anexos
Índice de Gráficos
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Introducción
12
Introducción
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Es necesario destacar que la presente investigación es parte del proyecto “HHSS en
preescolares”, que se enmarca en el programa de investigación de CERNNEA, sede en
Resistencia, Chaco, República Argentina, bajo la dirección del Lic. Álvaro Muchiut, e
incluye varias investigaciones y tesis sobre la temática.
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Capítulo II
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1.1. Estado del arte
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competencia académica y bajo nivel socioeconómico. Los problemas de conducta
fueron menos frecuentes en niños que tienen HHSS más elevadas.
Una investigación similar pero con resultados contrarios, se llevó a cabo en San
Miguel de Tucumán, Argentina en el nivel pre-escolar por Lacunza y Contini de
González (2009). Ambas, aplicaron una Escala de HHSS (Lacunza, 2005) a los padres
y una encuesta sociodemográfica a una población de 3 a 5 años en situación de pobreza.
Los resultados no arrojaron diferencias estadísticas significativas según los niveles de
pobreza y el sexo de los niños. Destacando que los preescolares, a pesar de su contexto
sociodemográfico desfavorable, presentan una serie de HHSS positivas a las cuales
consideraron como recurso salugénico.
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Y considerando como segunda hipótesis que potenciando fortalezas personales se podrá
prevenir el CD desde temprana edad. Pero además, teniendo como expectativa que ésta
investigación servirá para crear en el futuro, programas de Intervención para el
desarrollo de HHSS y fortalezas personales en preescolares de éste contexto.
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Entre las características citadas en los trabajos sobre HHSS se destacan las
siguientes (Monjas, 1992 y Caballo, 1993, citado en Caballo- Escribano y Verdugo-
Alonso, 2005)
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a) un conjunto de comportamientos que el alumno realiza
deliberadamente en presencia de sus compañeros para
interrumpir la intervención del profesor o dificultar su inicio.
(…). b) esas conductas que tienen alta probabilidad de ser
interpretadas por los docentes como un ataque personal o
profesional y afectar los procesos cognitivos, fisiológicos o
conductuales, desembocando en un conflicto entre el alumno y
el profesor que es observado por el resto de los compañeros. c)
En esta situación de conflicto el alumno disruptivo puede:
recibir la atención de todos los presentes por su conducta
inadecuada, desarrollar prestigio como líder negativo,
incrementar su sentimiento y capacidad de dominio en el aula o
servir como modelo a sus compañeros. (Tuvilla, 2005, citado en
Calvo Rodriguez, 2010, p.4).
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Por este motivo, es conveniente detectar los déficit de HHSS, y tomar medidas para
corregirlos desde temprana edad, ya que en el futuro podrían derivar en estados más
graves de psicopatología como Trastorno Disocial, Trastorno de Inatención,
Impulsividad e Hiperactividad (IIH), Trastorno Negativista Desafiante (TND),
Trastorno Disocial o de Conducta (TD) y Trastorno Predisocial, clasificados según el
DSM-V y la CIE-10.
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como saber comportarse en situaciones sociales. Sus principales dimensiones son las
necesidades e intereses sociales, el conocimiento social y las HHSS (kihlstrom &
Cantor, 2000, citado por Lacunza, 2009).
Según Peterson y Seligmam (citados por Arguis Rey y cols., 2012) la virtud
humanidad está vinculada a la interacción social que implica cuidar, ofrecer amistad y
cariño a los demás. Las fortalezas vinculadas a ella son la bondad, el amor, la
inteligencia social, necesarios en la interacción social y en el desarrollo de las HHSS.
23
Capítulo II
Capítulo III
24
2. Metodología
2.2. Objetivos
Objetivos generales:
Objetivos específicos:
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recomendaciones específicas. Sin embargo en el proceso de análisis de datos, al trabajar
el segundo objetivo de la investigación, se optó por un enfoque mixto, realizando
análisis y vinculación de datos cuantitativos y cualitativos con el fin de responder al
problema de la investigación. (Hernández Sampieri y cols., 2006).
2.4. Alcances
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éstos se les envió la Encuesta socioambiental y la Escala de HHSS, los docentes
completaron la Escala comportamental y establecieron un tiempo en donde el
investigador pudo acceder a las aulas y patios con la Hoja de Registro de HHSS y
observar al niño durante cinco minutos en horarios de juego libre.
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con tres opciones de respuesta y evalúa si el puntaje de HHSS es alto o bajo. Fue
validada en San Miguel de Tucumán, en contextos de pobreza (Lacunza, 2007, Lacunza
y Contini, 2009).
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De acuerdo con Tuvilla, los niños con CD dirigen su violencia hacia los fines
educativos provocando interrupciones al docente y demoras en el inicio de clases
sirviendo como modelo de líder negativo para sus compañeros durante el proceso de
enseñanza aprendizaje. Los problemas de comportamientos contemplados en la Escala
Comportametal de Muchit que muestran conductas de interrupciones, inquietud,
deambulación, falta de respeto a turnos y filas, dificultades para compartir y colaborar,
impaciencia, llantos y rabietas frente a llamados de atención, distracción, pérdida de
pertenencias, trabajo individual, desafíos a la autoridad, transgresión a las normas
escolares entre otras pueden dificultar el proceso de enseñanza aprendizaje y son
considerados CD sin agresión. Sin embargo, en ésta investigación, algunos casos
evaluados por encima del percentil 75, presentaron CD en comorbilidad con
comportamientos de agresión, presentando violencia contra los fines educativos y
agresión dirigida hacia las personas.
a. Comportamientos no interactivos.
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2.10. Momento de Recolección de datos: Cronograma
Meses Acciones
1a4 Entrevistas con autoridades de jardines y presentación de solicitudes de
permiso
4 a 11 Administración y Recolección de datos a través de Encuestas Socio-
ambiental y de Escala de HHSS para padres.
4 a 11 Administración y Recolección de datos de Escala Comportamental para
preescolares de 5 años por el docente y Hoja de registro de Observación de
HHSS.
12- 20 Procesamiento de los datos, análisis y correcciones.
2. Vista de los datos: matriz de datos. La cual contiene los comandos para operar en
la parte superior. (Sampieri et al., 2006)
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padres, la cantidad de horas expuestos a la TV y la computadora y la
cantidad de libros comprados en el último año.
Pruebas t para muestras independientes; contrastan la igualdad de
medias para dos muestras independientes. En éste trabajo se contrastaron
los resultados de HHSS según sexo, según niños que tenían familia nuclear
o monoparental, familia nuclear o extensa, con o sin hermanos, nivel
académico de los padres, independencia laboral de sus padres, con un
ingreso o doble ingreso económico.
Pruebas correlacionales bivariadas, con el fin de establecer
relación entre HHSS y Comportamiento disruptivo.
Graphos: diagramas de dispersión. (Sampieri et al., 2006).
Frente al trabajo de campo, la tesista tuvo ciertos temores de que los directivos y
docentes no aceptaran realizar la investigación por tener que acceder el investigador 5
minutos a observar en el tiempo de juego libre. Sin embargo al comenzar la
investigación los temores se fueron diluyendo por la apertura de directivos y docentes
para el trabajo. En cambio, en casi todas las instituciones en donde los directivos y
docentes aceptaron hacer la investigación, la negativa de prestar colaboración vino de
parte de los padres, lo que provocó demoras en el trabajo, ansiedad y frustración al no
poder concluir con los plazos previstos para culminar el trabajo de campo. Ante el
obstáculo que presentaron los padres al negarse a responder la Encuesta y la Escala de
HHSS, se debió recurrir a otras instituciones educativas privadas que no habían sido
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consideradas al principio de la investigación. No obstante, se hallaron instituciones
donde los padres accedieron con buena predisposición, colaborando con el trabajo y de
esta forma se pudo concluir satisfactoriamente con los objetivos de la investigación.
32
Capítulo III
33
3. Análisis y Resultados
En primer lugar, se utilizó la prueba ANOVA, pos hoc tukey por el factor HHSS
para determinar si en los niños de 5 años existen HHSS más desarrolladas que otras que
reflejen diferencias estadísticamente significativa.
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El primer objetivo fue describir las HHSS en niños de 5 años de jardines privados de
Resistencia, Chaco, provenientes de NSE alto o más favorecidos que los estudiados por
Lacunza (2009) en Tucumán.
Se aplicó la prueba de Anova, por el factor HHSS, para determinar la existencia de
diferencia en el desarrollo cada uno de los 16 ítems de las HHSS, según las
puntuaciones obtenidas por los niños de cinco años de los jardines privados en la Escala
de HHSS (Lacunza, 2009). Se comprobó que existe diferencia estadísticamente
significativa entre las puntuaciones de las 16 HHSS detalladas en la escala (F =7,42 p
<0,000) rechazándose la hipótesis nula. Luego se aplicó Post hoc tukey, para constatar
cuáles son las HHSS más desarrolladas. De esta manera se confirmó que los niños de 5
años, se destacan por tener mayor HHSS para ser amables con adultos conocidos,
mantener una conversación sencilla con los adultos, sonreír y responder a otras
personas cuando es oportuno, participar activamente en actividades y conversaciones
con otros niños, saludar y despedirse de personas de un lugar conocido, ayudar a un
amigo cuando está en dificultad, ayudar en actividades y juegos, entre otras. Por otro
lado, se observa menor desarrollo, en HHSS como suele acercarse primero a niños que
no conoce (P<0.000) y se presenta espontáneamente a otros niños y adultos (P
<0.000).
En los niños de 5 años de Resistencia, se observa en primer lugar, predominancia
en el desarrollo de HHSS vinculadas al diálogo con los adultos y pares y en segundo
lugar, conductas prosociales con los pares. Los resultados presentan una similitud con
las investigaciones en NSE bajo de Tucumán, en donde entre el 65% y el 80%
frecuentemente mostraron mayores HHSS para mencionar halagos para sus padres y
adultos conocidos, ser amables con adultos conocidos, sonreír y responder a otras
personas cuando era oportuno. Cerca del 60% frecuentemente mostró conductas
prosociales como ayudar a sus pares en actividades y juegos, hacer favores y ayudar a
un amigo en dificultades, iniciar una conversación simple con otros niños. El 50% no
desarrollaron HHSS de iniciativa, nunca solían presentarse espontáneamente a otros
niños y adultos ni ser uno de los primeros en acercarse otros niños desconocidos
(Lacunza & Contini , 2009; Lacunza, 2009).
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estrechamente vinculada a la interacción que el niño establece con su grupo primario y
las figuras de apego. Esto permite la internalización de experiencias vinculares
afectivas entre el niño y su cuidador y da lugar a comportamientos sociales con otros
adultos y pares más tarde. El apego cumple una función adaptativa para el niño, los
padres y el grupo familiar. Por un lado, favorece la supervivencia y proximidad de los
niños con sus progenitores o cuidadores; y por otro lado, brinda seguridad emocional.
El niño aprende de ésta manera, a sentirse seguro, aceptado incondicionalmente,
protegido y con los recursos emocionales y sociales necesarios para su bienestar y para
lograr una interacción exitosa con los pares.
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Las puntuaciones bajas en HHSS que requieren iniciativa del niño para acercarse a
otros y presentarse espontáneamente pueden explicarse por estar atravesando la etapa de
transición. Según Gottman (1983) citado por Lacunza y Contini (2009), entre los 3 y 5
años el niño realiza una transición desde el juego paralelo hacia el juego interactivo y
cooperativo que requiere interacciones más frecuentes y duraderas. El niño es
desafiado a desarrollar habilidades para resolver exitosamente conflictos con pares. El
desarrollo de la habilidad para resolver un problema prepara al niño para hacer nuevas
amistades y para tomar mayores comportamientos de iniciativa.
Con el objeto de contrastar las diferencias entre niños y niñas respecto a cada una
de las variables de HHSS se aplicó la prueba t para muestras independientes, por el
factor género. Se comprobó que en las variables con otros niños muestra conductas de
cortesía utilizando frases como “por favor”, “gracias”, “perdón”, (T= -2,43 p<0.05),
menciona halagos para sus padres u otros adultos conocidos (T=-2,32 p< 0,05) y puede
mantener una conversación sencilla con un adulto (t=-2,06 p <0.05) se encontraron
diferencias estadísticamente significativas. En efecto, en todos los casos la media de las
niñas resultó significativamente más alta que la de los niños.
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destacaban por mejor desempeño en saludo, adaptación al juego de otros niños, halagar
a los padres, tomar la iniciativa para vincularse con los pares conocidos,
comportamientos cooperativos, expresión de sentimientos positivos en sus interacciones
con adultos entre otros. En Córdoba, Reyna y Brussino (2015) estudiaron las
diferencias de edad (3, 5 y 7 años) y género en comportamiento social, temperamento y
regulación emocional en niños argentinos y confirmaron que las niñas de 5 y 7 años
presentaron mayor repertorio de habilidades sociales que sus pares varones. En
cambio, en edades de 3 años no hay diferencias estadísticamente significativas entre
niñas y niños.
Los resultados obtenidos en los diferentes contextos de Argentina revelan que las
niñas de cinco años suelen exhibir mayor repertorio de HHSS. Si se tiene en cuenta
que las HHSS se caracterizan por ser (…) repertorios de conductas adquiridas a través
del aprendizaje. No rasgos de personalidad (…) y por ser dependientes de la conducta
de las personas que actúan en el contexto (…) (Monjas, 1992 y Caballo, 1993, citado
en Caballo y cols., 2005, p.24), habría que considerar el rol de los agentes
socializadores y los estereotipos de género. En éste sentido, diversas investigaciones
(Abad et al, 2003; Jaramillo, 1999; Moya 1999; & Ready, 2001, en Monjas Casares,
2004), confirman que los agentes socializadores se encargan de educar a los niños para
que se adecuen a los patrones establecidos de femenino o masculino. A las niñas
tradicionalmente se las educaba para ser sumisas, adoptar comportamientos de reserva e
inhibición de las opiniones y deseos, considerar en primer lugar la necesidad del otro,
esperar que el varón tome la iniciativa. En ésta investigación se observan algunos
rasgos expresivos conservados del modelo tradicional sumiso de la mujer, como la
muestra de mayor amabilidad al usar la cortesía y los halagos.
Braz y cols. (2013) realizaron en Brasil dos estudios sobre las HHSS
intergeneracionales en las relaciones familiares anciano/ adulto- adulto/adolescentes y
encontraron similitudes en la transmisión intergeneracional de ancianos a padres en 29
de las 38 HHSS evaluadas. Esto demostró que los lazos familiares son muy importantes
para el aprendizaje de HHSS. También en los lazos adulto/ adolescente se demostró el
importante rol de las madres sobre la transmisión de HHSS relacionadas con la empatía
y la asertividad en las hijas adolescentes.
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Monjas Casares (2004) afirma que los padres transmiten los roles de género
directamente, por mensajes y enseñando el modo de actuar con refuerzos y castigos;
indirectamente, a través de las experiencias que ofrecen al niño como la elección de
juguetes, o por sus creencias y diferentes expectativas en relación a los roles de género
corrigen a la niña si está en problemas y dan mayor libertad al niño. También los niños
aprenden roles imitando de sus padres. Monjas Casares (citado por Lacunza, 2009)
afirma que aproximadamente a los cinco años, los niños y niñas comienzan a adquirir
estereotipos de roles de género rígidos e inflexibles debido a sus características
cognitivas. Los mismos están relacionados con características físicas, ocupaciones y
actividades. Esto se ve reflejado en la elección de juegos y juguetes y en la preferencia
por relacionarse con los de su mismo sexo.
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Los resultados indican que los hijos de familias nucleares tienen mayor repertorio
de HHSS para expresarse oportunamente con más alegría y palabras de halagos a los
adultos, utilizando mayor afecto y empatía. Esto puede ocurrir debido a que la presencia
de ambos padres en el hogar, crea un sentimiento de bienestar y seguridad, permitiendo
al niño recibir afecto y corrección de ambos progenitores. Al estar con ambos padres
aumentan las oportunidades de modelado, observación, corrección favoreciendo la
transmisión de HHSS. En cambio los hijos de familias monoparentales, mostraron
menor repertorio de HHSS, destacándose en habilidades prosociales de ayuda y en
interacción con el adulto, lo cual puede estar relacionado a que al ser el niño la única
persona presente en el hogar, la madre mantenga una conversación asimétrica más
fluida haciendo su descarga y compartiendo sus alegrías y problemas. Es posible que
debido a que su progenitor trabaje fuera del hogar se vea obligado a delegar el cuidado
del niño en otra persona. Asimismo, la madre al regresar de su trabajo agotada y
estresada y no tener otra persona que colabore en el hogar, delegue al niño mayor
responsabilidad en la tarea de ayudar en las actividades hogareñas.
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Sin embargo, Rangel Cueto (2015) en Lima, estudió la relación entre dinámica
familiar y competencia social del niño preescolar de 3 a 5 años, comprobó al analizar
cinco estructuras familiares: familia nuclear completa e incompleta, reconstruida,
pareja visitante y mixta, que no existe diferencias significativas en las HHSS entre
niños pertenecientes a diferentes estructuras familiares.
Con el fin de contrastar las diferencias entre familias cuyos hijos en edad prescolar
tienen hermanos y las que tienen hijo único, respecto a cada una de las variables de
HHSS se aplicó la prueba t, por el factor hijo único. Se comprobó que no existe
diferencia significativa en el desarrollo de las HHSS entre hijos únicos y los que tienen
hermanos lo que podría deberse a que los niños adquieren el comportamiento social en
primer lugar por la interacción que mantienen con los padres y esto les permite luego
relacionarse con otros pares. Esto concuerda con la investigación de Rangel Cueto
(2015) en preescolares de 3 a 5 años de Lima, en donde se estudió la relación entre
dinámica familiar y competencia social y se comprobó que no había diferencias en el
nivel de competencia de interacción social entre niños con hermanos y niños sin
hermanos ya que los hijos únicos, desarrollan mayor o menor competencia de acuerdo
al estilo de interacciones mantenidas con los padres y posteriormente con compañeros.
Esto difiere con la investigación de Riggio (en Rangel Cueto, 2015) en donde afirmó
que los niños sin hermanos son individualistas, egoístas, tienen pocos amigos y tienen
pocas HHSS en comparación con los que fueron criados con otros niños, quienes tienen
mayor HHSS para compartir, ser más sociables y mantener vínculos familiares más
estrechos.
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influyen en el refuerzo de HHSS para hacerse amigos con los pares y las madres
facilitan el desarrollo de HHSS en la interacción social y conversacional en sus hijos.
Para contrastar las diferencias en HHSS entre familias con un ingreso y familias
con doble ingreso, se aplicó la prueba t, por el factor ingresos y no se halló diferencias
estadísticamente significativas entre los hijos de padres que perciben un solo ingreso y
dos ingresos o más ingresos. Respecto al NSE se observó la variable planes y ninguna
de las familias estaba ligada a planes sociales.
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3.2. Comportamiento disruptivo.
En primer lugar, se describe los casos que presentan CD, de acuerdo al criterio
señalado en el apartado metodológico, utilizando los cuatro instrumentos.
Se describen las características personales de los niños con CD, según las cuatro
subescalas de la Escala Comportamental Muchiut, 2014. Se diferencia CD con y sin
agresión y el CD según género.
Se describe el trabajo que realizan los docentes en los centros educativos para
trabajar con los niños que tienen CD.
Se presentan características del contexto familiar de los niños con CD a partir de los
datos de las encuestas socioambiental.
3.2.2.1. Caso 1
Una sola niña puede considerarse con CD. Obtuvo P.76 en la Escala
Comportamental total. En la sub escala comportamental se ubicó en P. 89,
presentando frecuentemente interrupciones a los demás y comportamientos de hablar
demasiado y algunas veces dificultad para permanecer quieta, sentada y
comportamientos de deambular por la sala.
En la sub escala lúdica, se ubica en P.86, algunas veces le cuesta más que a sus
compañeros compartir los juguetes y colaborar con el orden del salón.
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Según la Escala de HHSS, desde el punto de vista parental la niña obtuvo un PB de
31. Presenta frecuentemente HHSS más desarrolladas para ser una de las primeras en
acercarse a niños que no conoce, presentarse espontáneamente a otros niños y adultos
y ser amable con adultos conocidos. Es hija única de una familia nuclear. Sus padres
son estudiantes. El padre tiene un trabajo de operador en relación de dependencia y la
madre desempeña trabajo de cosmetóloga independiente. Su vivienda es prestada. La
niña está expuesta a la TV 4 hs diarias y 1 hora de computadora. En el último año
compraron entre 1 y 5 libros. Nunca colaboran con la institución.
3.2.2.2. Caso 2
44
algunas veces parece no escuchar cuando le hablan y aunque termina rápido las
consignas, se saltea pasos.
3.2.2.3. Caso 3
45
situaciones. En subescala lúdica se ubica en P. 81 manifestando algunas veces juegos
solitarios, dificultades para compartir juguetes, en juegos al aire libre deambula sin
objetivo. En subescala comportamental se ubica en P.60 presentando algunas veces
comportamientos inquietos, dificultad para permanecer sentado y para respetar turnos y
filas. En subescala de aprendizaje obtuvo P.57, algunas veces inicia pero no culmina
actividades, le cuesta comprender y retener consignas, se distrae fácilmente, pierde
pertenencias, trabaja mejor individualmente.
Pertenece a una familia nuclear, con un hermano. Ambos padres presentan estudios
superiores universitarios completos de contadores y se desempeñan en su profesión de
modo independiente. Tienen vivienda propia. Compraron entre 11 y 15 libros en el
último año. Nunca colaboran con la institución escolar. El niño está expuesto a 4 hs de
Tv y 1 hora de computadora diariamente.
46
3.2.2.4. Caso 4
El caso 4 Desde la perspectiva parental fue calificado con muy bajas HHSS de
interacción, prosociales y de iniciación. El investigador lo observó en conductas
agresivas de iniciación física y verbal con los pares. Desde la perspectiva del docente
47
fue calificado con percentil mayor a 75 en las cuatro subescalas, apareciendo CD en
jugar y compartir, seguido por lo comportamental/ inquietud y transgresión a normas;
en el aprendizaje/ le cuesta atender, retener y terminar las tareas; y en lo emocional,
irritación, agresión, grito y llanto angustia ante diferentes situaciones, desafíos a la
autoridad y conducta temeraria. Su comportamiento podría estar mostrando una
conjugación de factores personales y factores familiares o contextuales que propician el
CD.
4.2.2.5. Caso 5
48
Para concluir, el caso 5, desde la perspectiva de la madre, tiene dificultades para
HHSS de tomar la iniciativa con desconocidos, es capaz de mantener escasa interacción
social con los adultos y pares y tiene algunas habilidades prosociales de ayudar. Desde
el punto de vista del docente, aparece CD en las cuatro subescalas comportamental/
inquietud, y transgresión a normas; seguidas por dificultades en juegos con otros,
compartir y ayudar; en el aprendizaje/dificultades para concentrarse, ritmo variable de
trabajo; y en lo emocional/ desafíos, irritación y agresión. Desde el punto de vista del
investigador, fue observado con conductas de iniciativa agresiva en un grupo de pares.
Hay evidencia de falta de control parental frente al tiempo de exposición a los medios
de comunicación, como también al compartir vivienda en familia extensa puede estar en
situaciones conflictivas, falta de límites o contradicción de los mismos.
49
junto a las Universidades Nacionales donde el 12% de los niños registraban algún tipo
de problemas de comportamientos sociales mientras que el 16% tenía
específicamente comportamientos vinculados a la agresividad. La predominancia de
comportamientos antisociales y agresivos estaba en niveles socioeconómicos más
bajos. (Ministerio de Salud de la Nación, 2007, citado por Lacunza 2009). En ésta
investigación, los sectores de NSE más favorecidos, obtuvieron bajos porcentajes en
CD, en comparación con las investigaciones anteriores en Argentina. Los resultados
coinciden con Bandeira y cols. (2006) en Brasil en población primaria de 1º a 4º grado,
en donde los mayores problemas de conducta se produjeron en quienes tenían pobre
competencia académica y bajo nivel socioeconómico. Por lo que se puede afirmar que
los NSE bajo potencian mayor presencia de CD, mientras que los NSE medios y altos
tienen menos problemas de CD.
Todos los niños con CD, desde el punto de vista del investigador y del docente
demostraron un fuerte liderazgo marcado por comportamientos de iniciativa, lo que
indica que el docente lo vea como un alumno desafiante a la autoridad y a las normas,
un líder negativo que atenta contra los fines educativos dentro del aula provocando
interrupciones con rabietas, llantos, palabras, correteos, desobediencia a las normas
establecidas con las que consigue captar la atención del grupo, interrumpiendo el
50
desarrollo normal de la clase. En el 80% de los casos los niños fueron observados por el
investigador en un rol protagónico en un grupo de niños y en el 20% con el docente.
Según Monjas Casares (2004) la perspectiva del investigador y del docente suelen
coincidir porque realizan la observación de los comportamientos en el mismo lugar y
puede no concordar con la perspectiva parental.
Dentro del CD se diferenció CD con agresión y sin agresión. Tres niños (60%)
tuvieron CD sin agresión manifestando conductas emocionales de llanto ante diferentes
situaciones que podrían se indicadores de dificultades para posicionarse dentro del
grupo, resolver problemas y baja tolerancia a la frustración, dificultades para regular la
rabia manifestando llantos y rabietas frente a llamados de atención, gritos y llantos
aparentemente sin motivos además de presentar indisciplina, desafíos a la autoridad y a
las normas, interrupciones y demoras. Dos de los casos (40%), además del CD
caracterizado por desafíos, transgresiones e indisciplina, presentaron conductas de
agresión física y verbal con un grupo de niños. Para Moreno (2006) citado en López
Hernández (2014) las características de los CD entre los 2 y los 6 años suelen incluir
rabietas, que van reduciéndose hasta hacerse nulas después de los 4 años, conductas
vengativas por situaciones de frustración que suelen aumentar a partir de los 3 años de
edad. La agresividad puede mostrarse como agresividad hostil, cuyo fin es causar
daño o lastimar a la víctima a nivel físico, verbal, destruyendo sus bienes o no
permitiendo disfrutar de ellos y la agresividad instrumental, donde el objetivo es
causar daño a otro para conseguir una meta. En niños pequeños se observa un
predominio de agresividad instrumental dirigida a arrebatar juguetes a otros, pero
en niños mayores empieza a predominar la agresividad de tipo hostil, manifestada a
través de comportamientos disruptivos físicos y evolucionando con un mayor
predominio en agresiones de tipo verbal, como hacer burlas, insultar, poner motes, hacer
rabiar. Las conductas observadas por el investigador durante el juego libre en el 50%
de los niños que presentaron CD agresivo, mostraron un predominio de agresividad
instrumental marcado por palabras agresivas, gritos, empujones, forcejeo por juguetes y
competencia por ocupar el mismo lugar en los rincones de juegos o tener el mismo
juguete.
51
La niña, caso 1, demostró CD en sub escala comportamental/ hiperactividad y en la
sub escala lúdica/ dificultades para compartir y colaborar. Se observaron marcadas
HHSS de iniciativa y de apego e interacción con adultos y los pares sin agresividad. Los
resultados de ésta investigación concuerdan con Lacunza (2009) en Tucumán en donde
las niñas puntuaron más bajo que sus pares varones en agresión física y verbal y en
comportamientos de transgresión. Su conducta denota un rasgo más expresivo para las
manifestaciones verbales y afectivas (Monjas Casares, 2004). No se observa CD de
agresión física o verbal, sin embargo en escala comportamental se observa transgresión
a las normas de permanecer en silencio, presentando interrupciones verbales en clase.
Según Berk, (1999) y Moya, (1999) citado en Monjas Casares (2004), los agentes
socializadores, tradicionalmente educaban a los niños para que se adapten a los
patrones establecidos de lo que se consideraba femenino y masculino. A los varones se
les inculcaba el comportamiento competitivo y agresivo y la defensa de sus derechos, la
iniciativa en las relaciones con el sexo opuesto, a ser duro y confiado en sí mismo, a ser
activos, líderes, amante del peligro; en cambio a las niñas se las educaba para la
sumisión, pasividad y amabilidad, para comportamientos emocionales vinculados al
llanto, buscar comprender al otro. En ésta investigación algunos rasgos emocionales
relacionados con el llanto que están más asociados tradicionalmente a la mujer no
aparecen en la niña pero sí en el 50% de varones con CD sin agresión. El otro 50% de
los varones tiene dominancia en CD de indisciplina, desafíos a la autoridad y a las
normas pero además tienen conductas de agresividad o violencia física y verbal, lo que
parece estar más en concordancia con el modelo de educación tradicional. Ambos
géneros presentan comportamientos de iniciativa por lo que podrían ser juzgados como
líderes negativos dentro del aula.
52
calificación de frecuentemente y algunas veces en ítems donde la transgresión se en
respetar turnos, filas, normas y reglas de convivencia e interrupciones por levantarse y
corretear o por hablar demasiado, en el caso de la niña la transgresión se daba por
interrupciones verbales en las clases. Esto tiene similitud con los resultados obtenidos
por Lacunza (2009) quien observó mediante la escala de Ison y Soria (1997) que los
varones presentaban mayores conductas disfuncionales en las dimensiones de agresión
física y o verbal y en trasgresión que sus pares mujeres.
53
Resistencia y afirmó que los docentes desconocen las habilidades sociales como tal y las
trabajan como “hábitos” o “buena conducta”. Mediante observaciones y
planificaciones áulicas constató que realizan algunas actividades para fomentar las
HHSS. También destacó que en los Núcleos de Aprendizajes Prioritarios-NAP (2013
p.15) que actúan como estructurantes de la tarea docente para el Nivel Inicial en todo el
territorio argentino existen implícitamente algunos postulados para trabajar las HHSS
pero aún no existe una clara definición del concepto:
-La puesta en práctica de actitudes que reflejen valores solidarios. (NAP, 2013
p.15).
54
3.2.3.3. El contexto familiar de niños con CD
Aunque Assis y cols. (2009) y Díaz Ramos y cols. (2016) afirman que en las
familias nucleares hay disminución de problemas de comportamiento y mejor
interacción social, este estudio revela que los CD están presentes en diferentes
estructuras familiares.
55
con pares y adultos, la independencia para tomar decisiones y solucionar conflictos.
Concluyeron que los padres que expresan cariño y aceptación favorecen la interacción
social del niño con los pares y tienen hijos más independientes en el contexto social. En
cambio, los padres que usan un estilo educativo autoritario, son los que suelen tener
altos índices de conflicto, expresiones negativas de afecto y rechazo, castigos corporales
o amenazas verbales continuos, tienen hijos con mayores problemas de conducta,
agresividad en el hogar y en la escuela, baja cooperación social (Erath y Bierman, 2006
& Pichardo Martinez y cols., 2009). Por el contrario, los padres con un estilo educativo
laxo e inconsistente al momento de aplicar sanciones, al establecer normas, sumisos
ante las coacciones de sus hijos, favorecen en sus hijos desordenes conductuales, bajo
control de impulsos y de empatía, y dificultad para aceptar en internalizar normas.
(Patterson, 2002, citado por Pichardo Martinez y cols., 2009). Por tanto como menciona
MacCoby (citado por Goñi, 1998 en Rangel Cueto 2015), las formas que usan los
padres para educar, desde la ternura o desde la disciplina, repercuten en la agresividad,
la conducta social, el autoconcepto y la adquisición de la competencia social.
Lacunza y Contini (2009) afirman citando a Dunn (1988, 1994), Kaye (1982),
Schaffer, (1990), que los comportamientos sociales amables Vs. agresivos se aprenden
a lo largo del ciclo vital por el proceso de socialización. Desde el inicio del
amamantamiento se configura un diálogo entre el comportamiento de la madre y el niño
siguiendo un modelo actividad-pausa de la succión que marca el inicio de la interacción
social. Esa experiencia es la base de la interacción primaria. Por un lado, el niño adopta
un comportamiento espontáneo, organizado temporalmente por sus propios mecanismos
endógenos; por otro lado, la madre manifiesta mayor o menor sensibilidad y
disponibilidad para adaptarse a esa periodicidad y a ese modelo. Por investigaciones
longitudinales de Dunn en niños británicos, se sabe que los mismos van conformando
capacidades cognitivas que les permiten experimentar y comprender situaciones
sociales, antes de adquirir el lenguaje. A los dos o tres años de vida, un niño es capaz
de percibirse a sí mismo, a los otros, de adquirir una competencia social, de organizar
el mundo social, de comprender normas y prohibiciones y expresar de sus propios
derechos.
56
rigidez a la permisividad, recompensar, justificar o no sancionar a los hijos cuando
presentan conductas desconsideradas o de falta de respeto, falta de consideración de las
necesidades afectivas de los hijos, distanciamiento del centro escolar y desconsideración
de la tarea educadora.
57
investigador de iniciativa para asumir el liderazgo con el grupo de pares. Sin embargo,
Viguer y Serra (1996) citado en Rangel Cueto (2015), encontraron que familias de
niveles socioeconómico más altos, en comparación a lo brindado por familias de
niveles socieconómicos bajos, proveen a sus niños de 3 a 6 años, un entorno físico más
favorable, mejores materiales de estimulación para el aprendizaje, mayor estimulación
de la madurez social y diversidad de experiencias que favorecen el desarrollo de HHSS.
58
En la sub escala de aprendizaje se halla una correlación negativa y moderada con
las variables de HHSS sonríe y responde a otras personas cuando es oportuno(r= -
0,443 p<0,05), ayuda a otros niños en actividades y juegos (r=-0,353 p<0,05), cuando
abandona un grupo de niños los saluda cordialmente (r=-0,382 p< 0,05), menciona
halagos para padres u otros adultos (r=-0,452 p< 0,05), puede mantener una
conversación sencilla con un adulto (r=-0,452 p< 0,05).
Las CD en el aprendizaje, vinculadas a iniciar tareas sin poder terminar, ya sea por
falta de atención, comprensión, memoria, por saltear pasos, por falta de control
inhibitorio para cumplir normas o por pérdida de pertenencias, están relacionadas con
HHSS que requieren control inhibitorio y atención focalizada para responder en el
tiempo oportuno, practicar conductas prosociales, mantener conversaciones con los
adultos y despedirse. Según Reyna & Brussino (2015), el período preescolar resulta
clave para el control inhibitorio y la atención focalizada; el progreso del control
ejecutivo de la atención como consecuencia de la maduración cerebral y la interacción
con el ambiente favorece el desarrollo de habilidades autorregulatorias más sofisticadas,
como la planificación de la conducta, la inhibición de respuestas inapropiadas y la
focalización y el cambio de la atención.
Existe una relación estrecha entre los CD emocionales, relacionados con los
impulsos, los desafíos a la autoridad, las rabietas, el llanto ante diferentes situaciones y
la agresividad con las HHSS de cortesía, que son las que hacen que el niño se sienta
importante y valore y respete a sus pares, elogiando con agradecimiento y demostración
de simpatía, disculpándose por sus conductas impulsivas, pidiendo por favor para tomar
algo de otro. La cortesía requiere que el prescolar tenga comportamientos de
autoregulación. Según Reyna & Brussino (2015), la regulación emocional es un
conjunto de procesos intrínsecos y extrínsecos que permiten monitorear, evaluar y
modular reacciones emocionales con el fin de lograr metas sociales, comportamentales
y/o emocionales particulares. Los avances en el lenguaje y la cognición mejoran la
habilidad para hablar sobre los sentimientos, evitar conflictos a través de la negociación
y emplear estrategias autorregulatorias con un mayor componente cognitivo.
59
Se observa una correlación negativa y moderada en la sub escala comportamental
y las variables de HHSS ayuda a otros niños en actividades y juegos (r=-0,358 p<0,05)
y cuando abandona un grupo de niños los saluda cordialmente (r=-0,396 p<0,05).
60
intervención se dirige a provocar cambios en su manera de interactuar y
responder al medio externo. Ésta capacidad de aprender descripta por
Feuerstein, Rand & Hoffman, 1979, aludía a la perspectiva del ser humano
como sistema abierto, activo, receptible al cambio y a la modificación…la
posición de este autor sirve para comprender la plasticidad del sujeto para
aprender y desaprender determinados comportamientos sociales. Esta
concepción de modificabilidad del comportamiento ha sido el enfoque sobre
el que se han diseñado programas de intervención con niños y adolescentes
que operan en el campo de la prevención y la promoción” ( Lacunza, 2012,
p. 65).
Los autores más representativos (Caballo, 2005; Gil Rodriguez, león Rubio
& Jarana Expósitos 1995) señalan que las técnicas cognitivo-
comportamentales son las que predominan en los programas de
intervención. Las técnicas más implicadas en estos procesos son: las
Instrucciones (informar sobre la conducta adecuada), el modelado (hacer
demostraciones de la conducta adecuada), el ensayo conductual (práctica
de esas conductas), la retroalimentación y el refuerzo (moldeamiento y
mantenimiento de las conductas exhibidas por el sujeto) y las estrategias
(tareas o actividades concretas, similares a las entrenadas para que el
sujeto las lleve a cabo en situaciones reales) que faciliten la generalización
de las conductas aprendidas (García Saiz &Gil, 1995, citados por Lacunza
2012, p.69) a las que se suman las técnicas vivenciales cuando los
entrenamientos son grupales. Estas técnicas se orientan a diversos
objetivos, pero en su conjunto, apuntan a modificar componentes
comportamentales, cognitivos y fisiológicos, aspectos típicos de los déficit
en las HHSS. (Lacunza 2012, p 69).
61
secuencia en pasos la conducta que se quiere enseñar y se refuerza cada aproximación a
la misma. 4 El contrato de conducta mediante un acuerdo verbal o escrito entre las
partes afectadas (padre/niño/docente). 5 Economía de fichas, es una técnica mixta que
combina el refuerzo positivo y negativo en donde el niño gana fichas por
comportamientos positivos y pierde fichas ganadas anteriormente cuando la conducta no
es la deseada. 6. Aislamiento; se separa al niño del grupo en donde ocurre la conducta
anómala pero en el mismo ambiente. 7. Control estimular, se busca eliminar los
estímulos que generan la conducta problema. 8. Reglas de clases con instrucciones
consensuadas, momentos de repaso de las normas, ignorancia de los que no cumplen las
reglas y alabanza de los que cumplen las normas y las hacen cumplir. 9.
Autoinstrucciones, el niño observa su propio comportamiento, y se propone metas para
cambiarla. Esta propuesta de intervención apunta a realizar un a trabajo de eliminar las
conductas disruptivas adquiridas con anterioridad.
62
particularmente aquellas que posibilitan relaciones mutuamente satisfactorias y
promueven comportamientos prosociales.
63
3.4.1.1 Fortalezas personales cognitivas para cultivar la virtud sabiduría
64
preguntándoles cómo se sienten realizando determinadas tareas, potenciar la
competencia de Aprender a Aprender (Martín & Moreno, 2007). Se buscará potenciar
hábitos de trabajo como sentarse correctamente, relajarse, trabajar con autonomía,
realizar los trabajos con orden y limpieza. Para transmitir éstas fortalezas, es
fundamental el ejemplo del adulto como persona curiosa e inquieta por aprender.
El adulto puede ayudar al niño a pensar qué les gusta y qué no les gusta sobre
determinada cosa o situación, luego deberán decirlo y escuchar las opiniones de los
otros sin herirlos. La actividad finaliza cuando el grupo puede decir cuál es la manera
más adecuada de resolverlo. Por otro lado, se deben plantear situaciones problemáticas
y trazar un plano en seis etapas que ayudará a resolver el “problema”. 1ª.
Reconocimiento del problema y compromiso de solucionarlo (…)2ª. Proponerse la meta
a conseguir (…) 3ª. Buscar ayudas para conseguir la meta (…) 4ª. Analizar las ayudas
para elegir la más adecuada. 5ª. Elección (…) 6ª. Comprobación de la puesta en
práctica (…) –Cuando el plan va funcionando, se debe expresar nuestra satisfacción
ante los logros del niño (...).–Cuando el plan no ha funcionado, hay que ser modelo de
pensamiento positivo y podemos animarle a que inicie otra vez el viaje” (Arguís Rey, et
als., 2012, p. 118).
El adulto puede ampliar los puntos de vista del niño por medio de cuentos
tradicionales relatados desde otro punto de vista. Desarrollar la imaginación ante
estímulos visuales por medio de la observación parcial de un pequeño cuadro o foto que
permita formular hipótesis hasta descubrir el cuadro completo. Iniciar y consolidar la
formación de ideas propias basadas en el juicio y el pensamiento crítico a partir de
proyectos de trabajo que culminen en la elaboración de un dossier, un mural, una
maqueta, etc., donde se sintetice lo aprendido. Trabajar haciendo juicios de valor
adecuados teniendo en cuenta ¿qué ha sucedido?, ¿dónde?, ¿cuándo? ¿por qué? ¿qué
pensamos? (juicios de valor) ¿qué podemos hacer para solucionarlo? ¿Qué puedes
hacer tú?
65
La Perspectiva “[sabiduría]. Ser capaz de dar consejos sabios y adecuados a los
demás, encontrando modos para comprender el mundo y para ayudar a comprenderlo a
los demás” (Arguís Rey, et als., 2012, p. 129).
Según Peterson y Seligmam (citados por Arguis Rey y cols., 2012) la virtud
humanidad está vinculada a la interacción social que implica cuidar, ofrecer amistad y
cariño a los demás. Las fortalezas personales vinculadas a ella son tres:
66
como nacimiento de un hermano, accidente, muerte, etc. Valorar y cuidar las relaciones
con las personas con las que nos relacionamos diariamente.
El adulto trabajará la autoestima “Yo soy alguien especial” haciéndole decir al niño
características buenas y luego describir a su amigo: “Mi amigo... es alguien muy
especial”. Se busca que el niño reconozca emociones a partir de poesías, situaciones,
caritas de emociones y las exprese con palabras y gestos. Se trabaja lo que el niño “sabe
hacer” y lo que “puede hacer” para que el otro se sienta mejor.
67
3.4.1.3. Fortalezas personales conductuales para cultivar la virtud
templanza.
La Modestia, “humildad. Dejar que los propios logros hablen por sí mismos; no
buscar ser el centro de atención; no considerarse más especial de lo que uno es en
realidad” (Arguís Rey, et als., 2012, p. 262). El adulto coloca una foto del niño y nubes
alrededor, pide que dibuje aspectos de sí mismo a mejorar, y premia los logros
colocando un adorno sobre las conductas logradas. Se propone trabajar las olimpiadas
con un cuadro de doble entrada en donde están los nombres de los alumnos y las
conductas a trabajar, que serán calificadas cada día al terminar la jornada y al finalizar
el plazo estipulado por el maestro se descubrirán los campeones en cada conducta a
trabajar. Teatralizar el cuento de la ratita presumida y conversar sobre la actitud
humildad. Trabajar en con dos anteojos claros y oscuros, cuando usan el anteojo claro
deben mirar al compañero y decir “es bueno en…” y cuando se ponen el anteojo oscuro
“Debe mejorar en…”
68
La Prudencia “[discreción, cautela]. Ser cauteloso a la hora de tomar decisiones;
no asumir riesgos innecesarios; no decir ni hacer nada de lo que después uno se pueda
arrepentir” (Arguís Rey, et als., 2012, p. 274). El adulto puede ayudar al niño a
conocer y controlar sus emociones, y a reflexionar sobre sus actos y decisiones, ya que
las decisiones precipitadas e impulsivas pueden tener repercusiones sobre sí mismo y
sobre los demás. Trabajar con los colores del semáforo el comportamiento riesgoso y el
apropiado. Trabajar las con secuencias gráficas de situaciones de impulsividad
presentando dos opciones de resolución. Hacer tratos para cambiar conductas
enumerando situaciones en un Diario Mural con conductas y consecuencias, valoradas
diariamente y semanalmente.
El autocontrol es una fortaleza transversal que impregna a todas las demás y está
vinculado a la inteligencia social. Si el niño aprende a esperar y a frenar su
impulsividad, podrá conseguir otros objetivos que se proponga.
69
Aprender a controlar progresivamente la ira y a resolver pacíficamente los
conflictos con el “Método PIGEP” de Crary (1998) y que se basa en la siguiente
secuencia: Método PIGEP: 1. Pararse a pensar y mantener la calma, 2. Identificar el
problema, 3. Generar ideas para solucionar el conflicto, 4. Evaluar tus ideas, 5.
Planificar cómo poner en práctica la idea que hayas seleccionado. (Arguís Rey, et als.,
2012, p. 297).
Mestre, Sampur y Tour (citados por Lacunza, 2009) sostienen que el autocontrol y
empatía constituyen la base sobre la que se desarrolla la autoestima. Entre otras
fortalezas personales, la prudencia y el amor conducen a una menor externalización de
los problemas disruptivos (Arguis Rey y cols., 2012).
70
71
4.1. Conclusión
El primer objetivo fue describir las HHSS en niños de 5 años de jardines privados
de Resistencia, Chaco. Los resultados identificaron diferencias estadísticamente
significativas según la perspectiva parental en el desarrollo de las distintas HHSS,
destacándose en primer lugar, las HHSS de interacción con adultos y pares; en segundo
lugar, las prosociales o de cooperación y en tercer lugar, las de tomar la iniciativa con
desconocidos o independencia social. Las niñas, respecto de sus pares varones,
mostraron mayor repertorio en habilidades de cortesía, halagar a sus padres u otros
adultos conocidos y mantener una conversación sencilla con un adulto. Los hijos de
estructura familiar monoparental se destacaron por habilidades prosociales para ayudar
en actividades y juegos y en habilidades de interacción para conversar con el adulto. Sin
embargo, los hijos de estructura familiar nuclear presentaron mayor repertorio de
HHSS, destacándose en habilidades que requieren expresión de afecto, como sonreír y
responder a otras personas cuando es oportuno, saludar y menciona halagos a sus
padres y adultos. Los padres con niveles sociocultural superior, que tenían profesiones
o estudios superiores incompletos, influyeron en sus hijos en el refuerzo de HHSS para
hacerse amigos con los pares y las madres facilitaron el desarrollo de HHSS en la
interacción social y conversacional. En cambio, no se halló un mayor o menor
desarrollo en HHSS en los hijos de padres con ingreso único o doble ingreso
económico.
Dentro del CD se diferenció CD con agresión y sin agresión. Una niña y dos niños,
caso 1, 2 y 3 (60%) tuvieron CD sin agresión, caracterizado por indisciplina, desafíos a
72
la autoridad y normas, interrupciones, demoras y liderazgo considerado negativo. Sin
embargo, dos niños, casos 4 y 5 (40%) presentaron CD con conductas de agresión
física y verbal hacia un grupo de niños, que fue identificada como una agresión
instrumental orientada hacia una meta, predominantemente en los juegos (Moreno
2014).
73
comunicación. El 20 %, hijo de familia ampliada pasa 7 hs diarias frente a los medios.
Sólo el 20% de los niños está expuesto a 2 hs de Tv. El distanciamiento que los padres
tienen con el centro escolar también es notorio, ya que el 40 % de las familias nunca
colaboran con las actividades de la institución, el 40 % de las familias pocas veces lo
hacen y sólo 20% de las familias, colabora siempre con la institución en actividades y
actos. Se infiere a partir de los datos, escaso interés en la participación de los padres
con la institución escolar, falta de control parental sobre el comportamiento, que induce
a pensar en predominancia de estilos autoritarios que favorecen los problemas de
agresividad y prosociales; o estilo educativo laxo e inconsistente al momento de aplicar
sanciones, al establecer normas y hacerlas cumplir, que favorecen los desórdenes
conductuales, bajo control de impulsos y de empatía, y dificultad para aceptar e
internalizar normas. (Patterson, 2002, citado por Pichardo Martinez, et als, 2009). No
se puede determinar con certeza que sean solamente los estilos de control parental los
influyentes en el CD, debido a los límites de la encuesta socioambiental.
74
para corregir y eliminar déficit en HHSS a través de futuros programas de intervención
que involucren a niños-padres-docentes.
4.2.Sugerencias:
75
En segundo lugar, se sugiere crear un manual de Entrenamiento para Escuela de
padres, paralelamente al Manual de Entrenamiento en HHSS para jardines, que ofrezca
metodología adecuada para corregir los déficit de HHSS y actividades e ideas creativas
que fomenten el desarrollo de las HHSS y permita articular la tarea Jardín- familia en el
entrenamiento de HHSS .
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