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¿Universidad para la dominación o para el desarrollo?

Cada universidad tiene un modelo universitario unos son buenos otros son malo. Que
no es la universidad como categoría de la educación y de la cultura la que ha entrado
en crisis, si no el tipo de universidad diseñado para instrumentar un modelo de
capitalismo dependiente, para reservar una dominación de clase para perpetuar un
sistema tradicional de control político.
Organización de la Universidad militar como modelo alternativo y paralelo de
universidad pública, líneas profesionales clásicas. Estratificación social y académica de
la universidad
Articulación de la red, de aparatos estatales de la educación superior, como
mecanismos destinados a la transferencia de recursos y facultades del Estado hacia la
universidad privada y a la sustentación de la Asociación Colombiana de Universidades
como aparato a través del cual aquélla ejerce su hegemonía sobre el sistema en sus
universitarios. ¡Segregación socia! del sistema universitario, bloqueándose los canales
de relación permanente y estable de la universidad con la sociedad colombiana,
impidiéndose toda in fluencia externa de la universidad y aislándola de las fuerzas
sociales o generacionales que pudiesen restablecer o autonomizar su rango político y
apoyar sus aspiraciones revolucionarias o reformistas.
Por lo demás, estas formas radicales de subversión del estudiantado, tampoco han
logrado romper o modificar lo cual ha sido el más importante objetivo estratégico de la
hegemonía bipartidista la desmovilización de la universidad colombiana.

Que el país está destruyendo su capacidad de trazarse

Plantear -como lo hace la extrema derecha y en particular Álvaro Gómez Hurtado, su


ideólogo más tenaz y coherente- que la universidad debe transformarse en un
tecnológico, es abdicar de la posibilidad de que exista en el futuro en desarrollo
científico y de que, a partir de él, pueda el país aspirar a una mínima autonomía en el
campo de la cultura, del pensamiento teórico y de la tecnología. La experiencia de los
países capitalistas y socialistas desarrollados, enseña que la tecnología no surge por
generación espontánea, que el desarrollo tecnológico se funda-menta en el desarrollo
de la investigación científica y que la universidad constituye uno de los epicentros más
dinámicos v creadores de esa investigación que desborda el horizonte y las
preocupaciones de la economía privada. En casos como el de Colombia o el de
cualquier otro país subdesarrollado de América Latina o del mundo, la investigación
científica se desarrollarse- casi exclusivamente en los recintos universitarios, ya que la
empresa privada -fundamentalmente manufacturera- no investiga, por la sencilla razón
de que tanto las transnacionales como las corporaciones domésticas se alimentan con
la importación colonial de tecnología. En consecuencia, la irresponsable tesis política
de que la universidad debe transformarse en un tecnológico, constituye la doctrina de
cobertura del colonialismo tecnológico que ha caracterizado el ciclo de la
transnacionalización y de la nueva de-pendencia
Propagación de la imagen de una universidad privada que no sólo es paradigma de
empresa, sino arquetipo de eficiencia, disciplina y libertades democráticas, dentro de
un ordenamiento vertical v unas formas estrictas de reclutamiento de su estudiantado,
su profesorado y sus cuadros administrativos. Control militar de la universidad pública,
no sólo en razón de la ocupación de los recintos universitarios por cuerpos armados,
sino de la transferencia. -en particular de la Universidad Nacional- y han ido rebajando
su capacidad de pensamiento crítico y sus facultades de creación de cultura.

deja delincuencia política en cuya evaluación y calificación no participa la justicia


ordinaria del Estado sino los consejos de guerra y los mecanismos propios del aparato
opresivo. El problema esencial para este tipo de universidad incoherente,
hipertrofiada, inorgánica, autoritaria, segregada de la propia sociedad y del propio
pueblo que la sustentan, no consiste en que no puede idear proyectos de reforma, sino
en que carece de la capacidad política, de la organización y el poder para reformarse
así misma y para romper el estado de segregación que le impide relacionarse,
directamente, con las fuerzas sociales que podrían apoyar y participar en su reforma.
De ahí que, de una parte se forme en la universidad -la de más alta jerarquía
académica y la de mayor confiabilidad ideológica- la aristocracia profesional que ha de
ocupar las posiciones de confianza en la empresa privada o en los aparatos del Estado y
de otra, se pague para las clientelas populares de la prensa escrita, la radio y la
televisión, una imagen de la universidad, como inaccesible estructura de privilegio,
cuyas vías de acceso permanecen sistemáticamente bloqueadas y cuyos profesionales
nada o muy poco tienen que ver con su bienestar, con su trabajo y con su vida.
Popular de la universidad se ha transmitido a través de los medios de comunicación
social -concentrados en pocas manos y directamente relacionados con los altos
mandos de los partidos liberal y conservador- expresa, uno de los más recónditos y
esenciales, objetivos de la política de segregación y a llevar un rencoroso aislamiento
de las clases trabajadoras en relación con los problemas de la universidad, de la cultura
superior y del Estudiantado. -a las clases trabajadoras- por qué el Estado ni siquiera
garantiza a su pueblo la escuela de primeras letras y porque todavía cerca de la tercera
parte de la población colombiana es analfabeta. El ilusionismo característico de esta
escolástica de izquierda, incurre en el más craso y frecuente de los errores de la
universidad, no radica sólo en el cómo es el de creer que «los núcleos de intelectuales
marxistas son efectivamente partidos políticos» por llamarse a sí mismos proletarios o
populares están constituyéndose realmente en una vanguardia del movimiento obrero
o de las clases populares.

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