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CAPITULO I
Biográficamente no existe una fecha precisa de la fundación de este pueblo que es la cabecera
municipal. Sólo se sabe que en 1895 y proveniente de la hacienda del Rincón de Mayorazgo
llegó la familia del señor Luís Marín quienes se establecieron en la cima de lo que hoy se
conoce como “la Rosa”.
Pocos años después a inicio del siglo XX llega a este lugar el señor Elías Marín Cortés, quien
establece la primera finca como su hacienda tres familias más, los señores Galdino Marín,
Claudia Marín y Macario Reyes Salgado, establecieron sus casas donde aún permanecen para
darle origen al actual pueblo de San José.
En la época anterior del señor José Carmen Marín y por muy poco tiempo se le llama “Álvaro
Obregón”, nombre que rechazaron los lugareños de la época.
El nombre de “San José” se debe a la veneración de la imagen de San José, siendo éstas por
primera vez en el año de 1907; constituyéndose la primera iglesia en 1908, y del “Rincón” en
memoria del lugar de procedencia de los primeros pobladores. Por lo que consideramos que a
100 años de distancia; estamos viviendo momentos jamás imaginables.
Por los años de 1972 a 1976 se le hizo una solicitud al entonces Gobernador del Estado de
México, el Doctor Jorge Jiménez Cantú para la creación del nuevo municipio de San José del
Rincón, la cual nos prosperó sino asta la actual administración estatal a cargo del señor
Gobernador Arturo Montiel Rojas de quien cuya iniciativa de ley el congreso anterior creara
el municipio número 124 en el estado. Es así que el 30 de septiembre del 2001 por ministerio
de ley del congreso local se crea este nuevo municipio.
Impulsado por un grupo de personas y jóvenes quienes estuvieron encabezados por el actual
Diputado Federal, el licenciado José Rangel Espinosa y el Señor Gaspar Granados Contreras
actual Presidente Municipal.
CAPITULO II
DENOMINACION Y TOPONIMIA
ESCUDO
EI escudo oficial del municipio cuenta con diversos elementos simbólicos, en él se
conjugan elementos naturales e históricos propios de la región:
a) Elementos naturales: cerros y/o montañas, árboles de coniferas, manantiales de agua
que fluye y mariposa monarca. Todo dentro de una silueta de escudo de armas.
b) Iconos: son elementos prehispánicos empleados en el diseño de los topónimos de los
municipios del Estado de México.
Gentilicio
El gentilicio Monteros se utilizará para denominar a los vecinos del Municipio de San José
del Rincón, en virtud de que históricamente en los municipios vecinos se hace alusión a
los pobladores de esta zona como "los del Monte".
Espaciofísico
Localización geográfica
Ubicación y límites
El municipio de San José del Rincón se ubica en la parte noroeste del Estado de
México y colinda al norte con el Estado de Michoacán y el municipio de El Oro; al
sur, con los municipios de Villa Victoria y Villa de Allende; al este, con el
municipio de San Felipe del Progreso; y al oeste con el Estado de Michoacán.
Extensión
El municipio cuenta con una extensión territorial de 494.917 kilómetros cuadrados.
Orografía
En su superficie territorial predominan sierras, lomas y valles. Los principales
cerros alcanzan un promedio de 3 000 metros sobre el nivel del mar. Sobresalen en la
parte sur del municipio el Cerro de Las Cebollas (3 060 msnm) y el Cerro Cabrero (3
260 msnm); en el lado este del municipio se encuentra el Cerro de Jaltepec (2 960
msnm) en el noroeste se ubica el Cerro Silguero (3 160 msnm); y en el norte el Cerro
El Cedral (3 000 msnm).1
Climatología
En el lugar predomina el clima templado, con su variante de templado subhúmedo,
cuya temperatura oscila entre 12 y 18°C, con lluvias en verano.
Sin embargo, el clima en la zona boscosa varía, lo cual lo hace idóneo para albergar
fauna como la mariposa monarca.
Flora
La región sobre la que se sitúa el municipio de San José del Rincón se caracteriza por su
riqueza natural en cuanto a flora se refiere. En la zona que corresponde a bosques, del lado
del Estado de Michoacán, se encuentra el árbol oyamel mezclado con pino. En el resto de los
bosques, el pino se mezcla con el árbol encino. Además de estas variedades de árboles, es
posible identificar eucalipto, fresno y sauce.
Fauna
En San José del Rincón prevalece una gran variedad de fauna silvestre. Del grupo de
mamíferos pequeños se identifica en los bosques al armadillo, conejo, ardilla y ratón
de campo. Entre el grupo de aves, la región es propicia para la reproducción de
codornices y tórtolas; a su vez, y con el objeto de invernar, arriban a los bosques de este
municipio patos provenientes de Canadá y Alaska. Entre las variedades de especies
pequeñas, figuran el gorrión, el cardenal, la calandria y la golondrina.
Mariposa monarca
Como parte del área protegida para el refugio de la mariposa monarca decretada
para los estados de Michoacán y México, en este último la reserva comprende una
superficie de 1 6 309 hectáreas, donde la mariposa hiberna de noviembre a marzo,
proveniente de Canadá.
Por la riqueza natural del bosque de San José del Rincón, la mariposa monarca arriba a
los parajes denominados ejido «La Mesa» y «Palo Amarillo» en la sierra Chincua. El
hábitat de la mariposa monarca es respetado por los habitantes así como turistas que
visitan la región, no alterándose así el ecosistema en el que se reproduce la mariposa
monarca antes de emigrar a Canadá.
Tanto autoridades municipales como población en general muestran su interés por el
fomento a la riqueza natural de la región, lo que posibilita que se convierta en atractivo
turístico. Este factor representa un potencial para el desarrollo de las actividades
socioeconómicas de los pobladores de la entidad.
Fiestas Cívicas
La erección del municipio se celebra el día primero de enero de cada año. Los días 15 y 16 de
septiembre, así como o el 20 de noviembre, son fiestas cívicas que se celebran de manera
significativa y que representan un motivo de identidad entre la población.
Arquitectura
Permanecen los cascos de las haciendas de San Onofre, La Providencia, San José, La Trinidad
y la Purísima.
Religión
Predomina la religión católica y un minoritario grupo de Testigos de Jehová y Evangélicos.
Música
Trascendiendo a lo largo de los años, la música tradicional mazahua mantiene su arraigo,
expresándose en fiestas y tradiciones de la región. Los instrumentos regularmente utilizados
son guitarra y violín.
Danza
Las danzas representativas de este municipio recrean el simbolismo del grupo étnico al que
pertenece la población, siendo una tradición con alto contenido comunicativo en la que
convergen las creencias y esperanzas mazahuas. Pastoras, Santiagueros, la danza de los
Apaches, y la danza de los toritos; representan la búsqueda del equilibrio y armonía entre la
población y su relación con la naturaleza.
Está integrado por 126 comunidades entre las que se encuentra pueblos, barrios, caseríos y
rancherías.
LOCALIDADES DE SAN JOSE DEL RINCON
En esta situación de pueblo sometido estaban los mazahuas cuando Hernán Cortés
consumió la caída de la Gran Tenochtitlan. Y si bien hubo un momento en que lucharon
juntamente con sus vencedores contra los españoles, saliendo derrotados en 1521 por
Gonzalo de Sandoval, tal vez el hundimiento del poderío azteca le causo agrado a
muchos, pues veían a su antiguo vencedor derrotado, más quizá también el suceso les
produjo angustia ante un futuro incierto; no sabían como les habría de ir bajo el nuevo
conquistador.
Los historiadores indican como itinerario seguido por algunos de los conquistadores
hacia Michoacán y Jalisco, el siguiente: México o Coyoacán, Toluca, Ixtlahuaca,
Tajimaroa, etc. Ahora bien, en el año de 1595 el oidor don Martín de Egurrola, para
expresar la ubicación y colindancia de la estancia de Ocotepec, perteneciente al
Mayorazgo de Cuevas, hizo un dibujo en el cual aparece indicado el “Camino Real de
los Tarascos que va a Michoacán”, y ya antes, en el acta del 9 de Abril de 1541, en la
que se hace constar la toma de posesión por el representante de Juan de Cuevas del sitio
de ventas y término redondo, que el virrey don Antonio de Mendoza le habían
mercedado a cuevas en un paraje entre los límites de Michoacán y la actual exhacienda
de San Onofre, se hable de dicho camino, lo mismo que en otras mercedes de tierras y
ventas en las misma región, como después se verá. El camino en cuestión se venía de la
estancia de Tepetitlan, pasaba entre los pueblos de San Felipe y San Lucas Ocotepec,
seguía por Rioyos- entonces estancia de Francisco de Hoyos, para caer en el Real de
Minas de Tlalpujahua3. Por esto pienso que el paso para la conquista de Michoacán y
de lugares más lejanos se hizo por la región que hoy ocupa el municipio de San José del
Rincón.
Pues bien, poco después de la caída de la gran Tenochtitlan los mazahuas de aquella
región no tardaron en ser objeto de las incursiones de los españoles, en su intento por
conquistar el reino de Michoacán, primero, Jalisco y lugares más lejanos, después.
En las incursiones para la conquista de Michoacán, tal vez el primer español que vieron
en su territorio fue Villadiego, aquel soldado que, habiendo sido enviado por Cortes en
el año de 1522 acompañado de unos mexicanos para que recabara noticias sobre aquel
reino, jamás regresó ni se volvió a saber de él. Poco después vieron pasar, tanto de ida
como de venida, a un soldado apellidado Parrilla, que por ser hombre “decidor y
burlón” pronto se hacia amigo de los indios y que acompañado por unos matlazincas
logró llegar a tajimaroa, población fronteriza del reino de Michoacán, de donde regresó
a informar a Cortés sobre lo que había visto y oído al respecto.
A este primer viaje exploratorio siguió un ir y venir de embajadores de Cortés al rey
Caltzonzin y viceversa, siguiendo un camino que iba de Tzintzuntzan, donde cortés
había establecido su residencia. En efecto, una vez que éste recibió la información de
Parrilla, envió a Francisco Montaño acompañado de tres españoles, 20 señores
mexicanos y un intérprete que habla mexicano, otomí y tarasco, a entrevistarse con el
rey caltzontzin, el que los hizo acompañar a su regreso a Coyoacán de muchos vasallos
tarascos y de ocho señores principales.
3
ÁNG. Vínculos, v. 17, expediente 4, h. 69, y v. 239, expediente del Mayorazgo de
Cuevas.
Una vez que hubieron regresado los acompañantes tarascos de Francisco Montaño, el
Rey tarasco decidió enviar a su hermano Uchichilzi como embajador suyo a Cortés y,
finalmente, al feliz regreso de su hermano viajó personalmente para entrevistarse con
Cortés, y así quedó sellado el vasallaje del reino de Michoacán el rey de España en
1522. Después los mazahuas de referencia vieron pasar ya no a exploradores y
embajadores con su pacifico acompañamiento, sino al ejercito infantes y algunos indios
aliados, había enviado Cortés al descubrimiento de la Mar del Sur.
En 1529 la buena impresión que les pudo haber causado el ejército y embajadores de
Cortés fue seguramente borrada por el paso de Nuño de Guzmán, que en su afán de
superar las hazañas de Cortés pasó por esos lugares a la cabeza de un ejército de 500
españoles, 1,529 mexicanos y tlaxcaltecas, llevando consigo al rey Caltzontzin, al que
días antes había echo ir a México, y al cual le había puesto grilletes en Ixtlahuaca,
donde sus soldados habían cometido muchos excesos.
En 1534 el propio Hernán Cortés cruzó como relámpago las tierras de San José del
Rincón, en el viaje que emprendió desde la ciudad de México para encararse con Nuño
de Guzmán en Tepic y reclamarle un barco que éste le había incautado; en este viaje
llegó Cortés hasta Baja California, donde, al regresar a México, vía Acapulco, pasó por
el mar que en su honor se llama Mar de Cortés.
Probablemente por nuestras regiones mazahuas pasaron hacia México Alfonso del
Castillo, Andrés de Dorantes, el negro Estebanico y Álvaro Núñez Cabeza de Vaca, o
sea, los sobrevivientes de la desafortunada expedición de Pánfilo de Narváez a la
florida, emprendida el 16 de Abril de 1528, después de haber salido ya con esta
intensión de sanlucar de Bárramela el 17 de Junio de 1527. Los principales incidentes
de esta excursión consistieron en que una vez arrojados a las playas de la Florida por
una tempestad, al faltarles alimentos se comieron hasta el último caballo y después,
fueron comiéndose unos a los otros hasta no quedar más que cabeza de Vaca y sus tres
acompañantes-Pánfilo de Narváez se perdió en el mar. Los sobrevivientes pudieron
llegar a México, gracias a que encontraron unos indios que los ayudaron a atravesar
desde la Florida hasta Sinaloa, donde encontraron al capitán Diego de Alcanzar, que
andaba en las conquistas de Nuño de Guzmán; de ahí fueron llevados presos a Culiacán,
de donde, después de haber llegado el 15 de mayo de 1536, salieron para Compostela y
de ahí rumbo a México a entrevistarse con el virrey don Antonio de Mendoza.
Como consecuencia de la información rendida por los sobrevivientes de esa desastrosa
expedición al virrey, los naturales de Mazahuacán vieron a través su territorio, primero,
por Fray Marcos de Niza, que se dirigía a México a informar al Virrey sobre el resultado
del viaje que por orden de este había realizado por las tierras descritas por los
sobrevivientes; después, Francisco Vázquez de Coronado, quien a iniciativa del virrey
Mendoza y acompañado de éste y de muchos vecinos de la ciudad México, se dirigía a
la conquista de Quivira, ciudad opulentìsima de la región de Cíbola, según la fantasía
trastornada de Fray Marcos de Niza.
Después de su regreso de Compostela, hasta donde había acompañado a Francisco
Vázquez de Coronado, sabedor el Virrey Mendoza de la Presencia de Pedro de Alvarado
en el puerto de Navidad, Jalisco, en sus actividades para el descubrimiento de las islas
de la especiería, volvió a recorrer la ruta que hacía poco había recorrido, con el objeto
de celebrar capitulaciones con Alvarado concernientes a la conquista de Cíbola, lo cual
realizaron en Tiripitio en el año de 1540. En el mes de octubre del año siguiente el
virrey, ante las noticias alarmantes de la rebelión, pero esta vez iba a la cabeza de 600
españoles y crecido número de indios. Parece que su regreso como triunfador fue la
última vez que los mazahuas lo vieron cruzar por su territorio.
CAPITULO V
LOS PRIMEROS POBLADORES ESPAÑOLES.
Al hablar de los primeros pobladores españoles en San José del Rincón me ha parecido
conveniente seguir un orden geográfico, combinándolo con el cronológico; para ello
partiré, en relación con la actual población de San José del Rincón, por el noreste,
seguiré por el noreste, este, sur y sureste, oeste y terminaré con el noroeste.
En la zona norte, donde actualmente está el pueblo de San pablo y la exhacienda del
Obraje, tenemos como primeros pobladores a Juan de Cuellar Verdugo, a quien el virrey
Antonio de Mendoza, el 5 de octubre de 1542, le hizo merced de un sitio de estancia
para ganado en la jurisdicción de Ixtlahuaca, a cinco leguas de esta población, hacia los
límites con Michoacán. La estancia de Cuellar Verdugo resultó colindante con las de
Juan de Burgos, Antonio de Carmona-que parece haber estado al oeste, hacia la actual
exhacienda de San Onofre-, Pedro del golfo, en la que este tenía unos telares, y con la
de Valdés.4
En la zona del noreste, limítrofe con la estancia de Pedro del Golfo tenía Juan
Hernández Caro en 1563 una estancia de carneros. Esta estancia la aumentó Hernández
Caro con la compra realizada el 18 de diciembre de 1572, ante el escribano de su
majestad Pedro Sánchez, de un sitio y medio de estancia para ganado menor con casa,
corrales y 5000 cabezas de ovejas a Juan Domínguez.5
En la zona del este, el primer poblador de la exhacienda de Flor de María de quien tengo
noticias fue Diego de la Banda, el cual, mediante su testamento fechado el 18 de
diciembre de 1572, heredó a su hijo Manuel de la Banda las haciendas de San Onofre –
así se llamó durante la época colonial la exhacienda de Flor de María-y chico
nauatengo. Manuel de la Banda comprendió bajo un solo nombre, el de San Onofre, a
amabas haciendas, que por lo demás eran contiguas.6 en 1595 el dueño de esas
haciendas más la de Tepetitlan era Miguel García de la Vanda y en algunas de ellas vivía
Francisco García de La Vanda, quizás su hermano.7
Junto al cerro de Papalotepec, ahora llamado Loma de Jalpa, hacia Flor de María, en el
año de 1574. le fue concedido a Hernando de cañas un sitio de estancia para ganado
menor y tres caballerías de tierras, conforme las había solicitado. Antes que él, Juan
Marín había obtenido una estancia de la misma región, pues resulto limítrofe de la de
cañas.8
En la misma región, pero un poco hacía el norte quedaba el Término Redondo y la venta
de Juan Cuevas. Este sitio se lo había dado, en virtud de la cédula real fechada el
Madrid el 26 de octubre de 1536, el virrey Antonio de4 Mendoza, por meced fecha en
México el 3 de Julio de 1540. Al sitio se le denominaba Término Redondo porque
medía, a partir de su centro una legua por todas partes; estaba entre la actual exhacienda
de San Onofre y la raya con Michoacán, en el paraje llamado los “acipreses”. Ya antes
estaban poblando la región Carmona y Alonso Dávila que resultaron limítrofes del
Término Redondo. Como la merced de este sitio se dio con la finalidad de que sirviese
de protección a los viajeros que recorrían las 12 leguas que había entre Ixtlahuaca y
Tajimaroa, se entendió que incluía la facultad de establecer una venta como
efectivamente se hizo y se la denominó “Venta de Cueva”.9
1
A.G.N Mercedes, v. 6, expediente 393.
2
Ibíd. Tierras, v. 1737, exp. 1.
3
Ibíd.
4
Ibíd. Vínculos, v. 17, exp. 4.
5
Ibíd. Mercedes, v. 18, h. 351.
6
Ibíd., v. 17, exp. 4, h. 124.
Al noroeste, en lo que hoy es Rioyos, el más antiguo poblador, Fue don Francisco de
Hoyo-Rioyos es contracción de Río Hoyos-, pues desde el año de 1537 había puesto sus
ganados “cabe unos pinares “ en esa comarca y después el Virrey Antonio de Mendoza
le legalizó la posesión con una merced fechada el 18 de Junio de 1539 por la que le
concedía una estancia de ganado mayor; y posteriormente el 16 de Junio de 1540, se la
aumentó con otra estancia “ Hacia la Raya de Michoacán cabe una laguna o Ciénega,
cabe unos pinares”. En el año de 1547 Francisco de Hoyos vendió sus estancias a Juan
de Cuevas.12
Los anteriores fueron pobladores de la basta región que abarcaba desde Ixtlahuaca, San
Felipe y Hoy San José del Rincón durante el S. XVI, pero todavía en el S. XVIII Se
hicieron algunas mercedes de tierras. Debo advertir de paso como no sólo a los
españoles o criollos se les concedían tierras sino también a los indios.13
Con el correo del tiempo las estancias y caballerías comenzaron a llamarse Haciendas.
Ya para principios del S. XVIII Había en el territorio del “Beneficio Curado de San
Felipe y Santiago “las siguientes haciendas: las caballerías (después Flor de María), San
Diego Sici, Manatí, San Juan del Monte, San Pedro, Arellano, Maboro, Ciénega, San
Nicolás, Jaltepec, Tierra Quemada, San Joaquín, San Onofre, Ocotepec, Ayala,
Suchitepec, la Compañía, San Diego; dos Obrajes, el de Castejón y el de Tepetitlan.
10
Ibíd. Mercedes, v. 19, h. 252. Y v. 21, hh. 51v.-52
11
Ibíd. Vínculos. v. 17, exp. 4, h. 135.
12
Ibíd. Vínculos, v. 17, exp. 4.
13
Ibíd. Mercedes, v. 84, h. 300, v. 28, h. 163 y v. 28, h. 2 respectivamente.
Y estos ranchos: San Pedro, Mendoza, Piña, San Joaquín, Santa Ana, San Nicolás, El
Pilar, Ocotepec, Guardia de Puerto Bermeo, San Francisco, San Miguel, Los Padillas,
Benítez y dos de los Garcías.14
A finales del mismo S. las haciendas eran: La concepción Ocotepec, Xotexiari, San
Jerónimo, San Onofre, San Joaquín, Jaltepec, San Nicolás, Sushitepec y la Compañía
(juntos), el Pilar, Ayala, nicho, Maboro, La Ciénega, Boncheté, Manatí, Tepetitlan, San
Pedro José, Mazapuy, El Obraje, Embajomuy, Cote, La Labor, San Pedro el Chico, La
Torrecilla; y los ranchos eran: Los Dolores, Aguaverdita, El Final, Tierra quemada,
Ocotepec, San Isidro, Tlalchicilpa Y Yondese.15
(Debo destacar que nuestra historia está ligada conjuntamente con la de San Felipe del
Progreso. Es por eso que no omito la fundación de haciendas y ranchos para tener como
antecedente histórico la fecha de fundación de estas).
14
Pinacoteca Parroquial. Mapa del Beneficio Curado de San Felipe y Santiago,
Ixtlahuaca y la Provincia de Metepéc.
15
San Felipe del Progreso, Archivo Parroquial, 1790. En Adelante las Notas de Fuentes de Información
Similares a ésta se asentarán así: S.F.A.P. y el año.
CAPITULO VI
Es conveniente señalar que San José del Rincón, en un principio formaba parte de la
jurisdicción política y religiosa de San Felipe del Progreso y este a Su vez en un
principio formó parte de la jurisdicción política y religiosa de Ixtlahuaca, cuya cabecera
era la Villa de Ixtlahuaca.
Una descripción de Ixtlahuaca de mediados del S. XVI dice que esta población estaba
en manos del rey que juntamente con su territorio jurisdiccional tenía 356 casas
habitadas por mil casados, 23 viudos, 129 mancebos y 504 muchachos sin contar los de
teta, que tenía muy buenos pasto para ganado y, por esto muchas estancias, y que
lindaba al este y al sur con Tlalchichilpa (Lo que hoy es Almoloya de Juárez), al norte y
noreste con Jocotitlán y al noroeste con Maravatío. 1 (Quiero señalar que nuestra historia
está vinculada con el origen de Ixtlahuaca y fuimos parte de la misma después pasamos
a ser parte de San Felipe del Progreso y asta el año 2000 nuestro municipio se
independiza de San Felipe del Progreso. Como digiera el Profesor Jorge Julio Garduño-
Cronista municipal de Temascalcingo-San José del Rincón es hijo de San Felipe y Nieto
de Ixtlahuaca.
A principios de la época colonial algunas regiones de San Felipe y hoy San José estaban
despobladas en extremo, no sólo de españoles sino también de indígenas, pues al
solicitar informes del rey de España al virrey Antonio de Mendoza acerca de la región
donde se encontraba la porción de tierra que solicitaba Juan de Cuevas entre Ixtlahuaca
y Tajimaroa, el virrey le contesto diciéndole que en ele espacio de las doce leguas que
había entre ambas poblaciones no había labranzas ni cultivos, que ni los indios de
Ixtlahuaca ni los de Tajimaroa aprovechaban esas tierras “e que haciéndose allí alguna
estancia e población sería provechoso para los caminantes naturales y españoles porque
anocheciendo dicho despoblado, no tienen donde albergar ni recoger”.
Es oportuno hacer notar aquí que los apellidos de los primeros indígenas bautizados en
San Felipe (y hoy nuestro municipio San José del Rincón) y los de sus padres y
padrinos, son nahuas y algunos castellanos. Así, Luisa, la primera registrada como
bautizada en San Felipe, era hija de Baltasar Colín e Isaber Eztec y sus padrinos fueron
Felipe Tlacamay y María Xochitl; y Francisco, el primer varón bautizado, era hijo de
Miguel Coyote e Inés Hueytzontecon, y sus padrinos fueron Pedro Hernández y María
Tempostepec. Otros apellidos nahuas eran Amanal, Yechpochtli, Coatl, Ochpanqui,
Xocor, Tentzon y Pitaccihuatl.
1
Francisco del Paso y Troncos, ed. Suma de visitas de pueblos por orden alfabético
manuscrito 2800 de la Biblioteca Nacional de Madrid. Anónimo de la mitad del S. XVI
(Madrid, Sucursal Rivadeneira. 1905) pp. 126-127. Para determinar las colindancias de
los pueblos que se citan véase cada uno de estos en las pp. 23,150, 227, 228, 253 y 298.
Con el transcurso del tiempo fueron desapareciendo estos apellidos a la vez que iban
aumentando los castellanos, entre los cuales los más numerosos fueron: Gonzáles,
Hernández, López y Sánchez. En las dos últimas páginas del libro de bautismos del año
de 1651 ya no se encontró ningún apellido nahua; pienso que mucho influyó en este
cambio la orden que dio el doctor Jacinto de la Serna, Visitador General del Arzobispo
de México, al finalizar su visita a la parroquia de Ixtlahuaca el 26 de Noviembre de
1632; orden conforme a la cual se debería abandonar la costumbre de asentar las
partidas de bautismo de indios en la lengua nahua y se empezó a hacerlo, de la fecha en
adelante, en castellano.2
El dato de que los apellidos de los primeros indios bautizados eran nahuas induce a
pensar que la fundación de San Felipe se hizo valiéndose de indios acostumbrados a
vivir en pueblos y ya cristianizado0s, como eran los tlaxcaltecas, de los cuales se
sirvieron las autoridades españolas para la fundación y reducción de las tribus menos
civilizadas. Concretamente se puede señalar al respecto, que Agustín de Hinojosa
Villavicencio, quien fuera corregidor de Toluca hacia los años 1554-1586, fue
posteriormente ocupado en 1591, con el título de Teniente General, para llevar
Tlaxcaltecas hacia el norte, a los nuevos emplazamientos de pueblos en territorio
chichimeca.3
Lo dicho hasta aquí no impide la posibilidad de que desde un principio hubiese habido
españoles viviendo muy cerca o entre los indios del pueblo de San Felipe, y que hayan
llegado a adquirir tal preponderancia que con el correr del tiempo el Nombre de San
Felipe se quedara para el sector de la población ocupado por los españoles y que el
ocupado por los indios se empezara a llamar y terminara por llamarse la Cabecera de
Indígenas de San Felipe. O bien, pudo haber sucedido lo que pasó en Toluca, donde la
ciudad, empujando, en consecuencia, a los indios hacia las afueras, de tal suerte que
Toluca, después de haber sido una población netamente indígena, ya para 1580-1600 se
había convertido en una ciudad esencialmente española.4
En todo caso conviene tener en cuenta las normas del derecho indiano sobre los pueblos
de indios, entre ésas las siguientes: el rey Felipe II, el 2 de Mayo De 1563, prohibió que
en las reducciones y pueblos de indios vivieran españoles, negros, mulatos o mestizos,
para evitar que les diera mal ejemplo y abusase de su bondad,5 la extensión de la tierra
que debían tener los pueblos de indígenas era de 600 varas a cada uno de los puntos
cardinales, que se median ordinariamente desde el cementerio de la iglesia;6 en cada uno
de los pueblos y reducciones de indios debía construirse una Grecia para decir misa,
aunque los indios fuesen pocos.7
Antes de poblar algún lugar, se debía tener en cuenta si sus características eran las más
apropiadas para ser poblado: “si el cielo es de buena y feliz constelación, claro y
beigno””, si la templada, si “hay pastos para criar ganados, montes y arboledas para la
leña, materiales de casa y edificios”, si hay agua suficiente para beber y regar y,
finalmente, si hay naturales a quienes se puedan predicar el Santo Evangelio.8
1
A.G.M. Vínculos, v. 17, exp. 4, h. 124 y ss.
2
Luís García Pimentel., ed. Descripción del arzobispado de México hecha en 1570
y otros documentos (México, José Joaquín Terrazas, 1897) hh. 101-103.
3
Hubert Howe Bancroft. “History of México” en su The Works of Hubert Howe
Bancroft (29 vols. San Francisco, A.L. Bancroft & Company, 1883-90) vols. X, p.
545.
4
A.G.N Vínculos v. 17, exp. 4, h, 69.
Ixtlahuaca, archivo parroquial, bautismos de indios, libro 1.
5
Ibíd.; a partir del primero de Enero, h. 1 del penúltimo cuaderno.
6
Recopilación, lib. 4, tít. 5, ley
Antes las poblaciones de tierra adentro se debían situar en lugares vacantes o donde
viviesen indígenas, pero en este caso contando con sus libre consentimiento. Las plazas
y calles se debían repartir “acorde y regla”.9
La iglesia se debía construir algo distante de la plaza, separada de cualquier otro edificio
que no perteneciera a su comodidad y ornato, un poco levantado del suelo. Las casa
reales debían estar entre la plaza mayor y la iglesia, de suerte que no embarazara a esta
si le dieran realce.10
Conviene comentar aquí que la leyenda no parece imverosímin, ya que el lugar donde
está ubicada la Villa de San Felipe está próximo al cañón que recorre el arroyo de
Embajomui, entre esa Villa y el pueblo de San pablo y el camino de México a
Michoacán pasaba muy cerca del cañón que por sus características resultaba muy
propicio para que los salteadores pudiesen agazaparse en espera de que pasasen los
viajeros y escabullirse con facilidad, e internarse al bosque, una vez cometida sus
fechorías.
L a licencia para establecer un obraje de hacer paños que ya había obtenido José
Lazcano con anterioridad, le fue confirmada por la real audiencia en la merced del 6 de
Febrero de 1675 en que se facultaba para fundar un batán para su labor de paños.11
El Obraje lo estableció en su hacienda llamada San Onofre, la cual, como se desprende
de los datos siguiente estaba muy cerca de San Felipe; el 1 de Mayo de 1672 llegó a
bautizar a su hija Josefa a la iglesia de ese pueblo; 12 en el año de 1699 fue acusado por
los indios de Jalpa ante la real audiencia de que los molestaba en las tierras comunales
que tenían debajo de la loma de Jalpa Jaltempa, 13 y sus criados e indios gáñales
acostumbraban asistir a misa en la iglesia de San Felipe.14
Todo esto ase pensar que la hacienda de San Onofre era una de las estancias que, bajo
ese nombre tuvieron los García de la Vanda en el norte y noreste del pueblo de San
Felipe, entre ellas la que en 1595 dibujo Martín de Egurrola en el sitio donde
actualmente está el ejido del Obraje “Hoy San José del Rincón”.
1
Ibíd. tít. 7, ley 1.
2
Ibíd.; ley 8
3
Ibíd. Mercedes, v. 58, h. 36.
4
Ixtlahuaca, A. P. Bautismos de españoles, lib. 1, h. 51.
5
A. G. N. Tierras, v. 2357, exp. 6.
6
Ibíd. Indios, v. 29, exp. 129.
CAPITULO VII
Por fortuna nuestra se cuenta con el dato preciso de la fundación de San Antonio
Pueblo Nuevo que realizó el 29 de marzo de 1682 el cura de Ixtlahuaca, Dr. Don José
Gómez Maya, de los Gómez Maya de Jaltepéc y Tlalchichilpa, dueño en 1691 de la
hacienda de San Juan del Monte.3 El suceso tuvo lugar como sigue: el 25 de marzo de
1682 los indios Pedro Gonzáles, Francisco Sánchez, Santiago Pérez y Pedro y la india
Agustina Teresa comparecieron ante el Cura de Ixtlahuaca, le pidieron con grandes
muestras de sentimiento la fundación de un pueblo dónde vivir y le indicaron que habían
escogido para ello unas lomas y cañadas que quedaban delante de la hacienda de San
Nicolás del Monte.
El sacerdote, en su carácter de cura y juez eclesiástico "y Padre de todos los hijos de
este dicho Partido" de Ixtlahuaca, presuroso se dirigió a inspeccionar el lugar indicado
por los indios, se informó que pertenecía a los Garduños y, una vez que hubo recibido de
éstos su parecer favorable juntamente con la cesión de las tierras necesarias, citó para el
28 de marzo de 1682 a los Garduños y demás españoles circunvecinos del paraje
destinado a la fundación. La actitud del Dr. José Gómez Maya estaba conforme con la
disposición de Felipe III, expedida en Valladolid el 21 de junio de 1604:
Encargamos a los Arzobispos, y Obispos, que en sus distritos ayuden a la población de
los naturales, y faciliten las dificultades que se ofrecieren, procurando que hagan lo
mismo los Curas, Ministros de Doctrina, y Sacerdotes. (4)
Dio las gracias a los donantes que fueron Félix Garduño, Onofre Garduño y Miguel Bermeo,
pidió a los indios que también ellos les dieran las gracias, y los donantes dijeron "que en
ningún tiempo les perjudicarán, que las dichas tierras quedarán por Pueblo mientras el
mundo fuese mundo." Al día siguiente, a eso 'de las diez de la mañana, el sacerdote
levantó el acta de la fundación, que es desde luego el primer documento oficial
levantado "En el Pueblo de San Antonio de Pueblo Nuevo".
En los tiempos ya muy cercanos a la independencia de México, el Reglamento
formado por los Ministros de la Tesorería General de Ejército y Real Hacienda, para
gobierno de los bienes de comunidad de todos los pueblos de la Jurisdicción de
Ixtlahuaca, formado en el año de 1808, enlista a la comunidad de San Antonio Pueblo
Nuevo con 147 tributarios enteros y 77 medios.5
3
Ibíd. Bautismos de Españoles, 1681, h. 19.
4
Recopilación, lib. 6, tít. 3, ley 2.
5
Ibíd. Indios, v. 76, exp. 10, h. 284.
CAPITULO VIII
En los años de 1865, 1866 y 1867, nuestra región estuvo bajo el dominio de los
conservadores y el imperio de Maximiliano, aunque los liberales nunca dejaron de
hostilizar en guerrillas y bandas que se refugiaban en Pueblo Nuevo y Yondecé. En
agosto de 1864, la astucia de Nicolás Romero en el camino de la jornada al puerto de
Medina (Médanos) antes de llegar al Oro, se impuso a los conservadores. A principio
del siglo XX, había servicio de ferrocarril del Oro hasta Palizada, tocando como punto
Yondecé, San Onofre, Médanos, Providencia, Covadonga, ya que nuestros bosques
abastecieron de madera y carbón, a los reales de minas de Tlalpujahua y el Oro.
Las estancias y las caballerías de Tierra, se transformaron en haciendas y ranchos; San
José, (Antes San Felipe del Progreso), ingresó al siglo XX entre la prosperidad
productiva de sus haciendas. Providencia, Jaltepéc, San Onofre, y muchas más.
Durante la guerra Cristera, los dueños de las haciendas, ocultaron a los ministros de su
religión.
Pocos lugares ó pueblos pudieron tener la dicha de contar con algunas vías de
comunicación; de esa época, como lo fue el ferrocarril que por necesidades de
transporte de carga forestal, mineral y agrícola, se introdujo en este lugar y sus
alrededores, paralelamente a este el teléfono en la sede de la hacienda del señor Elías
Marín Cortés.
Es hasta 1937 ó 1938 cuando llega a este lugar el primer automóvil conducido por el
señor Justiniano Cortés.
Los servicios religiosos se inician oficialmente en noviembre de 1908 y para 1912 los
servicios educativos que a iniciativa y por cuenta del señor Elías Marín Cortés se
establece la primera escuela religiosa atendida por las monjas Josefinas, permaneciendo
así por varias décadas hasta los años sesentas e inicios de los setentas cuando se cuenta
con las dos escuelas primarias: Consuelo Rodríguez de Fernández Albarrán y José
María Morelos y Pavón, la Secundaria Técnica Agropecuaria número 33 inicia labores
en octubre de 1976, y durante el ciclo escolar 1996-1997 se da la apertura de clases del
Centro de Estudios Científicos y Tecnológicos del Estado de México “CECYTEM”.
Esperemos que en un futuro no muy lejano podamos contar con una unidad de estudios
profesionales.
El 14 de julio 1891, nació en San Miguel Agua Bendita, Margarito Esquivel Contreras.
Introdujo la primera imprenta, telegrafista al mando de las tropas revolucionarias,
mimo, prestidigitador, poeta, primer ecologista.
19 de noviembre de 1908 se erige la parroquia de San José del Rincón. El primer párroco fue el sacerdote.
Pablo Susaita y Villada, con 18 pueblos.
BIBLIOGRAFIA
Bando Municipal Y Buen Gobierno, Municipio de San José del Rincón, Estado de
México 2005.
H. Ayuntamiento de San Felipe del Progreso. Bando Municipal, San Felipe del
Progreso, Méx. 1999.
Identidad Mexiquense, San José del Rincón, Gobierno del Estado de México 2002.
Moisés Pérez Albirde Erecciones Municipales, Villas, Ciudades, Anexiones y
Segregaciones Territoriales del Estado de México.
Yhmoff Cabrera, Jesús. El Municipio de San Felipe del Progreso a través del tiempo,
Vol. LXVII, Biblioteca Enciclopédica del Estado de México, México 1979.