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Esta técnica se empezó a utilizar como decoración. Los etruscos comenzaron a grabar
metales 400 años antes de Cristo. El precedente más inmediato de los grabados sobre
metal se encuentra en los grabados sobre oro y plata de los orfebres, y en el trabajo de
los fabricantes de armas, armaduras y escudos de la Edad Media.
El primer grabado de cobre fue realizado a mediados del siglo XV en Alemania. A partir
de aquí, varios pintores desarrollaron su faceta de grabadores, como Mantegna o
Durero.
El grabado sobre cobre se extendió como método de reproducción de dibujos y
pinturas. Posteriormente, surgió el aguafuerte, que se desarrolló a partir de los
grabados en armaduras cubriéndolos con cera y aplicando una pasta de vitriolo y
vinagre para grabar los dibujos. El paso siguiente fue aplicar esta técnica mediante
ácidos, para después imprimir imágenes sobre el papel.
Sobre el siglo XVI, esta técnica ya era practicada en Europa. Destacan Rembrandt,
Goya y William Blake; que desarrollaron el aguafuerte, pero también se interesaron por
el aguatinta - técnica tonal que reproduce las intensidades de color mediante puntos -.
Hacia mediados del siglo XIX se desarrollaron los procesos fotoquímicos. La imprenta
se convierte en una industria comercial, mientras que el grabado se reduce a lo creativo
y artístico.
Grabado de la plancha
La imagen se graba en una plancha o matriz de metal, y es en esos huecos donde se
recoge la tinta que quedará impresa. La plancha debe estar lo suficientemente pulida,
ya que cualquier arañazo quedaría impreso en el papel.
Se pueden utilizar distintos metales, pero los más utilizados son el cobre y el zinc, ya
que son muy resistentes y duraderos, y lo suficientemente blandos para trabajarlos a
mano. Antes de realizar el dibujo sobre la plancha es muy importante biselar los bordes,
limándolos en ángulo de 45º, para evitar que la presión rompa el papel y los fieltros del
tórculo. Para transferir el dibujo a la plancha, se pueden utilizar distintos métodos.
Destacan dos técnicas de grabado en hueco:
Entintado
El proceso de entintado es el mismo para todas las técnicas de grabado en hueco.
Las tintas para grabado calcográfico son grasas y espesas. Deben utilizarse lejos de
focos de ignición y en zonas ventiladas. Y se han de guardar en recipientes herméticos
para evitar la emanación de vapores.
Existen otras tintas muy fluidas que se componen de un pigmento, un disolvente (que se
evapora) y un aglutinante (que retiene el pigmento y se endurece sobre el papel).
La plancha debe limpiarse bien. A continuación se entinta con una espátula o rasqueta
extendiendo bien la tinta. El exceso de tinta se retira con un trapo o una tartana, o con el
borde de un cartón o papel.
Para entintar en diferentes colores, el método más popular es el poupée, que consiste
en utilizar diferentes tintas en cada zona. Otro método consiste en cortar la plancha en
piezas y entintar cada trozo con su color.
Estampación
La estampación de grabados en hueco sigue un proceso parecido al del grabado en
relieve. Se debe humedecer el papel manteniéndolo sumergido en el agua durante unos
minutos, para que así, al ablandarse las fibras del papel, la tinta incida con mayor
facilidad. El papel mojado se coloca entre dos hojas de papel secante para eliminar el
exceso de agua.
Los bordes de la plancha deben estar biselados y limpios.
Es necesario estampar mediante el tórculo debido a la necesidad de ejercer mucha
presión para que el papel registre la tinta. El proceso de colocación de la plancha,
fieltros, etc. sobre el tórculo, y el funcionamiento de este, es el mismo que en el grabado
en relieve.
Para proceder a la estampación, deben seguirse varios pasos:
Sobre la platina del tórculo, colocamos la plantilla de registro, y sobre dicha plantilla,
colocamos la plancha entintada. Cubrimos la plancha con el papel correctamente
cortado, humedecido y escurrido. Posteriormente, cubrimos todo con las mantillas del
tórculo, y accionamos el mecanismo del tórculo hasta que haya pasado todo el conjunto
de un lado a otro. Levantamos las mantillas y ambos papeles juntos, y, posteriormente,
los despegamos. Dejamos secar el papel en posición horizontal.
La plancha podemos limpiarla con aguarrás para volverla a utilizar en otro momento. Al
igual que la plantilla de registro, que se puede limpiar con un trapo y un poco de
aguarrás para llevar a cabo nuevas estampas.