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Coronavirus de Wuhan, Cambio Climático y Crisis Civilizatoria

Contexto ecosocial y epidemiológico1

Miguel Fuentes

I. Contextualización

El día de ayer se decretó una cuarentena total en Italia que, con la finalidad de detener la
dispersión del nuevo virus SARS-CoV-2 causante de la epidemia de Covid-19, afecta ya a más
de 60 millones de personas, lo anterior en una inédita medida de restricción de las libertades
cívicas en Europa occidental no vista desde los tiempos de la Segunda Guerra Mundial.
Medidas similares fueron tomadas hace unas semanas en diversas ciudades, regiones y
localidades de China, Corea del Sur e Irán. Adicionalmente, se ha producido un importante
salto de la crisis económica internacional reflejado en una caída abrupta de las bolsas de
comercio alrededor del mundo. Un ejemplo de la magnitud de este derrumbe, gatillado por el
temor de los inversionistas a los efectos económicamente disruptivos de esta epidemia y el
fracaso de las negociaciones entre Rusia y Arabia Saudita para acordar un recorte de la
producción de petróleo, pudo verse en la paralización de actividades que afectó a la bolsa de
Nueva York y en una serie de caídas bursátiles internacionales no vistas desde el año 2008.
Todo esto en el contexto no sólo de la virtual paralización de una serie de grandes ciudades,
localidades y pueblos en Europa, Asia y Norteamérica, sino que de un golpe creciente al
corazón productivo del capitalismo: las cadenas productivas y de abastecimiento mundiales.
En este escenario, algunas de las industrias que vienen siendo más duramente castigadas por
esta situación son aquellas relacionadas al turismo, los viajes aéreos o lo servicios, comenzando
a escucharse además los anuncios de algunas importantes firmas capitalistas (entre otras, Coca

1
Introducción a la serie “El calentamiento global como horizonte cataclísmico de la historia. Notas para un
Marxismo colapsista”. La primera parte de esta serie, referida a los efectos del primer grado centígrado de
calentamiento global, fue elaborada durante los años 2018 y 2019. La presente introducción fue elaborada entre
los días 10 y 21 de marzo del año 2020 (versiones preliminares de este material estuvieron disponibles en línea
desde el 14 de marzo).
Cola, MAC o Ferrari) con respecto a una serie de problemas de suministro que estarían
amenazando la mantención de sus niveles productivos.

Italia en cuarentena

Pero la crisis mundial gatillada por el coronavirus de Wuhan podría estar sólo en sus
comienzos. Y es que ante un escenario económico y político internacional ya debilitado por un
estado de crisis económica capitalista crónica heredado desde el pasado crack financiero del
2008, el avance de la peste de Wuhan amenaza con descargar toda su furia, al unísono, en
contra del conjunto de las economías y los mercados del mundo. Un ejemplo de esta amenaza
puede encontrarse en las tasas de mortalidad asociadas tendencialmente al avance de esta peste,
las cuales por su magnitud constituirían un factor socioeconómico de una potencial escala
disruptiva no vista desde el fin de las guerras mundiales. Con una mortalidad estimada que
oscila entre un 0.7% y un 4%, este virus podría llegar a matar, en el caso de terminar de
descontrolarse (aquello tal como parece indicar la dinámica de contagio internacional) y de que
una vacuna no pueda ser desarrolla a tiempo, a una cifra que podría variar, esto tal como
atestiguan una serie de modelos, entre uno y cien millones de personas.

La epidemia del nuevo coronavirus podría matar a millones alrededor del mundo
Una evidencia que apunta hacia este escenario sería la experiencia de algunas pandemias del
siglo pasado tales como la gripe asiática de 1957 y la española de 1918 que con tasas de
mortalidad aproximadas de 0.6% y 2% se cobraron entre los uno y cincuenta millones de
muertos respectivamente. Otra evidencia de lo mismo podría encontrarse en el número de
fallecidos como producto de la pasada gripe porcina que, con tasas de mortalidad mucho
menores a las asociadas a la epidemia de covid-19, habría matado (de acuerdo con estimaciones
científicas actualizadas) entre 200 y 400 mil personas alrededor del mundo. Dicho de otro
modo, estamos hablando de una posible replicación en los próximos meses y años de algunos
de los escenarios epidémicos más letales de la historia, esto en momentos en que, sin haberse
llegado todavía a una cifra sustantivamente superior a las cuatro mil muertes, el nuevo
coronavirus ha tomado ya la forma, como hemos dicho, de un factor disruptivo inédito de la
economía y la sociedad mundial.

¿Cuál será el impacto real de esta plaga sobre la economía internacional en el caso de que la
cifra de muertos se eleve a las decenas o centenas de miles, no pudiendo descartarse que aquella
llegue a los millones de fallecidos? ¿Qué efectos podría tener el avance de esta epidemia ante
un escenario de descontrol potencial de la misma en las principales capitales del mundo, esto
tal como parece anunciar la situación de algunas ciudades tales como Roma, Milán, Madrid,
Londres o Nueva York? ¿Cómo afectará la dispersión de este virus las economías de los
llamados países en desarrollo, aquello una vez que las barreras de contención que han puesto
los gobiernos se vean sobrepasadas? ¿Que sucederá cuando esta nueva plaga se anide en el
corazón de las atestadas ciudades del “tercer mundo”, reproduciendo su simiente venenosa
entre millones de desgraciados cuyo único destino será, muy probablemente, servir como carne
de perros y ratas una vez que las morgues de sus países ya no den abasto con el océano de
muertos que podría generar el avance de esta peste?

No podemos responder ahora estas preguntas, esto sobre todo en momentos en que todavía no
está claro si los gobiernos alrededor del mundo, las instituciones de salud internacional y los
grandes laboratorios serán capaces, o no, de desarrollar una vacuna a tiempo que sirva para
contener el avance del virus. Lo que sí sabemos, sin embargo, es que la crisis mundial
producida por la propagación de este patógeno ha dejado en evidencia, esta vez a un nivel sin
precedentes desde las grandes convulsiones históricas de la primera mitad del siglo pasado, las
endebles bases de desarrollo en que se sostiene la sociedad contemporánea, caracterizada hoy
por una situación de desorden y debilitamiento internacional cada vez más creciente. Ejemplos
de esta situación de mayor desorden mundial y desestabilización geopolítica sobre la que viene
desplegándose la actual crisis epidémica serían, entre otros, tanto las renovadas disputas entre
potencias imperialistas tales como las vistas en el marco de la reciente guerra comercial entre
China y Estados Unidos, así como también el agravamiento de diversos conflictos regionales
como el de la guerra civil en Siria en donde está teniendo lugar un fuerte enfrentamiento entre
Rusia y los poderes occidentales. Otro ejemplo de lo anterior puede verse en los episodios cada
vez más frecuentes de caos asociados al tendencialmente insoluble problema migratorio,
planteándose aquí repercusiones particularmente explosivas en caso de que los campos de
refugiados ubicados en algunos países tales como Grecia o Turquía lleguen a ser afectados por
el avance de la epidemia.

Como vemos, lo que partió hace unos meses como una crisis de salud pública remitida a una
ciudad específica de China (Wuhan), se ha transformado hoy en una inminente pandemia que
amenaza no sólo con una cantidad de muertos que pueda llegar a las decenas de millones, sino
que, además, con convertirse en un factor de desestabilización aguda de las propias bases de la
economía, la política y la sociedad mundial con resultados que podrían ser impredecibles. Esto
último al modo de un factor de “interferencia estructural”, posiblemente creciente, del propio
curso de la lucha de clases moderna, aquello tal como se ha visto, entre otros lugares, en
algunos países tales como Italia en donde se debieron cancelar las pasadas movilizaciones por
el 8 de marzo y el resto de las concentraciones o manifestación públicas. Todo esto en medio
de un clima de incertidumbre que ha servido para dividir, gracias al clima de temor y recelo
producido por las cuarentenas masivas, al movimiento de masas y la sociedad civil de las
organizaciones sociales. Un ejemplo de lo anterior han sido los importantes grados de
aislamiento que han caracterizado la acción de una serie de organizaciones de izquierda y
sectores sindicales que, aunque en gran medida incapaces de realizar una lectura adecuada de
la verdadera gravedad que tiene el peligro de la expansión de la epidemia, han intentado llevar
adelante en Italia una serie de movilizaciones sociales para reivindicar mejores condiciones y
garantías laborales al calor de la crisis sanitaria. Otro ejemplo de la interferencia creciente que
viene significando el avance de esta crisis en el ámbito social son los importantes brotes de
racismo y xenofobia (hasta ahora fundamentalmente anti-china y anti-asiática) que la
expansión de este virus ha generado en diversos países.

Las movilizaciones del 8 de marzo fueron canceladas en Italia debido al coronavirus

Con todo, tal como veremos en este y otros de los materiales temáticos alrededor de esta
epidemia, la crisis mundial gatillada por el coronavirus de Wuhan no debe entenderse ni como
un hecho aislado, así como tampoco al modo de un mero “catalizador” del desarrollo de las
contradicciones “clásicas” (económicas, sociales y políticas) del modo de producción
capitalista. Lejos de aquello, contrariamente a lo que vienen repitiendo una serie de
intelectuales y organizaciones de izquierda tradicional que prefieren hacer eje en sus
explicaciones en una serie de factores de orden económico, social o político propios del
desarrollo capitalista contemporáneo, la crisis desatada por la epidemia de covid-19
respondería, como discutiremos, al avance de un nuevo tipo de dinámica histórica que
presentaría una naturaleza súper-catastrófica inédita desde los orígenes mismos del capitalismo
moderno. Lejos de remitirse esta última, ya sea al debilitamiento estructural que ha venido
experimentando la economía internacional en décadas pasadas, o bien a las políticas de
privatización neoliberal que han dado por resultado una importante precarización de los
sistemas de salud alrededor del mundo, la crisis gatillada por la aparición del nuevo coronavirus
se relacionaría, de fondo, al despliegue de un proceso más profundo de crisis terminal de la
propia sociedad industrial marcada por una “combinación catastrófica” entre, por un lado, los
factores de crisis económica, política y social clásicos del capitalismo moderno y, por otro lado,
el desarrollo de un agotamiento irreversible (definitivo) de las condiciones ecosociales de
reproducción del modo de producción capitalista y de la existencia misma de la civilización
contemporánea.

A continuación, se realizará una caracterización del contexto ecosocial y epidemiológico de la


actual crisis sanitaria mundial, discutiéndose posteriormente la relación entre esta crisis y su
marco histórico específico: la crisis de la sociedad industrial. Entre otras cosas, esta discusión
servirá de contextualización tanto para las diversas secciones de esta serie en torno a los
impactos del calentamiento global y la crisis ecológica sobre el sistema terrestre y la
civilización moderna, así como también para el resto de materiales temáticos elaborados
alrededor del estallido y la propagación de la presente crisis epidémica. Una de las razones de
lo anterior es que debido al impacto socioeconómico, político y cultural inédito que ha tenido
el avance de esta crisis, alimentada como veremos por el desarrollo de una crisis ecosocial
planetaria que avanza con cada vez más fuerza, aquella constituiría una especie de marco
predilecto (al modo de una ventana hacia el futuro) desde donde comenzar nuestra discusión
en torno a los impactos que podría tener sobre el proceso histórico la presente dinámica (súper-
catastrófica) de derrumbe socio-ecosistémico global. Es precisamente desde esta perspectiva
que comprende la actual crisis epidémica mundial en el contexto de una dinámica de
degradación ecosocial e histórica mayor que ésta se nos presenta, en realidad, sin importar la
magnitud que pueda adquirir durante los próximos meses, al modo de un mero acto
introductorio; esto es, en su calidad de expresión orgánica de un proceso de colapso
civilizatorio y extinción masiva más amplio, a la manera de una puerta de entrada hacia una
nueva era de cataclismos y muerte.

II. Contexto ecosocial y epidemiológico de la crisis sanitaria mundial de covid-19

A diferencia de la perspectiva marxista tradicional que, como dijimos, tiende a reducir los
impactos de la crisis provocada por la epidemia de covid-19 a los ya mencionados factores
económicos, políticos y sociales clásicos de desestabilización del capitalismo industrial (véase
aquí las recientes opiniones en torno a este tema de los intelectuales Michael Roberts o Mike
David2), aquellos deben explicarse, en último término, en el marco de la combinación de los
efectos, cada vez más disruptivos, de la “triada cataclísmica” representada por los siguientes
factores concomitantes: 1. los impactos destructivos sobre el planeta del sistema industrial y
la actual tendencia de crecimiento humano exponencial; 2. la apertura de un nuevo “horizonte
epidémico” en el desarrollo histórico y; 3. el desarrollo de una dinámica súper catastrófica
(inicial) de cambio climático y calentamiento global acompañada de un escenario
internacional de escasez de recursos inminente.

En el caso de la discusión en torno a la naturaleza de la crisis mundial gatillada por la


propagación del nuevo coronavirus, una primera cuestión a tener en cuenta es que el enfoque
marxista e izquierdista tradicional tendería a privilegiar en su explicación de las causas y las
perspectivas de esta última, antes que el análisis de los vectores de tipo socio-ecológicos,
medioambientales y biológicos que se hallarían en la base de dicha crisis, algunos de los
factores de orden social y económico que se asociarían al desarrollo de la misma (falla
estructural de los sistemas de atención médica como producto de los recortes neoliberales en

2
Ver los artículos en línea “Coronavirus, deuda y recesión” en el portal Sin Permiso y “COVID-19: The monster
is finally at the door” disponible en el sitio web de Links: International Journal of Socialist Renewal.
derechos básicos, orientación del sistema capitalista a la búsqueda de ganancias y no a la
satisfacción de las necesidades humanas, perfil anti-popular de los gobiernos empresariales,
impacto sobre la economía mundial, etc.). Esto queda claro si se tiene en cuenta, entre otras
cosas, la subvaluación que haría el análisis marxista tradicional tanto del papel que tendría la
sociedad de masas moderna y los grados de destrucción ambiental planetaria asociados a
aquella en la génesis de la actual epidemia de coronavirus, así como también del rol que
jugarían otros factores tales como el cambio climático y los niveles de sobrepoblación en el
modelamiento de los impactos que tendrá sobre el sistema social la propagación global de ésta
y otras enfermedades infecciosas durante este siglo.

Con respecto a las causas de la mayor recurrencia que está teniendo el desarrollo de epidemias
y pandemias a nivel internacional en comparación a las ocurridas durante las últimas décadas,
investigadores tales como el ecólogo de enfermedades Peter Daszak han planteado que aquellas
deben encontrarse, en primer lugar, en las características cada vez más invasivas de las
actividades humanas sobre los ecosistemas naturales, las cuales generarían las condiciones
propicias (alentadas por los efectos de la sobrepoblación y nuestra huella ecológica) para que
se produzcan saltos de virus más frecuentes entre las especies naturales y la humanidad3. Una
muestra de lo anterior, además del propio origen de la enfermedad de covid-19 debido a un
posible salto de un virus alojado en animales salvajes hacia poblaciones humanas que habría
sido favorecido por los patrones alimenticios existentes en China (caracterizados por un alto
consumo de especies exóticas), puede encontrarse en las pasadas epidemias de SARS o ébola,
también atribuidas a posibles saltos virales inter-especies como resultado del mayor contacto
entre humanos y animales. Sería así el propio sistema económico moderno y su impacto cada
vez más destructivo sobre los ecosistemas naturales, así como también las prácticas
alimenticias y estilos de vida (ecológicamente destructivos) de la sociedad de masas
contemporánea, lo que estaría propiciando de forma más recurrente, tal como se desprende de
lo planteado por Daszak, la aparición en la escena histórica de virus tales como el que produce
la actual epidemia de covid-19.

La aparición del ébola en poblaciones humanas se debió a un salto de virus entre especies
3
“Coronavirus: Estamos encarando epidemias como el covid-19 de forma equivocada. Entrevista con el ecólogo
de enfermedades Peter Daszak”. BBC Mundo (https://www.bbc.com/mundo/noticias-internacional-51796442).
Con todo, la subvaluación del rol de los niveles de destrucción y alteración medioambiental
asociados a la economía industrial y su lógica de crecimiento sin límites en la generación de
mejores condiciones para la propagación de las recientes epidemias de SARS, ébola, fiebre
porcina, covid-19, constituye sólo una de las falencias del discurso y el marco de análisis
marxista tradicional (esto al menos al nivel de las organizaciones de izquierda) en su evaluación
de la actual crisis epidémica. Otro de los flancos ciegos del análisis marxista tradicional (y de
sus respectivas respuestas político-programáticas) con respecto a los posibles impactos
socioeconómicos y políticos de la crisis desatada por la irrupción del nuevo coronavirus sería
su tendencia a comprenderlos en el marco de una crisis de salud aislada y no en su contexto
epidemiológico más amplio: esto es, tal como sugieren una serie de investigadores en el
artículo “Global rise in human infectious disease outbreaks”4, una situación caracterizada por
un aumento sustancial de las enfermedades virales y bacterianas alrededor del mundo. En otras
palabras, tal como vienen planteando una serie de investigadores a nivel internacional, el
desarrollo de una nueva era de epidemias y pandemias en el proceso histórico5.

Algunas de las causas del avance de este nuevo “umbral epidémico” al cual se enfrenta la
sociedad contemporánea serían, entre otras, los efectos de la sobrepoblación y el mayor
hacinamiento de los grupos humanos, el impulso descontrolado de la urbanización, las
consecuencias negativas del cambio climático sobre los ecosistemas naturales y las
capacidades inmunológicas de las poblaciones, así como también los impactos de la
globalización en la mayor dispersión de infecciones6. Uno de los indicadores de la magnitud
que estarían alcanzando estos factores puede encontrarse en el hecho de que, de acuerdo con
las Naciones Unidas, casi el 70% de la humanidad hacia el año 2050 podría vivir en ciudades,
incrementando con ello no sólo los grados de hacinamiento de miles de millones de personas,
sino que, además, las posibilidades del desarrollo de epidemias tanto o más explosivas como
la que se vive durante estos días7. Todo esto, cabe recordar, ante un escenario de crecimiento
exponencial de la población mundial que podría alcanzar durante este siglo la exorbitante cifra
de 12 mil millones de personas; es decir, un aumento en casi 60% de sus ya altísimos (y
absolutamente inviables) niveles demográficos.

La población mundial podría llegar a los 12 mil millones durante este siglo8
4
Enlace: https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC4223919/.
5
“Coronavirus isn’t an outlier, it’s part of our interconnected viral age”. World Economic Forum
(https://www.weforum.org/agenda/2020/03/coronavirus-global-epidemics-health-pandemic-covid-19/).
6
Idem.
7
Idem.
8
OurWorldinData.org.
En el caso de la posible influencia del cambio climático en la propagación de futuras plagas
epidémicas, un dato especialmente preocupante puede hallarse en el hecho de que, de acuerdo
con las previsiones del Foro Económico Mundial, el avance del calentamiento global hacia el
año 2080 podría aumentar el número de personas bajo riesgo de sufrir enfermedades asociadas
a picaduras de mosquitos en unos mil millones en comparación a las tasas actuales, esto último
incluyendo a poblaciones en regiones tales como Europa y el este de África (libres aún de este
tipo de enfermedades)9. Un ejemplo reciente de lo anterior puede encontrarse en el efecto
potenciador que tuvo uno de los pasados episodios de calentamiento oceánico conocido como
ENSO durante la epidemia de Zika durante el año 201510. Otro ejemplo de lo mismo sería la
crisis por infecciones de dengue que se vive hoy en Argentina y que ha afectado ya a más de
600 personas. Un dato contundente que mostraría la actual tendencia de incremento de las tasas
de enfermedades infecciosas a lo largo del planeta puede verse en el hecho de que, de acuerdo
con la OMS, existirían ya alrededor de siete mil alertas de posibles brotes infecciosos cada mes
en el mundo; es decir, una cifra sustancialmente superior a las de décadas pasadas11.

Número de países experimentando un aumento de crisis epidémicas (1995-2018)12

De vital importancia en la generación de condiciones más favorables para una mayor


transmisión de epidemias a nivel internacional destacan, como ya dijimos, las características
de la llamada globalización que, gracias al importante desarrollo que han tenido los sistemas
de transporte en las últimas décadas, ha significado un sustantivo aumento de la capacidad de
las poblaciones para desplazarse a lo largo y ancho del planeta. Una muestra de lo anterior es
que hoy cualquier persona estaría hipotéticamente capacitada, por ejemplo, para trasladarse
desde la más remota villa a un centro urbano en menos de 36 horas, incrementando con ello la
potencial velocidad de expansión de posibles focos infecciosos.13 Otra muestra de la magnitud
que viene alcanzando el transporte de personas alrededor del planeta puede hallarse en el
masivo aumento de viajes en avión que pasaron desde los 310 millones en 1970 a los 4.2 mil
millones durante el 2018, habiendo constituido hoy el transporte aéreo, de hecho, una de las

9
“Coronavirus isn't an outlier, it's part of our interconnected viral age”. World Economic Forum (enlace arriba).
10
Idem.
11
Idem.
12
Harvard Global Health Institute. Global Economic Forum analysis of data from WHO Disease Outbreak News
(https://www.weforum.org/agenda/2020/03/coronavirus-global-epidemics-health-pandemic-covid-19/).
13
“Coronavirus isn't an outlier, it's part of our interconnected viral age”. World Economic Forum (enlace arriba).
principales bases para la rápida propagación que ha tenido la actual epidemia de coronavirus
en diversos continentes14.

Pero la perspectiva marxista tradicional no sólo fallaría al momento de integrar los problemas
asociados al avance del sistema industrial, la urbanización sin límites, el crecimiento
demográfico descontrolado y el cambio climático al tener que dar cuenta de las causas y
proyecciones de la actual crisis epidémica. A la vez, dicha perspectiva dejaría en gran medida
de lado dos problemas claves de este nuevo “horizonte epidemiológico” que estaría tomando
cuerpo en el escenario histórico y que representarían, de por sí, una importante crisis estructural
de los actuales sistemas de salud a nivel internacional y, más de fondo, de los propios
fundamentos de la medicina moderna. Estos problemas son la creciente amenaza que
representaría el fenómeno de la “resistencia microbiana” y el de una posible propagación de
una serie de “patógenos antiguos” desde el ártico u otras zonas frías del planeta como efecto
del calentamiento global.

Virus gigante de treinta mil años hallado en muestras de permafrost siberiano15

La importancia de estos problemas no puede ser subestimada. En el caso de la resistencia


microbiana; es decir, la aparición de virus, bacterias y otros patógenos inmunes a los
antibióticos y las vacunas como producto de la capacidad de estos microorganismos de
desarrollar resistencias naturales basadas en mutaciones genéticas y otros mecánicos
biológicos, aquella representaría, de acuerdo con la OMS, un peligro tal que sería capaz de
poner en riesgo las propias bases de la medicina moderna16. Una de las razones de lo anterior
sería que el aumento de patógenos microbianos resistentes a los métodos médicos tradicionales
pondría en cuestión la utilidad de una serie de tratamientos sobre los cuales se sostienen los
sistemas de salud actuales (por ejemplo, los basados en la penicilina), permitiendo lo anterior
la reaparición o mayor incidencia de enfermedades que se consideraban ya superadas.

De acuerdo con la doctora Miriam Cires, este problema presentaría una gravedad tal que aquel
podría llegar prontamente a amenazar las capacidades de los sistemas médicos contemporáneos
para un tratamiento efectivo de una serie de enfermedades tales como las infecciones

14
Idem.
15
IGS CNRS/AMU (https://www.livescience.com/52175-ancient-giant-virus-revived-siberia.html).
16
“Antimicrobial resistance: global report on surveillance 2014”
(https://www.who.int/drugresistance/documents/surveillancereport/en/).
respiratorias agudas (o neumonía), enfermedades diarreicas, el paludismo y la tuberculosis17.
Según Cires, la extensión cada vez mayor de este problema podría ser vista tanto en el hecho
de que hoy más de la mitad de los casos de neumonía estreptocócica en una serie de regiones
del mundo serían ya resistentes a la penicilina, así como también en el de la importante
reducción de la efectividad de la cloroquina en el tratamiento del paludismo18. Otro ejemplo
de la importancia creciente de este problema es que hoy se producen más de 25.000 muertes al
año por enfermedades asociadas a distintos tipos de resistencia bacteriana solamente en la
Unión Europea19. Adicionalmente, esta situación podría constituir, asimismo, una grave
amenaza para la “capacidad de carga” (y por tanto para la viabilidad) de la mayoría de los
sistemas de salud del planeta, los cuales podrían verse prontamente superados (abrumados)
debido a las mayores dificultades, costos y complicaciones asociadas potencialmente al
tratamiento de enfermedades que ya se creían totalmente superadas.

El siglo XXI podría ver un retorno de enfermedades infecciosas que se creían ya superadas

Otra muestra del tipo de amenazas al que se enfrenta hoy la medicina moderna radicaría en el
peligro que representa la reaparición de bacterias o virus antiguos (u otras especies de
patógenos) que, habiendo estado congelados por cientos o miles de años en el ártico u otras
zonas frías alrededor del globo, podrían eventualmente “despertar” como producto del
calentamiento global y entrar en contacto con poblaciones humanas. Algunas de las
implicaciones potenciales de este peligro serían, por ejemplo, la posibilidad de un rebrote no
sólo de algunos agentes microbianos tales como los causantes de la viruela, la peste bubónica
u otras enfermedades infecciosas propias de los siglos recién pasados, muchos de los cuales se
encuentran en estado de latencia en algunas zonas frías tales como Siberia o Alaska, sino que,

17
“La resistencia a los antimicrobianos, un problema mundial”
(http://scielo.sld.cu/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0864-21252002000200012#cargo).
18
Idem.
19
“Antimicrobial resistance: global report on surveillance 2014” (enlace arriba).
además, la de otros patógenos con miles o decenas de miles de años de antigüedad20. Un
ejemplo de lo anterior, con efectos probablemente desconocidos, es el hallazgo de varios tipos
de virus gigantes (Pithovirus sibericum y Mollivirus sibericum) con más de 30.00 años que
fueron encontrados en muestras de permafrost siberiano por un equipo científico a cargo del
investigador Jean-Michel Claverie de la Universidad de Aix-Marseille. De manera
sorprendente, estos virus fueron capaces posteriormente de “revivir” en laboratorio y demostrar
que todavía conservaban sus propiedades infecciosas21. En el caso de otras investigaciones
similares, bacterias con antigüedades aproximadas entre 100.000 y 8 millones de años también
han podido ser revividas por equipos científicos22.

Virus y bacterias antiguas se esconden en las áreas congeladas del planeta

Ahora bien, el peligro de la reaparición de patógenos antiguos no se remitiría exclusivamente


al problema del derretimiento de zonas congeladas o al de la desestabilización de ciertas capas
de suelo en regiones frías tales como el permafrost, sino que, además, al de los efectos de una
serie de actividades propias de la sociedad industrial tales como la minería o la extracción de
gas natural o petróleo que han venido tomando un importante impulso en ciertas zonas del
Ártico. Uno de los peligros asociados a estas actividades en dichas áreas es que, al realizarse
excavaciones y perforaciones en capas de suelo antiguo, aquellas puedan traer a superficie virus
o patógenos que, tal como lo visto previamente, podrían ser capaces de “reactivarse” en caso
de entrar en contacto con humanos u otros animales23. Una de las posibilidades más alarmantes
de lo anterior sería que ciertas especies de virus que afectaron a los primeros habitantes
humanos del Ártico (o incluso aquellos que contagiaron a poblaciones locales de neandertales,
denisovanos o de otras especies de homínidos ya desaparecidas) puedan comenzar a infectar,
otra vez, a poblaciones humanas actuales24. Considerándose aquí que muchos de estos
patógenos podrían ser totalmente desconocidos por la humanidad, no existiendo además en

20
“There are diseases hidden in ice and they are waking-up”. BBC Earth
(http://www.bbc.com/earth/story/20170504-there-are-diseases-hidden-in-ice-and-they-are-waking-up).
21
Idem.
22
Idem.
23
Idem.
24
Idem.
muchos casos posiblemente ningún tipo de respuesta inmunológica por parte de nuestros
organismos ante aquellos, se hace claro que el potencial catastrófico de estos “gérmenes
dormidos” podría ir mucho más allá que el asociado a un mero “hallazgo evolutivo”. Debe
sumarse a lo anterior el peligro de que algunos de estos agentes infecciosos puedan haber
desarrollado en el pasado diversos mecanismos de resistencia microbiana a los medicamentos
tradicionales que podrían, o bien servir tanto para una mayor dispersión de estos patógenos en
el presente, o bien ser transmitidos a virus y bacterias actuales25. Una muestra de lo anterior es
que se han encontrado especies de paleobacterias con genes asociados a una posible resistencia
a la tetraciclina (medicina utilizada para combatir ciertas infecciones bacterianas) y a una serie
de antibióticos glicopéptidos26.

III. Coronavirus de Wuhan, epidemias y sociedad industrial

Hemos evaluado hasta aquí la relación entre el origen y la posible magnitud de la actual
epidemia de covid-19 discutiendo algunos aspectos del contexto ecosocial y epidemiológico
de esta última. Dos cuestiones resaltan en esta discusión. Primero, que esta crisis sanitaria
global no constituye un hecho epidémico aislado, sino que es parte de una tendencia más
general caracterizada tanto por el avance de una nueva generación de enfermedades infecciosas
(fenómeno que hemos denominado como el de un “nuevo horizonte epidémico” en el proceso
histórico), así como también por un empeoramiento generalizado de las condiciones de
reproducción ecosocial de las sociedades humanas. Sería justamente esta base doble (nuevo
horizonte epidémico y mayores grados de descomposición de la base ecosistémica de los
sistemas sociales) y no la mera crisis de los sistemas de salud neoliberales y las características
propias del sistema capitalista declinante contemporáneo lo que se encontraría, en realidad, en
la base del origen, magnificación y posibles impactos a largo plazo de la actual crisis sanitaria
mundial.

En otras palabras, la degradación de los sistemas de salud pública en el contexto de los


regímenes neoliberales, la desfinanciación de los sistemas de seguridad social y la
mercantilización de las diversas esferas de la vida cotidiana, aunque cumplirían el papel de
potenciadores de los efectos más nefastos de la presente crisis epidémica, no deben ser
entendidos como los factores centrales o más importantes en el origen, trayectoria y
proyecciones de ésta. Un ejemplo de lo anterior es la inexistencia de este tipo de crisis sanitarias
en la arena internacional, al menos con la gravedad e impacto planetario que viene tomando la
actual epidemia de coronavirus, durante una gran parte del siglo pasado. Todo esto plantea la
necesidad de asumir, si partimos del hecho de que lo que explica los grados de dispersión e
impacto de esta epidemia no sería, como dijimos, ni el estado de los servicios de atención
médica a nivel internacional en sí mismo, así como tampoco la mayor debilidad de los sistemas
de protección social de una serie de países luego de décadas de planes neoliberales, que crisis
sanitarias tales como la que se vive hoy a lo largo del mundo deberían seguir repitiéndose, de
manera inevitable y posiblemente a una escala y ritmos cada vez mayores, en el futuro cercano.
Esto último, otra vez, sin importar a que tipo de reformas, mejorías o transformaciones
estructurales puedan ser sometidos los sistemas de salud pública en diversos países. La razón
de lo anterior sería que, si bien la implementación de reformas al nivel de los sistemas de
atención médica en cada país podría ciertamente servir para palear el avance de epidemias tales
como la que estamos presenciando durante estos días (por ejemplo, en términos de las tasas de
mortalidad asociadas a la misma), dichas medidas no implicarían, necesariamente, un

25
Idem.
26
Idem.
cuestionamiento de las bases estructurales que se encontraron (y que se encontrarán con mucha
más fuerza en el futuro) en el origen de ésta y las próximas crisis epidémicas que azoten al
planeta: sobrepoblación, hacinamiento urbano, prácticas productivas ecológicamente
invasivas, etc. Por el contrario, dichas bases seguirán intocadas en tanto la sociedad industrial
y de masas subsista, preparándose así el escenario, al modo de un problema crónico y sin
solución, para nuevas y más poderosas crisis epidémicas y sanitarias.

La industria de animales salvajes en China ha sido foco de diversos brotes epidémicos

No, ninguna reforma de los sistemas de salud pública (por ejemplo, las asociadas a un aumento
potencial de sus niveles de financiamiento) estará capacitada para modificar las verdaderas
raíces estructurales (de naturaleza ecosocial) que explican el tipo de violenta dispersión
internacional y los efectos, cada vez más profundos, que está teniendo sobre el sistema mundial
la presente crisis sanitaria global, esto tal como una aspirina o un analgésico tampoco pueden
combatir las causas profundas de una enfermedad mortal en estado avanzado. ¡No! Ni la
inyección de vastas sumas de recursos al servicio del combate de esta y otras epidemias, ni la
existencia de sistema de salud plenamente públicos orientados a las necesidades del conjunto
de la población y ajenos a los intereses del lucro y el mercado… y ni siquiera la existencia de
un modelo de sociedad industrial alternativa al capitalismo (por ejemplo, el socialismo
moderno) estarían capacitados, realmente, para cuestionar la base fundamental de problemas
tales como aquellos de los que estamos siendo testigos con la propagación de la peste de
Wuhan; esto es, la descomposición terminal de las bases ecosociales de reproducción de la
sociedad contemporánea.

Los impactos nefastos de la economía moderna y la huella ecológica de la humanidad sobre el


planeta, el carácter cada vez más invasivo de las prácticas productivas sobre los ecosistemas,
el crecimiento poblacional infinito, la urbanización sin limites, el cambio climático, la
globalización, el aumento de las enfermedades infecciosas y su mayor recurrencia a nivel
internacional, el problema de la resistencia antimicrobiana y la reaparición de patógenos
antiguos, serían así todos factores que, encontrándose en la base del origen y el impacto de la
actual epidemia de coronavirus, responderían a un único problema: la sociedad industrial
moderna y su modelo de desarrollo económico y tecnológico característico. Dicho de otra
manera, lo que se hallaría en la base de los efectos de la epidemia de covid-19 sería, tal como
ya dijimos, no sólo el capitalismo y su intrínseca tendencia a la mercantilización de las diversas
esferas de la vida humana (por ejemplo, en el ámbito de la salud pública), sino que, por el
contrario, algo más profundo; esto es, la civilización moderno-industrial basada, entre otras
cosas, en una perspectiva eminentemente utilitarista y antropocéntrica del dominio de la
naturaleza y una comprensión técnico-productivista, inherentemente destructiva, del concepto
de progreso. Sería justamente este modelo de civilización y su conceptualización particular de
la relación humanidad-naturaleza, modelo que el capitalismo moderno habría llevado hasta su
consumación máxima, pero cuyo origen debe hallarse en los últimos siglos de la Edad Media
con los primeros albores de la sociedad moderna y su marco de relaciones económicas,
sociales, políticas y sistemas de pensamiento característicos inspirados en el marco valórico
renacentista y humanista, lo que se encontraría en la raíz histórica (basal) de los altísimos
grados de devastación socioambiental planetaria y desequilibrio climático sobre los cuales
están comenzando a gestarse crisis tales como la del nuevo coronavirus.

La perspectiva antropocéntrica de la modernidad constituye una de las bases de la actual


crisis planetaria

A partir de aquí, sería así el conjunto de sistemas sociales propios de la modernidad industrial
y sus patrones de desarrollo económico y demográfico basados en una lógica de crecimiento
infinito (incompatible con la existencia de un planeta con recursos limitados), esto desde las
actuales democracias occidentales avanzadas y la serie de regímenes capitalistas totalitarios o
autoritarios desarrollados en el último siglo (entre otros los regímenes fascistas, las dictaduras
nacionalistas o las petro-monarquías) hasta la mayoría de los modelos socialistas vigentes
durante el siglo XX, los cuales serían los responsables de los actuales grados de desequilibrio
ecosocial sobre los que la aparición de nuevos patógenos tales como el SARS-CoV-2 está
volviéndose más frecuente. Un ejemplo claro de lo anterior en el ámbito de los sistemas
socialistas puede encontrarse en los niveles de destrucción ecológica sin precedentes asociados
en el pasado al régimen soviético, los cuales se expresaron en importantes desastres
medioambientales tales como, entre otros, los conocidos casos de la destrucción del Mar de
Aral y el desastre nuclear de Chernobyl. Otro ejemplo de lo mismo puede hallarse en las
destructivas políticas de desarrollo industrial impulsadas durante el primer periodo de la
Revolución Rusa por el partido bolchevique bajo la dirección de Lenin y Trotsky. En el caso
de este último, uno de los principales defensores de un tipo de desarrollo industrial “sin límites”
(véanse sus alusiones en Literatura y Revolución a la necesidad de una manipulación y control
total de la naturaleza por parte del “nuevo hombre socialista”), puede mencionarse su rol en
los planes de industrialización temprana de la URSS que servirían, posteriormente, como una
importante base para las políticas de desarrollo económico stalinista. Recuérdese aquí,
asimismo, además de la fascinación productivista de Trotsky por las emanaciones industriales
(expresada en una serie de loas poéticas que pueden encontrarse en diversos pasajes de su obra),
su responsabilidad en los proyectos para la construcción de la central hidroeléctrica del
Dniéper, la cual sería culminada posteriormente bajo el régimen de Stalin.

El modelo socialista industrial también es responsable de la crisis ambiental contemporánea

Un ejemplo reciente de lo anterior en el campo socialista, demostrando con ello que no se trata
de un problema remitido solamente al siglo pasado o al ámbito exclusivo de la URSS, lo
constituye el caso de algunas experiencias contemporáneas de gestión obrera tales como el de
la mega-industria Zanón en Argentina, una de las fábricas más contaminantes de Latinoamérica
en el rubro de la altamente nefasta industria de producción de cerámicos. Otro caso es el de la
empresa Madygraft en el rubro de la destructiva industria gráfica, responsable esta última a
nivel mundial de la desaparición progresiva de importantes reservas naturales tales como el
Amazonas. Aunque casos minúsculos en comparación a aquellos que se encuentran detrás de
los desastres ambientales producidos por los regímenes socialistas de tipo productivo-
industrialistas desarrollados durante el siglo pasado, resalta sin embargo la casi total
indiferencia que estas experiencias bajo control obrero han demostrado, aquello
fundamentalmente por la responsabilidad de sus dirigencias sindicales (muchas de ellas ligadas
a partidos de izquierda parlamentarista con una marcada extracción ideológica industrialista
tales como en el caso del PTS argentino), ante los problemas ambientales y ecológicos, esto
prácticamente desde su fundación hace algunos años (en el caso de Zanón desde el 2002).
Zanón - ¿Destrucción ambiental bajo control obrero?

Ahora bien, tal como señalamos en la introducción de este material, la actual epidemia de
covid-19 no es el único ni el más grave de los productos de la presente dinámica de degradación
ecosocial que se encuentra en la base de esta última. En realidad, si tenemos en cuenta el peligro
que representa no sólo la armada de nuevos virus, bacterias y otros patógenos que, como
producto de dicha dinámica, se aprestan a golpear, de modo cada vez más brutal, al conjunto
de las sociedades humanas, sino que, además, los efectos súper-catastróficos del fenómeno de
quiebre ecosistémico planetario en curso y del avance, ya irrefrenable, del calentamiento
global, la actual crisis sanitaria mundial se nos presenta, como dijimos… nada más que como
un anticipo. Esto es lo que comenzaremos a ver en la primera parte de esta serie referida a la
gravedad y los efectos del primer grado de calentamiento global sobre los sistemas sociales, el
proceso histórico y la lucha de clases.

Marzo 10 – 21, 2020


Prăbușirea a început
Especial Crisis Mundial por el Coronavirus

-Coronavirus de Wuhan, Cambio Climático y Crisis Civilizatoria


Notas para un Marxismo Colapsista (Palabras iniciales)

Enlace:
https://www.scribd.com/document/451654082/Coronavirus-de-Wuhan-Cambio-Climatico-y-
Crisis-Civilizatoria

-El calentamiento global como horizonte cataclísmico de la historia


Grado 1: La antesala del infierno
(con sección introductoria en torno a la crisis del coronavirus)

Enlace:
https://www.scribd.com/document/451654506/El-Calentamiento-Global-como-Horizonte-
Cataclismico-de-la-Historia-I

-¡Peste!
¡Una nueva era de grandes plagas ha comenzado!

Enlace:
https://www.scribd.com/document/451654725/Peste-Una-nueva-era-de-grandes-plagas-ha-
comenzado

-Coronavirus: ¡Emergencia colapsista!


20 medidas ante la catástrofe

Enlace:
https://www.scribd.com/document/453349601/Coronavirus-Emergencia-colapsista-20-
medidas-ante-la-catastrofe

Materiales de lanzamiento reciente

-El Horizonte de un colapso civilizatorio inminente.


Entrevista de Paul Walder a Miguel Fuentes (I)

Enlace:
http://www.politika.cl/2019/12/14/parte-i-el-horizonte-de-un-colapso-civilizatorio-inminente-
conversacion-entre-paul-walder-y-miguel-fuentes/

-La inevitabilidad de la catástrofe.


Entrevista de Paul Walder a Miguel Fuentes (II)

Enlace:
http://www.politika.cl/2019/12/22/conversacion-con-miguel-fuentes-parte-ii-la-
inevitabilidad-de-la-catastrofe-eco-social-planetaria/
Material especial (Inédito)

-Polémica entre Miguel Fuentes, Michael Lowy, Antonio Turiel y Jorge Altamira
Ecosocialismo versus Marxismo Colapsista (Secciones I, II, III y IV)

Parte I
Enlace
https://www.elciudadano.com/politica/ecosocialismo-versus-marxismo-colapsista-i/06/14/

Parte II
Enlace
https://www.elciudadano.com/medio-ambiente/ecosocialismo-versus-marxismo-colapsista-ii-
una-conversacion-con-michael-lowy-miguel-fuentes-y-antonio-turiel/06/26/

Parte III
Enlace
http://www.politika.cl/2020/01/14/ecosocialismo-versus-marxismo-colapsista-iii-una-
conversacion-con-michael-lowy-miguel-fuentes-y-antonio-turiel/

Parte IV
Enlace
https://www.scribd.com/document/449782563/Michael-Lowy-versus-Miguel-Fuentes-Partes-
I-a-IV

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