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Francisco Lage
1. Yhwh, Alláh, Jesús
2
contacto personal, es hasta hoy un fenómeno prodigioso. Muchos de sus
propagandistas ven en el éxito de su misión la prueba de que existe una
especie de “naturaleza musulmana” en toda la humanidad. ¿Qué hacer de
la religión de “los “otros”? 2
3
ganado” y, después del paso del Mar Rojo, de “todo el ejército del Faraón”,
de modo que “no escapó ni siquiera uno”. Para la fe monoteísta aquella
matanza indiscriminada iba a ser el comienzo de las masacres provocadas
por la comprensión de la religión en términos de verdadero/falso, fiel/infiel.
Hasta aquel momento, cada pueblo honraba a sus propios dioses y
consideraba normal que cada uno diese a su dios el nombre que mejor le
pareciera, con la conciencia más o menos explícita de que en el fondo se
trataba de la misma divinidad. El monoteísmo mosaico introdujo la
distinción entre dioses verdaderos y falsos, dioses que hay que adorar y
dioses que no se pueden invocar, sino que es obligado destruir.
4
escrúpulo el fanatismo de los radicales islámicos y de algunas naciones
cristianas. 3
5
Gomorra, dejó en el aire la cuestión de si es imaginable que en aquellos
antros de maldad no hubiera ni diez personas justas. La mujer de Tekoa
intercediendo ante David en contra de una legislación inmisericorde es la
voz de quienes leían con horror aquellas historias salvajes incluso para
aquellos tiempos bárbaros (2 Sa 14,1-24). La imagen del Dios
“compasivo”, que ama a todos por igual porque todos han sido creados a su
imagen, ha sido normalmente borrada por los jefes religiosos que tienden a
estrechar el cerco en torno a su grey. 4
No hay que echar más leña al fuego, pero hay que juzgar críticamente a
quienes, a fuerza de progre tolerancia, cierran los ojos a lo que es criticable
en cualquiera de las tres religiones monoteístas. Los cristianos hemos dado
un gran paso, movidos con frecuencia por corrientes filosóficas, quizá de
raíz, aunque no de confesión cristiana. La abolición de la pena de muerte
en muchas naciones debe más a la sensibilidad humanista de nuestros
contemporáneos que al empeño de las iglesias. 5 El mundo cristiano, tan
tolerante y obsequioso con el Islam, pide con razón alguna medida
recíproca de parte de los países islamistas. Las caricaturas de Mahoma en
4
Algunos textos se inclinan por el universalismo; otros, por el particularismo; algunos son
incluyentes; otros, excluyentes. No es un mensaje unívoco, sino que depende tanto de las
circunstancias como del talante de cada autor: A.L.GRANT-HENDERSON, Inclusive Voices in
Post-Exilic Judah (Collegeville, MN, 2002, The Liturgical Press).
5
En el Compendio de la Doctrina social de la Iglesia, publicado por el Consejo Pontificio
para la Justicia y la Paz (Vaticano 2004, Librería Edit. Vaticana, nº 405) se admite que “aunque
la enseñanza tradicional de la Iglesia no excluya ... la pena de muerte ... La creciente aversión
de la opinión pública a la pena de muerte y las diversas medidas en vista de su abolición, o al
menos de la suspensión de su aplicación, constituyen manifestaciones visibles de una mayor
sensibilidad moral”. La rémora del magisterio en reconocer los Derechos Humanos es descrita
por LUIS GONZÁLEZ-CARVAJAL SANTABÁRBARA, En defensa de los humillados y ofrendidos.
Los derechos humanos ante la fe cristiana (Santander 2005, Sal Terrae) 48-65.
6
una revista danesa no justifican el asesinato de un sacerdote católico en
Turquía ni de muchos cristianos en Nigeria. 6
7
vecinos, fue progresivamente corregido o edulcorado. El redactor de las
Crónicas relativiza la conquista de Canaán mediante guerras violentas y
victorias fulgurantes y lo hace no por razones históricas sino para dibujar
un horizonte de paz utópica en medio de un mundo violento. En la
tradición JE (Jehovista) son escasas las referencias a las “guerras de
Yhwh”, tema dominante en la tradición D(euteronomística), la cual en
tiempos de Josías pretendía justificar una reconquista fulgurante del reino
del Norte, sometido a Asiria desde 720 a.C. No se discuten las buenas
razones exegéticas, pero quizá se pretende eliminar por principio un apoyo
de las tesis violentas. 8
8
Una curiosidad exegética es la casi misteriosa desaparición de las bibliografías de un libro del
gran fundador de la escuela de las formas, H.GUNKEL, Israelitisches Heldentum und
Kriegsfrömmigkeit im Alten Testament (Göttingen 1916, Vandenhoeck & Ruprecht), escrito en
el fervor belicista de la época: el libro de los Jueces demostraría que la experiencia de la guerra
hace crecer la piedad del pueblo, tal como en aquel tiempo se pretendía observar en Alemania.
Sobre la desaparición del libro de Gunkel: G.MITCHELL, “War, Folklore and the Mystery of a
Disappearing Book”: Journal for the Study of the Old Testament 68 (1995) 113-119.
8
discriminación racial, nacionalismo excluyente. Ninguna de estas
aberraciones ha dejado de buscar su apoyo en los textos bíblicos.
9
Este precepto crea dificultades al hebraísmo liberal, ya que la nación de
Amalec se identifica fácilmente con el pueblo palestino, jordano o árabe en
general. El precepto manda “borrar el recuerdo de Amalec de debajo del
cielo” y hacer guerra sin cuartel y sin pausa en nombre del Señor (“guerra
contra Amalec de generaciòn en generaciòn”, Ex 17,16). No es sólo un
problema de sensibilidad o de civilización de acuerdo con los tiempos
modernos, sino también de fidelidad a la norma de la justicia bíblica que
prohibe la venganza para siempre. Como observaba el rabino A.Bornstein:
“La descendencia de Amalec será castigada por los pecados de sus padres.
Pero la Toráh enseña que los padres no serán condenados a pena capital por
el pecado de sus hijos, ni los hijos por los pecados de sus padres”. En los
tres primeros siglos de la era cristiana, el filósofo helenístico Filón de
Alejandría, el Pseudo-Filón y el historiador Flavio Josefo se ocuparon de
esta dificultad. En las antiguas culturas era frecuente el propósito de
exterminar a los enemigos, pero por un tiempo limitado. No era normal
exigir el exterminio de personas y de sus descendientes para siempre. 10
Con la fundación del Estado Judío, después de dos milenios, este problema
sigue teniendo actualidad, sobre todo por el poder indiscutido y la saña del
ejército israelí. El rabino José Soloveitchik ha aplicado el decreto contra
10
Amalec a toda nación, como fue la Alemania Nazi, que pretenda eliminar a
los judíos. Posteriormente tuvo que admitir que la norma no se puede
aplicar a los hijos y nietos. Trágicamente, en la última década, algunos
rabinos han aplicado directamente la venganza contra Amalec al conflicto
palestino-israelí, justificando así la matanza realizada por Baruch Goldstein
en la mezquita de Hebrón el día de la fiesta de Purim como una réplica
meritoria de la ejecución de Amán (Ester 7,10). El fanatismo religioso no
puede justificar una acción inmoral. Rabinos más conscientes condenaron
las matanzas de Sabra y Shatila (Líbano, 1982), consentidas por quien
luego fue primer ministro israelí, Ariel Sharon: los judíos no pueden ser
responsables, ni siquiera indirectamente, del exterminio intencionado de
inocentes no beligerantes. El recuerdo de Amalec no puede hacernos
olvidar que también en tiempos de guerra la ambigüedad moral es
religiosamente intolerable.
11
preguntaba si esa lectura es verdadera, si puede ser fundamentada y
asumida aún hoy día. Desde la perspectiva de la exégesis histórico-crítica
parece, por lo menos a primera vista, que todo habla en contra de ello. Así
el año 1920 el eminente teólogo liberal Adolf von Harnack formuló la tesis
siguiente: «rechazar el Antiguo Testamento en el siglo segundo (alude a
Marción), fue un error que la gran Iglesia condenó con razón; mantenerlo
en el siglo dieciséis fue un destino al que la Reforma todavía no se podía
sustraer; pero, desde el siglo diecinueve, conservarlo todavía en el
protestantismo como documento canónico, de igual valor que el Nuevo
Testamento, es consecuencia de una parálisis religiosa y eclesiástica”. 12
El Antiguo Testamento y, en particular, la historia antigua de Israel se
juzgan hoy críticamente como una gran construcción ideológica, elaborada
en tiempos del Destierro en Babilonia, en los siglos VI-V a.C., y
continuada en tierra de Israel, en tiempos de la Restauración, durante los
siglos IV-III a.C. Esa gran obra literaria pretendía justificar la
supervivencia del pueblo y el deber de reconstruir la vida nacional gracias a
la tolerancia del imperio persa y, posteriormente, de la cultura helenística.
Es normal que una historia escrita siglos después de los hechos que se
narran, con la intención de alimentar la memoria histórica de un pueblo al
borde del exterminio, sea hoy examinada de forma implacable.
12
reivindicar un derecho de propiedad. El primer terreno que su antepasado
más célebre, el patriarca Abrahán, consiguó en aquella tierra para sepultura
de su esposa, lo tuvo que pagar a precio de oro (Gn 23 ). 13
13
Sobre la formación del judaísmo y de las Escrituras Hebreas en el tiempo del Destierro, un
libro algo irreverente: A. PAUL, Et l'homme créa la Bible. D'Hérodote à Flavius Josephe (París
2000, Bayard). El título lo dice todo.
13
poesía antigua. Aquella obra maestra de literatura – en parte, una
composición original y, en parte también, una adaptación de versiones y
fuentes anteriores – sería objeto de un nuevo trabajo de edición y
elaboración hasta convertirse en ancla espiritual no sólo de los
descendientes del pueblo de Judá, sino también de comunidades extendidas
por todo el mundo” (p. 1). 14
14
I. FINKELSTEIN Y N. A. SILBERMAN, La Biblia desenterrada. Una nueva visión arqueológica
del antiguo Israel y de los orígenes de sus textos sagrado (Madrid 2003, Siglo Veintiuno de
España).
15
La deformación de la historia a fin de exaltar la cultura hebrea como matriz de la superioridad
cultural de Occidente se programó con plena conciencia en algunas univerdades americanas,
sobre todo por el grupo formado en torno al gran arqueólogo W. F. Albright. Cfr. K. W.
WHITELAM, The Invention of Ancient Israel. The silencing of Palestinian history (Londres &
Nueva York 1996, Routledge).
14
territorios” y que hasta 1967 formaban la Cisjordania, integrada en el reino
hachemita de Ammán; y cerca de otro millón que vive en el territorio de
Gaza, finalmente abandonado por los colonos israelíes en Agosto de 2005.
Golda Meir, la ilustre primera ministra (1969-1974), ni siquiera sabía que
existían. Nada mejor que ignorarlo para despreciar a un pueblo humillado
y enfurecido, con razón. Los términos “Palestina, palestinense” no se
encontrarán en la obra de W. F. Albright, el cual divulgó la expresión
ideológica “Tierra Santa” (Holy Land). Exactamente igual es el cuidado
con que los israelíes evitan hoy la expresión “Tierra Santa”, en lugar de la
definición “políticamente correcta” de Israel. 16
15
resuena una cuestión moral: ¿qué tipo de sociedad, de mundo, estamos
construyendo de acuerdo con nuestra fe? En la formulación de esta
pregunta está el valor y quizá también la limitación de la historia bíblica.
La actualidad de la pregunta se demuestra por la necesidad de actualizarla
para formar un juicio moral sobre nuestras sociedades y culturas cristianas.
La limitación está en el hecho de que los acontecimientos concretos, la
empresa humana, pierden interés y por eso se dejan como argumento más
propio de “los anales de los reyes”, anales que, para colmo, no han llegado
hasta nosotros. De esta forma la compilación de las antiguas tradiciones no
se realizó de manera profesional, por historiadores de clase. Los autores de
estos relatos escribieron guiados por una crítica subversiva de la historia, a
fin de formular en términos nuevos la identidad del pueblo. Seleccionaron
las antiguas tradiciones sin preocuparse gran cosa de su supuesta
venerabilidad. El valor o mérito de las tradiciones se medía según la
coherencia con la imagen del pueblo que ellos querían transmitir.
Incluso desde una posición de fe, hay que emprender serenamente la tarea
de deconstruir y limpiar de maleza los textos. En primer lugar, porque este
trabajo ya lo realizaron las comunidades que han buscado su inspiración en
la Biblia, al escoger solamente los textos que correspondían a las líneas
maestras de su doctrina. En segundo lugar, porque la evolución interna de
las Escrituras, favorecida por el estilo dialogal de la religión hebrea con la
“palabra de Dios”, tal como la entendieron los profetas, corresponde a la
misma restructuración o reinterpretación que con razón ha sido calificada
de “infinita”. En tercer lugar, porque esta lectura que aparentemente se
aparta con frecuencia del texto y, más aún, de la supuesta intención de sus
autores, ha permitido descubrir nuevos mensajes que hoy propone la
teología liberacionista, la lectura feminista de la Biblia y las
16
interpretaciones de teólogos del mundo africano. Estas interpretaciones
parten generalmente de la hipótesis de que el mensaje de la revelación ha
sido deformado por los códigos culturales en que se trasmitieron los textos
o por los mismos autores y redactores finales de la Biblia. Descubrir estos
códigos y situar el mensaje en un nuevo contexto o código cultural, es la
tarea que hoy corresponde a una lectura científica de la Escritura. Algunas
defensoras de la interpretación feminista proponen una metodología de
“recuperación”, que consiste en introducir una visión positiva de la mujer o
del género, como hoy se dice, en los mismos textos que favorecen
abusivamente el predominio machista; o introducir una metodología de
“correlación”, que traslada a los problemas de género los oráculos con que
los profetas bíblicos afrontaron problemas semejantes de discriminación y
marginación. 17
4. Leer “a Contrapelo”
17
Dios quisiera destruir mediante el diluvio universal el mismo mundo que
fue declarado bueno, muy bueno, al salir de las manos del Creador. Por la
misma razón carece de sentido preguntarnos cómo es posible que Dios se
arrepintiera de haber creado la humanidad y estuviera dispuesto a acabar
con todos los seres vivos, dado el cariz que iba tomando la historia (Gn 6,5-
7). Y preguntarnos si es imaginable que Dios escoja como “suyo” a un
pueblo por encima de todos los demás pueblos de la tierra. Y es imposible
admitir que la misericordia del Señor sea eterna, cuando se alaba el hecho
de que, por salvar a “su Israel”, no dudase en aniquilar “pueblos numerosos
y reyes poderosos: Seón, rey de los amorreos, Hog, rey de Basán, y todos
los reyes de Canaán”, a fin de dar “la tierra en herencia a Israel, su pueblo”
(Sal 135,10-12). 18
18
El valor literario del Antiguo Testamento, sobre todo en ciertos pasajes y autores escogidos es
una de las razones del éxito del “Libro”. Harold Bloom, célebre e influyente crítico literario
americano, reserva particular admiración al Yahvista, al que se atribuyen algunas de las
imágenes más sorprendentes con que se reviste a la divinidad en el Pentateuco: “El genio del
Yavista tiene una capacidad expresiva tal que supera al mismo Shakespeare (superioridad que
me cuesta reconocer). El personaje fundamental [del relato Yahvista] es sin duda el mismo
Dios” (H.BLOOM, Genios: un mosaico de cien mentes creativas y ejemplares, Barcelona 2005,
Anagrama).
18
tienen nada que ver con el terremoto que se produjo al morir Cristo en la
Cruz. Y menos aún con el sepulcro de Adán. 19
Hay que practicar una lectura dialéctica y no ceder sin más a la lectura
tradicional que busca en los textos bíblicos la justificación de su propia
ideología. Un texto múltiple exige una lectura dialéctica, capaz de afirmar
una cosa y su contraria, en pasajes diversos. La Biblia, que es el resultado
de tradiciones diversas y fragmentarias, viene a ser “libro abierto” a
múltiples interpretaciones, no sólo por el diverso punto de vista en que se
sitúa el lector, sino también por la riqueza plural del texto. Como reconocía
uno de los Sabios Rabinos a los que se atribuyen los dichos del Pirqe
Aboth [“dichos de los Padres”]: “Gira y vuelve a girar, dándoles vueltas,
porque en estos textos lo podrás encontrar todo”. 20
19
Cfr. D.J.A. CLINES, Interested Parties. The Ideology of Writers and Readers of the Hebrew
Bible, Sheffield Academic Press, Sheffield 1995, 187-211. Este capítulo se titula: "God in the
Pentateuch: Reading against the Grain" (= "a contrapelo") y se publicó en: R. L. HUBBARD
(ed.), Studies in Old Testament Theology: Historical and Contemporary Images of God and
God's People, Festschr. D. L. Hubbard, DalIas 1992,79-98. Una introducción a la lectura
académica de la Biblia al margen de la sinagoga y de la Iglesia: PH. R. DAVIES, Whose Bible is
it anyway? (Londres 2004, T&T Clark International, 2ª ed.).
20
Sobre la complementariedad y las contradicciones de los textos bíblicos, M.FISHBANE, “Text
and Canon”, en: W.SCHWEIKER, The Blackwell Companion to Religious Ethics (Blackwell Pub.,
U.K., 2005) pp. 69-77.
19
añadiendo nuevas aportaciones. El cuerpo legislativo del Antiguo
Testamento, que sigue siendo el punto de partida para la enseñanza
rabínica, es un conglomerado de códigos que en muchos casos se
completan, pero que con bastante frecuencia se contradicen. Por una
decisión autoritaria de fe, todo el material legislativo se atribuyó
posteriormente a Moisés, con la intención de personalizar en el Gran
Legislador todo el trabajo legislativo de varias generaciones de juristas y
guías religiosos del pueblo. Ya el suegro le había aconsejado: ”Este
trabajo es superior a tus fuerzas; no podrás hacerlo tú solo ... Moisés
escuchó el consejo del suegro, Jetró” (Ex 18,18.24). Con la ironía de quien
conoce bien el percal, Jesús se lo recuerda a los judíos de su tiempo: “No
fue Moisés quien introdujo las normas del divorcio, sino vuestra
desvergüenza” (Mt 18,7-8)21.
5. Freno a la Violencia
Ante los horrores que la violencia pone ante nuestros ojos todos los días, se
hace muy cuesta arriba exonerar al Antiguo Testamento de su
responsabilidad en fomentar actitudes violentas y precisamente en nombre
de nuestro Dios. La “legítima violencia” de la sociedad bíblica llevó a la
condena y muerte de Jesús.22 Y esa muerte del Inocente desenmascara la
falacia asesina que justifica la violencia en la sociedad y en la religión. Es
21
Esto pone en cuestión el planteamiento tradicional de la inspiración, que es urgente revisar
también. Sobre la formación de los códigos legislativos: J. SKA, "La scrittura era parola di
Dio, scolpita sulle tavole" (Es 32, 16). Autorità, rivelazione e ispirazione nelle leggi del
Pentateuco: Ricerche Storico Bibliche 12 (2000) 7-23.
22
Esa “legítima violencia” la defiende N.LOHFINK, Gewalt und Monotheismus. Beispiel Altes
Testament: Theologisch-Praktische Quartalschrift 153 (2005) 49-162. Sin embargo, Lohfink ha
sido uno de los divulgadores de la tesis de Girard: Violencia y pacifismo en el Antiguo
Testamento (Desclée de B., Bilbao 1990).
20
la tesis que R.Girard no se ha cansado de exponer en numerosas
publicaciones. 23
23
Las obras principales de R.GIRARD están publicadas en castellano: La violencia y lo sagrado;
El chivo expiatorio (Barcelona, Anagrama). Los argumentos de Girard sobre la superación de
la violencia en el Antiguo Testamento se prolongan en su comentario al libro de Job: El camino
antiguo de los impíos. Una revisión de los puntos fundamentales, respondiendo de pasada a
algunos críticos, y afrontando el tema del “barrido” de la religión del horizonte de la cultura
moderna: R.GIRARD, Veo a Satán caer como el relámpago (Barcelona 2002, Anagrama). La
tesis de que la muerte de Jesús como víctima inocente puso fin a la mentira del chivo expiatorio
la explica R.GIRARD, "Is There Anti-Semitism in the Gospels?": Biblical Interpretation 1 (1993)
339-352, con las respuestas de J.Dewey a J.A.Darr en el mismo cuaderno. Una apasionada
crítica de la idea tradicional cristiana de la redención (y de los Redentoristas), ST.D.MOORE,
“God’s Own (Pri)son: The Disciplinary Technology of the Cross”, en: F.WATSON, The Open
Text. New Directions for Biblical Study (London 1993) 120-139.
21
del tormento. Otra cosa es que, siguiendo a Jesús, los cristianos sean
capaces de actos heroicos de autodonación.
Sin llegar tan lejos y sin esperar siquiera a la exhortación del Sermón del
Monte que manda “poner la otra mejilla” ni al consejo paulino de sacar los
colores al enemigo venciendo el mal con el bien (Rm 12,20-21, citando Pr
25,21-22), el Antiguo Testamento inicia la “deconstrucción” del “viejo
camino de los hombres perversos”. El Antiguo Testamento no enseña
únicamente la exigencia de venganza contra el enemigo. También enseña
que has de “amar al prójimo como a ti mismo” (Lv 19,18). En este “como
a ti mismo”, kamoja, se encuentra la raíz del concepto de alteridad. Quizá
por influjo de la vena humanista del helenismo, en los siglos en torno a la
aparición del cristianismo se abrió paso en los escritos judíos una nueva
sensibilidad hacia el valor de toda vida humana. Es la continuación del
pensamiento que aparece ya en el Levítico: del respeto o “reverencia hacia
la madre y el padre” (Lv 19,3), se pasa al amor del prójimo (Lv 19,18) y se
llega hasta el amor al extranjero que habita de manera estable en el país (Lv
19,34: “lo amarás como a ti mismo, porque vosotros fuisteis inmigrantes
en la tierra de Egipto”). El problema se complica cuando, como en el caso
del Buen Samaritano, nos enredamos en la pregunta sobre “quién es el
prójimo” (Lc 10,29). Reflejo de estas reservas en definir quién es el
prójimo es la utilización de varios títulos en el mismo contexto del capítulo
19 del Levítico: “prójimo”, “hermano”, “hijo de la nación”.
22
sus pecados?” (Ecli 28,2-4). El ideal de la tolerancia no sigue un
desarrollo lineal, ya que los textos de Qumran y Flavio Josefo restringen el
concepto de prójimo a los connacionales o miembros de la secta. En
cambio, en la carta de Aristeas (siglos II-I a.C.) se propone un ideal de
abierta humanidad hacia todo ser humano en razón de un motivo religioso.
En la Carta se aconseja a los gobernantes que “no recurran demasiado
fácilmente a los castigos ni sometan sin escrúpulo a los culpables al
tormento”. 24
23
actuar la posibilidad de la persona como ser para los otros. En el “des-
inter-esarse” de uno mismo nosotros nos interesamos por los otros y esto
equivale concretamente a aceptar la toráh. 25
25
E.LÉVINAS, A l’heure des nations (Paris 1988, Ed.Minuit) 145s.
24
el ámbito de lo humano y por tanto el que promueve lo humano está ya
promoviendo lo religioso”. 26
La “laicidad” de la ética de Lévinas puede explicar por qué entre todos los
mandamientos sea el quinto el que incluso a los no practicantes les parece
un mandamiento de valor evidente. “Puede parecer extraño, pero el
mandamiento de ‘no matar’ es ya la única voz del Decálogo que en nuestro
mundo secularizado sigue siendo citada como norma de conducta” (Bo
Reicke). “De todo el Decálogo, éste es el único mandamiento que puede
convertirse en grito de batalla, mientras que todos los demás han ido
cayendo víctimas de la emancipación” (G. Ebeling). 27
25
homicidio se amplia hacia la justicia como equilibrio social, que exige
mantener una promesa hecha con juramento a un extranjero. La carestía
que por tres años sufrió el reino de David fue interpretada como castigo
“por haber acabado con los Gabaonitas” (2 Sa 21,1). Contra el juramento
y el pacto hecho antiguamente (Ju 9,3-27), “Saúl pretendió acabar con
ellos, en su celo por Israel” (2 Sa 21,2), pues en la práctica les hizo
imposible residir en el país, los persiguió y pretendió exterminarlos. En
venganza, los gabaonitas exigieron la muerte de siete descendientes de la
familia de Saúl. Y David les entregó siete príncipes que los gabaonitas
clavaron en la pared rocosa del Monte de Saúl. Rispá, madre de dos de
los ajusticiados, se mantuvo junto a los cadáveres desde el comienzo de la
siega, en primavera, hasta las primeras lluvias de Septiembre: al caer la
tarde cubría con sacos los cadáveres de los ajusticiados para protegerlos de
los pájaros del cielo y de las fieras del campo. Rispá representa en la
tragedia un papel similar al de Antígona cubriendo de tierra piadosa el
cadáver de Polinices contra la orden del rey de Tebas, Creonte. En todo el
relato ella no dice una palabra, como representando su aislamiento en el
ser-otro, la alteridad identificándose con la suerte de los muertos. 28
26
además una culpa política, una injusticia que no se corrige sólo con la
buena voluntad del individuo… El crimen contra los gabaonitas comenzó
cuando se privó de sus medios de subsistencia a aquel grupo minoritario de
esclavos, ‘leñadores y aguadores’ (Jos 9,23). Ni los méritos ni la culpa se
pueden anular en una especie de contabilidad anónima. Son algo personal
e inconmesurable y por eso mismo exigen ser respetados en su propio
valor. Castigar a los hijos por la culpa de los padres es menos horrible
que tolerar la impunidad cometida contra un extranjero. Todos han de
aprender la lección: en Israel los príncipes pueden ser castigados con una
muerte horrible porque un grupo extranjero vio su derecho pisoteado por el
soberano. El respeto al extranjero y la santificación del Nombre Divino
quedan así sorprendemente equiparados. Todo lo demás es literatura. La
búsqueda del espíritu más allá de la letra es típicamente judío. No ha sido
preciso esperar al evangelio”. 29
29
E.LÉVINAS, Quattro letture talmudiche (Genova 1982, Il Melangolo) 60-61.
27
social que justifica favorecer a una parte de la población a costa de la otra
parte: “No matarás” y “Amarás a tu prójimo” son preceptos que no se
limitan a proscribir la violencia del homicidio. Esos preceptos se refieren
también a todos los asesinatos lentos e invisibles que se realizan en todas
las crueldades inocentes de la vida natural, en nuestra indiferencia de
«conciencia tranquila» respecto del prójimo”. La convivencia de dos
pueblos en la misma tierra exige también modificar los criterios por los que
se define a las personas como “nacionales”, como “ciudadanos” o como
“extranjeros”. De tales distinciones nace en el fondo de las almas una
especie de «infección latente», la idea de que «todo extranjero es un
enemigo». Israel se ha convertido hoy en un “Estado armado y dominador,
una de las grandes potencias militares en la cuenca del Mediterráneo, que
tiene enfrente al pueblo palestino desarmado y cuya existencia Israel se
niega a reconocer”. “Desde hace dos mil años, Israel no se había metido
en la Historia. Limpio de todo crimen político, puro con la pureza de las
víctimas, con una pureza que le ha permitido poner en evidencia lo que
quizá es su único mérito y es su larga paciencia, Israel se había considerado
incapaz de pensar una política que diese forma histórica a su mensaje
monoteísta. Pero hoy día ese proyecto lo está ya realizando. Desde 1948.
Y estamos sólo en los comienzos”. 30
30
L’al di là del versetto (Napoli 1986, Guida) 276. 282. Las palabras sobre la “infección
latente” del nacionalismo son de P.LEVI, Se questo è un uomo (Torino 1986, Einaudi) 13-14: el
nacionalismo puede convertirse en un sistema de pensamiento, como “premisa mayor de un
silogismo, al final del cual está el campo de concentración ... La historia de los campos de
exterminio debería recordarse siempre como una siniestra señal de peligro” (cit. por A.PONZIO,
Responsabilità e alterità in Emmanuel Lévinas, Milano 1995, Jaca B., p. 104). En la práctica la
exigencia de Lévinas está en la raíz del problema del actual Israel: “El «problema judío» está
en la relación más bien paradójica entre una religión y una nación específica, cosas que en Israel
se confunden identificando una con otra” (A.B.YEHOSHUA, Il cuore del mondo. Intervista di
Matteo Bellinelli, Casagrande, Bellinzona 1999, 19).
28
Como en el caso de la venganza de los Gabaonitas, no es cómodo seguir a
Lévinas en su razonamiento. Nos encontramos en la difícil conexión entre
justicia y piedad y no se acierta a combinar ambas disposiciones
adecuadamente. La conducta de Rispá pone de manifiesto que la exigencia
de justicia no puede olvidarse de la piedad. Las condiciones de vida
impuestas a los Gabaonitas y su consiguiente empobrecimiento llevan a
discutir la “justicia” de las medidas adoptadas contra los palestinos en
Israel. Ni siquiera en la Biblia se distingue con claridad entre justicia y
deberes permanentes de humanidad. Lévinas solía recordar la dificultad
de Moisés para articular sus pensamientos porque se “expresaba mal y
hablaba con una lengua de trapo”. “No era un defecto físico ... Era la
forma externa de un pensamiento que se niega a revestirse de retórica ...
ante una realidad dura, compleja y contradictoria” (L’Au delà du verset, p.
144). Descubrir en una Biblia “salvaje” y violenta un impulso para la
construcción de un mundo libre en el que se respeten los derechos
humanos, exige “deconstruir” no pocos textos. 31
6. Desarraigar la violencia
29
sigue hablando de un “pueblo elegido”, una “tierra prometida”, un “Dios
que habla por igual en ambos Testamentos”.
“El nuevo Israel debe hoy integrar no solamente a todos los judíos, a todos
los musulmanes, a todos los cristianos, sino también a toda persona que
escucha y pone en práctica la voluntad de paz y amor ... Los israelitas no
tendrán otra elección que contribuir a reconciliar a la humanidad con el
ideal de la unidad en el amor ... Judíos, cristianos, musulmanes deben dejar
de afirmar la supremacía de una religión sobre las otras, ya que la única
supremacía es ponerse al servicio universal de los más pobres y
abandonados para crear todos juntos un mundo digno del Creador de cielo
y tierra, Creador de toda la humanidad. Volver a nuestro deber hacia
nosotros mismos y hacia el Dios de la Biblia a quien pretendemos servir,
nos hace volver a las fuentes. La alianza, brît, está ontológicamente unida
32
con toda la creación”.
32 31
A.CHOURAQUI, Les Dix Commandemants aujourd’hui. Dix Paroles pour réconcilier
l’Homme avec l’humain (Paris 2000, Robert Laffont) 254; Mon testament. Le feu de l’Alliance
(Paris 2001; trad.it. Il mio testamento. Il fuoco dell’Alleanza (Brescia 2002, Queriniana) 167-
168: “l’apertura dei monoteismi al resto del mondo”. En idéntica línea, también A.RIZZI,
“Alleanza”, en: BARBAGLIO-BOF-DIANICH, Teologia (San Paolo 2002, Cinisello Balsamo) 1-
13, aquí 10ss.
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