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Algunos dicen que con los atentados del 11 de septiembre de 2001 empezó la
Nueva Era. Ha terminado lo que llamábamos Época Contemporánea y ha empezado algo
nuevo. Para algunos la Era de Acuario. Seguro te estarás preguntando de qué habla. Me
explico un poco.
Los profetas de la Nueva Era afirman que estamos entrando en la Era de Acuario,
una era de paz, tolerancia, amor y prosperidad cómo antes no los hubo. Algunos hasta lo
justifican diciendo que el Cristianismo no ha traído al mundo la paz que había prometido, y
que debe darse paso a una nueva religión universal, que esté más allá de denominaciones
particulares.
Para los New Agers (o sea los adeptos a este movimiento) Dios no es persona, como
lo concibe el Cristianismo: para ellos Dios es una Energía; la energía del cosmos,
que no se crea, ni se destruye, sólo se transforma.
La Nueva Era busca paz en la meditación trascendental. Hay hasta música New
Age, con sonidos de la naturaleza, animales, cascadas, vientos (la aromaterapia está
entre sus prácticas).
Uno de sus baluartes es la lucha por la ecología, ya que la naturaleza es un todo que
se funde en el Macrocosmos.
Me dirás y eso ¿qué tiene de malo? Por lo menos buscan la paz interior. Estoy de
acuerdo contigo. Pero este movimiento tiene algunas confusiones que deben ser
desenmascaradas. Dios y el Universo son distintos. Dios no es el universo, ni la suma de
todo lo creado. Dios está en el universo, porque lo creó y lo sostiene con su providencia,
pero él es mucho más que el universo. Dice un hermoso texto bíblico que “ni el universo lo
puede contener”. Dios no es una energía; es más que energía. Ni el hombre es sólo
energía. La energía existe y es poderosísima; sin embargo ella no es inteligente. Ella no
sabe que es más fuerte que nosotros. De tal manera que si bien el hombre es pequeño ante
el universo, es más inteligente que él y por ende puede dominarlo con su razón y su
voluntad; claro, respetándolo. Ya decía Francis Bacon: “ a la naturaleza se le vence,
obedeciéndola”.
Para los que creemos en Cristo, él es la novedad de Dios. No tenemos que buscar
respuesta en otros saberes. Respetamos las demás religiones, porque creemos que en ellas
hay semillas de la verdad; pero sabemos que Jesucristo es el Único Salvador del mundo
Ayer, Hoy y Siempre, y que Él es camino, verdad y vida. En el ambiente de tolerancia que
vivimos todo es aceptado. Se dice que todas las religiones son buenas si nos llevan a Dios.
Es cierto, pero hoy hay que volver a gritar Jesús es el Señor. ¿Tú qué opinas?
En una ocasión una estudiante me decía, profesor todas esas prácticas pueden ser
buenas si nos llevan a Dios. Otra me decía y “si el Cristianismo, no es la verdad ¿Por qué
tendría que ser el cristianismo la religión verdadera?” Aquí la cosa se pone difícil, porque
hay que optar.
Muchos de sus discípulos, al oírle, dijeron: «Es duro este lenguaje. ¿Quién
puede escucharlo?» Pero sabiendo Jesús en su interior que sus discípulos
murmuraban por esto, les dijo: « ¿Esto os escandaliza? ¿Y cuándo veáis al
Hijo del hombre subir adonde estaba antes?... «El espíritu es el que da vida; la
carne no sirve para nada. Las palabras que os he dicho son espíritu y son vida.
«Pero hay entre vosotros algunos que no creen.» Porque Jesús sabía desde el
principio quiénes eran los que no creían y quién era el que lo iba a entregar. Y
decía: «Por esto os he dicho que nadie puede venir a mí si no se lo concede el
Padre.»
Desde entonces muchos de sus discípulos se volvieron atrás y ya no andaban
con él. Jesús dijo entonces a los Doce: «¿También vosotros queréis
marcharos?» Le respondió Simón Pedro: «Señor, ¿donde quién vamos a ir?
Tú tienes palabras de vida eterna, y nosotros creemos y sabemos que tú eres
el Santo de Dios.» (Juan 6, 60-69 )
Tal vez este no debía ser el tema final de este ensayo, pero fue lo que me salió de la
pluma y además es el subtítulo del libro. Después de hablar del cielo, podríamos
preguntarnos tal como hizo el joven rico: “¿Maestro qué he de hacer para ganar la vida
eterna?”.
“Hacer” es una cuestión ética. ¿Qué tengo que hacer para ser feliz? ¿Qué es lo
mejor? Desde tiempos inmemoriales la humanidad ha buscado diversos caminos éticos casi
todos asumen que el hombre busca la felicidad, lo que puede variar son los caminos.
Los postmodernos creen que sentir es lo más importante. Por eso vemos un montón
de deportes extremos que nos llevan a experimentar nuevas sensaciones, pues ya estamos
aburridos de todo.
¿Cuál es el camino para ser feliz? Como filósofo cristiano sería incongruente que
no te dijera que busques a Dios. Ya lo habrás notado durante todo el libro. Sin Dios no
puede haber respeto por la dignidad del otro. Ya lo ha dicho alguien que la muerte de Dios,
de la que se ufanaron algunos filósofos del siglo XIX y XX, se ha convertido en la muerte
del hombre.
Somos criaturas en manos del Creador; El te ha dado todo, ha puesto todo bajo tus
pies, pero sin El no podemos hacer el bien; no podemos edificar una sociedad humana que
camine hacia la eternidad. Ponte en camino hoy.
Querido joven te escribo a ti que eres la esperanza. Tal vez los mayores no hemos sido los
mejores testigos de Cristo en el mundo, pero no puedes quedarte en el pasado. Hoy es
posible cambiar las cosas, la situación que te rodea. Es muy probable que no puedas
cambiar el universo, pero si tú cambias todo habrá cambiado. Se puede. Se puede. Te lo
repito se puede. No te rindas. No dejes que apaguen tus sueños.
Os escribo a vosotros, hijos míos, porque se os han perdonado los pecados por
su nombre. Os escribo a vosotros, padres, porque conocéis al que es desde el
principio. Os escribo a vosotros, jóvenes, porque habéis vencido al Maligno.
Os he escrito a vosotros, hijos míos, porque conocéis al Padre, Os he escrito,
padres, porque conocéis al que es desde el principio. Os he escrito, jóvenes,
porque sois fuertes y la Palabra de Dios permanece en vosotros y habéis
vencido al Maligno. (I Juan 2, 12-14)