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Universidad Nacional del Litoral

Facultad de Humanidades y Ciencias


Profesorado y Licenciatura en Letras
Literatura Hispanoamericana I
Profesora Celina Vallejos
Alumna Zoe Sanseverinatti DNI 40.959.113
Segundo cuatrimestre – Año 2018

Elegir un poema y un relato y analizarlos.

 La edad de oro de José Martí: “Tres héroes” y “Los zapaticos de rosa”.


 Azul de Rubén Darío: “El rey burgués” y “A un poeta”.

En el siguiente trabajo se analizarán el poema y el relato mencionados anteriormente del


libro Azul… (1888) de Rubén Darío (1867-1916).

En el caso del poema, podemos comenzar primeramente por el análisis del plano fónico,
donde debemos resaltar que “A un poeta” está formado por nueve estrofas de versos de
arte mayor (11 sílabas), y todos los versos presentan una rima consonante o perfecta, en
donde todos los sonidos son idénticos (ABAB):

¡Quién desquijara los robustos leones,


hilando esclavo con la débil rueca;
sin labor, sin empuje, sin acciones:
puños de hierro y áspera muñeca!

De la misma manera, y continuando en el mismo plano, podemos resaltar la presencia de


paralelismos en las estrofas n° 4 y 6, donde se produce la reiteración de una misma
estructura en los dos últimos versos de cada una de ellas:

No es tal poeta para hollar alfombras


por donde triunfan femeniles danzas:
que vibre rayos para herir las sombras,
que escriba versos que parezcan lanzas.
[…]
Bravo soldado con su casco de oro
lance el dardo que quema y desgarra,
que embista rudo como embiste el toro,
que clave firme, como león, la garra.

Por último, terminando con el plano fónico, interesa destacar que estos aspectos
mencionados permiten que el poema posea un ritmo que, como afirma Tinianov, es el
principio constructivo del verso. El metro, la rima y los paralelismos antes mencionados
construyen el ritmo del poema, el cual “depende de todos los elementos que constituyen
el plano del significante” (Vallejos, p.1).

Pasando al análisis del plano semántico, podemos mencionar ciertos procedimientos,


como por ejemplo, las comparaciones. En este caso, se ha notado que la mayor parte de
las comparaciones, también llamadas símiles, refieren a elementos de la naturaleza:

Bravo soldado con su casco de oro


lance el dardo que quema y desgarra,
que embista rudo como embiste el toro,
que clave firme, como león, la garra.

Cante valiente y al cantar trabaje;


que ofrezca robles si se juzga monte;
que su idea, en el mal rompa y desgaje
como en la selva virgen el bisonte.

También se debe resaltar que las imágenes que presenta el texto también son referidas a
la naturaleza, como así también a lo bélico:

Nada más triste que un titán que llora,


hombre-montaña encadenado a un lirio,
que gime fuerte, que pujante implora:
víctima propia en su fatal martirio.
[…]
Bravo soldado con su casco de oro
lance el dardo que quema y que desgarra,
que embiste rudo como embiste el toro,
que clave firme, como el león, la garra.
[…]
Que lo que diga la inspirada boca
suene en el pueblo con palabra extraña;
ruido de oleaje al azotar la roca,
voz de caverna y soplo de montaña.

Estos dos tipos de imágenes podrían pensarse como totalmente opuestas, ya que la
naturaleza y la guerra o lo belicoso, parecen ser dos ámbitos completamente contrarios;
sin embargo, es necesario notar que las imágenes y comparaciones que se toman de la
naturaleza no refieren a paisajes pacíficos y silenciosos, sino a animales que tienen una
impronta guerrera o feroz, así como también el ruido es del oleaje al azotar las piedras, al
golpearlas fuertemente.

Otro procedimiento que puede mencionarse en este plano es la alusión, ya que tanto en la
segunda estrofa como en la última, se hace referencia a dos textos de la tradición: la
segunda al mito grecolatino de Hércules y Onfalia, y la última al mito bíblico de Sansón y
Dalila. Se podría decir que estas dos alusiones tienen, en cierto punto, una relación entre
ellas ya que en ambas se lo presenta al sujeto masculino como un ‘esclavo’ del amor hacia
una mujer que de alguna manera provocan su propio tormento o su propia angustia.
Estas dos alusiones a otros textos, tienen una relación directa con algunos versos del
poema, en donde se hace una cierta comparación entre estos dos y el poeta a quien este
poema va dirigido, pero también podría pensarse que estos textos muestran una cierta
advertencia hacia ese mismo poeta, lo cual queda expreso en los dos últimos versos del
poema:

Deje Sansón de Dalila el regazo:


Dalila engaña y corta los cabellos.
No pierda el fuerte el rayo de su brazo
por ser esclavo de unos ojos bellos.

Finalmente, pasando al plano sintáctico, podemos observar el uso de equivalentes, ya que


aparecen elementos extraverbales tales como los dos puntos, los signos de admiración y
los punto y coma en casi todos los finales de los versos.

Pasando al relato “El rey burgués”, podemos ver en primer lugar que el enunciador se
refiere a otra persona por la utilización del vocativo “¡Amigo!” y que refiere a que le va a
contar un “cuento alegre” para mejorar el feo día, sin embargo, y a medida que se
continua con la lectura, nos damos cuenta de que ese ‘cuento alegre’, en realidad no lo es.

En segundo lugar, notamos que se hace una distinción tajante entre ‘poeta’ y ‘burgués’,
como si ambas categorías fueran inconciliables: “¿Era un rey poeta? No, amigo mío: era el
Rey Burgués” (1888: 43)1. Esto se puede ver también en consonancia con lo que se dice un
poco más avanzado el relato, cuando el poeta es presentado ante este rey y se lo califica
como “una rara especie de hombre” (45); esto deja bien en claro que en este palacio no
hay lugar para poetas, ni siquiera se sabe lo que esto significa o representa.

A partir de esto que se afirmó anteriormente, y leyendo atentamente la caracterización


del Rey Burgués y el discurso del poeta, podemos ver como el texto afirma qué no es ser
un poeta y qué sí lo es, respectivamente. De esta manera, la aseveración de que el rey leía
“novelas de M. Ohnet, o bellos libros sobre las cuestiones gramaticales, o críticas
1
Se cita según la edición de Gradifco Edición Nogal (2010).
hermosillescas” (44), encuentra su réplica, su crítica, cuando el poeta dice “¡Señor, el arte
no está en los fríos envoltorios de mármol, ni en los cuadros lamidos, ni en el excelente
señor Ohnet! ¡Señor! El arte no viste pantalones, ni habla en burgués, ni pone los puntos
sobre las íes.” (46).

Esta hipótesis de que el texto va desglosando lo que sería un poeta y lo que no, lo que
sería poesía y lo que no, lo que sería el arte y lo que no, marca de alguna manera una
‘metapoética’ o un trabajo de escritura que se cuestiona a sí mismo y que se encuentra
presente no solo en este relato sino también en el poema “A un poeta” analizado en un
primer momento.

Bibliografía.

Darío, R. (1888) “El rey burgués” y “A un poeta” en Azul... Buenos Aires: Gradifco (2010).

Vallejos, C. La métrica española. Documento de la cátedra “Introducción a los estudios


literarios”.

Vallejos, C. Nociones de versificación. Documento de la cátedra “Introducción a los


estudios literarios”.

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