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Política y Cultura

ISSN: 0188-7742
politicaycultura@gmail.com
Universidad Autónoma Metropolitana Unidad
Xochimilco
México

Beltrán Gaos, Mónica


Ensayo: Tolerancia y derechos humanos
Política y Cultura, núm. 21, primavera, 2004, pp. 179-189
Universidad Autónoma Metropolitana Unidad Xochimilco
Distrito Federal, México

Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=26702113

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Diversa
Tolerancia
y derechos humanos

Mónica Beltrán Gaos*

INTRODUCCIÓN Como virtud moral, porque con la tole-


rancia se aceptan las diferencias culturales
a tolerancia es la virtud de la de- y de opinión, las creencias y las formas de

“L mocracia. El respeto a los demás,


la igualdad de todas las creencias
y opiniones, la convicción de que nadie
vida distintas a las propias, porque en cues-
tiones morales, políticas y culturales, no se
puede establecer una verdad única y defi-
tiene la verdad ni la razón absolutas, son nitiva. Así, la tolerancia es la aceptación
el fundamento de esa apertura y generosi- consciente y positiva de las diferencias
dad que supone el ser tolerante. Sin la vir- culturales, políticas o morales (de grupos
tud de la tolerancia, la democracia es un estables organizados o de personas indivi-
engaño, pues la intolerancia conduce di- duales) porque representan otras formas
rectamente al totalitarismo.”1 de pensamiento o de acción, sin que esto
Esta cita de Camps nos proporciona el suponga una renuncia a las propias con-
punto de partida para abordar el tema de vicciones ni ausencia de compromiso per-
la tolerancia, y su relación incuestionable sonal.2
con los derechos humanos. Según el con- Como virtud política, porque hoy por
tenido propuesto por Camps, la tolerancia hoy las sociedades democráticas mantie-
se nos presenta como virtud, con una do- nen en gran medida sus sistemas de con-
ble perspectiva: moral y política. vivencia gracias a la consciente aceptación
* Instituto Intercultural para la Autogestión y la
2
Acción Cultural, España. José Antonio Baigorri Goñi et al., Los derechos
1 V. Camps, Virtudes públicas, Madrid, Espasa- humanos: un proyecto inacabado, Madrid, Edicio-
Calpe, 1990, p. 81. nes del Laberinto, 2000, p. 87.
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del pluralismo cultural de su propia reali- “diferentes”, por ejemplo, los homosexua-
dad social, y ello es gracias al ejercicio de les, los dementes o los incapacitados.6
la tolerancia.3 Para Bobbio, no es lo mismo el proble-
Del mismo modo, la tolerancia puede ma de la tolerancia de creencias u opinio-
ser entendida desde un punto de vista ne- nes distintas, que implica la argumentación
gativo y desde otro positivo. Negativo por- sobre la verdad y la compatibilidad teórica
que, si atendemos al significado del verbo o práctica de verdades contrapuestas, y el
“tolerar”, éste lo hallamos en clave negati- otro, el problema de la tolerancia hacia los
va: aguantar, soportar, resistir, sufrir, con- diferentes por razones físicas o sociales,
sentir, permitir, etc. El acto de tolerancia que sitúa en primer plano el tema del per-
presupone, primeramente, la existencia de juicio y la consiguiente discriminación.
razones para no admitir una acción, una En la actualidad, no podemos negar que
ideología o una creencia. Sin embargo, tras el mundo se nos presenta como un con-
sopesar o ponderar otro tipo de razones, junto de sociedades multiculturales que han
éstas se sobreponen a las primeras, de de desarrollar reglas generales de convi-
manera que se convierten en un motivo vencia acordes a derecho para asegurar una
válido para cambiar de actitud, y en defi- coexistencia pacífica y democrática para
nitiva, permitir, tolerar, dicha acción, ideo- todos. Un ejemplo actualísimo de esta ne-
logía o creencia. cesidad de crear y fomentar sociedades
Positivo, porque la tolerancia conlleva multiculturales lo encontramos en el fenó-
una actitud caracterizada por el esfuerzo meno cada vez más evidente de la migra-
para reconocer las diferencias y compren- ción, en el que la integración social y ab-
der al otro, es decir, reconocer su derecho soluta de nacionales y extranjeros nos
a ser distinto.4 Como afirma Michael Walzer, aboca a la construcción de sociedades plu-
“la tolerancia hace posible la diferencia; la rales y tolerantes, en las que el respeto a la
diferencia hace necesaria la tolerancia”.5 igualdad, la diversidad y el mestizaje so-
Norberto Bobbio presenta el concepto cial se establecerán como normas esencia-
de tolerancia también desde dos puntos les de convivencia.7
de vista, según se atienda a su significado Para alcanzar este fin, la tolerancia des-
histórico, que hace referencia a los pro- empeñará un papel indispensable, junto
blemas de convivencia entre distintas creen- con los derechos humanos, tanto en la teo-
cias, primero religiosas y después políti- ría (es decir, en la positivación de las mis-
cas, o al concepto de tolerancia más actual, mas) como en la actitud o en la práctica
que se extiende al problema de la convi- (directamente relacionado con la interio-
vencia entre minorías étnicas, lingüísticas, rización y conciencia de cada persona res-
raciales y, en general, de los que se llaman pecto de sus semejantes).
3
Ibid., p. 88.
4 6
José Martínez de Pisón, Tolerancia y derechos Norberto Bobbio, El tiempo de los derechos,
fundamentales en las sociedades multiculturales, Madrid, Sistema, 1991, p. 243.
7
Madrid, Tecnos, 2001, pp. 59-60. José Ramón Juániz Maya, XXI Retos para un si-
5
Michael Walzer, Tratado sobre la tolerancia, Barce- glo con derechos humanos, Valencia, España, Publi-
lona, Paidós (Colec. Estado y Sociedad), 1998, p. 13. caciones de la Universidad de Valencia, 2001, p. 43.

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Desempeñará un papel indispensable la tolerancia sería el punto de conexión


en la teoría porque, a tenor de la opinión entre todos los hombres, como única cla-
de Diego Valadés,8 el asunto de la toleran- ve para la paz. Como bien dijo John Locke
cia se inscribe en el ámbito de las relacio- en su Ensayo sobre la tolerancia (1666),
nes de poder, pudiendo ser éstas simétri- “la fuerza es un procedimiento equivoca-
cas o asimétricas. Según la tesis de Manuel do para hacer que los disidentes abando-
García Pelayo, e igualmente sostenida por nen sus convicciones; es atrayéndolos a
Valadés, las relaciones asimétricas son pro- que compartan las nuestras como se les
pias del poder del Estado, mientras que vinculará más al Estado [...] Quien difiere
las simétricas son aquellas en las que las de mí en una opinión se limita a mantener
partes se encuentran en igualdad de cir- una distancia entre él y yo; pero si yo le
cunstancias.9 hago mal por lo que él estima que es la
Es en estas últimas, las simétricas, en opinión verdadera, entonces se convertirá
las que el constitucionalismo moderno y en un completo enemigo. En el primer caso
contemporáneo ha de configurar y garan- se trata simplemente de una separación;
tizar, procurando que, en la medida de lo en el segundo, de una lucha”.12
posible, se realicen de acuerdo con moda- No obstante, antes de proseguir con la
lidades de cooperación.10 explicación de la tolerancia como virtud
En el derecho constitucional, la toleran- democrática, creemos necesario recabar la
cia concierne a tres sectores: el de la con- idea de que la noción de tolerancia es una
ciencia, referido a las convicciones religio- categoría histórica, es un concepto históri-
sas; el cultural, referido a las cuestiones co que, como tal, responde a las necesida-
étnicas, lingüísticas y de identidad regio- des sociales y políticas de cada momento:
nal, y, por último, el político, concerniente en su origen, las derivadas de la ruptura
al pluralismo.11 de la unidad religiosa; en fases posterio-
En la práctica, será necesario intensifi- res, como preludio de la defensa de los
car las actitudes tolerantes para alcanzar derechos y libertades individuales, y como
una sociedad en la que la convivencia pa- última fase, cuando triunfa el constitu-
cífica sea el hábitat natural en el que se cionalismo y se recogen en los textos de
desarrollen las personas. Todos somos di- las diferentes constituciones los derechos
ferentes, pero vivimos juntos, por lo que individuales, luego los de participación, y
8
por último los sociales .13
Diego Valadés, “Consideraciones acerca del ré-
Para algunos autores, como Martínez de
gimen constitucional de la tolerancia”, Boletín Mexi-
cano de Derecho Comparado, núm. 97, nueva serie, Pisón, en esta última etapa de constitucio-
año XXXIII, México, enero-abril, 2000, pp. 298-299. nalización, la tolerancia pierde parte de su
9
Manuel García Pelayo, Idea de la política y peso específico, y permanece como ele-
otros escritos, Madrid, Centro de Estudios Constitu-
cionales, 1983, pp. 187 y ss. mento importante de la sociedad (eso se-
10
Esta modalidad de cooperación se produce
cuando uno o más actores participan con un quántum 12 John Locke, Ensayo sobre la tolerancia, trad.

determinado de poder a propósito de un objetivo de Carlos Mellizo, Madrid, Alianza Editorial, 1999,
común. Diego Valadés, op. cit. pp. 53-54.
11 Ibid., p. 300. 13 José Martínez de Pisón, op. cit., p. 17.

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guro), pero dejando paso a los derechos bién pueden ser entendidos como un “Con-
fundamentales como piedra angular del junto de facultades, prerrogativas, liberta-
Estado de derecho, y es a través de éstos y des y pretensiones de carácter civil, político,
de sus garantías como se debe dar respues- económico, social y cultural, incluidos los
ta a las nuevas realidades. El autor sostie- recursos y mecanismos de garantía de todas
ne con firmeza que una vuelta a la tole- ellas, que se reconocen al ser humano, con-
rancia no sería sino un retroceso histórico siderado individual y colectivamente”.17
y, por tanto, una regresión en las conquis- A tenor de los conceptos de derechos
tas de la modernidad.14 humanos dados, observamos que éstos
En esta misma línea, Javier de Lucas comparten elementos comunes con la to-
fundamenta el retorno al discurso de la lerancia:
tolerancia existente en nuestros días en los
procesos de fragmentación que viven hoy 1) Ambos son categorías históricas que,
en día las sociedades, los efectos visibles dependerá del momento en el cual se va-
de desigualdad y ruptura, el descubrimiento yan a ejercer, su contenido quedará deter-
del fenómeno local y de lo diferente oca- minado de una u otra manera, de acuerdo
sionados por la globalización y por la apli- con las exigencias sociales y políticas.
cación de políticas neoliberales, dando 2) Los valores de dignidad, libertad e
como respuesta la necesidad de retomar y igualdad humanas pueden considerarse
reformular las nociones de libertad y de los tres ejes en torno a los cuales se ha
sus diferentes manifestaciones.15 centrado siempre la reivindicación de los
derechos humanos; la tolerancia también
busca reivindicar esos mismos valores,
TOLERANCIA Y DERECHOS HUMANOS pues aunque en principio pudiera pare-
cer que se encuentra más ligada con la
Como se dijo, la tolerancia es una categoría libertad y la igualdad, la tolerancia igual-
histórica que responde a las necesidades mente nos lleva a reconocer en el otro su
sociales y políticas de cada momento; los propia dignidad.
derechos humanos son “un conjunto de 3) La necesidad de positivizar (al más
facultades e instituciones que, en cada mo- alto nivel, es decir, en el plano constitucio-
mento histórico, concretan las exigencias de nal) tanto los derechos humanos como la
la dignidad, la libertad y la igualdad huma- tolerancia, se convierte en un elemento
nas, las cuales deben ser reconocidas posi- imprescindible a la hora de ejercitar nues-
tivamente por los ordenamientos jurídicos tros derechos, así como de hacer exigibles
a nivel nacional e internacional”,16 o tam- el respeto a los mismos por parte del resto
14 de la comunidad.
Idem.
15
Javier de Lucas, Para dejar de hablar de toleran-
cia, Doxa, Cuadernos de Filosofía del Derecho, núm.
11 España, Universidad de Alicante, 1992, p. 117. 17 Jesús Rodríguez y Rodríguez, voz “derechos
16
Antonio Enrique Pérez Luño, Derechos huma- humanos”, en Miguel Carbonell (coord.), Dicciona-
nos, Estado de derecho y constitución, Madrid, Tecnos, rio de Derecho constitucional, México, Porrúa/UNAM,
1999, p. 48. 2002, p. 173.

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Sin embargo, los derechos humanos El carácter absoluto de los derechos


poseen características propias que no com- humanos significa que, en caso de conflic-
parten con la tolerancia: son universales, to, éstos prevalecerán sobre el resto de
absolutos, innegociables e inalienables. Son derechos. El que sean innegociables se
universales porque son derechos de todos refiere a que en ningún caso estos dere-
los seres humanos, independientemente de chos podrán ser puestos en discusión, en
su cultura, su época histórica o cualquier ninguna circunstancia, aunque sea ésta de
otra diferencia. carácter excepcional.20 Entendemos por
Con la Declaración Universal de los inalienabilidad aquella cualidad de un
Derechos Humanos, aprobada por la Asam- derecho en virtud de la cual su titular no
blea General de Naciones Unidas el 10 de puede realizar sobre él ningún tipo de ac-
diciembre de 1948, por primera vez en la tos de disposición; es decir, que en virtud
historia, un sistema de principios funda- de la inalienabilidad, el titular del derecho
mentales de la conducta humana fue libre no puede hacer imposible para sí mismo
y expresamente aceptado, a través de los el ejercicio de éste.21
gobiernos de cada país, por la mayoría de El carácter inalienable de los derechos
los hombres que habitan la Tierra. Sólo humanos se fundamenta en la propia dig-
después de esta Declaración podemos te- nidad humana, pues ésta le es impuesta al
ner la certidumbre histórica de que toda la hombre en forma inexorable; el hombre
humanidad comparte algunos valores co- no puede renunciar a ella ni es libre para
munes, y podemos creer finalmente en la ser o no ser hombre, para tener o no tener
universalidad de los valores en el único una dignidad que él mismo no se ha con-
sentido en que tal creencia es histórica- ferido.22
mente legítima, es decir, en el sentido en Por lo expuesto, decimos que la tole-
que universal significa no dado objetiva- rancia no tiene las características de:
mente, sino subjetivamente acogido por el
universo de los hombres.18 • Universalidad: la tolerancia no está
Evidentemente, y ya desde un punto tipificada como derecho, sino que es
de vista jurídico, podemos basar la univer- una práctica que no está universalmente
salidad de los derechos humanos en las aceptada por todos los hombres, a di-
teorías iusnaturalistas o positivistas, en las
20 Recordemos aquí que en los estados de ex-
que se explica a partir de la naturaleza de
cepción, alarma o sitio, la suspensión de los dere-
la propia persona, en el caso iusnaturalista,
chos, así como de las garantías constitucionales, tie-
o a partir de cuándo los derechos son ne su límite en el derecho a la vida, la tortura o trato
oponibles o no a todos (erga omnes), es degradante, la esclavitud y servidumbre personal, y
decir, cuando el círculo de obligados es el principio de legalidad penal. Véase Luis López
Guerra, Derecho constitucional, v. II, Valencia, Es-
universal.19 paña, Tirant lo Blanch, 2000, p. 452.
21
Antonio Martínez-Pujalte, “Los derechos hu-
18 Norberto Bobbio, op. cit., p. 66. manos como derechos inalienables”, en Jesús Ba-
19
Rodrigo Guerra López, Afirmar a la persona llesteros (coord.), Derechos humanos, Madrid,
por sí misma: la dignidad como fundamento de los Tecnos, 1992, p. 88.
derechos de las personas, México, CNDH, 2003, p. 193. 22 Ibid., pp. 93-94.

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ferencia de lo que ocurre con los dere- • Innegociable: no puede ser innego-
chos humanos. ciable algo que depende de la aptitud
• Ser absoluta: la tolerancia no reviste que la persona tenga hacia una deter-
carácter absoluto porque tiene límites, minada conducta o situación; depen-
ya que existen determinados actos o derá de cada uno y de la percepción
situaciones que no pueden tolerarse; individual de las personas, el que se
como límite máximo, no se pueden considere tolerable o no una situación
tolerar aquellas leyes y conductas que o una acción (respetando siempre los
lesionen los derechos contenidos en la límites ya dichos), con lo que el ele-
Declaración Universal de los Derechos mento subjetivo cobra fuerza en detri-
Humanos. La tolerancia no puede ser mento de lo objetivo.
nunca absoluta ni incluir cualquier tipo • Inalienabilidad: el ser tolerante no es
de conducta, ya que entonces los faná- inherente al hombre, más bien cree-
ticos y los intolerantes intentarían im- mos que es al contrario, que el instinto
poner sus convicciones por la fuerza y de imposición siempre se manifiesta
sin respetar el Estado de derecho ni las antes que el de ser tolerante.
libertades individuales.23
En resumen, la tolerancia, como cual-
Es por ello que una interpretación su- quier otro valor, no se adquiere de manera
perficial de la tolerancia la llevaría a su espontánea, requiere aprendizaje. Se pue-
propia ruina: el escepticismo permisivista de decir que es tolerante quien quiere serlo,
del todo vale. La verdadera tolerancia no pero si en algo se fundamenta la toleran-
se fundamenta en escepticismos, sino en cia es en el diálogo y en el estudio, como
una firmeza de principios que se opone a búsqueda de la verdad.25
la indebida exclusión de lo diferente. O,
como señalaba el director general de la
UNESCO en su informe para el Año Interna- LA EDUCACIÓN EN LA TOLERANCIA
cional de la Tolerancia, la tolerancia no es COMO ELEMENTO IMPRESCINDIBLE
una actitud de simple neutralidad o indife- EN LA FORMACIÓN DE LA CULTURA
rencia, sino una posición resuelta que co- DE LOS DERECHOS HUMANOS
bra sentido cuando se opone a su límite,
que es lo intolerable. Posición resuelta fru- El gran reto de incorporar la tolerancia a
to de la firmeza de los principios, perfecta- los procesos educativos no está en incluir-
mente compatible con un modo de apli- la como un tema, sino como estrategia de
carlos prudente y flexible.24 enseñanza y de aprendizaje. La tolerancia
radica aquí en la necesidad de aceptarnos
como personas diferentes, pero, a la vez,
23
José Antonio Baigorri Goñi et al., op. cit., p. 92.
24 José Antonio Alcázar, Educar en y para la tole- 25 Óscar Fernández Espinosa de los Monteros,

rancia, Centro de Investigación y Desarrollo, Fomen- “Tolerancia: una asignatura pendiente”, en Ética,
to de Centros de Enseñanza http://www. manipulación y tolerancia, versión internet:
fomento.edu. www.encuentra.com.

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como habitantes de la misma sociedad y, cación en derechos humanos una de sus


en definitiva, me-recedores de una educa- mejores expresiones. La educación no so-
ción digna y antirracista.26 lamente constituye un derecho humano,
Actualmente, una de las demandas de sino que debe representar el medio por
nuestra sociedad se refiere a que desde la excelencia para ejercer estos derechos, así
educación se promuevan puntos de refe- como para mejorar nuestra calidad de vida,
rencia para construir un proceso dinámico y es necesario convertir a éste en un crite-
de humanización que responda a la crisis rio de evaluación del quehacer educativo
de valores y a la desmoralización en la que en todos los niveles.28 Educar en derechos
se desenvuelven los grupos sociales, con humanos es crear una cultura cuyo centro
el ánimo de resolver sus problemas y con- sea el hombre con dignidad, con derechos
flictos que se derivan de estas situaciones y también con deberes.
(antisemitismo, xenofobia, intolerancia re- La capacitación y la formación en la
ligiosa, desempleo, pobreza, etcétera). cultura de los derechos humanos conlleva
La sociedad ha llegado a la conclusión la ardua tarea de darlos a conocer, no sólo
de que la educación debe participar acti- en forma enunciativa, sino en algo mucho
vamente para crear nuevos métodos de más importante, en su esencia, en hacer-
pensamiento y en construir una nueva los parte integral de la persona, para que
moral, los cuales propicien una serie de pueda vivirlos no sólo como un derecho
comportamientos que conlleven al respe- propio, sino como la mejor expresión de
to incondicional del ser humano. Uno de reconocimiento y respeto a los valores que
los dilemas que ha de resolver el sistema todos los seres humanos tenemos, simple-
es posibilitar a todas las personas las mis- mente por el hecho de ser personas.29
mas oportunidades de ser diferentes, pues, Lo específico de la educación en los de-
por un lado, se afirma el valor absoluto de rechos humanos es educar la conciencia de
la persona y, por el otro, éste se viola de una convivencia social en los ámbitos per-
una manera u otra con actitudes y com- sonal, nacional e internacional que
portamientos xenófobos, racistas o intole- dignifique a la persona. Es una educación
rantes.27 cuyo centro será el conflicto permanente
La educación, entendida no solamente de las relaciones humanas, pero cuya espe-
en su función socializadora sino también ranza siempre estará dada por el respeto al
transformadora, ha encontrado en la edu- otro, la cooperación y el entendimiento.
Esto lleva necesariamente a que una
26 Araceli Aguilar Alfonso, “Políticas educativas: educación en derechos humanos sea una
de la tolerancia hacia la tolerancia”, Quinto Concur- educación democrática; pero además de
so Nacional Juvenil de Ensayo sobre Derechos Hu- ser una educación democrática, debería ser
manos: los derechos de los jóvenes en el ámbito de los
28
Derechos Humanos en México, México, Instituto CNDH, La educación en derechos humanos y
Mexicano de la Juventud/CNDH, 2002, p. 270. su papel en la reorientación de las políticas educati-
27 Comisión Nacional de los Derechos Humanos vas, México, CNDH, 2000, pp. 11-12.
29
(CNDH), Elementos del debate actual de la educación Magdalena Aguilar Cuevas, Manual de capa-
para la tolerancia y la interculturalidad, México, citación: derechos humanos. Enseñanza, aprendi-
CNDH, 2000, pp. 7-11. zaje y formación, México, CNDH, 1993, p. 197.

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una educación en democracia, como refe- como educacional en sí mismo, convirtién-


rente necesario para la práctica de los de- dose en elemento más que necesario para
rechos humanos.30 la protección de las violaciones en dere-
Desde esa perspectiva, el Congreso In- chos humanos.
ternacional sobre la Enseñanza de los De- Con esto no queremos decir que los
rechos Humanos congregado por la UNESCO medios ya existentes que protegen los de-
en Viena, en 1978, señalaba que la ense- rechos humanos tanto en México como en
ñanza de los derechos humanos debería España, ya sea en el ámbito jurisdiccional
tener por objetivos: (tribunales y jueces) como en el no juris-
diccional (instituciones de ombudsman),
1) Motivar las actitudes de tolerancia, no sean operativos (que lo son) y no estén
de respeto, de solidaridad inherente a los efectuando la labor que les es propia, pero
derechos humanos. tampoco podemos dejar de apuntar una
2) Entregar los conocimientos sobre de-
realidad: los medios muchas veces se nos
rechos humanos en sus dimensiones tanto
nacional como internacional, y sobre las presentan como insuficientes para repo-
instituciones establecidas para su puesta en ner al ciudadano en sus derechos.
marcha. Esta insuficiencia en el actuar de los
3) Desarrollar en cada individuo la con- medios de justicia dependerá de muchos
ciencia acerca de los medios por los cuales factores, que a su vez serán distintos se-
los derechos humanos pueden ser concre-
tados en la realidad social y la política en el
gún el país del que estemos hablando.
nivel tanto nacional como internacional. En México, la vía jurisdiccional es insu-
ficiente en gran medida, por el alto grado
El cambio hacia una educación en de- de saturación que atraviesan los tribunales
rechos humanos, como elemento primor- mexicanos, eso sin olvidarnos de los pro-
dial a la hora de crear sociedades que sean blemas que todavía enfrenta el país res-
capaces de delinear su futuro de acuerdo pecto a la erradicación de la impunidad y
con presupuestos democráticos, nos lleva la corrupción, como sello latente en las
a plantearnos el hecho mismo de que este dependencias federales (por hablar sólo
tipo de educación se convierta en una dis- de este ámbito territorial, sin centrarnos en
ciplina jurídica plenamente autónoma, en el de las entidades federativas y los entes
todos los niveles de educación, y que se locales).
refleje en el actuar cotidiano de los ciuda- Dicho de otro modo: las deficiencias en
danos. el sistema judicial mexicano obedecen tanto
Como afirmábamos líneas arriba, la edu- a aspectos de carácter institucional como
cación en derechos humanos desempeña- a factores de carácter social. Los primeros
rá un papel de carácter preventivo, así se refieren a los problemas internos de los
poderes judiciales que les impiden lograr
30 Felipe Tirado K., “Los derechos humanos y su
eficacia y alta calidad en los servicios que
inserción en el sistema escolar”, en Manual de capa-
prestan (el problema de la doble jurisdic-
citación para educadores: la incorporación de los
derechos humanos al aula, México, Corporación Na- ción y el alto costo que supone para los
cional de Reparación y Reconciliación, 1994, p. 44. ciudadanos el acudir a la vía judicial); el
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segundo está relacionado directamente con 53.2 de la Constitución, además de estar


el contexto social mexicano, atendiendo a regulados por una ley orgánica (Ley 62/78
los factores de analfabetismo, pobreza, etc., de protección jurisdiccional de los dere-
unido igualmente al primer elemento.31 chos fundamentales de la persona, de 26
Del ámbito jurisdiccional nos pasamos al de diciembre).32
no jurisdiccional, o lo que es lo mismo, al Por todo ello, y retomando la premisa
ombudsman. En México, esta institución de de la educación como pilar fundamental
origen sueco nació, entre otras muchas cau- en la prevención y protección de los dere-
sas, como respuesta a la demanda social tan chos humanos, nos unimos a la tesis de
fuerte, que necesitaba de una vía de protec- Enrique Arrieta Silva, que siguiendo la te-
ción de sus derechos frente a las agresiones sis de Cabanellas, define la autonomía de
realizadas por los servidores públicos. una disciplina jurídica como aquella que
La tarea que realiza la Comisión Nacio- reúne los requisitos de autonomía legisla-
nal de los Derechos Humanos (CNDH) des- tiva, científica, didáctica y jurisdiccional.33
de 1990 es muy conocida por todos, y en Entiende por autonomía legislativa la que
nuestra opinión su existencia en México le proporciona a la disciplina jurídica posi-
ha favorecido en gran medida una mejora bilidad de dictar su sistema normativo; la
sustancial en la protección de los derechos científica, aquella que se produce cuando
humanos. se alcanza un nivel importante de trabajos
En España también existen estas dos sobre la materia de carácter profundo y crí-
vías: judicial y no judicial, igualmente re- tico; la didáctica, cuando la disciplina se
presentadas en los tribunales y en el De- incluye dentro de los planes de estudio de
fensor del Pueblo. El problema de la satu- escuelas y facultades, y, finalmente, la juris-
ración que existe en los tribunales, creemos diccional, cuando existen tribunales propios
que hoy en día es una realidad de casi para la disciplina en cuestión.
todos los países, con lo que diremos que A tenor de estos criterios, cada país de-
los tribunales españoles también se encuen- berá analizar si la educación en derechos
tran aquejados de este mal, que por otro humanos tiene o no autonomía dentro de
lado reviste difícil solución, al menos a corto su sistema. En España, la respuesta a si la
o mediano plazo. disciplina de la educación en los derechos
Una justicia que no sea pronta y expe- humanos es autónoma sería afirmativa,
dita pierde toda razón de ser, y en la ac- aunque con una serie de matices. Respec-
tualidad estas premisas iniciales de justicia
se incumplen incesantemente, a pesar de 32 Antonio Torres del Moral, Principios de dere-

que en España los juicios de derechos fun- cho constitucional español, Madrid, Publicaciones de
damentales se revisten de los principios la Facultad de Derecho, Universidad Complutense
de Madrid, 1992, p. 616.
de preferencia y sumariedad del artículo 33
Enrique Arrieta Silva, Hacia la autonomía ple-
na de los derechos humanos como disciplina jurídi-
31 Luis Rubio, Beatriz Magaloni y Jaime Edna, A ca, México, Derechos Humanos, Memoria del IV
la puerta de la ley. El Estado de derecho en México, Congreso Nacional de Derecho Constitucional, t. III,
Héctor Fix Fierro (ed.), México, Cal y Arena, 1994, Instituto de Investigaciones Jurídicas, UNAM, 2001,
pp. 58-59. pp. 47 y ss.

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to a la autonomía legislativa, sí que la tie- Siguiendo el mismo esquema, diríamos


ne, pues existen muchísimos textos jurídi- que en México, respecto a la autonomía
cos que norman los derechos humanos y legislativa, sí la tiene, pues existen una ley y
sus garantías, tanto en el plano internacio- un reglamento interno del órgano al cual se
nal como en el nacional, y asimismo por le encomendó la tarea de proteger, divul-
la creación de la institución del Defensor gar y enseñar los derechos humanos en el
del Pueblo, que goza de rango constitu- país, fomentando a la vez la creación de
cional; autonomía científica también la tie- una cultura de los derechos humanos: la
ne, pues el tema de los derechos humanos CNDH; autonomía científica, es evidente que
en sí, igual que las problemáticas que los el tamaño de investigaciones y trabajos cen-
rodean, han sido objeto de innumerables trados en el tema es cuantioso; autonomía
estudios e investigaciones; autonomía ju- jurisdiccional, existen tribunales ordinarios
risdiccional, es evidente que sí la posee, que, a través del juicio de amparo, hacen
por la existencia de tribunales nacionales valer las garantías individuales de los mexi-
que se ocupan de restituir a los ciudada- canos, en el plano nacional; en el ámbito
nos en el pleno ejercicio de sus derechos, internacional, México forma parte del siste-
y no sólo en el plano nacional sino tam- ma regional americano de protección de los
bién en el internacional (los españoles, derechos humanos, compuesto por la Co-
como ciudadanos europeos, pueden acu- misión y la Corte Interamericana, con sedes
dir al Tribunal Europeo de Derechos Hu- en San José de Costa Rica y Washington.
manos, con sede en Estrasburgo. En el De todas maneras, y ya hablando en el pla-
ámbito no jurisdiccional, los españoles no extrajudicial, puede decirse que la CNDH
pueden acudir a presentar su queja ante el cumple con este requisito de autonomía
Defensor del Pueblo, que cuenta con su jurisdiccional, porque la propia CNDH tiene
propio procedimiento y resolución). Y, por en su normativa procedimientos de protec-
último, la autonomía didáctica, que sólo ción de los derechos humanos, que sin ser
podría afirmarse que existe como discipli- jurisdiccionales, se encargan de que las au-
na autónoma en los estudios de nivel su- toridades enmienden su actitud y repongan
perior. Hoy en día, las universidades espa- en sus derechos a los quejosos. Por último,
ñolas recogen dentro de sus planes de quedaría por ver la autonomía didáctica, de
estudio asignaturas referentes a los dere- la cual diremos que, hoy por hoy, los dere-
chos humanos, estudiándolas y relacionán- chos humanos en México no gozan de ella.
dolas desde un punto de vista pluridisci- Y esto es así porque, revisando los progra-
plinar, no únicamente desde el prisma del mas de oferta académica de las universida-
derecho.34 des, vemos que esta oferta es aún muy re-
34 Es cierto que existen ofertas académicas rela- ducida.35
cionadas con los derechos humanos fuera de lo que
son actualmente los planes de estudio de las faculta- tudios de la Universidad de Valencia, así como de la
des de derecho, pero no creemos que será en estas Universidad Politécnica de Valencia. www.uv.es y
facultades en donde exista una mayor oferta de asig- www.upv.es.
35
naturas referentes al tema de protección y proble- Véase la lista de las facultades que integran en
mática de los derechos humanos. Véase Plan de Es- sus materias algunas relacionadas con derechos hu-

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Tolerancia y derechos humanos 189

Otra de las funciones, importantísima a ca en que “nadie puede servir los intere-
nuestro juicio, de la educación por y para ses del pueblo si no entiende y apoya los
los derechos humanos es que no es una derechos humanos”.37
actividad que termine en sí misma, sino Para concluir, sólo añadiremos que es
que está proyectada para generar otras necesario educar a los jóvenes, principal-
acciones, múltiples y en ámbitos también mente, porque son el futuro, en un am-
múltiples, que hagan realidad la existencia biente de tolerancia para que aprendan a
viva del Estado de derecho.36 Nos estamos vivir en tolerancia, palabra que va más allá
refiriendo a la función preventiva que rea- de la armonía social como utopía, sino que
lizará este tipo de educación respecto a las se convierte en una estrategia y en una
futuras violaciones de derechos humanos. política real de desarrollo humano.38
Todos debemos aunar esfuerzos para
Desde el momento en que una persona conseguir vivir en un mundo en el que se
tome conciencia de que es sujeto de dere- respeten los derechos humanos en su to-
chos y conozca el contenido de esos dere- talidad, y en el que la tolerancia se con-
chos que le son inherentes, tendrá en sus vierta en nuestra guía de actuación, enten-
manos la posibilidad de hacer frente, así diendo por tolerancia lo dispuesto en la
como de reaccionar, a las violaciones o Declaración de Principios sobre la Tole-
intromisiones que sufra en su persona, ha- rancia (UNESCO, 1995):
ciendo valer sus derechos, y contribuyen-
do a que cada día, con su actitud, se refuer- La tolerancia consiste en el respeto, la acep-
ce la cultura de los derechos humanos. Pero tación y el aprecio de la rica diversidad de
las culturas de nuestro mundo, de nuestras
para llegar a la afirmación de estos dere- formas de expresión y medios de ser huma-
chos en las conciencias de los individuos y nos. La fomentan el conocimiento, la acti-
de los pueblos, el proceso pasa, de manera tud de apertura, la comunicación y la liber-
inevitable, por la educación. tad de pensamiento, de conciencia y de
Sobra decir que la educación en los religión. La tolerancia consiste en la armo-
nía en la diferencia. No sólo es un deber
derechos humanos es una responsabilidad
moral, sino además una exigencia política y
de los gobiernos, así como también lo es jurídica. La tolerancia, la virtud que hace
de cada individuo y de las instituciones. posible la paz, contribuye a sustituir la cul-
La responsabilidad de los gobiernos radi- tura de guerra por la cultura de paz.39

37 Nancy Flowers, “La educación para los dere-

chos humanos: un derecho y una responsabilidad”,


en Los derechos humanos en el siglo XXI: cincuenta
manos, en el artículo de Enrique Arrieta Silva, op. ideas para su práctica, Barcelona, Icaria/UNESCO,
cit., p. 52. 1998, p. 24.
36 38
José Bonifacio Barba, Educación para los de- Araceli Aguilar Alfonso, op. cit., p. 275.
rechos humanos, México, Fondo de Cultura Econó- 39 Artículo 1.1 de la Declaración de la UNESCO

mica, 1997, p. 122. sobre la Tolerancia, de 16 de noviembre de 1995.

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