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Señores:
TOLEDO TORIBIO
CARLOS CASAS
ESPINOZA MONTOYA
Lima, 30 de junio de 2014
VISTOS:
ASUNTO:
AGRAVIOS:
CONSIDERANDO:
2. En
relación al principio citado el Tribunal Constitucional en la
sentencia recaída en el Expediente N° 05901-2008-PA/TC,
refiriéndose al recurso de casación se ha señalado: “Al respecto
conviene subrayar que la casación no es ajena a la vinculación
exigida por el principio tantum apellatum quantum
devolutum, que implica que al resolverse la impugnación ésta
sólo debe pronunciarse sobre aquellas pretensiones o agravios
invocados por el impugnante en el referido recurso
extraordinario. Así, la Corte de Casación no tiene más
facultades de revisión que aquellas que han sido objeto del
recurso; y más aún, no puede entrar en el examen de las
cuestiones consentidas por las partes o que no han sido
cuestionadas porque éstas han quedado ejecutoriadas, salvo
que el vicio sea de tanta trascendencia que vulnere el orden
público y las buenas costumbres o que exista una manifiesta
vulneración de derechos fundamentales cuyo cumplimiento no
fue advertido por el recurrente”.
3. Cabe
precisar que las excepciones son medios de defensa de
forma, destinados a denunciar por ante el juzgador que la
demanda, que a su vez contiene el petitorio, como efecto
jurídico de la pretensión o exigencia de reclamo, no observa
plenamente, bien los requisitos de forma a efectos de
establecer una relación procesal válida, o los requisitos de
fondo a fin que el juzgador pueda emitir una sentencia de
mérito.
7. Cabe
señalar que la misma se presenta para cuestionar la
aptitud del juez, ante quien ha sido emplazado para ejercer la
función jurisdiccional en el caso concreto, sea por razón de
cuantía, grado, materia o algún otro factor presente en la ley.
8. En
ese sentido la competencia por razón de la materia de los
juzgados especializados de trabajo se encuentran regulados por
el artículo 2° de la Nueva Ley Procesal de Trabajo – Ley N°
29497, donde se establece en el literal a) del numeral 1, que los
juzgados especializados de trabajo conocen en proceso
ordinario laboral, todas las pretensiones relativas a la
protección de derechos individuales, originadas con ocasión de
la prestación personal de servicios de naturaleza laboral,
durante el nacimiento, desarrollo y extinción de la prestación
personal de servicios, así como a los correspondientes actos
jurídicos; asimismo, se establece en el numeral 2 que conocen
en proceso abreviado laboral, de la reposición cuando ésta se
plantea como pretensión principal única.
9. Que,
conforme es de verse del petitorio de la demanda, la
accionante solicita se declare nulo o fraudulento el despido; por
lo que atendiendo lo expuesto en el considerando supra, la
presente causa resulta ser de competencia del Juez
Especializado de Trabajo. Siendo ello así, corresponde
desestimar el agravio expuesto por la demandada en este
extremo y confirmar la venida en grado.
20. De
estos hechos se advierte que la demandada al presentar el
precitado manual como prueba en el punto 1-C de sus medios
probatorios (fojas 453 parte pertinente) tratando de acreditar,
como ella misma lo manifiesta, que el PRONAA cuenta con
autonomía administrativa, económica y financiera, habría
tenido como objetivo obtener un resultado que favorezca su
posición, sin perjuicio de sus restantes argumentos, pero con el
uso de un documento que se adulteró a sus propósitos,
situación por la cual la tacha planteada deviene en fundada,
mereciendo ampararse el primer agravio del actor. Por tanto,
corresponde revocarse este extremo de la sentencia venida en
grado.
21. Por
otro lado, de conformidad con el artículo 3 del Título
Preliminar del Código de Procedimientos Penales que
señala “Cuando en la sustanciación de un procedimiento civil
aparezcan indicios razonables de la comisión de un delito
perseguible de oficio, el juez dará conocimiento al
representante del Ministerio Público para que entable la
acción penal correspondiente”. (sic) (énfasis y subrayado es
nuestro). En ese sentido, este Colegiado considera poner a
conocimiento al Ministerio Público, a fin de que actúe conforme
a sus atribuciones.
22. Que,
conforme a su norma de creación, aprobado por Decreto
Supremo N° 020-92-PCM, el Programa Nacional de Asistencia
Alimentaria - PRONAA se constituye por la Oficina Nacional de
Apoyo Alimentario-ONAA y el Programa de Asistencia Directa
-PAD, lo que constituye un Pliego Presupuestal del Sector
Presidencia del Consejo de Ministros, en condición de
Institución Pública Descentralizada, conforme lo establece el
artículo 2°, especificándose que sus servidores conservan el
régimen laboral de las entidades que la originan.
23. Mediante
el Decreto Legislativo N° 866, Ley de Organización
y Funciones del Ministerio de Promoción de la Mujer y del
Desarrollo Humano, modificado por el Decreto Legislativo N°
893, se transfiere el Programa Nacional de Asistencia
Alimentaria – PRONAA al citado Ministerio en calidad de
Organismo Público Descentralizado (OPD).
24. Que,
mediante el Decreto Supremo N° 003-98-PROMUDEH se
aprueba al Reglamento de Organización y Funciones del
PRONAA, la que resulta derogada por la Segunda Disposición
Final del Decreto Supremo N° 010-2001-PROMUDEH.
25. En
ese sentido, el referido Decreto Supremo N° 010-2001-
PROMUDEH aprueba el último Reglamento de Organización y
Funciones (ROF) del PRONAA, previo a su fusión por absorción
en el Ministerio de la Mujer y Desarrollo Social – MIMDES.
28. En
tal sentido, mediante el Decreto Supremo Nº 060-2003-
PCM se estableció la fusión por absorción de la Oficina
Nacional de Cooperación Popular - COOPOP, el Instituto
Nacional de Bienestar Familiar - INABIF, el Programa de Apoyo
al Repoblamiento y Desarrollo de Zonas de Emergencia - PAR y
el Fondo Nacional de Compensación y Desarrollo Social
-FONCODES, al Ministerio de la Mujer y Desarrollo Social -
MIMDES, teniendo este último la calidad de entidad
incorporante y la facultad de dictar mediante Resolución
Ministerial las normas reglamentarias y complementarias
necesarias para el mejor desarrollo y culminación del proceso
de fusión. Con el mismo objeto y finalidad se hizo necesario
ampliar los alcances del referido Decreto Supremo, por lo que
mediante el Decreto Nº 079-2003-PCM se incluyó dentro del
proceso de fusión por absorción al Programa Nacional de
Asistencia Alimentaria - PRONAA.
30. A
través del Decreto Supremo Nº 096-2003-PCM se precisó
que el proceso de fusión por absorción regulado por los
Decretos Supremos Nro. 060 y 079-2003-PCM, se encuentra
incluido en el proceso de reorganización sectorial que
culminará dentro del plazo dispuesto por la Primera Disposición
Transitoria y Complementaria de la Ley Nº 27779, facultándose
al Ministerio de la Mujer y Desarrollo Social a dictar las
políticas y disposiciones normativas complementarias que sean
necesarias a efectos de facilitar el proceso de reorganización
sectorial.
31. En
ese sentido, mediante el Decreto Supremo N° 001-2004-
MIMDES se establece en su artículo 1° que “De la constitución
de Comisiones de Transferencia”, se establece que la función
de las Comisiones de Transferencia es la de “(…) conducir las
acciones que faciliten culminar el proceso de fusión dentro de
los plazos previstos, incluyendo las de transferencias de
funciones, recursos y personal, solicitud de información y
auditorías”. (sic). De esta norma se concluye, lo que además se
deriva de modo natural del proceso de fusión por absorción,
que el personal de la OPD PRONAA, fue transferido al
MIMDES.
32. En
ese contexto normativo, con fecha 17 de agosto de 2004,
se publicó el Decreto Supremo N° 004-2004-MIMDES, cuyo
artículo 1° estableció la culminación del proceso de fusión por
absorción, dispuesto por los Decretos Supremos N° 060 y 079-
2003-PCM de los Organismos Públicos Descentralizados, entre
otros, del Programa Nacional de Asistencia Alimentaria -
PRONAA, al Ministerio de la Mujer y Desarrollo Social,
quedando dichas entidades, absorbidas por este Ministerio.
33. Precisamente
como consecuencia de la fusión por absorción
del PRONAA en el MIMDES, se emite el Decreto Supremo Nro.
011-2004-MIMDES, estableciéndose el nuevo ROF del
MIMDES, que en su artículo 6° derogó el Decreto Supremo
Nro. 010-2001-PROMUDEH (ROF del PRONAA), con lo cual
queda derogada de modo definitivo la facultad que le había sido
conferida en el inciso i) del artículo 12° de dicho ROF al
Director Ejecutivo del PRONAA, ya que conforme a dicha
norma el PRONAA a través de su Director Ejecutivo,
contrataba, designaba, ascendía, suspendía y resolvía los
contratos con su personal.
34. Que,
el nuevo Reglamento de Organización y Funciones del
MIMDES aprobado por el Decreto Supremo Nro. 011-2004-
MIMDES, en el literal j) del artículo 81 se refiere a las
Funciones del PRONAA estableciéndose “j) Velar por el
desarrollo de la gestión eficiente de los recursos humanos a su
cargo, para el logro de sus objetivos y metas”, (sic). Del cual se
aprecia que ya no constituye como facultad la de contratar,
designar, ascender, suspender y resolver los contratos con su
personal, sino tan solo como función operativa la de velar por
el desarrollo de la gestión eficiente de los recursos humanos a
su cargo, para el logro de sus objetivos y metas. De lo que se
concluye entonces que de tener la facultad de contratar,
designar, ascender, suspender y resolver contratos con su
personal, el PRONAA, luego de la fusión por absorción, solo
tiene la de velar por el desarrollo de la gestión eficiente de los
recursos humanos a su cargo.
35. Mediante
Ley Nº 29792, del 20 de octubre de 2011, se creó el
Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social, determinándose su
ámbito, competencias, funciones y estructura orgánica básica,
definiéndolo como un organismo del Poder Ejecutivo con
personería jurídica de derecho público y que constituye pliego
presupuestal; y conforme a la Tercera Disposición
Complementaria Final de la Ley antes citada, se adscribió,
entre otros programas sociales, el Programa Nacional de
Asistencia Alimentaria - PRONAA a dicho Sector, la cual se
formalizó a partir del 1 de enero de 2012, según lo señalado en
el Decreto Supremo Nº 001-2011-MIDIS.
36. En
ese sentido, mediante el Decreto Supremo N° 001-2011-
MIDIS, derogada por el Decreto Supremo N° 011-2012-MIDIS,
en el cual se aprueba el Reglamento de Organización y
Funciones - ROF del MIDIS, estableciéndose en su artículo 55°
que el personal que se transfiere al MIDIS mantiene su régimen
laboral de origen, lo que acredita que en efecto se produjo la
referida transferencia del personal.
39. En
tal sentido de este análisis se tiene que mediante la
Resolución Ministerial N° 015-2012-MIDIS de fecha 19 de
enero de 2012, que obra de fojas 222 a 225, se establece en el
inciso f) del artículo 1 “Delegar en los Directores Ejecutivos de
los Programas: FONCODES – Fondo de Cooperación para el
Desarrollo Social; PRONAA – Programa Nacional de Asistencia
Alimentaria (…) las siguientes facultades: (…) f) Suscribir
contratos, convenios, adendas y similares que tengan
vinculación económica directa con el sistema de Recursos
Humanos, así como con la contratación de personal en
general; independientemente del régimen laboral o contractual
en el que se encuentren”.(sic); con lo cual resulta corroborado
que el PRONAA ya no ejerce la condición de empleador sino
que actúa en materia de recursos humanos por delegación de
funciones, lo que determina que el empleador es el MIDIS, lo
que significa un cambio sustancial, según se ha determinado de
modo precedente.
40. Esta
misma norma en el inciso i) de su artículo 1° se dispone
como facultades: “i) Autorizar y resolver las acciones de
personal bajo el régimen laboral del Decreto Legislativo N°
276, Decreto Legislativo N° 728 y Decreto Legislativo N°
1057”, (sic). De lo expuesto este Colegiado concluye que la
Dirección Ejecutiva del PRONAA solo actúa por delegación de
funciones y que se admite la existencia de varios regímenes,
situación esta última que corrobora que los trabajadores
asignados al PRONAA tienen como régimen laboral el T.U.O del
Decreto Legislativo N° 728, teniendo como empleador al
MIDIS.
41. A
mayor abundamiento, el principio de Continuidad permite
que el nuevo empleador asuma las obligaciones del titular
originario y respeto de los derechos laborales adquiridos por
los trabajadores; es en dicho sentido que se ha pronunciado la
Corte Suprema de la República en la Casación N° 991-2005-LA
LIBERTAD, órgano que citando al maestro Américo Plá, señaló
que: “(…) los efectos y alcances del principio de continuidad
(…) en virtud al cual, el contrato de trabajo que es de tracto
sucesivo, esto es, que perdura en el tiempo, se considera como
uno de duración indefinida resistente a las circunstancias que
en ese proceso puedan alterar tal carácter, por lo cual, este
principio se encuentra íntimamente vinculado a la vitalidad y
resistencia de la relación laboral a pesar que determinadas
circunstancias puedan aparecer como razón o motivo de su
terminación. Así Américo Plá, al analizar el alcance de este
principio desde perspectiva de la sustitución del empleador,
refiere ‘Otra de las características que presenta el contrato de
trabajo en la realidad, es que sufre no solo novaciones
objetivas. O sea, que no solo cambian las condiciones de
trabajo sino los protagonistas del contrato’ (sic), cambios que
en la personal del empleador no significa la culminación del
contrato de trabajo, todo lo contrario continúa Plá, ‘La idea
directriz es que la empresa constituye una universalidad cuyos
elementos puedan cambiar sin que se altere la unidad del
conjunto. El empleador puede transferir a otro la empresa, los
miembros del personal se renuevan sin que se altere la unidad
del conjunto. Cuando el nuevo empleador continúa la
explotación en las mismas condiciones que su predecesor, la
unidad económica y social que constituye la empresa
permanente (siendo) la misma (…)”.
42. En
tal sentido, es menester precisar que, el principio de
Continuidad considera al contrato de trabajo como una de
duración indefinida, haciéndolo resistente a las circunstancias
que en ese proceso pueden alterar este carácter, de tal manera
que el trabajador pueda seguir prestando sus servicios si es esa
su voluntad, y mientras exista la fuente de trabajo. Conforme lo
señala América Plá, en su reconocida obra “Los Principios del
Derecho del Trabajo”[1], la proyección o alcance de este
principio se traduce en las siguientes consecuencias: i)
Preferencia por los contratos de duración indefinida, ii)
amplitud para la admisión de las transformaciones del contrato,
iii) facilidad para mantener el contrato a pesar de los
incumplimientos o nulidades en que se haya incurrido, iv)
resistencia a admitir la rescisión unilateral del contrato, por
voluntad patronal, v) interpretación de las interrupciones de los
contratos como simples suspensiones, y vi) prolongación del
contrato en casos en de sustitución del empleador.
43. Por
otro lado, y en palabras del jurista Javier de Belaunde
López de Romaña: “la existencia distinta de la persona jurídica
frente a la de sus miembros tiene su origen en la distinción
entre esferas jurídicas que surge para el Derecho un nuevo
sujeto de derechos y deberes, por lo que se da una autonomía
jurídica entre la personalidad de esta y la de sus integrantes.
En definitiva, es el ordenamiento jurídico el que reconoce
capacidad para adquirir derechos y ser sujeto de deberes y es
en ese sentido que reconoce a la persona jurídica como un ente
autónomo y diferenciado jurídicamente”[2].
44. Asimismo,
Álvaro García Manrique señala que “(…) la persona
jurídica continúa siendo la misma persona jurídica, justamente
por la explicación que hemos comentado, en el sentido que
tiene vida propia, autónoma e independiente de los miembros
que la conforman. Es también un centro de imputación de
derechos y obligaciones. Tratando este razonamiento al plano
laboral, y en aplicación del principio de continuidad, se
concluye que el vínculo laboral con los trabajadores
contratados por la persona jurídica en cuyo interior existe
cambio de dueños o de participaciones, se mantiene en los
mismos términos pactados, sin que se vea afectado por las
circunstancias internas que se hayan podido presentar en la
persona jurídica. El empleador sigue siendo el mismo; el
cambio de socios o accionistas no implica el cambio de
empleador, por lo tanto no implica la interrupción del vínculo
laboral”.[3]
46. Por
otro lado, es menester invocar los llamados principios del
derecho del trabajo de segunda generación como el principio
de primacía de la disposición más favorable a la persona
humana y el principio de la progresividad y no
regresividad de los derechos humanos de naturaleza
laboral.
47. En
relación al primer principio el extinto maestro Héctor-
Hugo Barbagelata ha señalado que “(…) b) Primazia da
disposicao mais favoável a Pessoa humana. Tampouco requer
muitos esclarecimentos esre principio que pode reputar-se
implícito nas disposicoes do PIDESC e do PIDCP (art. 5.2 em
ambos os pactos) e de outros instrumentos, que dao prioridade
sobre as disposicoes desses tratados, as leis, convencoes,
regulamentos ou costumes, vigentes em um país, que
reconheceram outros direitos fundamentais ou os regularam
em Grau mais elevado”[5]. (sic)
48. En
relación al Principio de Progresividad previsto en el
artículo 2.1 del Pacto Internacional de Derechos Económicos
Sociales y Culturales y en el artículo 26 de la Convención
Americana de Derechos Humanos, el Juez Superior ponente en
el artículo “El Principio de progresividad y no regresividad en
materia laboral”, publicado en Gaceta Constitucional, Tomo 44,
Lima, agosto 2011, páginas 218 a 227, ha tenido la oportunidad
de señalar que: “De las normas internacionales antes citadas se
puede colegir que en relación a los Derechos Económicos,
Sociales y Culturales, en adelante DESC, existe la obligación de
los Estados partes de garantizar la progresividad de los mismos
de lo que se desprende como consecuencia la prohibición de
regresividad de ellos. En función a lo regulado por los
instrumentos internacionales antes descritos se ha llegado a
considerar que el principio de progresividad de los DESC
contiene una doble dimensión: la primera a la que podemos
denominar positiva, lo cual está expresado a través del avance
gradual en orden a la satisfacción plena y universal de los
derechos tutelados, que supone decisiones estratégicas en
miras a la preeminencia o la postergación de ciertos derechos
por razones sociales, económicas o culturales´[6] y la otra a la
que podemos denominar negativa que se cristaliza a través de
la prohibición del retorno, o también llamado principio de no
regresividad”.[7]
49. Respecto
a este principio Héctor Hugo Barbagelata se refiere
en los siguientes términos que: “En un segundo sentido, la
progresividad puede ser entendida como una característica de
los derechos humanos fundamentales, perfectamente aplicable
a los laborales, como ya lo dejaba establecido Emilio Frugóni
en el discurso inaugural de la Cátedra de nuestra Facultad en
1926. Se sostienen a ese respecto, que el orden público
internacional “tiene una vocación de desarrollo progresivo en el
sentido de una mayor extensión y protección de los derechos
sociales” (Mohamed Bedjanui “Por una Carta Mundial del
trabajo humano y de la Justicia Social”, en
VV.AA., Pensamientos sobre el porvenir de la Justicia Social,
BIT, 75 Aviv, Ginebra, 1994, p.28). (…) Asimismo, se ha
señalado que este principio de progresividad se integra con el
anteriormente examinado de la primacía de la disposición más
favorable a la persona humana o cláusula del individuo más
favorecido (Fallo del Juez argentino Dr. Zás, en la rev. Der. Lab.
t. XLI, págs. 843 y ss.)”[8]. (sic.)
51. La
Constitución Política de 1993 en su artículo 27 prevé que
“La ley otorga al trabajador adecuada protección contra el
despido arbitrario”. En función al mandato constitucional el
Decreto Legislativo N° 728, ha establecido tres tipos de despido
ilegal diseñando un sistema de protección del trabajador de tal
forma que en algunos supuestos procede la tutela resarcitoria
como es el caso del despido arbitrario y el despido indirecto, en
los que sólo cabe el pago de una indemnización tasada (artículo
38 del TUO del Decreto Legislativo N° 728, aprobado por el
Decreto Supremo N° 003-97-TR)[9] en tanto que solo cuando se
configura el despido nulo procede la reposición o reinstalación
del trabajador.
54. Por
otro lado, el artículo 34 del Texto Único Ordenado del
Decreto Legislativo N° 728, Ley de Productividad y
Competitividad Laboral, aprobado por el Decreto Supremo Nº
003-97-TR, define el despido arbitrario, señalando su
consecuencia, en los siguientes términos: “si el despido es
arbitrario por no haberse expresado causa o no poderse
demostrar esta en juicio, el trabajador tiene derecho al pago de
la indemnización establecida en el artículo 38 del mismo
cuerpo normativo, como única reparación por el daño sufrido.
Podrá demandar simultáneamente el pago de cualquier otro
derecho o beneficio social pendiente”.
55. Finalmente
el despido indirecto se configura cuando frente a
un acto de hostilidad el trabajador opta por la terminación de la
relación laboral o se da por despedido, lo cual se halla regulado
por el artículo 35, inciso b) del TUO. En este caso el trabajador
tiene derecho al pago de la indemnización a que se refiere el
artículo 38 del TUO, independientemente de la multa y de los
beneficios sociales que puedan corresponderle.
56. Sin
embargo, el Tribunal Constitucional en la sentencia
emitida en el Expediente N° 1124-2001-AA/TC (Caso
FETRATEL c/ Telefónica) ha señalado que: “Ahora bien, el
segundo párrafo del artículo 34º del Texto Único Ordenado del
Decreto Legislativo N° 728, Ley de Productividad y
Competitividad Laboral, Decreto Supremo N° 003-97-TR,
establece que frente a un despido arbitrario corresponde una
indemnización "como única reparación". No prevé la posibilidad
de reincorporación. El denominado despido ad nutum impone
sólo una tutela indemnizatoria. Dicha disposición es
incompatible con la Constitución, a juicio de este Tribunal, por
las siguientes razones: “El artículo 34º, segundo párrafo, es
incompatible con el derecho al trabajo porque vacía de
contenido este derecho constitucional. En efecto, si, como
quedó dicho, uno de los aspectos del contenido esencial del
derecho al trabajo es la proscripción del despido salvo por
causa justa, el artículo 34º, segundo párrafo, al habilitar el
despido incausado o arbitrario al empleador, vacía totalmente
el contenido de este derecho constitucional. La forma de
aplicación de esta disposición por la empresa demandada
evidencia los extremos de absoluta disparidad de la relación
empleador/trabajador en la determinación de la culminación de
la relación laboral. Ese desequilibrio absoluto resulta contrario
al principio tuitivo de nuestra Constitución del trabajo que se
infiere de las propias normas constitucionales tuitivas del
trabajador (irrenunciabilidad de derechos, pro operario y los
contenidos en el artículo 23º de la Constitución) y, por lo
demás, como consecuencia inexorable del principio de Estado
social y democrático de derecho que se desprende de los
artículos 43º ("República" "social") y 3º de la Constitución,
respectivamente. El constante recurso de la demandada a este
dispositivo legal es la evidencia de cómo este principio tuitivo
desaparece con la disparidad empleador/trabajador respecto a
la determinación de la conclusión de la relación laboral. La
forma de protección no puede ser sino retrotraer el estado de
cosas al momento de cometido el acto viciado de
inconstitucionalidad, por eso la restitución es una consecuencia
consustancial a un acto nulo. La indemnización será una forma
de restitución complementaria o sustitutoria si así lo
determinara libremente el trabajador, pero no la reparación de
un acto ab initio inválido por inconstitucional”.
57. De esta forma, a partir de la indicada sentencia, que, dicho
sea de paso, marcó un antes y un después en la jurisprudencia
del Tribunal Constitucional en temas de carácter laboral, existe
la posibilidad de la tutela resarcitoria (reposición) si el
trabajador acude a la vía constitucional del amparo invocando
el despido incausado que en términos de lo regulado por el
TUO equivaldría a una modalidad del despido arbitrario.
58. Posteriormente,
y en virtud de que a partir de la expedición de
la sentencia recaída en el expediente N° 1124-2001-AA/TC se
observó una tendencia creciente a la amparización de las
acciones impugnatorias del despido arbitrario y en el marco de
lo regulado por la derogada Ley N° 23506, Ley de Habeas
Corpus y Amparo, -que establecía el amparo alternativo-, el
Tribunal Constitucional emitió la sentencia de fecha 13 días de
marzo del 2003 en el expediente N° 976-2001-AA/TC, Caso
Eusebio Llanos Huasco, prevé que los efectos restitutorios
(readmisión en el empleo) derivados de despidos arbitrarios o
con infracción de determinados derechos fundamentales
reconocidos en la Constitución o los tratados relativos a
derechos humanos, se generan en los tres casos siguientes: a)
Despido nulo, b) Despido incausado y c) Despido fraudulento.
59. En
efecto, a partir de esta sentencia se produce una nueva
clasificación del despido a efectos de su evaluación en sede
constitucional. De esta forma, conforme a esta sentencia se
produce el denominado despido nulo cuando se despide al
trabajador por su mera condición de afiliado a un sindicato o
por su participación en actividades sindicales, se despide al
trabajador por su mera condición de representante o candidato
de los trabajadores (o por haber actuado en esa condición), se
despide al trabajador por razones de discriminación derivados
de su sexo, raza, religión, opción política, etc., se despide a la
trabajadora por su estado de embarazo (siempre que se
produzca en cualquier momento del periodo de gestación o
dentro de los 90 días posteriores al parto), se despide al
trabajador por razones de ser portador de Sida (Cfr. Ley N.°
26626 ) y se despide al trabajador por razones de discapacidad
(Cfr. Ley 27050). Por otro lado, se produce el Despido
incausado cuando se despide al trabajador, ya sea de manera
verbal o mediante comunicación escrita, sin expresarle causa
alguna derivada de la conducta o la labor que la justifique y por
último, se configura el denominado Despido fraudulento,
cuando se despide al trabajador con ánimo perverso y
auspiciado por el engaño, por ende, de manera contraria
a la verdad y la rectitud de las relaciones laborales; aun
cuando se cumple con la imputación de una causal y los
cánones procedimentales, como sucede cuando se imputa
al trabajador hechos notoriamente inexistentes, falsos o
imaginarios o, asimismo, se le atribuye una falta no
prevista legalmente, vulnerando el principio de tipicidad.
(fundamento 15)[10].
60. Cabe
acotarse que, el Pleno Jurisdiccional Laboral Nacional
del año 2012, realizada en la Ciudad de Lima, dentro de sus
conclusiones sobre el Tema N° 01, referida a la procedencia de
la pretensión de reposición por despido incausado y despido
fraudulento en la Vía Laboral regulada por la Nueva Ley
Procesal del Trabajo (Ley N° 29497); acordó por unanimidad
que: “Los jueces de trabajo están facultados para conocer de la
pretensión de reposición en casos de despido incausado
o despido fraudulento, en el proceso abreviado laboral,
siempre que la reposición sea planteada como pretensión
única”. Por ende en virtud al citado acuerdo, los Jueces
Especializados Laborales que conozcan procesos con la NLPT,
son competentes para conocer las demandas de reposición
como consecuencia del despido incausado y despido
fraudulento.
61. En
el caso concreto, de la lectura de la demanda, se tiene que
la actora plantea como pretensión principal la REPOSICION a
su centro de labores por haber sido objeto de un despido nulo
por represalia, previsto en el literal c) del artículo 29 del
Decreto Supremo N° 003-97-TR y como pretensión
subordinada la declaración de la nulidad de despido
fraudulento. Sostiene la demandante que ingresó a laborar el
1 de julio de 2003 hasta el 31 de diciembre de 2012,
como "Técnico Administrativo Secretarial-Técnico C-Equipo
Zonal Tacna”, bajo el régimen laboral privado a plazo
indeterminado; por lo que no se discute en la presente causa la
existencia de la relación previa entre las partes, quedando
desvirtuado el agravio de la demandada en este extremo.
62. Bajo
ese contexto, y conforme a los considerandos que
preceden, este Colegiado concluye que, a la fecha del despido,
la accionante en su condición de trabajadora a tiempo
indeterminado, ocupaba una plaza permanente que fue
transferido del MIMDES al MIDIS durante el proceso de
adscripción del PRONAA a este último Ministerio.
64. Al
respecto debe tenerse en cuenta que la entidad demandada
comunicó a la actora mediante la Carta N° 239-2012-MIDIS-
PRONAA/DE, obrante a fojas 3, la extinción del contrato por la
causal contemplada en el inciso c) del artículo 46 de la Ley de
Productividad y Competitividad Laboral, esto es la disolución y
liquidación de la empresa, sustentando la terminación del
vínculo laboral entre las partes, en la extinción del Programa
Nacional de Asistencia Alimentaria -PRONAA dispuesta por la
Ley de Presupuesto del Sector Público para el Año Fiscal 2013
-Ley 29951, la cual establece en la OCTAGÉSIMA Disposición
Final y Complementaria lo siguiente: “Autorícese al Programa
Nacional de Asistencia Alimentaria (PRONAA) del pliego
Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social (MIDIS), en el
marco del proceso dispuesto por el Decreto Supremo N° 007-
2012-MIDIS y de conformidad con lo establecido en el artículo
12 de la Ley N° 29914, a efectos de que implemente, mediante
resolución de su Dirección Ejecutiva, un plan de retiro
voluntario con otorgamiento de incentivos económicos, a favor
de los trabajadores del PRONAA sujetos al régimen laboral
regulado por el Decreto Legislativo N° 728, que opten en forma
voluntaria por extinguir su vínculo laboral, equivalente a dos
(02) remuneraciones por año completo de servicios con un tope
máximo de veinte (20) remuneraciones, el cual se
efectivizará conjuntamente con la liquidación de beneficios
sociales correspondiente; caso contrario se sujetarán al
procedimiento de disolución y liquidación que conlleva la
extinción del Programa Nacional de Asistencia
Alimentaria (PRONAA). (...).”; cabe precisar que no se
ha expedido resolución alguna en la que se precise que el
personal que no se acoja a los incentivos sería cesado.
65. Bajo
el análisis descrito es de resaltar que la terminación del
contrato de trabajo de la demandante se debió a la extinción del
PRONAA conforme al Decreto Supremo N° 007-2012-MIDIS,
autorizándose inclusive un plan de retiro con incentivos
económicos a favor de sus trabajadores adscritos al régimen
laboral privado; no existiendo un nexo causal entre el proceso
judicial seguido por la demandante y el cese ocurrido el 31 de
diciembre de 2012, tanto más si ella se desistió de dicho
proceso según Resolución N° 5 del 22 de mayo de 2013,
obrante de fojas 507 a 509, corroborado con la Resolución n° 9
del 25 de marzo de 2013 de fojas 489 a 491 (anterior proceso,
Expediente N° 14649-2012-90).
67. En
consecuencia, no resulta aplicable para el cese de la
demandante la causal contenida en el inciso c) del artículo 46
de la Ley de Productividad y Competitividad Laboral, causal
referida a la disolución y liquidación de una empresa y la
quiebra, puesto que el MIDIS no se encontró en liquidación ni
quiebra; por lo que haciendo una equiparación entre la
empresa con el empleador público, resultaría que para la
aplicación de dicha causal se debería estar en el supuesto de
extinción del MIDIS, lo cual no ha sucedido pues el MIDIS no se
encontró en liquidación y quiebra. Siendo así, no resulta acorde
a derecho la conducta de la demandada, que alegando la
aplicación de la Ley que dispuso la disolución y liquidación del
PRONAA, disponga la extinción del contrato entre el MIDIS y la
actora, toda vez que conforme se ha determinado el PRONAAA
no tenía calidad de empleador sino el MIDIS.
68. En
efecto, lo anterior revela que ha existido un
comportamiento de la demandada contrario a la rectitud que
debe imperar en las relaciones laborales que llevan a este
Colegiado a concluir que se configura un despido fraudulento
en los términos de la definición aportada por el Tribunal
Constitucional en la sentencia N° 976-2001-AA/TC.
69. Cabe
mencionar, que la extinción de un programa, como el
PRONAA, es recientemente contemplado como causal de
terminación del vínculo laboral en la Ley de Servicio Civil, Ley
N° 30057, norma emitida con posterioridad al cese del actor y
por tanto no aplicable al presente caso. Consecuentemente, se
amparan los agravios del actor y se confirma la sentencia
debiendo la demandada reponer al trabajador respetando su
fecha de ingreso, categoría y nivel remunerativo, asignándole
funciones en cualquiera de sus diferentes programas, áreas o
unidades ejecutoras adscritas a dicho ministerio,
manteniéndose su régimen laboral de origen.
70. Respecto
a la pretensión de pago de las remuneraciones
devengadas, el Magistrado ponente, ha tenido la oportunidad
de señalar que: “En efecto, siendo que el pago de las
remuneraciones devengadas constituye consecuencia necesaria
de una demanda de nulidad de despido declarada fundada,
como lo establece el artículo 40 del Decreto Supremo No. 03-
97-TR, Texto Único Ordenado de la Ley de Productividad y
Competitividad Laboral, el otorgamiento de dichos sueldos
caídos y el depósito de la CTS no resulta sino de la aplicación
del principio jurídico de que lo accesorio sigue la suerte de
lo principal, tanto más si como lo establece el artículo 87, in
fine, del Código Procesal Civil, -aplicable supletoriamente al
proceso laboral en virtud de lo dispuesto por la Primera
Disposición Complementaria de la Nueva Ley Procesal de
Trabajo-, cuando la accesoriedad está expresamente prevista
por la ley, se consideran tácitamente integradas a la
demanda.”[11]. De lo que se concluye que en los procesos de
reposición por despido nulo, incausado o fraudulento, resulta
procedente como pretensión accesoria el pago de las
remuneraciones devengadas, teniendo en cuenta la naturaleza
de la reposición laboral.
71. Que,
el despido fraudulento constituye una modalidad de
despido arbitrario. Entonces al haberse determinado que
efectivamente existió un despido fraudulento, con la
consecuente reposición, corresponde accesoriamente a la
accionante el pago de las remuneraciones devengadas, desde
que se produjo el cese ilegal, el 31 de diciembre de 2012, hasta
la fecha de reposición efectiva en sus labores, monto que se
deberá determinar en ejecución de sentencia.
73. Por
las razones expuestas, corresponde desestimar los
agravios de la demandada y revocar la venida en grado en el
extremo que declaró improcedente el pago de remuneraciones
devengadas y reformándola declararon fundado dicho extremo,
confirmándose en los demás extremos.
HA RESUELTO:
Notificándose.-