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3547

LITERATURA-HISPANOAMERICANA-LEGADO-INDIGENA-
Y-LITERATURA-COLONIAL.pdf
Temario completo

2º LITER.HISPANOAMER.:LEGADO INDÍGENA Y LIT.COLONIAL

Grado en Filología Hispánica

Facultad de Filosofía y Letras


Universidad de Granada

Reservados todos los derechos. No se permite la explotación económica ni la transformación de esta obra. Queda permitida la impresión en su
totalidad.
LITERATUR
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HISPANOA
MERICANA:
LEGADO
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Reservados todos los derechos. No se permite la explotación económica ni la transformación de esta obra. Queda permitida la impresión en su totalidad.
Índice

Temas 1 y 2: El legado indígena: los discursos precolombinos


Lectura: Poppol vuh

Temas 3 y 4: Cronistas de Indias: Literatura del descubrimiento y la conquista.


Lectura: Naufragios (Alvar Núñez Cabeza de Vaca)

Tema 5: Poesía renacentista: la épica de tema americano.

Reservados todos los derechos. No se permite la explotación económica ni la transformación de esta obra. Queda permitida la impresión en su totalidad.
Tema 6: La literatura del barroco hispanoamericano: del clasicismo al
manierismo.

Tema 7: La lírica manierista y del barroco pleno.

Tema 8: El esplendor barroco: Sor Juana Inés de la Cruz.


Lectura: Poesía lírica (Sor Juana Inés de la Cruz)

Tema 9: La prosa del barroco, las “protonovelas”.


Lectura: La historia de la monja alférez (Catalina de Erauso)

Temas 10 y 11: El teatro hispanoamericano.


Lectura: El güegüense.

Tema 12: La mujer en la colonia: una perspectiva de género.

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EL LEGADO INDÍGENA
Los discursos precolombinos

El término «precolombino» es aquel que se emplea usualmente para englobar la historia


de todas aquellas sociedades nativas antes de que se hiciera notable la influencia
europea, a pesar de que esto ocurrió décadas o siglos después del primer desembarco de
Colón. En español suele usarse como sinónimo de América prehispánica. A todos los
pueblos precolombinos les hemos dado el nombre de «indígenas». En esta época, no

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había medios para preservar este patrimonio, aunque muchos intelectuales, sacerdotes,
historiadores, cronistas… intentaron preservarlo y se esforzaron por ello.
Los manuscritos que conservamos actualmente se encuentran en su mayoría
recogidos por fragmentos en códices. Son fragmentos que los investigadores han debido
ordenar a la hora de realizar sus estudios. Contamos, por tanto, con una amalgama de
textos, casi todos con un gran carácter religioso más cercano a la mitología que a la
concepción de religión que tenemos actualmente. Sin embargo, no podemos olvidar que
estas sociedades eran Teocráticas. Como ocurre en la Europa clásica sus dirigentes eran
considerados dioses en la tierra y como tal les rendían culto. Sus manifestaciones
artísticas, por tanto, giraban en torno a estas creencias y sus rituales.
Las razones por las que lo denominamos «legado» es porque estas culturas eran
ágrafas y lo que nos ha llegado de ellas son pictogramas, ideogramas, jeroglíficos. Es
decir, su propia manera de representar historias. Podemos encontrar los géneros literarios
de los que presumimos actualmente plasmados en pictogramas u otros métodos.
En estos pueblos, sobre todo el maya, en una especie de intento de comunicación
pictográfica con los españoles, se dieron unos ideogramas estilo orientales muy
parecidos a la escritura; que, sin embargo, no estaba desarrollada como para describir
conceptos.
Recordatorio de Wuolah: Se puede sacar más de un 6 en los exámenes.
Cuando los cristianos llegan al nuevo continente, estos pueblos indígenas se sienten
reprimidos. La tecnología y las capacidades técnicas que traían los conquistadores era
muy superiores a las que ya existían en América y poco podían hacer para pararlos. Aun
así, estos pueblos lucharon porque su cultura no se perdiera. Ansiaban que quedara

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recuerdo de su pasado glorioso. Hallaron en el mestizaje una posibilidad de conservar
sus tradiciones. Es entonces cuando encuentran una herramienta extraordinaria de
difusión artística: la escritura con la que contaban los europeos, y que ellos no habían
asimilado.
Se da, por tanto, una intervención de la mentalidad occidental en la difusión de
estos textos. Surge entonces una duda clara: ¿hasta qué punto nos encontramos ante un
legado completamente indígena? Teniendo en cuenta esta intervención en los textos, es
muy difícil concluir dónde punto se obedece a ese paralelismo mitológico. Sin embargo,
por muchas dudas que se susciten es esta la única manera en la que ha sido posible la
transmisión de este legado, sea o no completamente real.
El mestizaje se dio desde prácticamente los primeros momentos de la
colonización. Este fenómeno trajo consigo la transculturación, lo que supone que en un
territorio en el que existen dos culturas, una dominante y otra dominada, esta segunda
no desaparezca del todo, sino que se introduce poco a poco en la cultura dominante y de
esta forma sobrevive con una fuerza, en ocasiones, bastante importante llegando,
incluso, a modificar la cultura dominante. Es decir, con el mestizaje, las culturas
indígenas, en algunos puntos del continente, consiguieron paliar los efectos
conquistadores de España, y llegaron a crearse sociedades que no podían ser definidas
ni como europeas, ni como indígenas; estamos ante una realidad diferente, una realidad
mestiza.
Por otra parte, los sacerdotes que llegan a las costas americanas se dan cuenta que la
manera más fructífera de llevar la evangelización es hacer una inmersión total en estas
colonias. Aprender sus tradiciones, mitos, leyendas, lengua, creencias religiosas y desde
ahí conseguir su labor de cristianizar los pueblos.
Fray Bernardino de Sahagún es uno de los sacerdotes intelectuales que más
trabajó en este rescate del legado indígena. Escribe Historia general de las cosas de
Nueva España (1585) donde se recogen muchos de esos materiales.
Zonas culturales del legado indígena

Región Náhuatl: Centro de México, buena parte


de Guatemala, llegando a Nicaragua. El término
Náhuatl designa un tronco cultural y lingüístico.
Encontramos, por tanto, varios idiomas que
derivan de este tronco común.

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Era un estado político teocrático y de base tribal.
En cuanto a la religión, los aztecas adoraban a las
fuerzas naturales de manera dualista (creían en
fuerzas buenas y malas); su dios más importante
era Quetzalcóatl.

LITERATURA NÁHUATL

Como ya hemos mencionado, actualmente la única huella que conservamos del legado
indígena son los códices; la mejor fuente primaria que se tiene de esta cultura. Revelaban
como era la vida religiosa, social y económica de los antiguos mexicanos y difieren de
los códices europeos en su contenido altamente pictórico y en que no están destinados a
simbolizar narraciones habladas o escritas
CÓDICES NÁHUATL

Códice Chimalpopoca. Apareció en esta ciudad.


Cantares mexicanos. Contienen muchos poemas y cantos.
Códice Aubin. Se refiere a uno de sus descubridores
Códice Borbónico. Está en España o Francia
Códice Borgia, perteneció a los Borgia
Códice Florentino, en Florencia
Códice Mendoza
Códice Ramírez, fue descubierto por Ramírez
Códice Vaticano, está en el vaticano

Recordatorio de Wuolah: Este examen lo llevas regu, ponte las pilas.


Códice Xolot, habla de una especie de semidiós.

Estos códices no tienen exclusivamente pictogramas aztecas, sino también náhuatl


clásico, castellano y ocasionalmente latín. Encontramos textos en verso, cuicatl, que
serían una suerte de cantos e himnos cercanos a nuestra poesía. Un ejemplo de esta
escritura sería Himno al dios Tezcatlipoca, de carácter religioso, como es evidente. A
este tipo de poemas, puramente religiosos, se les dio el nombre de teocuicatl. En la
propia denominación vemos signos claros del mestizaje, ya que se hace una composición
con una palabra griega y otra de origen náhuatl. Encontramos dentro de estos, poemas
cosmogónicos, históricos y mitológicos. De estos últimos destacamos la leyenda de El

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quinto Sol. También se daban poemas líricos que podían tratar numerosos y diferentes
temas, como podían ser las flores y la naturaleza, el canto (meta-poesía).
Los poemas, en su inmensa mayoría, estaban compuestos por unidades fijas, que
presentan gran parecido con las estrofas; por variantes con tendencia a repetirse y
paralelismos, que actuarían como estribillos; por muchas metáforas e imágenes, recurso
ampliamente utilizado llegando, en algunos momentos, al difrasismo, es decir,
superposición de varias imágenes o metáforas para enfatizar algunos episodios. El ritmo
del poema lo marcaban las exclamaciones que añadían en algunos versos, no
encontraremos, por tanto, ningún atisbo de rima o métrica similar a las que ya
conocemos. De darse alguna sería, sin duda, fruto de la traducción que se realizó más
tarde. Hay que tener en cuenta que es una poesía oral, por lo que es probable que
encontremos características que a nosotros nos recuerdan a nuestra poesía popular.
La mayoría de esta literatura es anónima. Esto se explica porque en estas
sociedades todavía no se había planteado la necesidad de crear cosas propias. Los
discursos eran generales, para la colectividad.
Encontramos, sin embargo, el nombre de un total de trece autores. El más
importante es Netzahualcóyotl, del que contamos con hasta treinta y seis poemas, como
por ejemplo Canto de primavera de Netzahualcóyotl. Este autor tuvo muchos problemas
dinásticos. Hoyo a la capital, Tenochtitlán, donde aprendió el arte militar. Habla en sus
poemas de la fugacidad del tiempo, de dioses crueles y del poder de la muerte.
Los escritos en prosa reciben el nombre de tlahtolli. Estos integran leyendas,
relatos, proverbios, pensamientos y todos se encuentran dentro de un sentido religioso,
moralizante o épico.
Tienen un lenguaje muy brillante, parecido en cierto modo al de la poesía.

Recordatorio de Wuolah: ERES UN CRACK.


Huehuetlahtolli (testimonios de la palabra antigua): compuesto por un conjunto de
consejos de todo tipo: relativos a la vida cotidiana, sobre la sexualidad y el erotismo,
algo muy presente en estas culturas.
La mayoría de estos textos fueron recogidos por una serie de investigadores religiosos.

Thltoloca: (discursos históricos) Son calendáricos, que trazan sistemas de calendarios


para recoger y preservar los acontecimientos más importantes del pasado de estas
culturas. Fijan en la medida de lo posible las dinastías, los períodos de tiempo, los ciclos,
los años… alrededor de los cuales se iban comprimiendo esos mitos y leyendas de estos

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pueblos.

Encontramos también ciertas manifestaciones teatrales. Los aztecas contaban con


lugares donde se realizaban rituales y se celebraban fiestas en días señalados, eran las
llamadas casas de la danza y el canto. Se celebraban de igual modo sacrificios humanos
en los que llenaban el escenario de flores y tierra…

Cultura Maya: Es el segundo gran bloque situado


en la península de Yucatán. Tiene su propia
lengua, parecida a las Náhuatl pero distinta, al fin
y al cabo. Esta civilización fue una de las más
duraderas en el tiempo, desde el año dos mil antes
de cristo hasta el siglo XVI. Careció de una unidad
política fuerte, de hecho, la huella que han dejado
es mucho más cultural que política o militar.

LITERATURA MAYA

En su literatura vemos el afán de este pueblo por preservar su pasado, ya que eran
conscientes de la importancia de su civilización y la grandeza de su historia. Destacan
los temas relacionados con la cosmogonía, es decir, la creación del mundo, la
implantación de las culturas, degeneración… Sus libros más famosos aparecen en la

Recordatorio de Wuolah: ARTISTA MÁQUINA FIGURA CHAMPION,TÚ PUEDES.


época de contacto con los españoles. Destacamos el Popol Vuh y el Chilam Balam. Se
pueden considerar como los libros originarios de una cultura y nos han llegado en forma
de palimpsestos: fragmentos yuxtapuestos sin orden exactos, incompletos en algunos
casos. A pesar de esto, son libros muy fascinantes escritos en un lenguaje brillante, lleno
de metáforas, fábulas, mitos desarrollo de estas historias, etc.

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Popol Vuh: traducido por “Libro del consejo” o “Consejo de jefes”, este libro fue
encontrado en el siglo XVIII por Francisco Ximénez, un sacerdote que lo transcribió y
copió como Historia de los indios de esta provincia de Guatemala. La tarea de Ximénez
fue intentar transcribir la cultura maya según el conocimiento que tenía sobre la lengua.
El material es muy heterogéneo y existen distintas teorías según cómo deben ser
ordenados los distintos fragmentos que lo componen que son un total de 46 junto a tres
apéndices llamados Grandes mansiones.
La labor de este libro es fundamentalmente antropológica, aunque también
consta de un gran valor literario, por el lirismo característico de esta prosa, así como su
extraordinaria imaginación. En él encontramos una recopilación de narraciones míticas,
legendarias e históricas del pueblo maya quiché. Está dividido en cuatro partes
correspondiéndose cada una de ellas con una fase de la creación del ser humano. Ha
influido mucho en la literatura indigenista del siglo XX, por ejemplo, en la figura de
José María Arguedas.

Chilam Balam: se conoce parcialmente, su recopilación y la escritura del texto final se


produjo posteriormente a la llegada de los españoles y se hizo con el idioma de los
mayas, pero con el alfabeto latino. Actualmente se conservan ocho tomos, de los cuales
solo cuatro han sido tratados con propiedad hasta el momento: Chumayel, Tizimín,
Maní, Kaua, Ixil, Tekak, Tusik, Nah.
El primero que tradujo alguno de estos libros fue el sacerdote franciscano
Hernando de Lizana quien escribió Historia de Yucatán.
El contenido de este libro es básicamente esotérico y hermético, trata de temas
religiosos y en este aspecto podemos encontrar cierto sincretismo entre lo cristiano y lo
maya. Vemos también alguna parte de crónicas, así como asuntos cronológicos,
astronómicos y astrológicos.
Uno de sus tomos Chilam de Chumayel, terminó de copiarse en 1782 por Juan
José Oíl. Se considera un guion para los ritos sacerdotes, a partir del cual se desarrollan
una serie de mitos con mucha prolijidad de leyendas y de narraciones de ese pasado
glorioso, hasta la llegada de los españoles, el choque cultural que eso produce y la
decadencia de la cultura maya, que tuvo lugar antes de que llegaran los españoles.

Cantares de Dzitbalche (españolizado a Cantares de Campeche) en el siglo XVIII


Alfredo Barrera descubrió en Mérida este manuscrito que, sin duda, se escribió con
anterioridad. Es en su mayoría un conjunto de poemas de un príncipe llamado Ah Bam.
Recoge 16 cantares, algunos fragmentarios y en su mayor parte compuestos antes de la

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conquista. La temática es muy variada: hay sacros, otros escritos para acompañar a los
rituales teatrales y había algunos que funcionaban como conjuros.

Cultura Quechua: el tercer núcleo cultural importante


nos lleva a la parte sur del continente, al imperio Inca o
incaico cuya capital se estableció en Cuzco. Fue el estado
sudamericano con el dominio más extenso en la historia
de la América precolombina que se extendió en un
movimiento importante en la habilidad militar bajando
hasta Chile y
Argentina.
Era una civilización politeísta cuyos dioses
principales eran Viracocha (sol) y Pachamama (madre
tierra), creían en la inmortalidad del alma y construyeron
grandes templos.

Su literatura destaca por los temas de identificación con la naturaleza y la guerra;


sus textos eran exaltaciones heroicas y orgullosas de las conquistas militares, todo ello
ligado con la religión. La única manifestación “escrita” que tenían eran los quipos:
pequeñas cuerdas que se unían mediante nudos y según su posición tenían un significado
u otro. Estos sirvieron de medidas para contar como unos signos numerales que fueron
perfeccionando y complicando hasta que de una manera muy simple y primitiva les
sirvió para preservar este sistema de señales nemotécnico de este legado.

Recordatorio de Wuolah: Tu crush no te quiere, pero nosotros sí.


El otro vehículo de transmisión que tuvo la civilización inca fue la oralidad. De
esta forma sus tradiciones fueron pasando de generación en generación hasta que llegó
un momento en el que la aportación de los españoles, es decir, la escritura, preservó gran
parte de su legado. Con una dificultad añadida: la lengua quechua estaba menos
desarrollada que la maya, por lo que la transcripción fonética de estos textos fue muy
complicada para los primeros copistas. Más tarde, el idioma se fue flexibilizando al
contacto con el español.
El Inca Garcilaso (hijo de una princesa inca y un capitán español) recogió el
testimonio oral de su familia allá por el siglo XVI. Su obra más importante fue
Comentarios reales, con una segunda parte llamada Historia general del Perú en la que
hacía una descripción de la vida cultural del imperio. Por ejemplo, nos habla en el
capítulo 27 de los intelectuales que nos encontramos. Para él el más importante fue
Amauta, o los filósofos asociadas a la casa sacerdotal.
Debemos tener en cuenta que todas las manifestaciones tienen un valor
diacrónico. Hasta el siglo XX no hubo una preocupación real por las culturas indígenas.
A partir de este momento, además de fijar textos y recuperarlos, se empezó a escribir una
literatura más indigenista, es decir, tenía como referentes las características, los rasgos
de la tradición indígena. Este legado es muy importante para la formación de las
literaturas contemporáneas, sobre todo en el caso de Perú.

LITERATURA INCA

En poesía podemos distinguir dos temáticas principales: poesía religiosa y poesía


amorosa.

Haylli: poemas breves de concepción religiosa. No han de identificarse con los versos
de la cultura española. Estos son de disposición variable y no cuentan con rima, lo que
marca su ritmo son las interjecciones. Son muy simbolistas y están plagados de
metáforas. Se cantaban en las distintas celebraciones religiosas, una de las más
importantes la fiesta del sol (Inti-Rami).
Yaravi: corriente de poesía amorosa con gran importancia durante el romanticismo,
momento en el que algunos poetas peruanos los recuperaron durante la construcción de
la poesía nacional. Son cantos al amor, los placeres amorosos y las características de los
enamorados.
Wanaki: poemas dialogados donde la pareja habla sobre sus sentimientos o problemas
Urpi: en ellos se utiliza la imagen de la paloma para compararla con la mala (la mujer).
A lo largo de los siglos, este tipo de poemas se han convertido en canciones populares
donde las palomas tienen un papel fundamental como imagen poética amorosa.

En prosa tenemos cuatro tipos de manifestaciones fundamentales:

Mitos: Los hermanos Ayar, Las cuatro partes del mundo, Mancocapac, Dioses y
hombres de Huarochirí. Es esta ultima la obra más importante y nos habla de la
mitología inca, de la división entre lo que ellos llamaban el mundo de arriba y el mundo
de abajo. Fue recogida por Francisco de Ávila en 1598 quien la transcribe en lengua
quechua, intentando llegar a una construcción de la escritura quechua. En el siglo XX el
indigenista José María Arguedas la traduce al castellano y la pública.
Leyendas: en forma de relato fantástico, va recogiendo la vida de los incas centrándose
en algunos personajes notables dentro de esa tradición. El pastor Acoytrapa y la
princesa Chusquillantu, es una de las leyendas más importantes. Fue fijada y recogida
por el sacerdote Martín Munúa en su obra Los orígenes de los incas, escrita entre 1580 y
1616 pero inédita hasta 1922.
Fábulas: es una forma de plasmar la creencia de esta cultura en la metamorfosis y la
reencarnación en animales. Muestra también una moraleja y una empatía con las
cualidades mágicas.
Cuentos: la mayoría son de tradición oral y están recogidos por historiadores,
antropólogos, etc. Arguedas también los recogió y recopiló en su obra Canciones y
cuentos del pueblo quechua. Teodoro Meneses, antropólogo, también hizo una
recopilación a la que dio el título de Cuentos quechuas de Ayacucho publicada en 1954.

También se desarrolló el teatro. La mayoría de las representaciones tenían el mismo fin


que en otras culturas. En los ritos o manifestaciones siempre había una parte más teatral.
Sin embargo, nos han llegado pocas pruebas de cómo eran estas representaciones debido
a la evangelización. En cualquier caso, las obras se escribían en quechua y nos han
llegado dos piezas, aunque hay quien opina que no son realmente una muestra inca
porque pudieron ser escritas durante la colonia.
Ollantay: toma su nombre del jefe militar del primer inca, el fundador Pachacute. Ollantay consiguió
grandes victorias, pero no era noble, su familia no pertenecía a la estirpe de los reyes. Se enamora de
Cusi Coylluur, hija del primer inca. Es desterrado fuera del imperio, pero vuelve al estar esté en peligro.
Se encuentra de nuevo con su amada cuando son mayores. Es una obra de amores contrariados que
guarda muchos rasgos de lo que debió ser esta cultura, la importancia del amor, la relevancia de los
linajes, etc.
Tragedia del fin de Atahualpa: nos cuenta los últimos días de Atahualpa, condenado a muerte. Se
desarrolla un debate sobre cómo se le va a matar: quieren quemarlo en la hoguera como hereje, pero
según su religión no podría resucitar en animal. España (como personaje conceptual) dice que no, que
se le corte la cabeza para así entrar en el reino de los cielos. Jesús Lara la tradujo y publicó en 1955, hay
quien piensa que se la inventó.

Cultura guaraní: situada en la zona del actual Paraguay, es una cultura con menor
importancia literaria. En el mantenimiento de esta cultura tuvo mucho que ver la
actividad de los jesuitas en aquellas zonas. Lo que buscaban los religiosos era crear
comunidades donde vivieran pacíficamente españoles e indígenas haciendo un tipo
de vida similar y llegando a un acuerdo en las prácticas religiosas. Llegaron a existir
una treintena de pueblos con unas quince mil personas implicadas, formadas por
indios, guaraníes y blancos: no había razas ni clases sociales. En estos pueblos había
una ruptura radical de las relaciones coloniales, se distribuían de una manera
equitativa las riquezas y los trabajos, había un tiempo para cultivar la tierra y otro
para cultivar el espíritu, tenían una propiedad mixta y había un autogobierno
formado por indígenas.
En el siglo XX Kunt Unkel y Alfred Métraux descubrieron una serie de tradiciones que
publicaron en la revista Etnología. Lo conocemos como el Mito de los gemelos: un tema muy recurrente
en las culturas primitivas. Otro mito que encontraron fue El diluvio universal. Todos estos
descubrimientos aparecen en un libro titulado Literatura guaraní del Paraguay.
TEMA 3. CRONISTAS DE INDIAS
Literatura del descubrimiento y de la conquista.

Con esta denominación ya podemos ser conscientes del matiz occidental que se esconde
tras ella. Descubrimiento es el término usado en Europa, desde la perspectiva americana
se prefiere utilizar el concepto encuentro.
Las razones por las que este encuentro pasó a ser una conquista son varias y de
distinta índole. En primer lugar, tenemos que señalar que fue una causa de fe: desde la
mentalidad de España, país en el que gobernaba el catolicismo, era necesario sacralizar
la sociedad americana y llevarle la palabra de Dios para que no vivieran alejados de él.
Tenemos que señalar que la sociedad española era feudal lo que suponía que las clases
sociales estaban establecidas jerárquicamente sin posibilidad de cambio. Todos aquellos
que querían conseguir mérito social veían en estos territorios un amplio abanico de
oportunidades para ver realizada su empresa. Además, surgió en mito del
enriquecimiento: las clases plebeyas cruzaban al nuevo mundo con el objetivo de hacer
fortuna.
Otro medio para conseguir el éxito social, mencionado anteriormente, era la
literatura, es por esto que de esta época encontramos distintos tipos de discursos.

- Cartas relatorias epistolares: documentos que se centran en informar de un


acontecimiento concreto sin ninguna intención literaria.
- Cartas de relación: son narraciones extensas más complejas, intentan dar noticia de
algún suceso, no tienen intención literaria por lo que no se someten a un esquema
preestablecido, es decir, la narración era libre.
- Crónicas de Indias: en ocasiones se confunden con las historias, estas intentan
someterse a la estructura grecolatina retórica. Suelen ser las historias o crónicas más
oficiales, pero incluso estos esquemas preconcebidos sufren desplazamientos o
derivaciones a causa de la originalidad del asunto narrado.

Una de las dificultades que tuvieron que abordarse a la hora de escribir relatos fue la
necesidad de inventar nuevas temáticas que pudieran explicar la nueva realidad,
totalmente alejada de cualquier cosa que los escritores hubieran presenciado con
anterioridad. En la actualidad siguen surgiendo problemas durante el análisis de estos
textos: ¿son históricos o literarios? ¿Hasta qué punto es lícito hablar de ellos como
literatura latinoamericana cuando son escritos por personalidades con mentalidad
europea, cuando ni si quiera existía el concepto Latinoamérica?
Por otra parte, hay que tener en cuenta que este tipo de textos estaban pensados como
documentos que debían de dar testimonio del descubrimiento para la corona o el
imperio,
¿por qué, entonces, considerarlos literarios? Por su carácter imaginativo o fantasioso que
sirve de herramienta para explicar esta nueva realidad a la que se enfrenta: lo literario
surge como una necesidad.

Dentro de Literatura del descubrimiento incluiremos los textos que nos han llegado de
Cristóbal Colón. Aunque él, en su Diario, transmite la verificación de una idea
preconcebida y la identificación, es decir, la búsqueda de las señales que pudieran
demostrar que, efectivamente, había llegado adonde quería llegar. Se refuerza de esta
manera la idea de encuentro.
Esta idea de Colón de dar la vuelta al mundo, de llegar a Asia desde nuevas rutas,
fue fruto del trabajo, del estudio y de la investigación, así como la consulta a la
exploración que ya habían hecho otros y que habían dejado constancia en diferentes
documentos. El diario original de Colón se perdió, pero han llegado a nosotros porque el
padre Bartolomé de las Casas lo copió y comento en vida. Lo que sí que conservamos a
día de hoy es la biblioteca de Cristóbal Colón. En ella encontramos numerosos clásicos
(Aristóteles, Platón…), así como estudios contemporáneos a él. De estos hay cuatro
libros en particular que se ven notablemente trabajados, es claro que en ellos Colón fue
fraguando su idea y su proyecto: Magno mundi de Pierre de Ailly (hacia su autor una
descripción bastante fidedigna, aunque en algunos casos algo exagerada, de Asia);
Historia natural de Pilino el viejo. Historia rerum ubique gestarum, Sylvius, Viajes de
Marco Polo.
En sus memorias, Colón, idealizaba sobremanera los lugares a los que había
llegado, ya que el viaje para él supuso un fracaso y necesitaba que los reyes siguieran
financiando sus viajes. Para esto también utilizó la evangelización de estas tierras como
excusa: se definió a sí mismo como alguien providencial que había hallado lugares a los
que llevar la verdadera y definitiva religión. Intenta consolidar en sus textos la tradición
literaria europea. El estilo que presenta es sencillo y directo, busca describir la realidad
reduciéndola a cuatro elementos: el agua, la brisa, los árboles y el canto de los pájaros,
para producir una referencia o contexto paradisiaco. Este fundamento estilístico tiene
que ver con los poetas italianistas del siglo XV.

Descubridores que intentan reflejar la realidad americana.

Hernán Cortés: a diferencia de Colón, este soldado extremeño narra la conquista de


territorios, y no solo una descripción de los sitios a los que llegan sus tropas. Escribió un
total de cinco cartas. La primera data de 1519. En este momento vive en las Antillas por
lo que habla de su ruptura con el gobernador de Cuba, Diego Velázquez y su cambio de
la isla al continente. La segunda carta es de 1520, época en que entra en el continente y
avanza hasta la capital de imperio azteca para conquistarla. Destaca toda la campaña
militar haciendo especial hincapié en dos episodios muy importantes: el de la
destrucción de las naves (destruye los barcos para que su gente no pueda huir de allí para
volver a Cuba) y el de la noche triste (perdieron una batalla contra los aztecas que tuvo
muchas bajas y se denominó así). En 1522 escribe la tercera carta. Cortés tuvo muchas
dificultades y lo que le dio finalmente la victoria fue el hecho de aliarse con otros
pueblos indígenas enemigos de los aztecas, los Tlaxcaltecas. Esta carta es la más
extensa, más de 100 páginas, donde relata la batalla por conquistar la capital azteca y la
fundación de la Nueva España tras la conquista. Esta carta es donde hay más carga
emotiva. Al final de este texto se presenta a sí mismo como al gobernante ideal para esa
nueva región, porque conoce bien cuál ha sido todo el proceso de conquista. La cuarta
carta es de 1524, momento en el que consiguió el favor del Rey que lo nombró Capitán
General y Gobernador por lo que consiguió el mayor cargo de justicia: en esta carta
describe todas sus intenciones para gobernar el lugar y expandirse. La última carta trata
sobre la expedición hacia la Hibueras (Honduras). Esta expedición no fue exitosa porque
Cortés empezó a tener muchos problemas internos. Una parte del ejército se sublevó
contra él. Había una relación muy tensa entre algunos de sus oficiales y otros órganos de
gobierno. Cuando escribe esta carta lo hace desde el fracaso de no ser ya gobernante. Se
justifica por haber llegado a ese final repartiendo las culpas.
Su primer propósito en estos textos es el de informar al rey, que es quien le ha
dado los cargos militares. Junto con el espíritu informativo, trata de convencer de cuáles
fueron realmente sus finalidades y cuál fue su protagonismo en la marcha de la conquista
del continente. Así como la justificación de todos sus actos.
En cuanto al modo de escribir, Cortés fundamentalmente dictaba y después, una vez que
estaban los textos escritos, revisaba personalmente todo antes de ser mandado a su publicación.
Tenía una obsesión por el estilo, aunque no hay ninguna carga pasionaria, sino que trata de ser frío.
Dedica muy poco espacio al escribir las instituciones de los indígenas, le interesa más centrarse en el
gran cambio que se produce cuando impone los modelos europeos de convivencia frente a esas
sociedades menos desarrolladas, las cuales ha conquistado y cuyos sistemas de funcionamiento han
de desaparecer para dar paso a los europeos. Su énfasis está en el esfuerzo que pone él y todos los
que le ayudan en trasladar los esquemas de comportamiento social y político de España en el Nuevo
Mundo.
No podemos hablar de esta implantación de sistemas europeos en los nuevos territorios por
parte de Cortés, sin resaltar la figura de la Malinche. Esta mujer venía de una familia de la alta
sociedad mexica, y al conquistarse el territorio del actual México fue esclava de los españoles. La
Malinche sirvió de intérprete, consejera e intermediaria del conquistador.
Cortés también contó con la ayuda de Francisco López de Gómara desde España, quien se
convirtió en su secretario y al que Hernán Cortés iba relatando sus avances en el nuevo continente.
De esta manera, y sin salir de Europa, López de Gómara escribió su obra: Historia general de las
Indias y la conquista de México y Nueva España. Esta obra contó con numerosas críticas, sobre todo
por parte de aquellos exploradores que sí habían partido a América. Uno de estos fue Bernal Díaz
del Castillo, un soldado que estaba al servicio de Cortés, que finalmente llegó a ser Gobernador de la
capitanía de Guatemala, logro que consiguió a base de su esfuerzo por ascender en la escala social y
por aprender todo aquello que no había podido aprender en su tierra natal. Fue en esta última etapa
de su vida cuando por fin se decidió a escribir su obra, Historia de la verdadera conquista de Nueva
España. En ella intenta narrar de la forma más literal posible como fueron los pasos que dio el
ejército hasta conquistar la zona de la actual México.
Es a partir de este momento cuando empieza imponerse la idea de que la verdad
la pueden tener los hombres, no solo Dios como se había defendido hasta entonces. Es decir,
tenemos aquí un ejemplo más de un cambio del Teocentrismo medieval: hombres contando su
propia historia. Es este el ejercicio que lleva a cabo Díaz del Castillo: narrar la historia tal y como él
la vio, como él la experimentó, como la sintió. Toma, además, modelos literarios que en ese
momento estaban en auge para poder desarrollar su relato: los libros de caballerías le sirven para
contar todo lo fantástico y desconocido de lo que él era partícipe en América.
En esta crónica se reflejan dos crisis: la del mundo viejo, Europa se está
acabando a entrar en contacto con el nuevo mundo, y la crisis del lenguaje, este no sirve
para explicar la nueva realidad. Estos son algunos de los retazos de lo que luego
llamaremos literatura hispanoamericana.
Este mecanismo que vemos en Díaz del Castillo se intensifica en la figura de
Alvar Núñez Cabeza de Vaca. Participó en varias expediciones, fue gobernador de la
capitanía del Río de la Plata antes de que la zona se convirtiera en Virreinato. Este cargo
lo consiguió tras una expedición de 10 años.
En el año 1527 comienza una expedición a la isla de la Esperanza, territorio del
cual solo se tenían aproximaciones muy parciales para alcanzar después la península de
Florida y bordear toda la zona que ocupa el actual sur de Estados Unidos. En este viaje,
que recoge en su obra Naufragios, él y su tripulación contaron con infinidad de
obstáculos en su mayoría meteorológicos, como el gran huracán que les hizo naufragar y
por el cual tuvieron que bordear todo el golfo americano, donde finalmente se dividieron.
Después de diez años lograron llegar a México, aunque el grupo se había reducido en
número.
Lo interesante de esta obra es la forma en la que se plantea: en ella se muestra
claramente la ruptura, o el cambio, de ideales y concepciones de los hombres que
llegaban a América. Estos se creían conquistadores, según su mentalidad europea eran
los dominantes y creían conocer toda la verdad. Y, de repente, naufragan y pasan de ser
los gloriosos europeos a acabar frente a los indígenas igual que ellos: desnudos,
perdidos, sin recursos para sobrevivir y luchando contra el tiempo, el hambre y la
miseria. La realidad americana dinamita todos los códigos y formas de actuar de Europa;
debieron, por tanto, superar todos los tabúes y prejuicios europeos.
El autor de esta obra debe concienciarse de que estaba viviendo algo único y plasmarlo
a la vez. Conocen a gran cantidad de tribus obteniendo al tratar con ellas todo tipo de
respuestas: en algunas fueron cruelmente esclavizados, en otras aprenden a sobrevivir
tomando sus costumbres y aprendiendo de los que veía de ellos. En una de estas, llegó a
actuar como chamán y, cuenta, logró resucitar a un muerto. Cabeza de Vaca necesitaba
contar todo esto siendo lo más fidedigno posible y a la vez conseguir que el relato
gustara al emperador ya que era él quien decidía si seguía explorando y costeaba sus
viajes o no. Se puede advertir, por tanto, durante todo su texto una hipérbole continua.
Esta obra es más literaria que histórica y cronista, porque a su autor no le queda más
remedio. Este cambio de valores que sufrieron los exploradores era considerablemente
más fácil de explicar con ficción y fantasía que atendiendo a un sentimiento 100% real,
teniendo en cuenta sobre todo las represalias que podría sufrir al llegar de vuelta a
España.

El mérito de este gran explorador llega años más tardes. Ya que al regresar de su viaje
no se deja vencer por la realidad europea a la que realmente pertenece, sino que volvió a
pedir los permisos de viaje y llegó a Río de la Plata, donde obtendría un cargo político
como ya hemos mencionado.

En la conquista llegó un punto en el que los cronistas empezaron a evidenciar


ciertas contradicciones, es decir, muestran claramente la trampa que suponía la
evangelización como excusa que sustentaba todo este proyecto. Los modelos feudales,
que anteriormente hemos dicho que existían en Europa, acaban implantándose en el
nuevo continente. A América viajaban aquellos que no habían tenido posibilidades de
triunfar en España y llegaban a esta tierra con un deseo de dominio extremo sobre los
indígenas, quienes acabaron completamente subordinados a ellos. Esta subordinación
trajo como consecuencia una gran revuelta teológica, algunos colonos comenzaron a
plantearse la forma de tratar a los nativos americanos: ¿tenían alma estos seres? ¿Era
justo acabar con ellos de esa manera?

Uno de estos cronistas, que estaban en contra de estas formas tan extremas de
tratar a los indígenas, fue el Fray Bartolomé de las Casas quien llegó a América como
cocinero, más tarde lo nombraron encomendero y ejecutó esta profesión hasta que en
1513 fue testigo de una matanza y, conmovido por tal injusticia, decidió entrar en la
orden de los dominicos. No tanto con intención de convertirse en inquisidor sino para
aprovechar el prestigio con el que contaba la orden para salvar la vida a los indígenas.
Esta defensa no se redujo a un problema sociopolítico de las colonias, sino que llegó
incluso a plantearla como problema teológico en la metrópolis. Deja testimonio de esa
defensa en varias de sus obras:

Historia de las indias: en ella hace lo que él mismo describió como defensa de la
asimilación; los habitantes del continente asimilaban los valores y tradiciones que traían
desde España lo que acababa convirtiéndolos en súbditos del imperio por lo que había
que tratarlos como tal, es decir, de igual manera que al resto de habitantes del imperio.
Bartolomé las Casas tuvo que defender sus tesis en 1550 en lo que conocemos
como Junta de Valladolid. Debate que tuvo lugar en el Colegio de San Gregorio y que
enfrentó las dos formas antagónicas de concebir la conquista de América, El Padre las
Casas debatió frente a Juan Ginés Sepúlveda quien defendía el derecho del dominio de
los españoles sobre los indígenas a los que concebía como naturalmente inferiores.
Finalmente, no se llegó a ninguna resolución, aunque supuso un mínimo cambió que
otorgó ciertos derechos a los indígenas.

Gonzalo Fernández de Oviedo: escribió la Historia general y natural de las Indias cuyo
interés reside en que se basa en la experiencia directa de los hechos oponiéndose a todos
aquellos que escribían del nuevo continente sin haber puesto un pie en ninguna de sus
costas. Se preguntaba Fernández de Oviedo cómo era posible hablar de tal grandeza sin
haberla experimentado realmente. Cuenta esta obra, además, con una gran carga política
hablando de las bases del imperio y de sus formas de proceder. Aunque su mayor
característica es que en ella hace una descripción totalmente detallada de la naturaleza y
de la realidad geográfica americana. Su autor hace un gran esfuerzo por catalogar toda la
flora y la fauna, llegando incluso a hacer una caracterización de los indígenas, bastante
peyorativa en un principio que va evolucionando a lo largo de la narración. No debemos
olvidar que esta obra está puesta al servicio del imperio y la fe verdadera: el catolicismo.

El mestizaje fue un fenómeno que se dio en América desde los comienzos de la conquista. Al
contrario de lo que mucha gente piensa, este no ocurría únicamente en los estratos más bajos
de la sociedad. También a nivel de la nobleza se produjo esta confluencia cultural. Fruto de
este mestizaje es uno de los más grandiosos representantes literarios de esta tierra: El inca
Garcilaso de la Vega, nacido en Cuzco de la unión de un capitán español y de una princesa
inca. En toda su etapa de formación educativa está bajo la custodia de su madre viviendo la
cultura inca, de hecho, hasta los 14 años tan solo habla quechua. A partir de este momento fue
su padre el que se encargó de su educación, introduciéndolo así en la cultura española y
europea. Al morir su padre, el inca Garcilaso, tuvo que hacer el viaje contrario a la mayoría de
los intelectuales de la época: viajar de América para llegar a España y ganarse así la vida y
que lo reconociera como heredero de su linaje. Lo hará a través de las armas, pero no lo
consigue y será la literatura su vehículo para alcanzar el mérito social.
Su principal empeño era demostrar que los incas eran una civilización como la española con
categoría aristocrática y que él venía de ella. Para conseguirlo escribe su obra más importante
Comentarios reales. Comienza defendiendo la idea de que a los incas les fue encomendado
por su Dios (el cual él asocia con el Dios cristiano) que civilizaran todos los territorios
adyacentes porque aquellos pueblos se encontraban sumidos en la barbarie, alejados de toda
civilización y religión. Estaba diciendo, por tanto, que el imperio inca había sido una suerte de
legado divino. Explica las tradiciones, los ritos e intenta, en la medida de lo posible, vencer
las distancias entre estos y los motivos religiosos cristianos. La conclusión a la que llega es
que el imperio inca fue una preparación para la llegada de la fe verdadera traída por los
españoles, y por lo tanto supuso una etapa necesaria en América.

Más tarde escribió otra obra, Historia general del Perú, considerada como una segunda parte
de la anterior.

Felipe Guamán Poma de Ayala: Nacido en Perú, este escritor mestizo (lo cual podemos ver en
su nombre: Guamán= Halcón; Poma=Puma) escribió la conocida Nueva crónica y buen
gobierno, descubierta en la Biblioteca Nacional de Copenhague en 1908, y añadida a los
corpus de cronistas.

El libro entero es una especie de manual para denunciar los abusos que se estaban
haciendo por parte de la corona (en estos momentos reinaba ya Felipe II), critica a los
españoles y al sistema colonia; acusa tanto a los sacerdotes como a los encomenderos de
abusar del pueblo indígena argumentando que de continuar la actividad conquistadora del
modo usual llegarían a desaparecer por completo toda la cultura indígena. Poma de Ayala
intenta imitar las estructuras de los antiguos códices, va alternando el dibujo con el texto:
es una especie de novela ilustrada.

Hace además una defensa de sí mismo como candidato para ayudar a los asuntos de la
corona dentro de América. Muestra la necesidad de una persona con autoridad suficiente
para trabajar en el tema de la evangelización, finalmente añade que dicha persona es él.
Nos lleva a pensar que lo hace en tono de sátira ya que puede resultan incongruente que
critique toda tarea de los españoles en el nuevo continente para luego querer perpetuar él
mismo esa tarea.
POESÍA RENACENTISTA
La épica del tema americano

Aunque la fecha que en los libros de historia señalan como final de la Edad Media es precisamente la
de la conquista de América, en la mayoría de los países viene fraguándose, desde los comienzos o
mitad del siglo XV, un movimiento ideológico y cultural nuevo. Es un momento en el que la sociedad
pasa de ser teocéntrica, a promoverse ideas en las que gobierna el Antropocentrismo. Conocemos este
momento de exaltación individual como Humanismo, que, en realidad, no consiste en otra cosa que
una reivindicación de las capacidades del ser humano para gobernarse, crearse aprender, etc. Toda
esta concepción nace en Italia de mano de Petrarca con sus Sonetos, de Dante y su Divina Comedia, y
de Bocaccio con su Decameron. En este movimiento, que se va enraizando en la vida cultural de toda
Europa y arrasa en forma de corriente tomando el nombre de Renacimiento, se configura una estética
que poco o nada tiene que ver con lo medieval.

Las nuevas formas buscan una reelaboración utilizando también elementos de la tradición y
surge la llamada poesía moderna europea, la cual se encuentra completamente influenciada por los
modelos italianos. Dentro de la literatura española contamos con un caso muy significativo de cómo
se produce esta incursión italiana: se encuentran en España Garcilaso de la Vega y Juan Boscán con
Andrea Navagero, y este les aconseja que incluyan los versos italianos para poder dar forma definitiva
a la poesía española. Sobra decir que los sonetos de Garcilaso forman parte de la cumbre literaria
española; son muestra parte de la poesía culta que en esta época empieza a esbozarse con los
endecasílabos y demás versos de arte mayor.
Como es lógico, todo aquello que se cultivaba en España acababa llegando al otro lado del
mundo, ya que la mayoría de los escritores eran españoles que emigraban a América sobre todo al
virreinato de Nueva España, uno de los centros de mayor nivel cultural. Se produce, en la misma línea
que en España, una poesía popular que, aunque goza de mayor interés, es una producción menos
numerosa que otros géneros literarios que giraban en torno a la vida de los virreyes. La vida en

América estaba completamente marcada por las costumbres y la cultura europeas.

Francisco de Terrazas: este escritor, considerado el primer poeta mexicano, aparece citado en La
Galatea de Miguel de Cervantes lo cual nos deja ver que tuvo que ser un autor realmente importante a
pesar de los pocos datos que se tienen sobre él. Su obra nos ha llegado completamente sesgada. En
concreto quedan tan solo nueve sonetos, diez décimas, una epístola y un fragmento de un poema épico
inacabado. En estos resquicios de su literatura podemos ver con claridad que el autor estaba envuelto
en el velo renacentista de Petrarca y Garcilaso, diferenciándose de ellos por el cierto tono de ironía
que aparece en sus obras.
Fernán González de Eslava: emigró a México en 1558 y unos veinte años más tarde se ordenó
sacerdote. Fue un poeta y dramaturgo en el que se ven muy claras las influencias tradicionales
castellanas, aunque mezclando estos temas del cancionero con las formas propias de la poesía
italianista. En su producción son muy importantes los poemas religiosos, aunque no fue el único
género que cultivo. Desarrolló también la poesía satírica, así como una serie de poemas más
abstractos, llamados poemas conceptuales, considerablemente más herméticos que adelantan lo que
más tarde va a ser el conceptismo barroco. Podemos darnos cuenta así que aunque la historia separe en
bloques distintos las corrientes, llegando a enfrentarlas en algunos casos, es en realidad un proceso
mucho más paulatino y variado. Su obra más importante, constituida por 157 poemas, recibe el
nombre de Coloquios espirituales y sacramentales y canciones divinas.

Mateo Rosas de Oquendo: emigró a América donde se piensa fue encomendero. Este escritor está
muy vinculado a Lima y México, donde vivió desde 1598 hasta su muerte. Una de sus obras más
conocidas es Sátira hecha por Mateo Rosas de Oquendo a las cosas que pasan en el Perú, en la que
critica el modo de vida en la ciudad de Lima: a los comerciales, autoridades, a las mujeres, presenta
muy de manera muy clara las características de esa época colonial y las costumbres que había en ese
momento en una ciudad virreinal tan importante como Lima.

Aunque fue una corriente muy fecunda, la producción más notable de la América de esta época no es la
poesía lírica, sino la épica. Un género que, sin embargo, no tuvo mucho éxito cuando fue cultivado por
escritores peninsulares ya que no estaba de moda en España. Aun así, su producción en mano de autores
americanos fue muy exitosa, adaptándose, como es lógico, a las nuevas formas y características. Un
ejemplo de esto sería La Auracana.

El escritor de esta obra maestra de la época fue Alonso de Ercilla y Zúñiga. Español que emigró en 1556
al Perú, donde permaceció poco tiempo ya que formó parte de una expedición que se dirigió al sur. Este
territorio, debido a sus complicadas condiciones geográficas y a la dificultad para someter al pueblo nativo
que vivía en él (los mapuches) fue una región muy dificil de conquistar. Todo esto constituirá la materia de
su poema épico.

Esta obra se publicó en tres partes, y en total cuenta con 37 cantos que fueron escritos en un periodo de 20
años. Sus versos forman octavas reales, es decir, son endecasílabos que riman en consonante, los dos
versos finales de estas estrofas configuran un pareado con el que se cierra el tema del poema. El poema
respeta la característica típica de la época: informar de acontecimientos militares heroicos cercanos. Sin
embargo, esta obra introduce desde el principio una especie de ambigüedad, ya que, a pesar de pertenecer a
este género, diluye la figura del héroe. Su intención no es ensalzar una personalidad individual, sino al
grupo de hombres que participó en esta aventura.
Son poemas narrativos que van contando una historia con personajes que se desarrolla en una
situación concreta. La intención de sus versos no es reflejar la verdad que se vive, sino que el autor intenta
ser verosímil: no está escribiendo una crónica de la realidad, relata algo que podría llegar a ser. El poeta
aparece como un personaje más de la obra, sin ser el centro de atención, pero sí señalando que estuvo allí y
fue testigo de lo ocurrido. Es un poema épico, por lo que tiene su parte más fantástica. En este caso se
habla acerca de elementos sobrenaturales de la cultura indígena y se introducen elementos de mitología
clásica. Se ciñe a un esquema tradicional muy utilizado en el que apreciamos la influencia de los modelos
clásicos, no solo de la Eneida (referente directo), sino también otros más cercanos como pueden ser Dante
o Petrarca.

El tema sobre el que giran todos los poemas es la guerra. Aun así, junto a esta temática principal aparecen
otras como por ejemplo la amorosa o la histórica. Los sucesos amorosos que exaltan lo caballeresco y
lírico, en esta ocasión son introducidos en los personajes nativos y no como parte de la trama de los
españoles. He aquí la originalidad con respecto a la épica europea: el elemento indígena introducido
siguiendo los patrones de los poemas épicos tradicionales. Hace un ensalzamiento de las virtudes de los
indígenas, con la intención de dar más importancia a la tarea que realizarían los españoles que llegaron a
estas tierras.

Durante el transcurso del escrito se da un proceso de inmersión total ya que el español no conoce lo
que ocurre al otro lado del mundo y tiene que olvidarse de aquello que le es familiar para poder
introducirse en esta nueva. A este respecto, este libro también supone una ayuda para acercar lo
precolombino a la cultura europea debido a todo el léxico americano con el que el autor describe realidades
que tan solo ha visto allí y a las que necesita dar un nombre.
Desde que llegaran los primeros españoles a América la concepción que se tenía de los indígenas
fue variando considerablemente. Colón en un primer momento los tomó como sus siervos. Hernán Cortés,
como seres infieles a la religión. Bartolomé las casas pensaba que eran inocentes que vivían como en un
limbo al no conocer el cristianismo. El primero que los vio como humanos, tratándolos de igual a igual, fue
Cabeza de Vaca. Finalmente, esa igualdad se engrandeció en boca de Ercilla, que los mostró como
caballeros y nobles.

La originalidad de esta obra y todos los elementos que rompían con la estructura central de la épica, tal y
como se tenía entendida, no fueron muy bien recibidas cuando el autor llegó a España. Por un lado, los
puristas de las letras no aceptaban que se cambiara tanto el género, además, no se llegó a entender el trato
que se le daba a la cultura indígena con esa exaltación principal. Es por eso que escribe las partes
siguientes; se ve en cierto modo obligado.
EL BARROCO HISPANOAMERICANO
Del clasicismo al manierismo.

Entramos de lleno en el siglo de oro, aunque realmente la época áurea abarca más de cien años. Los historiadores
la han dividido en dos corrientes: el Renacimiento, de la que ya hemos hablado, y el Barroco. Esta etapa supone
una reacción al arte anterior que se basaba en principios contrarios (armonía, razón, equilibrio...); sin embargo, no
ha de ser entendido como una anulación de esto, sino que se trata de una evolución del humanismo hasta terminar
por disgregarse. Es más, ambas corrientes presentan unos principios básicos comunes: persiguen un ideal de
belleza, se basan en la antigüedad grecolatina y existe una concepción individual de la creación estética. De este
modo, podemos ver el Barroco como el momento en el que se rompe el núcleo humanista desde dentro, es decir,
utilizando sus mismos principios llevándolos al extremo y exagerándolos. Desde un punto de vista ideológico
podemos decir que el barroco es el resultado del enfrentamiento de los dos pensamientos (Humanismo y
Contrarreforma) y de las contradicciones que dicho enfrentamiento provoca.
Con todo ello también nace un concepto que será importante para la literatura el alma. El espíritu del ser
humano que puede embellecer, transformarse, perfeccionarse. Así, se establece "la jerarquía de las almas" y nace
el concepto de "mérito", es decir, el modo de crecer socialmente. En España se produce una vuelta atrás de este
animismo, para regresar al organicismo medieval, lo importante sigue siendo la jerarquía de la sangre. Estamos
ante un desgarramiento: el ser humano ya conoce que puede conseguir el ascenso social, pero no su salvación
después de la muerte. Por lo que este nuevo ser es agónico y desgarrado, y es la característica del barroco:
confusión, oscuridad, adorno…

También podemos hablar de un Siglo de Oro en territorios americanos, un esplendor semejante al de la península
donde se pueden ubicar a las obras y figuras cumbres de Hispanoamérica: Juan Ruiz de Alarcón, El Inca
Garcilaso, Sor Juana Inés de la Cruz... El problema se halla en dilucidar hasta qué punto es reflejo del Barroco
español o si realmente tiene una personalidad individual. La crítica más reciente y documentada habla de una
comunidad estética en la que se da una interrelación bastante fluida entre dos puntos: España y los virreinatos.
Podemos decir que son dos sistemas literarios coordinados.

A pesar de las limitaciones que tenían los territorios coloniales, lo que ocurre en América tiene unas características
personales y propias. La Inquisición estaba en constante vigilancia, por lo que el control en los virreinatos era
extremo. Había una serie de obras, llamadas libros de imaginación que estaban totalmente prohibidas. No se
podían importar a la colonia, aun así, algunos circularon de manera clandestina en los círculos intelectuales,
formados por blancos que constituían la aristocracia española. Además, también estaba prohibido la publicación de
novelas, por lo que no podemos hablar de la narrativa en un sentido estricto, sino de composiciones híbridas
llamadas protonovelas, las cuales desarrollaremos más adelante. Se cultivó bastante el teatro, pero porque este
género se encontraba dentro del plan de la evangelización.
Dentro del ambiente aristocrático Barroco hay distintas instituciones que sirven para promocionar y para
dinamizar la literatura. Una de estas era la academia. Levantadas por el virrey, eran lugares donde se reunían los
escritores fundamentales, recibían a otros procedentes de Europa, se organizaban certámenes, etc.

Características del barroco y especificidades americanas:

Como hemos dicho, en esta etapa los sentimientos son totalmente desgarradores. Se produce, entonces, una
oscilación entre el vitalismo: mientras dure la vida, hay que vivirla intensamente (se potencia la sexualidad y la
carnalidad, y el misticismo, es decir, su extremo contrario. Hay una evolución hacia la exageración, se da una
hiperbolización de la regla renacentista con especial hincapié en varios aspectos: lo monstruoso y el agonismo. En
este último aspecto, se produce un choque entre lo ideal armónico y la realidad, especialmente marcada por lo
trascendental.
Como con todas las corrientes, los cambios que se dan en lo literario se van elaborando poco a poco. Los
09tratados de literatura suelen dividir el barroco en dos momentos:

Manierismo: las formas clásicas se van amanerado y deformando, somos testigos de cierta exuberancia. En
el plano literario, esta corriente es conceptual e intelectual, relacionado con lo que más tarde hemos
denominado como conceptismo. Sus rasgos principales sería el uso de la retórica, y que se trata de un
movimiento más intelectualista y frío. Utiliza toda una serie de recursos y figuras altamente complejas.

Barroco pleno: la evolución deja a un lado la estética conceptista, y llegamos al culteranismo. La


complejidad que comenzaba a vislumbrarse con el manierismo, llega a su máxima expresión hasta el punto de
convertir los discursos en textos herméticos, casi inteligibles, plagados de cultismos y neologismos, con un
lenguaje metafórico y una sintaxis compleja.
La fundamentación teórica de este barroco se hace a partir de una revisión de la Poética de Aristóteles
basada en la lectura escolástica de Santo Tomás. Empiezan a verse claras las limitaciones de lo real. Es decir,
el individuo desde la independencia que ha descubierto en la ideología humanista, se da cuenta de que en
realidad es un ser con limitaciones y que hay ciertas cuestiones trascendentales que no es capaz de resolver.
Por tanto, el barroco muestra la importancia del hombre y a la vez señala una crisis espiritual muy profunda.
En América esta ambigüedad es más intensa debido a que era una sociedad muy heterogénea con una cultura
muy desarrollada que se veía devastada por el poder colonial el cual estaba plagado de contradicciones: un
imperio de Dios sustentado en la violencia, los excesos y abusos.
Como características propias del barroco americano señalaremos que es una corriente mucho más
extensa que en el resto de países. En ella se acentúan sobremanera los aspectos exteriores y su arte es
considerablemente más ceremonial. Los aspectos realistas se encuentran con mayor intensidad al estar
inspirados en motivos indígenas y populares. Con respecto a esto, es necesario añadir que es un movimiento
en el que se recuperan gran cantidad de imágenes, símbolos, perspectivas y rasgos culturales de las
civilizaciones precolombinas.
LÍRICA MANIERISTA Y BARROCA

En Latinoamérica, donde la sociedad colonial se encontraba bastante consolidada, el


movimiento barroco, tuvo muy buena acogida. Nos situamos en uno de los virreinatos
más importantes durante toda la ocupación española, el virreinato del Perú, en cuya
capital se encontraba la Academia Antártica, fundada por Antonio Falcó (poeta de
influencia italiana) cuyo propósito era recalcar la novedad y la leyenda ligadas al mundo
americano. Su formación es una prueba del proceso de transculturación europea-
americana y el interés por el cultivo de las letras.
Uno de los integrantes de esta asociación, Diego Mexia de Fernangil, nos deja
un documento de gran interés literario Parnaso antártico de poesías amatorias. A pesar
de lo que pueda dejar entender su título, en esta recopilación encontramos poemas
conceptistas, metapoéticos, traducciones de Ovidio, además de, obviamente, poemas
amatorios.
En este contexto aparece un poema anónimo titulado El discurso en loor de la
poesía. Compuesto en tercetos dantescos (tercetos encadenados), el poema muestra la
exaltación y la defensa del ejercicio de la poesía que se puede considerar como algo
intelectual, característica definitoria del manierismo. En definitiva, habla de la naturaleza
de la poesía, además de exponer toda una serie de virtudes que se pueden apreciar a
través de la estética y los méritos de distintos poetas. En él vemos la influencia clara de
autores clásicos de la tradición grecolatina: Aristóteles, Horacio, Marqués de Santillana,
Juan del Encina...
Investigadores actuales han señalado a una mujer como la autora de este poema:
Clarinda. Algunos filólogos han atribuido este seudónimo a Francisca Briviesca, la
mujer de uno de los componentes de la Academia Antártica (Diego Dávalos Figueroa).
En el poema aparecen nombradas tres mujeres: ella misma, Elicona y Amarilis.
Este último nombre es, posiblemente, el pseudónimo de María de Rojas y
Garay. De ella nos ha llegado un poema dedicado a Lope de Vega del que se
consideraba admiradora incondicional. Su Epístola a Belardo está incluida en La
Filomena donde, además, el autor madrileño le contesta. El poema está compuesto en
335 versos y en ellos se utiliza la silva, es decir, la alternancia de endecasílabos y
heptasílabos que constituye la forma más usada en la poesía culta de la época. La rima
es libre, lo que le da mucha flexibilidad a la narración. En sus versos encontramos
referencias al mito de Apolo y Dafne. Estrictamente no hay una ruptura con el
Renacimiento, de hecho, se utilizan los mismos versos y estrofas: todo responde a un
esquema igual, aunque se empieza a intensificar desde el punto de vista ornamental.
Llegamos a uno de los grandes escritores del barroco americano, Juan del Valle
y Caviedes nacido en España pero considerado como un poeta puramente americano ya
que vivió la mayor parte de su vida en Perú. Fue un poeta conceptista quevediano, que
no tuvo un origen letrado o cortesano al estilo de la mayoría de los poetas de esta época,
al contrario, fue autodidacta. Se dedicó a la minería y al comercio hasta que en el año
1680 empieza a ejercer su labor de escritor. Como poeta tiene un fuerte arraigo en toda la
tradición popular castellana, y está familiarizado con los versos clásicos. En su
trayectoria podemos señalar dos momentos, a veces antagónicos. De un lado fue un
poeta radical, que producía una lírica satírica hacia el clero, los profesionales, los
médicos en la que vemos claramente el influjo de Quevedo y François Viccon. Por otro
lado, siendo ya más maduro crea una poesía más trabajada que se acerca a la cortesana,
para entrar así en los círculos de poder.
En general, su poesía tiene un carácter ampliamente oral. Escribía poemas con el fin de
recitarlos, por lo que contó con una gran difusión. Sin embargo, en un momento se vio
en la necesidad de hacer una recopilación por escrito de todos sus trabajos. Estuvo
preparando un libro que era una suerte de obra completa que tituló Diente del Parnaso.
Los poemas que conforman la obra los podemos dividir en cuatro categorías diferentes:

Poemas satíricos: comprenden toda su primera etapa como escritor. Su producción de


esta época está formada por ataques directos y en un tono cruel a personas, instituciones
o costumbres. En ellos encontramos una gran inmersión burlesca, es decir, hace una
crítica de los valores de la sociedad colonia mediante una inmersión o juego para
destacar lo negativo que en ellos veía, siempre con un propósito moralizante
El tono suele ser desengañado, algo escéptico llegando, en algunos casos, al
cinismo. Es decir, en ese intento de solucionar el conflicto barroco, ese choque entre los
valores materiales y la trascendencia de los mismos, se queda en señalizar los fallos ya
que es incapaz de dar con una respuesta o solución.

Poemas amorosos: fue un poeta muy galante y donjuanesco, podemos decir que
respondía a esta especie de figura quevedesca. En su producción amorosa encontramos
un total de 20 poemas en los que aparecen todas las convenciones de este género que en
aquel momento era muy trabajado: los ambientes bucólicos, que ya los puso de moda la
poesía de Garcilaso, personajes pastoriles y mitológicos; temas característicos de amor y
desamor, idealización de la amada, etc.
Poemas religiosos y filosóficos: gran ejemplificación del barroco. Nuestro poeta que
había sido un joven que siempre se mostraba contra todo y muy alejado de la religión,
cuando llega a la vejez comienza a preocuparse por ella y a dedicarle poemas.
Poesía de circunstancia: era lo que se esperaba de él cuando estaba en la corte.

Encontramos una serie de características comunes a todos los poemas, sin importar
dentro de qué grupo se encuentren. Estos son la utilización de recursos básicos del
barroco como las exageraciones, hipérboles y deformaciones; la fijación por lo
monstruoso concretado en los defectos físicos y morales, en las desgracias y detalles
grotescos. Son, además, poemas puramente conceptistas formados por juegos de
palabras, figuras retóricas en las que el lenguaje se retuerce y se transforma, los dobles
sentidos, el retruecano, etc

Sor Juana Inés de la Cruz nace en 1651 en México (Virreinato de Nueva España), autora
hispanoamericana, pero ¿cuándo un autor es hispanoamericano y por qué? El concepto
“Hispanoamérica” se usaba a la hora proyectar la unidad del estado hispanoamericano,
pero eso no llega hasta unos años después. Toda la producción de aquel momento tiene
unos rasgos característicos propios, pero para entender este concepto mejor debemos
admitir que las características literarias en España influyen en Latinoamérica y, así, en la
literatura “hispanoamericana”.

VIRREINATOS Y CAPITANÍAS

SIGLO DE ORO EN ESPAÑA: En este momento hay una serie de conflictos internos en
la colonia y España empieza a empobrecerse (crisis económica, política y social). El
imperio español intentaba mantenerse con la compra- venta de productos (comercio).
Además, a esto se le unía el enfrentamiento continuo entre la unidad del estado y el
surgimiento de los nacionalismos. Para hacer frente a estas guerras, decidieron hacer una
unión bélica para defenderse entre ellos, pero fue en vano. A su vez, en Europa, también
se desató la guerra de los 30 años: guerra económica y política tapada con un manto
moral, filosófico y cristiano (lucha de reforma y contrarreforma). Finalmente, 8 años más
tarde, se firma la Paz de Westfalia, donde España acepta su derrota y se rinde (no puede
más). Además, crisis social: peste, enfermedades, muertes… En Hispanoamérica se deja
de mandar oro y plata a España. Al principio se pensaba que era por los hundimientos de
todos los barcos en esta época (corsarios de la corona inglesa). Pero, en realidad, los
motivos tenían una profundidad más social y económica colonial, cambia el modo de
producción, ahora está más centrado en la agricultura. Al igual que el modo de pagar y
trabajar, la gente empieza a trabajar por dinero en otros sectores y escasean mineros.
Nueva España lo que hace es establecer una producción de poder local, por lo que se
encuentra desvinculada, en parte, de España. En cuanto al tema religioso, estaba
acontecimiento una escisión occidental muy importante. Continua lucha entre protestantes
y cristianos, los altos cargos de estos últimos abusaban de su poder a la hora de elecciones
papales, abuso económico (indulgencias, bulas) etc. Dentro de las 95 tesis de Lutero, se
defendía la libre interpretación de la Biblia (peligroso), en este sentido no será necesario el
papel del cura ni de los sacerdotes (porque en sí era el mediador entre Jesús y el pueblo),
por lo que, si cada uno es su propio mediador, el clero cae y con ello el Vaticano. España,
por su parte, apoyó al Vaticano e inició la Contrarreforma con la

creación (aunque ya existía de antes) de instituciones represoras como la Inquisición —>


mayor disciplina y rigidez. La Inquisición tenía sede en México, Nueva España. Todo
esto influye en Hispanoamérica. Muchos misioneros y evangelizadores habían viajado a
América para catolizar al pueblo indígena, un ejemplo fue la llamada “Compañía de
Jesús”, que estaba vinculada a la educación de nobles. Aunque más, tarde, en el siglo
XVIII, España acaba con ella. Con el tema de la contrarreforma, a España no le convenía
que hubiera tanta unidad religiosa bondadosa (no desde la perspectiva inquisitiva) y
terminan acabando con ellos
A Sor Juana la conocemos por estas obras, principalmente. Sus escritos más
interesantes, ahí hay claves de su vida importantes para descifrar el resto de su persona y
ella clase de vida que vivía. A esta mujer, la llegaron a llamar Félix de México y Décima
Musa. ¿Qué es lo que hace para que su figura, en vida, aun siendo tan prestigiosa,
acabara siendo monja y vendiendo toda su biblioteca?

VIDA: de su infancia no tenemos prácticamente testimonios. Sabemos que nació en


Nueva España, hija de una mujer criolla que tuvo una relación con un hombre español.
En la hacienda en la que vive, Sor Juana se dedica a leer todos los libros de su abuelo.

ÉPOCA VIRREINAL: Una vez que Sor Juana se mudó a casa de sus tíos (quienes la
educaron entre libros y estudios), su vida empezó a girar entre cortesanos, nobles e
intelectuales, quienes la apreciaban mucho por su inteligencia. Se quedan absortos ante
su inteligencia, dada su corta edad (16 años), por lo que, en una de las reuniones que su
tío dirigía, los invitados (intelectuales y pensadores) decidieron hacerle una especie de
examen a la niña, para comprobar sus dotes. Sor Juana no les decepcionó y provocó el
asombro de todo el público. Fue ahí cuando la empezaron a “respetar” / “admirar” /
“considerar” como intelectual.
ÉPOCA RELIGIOSA: Años más tarde, Sor Juana quería evitar a toda costa cualquier
situación matrimonial, por lo que la única opción para no casarse era metiéndose a
monja. Aunque esto tampoco le gustaba del todo porque lo que realmente ella quería
hacer era estudiar, leer, escribir, saber y seguir estudiando, no rezar 24/7 (comprensible).
Estuvo unos años en la orden de las Carmelitas descalzas y, más tarde, en la orden de los
Jerónimos, en México. Hechos notables (entre otros) Escritura de la descripción del
Neptuno alegórico: arco de triunfo dedicado a los nuevos virreyes (tradición). Sor Juana

escribió el texto que explicaba la alegoría de la simbología de este monumento. Su


nombre hacía referencia al dios Neptuno, ya que los reyes venían por mar y México se
encontraba en una zona rodeada de lagos (Neptuno, dios del mar: virrey de México).
Este Neptuno alegórico se leía cuando el virrey entraba, al terminar, el rito finalizaba.
Estaba escrito en romance, silva y, además, se incluía en él un soneto. Desde ese
momento se establece una relación muy íntima entre Sor Juana y los virreyes. Éstos
tuvieron que huir a España y la virreina, amiga de la intelectual, prometió publicar en
España sus obras. Aquí es cuando Sor Juana empieza a ser conocida públicamente. De
ahí que se la conociera con esos nombres que anteriormente se han nombrado. Cuando
los virreyes se van, Sor Juana empieza a tener una época difícil —> en México estaban
aconteciendo varias revueltas, se encontraba sola y empezó a alejarse aún más de la vida
pública, recogiendo en el convento. Además de la carta que recibió de Sor Filotea (el
sacerdote de Puebla) que la intentó hundir literariamente *ampliar.

EDICIÓN Y DIFUSIÓN
1. Inundación Castálida (1689).
2. Obras poéticas (1692).
3. Fama y obras póstumas del Fénix de México.
Obras perdidas:
Loa al Santísimo Sacramento.
El Caracol (estudio sobre armonías).
Epistolarios.
El equilibrio Moral: Carlos de Sigüenza y Góngora.

CLASIFICACIÓN DE SUS OBRAS:


1. Obra discursiva: Carta Atenagórica o Crisis de un sermón. Respuesta a Sor Filotea
2. Obra dramática La Segunda Celestina, Los empeños de una casa, Amor es más
laberinto. Autos Sacramentales: El Divino Narciso, El Cetro José, El Mártir de
Sacramento. Loas.
3. Obra lírica: romances, endechas, décimas, glosas, redondillas, sonetos, liras,
villancicos. Poesía amorosa. Histórica, mitológica, bíblica. Filosófica. Moral. Sobre la
mujer.
EL ESPLENDOR BARROCO:
Sor Juana Inés de la Cruz.

En el barroco el drama tiene una función evangelizadora. En un principio tenía esa


función, pero cuando ya se termina la conquista y se establece la corte, hay gente de
poder que busca un teatro que los divierta a ellos, no solo evangelice. Entonces, se le
encarga a Sor Juana escribir “Los empeños de una casa” y “Amor es más laberinto”.
Tiene influencia de Calderón de la Barca, pero lo hizo para enganchar a los que les
gustaba ese autor. Esta primera obra es una comedia de capa y espada (cuentan unos
enredos amorosos en la que hay una pareja de enamorados principales y otros
secundarios. Los principales no pueden llevar a cabo su amor y al final acaba feliz, pasan
cosas trágicas pero abordadas desde un punto de vista cómico). Tiene una forma
pentagonal donde están los dos enamorados principales: Leonor y Carlos. Luego
tenemos los enamorados secundarios que son Juan y Ana, que realizan el amor que no
pueden los personajes principales. Por último, está Pedro. En la segunda obra tenemos
que decir que es muy parecida pero la estructura es triangular. Es exactamente lo mismo
solo que se sitúa en un mito clásico, el de Teseo y el Minotauro. Lo curioso es que no
por cambiar de escenario o de época, cambian los personajes, sino que hablan igual y
actúan igual. Tenemos a Teseo, Fedra y Ariadna. Teseo está enamorado de Fedra y
Ariadna pone trampas para que el amor no se realice y tal, pero al final acaban juntos. Es
importante el decoro, un hombre de alta clase habla como le corresponde, el ropaje tal y
como le corresponde, una mujer hace papel de mujer. Además, el tipo de lenguaje era
culto porque estaba dirigido a virreyes. El teatro de Sor Juana no estaba preparado para
ser representado en un corral de comedia, no estaba preparado para enganchar al público.
El valor va más allá de cualquier jerarquía social y dice que las jerarquías son creadas
por un hombre. A la gente de dinero le está diciendo que todos somos iguales, y que,
siendo iguales, algunos sirvan como esclavos cuando no lo son y otros sean dueños,
cuando no lo son.
Tenemos también los Autos Sacramentales: eran piezas breves de un acto y habla
sobre pasajes de la Biblia, de carácter moral y religioso. Se solían representar en días
festivos y el destinatario era el pueblo. El primer auto sacramental es de 1145 y, desde
ese momento, se empezaron a cultivar mucho. Tenían un lenguaje mucho más coloquial
y ella hizo tres sobre el tema de la colonización que son: El Divino Narciso, El Cetro
José y El Mártir de Sacramento. Ella aprovecha esto para hablar de la propia religión del
pueblo indígena.
Las loas son un género que va siempre unido al auto sacramental, es una especie
de prólogo, pero en Sor Juana tiene un carácter independiente. Tenía un carácter más
elevado porque podía ir dirigido a un virrey. Escribió más de 12 de loas. Desde la época
de la Contrarreforma Calderón les dio un sentido alegórico a las loas.

En su poesía popular podemos encontrar gran número de villancicos. El villancico en su


origen tenía diferentes temas, pero se ha reducido a solo el carácter religioso. En su
poesía popular se ven rasgos únicos como los negros, hablar de los negros. Representa
la figura del negro en los villancicos y en otras obras teatrales. Esta figura ya había sido
tocada por Lope de Vega que intenta imitar el lenguaje de los negros, satiriza la figura
del negro. Sor Juana hace más o menos lo mismo, pero se lo toma más en serio, le pone
otro diálogo. Se toma mucho también el tema de la mujer en la poesía popular. Aquí
ataca directamente. Va a diferenciar dos tipos de mujeres: una con la que cae en las
redes del hombre y la que no cae en las redes del hombre. Ella acusa a los hombres de
necios, acusarlos de las cosas que hacen. Sin embargo, a las mujeres que son livianas no
las acusa nunca, le recomienda que no caiga, pero no se mete con ellas. Otro tema
importante es la belleza, que está relacionado con el de la mujer. Sor Juana diferencia
entre la belleza que se finge y la belleza que realmente porta una figura y, dentro de este,
se lleva de dos maneras diferentes: describe su belleza como una belleza física pero que
no es real, lo físico es engaño y también describe una belleza en la que no hay un carpe
diem. Describe dos retratos, pero en uno es fugaz y el otro dura para siempre. Tenemos
una belleza que existe, pero tratada desde el punto de vista que no sirve para nada y la
belleza desde el punto de vista platónico. Tenemos también el tema del amor donde
tenemos amor puro, neoplatónico, amor entre almas. Por otro lado, tenemos el amor que
no es puro, que es carnal. Se enfrenta a la contradicción del cuerpo y la razón. En textos
de Sor Juana siempre va a haber dualidad. Otro tema importante es el filosófico, donde
se refiere con conceptos muy específicos y técnicos. Ella imita un método, formula una
hipótesis que es fingir ser feliz. Se piensa que la poesía de Sor Juana es cartesiana, es
decir, se basa en Descartes. En la poesía de Sor Juana hay una evolución de escolástica a
cartesianismo, pero eso no significa que su poesía esté caracterizada por esto.
Ella dice como cae la noche, como ella se duerme, como empieza a soñar y
durante ese sueño ella ve una serie de realidades, ella cree que por medio del sueño va a
llegar a la verdad y cuando lo va a alcanzar, se despierta. Mediante el sueño se pueden
decir cosas que de otra manera no dirías. La obra cumbre de Sor Juana es esta y ella
utiliza el sueño
como media para encontrar la razón, la verdad. Es una silva. Con esta alma se refiere al
alma como razón. Todo el conocimiento está dentro de la cabeza. Ella puede llegar a la
razón sin tener que deshacerse de su cuerpo. Habla primero del mundo lunar, luego el
mundo sublunar y va bajando poco a poco. Cuando llega al mundo del ser humano
empieza a sentir que está viva y los sentidos empiezan a despertarse. El único momento
en el que ella se anuncia como Sor Juana es cuando se despierta. El resto del poema es el
viaje del alma. Esto no es mística porque no hay un amado y una amante o, al contrario,
además de que no hay una unión mística. Ella lo que busca es conocer el mundo
mediante el razonamiento.
LA PROSA DEL BARROCO
Las “protonovelas”.

Como ya hemos visto durante la colonia hay una serie de géneros que se potencian
debido a que se dan las circustancias sociales y políticas propicias. Hablamos de la lírica
y el teatro. Sin embargo, la novela que estaba surgiendo en Europa como expresión del
nuevo orden social no llega hasta las costas americanas. Se consideraba a la narrativa
como el género de la fantasía y la imaginación y a través de su lectura las personas
podían desarrollar pensamiento crítico y llegar a posicionarse contra la corona surgiendo
así nacionalismos. Fue por esto que se desarrolló una polñitica de censura férrea que
impedía no solamente la publicación, sino también la distribución de novelas
provenientes de Europa por medio del Decreto de Historias vanas o de profanidad, de
1531.
Esto no quiere decir que no hubiera ciertas manifestaciones de prosa narrativa:
las hubo, pero siempre de forma enmascarada dentro de otros géneros como algo híbrido.
A estos conatos de narraciones les hemos dado el nombre de protonovelas, aunque
algunos críticos defienden que sería más correcto denominarlas protonarraciones. Dieron
lugar a la aparición y consagración de géneros típicamente hispanoamericanos: las
tradiciones, los relatos cortos, los cuentos…

AUTORES Y OBRAS

Juan Rodríguez Freyle: podemos decir que este autor fue un observador privilegiado
de desarrollo de la vida colonia: fue aventurero, viajó a Cádiz y Sevilla y combatió con
los indígenas, así como con piratas ingleses. Trabajo como agricultor y fue cortesano una
vez que se instaló en el Virreinato de Nueva Granada, sobre cuya historia trata su obra.
El Carnero fue escrita en 1636 cuando Rodríguez Freyle tenía 72 años y en ella intenta
recopilar los cien últimos años de la historia de este lugar, abordando no solo los grandes
acontecimientos históricos, sino incluyendo también lo que Unamuno más tarde catalogó
como intra-historia, es decir, los aspectos más pequeños y domésticos, las historias, las
leyendas, y sobre todo lo ameno, lo divertido, donde está presente la ironía, la sátira,
buscando la complicidad del lector.
Elabora, por tanto, todo un tejido con los aspectos de una cultura muy mestiza.
Este aspecto lo podemos ver en el propio título: carnero viene de carnarium, cementerio
en latín. Es este libro, por tanto, un lugar donde se recogen todos los papeles viejos que
narran hechos históricos insignificantes.
En cuanto a la estructura, el autor intenta seguir el modelo de la crónica histórica,
pero a medida que avanza el relato, se convierte en "historieta" ya que pierde la
solemnidad de la crónica ortodoxa. Sin embargo, a pesar de que la obra tiende a ese
interés por la diversión, por la comunicación de la cultura popular, no olvida su carácter
barroco e introduce una intención didáctica y moralizante, por lo que fue bien acogida
entre los virreyes.

Catalina de Erauso: esta mujer acabó convirtiéndose en un personaje legendario, no


tanto por sus hechos sino por haber dejado constancia de ellos por escrito en una suerte
de autobiografía que fue rescatada por Joaquín María Ferrer en la época romántica.
La historia de la monja Alférez, Catalina de Erauso, contada por ella misma nos
hace partícipes de cómo esta mujer, interna en un convento desde los cuatro años, se
escapa, se viste de hombre y, tras un par de aventuras en España, viaja a América donde
trabaja de comerciante hasta que entra en el ejército. Participa en distintas campañas en
Chile y Perú. Sus aventuras la llevan siempre por malos derroteros de los que,
generalmente, sale airosa: retenciones, noches en el calabozo, condenas a muerte,
persecuciones… Finalmente ante un obispo confiesa su identidad de mujer y es aquí
donde reside el porqué de este relato. Catalina de Erauso escribe sus aventuras para
justificar el haber vivido de esa manera, el haberse pasado sus días vestida como
hombre. El manuscrito en sí es un intento por salvar su vida. No hay en él una intención
literaria, sin embargo, la desesperación la lleva, en algunos momentos, a la exageración,
la ficción y la hipérbole, tanto que termina habiendo en estos hechos algo de literatura.
Clasificar esta obra supone un problema. Aparentemente es una autobiografía, sin
embargo, en este momento no existía tal género. Cuando narra las campañas militares en
las que participa se acerca a las crónicas clásicas y tiene, a su vez, muchos aspectos que
nos recuerdan a la picaresca. Es, por tanto, un híbrido que la crítica incluye dentro de las
protonovelas.
Carlos Sigüenza y Góngora: es este autor uno de los ejemplos más notables de sabio
criollo que anuncia ya lo que será el intelectual ilustrado del siglo siguiente. Este
mexicano, amigo y tutor de Sor Juana Inés de la cruz, pertenecía a una familia ilustre
española y fue nombrado real Cosmógrafo del virreinato.
A nivel literario lo que nos ha llegado de él es un relato muy singular titulado
Infortunio de Alonso Ramírez. Surge este libro de una aventura ajena a Góngora. Alonso
Ramírez era un personaje real de Puerto Rico que viajó hacía el otro extremo del
imperio español, Filipinas donde quiere encontrar fortunas. En medio de este viaje es
capturado por unos piratas ingleses con los que permanecerá cautivos dos años. Pasado
este tiempo, Ramírez, logra escapar y emprende una serie de aventuras para volver a su
tierra natal. Llega hasta a México, y le surge la necesidad de dejar constancia de estos
hechos, no tanto de su heroicidad, sino para informar a la corona del comportamiento de
la piratería inglesa. Digamos que es algo similar a la antigua tendencia cronista de
informar al poder. Como él no sabe escribir, le pide a Góngora que le sirva de copista y
que deje por escrito este relato que él le contará oralmente.
En lugar de hacer una copia más o menos documental de lo que el sujeto le
cuenta, nuestro autor pone en marcha una serie de recursos literarios para abordar esta
historia. La termina recogiendo en unas 50 páginas narradas en primera persona. Esta
aproximación al foco narrativo le da un carácter de verosimilitud y modernidad que
coloca este relato como texto inaugural de la literatura de viajes. Al escribirlo en
primera persona superpone su propia voz a la voz del personaje, con lo que introduce el
nivel intelectual enriquecedor de la narración. Hay algunos aspectos muy interesantes
dentro del libro desde el punto de vista estilístico que, sin duda, se deben a la habilidad
de Góngora y no tanto a la trama que va desarrollando el relato. Como puede ser la
recapitulación de historias narradas o la anticipación parcial de acontecimientos. Ambos
ayudan a mantener la atención del lector y son recursos que más tarde utilizarán autores
contemporáneos.

Francisco Núñez de Pineda y Bascuñán: nació en Chile, hijo de una familia de


militares carrera que él mismo tomó. En su obra Cautiverio feliz y razón individual de
las guerras dilatadas del reino de Chile, que trata fundamentalmente del conflicto con
las tribus araucanas, nos cuenta cómo fue capturado por los indígenas y sobre su
liberación por el caudillo de la tribu Araucana.
El nombre de la obra nos indica que, a pesar de estar preso, el protagonista estaba
feliz debido al buen trato recibido por los indígenas, cuyos valores, nobleza y valentía
ensalza a lo largo de la obra. Esta le sirve para criticar los mecanismos de colonización
personificados en los encomenderos y los sacerdotes, pues cree que son los culpables de
los abusos cometidos contra los indígenas y la causa de que esta guerra fuera
interminable.
La narración puede considerarse una crónica de la guerra de Chile, pero también
puede entenderse como un libro de memorias de este personaje, así como, un memorial
político. Ante todo, es un relato de aventuras donde resalta una serie de temáticas que
después serán tópicos de la literatura moderna chilena: el cautiverio, la violencia
fantástica, la naturaleza americana, el tema erótico...

Juan Mogrovejo de la Cerda: este autor era un madrileño radicado nuevo en el Perú,
que escribió una obra que no se recuperó hasta 1975: La Endiablada. En ella se utiliza
un recurso tan característico en estos siglos como es el diálogo. En este caso, el autor lo
aprovecha para hacer una sátira de la vida limeña y de los personajes característicos de la
sociedad de esa época.

Las nombradas forman el grupo de protonovelas más significativas. Encontramos


también muestras de una literatura más parecida a la occidental, aunque nunca siguiendo
el modelo de una manera fiel sino de una forma contaminada por la colonia.
Encontramos también algunas novelas que utilizan las estructuras de los relatos
pastoriles europeos, pero con la intención de introducir una temática sagrada.
El mejor ejemplo lo constituye la obra de Francisco Bramón Los sirgueros de la
virgen sin original pecado. Uno de los aspectos más originales es la alternancia que hace
el autor entre prosa y poesía. La obra forma una exaltación de la pureza de la Virgen
María utilizando el esquema de la novela pastoril introduciendo también elementos
realistas de las culturas autóctonas. Además, la estructura de la obra es metapoética ya
que narra la historia de Anfriso, un hombre que está escribiendo una obra sobre la pureza
de la Virgen titulada “Auto del triunfo de la Virgen y gozo mexicano”.
A diferencia de los otros textos que son literariamente muy valiosos, este libro no
sabe superar toda esa complicación de la que parte su estructura y queda rebuscado el
estilo y pesado en algunos momentos y situaciones. Al final resulta un híbrido de poesía
bucólica y una especie de narración.
EL TEATRO EN HISPANOAMÉRICA

Cuando los españoles llegaron a América y fueron conquistando poco a poco sus
territorios, no se tenía muy claro qué beneficios les podía ofrecer esta nueva tierra. Lo
que sí resultaba evidente a la corona es que había un sin fin de pueblos que no conocían
la doctrina cristiana y necesitaban que se les llevara la palabra de Dios y convertirse a
esta religión. Uno de los instrumentos fundamentales para dicho adoctrinamiento fue el
teatro, o lo que hoy en día conocemos como tal.
Lo que surge en un principio podía ser más bien definido como ritual o
representaciones que estaban muy ligadas a la religión y al objetivo evangelizador. En
ese mismo momento, el teatro europeo se está desvinculando de forma tímida de lo
religioso. Sin embargo, en América solo tenía sentido entenderlo como una forma más
que tenía la cultura española de imponerse sobre lo las formas que ya existían en el
continente.
El hecho de que este género tuviera tanto éxito en el nuevo mundo se debe, en
parte, a que en la propia cultura indígena ya se daban estos rituales a los que la gente
acudía para conocer, explicar y salvaguardar su riqueza histórica y mitológica.
De este modo, en una suerte de sincretismo, comienza a representarse obras con
mucho éxito. El teatro cobró tanta importancia que otras artes y elementos sociales
comenzaron a subvertirse a ella. Arquitectónicamente, por ejemplo, fue necesario hacer
cambios. Surgieron así capillas abiertas, para que todo el público que asistía a las
representaciones tuviera un sitio. El público al que iba dirigido este género también
cambio. El teatro gozaba de tanta fama, que ya no se entendía como un elemento
evangelizador, sino que empezó a escenificarse también para personas ya cristianas,
tanto mestizos como españoles que habían viajado al nuevo continente. Y finalmente se
llegó al teatro barroco, muy parecido al que se estaba haciendo en España. Atrás
quedaron los motivos coloniales que fueron cambiados por comedias de capa y espada,
temas de honor y autos sacramentales. Es decir, hay toda una evolución paralela a la que
se da en el teatro europeo pero con esos ingredientes originales que van a venir de los
teatros precolombinos.
Teatro colonial
El objetivo principal, en los primeros años del descubrimiento y hasta que se asientan las
colonias, es la expansión del cristianismo y generalizar una concepción del mundo, un
sistema de vida y, así, crear siervos para la corona de España. En esta primera etapa las
representaciones son simples, alegorías y escenas bíblicas, que se llevan a cabo en los
templos.
Durante estos primeros momentos la cultura indígena condicionaba en cierta
parte al teatro que iba naciendo. De la cultura nahualt, por ejemplo, podemos destacar
que los principales rituales estaban asociados a los sacrificios humanos ya que pensaban
que el movimiento del universo se alimentaba de la sangre. Estos ritos no se cogieron tal
cual, sino que se quedaron con la parte más mitológica de la cultura. Diego Durán nos da
testimonio de este tipo de celebraciones, por ejemplo, de del Dios Ometeótl, una
divinidad dual y creadora que tenía cuatro hijos. Cada uno de ellos representaban uno de
los puntos cardinales y, además, tenía su función divina: renovación, señor del cielo,
creador de los hombre y guerrero.
De los mayas también se tomaron ciertos elementos. Hay un ritual en concreto, el
cual se desconoce si viene del Poppol Vuh o, si bien, este libro lo recoge porque ya era
algo popular en su momento, llamado El baile de los gigantes. Lo interesante es que el
sincretismo se hizo paso con esta tradición y con otra europea, la leyenda francesa de los
dragones y la doncella lo que en Granada es la Tarasca.
En el desarrollo cultural y literario de estas culturas encontramos que El Rabinal
Achí es la muestra más parecida a una pieza teatral que tenemos. Es el único manuscrito
existente de una manifestación teatral del siglo XV en el que encontramos características
del teatro griego primitivo. Se basa esta obra en el diálogo de dos personajes: el varón
Rabanai y el varón Quiché, preso de este primero. En esta conversación cada uno de
ellos defiende su propia cultura, razones, familias, etc. El estilo dialéctico que en ella
vemos es parecido al de los coloquios medievales europeos (antecedente del teatro
europeo). Más tarde aparece un tercer personaje, el rey Rabinal también llamado Cinco
lluvias. La representación es bastante extensa y en un momento de esta se pasa de la
discusión a la danza: el prisionero, condenado a muerte, baila con los nobles y las
damas.
Llegamos al punto en el que este género se convierte en su totalidad en una voz
evangelizadora. El Teatro misionero se caracterizaba por constar de obras breves con
intervalos de música y baile, debido a la necesidad de comunicación con los indígenas.
Los temas, como se puede ver por los títulos de las obras, tienen que ver con la biblia, la
hagiografía, con la historia de la religión. Se llegaron a añadir algunos efectos
especiales, como fuegos artificiales o escenografías complicadas. Las obras se
representaban en iglesias o sus alrededores, en capillas abiertas, y como se daba también
en Europa en forma de procesión. Estaban redactadas en las lenguas indígenas, es decir,
náhuatl o quechua. Algunos ejemplos de estas representaciones pueden ser: Auto del
juicio final atribuido a Fray Andrés de Olmos. Manuscrito de 1678, La adoración de los
reyes escrito entre 1540-1550 atribuido también a Fray de Olmos, El sacrificio de Isaac,
La conquista de Jerusalén basada en la figura de Godofredo de Bouillon. “La Jerusalén
libreada” de Torcuato de Tasso, La conquista de Rodas.

Poco a poco el género se fue desvinculando de las intenciones religiosas y españoles y


criollos también querían ser partícipes de él. Las representaciones que se hacían
pensando en ellos tenían unas características parecidas, pero incluía elementos seculares
de la península, uno de estos era el entremés, pieza que estaba en auge. La mayorá de
estos escritores son criollos y en sus obras encontramos las formas léxicas del español
americano.

Fernán González de Eslava → Coloquio III un entremés.


Juan Pérez Ramírez → se conoce un Coloquio que escribió para la llegada del obispo
en 1564 al que González de Eslava le dedicó su Coloquio III. Este se llama Desposorio
espiritual entre el pastor Pedro y la iglesia mexicana.
Cristóbal de Llerena → en 1588 se representa un entremés firmado por ese autor, en el
cual critica duramente a las autoridades de la capitanía de aquel momento.

El triunfo de los santos, obra anónima, aunque muy posiblemente fuera escrita por algún
jesuita ya que es una manifestación típica de lo que se solía llamar “teatro escolar”.
Escrito en latín tenía como finalidad enseñar, a través del teatro, no solamente la
religión, sino también la lengua. En cuanto a su estructura está compuesto en cinco
jornadas en las que se incluyen escenas alegóricas, iglesias y fe. El lenguaje es retórico
y la temática se basa en la persecución de los cristianos en la época del emperador
Diolectian hasta llegar a Constantino, que declara el cristianismo como religión oficial
del imperio.
Coloquio de la nueva conversión y bautismo de los cuatro reyes Tlaxcala en la Nueva
España: muy significativo porque ya habla del sincretismo que se va a dar durante
muchos siglos: avanzar en una nueva fe, sin dejar atrás las antiguas creencias. Está
estructurada en un coloquio, pero sin el intercambio de preguntas y respuestas típico de
la época.

Teatro barroco
La entrada del barroco supone un cambio en las formas sociales, así como una
transformación de los modelos teatrales, lo que coincide con la nueva concepción del
teatro moderno. Lo religioso, ritual y evangelizador queda atrás y, por tanto, se necesita
un escenario diferente. El teatro profano se representa en lugares públicos no
relacionados con la religión. Los primeros en acoger estas nuevas obras son los
hospitales que, con los beneficios adquiridos, financiaban la sanidad. Más tarde se creó
un edificio diseñado solo para el teatro. Aquí, en España, a estos teatros civiles se les dio
el nombre de corrales de comedia. Sugen de esta manera personas que de forma
profesional se dedican al teatro.
En América ocurre algo parecido. Se crean circuitos para hacer representaciones,
pero no podemos olvidar que nos encontramos en la colonia, es decir, en ella se hacía
únicamente aquello que los españoles decidieran sobre cómo y qué representar lo que
supuso que los dramaturgos americanos se encontraran numerosas trabas si querían
llegar a representar sus obras. Este género, siempre va ligado a las clases sociales altas y
a los eventos de la nobleza, etc. Este es el que llamamos teatro palaciego o cortesano.

Etapas: Surgimiento: en los comienzos del siglo XVII, hasta el estreno de Los
engaños de una casa (obra más importante de Sor Juana Inés de la Cruz).

De apogeo: hasta la segunda mitad del siglo XVIII.

Autores y obras del surgimiento del teatro barroco:

Matías Bocanegra la obra más importante que conservamos de él se titula Comedia de


San Francisco de Borja, esta podríamos caracterizarla como una pieza de transición
entre el auto sacramental o la hagiografía y la comedia, es decir, en ella se mezclan los
rasgos del teatro religioso y el profano. La comedia de enrede Sufrir para merecer
también ha sido atribuida a este autor.
Fernando Fernández de Valenzuela escribe una obra en la que desarrolla un debate
intelectual entre los partidarios y los detractores del culteranismo del momento. La tituló
Laurea crítica y la presentó como un coloquio, aunque algunos críticos defienden que
tiene la naturaleza de un entremés debido a los elementos cómicos e irónicos que integra.

Juan Ruiz de Alarcón nace en Taxco en 1580 en el seno de una familia española de la
administración en México. De joven, viaja a España, concretamente a Salamanca donde
estudia letras. Más tarde volvió a su tierra para ser profesor en la Universidad, sin
embargo, al no conseguirlo regresó a España y comenzó su carrera literaria. Debido a
todos estos viajes, a su orgien y al lugar donde comenzó a escribir se han desarrollado
numerosos debates, ¿es un autor español o mexicano? ¿Dentro de qué literatura sería
más correcto incluirlo?
Estrenó sus obras las cuales gozaron de gran éxito. Hay en su teatro una serie de
rasgos sustancialmente distintos con respecto a sus contemporáneos. No escribió este
autor ningún auto sacramental, el cual ya sabemos que era el género en booga de aquel
momento. Es más, a excepción de su obra El anticristo, no creo teatro de carácter
religioso así como tampoco desarrollo la temática campesina. Es por lo tanto un escritor
fundamentalmente urbano, un rasgo claramente americano.
De entre su produccion destacamos La cueva de Salamanca en la que se
cuestiona el debate de la sangre y el linaje, característica propia del barroco. Aunque, su
gran obra maestra será La verdad sospechosa. Desde el punto de arranque responde al
tipo de comedias de la época, es decir, obras que, a base de malentendidos, van
desarrollando tramas y finalmente todo acaba resuelto y cada uno en el lugar que le
corresponde. Con el detalle de que, en esta obra, como bien dice el título, hasta la verdad
es sospechosa, es decir, todos sus personajes mienten durante todo el desarrollo de la
misma.

Autores y obras del apogeo del teatro barroco:


Durante esta época se siguen escribiendo comedias de enredo, pero también se
desarrollan otras modalidades nuevas. Encontramos obras de tema histórico y
mitológico. Estas obras muy pronto empiezan a asociarse con música y danza, dando
lugar a lo qu en España se conoce como Zarazuela y que en el resto de Europa tomará la
forma definitiva de la Ópera. Se da también la escritura y representación de sainete, que
son obras generalmente desarrolladas en un solo acto y de tono burlesco y popular.
Comenzaron a darse
monólogos en verso que se hacían antes de la representación teatral en sí. Esta pieza
recibe el nombre de loa y solía ser una alabanza a la ciudad donde se representeba, a las
personas que habían financiado, a los reyes...

Francisco de Acevedo: escribe una obra titulada El pregonero de Dios y patriarca de


los pobres. Es una hagiografía centrada, en concreto, en la vida de san Francisco de Asís.

Lorenzo de las Llamosas: Nació en Perú y viajó a España para buscar el


reconocimiento y la repercusión de su producción. Y en cierto modo lo consiguió al ver
estrenadas dos de sus obras en Aranjuez: También se vengan los dioses y Destinos
vencen finezas. Fue el iniciador en América de las comedias mitológicas.

Teatro en lengua indígena


Durante el siglo XVII encontramos un caso curioso de producciones teatrales en lengua
indígena, algunas de ellas no se saben si son originales o si se trata de copias de obras
antiguas.

El auto del hijo pródigo se escribe siguiendo el esquema de los autos sacramentales.
Aunque la temática religiosa ya no era la imperante en las representaciones de la época,
esta obra sigue manteniendo elementos bíblicos. Su nombre original es “Usca Páucar”, y
la escribió Juan Espinosa de Medrano. Se han encontrado hasta cinco manuscritos,
unos del siglo XVII y otros del XVIII. Dado que el carácter de esta obra era moralizante,
debieron hacerse numerosas copias.
En esta obra aparece la figura del gracioso, muy cultivada en España dentro de
los entremeses barrocos. Además de esta clara influencia del teatro español en la obra,
vemos varios elementos de la tradición precolombina como la danza y la música.
Destaca dentro de la obra la reivindicación del estado miserable en que se encontraban
las clases sociales incas.
En relación con el influjo del teatro español aparece en la obra un gracioso,
personaje muy característico de los entremeses barrocos. Y tomando la tradición
precolombina tenemos la danza y la música. Hay un aspecto muy interesante que es la
reivindicación del estado miserable en que se encontraban las clases sociales incas.
El pobre más rico: atribuida a Gabriel Centeno de Osma. No se sabe
exactamente cuándo fue la fecha de escritura, aunque se supone que debe ser posterior a
1637 debido a las muestras de la influencia de Calderón de la Barca. Su nombre original
es “Yauri Tito Inca”. Desarrolla esta obra una temática propia de Europa, no diríamos
que es histórico ya que no hay pruebas que abalen que su personaje existiera realmente,
pero sí es legendario; y es el mito de Fausto. En su obra Centeno de Osma establece un
triángulo entre Yauri Tito Inca, la mujer que él desea llamada Coyllar Nauhí y el
demonio que está en medio de los dos. Este libro termina por convertirse en una
exaltación mariana.
Como hemos dichos las influencias calderonianas son muy evidentes, en
concreto la obra está inspirada en La vida es sueño. Aunque intercala esta influencia con
rasgos que nos muestran un carácter fuertemente popular, con los personajes que en su
mayoría son indígenas, con la alusión a la naturaleza, con el imaginario de la cultura
quechua, etc.

El güegüense: Es una obra que carece de cualquier elemento religioso y que adopta
muchos recursos del teatro europeo siendo profundamente indígena a la vez. Es el
producto más típico del mestizaje y del proceso de transculturación. Está considerada
como la obra nacional clásica más importante de Nicaragua.
LA MUJER EN LA LITERATURA COLONIAL
Una perspectiva de género.

«Cuanto podía ofreceros era una opnión sobre un punto


sin demasiada importancia:que una mujer debe tener
dinero y una habitación propia para poder escribir una novela»

Virigina Woolf – Una habitación propia

Durante toda la colonia no hay tradición literaria de mujeres, debido a que no se les
ofrecieron ni las oportunidades ni la educación para ello. Lo que se esperaba de las
mujeres era algo muy distinto a las letras. Por tanto, ¿cómo podemos introducir a la
mujer dentro del canon? ¿Cómo podemos estudiarla desde el punto de vista literario?

Genealogía literaria de la mujer:

1. Imagenes de la mujer:

Una de las formas que se han utilizado para ver qué papel tenía la mujer en la colonia es
tomar los textos, escritos en su mayoría por hombres, y ver cómo se aborda la
descripción de estas y qué rol desempeñaban. En función de quién fuera el escritor, esto
puede tomar varias formas:
Acción sin nombre
En relación a un hombre → Una forma muy común de abordar una descripción
de una mujer es tomarla en relación a los hombres que había en su vida: de quién
es hija o quién es su marido. Por ejemplo, de Catalina Juárez, mujer de Cortés,
su persona tan solo se toma para tratar un suceso de la vida de su marido: el
momento en el que la mató.
Desaparición
Y, en contra posición a aquellos que la olvidaron, sabemos de la vida de muchas
mujeres importantes en la conquista y de la colonia debido a que otros cronistas
sí abordaron sus vidas en los relatos que escribían.
Inés de Suárez pasó a la historia no sólo por ser una de las fundadoras de Santiago de
Chile junto al conquistador Pedro Valdivia, sino por haber protagonizado uno de los
actos más crueles de la batalla por los territorios americanos. La principal ocupación de
Inés durante las refriegas y enfrentamientos con los caciques locales fue la de asistir a los
heridos y a las tropas. Pero Inés no se quedó en la retaguardia sino que decidió intervenir
cuando la situación parecía desesperada. La joven planteó a los conquistadores españoles
decapitar a los siete caciques que habían conseguido capturar y lanzar sus cabezas a los
enemigos para amedrentar sus ánimos. A pesar de que los hombres al mando se negaron
pensando que podrían utilizarlos como moneda de cambio, ella no lo dudó y ejecutó su
plan con sus propias manos. La terrible decisión tuvo el efecto deseado.

Lucía de Miranda de ella sabemos por las crónicas de Ruiz Díaz de Guzmán. Se
encontraba esta mujer con un grupo de españoles entre los que se instala el hambre y
mantienen un pacto con los indios que empiezan a darle comida. Hasta aquí el relato es
tranquilo, digamos que cada uno ocupa su lugar. Sin embargo, la armonía se rompe
precisamente porque el amoroso tratamiento, provoca que el cacique se enamore de
Lucía Miranda. Si los españoles quieren que la tribu sigas aportándoles comida tendrán
que darle a Lucía: se ve la mujer como una posesión, como material privado. Lucía se
termina casando con el jefe indígena, aunque sólo en apariencia, porque sigue
acostándose con su marido. El cacique los descubre y manda hacer una hoguera, por lo
que la vemos como mártir. Su marido, Sebastián Hurtado, es flechado.

La Maldonada formó parte del grupo militar que se adentró en la zona de la actual
Buenos Aires. Estando hambrienta, una noche se separó de su grupo para conseguir
comida y entró en una cueva. La leyenda sobre ella cuenta que en la cueva había una
leona pariendo, y la Maldonada la ayudó a traer al mundo a dos leoncillos. La española se
quedó; la leona, aparte de alimentar a sus crías, también lo hacía con la famélica mujer.
Un día al salir de la cueva un grupo de indígenas la tomaron presa, y el cacique la
hizo su mujer. Tiempo después, uno de los capitanes de Mendoza estaba recorriendo la
zona cuando al llegar al asentamieno indígena reconoció a la española y se la llevó con
él. Como consideraban su huida una traición decidieron castigarla atándola a un árbol
para que las fieras se la comieran. Cuentan que cuando los españoles fueron a ver su
estado, una leona y sus dos crías la estaban protegiendo para que el resto de animales no
acabaran con ella.
La Malinche: no fue importante tan solo durante la conquista, sino que su figura se ha
utilizado en literatura a lo largo de la historia. Durante el siglo XIX, momento de las
independencias, se la criticó mucho ya que empezaron a buscarse personas entre las que
repartir las culpas de que los pueblos indígenas hubieran sido conquistados por los
españoles. Podríamos vincularla en este aspecto al personaje de Eva.
Víctima del amor: la única manera por la que se puede entender que una mujer
sea revolucionaria es que se deje llevar por las pasiones propias del amor romántico.
La madre y la “chingada”: Octavio Paz crea una figura de la Malinche como
madre del pueblo mexicano.
Después de la lectura de Paz se hicieron revisiones feministas de esta figura.
Margo Glantz lleva a cabo una política de recuperación histórica, por la que quiere que
el pueblo conozca una nueva versión a la otorgada por Bernal Díaz del Castillo. Se da
una corriente de chicanas feministas que luchan por recuperar a la mujer de la tradición
mexicana que siempre las ha ocultado.

2. Ginocrítica.

Con todo lo dicho anteriormente, ¿hemos creado realmente una literatura de la mujer?
Elaine Showalter defiende que no sabremos cuál es el lugar de la mujer dentro de la
literatura hasta que realmente no le demos su propio papel en lugar de estudiar los de
otros. Es decir: hay que tomar su voz como principal referente.
Teniendo en cuenta esto, ¿qué podemos decir de la mujer en la colonia?

Isabel de Guevara: de esta escritora tan solo tenemos una carta que le escribió a la
reina, en la cual, construye a la mujer del momento y constituye su importancia dentro de
la colonia. Se da voz, se da derecho, se da visibilidad, le da valor a sus actos y por tanto
pide unas tierras como recompensa por la labor que ha desarrollado.
Está considerada como la primera mujer cronista ya que, aunque el texto sea una
carta, el trasfondo es el de una crónica.

Leona Vicario: vive durante la época de las independencias. Pertenece a una familia de
buena clase y confratiza con la causa revolucionaria tanto económica como
ideológicamente. En un momento determinado, el gobierno la encarcela debido a sus
trapicheos durante los procesos de independencia. Un ejército revolucionario la defiende.
Se hace famosa por defender su causa en un medio público. Lo que nos queda de ella no
es solo un símbolo fruto de una leyenda, sino que tenemos su propia voz como
testimonio verdadero.
Al igual que con La Melinche, se quiso justificar sus actos como mero impulso
romántico. Leona Vicario, respondió a estas críticas en el mismo periódico y en su
artículo hace una defensa de la mujer.

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