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Establecimiento de 4 periodos según Marx: el de la Antigüedad Clásica, del siglo V a.C. al V d.C.

, es decir, de los
tiempos de Tales de Mileto a la caída del imperio romano de occidente; el de la Edad Media, del siglo V al XV,
que va de la caída del imperio romano al descubrimiento de América en 1492;   el de la Edad Moderna, del
descubrimiento de América a la Revolución francesa de 1789, esto es, del siglo XVI al XVIII; y el de la Edad
Contemporánea, de la revolución francesa y las revoluciones americanas (en Norteamérica y en el orbe
hispánico) a nuestro presente, es decir, que abarca los siglos XIX, XX y XXI:

Contexto histórico de Foscolo (1817): Se había sucedido la toma de la bastilla dando fin al antiguo régimen y
estableciendo el Nuevo Régimen, siglos XIX y XX, es la transformación de esos imperios de régimen monárquico
absolutista en naciones políticas con soberanía popular y regímenes republicanos o monárquico-
constitucionales, que se configuran a través de procesos revolucionarios (en Francia, Norteamérica e
Hispanoamérica, sobre todo)
Comprender la posmodernidad pasa, necesariamente, por tener claro su punto de referencia: la modernidad. La modernidad
representa una era y una forma de pensamiento cuyos antecedentes pueden rastrearse en el antropocentrismo del
renacimiento, si bien no cobraría forma plena sino hasta el siglo XVIII.

Una corriente intelectual y dos hechos históricos en el siglo XVIII fueron fundamentales en este giro de la historia: el
movimiento de la Ilustración, conocido también como Iluminismo, la revolución francesa y la revolución industrial.

Grosso modo, la modernidad se propuso el paso de la tradición al cambio, lo que recibió el nombre de “progreso”. Esto
implicaba:

● secularizar la sociedad, es decir, separar la Iglesia del poder político;

● promover el conocimiento (razón y ciencia) como armas contra el fanatismo y herramientas del progreso;

● consolidar el Estado nacional (formación del nacionalismo), y crear un nuevo modelo político basado en la
separación de poderes y la libertad de los ciudadanos;

● desarrollar todas las potencialidades económicas de la industrialización.

La modernidad es el conjunto de procesos políticos económicos sociales culturales y filosóficos que transportan un ideal
primigenio del siglo XVIII cuyo punto culminante es la revolución, donde a partir de ahí se transforma la cosmovisión en una
nueva praxis social. Este hecho conduce el género novelístico hacia el anti heroísmo y la anti teología.

La novela es hija de la modernidad: Se forja en el siglo XVIII y se consolida en el siglo XIX en consonancia con la fundación de
la modernidad post revolución francesa que determina la novela como genero hegemonico.

Según bajtin la novela se caracteriza no por su carácter cerrado y acabado como los otros generos sino por su
plasticidad e incompletud y la capacidad que aporta de elaborar experimentaciones, la novela es un cuerpo que tiene
material modificable. La novela se presta a un ejercicio compositivo y creativo que ningún otro género tiene.

Con el establecimiento hegemonico de la novela surge un problema que tiene que ver con la recepción. En el siglo 19 se
conforma una practica de lectura especifica decodificada a partir de que la novela diseña un nuevo publico y un nuevo lector
concebido a partir de la lectura individual y subjetiva, desplazando la lectura plural. La novela se transforma en un producto
de consumo elaborada en función del mercado. Otros generos como la poesía se mueven en círculos que no aspiran al
negocio editorial
Los protagonistas son todos anti héroes no modelizadores, son humanos frágiles y arbitrarios especulares a las mismas
que el lector. La idea del antihéroe canonico es catapultada por Roussau y la clave filosófica del siglo XIX en torno a la
centralidad iluminista del individuo. . .

Otro punto de Bajtin tiene que ver con la nueva representación del hombre, el fin de la norma épica y la apertura hacia
una nueva representación. La clave de representación del hombre va a realizarse en función del paradigma realista, lo creíble
y lo verosímil. En inventar un personaje en un escenario verosimil. Entonces la novela se lee como un espejo de la sociedad.
La representación realista a partir de Rousseau no fue una poética anclada a un periodo estilístico sino una constante.
Eso significa que la novela va a trabajar –cada autor- en reflexionar acerca de le verosimilitud. En el caso de Manzoni y
Foscolo ya tenían un derrotero marcado: La influencia del realismo Boccaciano.

· Personajes con identidad especifica y clase social. No es mas el héroe resemantizado.

· Determinar un cronotopo

· La novela como narración de una suma de peripecias mas alla de lo episódico.

· Ideologema propia a veces desde el registro ensayístico

· Tanto en foscolo como en manzoni el elemento moderno de introducir la niñez que viene

de Rousseau : la introducción de la infancia en la narrativa. El ingreso de los niños en la novela es fundamental porque tiene
un fin ideologico: explicar la vida de los jóvenes y de los adultos en función de la infancia. Estamos en un terreno donde la
infancia es patria de la vida, allí donde se definen todos los elementos que van a constituir una personalidad

La novela italiana se consolida en el siglo XIX a partir de una larga gestación que coincide con la revolución y la
contrarrevolución francesas entre fines del siglo XVIII y principios del siglo XIX. En ella convergen ya sea la herencia de la
narración breve, cuyo canon se desarrolla a través de los siglos en función de los principios constitutivos del Decamerón, ya
sea el fruto del pensamiento iluminista francés y las fuertes innovaciones aportadas por las literaturas inglesa y alemana
entre los siglos XVIII y XIX. La violenta provocación de Madame de Staël en su artículo “Sobre la manera y la utilidad de las
traducciones”, publicado en el primer número de la revista «Biblioteca Italiana», en 1816, sacude a los italianos y genera un
intenso debate entre clásicos y románticos. Italia se alínea por fin con las nuevas ideas, buscando una propia solución
estética y literaria. Desde entonces, la novela italiana se transforma en el género de la modernidad política y cultural del país,
que absorbe y contiene todos los principales debates de cada época.

FOSCOLO. PRE ROMANTICO

Entre la revolución esperanzadora de 1789, que promete a Italia el fin del dominio extranjero, y el Tratado de
Campoformio, que termina con toda ilusión política, y en medio de la “tempestad” romántica europea, surgen
las grandes cuestiones que constituirán a lo largo de dos siglos la identidad literaria y cultural de Italia. En
primer lugar, la novela Últimas cartas de Jacopo Ortis [Ultime lettere di Jacopo Ortis, 1796-1816], fiel a algunas
temáticas del Wether goethiano, inaugura la prosa moderna, que, como la literatura del siglo XVIII inglesa y
francesa, funde ideología política, especulación filosófica y experimentación literaria. La novela epistolar,
compuesta entre 1796 y 1816, con permanentes revisiones que conducen la trama desde la narración erótica
original a un compromiso político siempre mayor, signa en Italia un nuevo camino y abre las puertas a la
narración moderna. La novela italiana nace como texto político.
*SIEMPRE ES DIFICIL ENCOLUMNAR A LOS ESCRITORES ITALIANOS CON CORRIENTES SATELITALES Y
MOVIMIENTOS CONTEXTUALES POR SU FUERTE ARRAIGO A LA TRADICION Y A LA AUTORREFERENCIALIDAD.
TODO LO QUE HACEN ES MUY MODERADO, NUNCA DESECHAN LA RAIGAMBRE ITALIANA.*

Influencias: Es igualmente una época de triunfo del sentimentalismo, contra la razón ilustrada
precedente, como prueban obras como Atala de François-René de Chateaubriand. Una figura destacada del
romanticismo de principios del siglo es Madame de Staël, responsable de poner de moda a este estilo tanto en
Francia como en España con obras como Delphine.
Los protagonistas románticos son individuos trágicos, que luchan contra su destino (como en el
teatro de Heinrich von Kleist) y contra las convenciones sociales burguesas que les impiden ser felices.
Abundan los finales desgraciados en las obras en los tres géneros, donde se canta un amor no correspondido o
de corta duración.
Aumenta el número de personas alfabetizadas y por tanto la masa potencial de lectores,
incluyendo por primera vez las clases populares, con la aparición de campañas de escolarización y la
proliferación de bibliotecas públicas y nacionales, como la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos. Estos
nuevos públicos demandan una literatura ágil y rica en emociones que será la norma entre los autores de éxito,
lejos de los cultismos y las referencias grecolatinas vigentes en periodos anteriores. Foscolo es el primer
Italiano en reconocer e idenfiticar una nueva clase social entre los idiotas y los literatos.
Después de establecerse como canon totalizador el quijote en nombre de la primera novela
moderna, se suceden una serie de novelas que terminan de fundar a este género como el genero narrativo
hegemónico y predilecto. La ilustración francesa utilizó la novela como instrumento de expresión de ideas
filosóficas. Rousseau, por ejemplo, reflejaría su entusiasmo por la naturaleza y la libertad en su larga novela
pedagógica Emilio (1762). Poco después, la novela sentimental se manifiesta en Alemania con Las cuitas del
joven Werther, de Johann Wolfgang von Goethe (1774). A finales del siglo XVIII aparecen novelas que abren el
período romántico con la aparición de la novela histórica, con Walter Scott, de carácter tradicional y
conservador, ambientada en la Edad Media (Ivanhoe). Foscolo se nutre de todo esto porque todes decían que
para modernizar hay que dejar atrás a los grecolatinos y buscar en el genio nacional. Foscolo lee esto de
madame de estalt y como con eso hay un bug en Italia, Foscolo expande sus horizontes inspiracionales donde
hace contacto fructífero con la literatura inglesa francesa y alemana y desde este punto podemos decir que la
literatura moderna italiana nace de la interacción con otras tradiciones. Por eso es criticado por Boccacio, por
usar una sintaxis no griega, por su prosa emocional, escribe interrumpido y quiebra el orden bocacciano
porque toma el estilo del ingles.

A Foscolo se lo considera pre romantico porque el auge del romanticismo estalla con Manzoni y
Leopardi unos años después. Ademas al elegir el genero epistolar encontramos una pequeña disonancia con el
genero novela predominante en el romanticismo.
De todas formas, las influencias de Foscolo son tomadas del romanticismo Ingles, Frances y
Aleman que tienen como características: Se podría decir que Inglaterra desarrollo su Romanticismo literario a
la par de Alemania. A finales del siglo XVIII ya se percibía cierta melancolía ligada a los aspectos de la vida del
campo y el canto a las libertades individuales.
En Alemania La literatura romántica (‘moderna’) emprende la búsqueda de una identidad nacional
y la reivindicación del espíritu nacional (Volkgeist),
En francia, Con Rousseau la idea de los sentimientos naturales. Lo natural es genuino espontaneo
e impoluto, las leyes naturales; lo contrario es lo artificial lo heredado y lo civilizado como institucionalizado.
Todas estas influencias recogidas por foscolo hacen al jacopo ortis la punta de lanza de lo que va a
ser la novela moderna italiana (en este periodo ligada al romanticismo)

Aportes de Foscolo a la Modernidad:


1) El primer gran aporte es que modifica el tópico protagonista y asciende a la política como la
vedette de la novela moderna.
2) El segundo es la irrupción de Rousseau y de los elementos propios del francés en la narrativa
italiana. Más que nada la idea de los sentimientos naturales. Lo natural es genuino espontaneo e impoluto, las
leyes naturales; lo contrario es lo artificial lo heredado y lo civilizado como institucionalizado.
Foscolo abre un lenguaje de desencanto, una especie de pátina melancolica que tiñe toda
la literatura italiana desde entonces.
-Lo novedoso es el narrador contemporáneo de si mismo.
-La compasión italiana de la humanidad y sus miserias.
-La patria como personaje
-La novela se funda con los grandes hechos históricos como en toda la tradición
-en el romanticismo siempre muere el sujeto de las pasiones no el objeto.

Se puede considerar la primera novela italiana. Existían novelas cuya construcción narrativa partia
de un narrador en tercera persona externa, en el caso de foscolo se narra en una primera persona interna a la
historia es muy importante para el derrotero de la novela italiana y las posibilidades que le quedan a Manzoni.
Es importante porque primero el ingreso de los ideales iluministas a la cultura pre romántica
construye una voz en primera persona que denuncia no sólo las cosas que suceden si no lo que se siente sobre
las cosas que suceden. Esto foscolo lo recoge plenamente, es una herencia de la autobiografía francés de
Rousseau. Tiene más importancia a narrar los hechos y las resonancias emotivas que los hechos mismos, no es
una cronología de acciones en una sumatoria sensaciones emociones y sentimientos. El apogeo de la narración
sentimental.
Lo fundamental es destacar aquello que se narra, el objeto de la narración más allá de la
configuración narratologica. Eso va a ser una clave de la modernidad: utilizar técnicas de narración teniendo en
cuenta que si se va a escribir la vida a un personaje la parábola vital tiene que ser tener una secuencia que
obedezca un determinado orden. No es lo que sucedió sino que lo que Gertrudis sintió cada vez que pasó algo
importante o no importante.
En los aspectos técnicos, de aquello que Foscolo hace entrar en la narrativa italiana es lo dialógico.
Viene de la literatura epistolar dieciochesca pero con la emisión casi total de la respuesta de los interlocutores.
Es una dialogicidad trunca. La solución manzoniana es eliminar lo dialógico; va a ser la decisión definitiva
contundente de manzoni en función de la del problema de la dialogicidad y va a poner en discusión el principio
polifónico de la novela decimonónica italiana (no es polífonico)

I PROMESSI SPOSI MANZONI – 1827 -

En segundo lugar, será Alessandro Manzoni el responsable de recoger la herencia foscoliana para proponer, con Los novios [I
Promessi Sposi, 1827-1840], una lectura totalizadora de la realidad italiana del siglo XVII como metáfora de la realidad
contemporánea. El compromiso entre el catolicismo “genético” de Italia y las fuerzas espirituales del laicismo de los siglos
XVIII y XIX darán por resultado una novela histórica imprescindible para comprender los grandes temas italianos. Con
Manzoni, la novela italiana aparece iremediablemente comprometida por el discurso histórico, con el que deberá, de ahora
en más, medirse cada vez que intente un nuevo derrotero. Con Foscolo y Manzoni se afianza la novela moderna, que tendrá
dignísimos herederos durante el segundo romanticismo y el versimo decimonónicos.
Contexto Histórico : 1820-30 Obras como Los novios de Alessandro Manzoni en Italia o El último mohicano de James
Fenimore Cooper en los Estados Unidos prueban que la novela histórica se extendió por todo el Occidente. La violencia y los
personajes incomprendidos eran una constante en un mundo donde las revoluciones del liberalismo cambiaban el orden
imperante y donde los excesos de la sociedad contemporánea llenaban de melancolía y pesimismo a los escritores.

Estos escritores buscaban la inspiración para escribir y no solo las reglas de las preceptivas o los modelos antiguos.
Importaba la originalidad, la capacidad de expresar sentimientos exaltados de manera hermosa, la voluntad de diferenciarse
de la masa. Por este motivo empezaron a escribirse más autobiografías, para resaltar el carácter de individuos únicos o de
genios de sus autores, como las Confesiones de un comedor de opio inglés de Thomas de Quincey. Quincey usaba la droga
para evadirse de la realidad, un hecho común a varios autores del siglo XIX.

Manzoni es el representante italiano nº1 del romanticismo. Hay una serie de características que hacen que
Manzoni se encolumne en el movimiento romantico.

Las principales características del romanticismo son:

El hombre y sus libertades


Relación directa del hombre con Dios
El valor del nacionalismo
El destino aguarda por todos

Si bien podemos afirmar que manzoni es romantico por compartir características estilísticas y formales con las
demás novelas contemporáneas, la impronta y el aporte de manzoni en función de la novela italiana son los
siguientes:

*Manzoni habla con el diario del lunes: ya tiene en el tintero la novela de foscolo como prototipo al menos de genero. De él
toma algunas cosas y desecha otras*

Primero resumidamente:
1) La irrupción de la Historia y la historia
- Lo mas importante para las novelas romanticas de esa época y en lo que mas trascendencia marca manzoni :
La irrupción de la historia en la narrativa significa la irrupción de una Ccncepción nueva de la historia en la
narrativa no es sólo recuperar la visión de los vencidos y de los humildes, sino que es poner en el centro de
toda narración, no perder nunca de vista aún cuando se hable de grandes príncipes y de potestades, la gente
mecánica

El género de la novela histórica fue desarrollada. Abundó la poesía y se mantuvo la marcada tendencia contra
la ilustración y el neoclasicismo.

2) El problema moderno de la temporalidad. Cómo revivir el pasado


Otro elemento que determina la irrupcion de la historia en la novela decimonónica es el problema de la
temporalidad. La clave de todo está en la narración el tiempo y no del espacio. Lo que sucede en el tiempo que
ha de recuperarse a través de la narración histórica

3) El problema del publico que condiciona la producción estética. La aspiración a una narración popular (el
problema de la toscanizacion)
- Primero hay una consolidación del público burgués, segundo está la cuestión de la censura fuertemente
establecida, la aspiración manzoniana de ampliar el público, salir de la escena aristocrática italiana y el acceso
definitivo a una clase media culta se está conformando en las grandes ciudades
-Qué agrega manzoni a este punto relativo al público? la aspiración a la narración rural que no había existido
hasta el momento. En manzoni esto va más allá y aspira una necesidad de las clases acomodadas de ver el
mundo campesino, de transformarlo en objeto de reflexión y la narración agnes Renzo Lucía don abondio etc

4) La cuestión ideologica en las novelas, una visión totalizadora marcada que emerge en la modernidad a partir
de los novios. Manzoni se aprovecha del narrador omnisciente para eso. La tradición eleva el amor en
detrimento de otros sentimientos civiles y morales. Manzoni subvierte este orden.

Saltamos a principios del siglo XX con LUIGI PIRANDELLO

Lo que viene a introducir Pirandello, y lo que tiene de innovador su participación en este programa de la novela moderna es
que Pirandello abre las puertas a la novela MODERNISTA más que moderna:

Marcado por la industrialización y por grandes e importantes avances científicos, técnicos, sociales y económicos, fue un
periodo donde las nuevas ideas, como el psicoanálisis de Freud, la filosofía de Friedrich Nietzsche, la relatividad de Einstein y
la teoría política estimularon la búsqueda de nuevas formas de expresión. Estos cambios contaminan todos los aspectos de la
vida contingente haciendo que el romanticismo se agote como genero interpelador y estilismo hegemonico.

Es esencial entender el concepto de modernismo no en términos cronológicos sino estéticos, concebirlo no como una época,
sino como una tendencia o un género que comprende distintas disciplinas artísticas con algunas características comunes de
estilo, sensibilidad e incluso de actitud.

En el continente europeo, el movimiento Modernista fue un conjunto de tendencias artísticas que excedían la libertad
creadora y el rompimiento con el pasado. Como se ha de esperar, en Italia Pirandello no sigue a rajatabla el modelo
modernista ya que la autorreferencialidad es una constante en la lit.it. pero podemos considerar que es el autor que abre las
puertas a la novela modernista por:

El siglo se inicia en un ambiente que mezcla el optimismo por los avances tecnológicos y la nostalgia de un pasado idealizado,
encarnado en el espíritu del fin de siècle de la literatura del siglo XIX.En Italia, la figura que marca los nuevos caminos es Luigi
Pirandello, que cultivó todos los géneros para romper con una tradición demasiado literalista.

Ya el manifiesto futurista de 1909 que funciona como preludio de un movimiento que va a propulsarse tiempo después,
propone romper con los valores estéticos del pasado reivindicando el futuro y con él la era de la técnica moderna, la
velocidad, la violencia y las máquinas. El discernimiento de Pirandello con los futuristas en boga -producto de su
contemporaneidad- se da por un doble valor: Desde el punto de vista estético, la novela de Pirandello maneja una tensión
con el pasado que lejos está de romper lazos de conexión con el mismo. En segundo lugar, desde el punto de vista
ideológico, el ideologema futurista representa todo lo que Pirandello, -y también Serafino Gubbio- confrontan y cuestionan
de la modernidad en la que viven. En la novela, lejos de la concepción futurista, la modernidad confluye en una realidad
donde el desarrollo industrial y tecnológico han construido maquinas que engullen vida, que consumen vitalidad y asaltan la
humanidad, arrojando al hombre a la instrumentalización absoluta y a un reduccionismo que es funcional a un sistematizado
modelo de alienación

¿Cual es el aporte de Pirandello a nuestro recorrido de la novela italiana moderna? : En las raíces del Modernismo hay un
profundo desacuerdo con la civilización burguesa. En ciertos sentidos, se trata de una corriente heredera del
Postromanticismo decimonónico, al que da una especie de salida, y en las demás artes esta estética se plasma en las formas
del Art Nouveau (en Bélgica y Francia), Modern Style (en Inglaterra), Sezession (en Austria), Jugendstil (en Alemania y Países
Nórdicos), Liberty (en Estados Unidos), Floreale (en Italia), y Modernismo artístico (en España e Hispanoamérica).

El romanticismo es una forma de arte, filosofía y literatura que se enfoca en los sentimientos de las personas y tiene una
perspectiva subjetiva de las cosas, mientras que el modernismo es una especie de respuesta al movimiento anterior y hace
más énfasis en el papel que la ciencia y la tecnología tienen en la sociedad.

La visión de los románticos apuntaba al mundo natural y buscaba establecer una conexión con las personas para que ese
fuera el punto donde surgirían todo tipo de emociones. Los modernistas, por otro lado, vivían en una época donde las
maquinas empezaban a tomar protagonismo y lo reflejaban en su pensamiento, donde había reflexiones de la nueva vida
urbana y los efectos negativos de la industrialización.

Esta corriente muestra los efectos de los cambios por los que pasaba la sociedad a finales del siglo XIX y principios del siglo
XX, donde un mundo más industrializado ya tomaba forma. En este sentido, mostraba ciertas ideas opuestas al
romanticismo, como una preferencia más notable hacia la realidad del mundo, desde un aspecto político y económico. No
fue tan accesible con muchas personas porque había veces que el uso del lenguaje era muy complicado y un lector casual
simplemente no podía entender las ideas principales.

El contexto histórico Trae consigo una impronta estética decadentista atravesado por una visión filosófica
fuertemente nietzscheana y las teorías nihilistas que derivan.

DECADENTISMO: por ejemplo A contrapelo Novela de Joris-Karl Huysmans donde la búsqueda de la autenticidad
trascendiendo las falsas apariencias del mundo, la apología de lo artificial como construcción frente a lo natural, el
pesimismo metafísico o el rechazo del utilitarismo para valorar las producciones humanas, antes bien, aprecia el valor
interno de las obras.
Pirandello se sitúa dentro de la decadencia, pero logra superarla. Los elementos que lo vinculan al decadentismo son: la
búsqueda de la identidad del escritor (como en D'Annunzio) y la relación entre el ego y la sociedad (tema decadente).

Aunque Quaderni empiece con una especie de declaración naturalista al decir “observo” y “estudio”, Pirandello comienza a
separarse del verismo italiano (la corriente estética derivada del naturalismo francés y dominante en gran parte de Italia), Si
bien continúa apegado a recrear las intensas pasiones humanas, preocupado por las apariencias, el "¿qué dirán?" y un celoso
resguardo del "honor", los personajes que inventa ya manifiestan los rasgos que se profundizarán en sus escritos posteriores.

CARACTERISTICAS DE LA LITERATURA MODERNISTA: Nuevos métodos como la interiorización de la trama ayudarán a romper
con la linealidad de la novela realista.
Técnicas como el flujo de conciencia o el monólogo interior son incluidas en las novelas, que se preocupan más por el “yo”
que por el desarrollo de la trama.

Luigi Pirandello, por su parte, se convierte, a principios del siglo XX, en uno de los artífices de la innovación literaria, que
intenta revertir la indagación de la realidad, presuntamente objetiva, en una pesquisa interior, declaradamente subjetiva,
para poner en escena la escisión del yo, la fractura entre lo real y lo imaginario, la realidad como espacio circunscripto por la
emoción y los sentimientos siempre contradictorios. Los cuadernos de Serafino Gubbio operador [I quaderni di Serafino
Gubbio operatore, 1915-1925] abre la era del “modernismo” italiano, contra el discurso pro-moderno y pro-tecnológico que
desde el siglo XIX afianza una visión utópica ligada a la idea de “progreso indefinido de la Humanidad”. Pirandello, maestro
de las máscaras, juega con sus personajes, que en un set cinematográfico, buscan su propia identidad

SALTAMOS A EL AÑO 1950 LITERATURA DE POSGUERRA CON PAVESE


Pavese es un autor siempre catalogado dentro del movimiento neorrealista italiano, con aires de decadentismo
decimonónico

La Primera Guerra Mundial dejó en el pueblo italiano la sensación de desconcierto social y político. Como resultado de ello
imperaba la tendencia a la fuga de la realidad. Así, triunfaron el formalismo y la introspección, prosperó el hermetismo, la
prosa de arte. Con la caída del fascismo la crisis de libertad de expresión que había dominado desde la Primera Guerra
Mundial llegó a su término y fue sustituido por un espíritu de renovación. El estado de ánimo de la sociedad buscaba superar
el pasado y tenía la confianza puesta en el porvenir. Los intelectuales tenían la voluntad de hacer del arte un instrumento de
participación social. Así, el neorrealismo surgió no como una escuela, sino como una tendencia al encuentro de aspiraciones
comunes entre los hombres. En esta nueva tendencia cultural se buscaba sobre todo ligar la cultura a las clases obrera y
campesina. Además se daba voz a las necesidades de las clases bajas, representadas por proletarios y campesinos,
manifestando sus puntos de vista, exigencias y denuncias, conformando así un movimiento revolucionario que no abarca
sólo el ámbito de la cultura, sino también el de la realidad social. El cambio en la visión de los intelectuales italianos es
significativo y se orienta en sentido antiburgués y popular.

Veinte años después, ante el declive de la novela modernista, la relación que Pavese establece con la “mitografía”
norteamericana abre un camino nuevo y fructífero, signado por la influencia de la literatura estadounidense en Italia. En La
luna y las fogatas [La luna e i falò, 1950] se impone su reflexión acerca de la relación del sujeto con su entorno y, en
particular, una idea acabada del mito de la “pertenencia”. Así, las colinas piamontesas servirán como escenario de las
atávicas fuerzas del mundo campesino italiano de entre-guerras. La novela italiana abraza una nueva forma de realismo
mítico, en busca de la identidad originaria

Años después, en el periodo posbélico -1945 en adelante- en Italia se consolida un nuevo movimiento artístico, más
precisamente narrativo y cinematográfico, llamado Neorrealismo. Este nuevo movimiento asciende a las altas esferas de
producción artística y se consolida como un retorno al realismo del siglo XIX en el sentido de retomar la temática social que
el hermetismo había desechado. Las bases del Neorrealismo se sostienen en: La voluntad de representación una
verosimilitud fidedigna, el comienzo de los planos abiertos y las llanuras como recurso estilístico y como representación del
campo como espacio de consideración, y sustancialmente este movimiento trabaja con las contingencias de la guerra como
la resistencia civil, la pobreza y los campos de concentración. Ademas, un desarrollo cronológico de la acción novelística q se
presenta en un plano multiple en donde la realidad psicologicoa de los personajes se hace mediante la descripción de sus
actos. Por otro lado, en el artista debe existir una voluntad de compromiso político- compromiso de izquierda o antifascista-
para con la producción estética-. Sin embargo, Pavese toma distancia del compromiso férreo neorrealista que propone
modelo literario partisano y puramente resistencial para presentar textos disruptivos al modelo neorrealista donde discierne
de la influencia fuertemente marxista. Como afirma Giorgio Barbieri Squarotti (1969): “Nada está más lejano a su obra que el
neorrealismo” […] Le interesan las angustias, las obsesiones, el inconsciente, los secretos inconfesables y las alusiones
míticas.”

Si bien a Pavese podemos considerarlo neorrealista por compartir características y contexto de producción, es un
neorrealista moderado y no se alinea del todo con los ideales del movimiento: Los intelectuales neorrealistas eran
antiformalistas, es decir, se pronunciaban en contra del academicismo y la aristocracia. Jean-Paul Sartre y Antonio Gramsci
fueron dos grandes pensadores sobre los cuales se apoyó3 la literatura neorrealista. El engagementde Sartre es una postura
que liga a la actividad del escritor su participación social, en palabras de él mismo: “Nosotros... no tenemos ganas de hablar
para no decir nada... nosotros escribimos para los contemporáneos

Con la producción de la luna y las fogatas la novela italiana abraza una nueva forma de realismo mítico que es la sustancia
con la cual el texto se funde.

CHAU PAVESE, HOLA POSMODERNISMO ECO


A partir de los años ’80 se afianza en Italia una nueva narrativa, según el debate posmoderno. Umberto Eco se transforma en
el mayor artífice de la nueva estética y elabora una de las novelas más exitosas del siglo XX. En El nombre de la rosa [Il nome
della rosa, 1980, última edición revisada 2012], Eco funde indagación policial, trama detectivesca, filosofía medieval y novela
de folletín decimonónica, en un juego de reenvíos y citaciones extraordinario.

LA POSMODERNIDAD: Comprender la posmodernidad pasa, necesariamente, por tener claro su punto de referencia: la
modernidad. La modernidad representa una era y una forma de pensamiento cuyos antecedentes pueden rastrearse en el
antropocentrismo del renacimiento, si bien no cobraría forma plena sino hasta el siglo XVIII.

Una corriente intelectual y dos hechos históricos en el siglo XVIII fueron fundamentales en este giro de la historia: el
movimiento de la Ilustración, conocido también como Iluminismo, la revolución francesa y la revolución industrial.

Grosso modo, la modernidad se propuso el paso de la tradición al cambio, lo que recibió el nombre de “progreso”. Esto
implicaba:

● secularizar la sociedad, es decir, separar la Iglesia del poder político;

● promover el conocimiento (razón y ciencia) como armas contra el fanatismo y herramientas del progreso;

● consolidar el Estado nacional (formación del nacionalismo), y crear un nuevo modelo político basado en la
separación de poderes y la libertad de los ciudadanos;

● desarrollar todas las potencialidades económicas de la industrialización.


Pero la historia de los siglos siguientes mostraría las costuras de tan “inspirador” modelo: la expansión del imperialismo, la
aparición de la ideología comunista, el nacionalismo exacerbado que produjeron dos guerras mundiales y otros conflictos
armados, el crack del 29 y la guerra fría.

La aparición de las nuevas tecnologías (especialmente las de la comunicación) formarían un nuevo escenario: el triunfo de la
cultura del consumo y la cultura de masas.

Las características de la posmodernidad pueden ser resumidas en los siguientes aspectos:

● Expresa la crisis del pensamiento metafísico moderno;

● Deslegitima los metarrelatos modernos;

● Reconoce que existen diferentes modos de saber;

● Rechaza la linealidad histórica y relativiza el progreso;

● Reflexiona sobre su contexto y visibiliza responsabilidades;

● Promueve la diferenciación subjetiva y la diversidad.

Características histórico sociales

En contraposición con la modernidad la posmodernidad es la época del desencanto se renuncia a las utopías y a la idea de
Progreso se produce un cambio en el orden económico capitalista pasando de una economía de producción hacia una
economía de consumo deja de importar el contenido del mensaje para revalorizar la forma en que es transmitido y el grado
de convicción que pueda producir Desacralización de la política desmitificación de los líderes cuestionamiento de las grandes
religiones

Características socio psicológicas los individuos sólo quieren vivir el presente el futuro y el pasado pierde importancia Hay
una búsqueda de lo inmediato pero ya es en la razón y la ciencia pero en contrapartida se rinde culto a la tecnología el
hombre basa su existencia en el relativismo y la pluralidad de opciones al igual que subjetivismo impregna la mirada de la
realidad Borramiento de la literatura fantástica Representantes y exponentes que contribuyen a las características del
posmodernismo y el posestructuralismo:

Derrida (todo es texto)

Foucault (autor muere)

Barthes (nace el lector)

LITERATURA POSMODERNA: Es difícil y a la vez paradójico querer definir y encasillar el termino posmodernismo, ya que en
si mismo el posmodernismo lo que propone es eliminar el obsoleto modelo de estructuras, sistemas, totalidades y ordenes.
La literatura posmoderna asume la escritura como única forma de acceder a lo real, opera en una estética de fuerzas, en este
tipo de literatura las obras hace lector  y estas obras exigen una máxima competencia por parte del lector; por lo cual, hay
una doble productividad,  relaciones no ligadas al sentido o a la idea.
La literatura se ha erigido en una forma de manifestación artística donde reinan los juegos del lenguaje y los múltiples modos
de intertextualidad. Ademas en el periodo posmoderno se detecto una mayor evocación por la literatura ficcional –> Según
Buffalino “hay una mayor seducción de los falso respecto de lo real” Los escritores no intervienen respecto de la realidad
contingente, solo manejan hilos

En 1987 Brian McHale, en su estudio Posmodernist Ficion, planteó que se estaba dando una proximidad entre la ciencia
ficción y la narrativa posmoderna.En primer lugar, la convergencia desde la posmodernidad consiste en tomar elementos de
la ciencia ficción que provocan un distanciamiento temporal de la realidad empírica, y producen un mundo ficcional distinto
que se sostiene ontológicamente a sí mismo, con lo que se rompe con el concepto de mímesis moderna

El nombre de la rosa es una obra compleja y polémica, con distintos niveles de lectura, ya que se puede leer como novela
policíaca, histórica, filosófica, de ideas... y con una estructura que consta de dos prólogos, una narración en días,
subdivididos a su vez en las horas canónicas, y de una especie de epílogo.

Especial importancia tienen los distintos filtros narrativos; la voz narrativa del joven Adso se ve sometida a valoraciones del
mismo Adso anciano que escribe la historia. Dicho texto "original" de Adso es registrado por Mabillon. a su vez citado por el
abate Vallet, del que Eco toma prestada su historia.

Contaminación de géneros:

● Es una novela de ideas

● Es una novela policíaca

● Es una novela histórica

● Es una novela semiótica

● Es una novela filosófica

La contaminación de generos y el desdibujamiento de una línea divisoria solida y estructuralista se desmorona en el periodo
posmodernista para dar paso a una fluctuación de generos

Jameson considera el pastiche como la principal consecuencia que se deriva del derrumbe de la «ideología del estilo», la
fuente esencial de invención e innovación artísticas durante la modernidad. El autor asocia este fenómeno con la
desaparición o descentramiento postmodernos del sujeto, que habrían provocado la ruina de aquella otra estética de la
expresión que incentivaba la búsqueda de un estilo personal e identificable: «La desaparición del sujeto individual, y su
consecuencia formal de la creciente disipación del estilo personal, engendran la práctica casi universal de lo que se puede
llamar “pastiche”».4 Éste se ha de caracterizar entonces, no por abrir nuevas sendas estilísticamente innovadoras, sino por
volver la mirada hacia «las voces almacenadas en el museo imaginario

En última instancia, es todo eso y más, pero sobre todo, es una obra posmoderna. Al final, la reflexión sobre el peligro de los
totalitarismos, es típica del Posmodernismo: tener una verdad absoluta nos hace esclavos, tener varias nos hace más libres,
ya que no existen contradicciones en la realidad heterogénea, sino múltiples aspectos de la realidad diferentes
Caracteristicas de El nombre de la rosa:

La muerte del sujeto autor

Ironía a la historia de la litertura (muy posmo) “naturalmente un manuscrito”

La importancia de los signos, la textualizacion de la realidad -> todo es signo no hay verdad

En las apostillas hay una declaración de no interpelación sino un producto formal y estudiable

Desdibuja la división entre cultura de masas y cultura intelectual

Innova haciendo un Giallo, hacer un policial en Italia es muy nuevo Revalorización de lo culto, aquello que antes era burdo y
ahora es cool estéticamente

La respuesta posmoderna a lo moderno consiste en reconocer que, puesto que el pasado no puede destruirse -su
destrucción conduce al silencio-, lo que hay que hacer es volver a visitarlo; con ironía, sin ingenuidad. Pienso que la actitud
posmoderna es como la del que ama a una mujer muy culta y sabe que no puede decirle «te amo desesperadamente»,
porque sabe que ella sabe (y que ella sabe que él sabe) que esas frases ya las ha escrito Liala. Podrá decir: «Como diría Liala,
te amo desesperadamente.» En ese momento, habiendo evitado la falsa inocencia, habiendo dicho claramente que ya no se
puede hablar de manera inocente, habrá logrado sin embargo decirle a la mujer lo que quería decirle: que la ama, pero que
la ama en una época en que la inocencia se ha perdido. Si la mujer entra en el juego, habrá recibido de todos modos una
declaración de amor. Ninguno de los interlocutores se sentirá inocente, ambos habrán aceptado el desafío del pasado, de lo
ya dicho que es imposible eliminar; ambos jugarán a conciencia y con placer el juego de la ironía... Pero ambos habrán
logrado una vez más hablar de amor.

HIPERMODERNIDAD
El “narciso” cool, individualista y consumista que tan bien retrata Lipovetskyun individuo que vive el presente, olvidado del
pasado y sin preocupación por el futuro. Veinte años después, esa euforia de los años postmodernos ya no es la misma. En
Los tiempos hipermodernos, Lipovetsky advierte al lector del fin de la euforia. El hedonismo del presente que caracterizó los
años ochenta -la movida madrileña constituye una magnífica ilustración- ya no existe. En la hipermodernidad, el desempleo,
la preocupación por la salud, las crisis económicas y un largo sinfín de virus que provocan ansiedad individual y colectiva se
han introducido en el cuerpo social.

Para Lipovetsky el desarrollo de la globalización y de la sociedad de mercado ha producido en estos años nuevas formas de
pobreza, marginación, precariedad del trabajo y un considerable aumento de temores e inquietudes de todo tipo. Sin
embargo, la sociedad hipermoderna no ha supuesto la aniquilación de los valores. Al contrario, el hedonismo ya no estimula
tanto, Los derechos humanos siguen constituyendo uno de los principios morales básicos de la democracia. La dinámica del
individualismo refuerza, en opinión de Lipovetsky, la identificación con el otro. El culto al bienestar conduce, aunque parezca
paradójico, a que los individuos sean más sensibles al sufrimiento ajeno.

Por último, desde comienzos del siglo XXI, se afirma en Italia la llamada novela “hipermoderna”, signo de la nueva coyuntura
políitica, económica y social de Europa y de Occidente. La irrupción de la narración de mujeres (con riquísimos antecedentes
en Italia) se consolida con la obra de Elena Ferrante, que en La amiga estupenda [L’amica geniale, 2011-2014] eleva a
Nápoles, capital arcaica e hipermoderna, a paradigma de la Nación y de Europa, desentrañando en una historia violenta,
todas las contradicciones de nuestro tiempo.

DONARUMMA:

En la interpretación de sus estudiosos, lo hipermoderno no marca un quiebre neto, violento y polémico respecto de lo
posmoderno –como justamente lo posmoderno había querido hacer con la modernidad–, sino que es un deslizamiento
respecto de él, y puede superponerse a él por algunos rasgos. En este sentido, la modernidad nunca terminó, ya que aquello
a lo que asistimos ahora, en la economía o en la técnica, es una continuación exasperada –cuando no caricaturesca– de ella.
Eso explica la adopción del prefijo hiper, que Lipovetsky aplica a una cantidad exorbitante de fenómenos contemporáneos,
hablando así de hiperindividualismo, hipernarcisismo, hiperconsumo, hipercapitalismo o hipercine: el exceso, la aceleración,
la hipérbole dominan la vida pública y privada. La lógica de la modernización parece afirmarse ya sin ningún obstáculo,
reconciliada consigo misma: por eso Lipovetsky indica una segunda modernidad, que cumple y realiza unilateralmente la
primera, sustituyendo su carácter de negación por uno de integración. Así, si para lo moderno el pasado era tela de juicios,
elecciones, recontrataciones, rechazos, ahora este es el objeto indiscriminado de celebraciones: despojada de su
ejemplaridad parcial, ha adquirido una posibilidad generalizada y anodina de uso, directa heredera del historicismo
posmoderno (retoma y revitaliza evolutivamente lo que de la modernidad quedo soslayado bajo la capa del posmodernismo)

LITERATURA HIPERMODERNA:

El ocaso general –aunque no absoluto– de las poéticas posmodernistas tiene lugar en la mitad de los años Noventa. En
primer lugar, coincide con el envejecimiento de la consigna de textualizar el mundo, del laberinto, la autorreferencialidad, la
reescritura, el manierismo, la «parodia blanca», y coincide además con una reconsideración tanto de las tradiciones del
realismo como de la herencia modernista.

La literatura posmoderna ha sido acusada por sus adversarios de ser ideológica y orgánica respecto de la posmodernidad: la
de la edad hipermoderna, al contrario, se muestra crítica del presente desde el comienzo. […] La historia no tiene direcciones
lineales: más que creer que ya ha sido hecho y dicho todo, nos hemos acostumbrado a la constancia de lo nuevo, sin tener
fe, sin embargo, en ninguna fábula sobre el progreso. El futuro crea estupores de rutina.

La convicción –expresada del mejor modo por Calvino– era que cuanto más la literatura hablaba de sí misma, más podía
decir algo del mundo –reducido así al equivalente no escrito de la escritura y al fantasma proyectado por las palabras, tan
obstinado en sus regresos y en su muda presencia/ausencia, como meta inalcanzable de ruegos y exorcismos.

Pero tampoco hablaría de compromiso para la edad hipermoderna, si bien, con una clara inversión respecto de las décadas
pasadas, los escritores e intelectuales sienten cada vez más la necesidad de pronunciarse de un modo directo (es decir, sin
máscaras irónicas o metaliterarias) sobre el presente.

La adopción misma de estas categorías esboza un nuevo panorama: no sólo define nuevos límites para lo literario,
impidiendo una distinción simplista entre periodismo y literatura, crónica y novela, sino que corroe el modo en el que
estamos acostumbrados a pensar la literatura –que, por otra parte, no puede ser etiquetada en su totalidad como ficción. La
frontera se vuelve, de hecho, lo empíricamente dado, en base a lo cual toda pretensión de verdad corre el riesgo de
aplanarse. La distinción entre ficción y no ficción es entonces ampliamente abusiva, y en algún sentido, primitiva y grosera.
Sin embargo, hay que reconocerle un rol decisivo como síntoma del cambio que se está produciendo: allí donde, de hecho, lo
hipermoderno ve una resistencia a la ficcionalización, que se cumple –pero tampoco allí es absoluta– en el dominio de los
medios de comunicación viejos y nuevos. La etiqueta misma de no ficción, que no logra designar al propio objeto sino
negativamente, revela que esto debe serle arrebatado precisamente a la ficción

¿Cómo leer esta producción? La actitud que se ha afirmado es la de identificar la cantidad de artificio, es decir la tasa de
ficción inscripta en la no ficción. Se trata de un movimiento aparentemente anti-intuitivo, ya que busca no lo falso allí donde
se muestra lo verdadero, al menos lo mediado y lo construido allí donde debería estar lo inmediato y lo reproducido. En
cambio, es un movimiento ambiguo y poco convincente. Por un lado, la idea de que toda escritura es artificio y ficción está
instalada establemente en la doctrina crítica y en la cultura posmoderna: reafirmarla una vez más significa ocultar un cambio
de paradigma. […] Por otro lado, una lectura como esta parece cultivar en negativo el mito de una mímesis directa e
inmediata, en la que no se ve quién pueda creer sino, finalmente, sus denigradores. Toda representación tiene una forma,
todo relato está construido, toda escritura es –en sentido estrictamente literal– un artefacto; pero esto no significa que toda
representación, todo relato, toda escritura sea ficción, es decir –y aquí se hace presente la ambigüedad del término– acto de
fingir, mentira, engaño.

Es cierto que, también en su variedad, estas formas de narración recuperan a menudo estilemas de la vieja novela,
demolidos por el antinaturalismo modernista (e incluso por el naturalismo mismo) y ya caídos en desuso: la reconstrucción
de las circunstancias de tiempo y de espacio, la descripción, la presentación de los personajes, el retrato psicológico típico, el
escrúpulo documentario. Sin embargo, por un lado la etiqueta de novela de no ficción no siempre puede adecuarse a estos
libros; por otro, impide ver su novedad, que está por fuera de una recuperación –de todos modos efectiva– de la tradición de
los siglos XIX y XX o, mejor dicho, de una elección, dentro de ella, de elementos a los cuales debe darse otro rol. De hecho,
difícilmente estos libros retomen la narración progresiva o en todo caso orientada de la novela. […] Si lo posmoderno había
sido marcado por el giro lingüístico, lo hipermoderno está marcado por el giro narrativo.
Elementos Posmodernos en la novela de Eco:

“Naturalmente un manuscrito” -> La ironia para recuperar la tradición desde un lugar sarcástico y –a su juicio- desmitificador

Las apostillas son todo un gran manifiesto posmodernista donde plasma cuestiones que tienen que ver con el giro linguistico,
la dotación de sentido articulada por el nacimiento del lector que plantea barthes en el 69 que funciona como puntapié
inicial del posestructuralismo.

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