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ISSN: 1315-0006
eabierto@cantv.net
Universidad del Zulia
Venezuela
Salomone, Mariano
Leer el conflicto social. América Latina en tiempos de crisis civilizatoria
Espacio Abierto, vol. 25, núm. 1, enero-marzo, 2016, pp. 5-22
Universidad del Zulia
Maracaibo, Venezuela
Mariano Salomone
Resumen
n el l imo decenio Nuestra América a ido o e o de una
nue a o en i a del ca i al glo al, a o la cual e u o en marc a
una in en a recolonizaci n del erri orio lo bienes comunes
de la na uraleza. No o an e, dic a o en i a e rac i i a e
iendo uer emen e con ron ada or un nue o ciclo de luc a
ociale a ier o en la regi n. e e udio e regun a acerca de lo
de a ío conce uale ue dic a condicione i rica im onen
a la lectura del conicto social. La reexión apunta a señalar que
la de en a de la na uraleza como ien com n ad uiere un lugar
central en la dinámica conictiva, puesto que deviene punto
cla e en la de erminaci n de un an agoni mo ocial ue iende a
congurarse como crisis civilizatoria.
Palabras clave: cumulaci n or de o e i n m rica
Latina; conicto social; crisis civilizatoria;
en amien o crí ico eoría ocial.
Abstract
During the last decade, Latin America has been subject to a new
assault of global capital, through which a powerful recolonization
o erri or and na ural commons was introduced. Nevertheless,
this extractive attack is being strongly challenged by a new
c cle o ocial ruggle in e region. i ud loo in o e
conce ual c allenge a e e i orical condi ion im o e on
the interpretation of social conict. The reection points to be
no ed a e na ural common de en e a e cen er age in e
conict dynamic, as becomes key point in determining a social
antagonism which tends to be congured as a civilizational crisis.
Keywords: ccumula ion di o e ion ci iliza ional cri i
critical thinking; Latin America; social conict;
ocial eor .
Introducción
génesis histórica Marx los llamó “acumulación originaria”, no fue por ubicarlos en el
a ado, ino ara di inguirlo de a uello ue eran re ul ado de u acci n como ca i al.
n al en ido, la di erencia en re acumulaci n originaria acumulaci n am liada no recae
en su ubicación en el tiempo, sino en determinaciones formales: se trata de la diferencia
en re el de o o como presupuesto del ca i al el de o o como resultado de u e i encia
(Roux, 2008). En la misma línea argumentativa, De Angelis destaca que en tal sentido
la cla e en el a orda e de ar e el conce o de separación en re roduc ore medio
de roducci n, e o e , la e ro iaci n orzada de la ca acidad de lo ere umano
como u e o de u ra i . í, la di erencia en re acumulaci n originaria acumulaci n
ro iamen e dic a no e de car c er u an i o ino ue remi e a la condicione orma
median e la cuale e a e araci n e realizada ( e ngeli , 2012). na ez e a lecida,
a ra de la acumulaci n originaria, ermanece como re u ue o acci n con i u i a
de la relacione ociale den ro del ca i ali mo, u umida a o la nue a legalidad de
la aloraci n ca i ali a. Seg n e a i e i , una ez con umada la e ci i n originaria
en re roduc ore medio de roducci n, a uella e er e a re roduce a e cala
ampliada mediante “la silenciosa compulsión de las leyes económicas”. La acumulación
ro iamen e dic a de ende de la coerci n orda de la relacione econ mica a
e a lecida . or el cur o u ual de la co a (na uralizaci n) e garan iza la de endencia
e lo aci n. n an o lo u e o u al erno ace an lo re uerimien o del ca i al como
una le na ural, la acumulaci n no nece i a de nue a acumulacione originaria . ero
la luc a de lo la u al erno a re re en a una ru ura de e a ace aci n. n e ec o,
el ca i al e e o ligado a de legar roce o de acumulaci n originaria ex novo, ue
u can ro undizar el roce o de ri a izaci n mercan ilizaci n de lo com n. Se ra a
cada ez de una nue a e calada de iolencia or ar e del ca i al, oda ez ue el ra a o
e erige como un o culo ara u re roducci n genera rigidece en la din mica de la
roducci n acumulaci n. n ín e i , iguiendo a e ngeli , la acumulaci n originaria
e la roducci n ex novo de la e araci n en re lo u e o u medio de ida.
n uma, e reci o delinear el orizon e de in errogaci n en orno de la e ci i n
en re economía, olí ica cul ura como cam o de ro lema de la ciencia ociale .
lo a ar ir de una com ren i n de la separación, ue e uede realizar una crí ica del
ca i al como relaci n ocial ue rom e con la e lo aci n en an o orma con i uida
e ica, ue marca la din mica del an agoni mo como roce o de acumulaci n or
de o e i n, or de o o. na ez ue la e araci n e da or en ada, e uede en ender
el cam o de lo i rico- ocial como una e i encia con i uida, e decir ue e da or
en ado lo ue en erdad nece i a er e licado. l re orno de la ca egoría de acumulaci n
originaria, como e araci n con inua de lo ere umano re ec o de u condicione de
existencia, permite reconocer la dinámica conictiva y siempre inconclusa que constituye
el an agoni mo ocial den ro el ca i ali mo. l en amien o crí ico no uede reducir la
realidad a la iden idad de lo ue e ec i amen e e , a la orma ociale con i uida , m
ien de e oder ad er ir en la realidad re en e un cam o de o i ilidade a ier o en re
el a ado el u uro, en re la memoria i rica la u o ía del re en e.
Leer el conicto social. mérica Latina en tiempos de crisis civiliatoria Mariano Salomone 11
estructuras territoriales a lo largo de los últimos cuarenta años. De allí que la categoría
de acumulación originaria retorne como clave de lectura para señalar la continuidad de
lo roce o de de o e i n en cur o. e la mi ma manera, ermi e reconocer el lugar
constitutivo que tiene nuevamente el territorio de América Latina para la reconguración
neoliberal del capitalismo: lugar de conquista y saqueo de los bienes comunes naturales
por parte del capital nanciero. De la mano de una nueva revolución cientíco-técnica
el capital ha logrado expandirse “a gran escala” en busca de recónditos territorios que
dominar, zonas geográcas hasta entonces impensadas como lugares de explotaciones
roduc i a ome ida a la alorizaci n ca i ali a.
Los procesos descritos procuran reconocer las condiciones histórico-sociales que han
determinado la dinámica del conicto social en la región latinoamericana . al como
pensaba Edward P. Thompson respecto de la formación de la clase obrera, en tanto
roce o i rico, la e erogeneidad de mo imien o ociale , organizacione o ulare ,
rede colec i o ue e an mo ilizado en la l ima d cada re i ieron la endencia a
la mercantilización de sus vidas, no nacieron por “generación espontánea” del despojo que
rocura im oner el nue o im eriali mo. ien, u e a a la inicia i a de lo ec ore
dominan e en una ociedad, la cla e u al erna e a en en un erreno marcado or
condicione de iguale a o la cuale , in em argo, e organizan e in en an ran ormar
u condicione de e i encia.
n e ec o, ca e de acar ue el e acio ue in en a reorganizar uncionalmen e el
capital, al decir de Walter Benjamin, no es un terreno “vacío y homogéneo”, sino lleno
de i oricidad (jetztzeit o tiempo-ahora): un terreno denso marcado por formas de vida,
alore morale , e eriencia de luc a organizaci n, radicione olí ica , memoria
er onale colec i a , co mo i ione cul urale ida religio a. e a í ue el roce o
de acumulaci n or de o e i n ro iece en u camino con la a ereza de la i oria
encuen re una mul i licidad de u e o decidido a organizar e en de en a de u
condicione de ida, ue o ue el a ance o re la na uraleza a ec a la o i ilidad de
6
. Es un momento en el que la conictividad transforma profundamente el panorama
regional con olidado en la d cada receden e , ue e n en uego grande di u a
sociales y levantamientos populares. El ciclo que se inicia a partir de 1998 coincide con
una cri i econ mica regional de car c er rece i o ue, un o al aumen o de la ro e a
ociale , ro ocar el de ili amien o de la egemonía neoli eral, logrando re ue ra ar el
a a en once im ene ra le en amien o nico im eran e, ru rando o demorando lo
procesos de recolonización iniciados durante los 90. Los movimientos y experiencias de
re i encia ocial lograr n en once a anzar acia una nue a rogram ica emanci a oria.
e momen o coloca al erri orio la inoamericano como uno de lo e acio m rele an e
de re i encia ormulaci n de al erna i a al ca i ali mo a ni el glo al (Seoane, addei
y Algranati, 2013: 47).
En efecto, el n de la fuerte hegemonía neoliberal dio paso a un tercer período que
di u a un anorama la inoamericano muc o m e erog neo ue lo la au ore a
denominan de cristalización institucional y estabilización de las relaciones de fuerzas.
Se ra a de una e a a ue coincide con la recu eraci n econ mica regional, mue ra un
ma a de e a ilizaci n de la correlaci n de uerza , donde ienden a de a arecer lo
uer e le an amien o o ulare ciclo de i u en e . í como el eríodo de cri i
ado di eren e orma e in en idade eg n la ingularidad de cada aí , am i n
la re ec i a alida nacionale a la cri i de egemonía dieron a o a una di er idad
de conguraciones que se expresa, por ejemplo, en el circuito electoral que se da en la
región entre 2005 y 2009. El cuarto y último período, a partir de 2008-2009 hasta el
2012, está determinado a nivel global por la intensicación de una crisis multidimensional
ue adem coincide, a ni el la inoamericano, con una nue a o en i a e adouniden e
en la regi n7 lo ue uede denominar e una ofensiva extractivista. o re a ec o
re ul an el marco i rico- ocial o re el cual ueron ad uiriendo ma or rele ancia lo
llamados conictos socioambientales.
i e o un am lio acuerdo den ro del en amien o crí ico en reconocer ue la
salida de la crisis de hegemonía de principios de siglo ha signicado, para el conjunto de
América Latina, la expansión del extractivismo. Maristella Svampa, por ejemplo, arma
que América Latina en el último decenio realizó el pasaje del Consenso de Washington
al Consenso de los Commodities, a ado en la e or aci n de iene rimario a gran
escala, pues “se ha venido intensicando la expansión de proyectos tendientes al control,
extracción y exportación de bienes naturales, sin mayor valor agregado” (Svampa, 2012:
16). í lo a e igua el ca o e udiado or la au ora, la minería me alí era a gran e cala o
minería a cielo a ier o. e ar de ue rgen ina no ro iene de una economía minera a
gran escala, el país ocupa el sexto puesto en el mundo en cuanto a su potencial minero:
entre el 2003 y 2007 el total de inversiones acumuladas en el país fue multiplicado por
m de oc o, a de 660 millone de d lare a 5600 millone de d lare mien ra ue el
crecimiento acumulado de proyectos aumentó un 740% en esos cuatro años, para llegar a
un total de 336 proyectos en diferentes grados de avance (Svampa, 2012: 19).
6 En Ecuador Abdala Bucaram (1997), Jamil Mahuad (2000) y Lucio Gutiérrez (2005); en Bolivia Gonzalo
Sánchez de Lozada (2003) y Carlos Mesa (2005); Fernando de la Rúa en 2001 en Argentina; y Alberto
Fujimori en Perú (2000).
7 La ofensiva de Estados Unidos tiene su aspecto más importante en el golpe de Honduras y la rma del
pacto que permite 7 bases militares en Colombia.
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medidas que se han ido impulsando en los últimos años frente a la crisis climática y la
protección del ambiente: el conjunto de acuerdos internacionales promovidos desde la
llamada “economía verde”, una tentativa de relanzar el crecimiento económico global a
ar ir de un nue o ciclo de mercan ilizaci n de la ida la na uraleza. n egundo lugar, a
ar ir de 200 , odemo ad er ir una nue a con rao en i a del oder e adouniden e ara
e andir re orzar el de liegue de u uerza mili are en la regi n la de e a ilizaci n de
go ierno democr ico . or l imo, el GEAL señala que la ofensiva extractivista atraviesa
igualmen e lo roce o de in egraci n regional, cada ez m marcado or la nece idad
de a egurar la o ra de in rae ruc ura ara acili ar el comercio e erior de commodities
(Iniciativa para la Integración de la Infraestructura Regional Suramericana S -, o
el Consejo Suramericano de Infraestructura y Planeamiento COSIPLAN- den ro de la
N S ).
n uma, i ien la ma oría de lo an li i recurren al aumen o de la demanda or ar e
de C ina ara e licar la ariacione en lo recio de lo commodities (una re ue a
“racional” de los agentes económicos en el mercado), desde el pensamiento crítico, puede
armarse que la consolidación del extractivismo se vincula más bien al desplazamiento
de la especulación del capital nanciero hacia los bienes comunes de la naturaleza: la
nanciarización del mercado de commodities.
e modo ue, e e nue o ciclo de mercan ilizaci n a ro iaci n ran nacional
de lo iene na urale de la eri eria, con i u e una e re i n ar icular del
im ac o ue a enido la cri i glo al en lo cen ro ca i ali a , de la crecien e
aplicación del capital a la periferia a partir de la valorización nanciera de los
commodities. Las consecuencias que este proceso supone, abarcan la dramática
intensicación de las lógicas del saqueo y devastación ambiental que el modelo
extractivo exportador acarrea (Seoane, Taddei y Algranati, 2013: 138).
n la mi ma línea, el an li i ue ace Camila oreno (201€) de la llamada economía
verde deja al descubierto la creciente imbricación entre capital nanciero y mercantilización
de iene na urale u con ecuen e roce o de ri a izaci n (enclosure). oreno
ad ier e ue la economía erde e a con i uido en el nudo cen ral alrededor del cual e
está organizando y resignicando el discurso hegemónico, en tanto proyecto de salida de
la crisis de los sectores dominantes vinculados al capital nanciero transnacional, el cual
supone como estrategia un proceso de “nueva” acumulación primitiva. Se trata de concebir
ue oda cri i am i n ueda er un momen o ue de are nue a o or unidade . í
el G20, en su encuentro de junio de 2012 en México, armaba la necesidad de incluir
el crecimien o erde como de onador de la in er i n. Seg n la au ora, el di cur o de la
economía erde a ido mu e ec i o olí ica e ideol gicamen e- ara a udar a or ar una
potente narrativa unicadora por parte del capital nanciero. Fue consiguiendo creciente
legitimidad en el período postcrisis nanciera de 2008, a partir de allí ganó visibilidad
rinci almen e con el llamado del N ara un Global Green New Deal mien ra
ue ue la reuni n del denominado Rio+20 la que marcaría en denitiva la instalación de
la economía erde en la arena mul ila eral como nue o aradigma ara la coo eraci n
in ernacional. n e ec o, el con e o in ernacional en el ue emerge remi e a la concer aci n
de un rograma glo al de acci n a ociado con la recu eraci n econ mica ara lo aí e
del norte (Moreno, 2013: 68).
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Desde el punto de vista de una sociología del conicto, podemos hablar de una nueva
etapa de la conictividad congurada alrededor de la defensa de los bienes comunes
de la na uraleza. e allí la cen ralidad olí ica ue an ad uirido ara un ro ec o
emanci a orio- lo iene na urale la relaci n na uraleza ociedad a o la condicione
ac uale de la neoli eralizaci n ca i ali a, la cual coloca al am ien e, la na uraleza la
ida umana como cen ro del de o o la de a aci n. llo e lica am i n en alguna
medida el uso extendido que tomó la denominación de movimientos “socioambientales”
ara re erir e a a uello colec i o ue e con i u en en de en a de la na uraleza u
erri orio .
En este punto se abre una posible dicultad en el análisis de esta conictividad.
ue o ue, a o el len e del roce o de acumulaci n or de o e i n, la u ue a
“ambientalización” de la lucha social propia de este momento de ofensiva extractivista,
no diere de la “sonomía” que caracterizó a la protesta social y el cuestionamiento al
neoliberalismo de nales de los 90 y principios de siglo. Pensemos, por ejemplo, en la
denominada “Guerra del agua” en Cochabamba en abril del 2000. Si tenemos en cuenta
la ro ue a de eriodizaci n del GEAL sobre la dinámica del conicto social en la región,
más bien debemos pensar que la posible especicidad de la conictividad reciente, más
ue a la na uraleza de lo colec i o ociale u demanda , e de e a lo cam io en lo
di eren e e cenario olí ico u re ec i a correlacione de uerza, en el marco de
cada una de las etapas presentadas con anterioridad:
llo a un a ar icularmen e a lo cam io roducido en el e cenario olí ico-
ocial la inoamericano en el l imo uin uenio, a o eriori de la cri i de egemonía
del neoliberalismo (…) Un período que en la medida que va dejando atrás el máximo
momen o olí ico de la con ron aci n a arece ignado or la cri alizaci n in i ucional
de la nue a relacione de uerza , iende a in cri ir la ro lem ica ocioam ien al en
el lugar de la particularidad, en el terreno de lo sectorial corporativo. La respuesta que
aparece entonces nos conduce del análisis de las especicidades de los movimientos al de
la totalidad social (Seoane, Taddei y Algranati, 2013: 57).
La centralidad de los bienes comunes de la naturaleza en la conictividad social es
roduc o de e a en i n ro ia del ca i ali mo en e a a e i rica, en la cual como
alida de la cri i glo al- a un in en o de recolonizaci n de nue o erri orio e acio
ociale a ra de una eroz o en i a del ca i al en el ur del mundo, denominada de de
el pensamiento hegemónico como “economía verde”. En efecto, la denominación de
“socioambiental”, si bien pretende dar cuenta de cierta integralidad –un conicto que se
dene a la vez social y ambiental, inextricablemente unidos-, corre el riesgo de naturalizar
lo ue a arece como ar icularidad de de erminada demanda , de conociendo la
radicalidad de un conicto que tiende a congurarse como crisis civilizatoria. o e , un
an agoni mo ocial ue en uel e la o alidad de la ida ocial a o la con inuidade en re
olí ica ecología, en re economía cul ura, en re lo ocial lo am ien al, reen iando a
una disyuntiva sistémica: dominar la naturaleza o vivir bien (Ceceña, 2012).
con ra elo de la eoría ocial del l imo iem o re ec o de la acci n colec i a,
que tiende a comprender la conguración de los conictos contemporáneos como una
con ienda o ma erial -ligada m ien a una luc a or el reconocimien o o lo c digo
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