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RE-SOCIALIZACIÓN

Por re-socialización entendemos un cambio básico y rápido, que requiere el abandono de un estilo
de vida por otro, que no es solo diferente del anterior, sino incompatible con él. Aunque
aparentemente parece fácil diferenciar los dos tipos de socialización, de hecho las distinciones no
siempre son tan claras.

La evaluación del cambio que se produce es tanto objetiva como subjetiva; por eso al tomar como
ejemplo el ejecutivo de mediana edad que es re-enganchado en una posición con menos
responsabilidad y con menos sueldo, podemos decir que, objetivamente, está pasando por una
socialización continuada porque él todavía está trabajando y su comportamiento está afectado
solamente un poco en la medida en que requiere cambios menores en su estándar de vida. El
cambio de ocupación no requiere grandes cambios en valores, lealtades o compromisos sociales.
Subjetivamente, sin embargo, la identificación con el rol de ejecutivo puede haber sido intensa y su
pérdida puede producir una grave desintegración de la personalidad. Restaurar el equilibrio del
individuo puede requerir re-socialización.

De esta manera, vemos cómo en períodos críticos de la vida, la distinción entre socialización
continuada y re-socialización puede aparecer borrosa, aunque esto se puede evitar. El retiro de la
vida laboral puede ser para algunos un período ansiado de descanso del trabajo, mientras que
para otros puede representar un auténtico período de desorientación. El punto crucial parece ser
la cantidad y calidad de socialización anticipada (o anticipante) que haya recibido el individuo. En el
caso de una persona que escoja la vida religiosa, uno podría pensar que requiere una re-
socialización, pero esto dependerá del individuo. Para algunos puede ser una conversión total,
mientras que para otros con un pasado religioso que ha logrado la interiorización de valores claves
para esa vida, la ruptura con el pasado puede no ser tan grande; sin embargo, no todas las
transiciones son tan claras o fáciles.

Uno de los "problemas", objeto de estudios sociales en las sociedades modernas, es el proceso
de envejecimiento. Como la mayoría de los problemas sociales, se define como tal porque no está
estructurado; es decir, la sociedad aún no ha podido encajar el rol redefinido de los adultos
mayores dentro de sus patrones establecidos de orden social. En sociedades tradicionales, el
anciano tenía el valor de lo raro, de lo escaso y jugaba un rol importante e institucionalizado en el
proceso de socialización de los jóvenes. En la sociedad moderna la vida se ha prolongado, los
recursos limitados especifican la duración de la vida laboral, las instituciones formales han tomado
la educación de los jóvenes entrenándolos para desempeñar roles en sociedades tecnológicas
cada vez más complejas, lo cual ha llevado a que envejecer en estas sociedades signifique
muchas veces pobreza, soledad y aburrimiento. Cuando la utilidad es medida solamente en
términos materiales aquellos que ya no pueden contribuir más al crecimiento de la comunidad son
desplazados de la vida social. Los ancianos entonces, no se consideran "funcionales" y están en
peligro de perder un sentimiento de utilidad e importancia. Como en general se aumenta el
aislamiento, una de las consecuencias puede ser el menoscabo o deterioro de la personalidad.

El retiro es uno de los roles que puede requerir extensiva e intensiva socialización porque envuelve
el aprendizaje de roles nuevos y frecuentemente desconocidos. La socialización temprana enseña
valores sociales que incluyen el valor del trabajo y su contribución al individuo, la sociedad y la
familia. Cuando la sociedad retira la oportunidad de trabajar y de contribuir, se hace necesaria una
re-valuación total; esto, es a todas luces difícil y muchas veces, se hace imposible.
La re-socialización del adulto mayor es muy difícil de lograr; requiere que se reproduzcan y
evalúen las condiciones de la socialización temprana en forma intensa y extrema. En otras
palabras, la re-socialización requiere de -socialización de la socialización previa. La forma más
extrema de la re-socialización es un lavado cerebral; pero, la sociedad tiene instituciones
específicamente diseñadas para transformar las motivaciones y valores de los adultos, bien
porque su conducta es antisocial -desviada-; por ejemplo, criminales o locos o porque el futuro rol
del adulto es tan especializado o difícil que su desempeño depende de un control social
profundamente interiorizado que no se requiere en la comunidad general. Tales instituciones
incluyen, por ejemplo, las comunidades militares y religiosas. Todas estas instituciones buscan un
cambio fundamental y una ruptura completa con el pasado. Sus intentos de re-socialización
incluyen algunos, si no todos, de los siguientes elementos:

1. Total control sobre el individuo. Esto significa un acceso único y total, que en casi todos los
casos significa aislamiento físico del grupo que se está re-socializando. También significa un
sistema social autoritario en el cual toda gratificación y castigo emana de la autoridad
jerárquicamente organizada, que a su vez determina todas las actividades y la secuencia en
que deben llevarse a cabo.

2. Supresión de antiguos estatutos (derechos y privilegios). Esto significa que no es posible


utilizar ningún prestigio o autoridad a la cual se hubiera podido tener derecho por fuera de la
organización y refuerza el poder supremo de la jerarquía de autoridad. A su vez, también
refuerza el hecho de que las concepciones de nosotros mismos están estrechamente
relacionadas con los roles que desempeñamos. Removiendo al individuo de antiguas
posiciones en el orden social, se debilita el concepto de sí mismo; la proliferación de
uniformes en tales instituciones despoja cualquier signo de posición que los vestidos de civil
otorgan en la sociedad o comunidad.

3. Negación del mérito moral del antiguo ser. Es un intento para hacer que el individuo rechace
o renuncie a sus antiguos valores, definiéndolos como irracionales, malos, pecadores,
cobardes o similares. Involucra la mortificación del "Yo" como preparación para la
redefinición de uno mismo de acuerdo con la definición institucional de cordura, bondad,
santidad, coraje, etc. Esto normalmente contiene alguna forma de humillación pública y, con
más frecuencia, humillación privada como afeitarse totalmente la cabeza, suprimir comidas,
etc.

4. Participación del individuo en su propia re-socialización. Para inculcar valores, el individuo


debe aceptar las definiciones de la organización y en consecuencia es alentado para que
confiese sus debilidades y realice autocríticas y auto-análisis, ejercicios diseñados de tal
modo que el individuo se apropia de las definiciones de los otros.

5. Sanciones extremas. Comúnmente se utiliza la crueldad física y el aislamiento para faltas


triviales o desvíos de las reglas oficiales. Se requiere una absoluta conformidad inclusive en
relación con pequeños privilegios. Estas sanciones pueden, sin embargo, ser de naturaleza
positiva, por ejemplo, la promesa de la salvación eterna de una organización religiosa como
premio por la dedicación absoluta a Dios, como lo interpreta la institución.

6. Intensificación de la presión y el apoyo de sus pares (o iguales). Las instituciones


seleccionan su población de acuerdo con sus propósitos. No pueden confiar solamente en
su sistema de autoridad para lograr una nueva personalidad en el individuo. Por ello, se
hacen esfuerzos para aumentar la influencia informal del grupo de compañeros o iguales, la
cual es capaz de dar o de quitar del individuo las frecuentemente pequeñas pero cruciales
satisfacciones de la vida en grupo y de la interacción personal. Esta presión integra el grupo
y refuerza los propósitos de la institución.

¿Hasta qué punto es exitosa esta re-socialización? Probablemente no producirá cambios


duraderos si el proceso es hecho con coerción, contra la voluntad del individuo y sin ninguna
socialización anticipada de su parte. Cuando el sistema es impuesto sobre la persona (prisión,
reclutamiento forzoso o cuando se interna una persona contra su voluntad en una institución
mental o en un centro de rehabilitación del alcohol o de la droga), ésta tenderá a ajustarse o a
mostrar conformidad sólo en la medida en que ello le permita escapar del castigo y se comportará
de manera tal que logre su libertad. No solamente no aceptará los valores que la institución trata
de imponerle si no que desarrollará hostilidad hacia ella, lo que a su vez reforzará sus patrones de
comportamiento y valores previos.

Sin embargo, los intentos de reforma pueden alcanzar algún éxito, si hay alguna relación con
valores que ya posee el individuo, por ejemplo, despertar un sentimiento de culpa en él, pero no
tratando de convencerlo de que sus valores son incorrectos, sino de que en realidad no ha vivido,
hasta ahora, de acuerdo con sus valores. Por ejemplo, en el caso del alcoholismo, convenciendo
al alcohólico, no de que es malo porque bebe, pero sí de que está descuidando su rol de padre,
que es especialmente importante para él.

Otra conclusión que tiene que ver con el éxito de la re-socialización es la habilidad del proceso
para inducir o provocar una especie de "humildad espiritual" en lugar de degradación física y
humillación del individuo- en términos de él mismo o en presencia de otros. Por ejemplo, la
habilidad para convencer a un recluta de que el sistema está diseñado para su propio bien. En el
ejército, "separar a los hombres de los niños", es una expresión que se oye para justificar
prácticas rudas que son defendidas como métodos mediante los cuales los cadetes insinceros,
incompetentes o indisciplinados son retirados. De esta manera, el sistema debe tratar de
reorganizar y reordenar los valores en lugar de cambiarlos por otros. Esto nos lleva a una
conclusión final sobre este proceso y es que no tendrá éxito en lograr una verdadera
transformación si solamente se basa en producir desorientación para luego ofrecer a la persona
una salida a esa situación.

Cuando se priva al individuo de todo apoyo social y de satisfacciones psicológicas puede sufrir
una crisis mental o de todas maneras, confundirse y cumplir solamente de una manera externa y
mecánica. Es por esto que hoy en día el aislamiento total del mundo es poco utilizado. Aunque las
salidas y los derechos de visita deben ser ganados mediante la conformidad y el cumplimiento de
las reglas y son limitadas en frecuencia y duración, generalmente se confieren después de un
período inicial de aislamiento. Las metas sociales deben ser aprendidas o re-aprendidas por el
interno o recluta, pero sin ningún contacto con el mundo exterior este propósito no se logrará.
Muchas veces los prisioneros o los pacientes mentales se tornan tan desorientados frente a la
sociedad y tan dependientes de la institución que nunca pueden volver a ajustarse y
deliberadamente repiten o mantienen patrones de comportamiento encaminados a asegurar su
confinamiento.

ACTIVIDAD DE APRENDIZAJE

El "problema" del retiro laboral o edad de jubilación sirve para ilustrar algunos de los temas
tratados. Considere las siguientes preguntas: ¿Por qué la edad de jubilación es un problema en
las sociedades modernas? ¿qué pasos o métodos puede usted sugerir para aliviar este
problema? Por ejemplo, ¿usted cree que internar a la gente retirada en una institución ayudaría a
resolver el problema?

Hemos visto qué es y qué significa para el ser humano el proceso de socialización. Con él como
con la cultura, sucede lo que alguien dijo una vez sobre los peces: Que éstos serían los últimos en
descubrir el agua. Rodeado de agua, el pez ni siquiera la nota hasta que es sacado de ella y de
repente le hace falta. De la misma manera los valores culturales, las normas sociales y el proceso
de socialización están presentes en nuestro mundo de manera tan completa que ni siquiera
sabemos que existen hasta que circunstancias especiales nos los indican; por ejemplo, cuando
nos trasladamos a vivir en un país de cultura muy diferente.

La relativa importancia de la herencia o de las influencias ambientales es un tema de fundamental


trascendencia en las ciencias sociales. Aunque el debate sobre cuál pesa más, aún no concluye,
los sociólogos se inclinan a afirmar que el ambiente (influencias culturales y sociales) es la
influencia más importante. Esta creencia por parte de los sociólogos es altamente significativa
porque si es cierto que el comportamiento de la gente se debe más directamente a las influencias
del ambiente, entonces hay muy poca verdad en la afirmación de que categorías de personas
(mujeres, hombres, clases sociales, grupos raciales) están determinadas a comportarse de cierta
manera.

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