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De medallista de oro Olímpico a recluso, el viaje de un hombre para

reconstruir su vida después de haber tocado fondo.


Tras haber sido un famoso atleta, Guy Hoisington cayó en desgracia y se dio a
la bebida. Durante años, los ciudadanos de Cattle Valley se apartaron de su
camino para evitar al libertino borracho, pero un hombre, Shane Rendell, no
sólo se citó con Guy durante un corto periodo de tiempo de sobriedad, sino
que también se enamoró de él, antes de ser desechado rápidamente.
Viviendo en la gruesa bruma del licor y sexo, Guy raramente tomaba buenas
decisiones, pero una particular oscura noche, toma la peor decisión de su vida
cuando decide coger el coche para bajar la montaña después de una larga
noche de beber. Se despierta de un coma para descubrir que ha sacado a un
hombre inocente de la carretera y tiene una lesión que le ha cambiado la vida.
Por primera vez en mucho tiempo, Guy puede verse a través de sus ojos
sobrios, y odia al hombre en el espejo. En un estúpido movimiento, ha perdido
la poca autoestima que le quedaba.
Shane ha intentado durante dos años continuar con su vida después de caer por
el alcohólico del pueblo, pero cuando se entera del accidente de Guy, Shane
está determinado a demostrar que Guy no es un caso perdido.

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—Ha despertado —Jessica anunció cuando Shane Rendell salió del ascensor.

Shane dio a su enfermera favorita una caja de surtidos de la pastelería de


Brynn. —¿De verdad?

Jessica sonrió y puso los donuts y rollos de canela en el mostrador. —Está


saliendo del coma desde el martes, pero cuando se despertó ayer y vio su
pierna, tuvimos que traer al psicólogo. Está mejorando, pero es un verdadero
oso esta mañana. Intentamos llamar, pero tu teléfono no debe funcionar.

La mirada de Shane se desvió a la puerta abierta de la habitación cinco-doce.


—Se me rompió, y no he tenido tiempo de comprar uno nuevo —confesó. No
le dijo que arrojó la maldita cosa contra la pared cuando una mujer de
administración del hospital le llamó para decirle que iban a trasladar a Guy a
un centro de tratamiento a largo plazo.

—Bueno, ahora que está despierto, las cosas podrían ser más fáciles para ti —
dijo Jessica.

Shane había hecho una larga hora de desplazamiento a Sheridan innumerables


veces desde el accidente de coche de Guy Hoisington. Desafortunadamente, el
personal del hospital pensaba que él y Guy eran pareja de hecho, y que
simplemente nunca llegaron a juntar sus cuentas bancarias. Se sentía
miserable por prolongar la mentira, pero fue su única ventaja en los días y
semanas siguientes al horrible accidente.

Jessica se puso al lado de Shane. —Lo siento. No ha preguntado por ti, pero
no quiero que lo tomes como una mala señal. No es inusual en pacientes con
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coma sentirse confundidos unos días, no dejes que te preocupe.

Shane tragó en torno al nudo formado en su garganta. Tenía buena relación


con el personal de enfermería y odiaba admitir su mentira. —Lo comprendo.

La boca de Jessica se curvó en una mueca.

—Preguntó si su padre había venido a verle.

—Infiernos —Shane suspiró y puso sus manos en las caderas—. ¿Qué le


dijiste?

Ella negó con la cabeza. —Sólo que el hospital ha estado en contacto con él en
varias ocasiones.

—Bien. —Shane no sabía el tipo de relación que Guy tenía con Buck
Hoisington, pero cuando el hospital contactó con Buck por el accidente, el tipo
les colgó. Lo intentaron en otras dos ocasiones más, pero en cuanto se
identificó la administradora del hospital, Buck puso fin a la llamada. Ni una
sola vez el padre de Guy preguntó por la condición de su hijo. Para Shane no
tenía sentido porque recordaba haber visto a Guy en televisión durante las
Olimpiadas de Invierno de 2002 y 2006 y en ambas ocasiones su padre estuvo
a su lado todo el tiempo. Había una famosa foto que aún circulaba por ahí de
Buck con la mano puesta sobre su corazón y lágrimas en sus ojos cuando su
hijo recibió una de sus cuatro medallas de oro. Shane se preguntaba si el
problema con la bebida de Guy causó ese distanciamiento entre los dos
hombres, o si sus problemas causaron la bebida.

Sea cual fuere, Shane terminó vaciando su cuenta de ahorros para pagar el
hospital. Era una nimiedad, pero la administración del hospital se había
comportado muy bien con él. El hecho de que por voluntad propia hubiese
gastado su dinero en un hombre que no había sido más que un capullo desde
que rompió con él hacía a Shane sentirse como un tonto.

—¿Cómo está su pierna hoy? —preguntó.

Jessica retiró un donut glaseado de manzana de la caja. —Mejor de lo


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esperado. Esos ejercicios que has estado haciéndole realmente le han ayudado.
¿Has considerado alguna vez estudiar terapia física?

Shane pensó en las horas que había pasado intentando evitar la atrofia en los
músculos de Guy. —No. Soy un nerd. Siempre lo he sido y siempre va a ser
así, lo que significa que mi sitio es estar en casa frente a mi ordenador.

—Es una lástima porque has hecho un buen trabajo. Una vez que Guy esté
listo, no debería tardar mucho en sentirse cómodo con la prótesis.

A pesar de que Guy había sufrido el periodo de abstinencia de alcohol


mientras que estaba en coma, la necesaria amputación de su pierna derecha
por debajo de la rodilla preocupaba a Shane más que cualquier otra cosa. Guy
era un esquiador de nivel mundial, o al menos lo había sido antes de comenzar
con la bebida. ¿Cómo un hombre así manejaría la pérdida de un miembro?

—¿Qué ocurrió con el psicólogo? —preguntó.

—El Dr. Murphy intentó hacerle comprender que la única forma de salvar su
vida era amputar. El Sr. Hoisington se enfadó, pero es de esperar en casos
como este. Gritó y amenazó con demandar al hospital, pero al final se calmó.

Shane no discutió, pero sinceramente lo dudaba. Guy no era el tipo de hombre


que se calmaba después razonar con él. —Puede que sea mejor que regrese
después de que haya podido hablar con el doctor.

—No seas tonto. —Jessica fue a alcanzar la mano de Shane cuando el médico
de Guy apareció en la esquina. —Buenos días, Dr. Porter.

—Buenos días, Jess —el Dr. Rick Porter respondió, y desapareció en la


habitación de Guy.

Sin estar preparado para que se descubriese su engaño, Shane elevó su pulgar
hacia el ascensor. —Tengo unas diligencias que hacer en la ciudad, me
acercaré más tarde.
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—Realmente no es...

—Está bien —Shane dijo, cortándola—. Si no lo hago ahora, tendré que


hacerlo antes de regresar de nuevo a Cattle Valley de todos modos. —Pulsó el
botón del ascensor y subió nada más abrirse las puertas. No podía retrasar
reunirse con Guy por mucho, pero necesitaba algo de tiempo para reunir
coraje primero.

Con las sábanas apartadas, Guy miraba fijamente el muñón que le había
quedado. Según el cirujano, el miembro aplastado no le habría hecho mucho
bien de todos modos, y cuando apareció la infección, un panel de doctores
decidió quitar la parte dañada de su pierna para salvar su vida. No estaba
seguro de estar de acuerdo con su evaluación. Sin dos piernas, él no era nada.

La puerta de su habitación se abrió y apareció una enfermera, llevando una


pequeña taza. —El Dr. Porter dijo que podrías tomar un poco de caldo.

«¿Caldo?» Guy no había comido nada sólido en casi un mes. —¿Cuándo voy
a poder tener comida de verdad?

—Eso depende de lo bien que te siente esto. —Jessica dejó la taza en la mesita
junto a la cama de Guy antes de ponerse a estirar la manta—. Tuviste una
visita antes.

—¿Mi padre? —Guy preguntó. Había esperado que su padre le visitase una
vez que el hospital le informara que estaba despierto.

—No. Lo siento. —Acercó la bandeja más cerca a la cama—. Shane se pasó


por aquí, pero el Dr. Porter vino a verte, por lo que dijo que regresaría más
tarde —Jessica dejó la taza en frente de Guy.

¿Por qué infiernos Shane le visitaría? No es como si los dos hombres fuesen
amigos desde que Guy apartó de su vida al joven nerd. Antes de poder
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expresar su pregunta, Jessica habló de nuevo.

»No estés molesto con él por no estar aquí cuando despertaste. Prácticamente
ha vivido en esta habitación las dos semanas siguientes al accidente, y no fue
hasta que el capellán vino a hablar con él que accedió ir a casa y sólo visitarte
unas veces a la semana, pero entre tú y yo, creo que habría estado aquí más si
tuviese dinero para gasoil.

Guy miró fijamente el líquido amarillo frente a él.

«Caldo». A pesar de que las visitas de Shane no tenían ningún sentido para él,
el comentario de Jessica sobre que Shane no tenía dinero le confundió. Guy
sabía que Shane trabajaba en unos proyectos especiales para Asa
Montgomery, lo que significaba que tenía que ganar bastante dinero.

—No dejes que Shane te engañe, estoy seguro de que su cuenta bancaria está
perfectamente bien —Guy gruñó.

Jessica se mordió el labio inferior y negó con la cabeza. —Probablemente no


debería decirte esto, pero después del accidente, no pudimos encontrar una
cartilla sanitaria en tu cartera. La administración del hospital se puso en
contacto con tu padre varias veces pero…

Guy cerró los ojos cuando la voz de Jessica se fue desvaneciendo. Su padre a
penas había hablado con él desde que salió. No había importado que toda la
maldita situación hubiese sido culpa de su padre en primer lugar. Una vez que
los acuerdos publicitarios se acabaron y el dinero dejó de entrar, su padre le
abandonó.

«¡Joder!»

Guy respiró profundamente. Enfadarse con su padre no solucionaría una


maldita cosa. Afortunadamente, porque no era un completo idiota, tenía
seguro médico. Aprendió a la fuerza, después de sufrir una fisura poco
después de las Olimpiadas de 2006, que una herida sin seguro era
malditamente cara. 6
—Tengo seguro —dijo a la enfermera.

Jessica se mordió el labio de nuevo. —No lo sabremos seguro hasta que nos
pongamos en contacto con ellos, pero ibas legalmente bebido cuando
golpeaste a Riley Banks. La mayoría de las aseguradoras ponen problemas
para pagar si resultaste herido al conducir en malas condiciones.

Guy descansó su cabeza sobre la almohada y cerró los ojos. Intentó recordar el
accidente, pero estaba en blanco. —¿Cuánto daño sufrió?

—Fue transportado en avión a otro hospital, por lo que no soy muy positiva,
pero por lo que he escuchado, tenía tres fracturas en su pierna, sangrado
interno y laceraciones serias en su cara. Está en un hospital de habilitación
aquí en Sheridan ahora.

Guy no necesitaba preguntar nada más respecto a Riley. Abrió los ojos y miró
a la enfermera. —¿Han llamado ya al sheriff Blackfeather?

Jessica asintió. —Lo siento, pero teníamos órdenes de contactarle si, y


cuando, despertases.

Guy miró a la puerta cerrada, esperando que Ryan Blackfeather irrumpiera en


cualquier momento y le pusiese bajo arresto. La declaración de Jessica le
golpeó fuerte. No había duda de que cumpliría condena por lo que había
hecho, pero fue la incertidumbre del personal del hospital sobre si abriría o no
los ojos de nuevo lo que realmente le afectó.

Rápidamente sumó los obstáculos a los que debería enfrentarse. Su mayor


activo, el hotel, ya no le daba dinero, su seguro no iba a pagar de buena gana
los gastos de hospital y probablemente pasaría un buen tiempo tras rejas. Oh,
y luego estaba Shane. —Cuánto dinero ha pagado Shane a mi cuenta?

—No lo sé. Puedo mandar a alguien de la oficina si te sientes con ganas —


Jessica respondió.

—Sí. —Puede que si se concentraba en el dinero pudiese apartar de su mente


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el hecho de que nunca volvería a esquiar.

Shane tardó dos días en encontrar las fuerzas para regresar al hospital, y
cuando subió al ascensor, continuó intentando convencerse para no enfrentar a
Guy. No tenía duda de que Guy estaría furioso por pretender ser su pareja y
que se encargaría de informar al personal de enfermería que no era bien
recibido en su habitación.

Shane salió del ascensor y esperó a que seguridad le rodease. En su lugar,


Connie, una de las enfermeras de fin de semana, al doblar la esquina, se paró.

—Estábamos preocupados por ti. ¿Está todo bien? —preguntó.

Shane asintió.

—Guy ha preguntado por ti sin cesar, pero no sabíamos qué decirle. —Agitó
su dedo—. Tienes que conseguirte un teléfono.

—Tienes razón —Shane murmuró. No sabía lo que ocurría. ¿Salió del


ascensor en un universo paralelo? —¿Cómo lo está llevando?

—Tan bien como se puede esperar. El Sheriff Blackfeather estuvo ayer aquí.
—La expresión de Connie dijo a Shane todo lo que necesitaba saber.

Shane echó una ojeada bajando el pasillo a la habitación de Guy, esperando


ver a un oficial apostado allí. —¿Está despierto?

Connie negó. —No estoy segura. Ha estado bastante gruñón, por lo que le
hemos dejado solo todo lo posible.

Shane sintió la necesidad de confesarse a la amable mujer antes de servir de


alimento para el león.

—Tengo que decirte algo —tragó junto al bulto formado en su garganta antes 8
de continuar—. Actualmente no soy la pareja de Guy. Salimos unas cuantas
veces, pero él lo cortó bastante rápido.

Connie sonrió. —Sí, nos lo imaginamos una vez que despertó —negó—. Eres
un joven demasiado agradable para él. Cuando estaba en coma y escuchamos
lo que había hecho, asumimos que estaba pasando por un mal momento
porque no podíamos imaginar que tuviese a alguien tan devoto como tú sin ser
un buen tipo. En los últimos días hemos llegado a pensar de otra manera.

Shane no pudo evitar defender a Guy. —No le juzgues por su humor ahora.
Está pasando por mucho.

La sonrisa de Connie se transformó en una risa en toda regla. —Sí, eres


demasiado bueno para él.

Rompiendo el contacto visual, Shane miró hacia el pasillo una vez más. Se
preguntaba si habría regresado el recuerdo de Guy sobre la noche del
accidente. ¿Era esa la razón por la que preguntó por él? ¿Sabía Guy que el
accidente fue culpa de Shane? —Creo que voy a ir a hablar con él.

Comenzó a caminar, pero paró tras dar unos pasos. —Probablemente debería
disculparme por adelantado. Estoy seguro de que Guy va a ponerse ruidoso.

Connie con un gesto con la mano desestimó su preocupación. —No te


preocupes. Estamos acostumbrados a estas alturas.

Shane fue despacio a la habitación de Guy sin otra palabra. Paró frente a la
puerta y llamó suavemente antes de abrirla. —¿Estás despierto? —susurró.

—Entra aquí —Guy gruñó.

Shane entró en la habitación y cerró la puerta. Inseguro de lo que decir,


simplemente se quedó allí de pie mirando al suelo.

—Siéntate —Guy ordenó.

Shane echó un vistazo a su silla de costumbre y se preguntó si estaba


demasiado cerca a la cama de Guy para ser seguro. Podía decirle que las 9
enfermeras la habían movido de su sitio, por lo que despacio caminó hacia
ella. —Lo siento —dijo cuando tomó asiento—. Sé que mentí y no tenía
derecho a hacerlo.

—¿Por qué lo hiciste? —Guy reajustó su manta.

Shane se encogió de hombros. Si Guy le estaba haciendo preguntas, quizás su


memoria no había regresado. Decidió salir con una verdad a medias y ver a
donde le llevaba eso—. Estabas solo y sé lo que se siente.

—Mírame.

Shane respiró profundamente antes de reunirse con la mirada de Guy.

»He sido un completo capullo contigo, por lo que no puedo comprender por
qué te importaría una mierda si estoy solo o no.

Shane se negaba a confesar sus injustificados sentimientos por Guy o la


conversación que tuvieron la noche del accidente, por lo que se encogió de
hombros de nuevo. —Te lo dije, nadie se merece estar solo.

—¿Y el dinero que has pagado al hospital? ¿Se supone que debo creer que lo
hiciste porque no había nadie mas? —Guy preguntó.

—Una vez que tu pierna sanó hasta el punto en que sabían que tu vida no
estaba en peligro, hablaron de trasladarte a una fundación financiada por el
gobierno y sabía que no recibirías la misma atención allí. El personal aquí es
fantástico, y quería que tuvieses todo lo que necesitas para recuperarte —
Shane explicó.

Guy estuvo un tiempo en silencio. —Gracias —murmuró—. El problema es


que no sé cómo voy a devolvértelo. Me he exprimido el cerebro intentando
averiguarlo. Tengo la casa y el hotel, pero no sé cual es el valor del hotel en
este momento.

Shane negó con la cabeza. —No vendas el hotel. —También había pensado
mucho en la situación de Guy y aunque no estaba seguro de que su sugerencia 10
fuese bien recibida, se le ocurrió un plan que pensaba podría funcionar.

—¿Crees que debería vender mi casa? Está pagada. No sé cuánto tiempo voy a
estar encerrado, pero Ryan me aseguró que estaría un tiempo. ¿Dónde voy a
vivir una vez que salga?

Shane se inclinó hacia adelante y descansó sus antebrazos en sus rodillas. —


Puedes vivir en el hotel. He pensado en ello, y creo que Tall Pines puede dar
un giro con una buena dirección y una buena dosis de relaciones públicas
positivas. Hay un grupo de Montana que está especializado en vacaciones
LGBT. Creo que puedes convertir a Cattle Valley en «el» lugar de vacaciones
para la comunidad LGBT.

—Ya lo he intentado. No funcionó —Guy discutió.

—No, no lo has hecho. Contabas con tu nombre para atraer a la gente. Creo
que es hora de que permitas que Tall Pines hable por sí mismo —Shane paró,
pero continuó cuando notó el interés en la expresión de Guy—. Es sólo una
sugerencia, pero podrías devolverme el dinero dándome un porcentaje del
hotel. Mientras que tratas con tus problemas legales, yo podría trabajar en
ponerlo en funcionamiento de nuevo. Con suerte, un nuevo sitio web y un
millón de llamadas telefónicas; puedo colaborar para tener la cabaña en vías
de recuperación mientras cumples sentencia.

Guy desvió la mirada y miró al suelo. —No tienes ninguna experiencia en la


industria hotelera.

—Tampoco la tenías tú —Shane le señaló—. No voy a decir que puedo hacer


un trabajo mejor, pero no soy demasiado orgulloso para pedir ayuda. Asa tiene
un infierno de departamento de marketing, y estoy seguro de que me daría
permiso para hablar con ellos.

—Asa no va a levantar un dedo para ayudarme —Guy declaró.

—Puede que no, pero si participo en el negocio, creo que me ayudará si se lo


pido. —Shane estaba seguro. Asa tenía mucho en su plato entre las empresas
Montgomery y su más nuevo proyecto, Lobster Cove, pero Shane estaba
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seguro de que Asa le ayudaría en lo que pudiese—. ¿Qué tienes que perder?

—Nada. Ese es el problema. —Guy miró la longitud de su cuerpo—. Como ya


sabes, no tengo nada que ofrecer tampoco.

Shane comprendía el estado de ánimo de Guy, pero no era sano para él


centrarse en lo que no se podía cambiar. —Eso no es cierto —discutió.
Necesitaba dar a Guy algo en lo que centrarse. —Estás sobrio por primera vez
en años. Úsalo en tu beneficio. Una vez que seas libre, tendrás una ciudad
entera a la que demostrar tu cambio.

—No voy a comenzar a besar culos para conseguir su perdón —Guy


murmuró.

La cara de Shane se acaloró al llenarse de cólera. —Nadie te está pidiendo que


prepares los labios, pero sería agradable que dejes de actuar como un capullo.
—Se paró para evitar continuar. La última cosa que Guy necesitaba era ser
atacado por la única persona que estaba dispuesta a hablar con él—. Lo siento.

Guy cerró los ojos. —No lo sientas.

Cuando Guy no abrió los ojos de nuevo, Shane pensó que se había quedado
dormido. Comenzó a salir de la habitación, pero paró cuando Guy habló.

—Prepara los papeles que necesites. Y Carlson me vendió la casa, así que
podría conocer a alguien que quiera comprarla, pero asegúrate de que la visita
antes de ponerle precio. Puede parecer una locura, pero he hecho muchas
mejoras.

—Podría ir primero y limpiarla, pero necesitaré las llaves. —Shane había


estado dentro de la casa de Guy exactamente seis veces pero nunca había ido
más allá del dormitorio.

—El sheriff probablemente las tiene. Llamaré a Ryan y le pediré que te las
facilite —Guy recompensó a Shane con una ligera sonrisa en su hermosa
cara—. ¿También voy a estar en deuda por la limpieza?
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Shane le sonrió de vuelta. —Eso depende de lo sucia que esté la casa.

La expresión de Guy cayó. —Para ser honesto, no tengo ni idea —miró hacia
la ventana—.

No recuerdo mucho del último año.

Shane luchó contra la necesidad de confortar a Guy.

—Sí —finalmente dijo. En cierto modo, era algo bueno que Guy no recordase
nada de lo ocurrido antes del accidente—. Bueno, como dije, tienes mucho
que reconstruir una vez que estés libre. —Se puso de pie—. Te haré saber lo
que averigüe —dijo mientras se preparaba para salir.

—Hay una caja fuerte de color verde oscuro en el cajón inferior de mi


escritorio. Por favor, no la abras —Guy dijo a Shane antes de que abandonase
la habitación.

Había algo en el tono de Guy que le preocupó. Shane había luchado


personalmente contra la cólera de Guy, la agresividad, la arrogancia, la
crueldad, e incluso su lado más tierno, pero si no estaba confundido, Guy
sonaba avergonzado cuando rogó a Shane que no abriese la misteriosa caja
verde.

El agarre de Shane en la manija de la puerta se endureció mientras se


preguntaba qué infiernos podía avergonzar a un hombre como Guy después de
todo lo que había hecho. —¿Quieres que la traiga conmigo la próxima vez que
venga?

Guy negó con la cabeza pero no miró a Shane. —Sólo ponla en un sitio seguro
y prométeme que no la abrirás.

—No la abriré.

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Shane entró en la estación de policía y paró frente a la mesa de Pam Gleason.
Pam había sido la despachadora desde que se mudó a Cattle Valley. —¿Está
Ryan aquí?

Pam miró por encima de su hombro hacia el pasillo. —Sí, y su puerta está
abierta, por lo que puedes ir.

–Gracias. —Shane se dirigió a la oficina de Ryan, preguntándose qué tipo de


recibimiento tendría. Dio un golpe a la puerta abierta.

Ryan levantó la mirada de la pantalla del ordenador. —Entra.

—Siento interrumpir, pero me preguntaba si tendrías unos minutos para


hablar. —Shane sabía que Ryan era amigo de Riley, por lo que necesitaba ir
con cuidado.

—Claro. —Ryan señaló una de las sillas frente a su escritorio—. Guy acaba
de llamar, así que sé por lo que estás aquí.

Shane tomó asiento. —¿Te dijo que iba a vender la casa?

—Sí. —Los ojos de Ryan se estrecharon—. También me habló del hotel —


comentó mientras negaba—. ¿En qué estás pensando? Cuando Guy salga
libre, lo mejor para él sería salir como el infierno del pueblo.

Shane secó sus palmas sudorosas en el suave material de sus pantalones caqui.
—Lo siento, señor, pero no estoy de acuerdo.

Ryan se recostó en su silla y cruzó los brazos sobre su pecho. —¿En serio? ¿Y
por qué no?

—No estoy seguro, pero creo que la única forma de que Guy pueda mejorar es
que vuelva a poder recuperar su auto respeto, y para hacer eso, tiene que
enfrentar a la gente que ha dañado y enmendarlo. No puede hacer eso si se
marcha.

Recuerdos del pasado de Shane amenazaron con abrumarle, pero los apartó.
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—¿Y qué paso es ese en el compromiso de Alcohólicos Anónimos? —Ryan
preguntó.

—Nueve —Shane respondió.

—¿Has vivido con un alcohólico antes? —Era obvio que Ryan también
conocía el camino que los alcohólicos se comprometían a seguir para
encontrar la paz interior.

—Sí. Mi mamá y papá no se molestaron en hacer nada sobre su problema,


pero me uní a Alcohólicos Anónimos cuando tenía trece. —Eso era todo lo
lejos que Shane estaba dispuesto a ir sobre su pasado.

—¿Y el hotel? ¿Por qué te involucras en ese proyecto? ¿Asa no te tiene lo


suficiente ocupado?

—Porque si Tall Pines es un éxito, la ciudad entera sale beneficiada. Sé que


nos hemos quedado sin espacio para expandirnos, y necesitaremos un modo
para atraer gente aquí _ aunque sólo sea durante unos días. Con el matrimonio
gay siendo legal ahora, podemos establecer el hotel como el destino de la
capital de los Estados Unidos.

—Y hacer que Guy gane mucho dinero en el proceso —Ryan señaló—. Sólo
te digo, Shane, que el karma va a morder a Guy en el culo uno de estos días.

Shane suspiró. Era obvio que llevaría más que unas palabras cambiar la forma
de pensar de Ryan. —No se trata sólo de Guy. Sé que la ha jodido tantas veces
que es difícil verlo como nada más que un gigantesco imbécil. Créeme, he
conocido en primera mano el gran bastardo que el hombre puede ser, pero esto
es más grande que Guy y tu odio hacia él.

Ryan descruzó los brazos y se inclinó hacia delante en su silla. —Soy una
persona, así que perdona si dudo que mi desagrado hacia Guy vaya a hacer o
estropear lo que vas intentar en el hotel.

—Estás equivocado. La gente de la zona sigue tu liderazgo, lo sé. No te estoy


pidiendo que perdones a Guy por todas las cosas de mierda que ha hecho.
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Todo lo que pido es tu apoyo para traer un nuevo negocio a Tall Pines. Estoy
dispuesto a hacerlo por mi propia cuenta, pero sería agradable no tener que
hacerlo.

Ryan dejó salir un gruñido. —Bien. Te daré el apoyo que necesites, pero no
puedo prometer nada respecto a Guy.

—No necesito promesas —Shane respondió. Sabía de primera mano que las
promesas eran sólo palabras—. ¿Llaves?

Ryan buscó en el cajón superior. —No ha estado nadie en la casa desde el


accidente —aclaró y lanzó las llaves a Shane.

—Sí. —Shane metió las llaves en su bolsillo—. Gracias.

Shane salía de la oficina cuando Ryan le paró.

—Si necesitas ayuda, llámame.

Shane sonrió para sí mismo pero no se giró. Ryan era un buen hombre y, sin
importar sus sentimientos hacia Guy, el sheriff no dejaría ir a Shane solo si
podía ayudar. —Lo aprecio —Shane dijo antes de salir.

Shane metió las manos en los bolsillos mientras vagaba por el salón. La casa
estaba plagada de botellas vacías, condones usados y cajas de comida a
domicilio. Suspiró. La tarea que tenía en frente de él era enorme. Negó con la
cabeza y continuó bajando el largo pasillo que llevaba al dormitorio principal.

—Infiernos. —Había esperado que fuese peor que la sección principal de la


casa, pero no se había esperado lo que presenció. La cama estaba despojada de
sábanas, con nada más que el colchón desnudo y manchado para dormir, lo
que realmente era algo bueno ya que el lino en el suelo estaba cubierto de
vómito.
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Guy probablemente no tenía ni idea de cómo estaba viviendo antes del
accidente, así que Shane decidió mostrárselo. Ya que no tenía un teléfono,
tendría que hacer una carrera a la droguería para conseguir una cámara, y juró
no tocar nada hasta haberlo dejado plasmado para Guy, porque a veces, una
foto valía más que mil palabras.

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«Gota. Gota. Gota.»
Guy Hoisington miraba fijamente en la oscura celda de la cárcel al pequeño
lavabo de metal en la esquina. Había pedido a los guardias numerosas veces
que repararan la constante gotera del grifo, pero le ignoraron. Puede que fuese
igual en todas las celdas; algún tipo sutil de tortura.
—¿Estás despierto? —Carl preguntó.
Guy no se molestó en responder. Carl era un celador bastante bueno, pero no
eran amigos y nunca lo serían.
En su lugar, Guy se concentró en el constante ruido del agua al gotear en el
lavabo. En menos de dos días, sería liberado después de cumplir seis meses de
una sentencia de doce meses, y estaba muerto de miedo. Regresaría a Cattle
Valley porque no tenía otro sitio al que ir. Se vio forzado a vender su casa
para pagar los honorarios de los abogados y multas, pero consiguió conservar
la propiedad parcial del hotel de esquí Tall Pines. No significaba mucho.
Antes del accidente, el hotel había estado cerrado por escasez de turistas.
Afortunadamente, Riley consiguió con el tiempo recuperarse de sus heridas.
Riley al menos tuvo suerte en ese sentido. Guy pensó en la pierna protésica de
bajo precio que había pagado el estado. Se acabaron los días de bajar
esquiando las tranquilas pendientes de nieve del hotel. Se acabaron los días de
mirarse en el espejo y amar la hermosa cara que solía devolverle la mirada. Se
acabó el respeto que había visto en los ojos de la gente cuando se mudó a
Cattle Valley.
Guy rio en silencio. ¿A quién quería engañar? El brillo de su medalla 18
Olímpica de oro no había durado mucho una vez que la comunidad descubrió
lo capullo que era. Tuvo sus razones, y Shane fue la única persona que intentó
echar abajo sus muros. Desafortunadamente, los esfuerzos de Shane llegaron
demasiado tarde. Ahora, no esperaba nada en el futuro más que la venganza
del compañero de Riley, Snake, sin duda. No podía culpar al hombre.
Infiernos, no podía culpar a nadir por odiarle.
»¿Crees que pondrán a uno de esos maricas aquí conmigo cuando te vayas? —
Carl preguntó.
Guy respiró profunda y calmadamente. Desde que salió después de las
Olimpiadas, no había mucha gente que no conociese su orientación sexual. —
Cállate.
—Sin ofender, hombre. Eres un tipo distinto de marica porque, en las tres
semanas que he estado aquí, no has intentado nada conmigo.
Guy no indicó al bufón intolerante que no estaba interesado en joder a un
hombre rechoncho y calvo con sobrepeso. Miró fijamente a la litera hundida
encima de él y quiso decir a Carl la verdad. El sexo había sido lo último en su
mente desde que despertó del coma. Las cicatrices en su cama podían llegar a
ser menos visibles con cirugía, pero no tenía dinero para eso. Su única
esperanza era que Shane pudiese hacer lo que le había prometido y dar un giro
al hotel.
Cómo infiernos dejó que Shane le convenciese para cederle la mitad de su
negocio, nadie lo sabía. Debería haber pagado a Shane el dinero que le debía
de lo que quedó de la venta de su casa, pero, una vez más, Shane le convenció
para invertir los fondos en reconstruir la reputación del hotel.
Guy pensó en la reciente visita de Shane. Al igual que hizo en el hospital,
Shane arrastraba su culo a la cárcel del condado cada semana para comprobar
cómo iba y comentarle el progreso en el hotel. La peor parte de la situación
era cuánto ansiaba ver la cara de Shane todos los sábados. Había intentado
como el infierno olvidar su breve aventura, pero cada vez que Shane aparecía
y se sentaba frente a él, recordaba un poco más. Los recuerdos de su tiempo 19
juntos servían para recordarle por qué rompió con él y cómo rompió con él.
Ese era el motivo por el que no podía comprender los motivos de Shane. ¿Por
qué en nombre de Dios Shane se pondría al borde de la ruina financiera por
él? Guy pensó en su padre y cómo habían vivido como pobres para pagar el
caro entrenamiento hasta que Brandon Miles se ofreció a entrenarlo en
privado. Como un idiota, siempre había pensado que su padre no sabía lo que
Brandon le forzaba a hacer. Había permitido que su padre manejase su carrera
porque le parecía razonable pagar comisiones a la única persona que siempre
había creído en él. Poco había sabido que no era más que una mina de oro, y
una vez que el chantaje comenzó, su única familia le abandonaría.
Guy se alejó del sonido del goteo del grifo y usó su brazo para complementar
la casi transparente almohada que le habían dado. Contra más pensaba en los
motivos de Shane, más convencido estaba Guy de qué su padre y Shane eran
iguales. Shane estaba siendo agradable simplemente para atraerlo, pero al
minuto en que el hotel fuese a pique, Shane le daría la espalda como su padre
había hecho.
—Lo que sea —Guy susurró a la pared de cemento. Tenía que recordar que la
preocupación de Shane era simplemente una actuación.

—Buenos días, Audrey —Shane saludó a la nueva gerente del hotel al


acercarse a recepción. Se apoyó en el mostrador frente a la atractiva mujer—.
¿Está todo listo para los organizadores del retiro GRL1?
—Eso depende. Sé que me dijiste que los pusiese en un par de cabañas, pero
creo que sería mejor que permaneciesen en el hotel. Es difícil sentirse cómodo
con un sitio a menos que te rodeé. Tenemos dos suites disponibles que serían
perfectas para ellos.
Shane confiaba en la sugerencia de Audrey porque había probado en más de
una ocasión que conocía a su personal. Fue una bendición para el hotel cuando
Nate, el alcalde la ciudad, le pasó a él su solicitud de residencia. Audrey había 20
1
GRL: Retiro de romance gay de chicas.
sido gerente de convenciones en un prestigioso hotel de conferencias en
Dallas, pero después de un violento ataque en el parking del hotel, deseaba
alejarse de la ciudad. Fue algo bueno para Tall Pines que ella quisiera vivir en
una de las cabañas más antiguas de la propiedad para complementar el
pequeño sueldo que la cabaña podía pagarla hasta que se recuperasen.
—Haz lo que creas mejor —Shane le dijo. Cogió la gruesa libreta—. Voy a
recoger a Guy. Si puedo, le comentaré los cambios sobre los que hemos
hablado.
—Bien. ¿Regresarás a tiempo para la reunión? —preguntó.
—Debería, ¿pero por qué no les preguntas si podemos aplazarlo a las seis?
Diles que les compraré la cena en el Grizzly Bar. Mientras esperan, tú o
alguien más del personal puede mostrarles los alrededores de la propiedad —
Shane sugirió. Le gustaría haber sabido la fecha exacta de la salida de Guy
cuando invitó a las representantes de las chicas a visitar el hotel.
Desafortunadamente, no tenía otra opción más que dejar a Guy instalado antes
de ir a toda prisa a entretener a sus invitados.
—Puedo hacer eso. —Audrey de repente parecía incómoda—. Um, ¿El Sr.
Hoisington se unirá al grupo para la cena?
—No. —Shane no tenía intención de presentar a Guy a nadie en el hotel hasta
que pudiese evaluar su actitud y condición mental. Una cosa era que se
mantuviese sobrio y asistiese a reuniones de Alcohólicos Anónimos mientras
estaba en la cárcel, pero hasta que Shane supiese con certeza que su
compañero de negocios podía resistir la tentación, planeaba mantenerle
alejado del trabajo diario en el hotel—. Imagino que necesitará un tiempo para
ajustarse.
—De acuerdo —le respondió.
Shane colocó la libreta bajo su brazo. —Te veo más tarde.
Audrey asintió y le dio una tentativa de sonrisa.
Shane sabía que Audrey estaba preocupada por él. Cometió el error de 21
derramar la historia completa de su pasada relación con Guy, si podía llamarla
así, tomando unas copas en el Grizzly Bar poco después de haberla contratado.
Aún no sabía por qué había confesado sus sentimientos no correspondidos por
Guy a una mujer que apenas conocía, pero no era como si pudiese hablar con
alguno de sus amigos sobre ello porque toda la ciudad odiaba a Guy.
El momento en que abrió la puerta de la entrada del hotel, el bramante viento
robó el asimiento que tenía sobre el intrincado picaporte de latón. Alzó la vista
al cielo y se preguntó si iban a tener una nieve temprana. Era finales de
septiembre, y cualquier cosa era posible en las zonas más elevadas. Sostuvo
con fuerza la chaqueta a su alrededor y cruzó corriendo el aparcamiento. Una
vez que estaba detrás del volante, sacó su teléfono. Había pasado casi una
semana desde que habló con Riley, y le había prometido que le llamaría
cuando recogiese a Guy.
—Hey —Riley contestó.
—Hey —Shane respondió—. ¿Qué tal estás? —Nunca fue bueno hablando
por teléfono, pero lo intentó con Riley. Desde el accidente, él y Riley se
hicieron amigos aunque no hablasen muy a menudo. No era culpa de Riley,
con frecuencia invitaba a Shane a cenar, pero Shane sabía que la pareja de
Riley, Snake, encontraba duro estar a su alrededor a causa de la relación de
Shane con Guy.
—Casi de vuelta a la normalidad. Tengo que usar un bastón si planeo caminar
bastante tiempo, pero estoy bien con los asuntos cotidianos.
—Eso es bueno. —Shane buscó algo más que decir, pero Riley le salvó.
—¿Aún estás trabajando en el hotel? —Riley preguntó.
—Sí. Está mejorando mucho. He contratado a una nueva gran gerente. Es
firme y muy agradable y tiene un montón de buenas ideas. —Shane se lamió
los labios. Sabía que necesitaba llegar a la razón de su llamada—. No quiero
molestarte, pero quería que supieses que voy de camino a recoger a Guy.
—Oh —Riley dijo con voz suave. 22
—No quería que te cogiese por sorpresa si le ves en la ciudad o algo —Shane
explicó.
—¿Crees que podrá permanecer sobrio? —Riley preguntó.
—Eso espero. Ha tenido la suerte de poder desintoxicarse mientras que aún
estaba en coma, y ha estado asistiendo a reuniones de Alcohólicos Anónimos
casi todos los días. Desde luego, no atenderá tan a menudo ahora que está
afuera, pero ya he hecho arreglos con uno de nuestros conductores aquí en el
hotel para que le lleve a Sheridan al menos una vez a la semana.
—Eso es genial.
—Sí —Shane asintió. Se sentía extraño hablando con Riley de Guy. Después
de todo, si alguien en Cattle Valley tenía derecho a odiar a Guy, era Riley.
Afortunadamente, Shane sabía que Riley no sería un problema.
Desafortunadamente, el protector compañero de Riley, Snake, sí lo sería.
—Sé que probablemente suene extraño, pero espero sinceramente que lo haga
bien. Guy fue un imbécil conmigo antes del accidente, pero el alcohol cambia
a la gente —Riley dijo.
—Tienes razón. —Shane pensó en sus padres. Fueron alcohólicos toda su
niñez y aunque ocasionalmente estaban lo suficientemente sobrios para
recordar que tenían un niño, nunca duró mucho más que otro viaje a la
licorería.
—Como sea —Shane empezó—, tengo que salir, pero quería llamar y
hacértelo saber.
Riley suspiró. —Lo aprecio. Me dará tiempo para pensar como decírselo a
Snake.
—Sé que Snake querrá confrontar a Guy en algún momento, y no estoy
diciendo que no esté justificado, pero pienso que Guy necesita poder
aclimatarse a sus nuevas circunstancias antes de verse forzado a enfrentarse a
alguien de la talla y fuerza de Snake. —Shane pasó sus dedos por el
salpicadero, frunciendo el ceño ante la fina capa de suciedad que cubrió sus 23
dedos. Antes de comenzar a trabajar y vivir en Tall Pines, su coche
resplandecía. Ahora apenas tenía tiempo para lavar su propio cuerpo, mucho
menos su coche.
—No te preocupes por eso. Ya he hablado con Snake para que se mantenga
alejado de Guy. Guy puede no ser mi persona favorita, pero ha pagado por su
crimen. Al menos para mis ojos. No estoy tan seguro de cómo se siente el
resto de la ciudad, pero esa es mi opinión —Riley dijo.
—Gracias. —Shane cogió una servilleta de papel de su consola para limpiarse
los dedos. —¿Hablamos después entonces?
—Seguro. Dame una llamada si quieres almorzar o algo.
—Lo haré —Shane afirmó antes de colgar. Aún no sabía qué tipo de
recibimiento tendría Guy en la ciudad, pero rogaba que la gente al menos
diese a Guy la oportunidad de mostrar el tipo de hombre que podía ser sin
alcohol en su sistema.

Guy paró en la puerta y miró al guapo y delgado hombre apoyado en el Prius


blanco. Una chispa de resentimiento le golpeó al ver a Shane, lo que no tenía
sentido porque sin Shane realmente estaría jodido. «Mierda.» Respiró
profundamente y se dirigió al coche. Como siempre, sentía la mirada de Shane
en su pierna protésica mientras caminaba. Mordió el interior de su mejilla para
evitar insultar a su audiencia.
—¿Puedes tú solo? —Shane preguntó cuándo Guy alcanzó la manija de la
puerta del pasajero.
Guy miró a Shane sobre el capó del coche. —¿Te estás burlando?
Shane abrió ampliamente los ojos. —No, me refiero… sé que mi coche es
mucho más pequeño al que estás acostumbrado, y no sabía si con tu pierna
necesitas que eche hacia atrás el asiento o algo.
—Estoy bien. —Con su espalda en el asiento, Guy se sentó antes de meter sus
24
piernas dentro del compacto vehículo. Sabía que debía agradecer que el estado
hubiese accedido a pagar su prótesis, ya que no tenía el dinero para comprar
una él, pero la maldita cosa, era rígida como una tabla y llenaba de ampollas
su muñón si intentaba caminar mucho. Mantuvo su atención en el exterior de
la ventana lateral cuando escuchó a Shane entrar y preparar el coche para
regresar a Cattle Valley—. ¿Te importa si paramos en algún sitio en el camino
para comer algo?
—No me importa. ¿Has tenido algún antojo en particular? —Shane preguntó.
—Infiernos, sí, ¿pero asumo que te refieres a uno distinto al burbon? —Guy
vio a Shane hacer una mueca por el rabillo del ojo—. Pollo frito.
—¿Quieres ir al Kentucky?
—En realidad no. Lo que me gustaría es el pollo frito de Jay, pero me han
ordenado alejarme de los bares, por lo que supongo que O´Brien está fuera y
el Kentucky Fried Chicken está dentro.
—Tengo una cena de trabajo en unas horas, pero siempre puedo parar en
O´Brien y traerte pollo para llevar de Jay.
Guy se giró para mirar a Shane. —¿Qué tipo de cena de trabajo? —Había algo
diferente en Shane, pero no podía señalar lo que era. ¿Tenía que ver con sus
planes de cena?
—Del mismo tipo que he tenido cerca de dos veces a la semana desde que
comenzamos la campaña de márketing para la cabaña. Esta noche me reúno
con un grupo de autores que organiza un retiro de romance gay —Shane
explicó.
—¿Eso es real? —Guy había leído durante su estancia en prisión, pero
normalmente sobre ciencia ficción. Ahora que estaba fuera, no sabía si
continuaría la rutina, pero leer historias con personajes gay le intrigaba.
—Sí. Tienen un buen número de ellos en la librería de la ciudad. —Shane paró
en una intersección—. Entonces, izquierda a Cattle Valley, derecha a
Kentucky Fried Chicken. ¿Cuál escojo? 25
—A Jay —Guy dijo, pero mientras más se acercaban a Cattle Valley, más se
lamentaba de su decisión. Sólo había dos millas desde el desvío al hotel
cuando sus nervios finalmente fueron más fuertes que él—. Olvida el pollo.
Llévame a casa.
Shane apartó la mirada de la carretera para mirar a Guy. —No tomará más que
diez minutos ir a O´Brien y conseguirlo —dijo en un tono de voz que sonaba
como si hablase a un frágil pájaro.
—¡Maldita sea, sólo llévame a casa! —Guy explotó, antes de darse cuenta de
que su deslumbrante mini mansión ya no era su casa, sino la de alguien más.
Rompió contacto visual antes de murmurar—: o al hotel, lo que sea.
—De acuerdo —Shane asintió en tono suave de nuevo.
«¡Mierda!» Guy quería chillar. No había sido más que un capullo con Shane
durante años. No sólo no se merecía la comprensión de Shane, sino que le
enfurecía como el infierno. —Soy un capullo. Siempre he sido un capullo, y
probablemente siempre lo seré. Aún no sé cuál es tu juego, pero tienes que
saberlo. Sólo porque esté lisiado, roto y sea alcohólico no significa que puedas
tratarme como a un maldito niño.
Shane permaneció en silencio mientras salían a la carretera. No fue hasta que
estaban en la carretera que subía al hotel que finalmente habló. —Sé que eres
un capullo, créeme, he estado en el lado receptor de tu afilada lengua
suficientes veces para saberlo, pero pensé que un poco de comprensión te
ayudaría a atravesar los primeros meses de vida en el mundo exterior. Ha sido
fácil mantenerte sobrio en prisión, pero ya no estás allí. Serás tentado
constantemente para caer del vagón, por lo que he hecho todo lo posible para
que te sea más complicado poner tus manos en la bebida. He hecho que
cambien las cerraduras en todos los puntos de acceso que llevan al Grizzly
Bar, y he amenazado minuciosamente a los camareros y barman. Ezra y Wyn
no te quieren dentro de su bar de ninguna manera, pero no están mucho por
allí, por lo que será tarea de sus empleados negarse a servirte cuando tengan
abierto.
26
Guy se echó a reír. Shane pensaba que era muy listo, pero el hombre no tenía
ni idea. —¿Te has olvidado de los mini bares que hay en cada habitación?
¿Qué va a evitar que asalte el armario de suministros?
—Tenemos frigoríficos en cada habitación. Suspendí el mini bar. No
obteníamos mucho beneficio al tener huéspedes enfadados por los precios que
les cobrabas —Shane explicó. Ignoró el hotel y aparcó frente a una de las
cabañas de una habitación—. Hice que los de la mudanza almacenasen todo,
pero traje tu ropa y otros artículos personales aquí. Si decides que prefieres
tener una cabaña más apartada del hotel, házmelo saber, y haré que el personal
te ayude en la mudanza.
Guy odiaba la idea de extraños tocando sus pertenencias. —¿Dónde está el
almacén?
—Asa tenía espacio en su hangar en el aeródromo y dijo que podías usarlo
hasta que tuvieses tiempo para examinar todo y decidir lo que hacer con ello.
Te advierto, sin embargo, que tiré tu colchón porque estaba asqueroso. El sofá
tampoco estaba en buen estado, pero los de la limpieza consiguieron eliminar
la mayoría de las manchas, por lo que lo he conservado.
Guy frunció el ceño ante el pensamiento de sus amadas posesiones en el
hangar de aviones. Cuando compró su casa a Palmer Wynfield, llenó el
espacio con mobiliario de primerísima calidad. Muebles y arte por el valor de
miles y miles de dólares estaban ahora agolpados en una esquina de un
polvoriento edificio. —¿Por qué no trajiste mis cosas a una de las cabañas más
grandes?
Shane negó con la cabeza. —Porque esas cabañas más grandes nos dan mucho
dinero. Se han alquilado con regularidad desde que me he hecho cargo.
—Sí, has asumido muy bien la dirección —Guy murmuró. Quizás debería
vender el maldito hotel a Shane y terminar de una vez con esto, porque era
obvio que Shane pensaba que él estaba al mando—. ¿Y qué? ¿No tengo nada
que decir?
Shane suspiró. —Sí, puedes opinar, pero tengo que recordarte que me he
27
dejado el culo intentando sacar adelante este lugar para que tuvieses algo
esperándote al llegar a casa. Había esperado que mientras estabas lejos
descubrieses lo que realmente importa en el gran esquema de las cosas, pero
supongo que estaba equivocado.
—¿Qué se supone que significa eso? —A Guy le resultaba increíble la cara
dura de Shane. ¿Se supone que debería caer a sus rodillas en gratitud por
haberle puesto entre las cuerdas para compartir la propiedad del hotel?
—Significa que, antes del accidente, lo tenías todo; la casa enorme, lujosos
muebles, medallas de oro, el hotel, y ninguna de esas cosas parecieron hacerte
lo suficientemente feliz para vivir sin una botella. No soy estúpido. Sé que la
gente bebe porque es infeliz. Tenía la esperanza de que averiguases que esas
cosas no son lo que hace feliz a una persona.
—No sabes una mierda —Guy respondió.
—¿De verdad? ¿Por qué sino bebías? —Shane preguntó—. Por favor,
ilumíname.
Guy se negó a contestar la astuta pregunta. En su lugar, abrió la puerta. —He
terminado —anunció. Antes del accidente, habría salido enfurecido en un
ataque de cólera, pero entre su pierna protésica y el tamaño del estúpido
coche, se vio forzado a tardar varios minutos para salir del coche.
Shane se reunió con Guy en la acera frente a la cabaña y le dio la tarjeta de
acceso. —Tengo que revisar algunas cosas contigo, pero puedo decir por tu
humor que tu cabeza no está en el sitio correcto para tomar decisiones, por lo
que aplazaremos la discusión por ahora.
Guy arrebató la tarjeta de la mano a Guy y subió despacio los escalones del
porche. —Lo que sea.
—Te he comprado un nuevo teléfono. Está cargando en la cocina. He
programado varios números en él, incluido el mío y el de recepción. Como te
dije antes, tengo una cena de trabajo, pero si quieres hablar más tarde o
simplemente quieres compañía, hazme una llamada. 28
—Tranquilo, no va a ocurrir. —Guy volvió la espalda a Shane y metió la
tarjeta en la ranura.
—Oh, y tu caja fuerte está en la cómoda de la habitación.
—No la has abierto, ¿verdad?
—No. Me pediste que no la abriera.
—Bien. —Guy cerró la puerta tras él sin decir otra palabra a Shane. Con su
mente aún en la caja de los secretos, estudió su nueva casa. Las cabañas eran
agradables, se aseguró de eso cuando las mandó construir, pero aun así eran
simplemente habitaciones de hotel de gran tamaño decoradas rústicamente y
con chimenea de gas.
Guy entró al pequeño salón. Había pagado su mal humor con Shane y
probablemente tendría que disculparse finalmente, pero no estaba preparado
para fingir ser agradable. No habían entrado en detalles sobre el hotel, pero
podía decir por las plazas de aparcamiento que había tres veces más huéspedes
residiendo actualmente de los que había antes del accidente. Negó con la
cabeza. «Accidente.» Terrible descripción para lo que había ocurrido.
Aún no tenía ningún recuerdo del accidente que había arruinado su vida o los
acontecimientos que le llevaron a él. Claro, le habían parado, multado e
incluso metido en prisión de la noche a la mañana por conducir bebido, pero
debió haber estado malditamente cerca del coma acorde a su tasa de alcohol
tras el accidente. Él venía del hotel, lo que tampoco tenía sentido para él. En el
pasado, si comenzaba a beber en el Grizzly Bar, simplemente jodía con
cualquiera que estuviese en Tall Pines en vez de hacer el camino hasta casa.
No tenía duda de que estuvo con alguien porque no podía recordar pasar una
simple noche sin alguien en su cama antes del accidente. Llámalo niñería, pero
no le gustaba estar solo por la noche, porque en la oscuridad, no había nada
que le distrajera de los recuerdos.
Guy entró en la eficiente pequeña cocina. Encontró su nuevo teléfono en el
mostrador, precisamente donde Shane le dijo que estaría. Después de
encenderlo, se desplazó por su corta lista de contactos y presionó el número
29
junto a una imagen de tamaño reducido de Shane.
—Hey —Shane contestó al segundo timbre—. ¿Todo bien?
—¿Con quién estaba la noche del accidente? —Guy preguntó sin preámbulos.
Shane se mantuvo en silencio antes de contestar. —¿Te refieres dentro del
coche? Nadie, sólo tú. ¿Por qué?
Guy negó con la cabeza. —Intento averiguar por qué infiernos bajaría la
montaña conduciendo en vez de quedarme en el hotel porque no tiene sentido
que no hubiese tenido a nadie para joder esa noche.
Shane se aclaró la garganta. —Aunque fuese así, estabas solo en el momento
del accidente, ¿así que, qué importa?
Guy pensó en ello varios segundos. —Sé que solía conducir después de
emborracharme en el bar, pero incluso borracho, no puedo verme intentando
conducir montaña abajo. Supongo que necesito comprender por qué haría algo
así.
—Estoy a punto de reunirme con el grupo del que te hablé. ¿Ya se te ha
pasado el enfado conmigo para poder hablar de esto más tarde? —Shane
preguntó.
—Sí, pero una cosa más. Averigua quién estaba trabajando la noche del
accidente en el Grizzly Bar. Sé que no puedo entrar, pero me gustaría poder
hablar con quién estaba de turno. —Guy no comprendía por qué era tan
importante para él juntar todas las piezas de los hechos de esa noche, pero
sentía algo fuera de lugar, y no pararía hasta llegar al fondo.
—Lo intentaré —Shane respondió—. Tengo que irme.
—Hasta luego. —Guy terminó la llamada y dejó el teléfono en el mostrador.
Echó una ojeada a la ropa que llevó puesta para cumplir su condena de seis
meses y decidió que no quería volver a verla de nuevo. Siempre tuvo un buen
gusto en vestir y estuvo malditamente cerca de mantener el negocio de Palmer
Wynflield con su necesidad de comprar antes de que todo saliese 30
terriblemente mal. Quizás si se duchaba y cambiaba, comenzaría a sentirse
como si realmente tuviese una segunda oportunidad en la vida. Lo esperaba
porque no sabía cuánto tiempo podía vivir odiándose.

31
Con la cabeza echada hacia atrás, y los ojos cerrados, Shane estaba en medio
de un descanso de la pantalla del ordenador cuando sintió una presencia en su
pequeña oficina en Montgomery Enterprises. —¿Sí? —preguntó sin abrir los
ojos.
—Te ves como la mierda —Drake, el jefe de seguridad de Montgomery y
amigo de Shane, anunció.
—Dime algo que no sepa. —Shane se incorporó y prestó atención a Drake—.
¿Necesitas algo?
Drake negó con la cabeza. —Sólo pensé en pasar un momento y ver qué tal te
van las cosas con Guy.
Shane no quería hablar de Guy. Sabía que Drake pensaba que era un idiota por
involucrarse con Guy en primer lugar. El hecho de que hubiese regresado a
por más tortura era inconcebible en opinión de Drake, y expresó muy
claramente su opinión. —Bien.
—¿Cómo se está ajustando?
—Bien, imagino. Sólo ha pasado una semana. —Shane no contó a Drake que
hizo todo lo posible para intentar evitar a Guy desde que salió libre. Era una
cobardía, pero no estaba preparado para confesar la parte que había jugado en
que Guy bajase la montaña borracho esa noche. Por alguna estúpida razón
había esperado que Guy saliese de prisión siendo un hombre cambiado, diese
una mirada a Shane y se diese cuenta de lo que había alejado de su vida.
Desafortunadamente, ese no había sido el caso.
32
—¿Se ha mantenido sobrio? —Drake preguntó.
—Asumo que sí. No ha dejado su cabaña excepto para reunirse con su agente
de la condicional, y uno de los empleados le lleva. —Shane había intentado
llevar a Guy, pero lo canceló en el último minuto. Terminó pidiendo a Audrey
que llevase a Guy a Sheridan. Según le dijo, habló poco en el camino, pero
Shane suponía que era lo esperado.
Drake se cruzó de brazos y estrechó los ojos. —Suena como si no le hubieses
visto mucho —asintió—. Creo que es lo mejor para ti. Sé que sientes algo por
ese bastardo, pero eres un hombre demasiado bueno para caer por ese
gilipollas y, te garantizo que no salen más que gilipolleces por esa boca.
Shane rodó los ojos. Estaba tan cansado de que todo el mundo se metiera en su
vida privada. Seguro, Drake era su amigo, pero Shane no creía que hubiese
nadie en Cattle Valley que conociese a Guy como él. A pesar de que su
relación fue breve, pasó tiempo con un Guy sobrio en esas dos cortas semanas
que estuvieron juntos, y un Guy sobrio no era como el borracho engreído que
el resto de la ciudad pensaba que era. Shane no tenía ni idea de cómo lo
consiguió, pero convenció a Guy para que le enseñase a esquiar, o al menos
intentar enseñarle. Aún apestaba para permanecer sobre sus pies, pero las
tardes que los dos hombres pasaron en las pistas fueron de las más felices de
su vida.
—¿Shane? ¿Me estás escuchando?
—Hazme un favor y déjame solo. Sé que tú y todo el mundo en la ciudad le
odia, pero a menos que se le dé una segunda oportunidad, va a volver a las
andadas. De entre toda la gente, tú deberías entenderlo. Vives con gente que
merece segundas oportunidades todos los días. ¿No odiarías que la comunidad
sólo viese la forma en que solían ser?
—Hay una gran diferencia entre los niños del rancho y Guy Hoisington. Guy
lo tuvo todo y lo desperdició. Mis niños no han tenido nada y están
esforzándose para tener una vida mejor —Drake señaló.
—¿Estás seguro de eso? —Shane preguntó—. ¿Qué sabes en realidad de él?
33
Deja que lo adivine, conoces al hombre que mostraron en TV y en las revistas,
¿Pero sabes que su padre no le visitó ni una vez en el hospital? Y por lo que he
podido averiguar, el padre de Guy no ha querido tener nada que ver con él
desde que salió. Por lo que a mí me parece que tiene más en común con los
niños en el rancho Segundas Oportunidades de lo que piensas.
—¿Estás buscando excusas para él ahora? Casi mató a Riley Banks, y perdona
si me equivoco, pero pensaba que tú y Riley erais amigos.
—Somos amigos —Shane corrigió—. Y lo creas o no, Riley me apoya en lo
que intento hacer en el hotel.
—Esto no tiene nada que ver con el hotel. —Las facciones faciales de Drake
se suavizaron al entrar en la pequeña oficina—. Me preocupa que Guy se
aproveche de ti. —Se sentó en la silla frente al escritorio de Shane y descansó
sus brazos sobre sus rodillas —. Sé que tienes sentimientos hacia él. Puedo
verlo en tu cara cada vez que hablas de él, y no creo que sea merecedor de
esos sentimientos.
Antes de mudarse a Cattle Valley, la única persona que había dado una mierda
por él fue Cookie, pero las cosas cambiaron para él y también podrían cambiar
para Guy si lo intentaba. —Gracias por preocuparte por mí, pero tengo que
seguir mi instinto en esto. Guy ha construido unos muros monumentales. No
sé por qué, y no estoy seguro de cómo derrumbarlos, pero voy a intentarlo.
Drake suspiró y se levantó. —No diré nada más, pero tienes que prometerme
que tendrás cuidado. No te involucres demasiado hasta que te demuestre que
lo vale, ¿de acuerdo?
Shane asintió. Mantuvo la respiración hasta que Drake se levantó y salió de la
oficina. Exhalando, Shane intentó regresar al trabajo, pero fue inútil. Sabía
que todos en la ciudad pensaban lo mismo que Drake, así que ¿cómo iba a
hacer que cambiasen de opinión?

34
Con una gorra de béisbol que le cubría la frente, Guy observaba a los
huéspedes deambular por el vestíbulo, desde el confort de una silla de cuero a
la izquierda de una chimenea de piedra. No había tenido agallas para ir a la
ciudad todavía, pero dudaba que su nueva crecida barba y pelo más largo de lo
habitual engañase a los buenos ciudadanos de Cattle Valley. Su comunidad
seguramente vería al bastardo que había tras su fachada; sin embargo, por el
momento, era libre de sentirse como si fuese una persona normal.
Un chico adolescente se acercó a la gran vitrina de cristal que destacaba la
carrera de esquí de Guy, y pareció ir a la zona las medallas Olímpicas de oro,
perfectamente iluminadas. No fue el interés del adolescente lo que captó la
atención de Guy. Todos los huéspedes por la mañana se quedaban
impresionados por la colección de recuerdos, por lo que no era el hecho de
que el niño se parara a mirar. Fue la expresión que Guy reconoció en la cara
del adolescente reflejada en el vidrio. Cerró sus manos en puños mientras
luchaba por no advertir al chico sobre querer algo tan malamente que
renunciaría a todo por tenerlo.
—¡Mamá! —el adolescente llamó en una voz tan elevada que cada mujer en el
vestíbulo se giró para mirarle.
Una pequeña mujer mayor fue hasta el niño. Era obvio, por cómo vestía, que
la familia tenía el dinero para dar a su hijo el mejor entrenamiento. —¿Tienes
que causar una escena, Jackson?
«Jackson.» Guy no pensaba que el niño se viese como un Jackson. Se mordió
el labio para no sugerir un cambio en el nombre para conseguir la atención
mediática que un día necesitaría si honestamente planeaba hacerse una carrera
en el esquí. ¿Jax? ¿Sonny? Decidió que Jax probablemente se vería mejor en
los anuncios.
—Lo que sea —Jackson dijo, restando importancia a la reprimenda de su 35
madre. Señaló a la vitrina—. Esta es la razón por la que te hice traerme aquí.
La madre observó los recuerdos. —Sí, respecto a eso —apretó los labios—.
Acabo de hablar con otro huésped y me ha dicho que tu héroe se ha dado a la
bebida.
Guy inhaló bruscamente. El hecho de que las noticias de su accidente, juicio y
posterior encarcelación se hubiese quedado en casa era lo único bueno que le
había ocurrido en los últimos cinco años. Evidentemente, su nombre ya no era
lo suficientemente grande para reunir la atención de los medios de
comunicación nacional. La comprensión de que se le consideraba una vieja
gloria había dolido al principio, pero una vez que puso su ego a un lado,
estuvo agradecido de que el mundo entero no supiese cuánto la había jodido.
—Entonces le gustan las fiestas. ¿Cuál es el gran problema? —Jackson dio un
toque al cristal—. Con esas medallas de oro, puede hacer cualquier cosa que
quiera.
Guy se movió al borde de la silla. Quería decir al joven que solía usar la
bebida y el sexo como apoyo para tratar con la vergüenza que nunca parecía
desaparecer, pero sólo sacaría a relucir un pasado que era mejor dejar en
secreto. En su lugar, respiró profundamente y se deslizó hacia atrás e intentó
hacerse invisible. El aislamiento en su cabaña le había llevado al hotel, pero
quizás fue una decisión errónea.
Al momento en que la madre de Jackson le apartó de la vitrina, Guy sacó el
teléfono de su bolsillo delantero.
—Hey —Shane contestó al segundo timbre.
—¿Estás ocupado más tarde? —Guy rogaba no estar cometiendo otro error.
—Tengo una reunión con Erico después del trabajo. ¿Por qué? ¿Necesitas
algo? —Shane preguntó.
—¿Qué sucede con Erico? —Guy no se había interesado mucho en la
dirección del hotel desde que regresó, pero puede que regresar al trabajo fuese
justo lo que necesitaba. 36
—Voy a hablar con él para acordar un servicio de comida entre el Canoe y
Tall Pines. Ahora mismo no es factible contratar a un chef a jornada completa
cuando sólo tenemos unos pocos eventos al mes.
—¿Y crees que nos podemos permitir a alguien con las destreza de Erico?—
Guy no estaba seguro de entender la lógica de Shane. Había comido en
algunos de los restaurantes más exclusivos del mundo y Canoe de Erico
Morelli estaba entre los mejores. —No hay forma de que el hotel pueda
pagarle. No tendremos ganancias.
—Tienes razón, no las tendremos. Pero si Erico y yo podemos llegar a un
acuerdo, no perderemos dinero —Shane explicó.
Guy se presionó el puente de la nariz. Sinceramente agradecía los esfuerzos de
Shane en la reconstrucción del hotel, pero realmente estaba empezando a
cuestionar su sentido de negocio. —¿Te importaría explicármelo? ¿Cómo
vamos a subsistir si no obtenemos ganancias?
—Lo que Tall Pines necesita es alquilar habitaciones. Es lo principal. Contra
mayor sea la convención que podamos atraer, más dinero obtenemos en tasas
de habitación y venta de licor. Además, ganamos reputación por ser los
mejores.
Guy sonrió y negó con la cabeza. —Nunca lo pensé de esa forma —suspiró.
No importa cuánto quería negarlo, Shane estaba haciendo malditamente un
buen trabajo—. ¿Te importa si me uno a la reunión?
Shane estuvo en silencio un momento antes de aclararse la garganta. —¿Por
qué no me dejas que maneje esto yo? Al menos por ahora, pero si quieres,
puedo pasar por tu cabaña cuando haya terminado y ponerte al día.
Guy agradecía el intento de Shane de proteger sus sentimientos, pero no era
necesario. —En otras palabras, temes que Erico diga que no si piensa que soy
una parte activa en el negocio de Tall Pines.
—Te lo he dicho antes, va a tomar un tiempo para que el pueblo cambie de
opinión —Shane dijo. 37
—Cierto, ¿pero cómo puedo hacerlo a menos que interactúe con ellos? Si
asisto a una reunión de trabajo con Erico podría ayudar a mostrar que quiero
cambiar —Guy calló para no rogar a Shane que le dejase ir. No podía evitar
la sensación de querer que los jóvenes esquiadores le viesen como algo más
que un borracho que una vez fue un atleta de nivel mundial. Quería sentirse lo
suficientemente bien con el hombre que quería ser para poder acercarse a
niños como Jackson y presentarse a ellos. También ansiaba a morir una
bebida, por lo que sentarse todo el maldito tiempo allí sin nada que hacer más
que pensar en emborracharse no le ayudaba.
Shane suspiró. —De acuerdo, pero tienes que prometerme que si Erico intenta
provocarte, no morderás el anzuelo.
Guy intentó recordar si alguna vez la había jodido con Erico, pero en un
pueblo pequeño, contaba con que no necesitaba haber hecho nada
directamente a Erico para sentir su ira. —Tienes mi palabra. —No era una
promesa fácil de cumplir. Hasta ahora, Nate había sido el único residente con
el que había interactuado y, a pesar de que parecía agradable, también parecía
estar extremadamente protegido. Guy no culpaba a Nate. Infiernos, dudaba
que él pudiese perdonarle si estuviese en el lado contrario. Shane parecía ser el
único dispuesto a darle la oportunidad para cambiar, y Guy apreciaba eso más
de lo que jamás podría expresar—. Gracias. Lo aprecio mucho.
—Te recogeré a las cinco y cuarto —Shane dijo.
—No hay necesidad de que subas la montaña hasta aquí cuando puedo pedir a
uno de los conductores que me acerque. —Guy de repente sintió la necesidad
de probar las aguas en el pueblo—. Puede que vaya un poco antes y pare en
Brynn a por un bollo de canela. ¿Quieres que te coja algo?
—No me negaría a una de esas tartas pequeñas de café si le queda alguna —
Shane respondió.
—Dalo por hecho. —Guy podría haber sido un imbécil, pero sabía lo duro que
Shane había trabajado. Se sentía bien hacer algo bueno por él a cambio.
38
En cuanto Shane colgó, llamó a Kyle.
—Pastelería Brynn —Kyle contestó.
—Hola, soy Shane. ¿Tienes un minuto?
—Seguro, la hora pico del almuerzo ya ha pasado, y estoy preparándome para
mañana. ¿Qué ocurre? —Kyle preguntó.
Shane no podía creer lo que estaba a punto de hacer, pero Guy le importaba.
—Probablemente pensarás que soy un idiota por llamar, pero quería avisarte
que Guy va a pasar por allí dentro de un rato. No sé cuáles son tus
sentimientos hacia él ni lo que ha hecho, pero quería hacerte saber que esta es
la primera vez va al pueblo desde que salió de prisión.
Cuando Kyle permaneció en silencio, Shane interiormente gruñó. Kyle era
uno de los hombres más agradables que jamás había conocido, y si él no
estaba dispuesto a dar a Guy una oportunidad, Shane dudaba que alguien más
lo hiciese.
»Sé que es mucho pedir, pero de verdad lo está intentando —Shane dijo.
Kyle se aclaró la garganta. —No tienes que preocuparte por mí. En realidad,
me alegra que venga, porque he querido hablar con él, pero no sabía cómo
aproximarme a él desde que salió libre.
Shane se relajó. —Gracias. No puedo expresar en palabras cuanto lo aprecio.
—No necesitas darme las gracias —Kyle dijo—. ¿Hay algo más que pueda
hacer por ti?
Shane pensó en preguntar por la tarta de café por la que de repente tenía
antojo, pero decidió dejar que Guy lo preguntase por él. —¿Me harías el favor
de mantener esta conversación entre nosotros?
—Claro.
39
—De acuerdo. Um, bueno, supongo que hablaré contigo más tarde. Que
tengas un buen día —Shane dijo.
—Igualmente —Kyle respondió antes de colgar.
Shane buscó por su lista de contactos, agradecido de que Kyle estuviese
dispuesto a ser amable sobre todo el asunto. —Uno menos, de unos dos mil
por venir —murmuró. Aún necesitaba llamar a Erico y hacerle saber que Guy
estaría presente en la reunión, pero, con esperanza, Erico sería profesional en
este asunto.

—Gracias, Jesse —Guy salió de la furgoneta en frente de la pastelería.


—¿Quieres que espere? —Jesse preguntó.
Guy negó con la cabeza. —Me voy a reunir con Shane, por lo que me llevará
él a casa.
—Bien.
Guy cerró la puerta y dio un paso atrás. Cuando la furgoneta se alejó, miró a
su alrededor para asegurarse de no tener audiencia antes de dar un paso con su
pierna buena desde la calle hasta la acera. Se aseguró de que su pierna buena
estuviese bien apoyada en la acera y subió su pierna protésica. De nuevo, miró
a su alrededor para asegurarse de que nadie le observaba. Satisfecho porque
no le hubiesen visto, caminó hasta la puerta de la pastelería. No sabía por qué
había decidido comenzar con Kyle, y estaba nervioso. Con suerte, Kyle le
permitiría sentarse y tomar una taza de café y tomar algo mientras esperaba su
reunión.
La pastelería parecía estar vacía cuando entró, lo que agradecía. —¿Hola?
—Un segundo —Kyle dijo, desde detrás de las puertas batientes que daban a
la cocina.
Guy metió sus manos en los bolsillos y examinó el menú expuesto en la pared, 40
junto con la pizarra que indicaba los pasteles especiales del día. Sintió una
presión en su pecho cuando leyó la tarta del día. «Mierda». No había probado
una tarta de frambuesa desde antes de que su madre muriese cuando él tenía
nueve años.
»Hey —Kyle saludó.
Guy tragó en un intento de librarse del bulto que obstruía su garganta. —Me
alegra verte de nuevo —señaló a la pizarra—. ¿Te queda alguna?
—Sí. Creo que me queda algo más de media tarta. ¿Quieres una porción?
«¿Quiero?» ¿Y si al comer lo que más le recordaba a su juventud le traía los
recuerdos de su mayor pérdida?
—¿Quieres algo diferente? ¿Café? —Kyle preguntó.
—Sí, tomaré un café largo con leche y el resto de esa tarta. Pon una porción en
un plato, y el resto en una caja para llevar, si no te importa. —Guy sacó la
cartera de su bolsillo trasero y se acordó de Shane—. Oh, y Shane me pidió
una porción de tarta de café.
—¿Cómo van las cosas en el hotel? —Kyle preguntó mientras preparaba el
café de Guy.
—Bien. Shane ha hecho un trabajo increíble. —Guy puso sus manos en el
mostrador mientras que observaba a Kyle trabajar. Se sentía extraño entablar
una pequeña charla con alguien que apenas conocía, pero suponía que era un
paso que necesitaba dar. No había que ser un genio para saber porqué se había
cerrado a ser amigo de la gente del pueblo cuando se mudó al principio al
pueblo. Hacer amigos, verdaderos amigos, significaba abrirse, y él no podía
permitirse hacer eso. Había pensado mucho últimamente, y no creía haber
tenido un verdadero amigo antes de Shane. Bueno, Shane era su amigo, pero
sabía que no era realmente amigo de Shane. Para que eso ocurriese, necesitaría
abrirse sobre su pasado y lo que le ocurrió, y nunca hizo eso con nadie,
incluido el psiquiatra asignado por el tribunal.
—Aquí tienes. —Kyle puso una taza y un plato con tarta sobre la vitrina de 41
cristal—. Puedes sentarte mientras pongo en una caja el resto de la tarta.
¿Quieres la tarta de café en la misma caja?
—Separada, si puede ser. ¿Cuánto te debo? —Guy preguntó.
—Nada. Considéralo un regalo de bienvenida.
—No puedo dejarte hacer eso —Guy discutió. Una cosa era que Kyle fuese
educado, pero no se merecía una bondad tan arrolladora.
—Puedes y lo harás —Kyle señaló una mesa en la parte del frente de la
pastelería—. Ahora siéntate, me uniré a ti.
Aunque recelaba de los motivos de Kyle, Guy hizo lo que le mandó. Mientras
cruzaba la sala, podía sentir la mirada de Kyle en él. La atención de Kyle no le
molestaba tanto como si hubiese venido de otra persona estudiándole. Guy aún
recordaba la lucha de Kyle por volver a caminar de nuevo después del
accidente que le dejó paralizado de cintura para abajo. Afortunadamente, no
sólo encontró a Gill, sino que encontró la fuerza para aprender a caminar de
nuevo.
Para cuando Guy se estableció en una mesa frente a la ventana, Kyle se estaba
sentando frente a él con un vaso de té helado. —Esto probablemente te parece
extraño, ¿verdad? —Kyle rasgó varios sobres de azúcar y los echó en su
bebida.
—Se puede decir así. —Guy llevó su primer mordisco de tarta a su boca.
Cerró los ojos y gimió ante la explosión de sabores que invadieron su lengua.
El sabor ácido del ruibarbo resaltaba a la perfección el dulzor de las fresas.
—¿Bueno? —Kyle preguntó.
—Mi mamá solía hacerla para mí todos los veranos, antes de que muriese. —
Guy esperó a que el dolor de su muerte le abrumase, pero extrañamente, todo
lo que sintió fue calidez. Durante años, había apartado a un lado los recuerdos
de su madre porque siempre dolía demasiado pensar en ella, pero en ese
momento, juraba que podía ver su sonrisa mientras estaba sentada en la mesa
de la cocina con él y le observaba comer el postre. Sus ojos comenzaron a 42
arder—. La echo de menos.
—Por supuesto que lo haces.
Guy presionó su pulgar e índice en sus ojos y respiró profundamente para
calmarse. Negó con la cabeza. —Lo siento —abrió los ojos y se encontró con
la expresión preocupada de Kyle. Avergonzado, intentó quitar importancia a
su reacción—. Estoy bien. De verdad. Sólo me perdí en el momento por un
segundo.
Las esquinas de la boca de Kyle se elevaron ligeramente en una sonrisa de
entendimiento. —Esto es lo mejor de la comida. No creo que la gente se dé
cuenta de cuántos recuerdos están asociados a lo que hemos comido, con
quién y cuándo.
—Sí. —Guy tuvo que estar de acuerdo. Brandon, su entrenador, comía huevos
todas las mañanas sin falta, y años después, Guy aún no podía soportar el olor
de la maldita cosa sin importar como los preparasen.
Kyle apoyó sus antebrazos en la mesa. —Disculpa por cambiar de tema, pero
Gill va a venir a recogerme dentro de unos treinta minutos, y quería hacerte
una pregunta mientras que estamos solos.
Guy se sintió desconcertado por la petición ¿Planeaba Kyle preguntarle algo
personal? —De acuerdo.
—¿Sabes cómo terminé en esa silla de ruedas? —Kyle preguntó.
Guy bajó la mirada a su porción de tarta y negó con la cabeza. Le avergonzaba
admitir que nunca se había molestado en preguntar por el accidente de Kyle.
—Fui a una fiesta, me emborraché como la mierda y estrellé mi jeep en un
poste telefónico. —Kyle tomó un sorbo de su té—. Necesito que sepas que no
estás solo aquí —señaló al exterior de la ventana—. Estoy seguro de que hay
muchas personas en este pueblo que han hecho cosas de las que no están
orgullosos.
—¿Sí? —Guy observó como Trick Allen y George Manning entraban cogidos 43
de la mano al pub O´Brien. Dudaba que alguno de ellos hubiese puesto a otra
persona en peligro. —¿Alguno de ellos casi mata a otra persona y ni siquiera
recuerda hacerlo?— volvió su atención a Kyle—. Lo siento. Aprecio lo que
intentas hacer, y puede que si sólo hubiese cometido un error, creyese lo que
me dices, pero todo el pueblo sabe que no es así. —Respiró profundamente—.
Soy un alcohólico, y no hay un sólo día que pase sin querer otra bebida. A
pesar de todo el dolor que he causado, aún quiero otra bebida de mierda.
¿Qué tipo de persona me hace eso?
—Te convierte en un alcohólico —Kyle dijo. Se encogió de hombros—. No
puedo sentarme aquí y decirte que comprendo por lo que estás pasando porque
no tengo ese problema en particular, pero hay unos pocos en la ciudad que sí.
¿Quizás te ayudaría hablar con uno de ellos? Sé que se reúnen en la iglesia
todos los jueves a las siete de la tarde.
Guy nunca había considerado buscar un grupo de Alcohólicos Anónimos en
Cattle Valley. Las reuniones a las que había tenido que asistir en prisión eran
un chiste, porque no había manera en el infierno de que se abriera a esos
delincuentes sobre su pasado. Tampoco le había ido mucho mejor en las dos
últimas reuniones que había asistido en Sheridan. Parecía que no se trataba de
la compañía, sino del tema. —No sé si podría abrirme a gente que me verá en
el pueblo fuera de la reunión.
Kyle cogió su teléfono. —Puede ser, pero voy a darte el teléfono de Mario
Benta por si decides ir. Pasa la mayor parte del tiempo en Lobster Cove,
dirigiendo el gimnasio y entrenando allí, pero es quién organizó el grupo aquí
en Cattle Valley. Podrá darte los detalles.
«¿Mario es un alcohólico?» Guy no vocalizó su pregunta porque no lo sentía
correcto, pero definitivamente no tenía sentido para él porque había visto a
Mario beber. Se preguntaba si Mario había comenzado el programa después
de que Guy bebiese y estuviese cerca de matar a Riley.
Kyle se levantó. —Te lo anotaré. —Cruzó la pastelería hasta el mostrador—.
Si todo lo que quieres hacer es tirarlo una vez que llegues a casa, es tu
decisión, pero pienso que sería una buena forma de integrarte de nuevo en el
44
pueblo.
Guy alzó la mirada al gran reloj en la pared y luego observó a su apenas
tocada tarta. Rápidamente llevó otro mordisco en su boca y puso su servilleta
sobre lo que quedaba. Odiaba dejarla, pero necesitaba ir hacia el Canoe si
quería llegar a tiempo. Cogió la bolsa de plástico con el resto de la tarta. —
¿Estás seguro de que no me dejas pagar por esto?
—Estoy seguro. —Kyle regresó a la mesa y le pasó un trozo de papel.
Guy aseguró su mano en el dorso de la silla para levantarse. Le tomó un
momento recuperar el equilibrio, pero una vez que estaba estable, se dirigió a
la puerta de la entrada. Desearía poder pensar algo que decir para expresar su
apreciación sin quedar como un cursi, pero lo mejor que pudo hacer antes de
salir de la pastelería fue girarse, sonreír y e inclinar levemente la cabeza.

En vez de aceptar la oferta de Erico de una comida gratis después de la


reunión, Shane le agradeció cortésmente y se excusó. No era que Shane
tuviese una oferta mejor, pero algo le ocurría a Guy. Se dio cuenta en el
momento que Guy entró en la pequeña área privada del comedor que Erico
había establecido para su reunión.
—¿Qué ocurre? —Shane preguntó cuándo salieron del restaurante.
—Sólo llévame al coche.
Shane sacó el mando del coche de su bolsillo y lo desbloqueó. Pensaba que la
reunión había ido bien, aunque Guy sólo hubiese dicho unas pocas palabras en
todo el tiempo. Probablemente era mucho pedir, pero había esperado que Guy
hubiese decidido participar en la dirección del hotel.
Una vez que estaba tras el volante, echó un vistazo al hombre con mala cara a
su lado. El punto de sangre era pequeño, puede que del tamaño de una
moneda, pero estaba en la rodilla de los pantalones de vestir de Guy. ¿Se había
caído Guy en su camino al Canoe? —¿Qué infiernos ha ocurrido? 45
Guy giró la cabeza para mirar por la ventanilla del pasajero. —No es nada.
Caminé demasiado, y creo que mi calcetín elástico se ha estropeado.
—Pasaremos por la clínica para que lo mire uno de los doctores. —Shane
arrancó el coche.
—No es necesario. Además, los dos sabemos que no tengo dinero para una
visita de emergencias. Tengo gasa y cosas en casa. —Guy se abrochó el
cinturón de seguridad.
Shane dio unos golpecitos con sus dedos en el volante. No le gustaba la idea
de que Guy tratase sus heridas. —No puedes permitirte coger una infección.
Pagaré la visita del doctor.
—¡Maldita sea! ¿No puedes, por una vez, hacer sólo lo que pido? —Guy
estrelló su puño en el salpicadero.
Shane saltó ante la demostración de agresión sin poder evitarlo.
—Lo siento. —Guy se frotó las manos por la cara—. No pretendía asustarte.
Sólo quiero ir a casa.
Shane miró fijamente a Guy a los ojos por un momento y comprendió de
donde había venido la ira. Guy no quería ir a la clínica porque estaba
avergonzado. Shane volvió a mirar al punto de sangre de nuevo. —Quítate la
prótesis, correré y cogeré tus muletas una vez que regresemos a tu casa.
Era una prueba de cuánto dolor sentía Guy que simplemente asintiese. —
Siempre y cuando no mires —murmuró.
Shane se acomodó de nuevo tras el volante y se abrochó el cinturón de
seguridad. —Tengo que hacer una parada rápida, así que puedes cuidar de ello
mientras estoy dentro.
—Si se trata de la tarta de café, siento haberla olvidado —Guy dijo.
—No es eso. Erico dejó caer que Jay fue a O´Brien antes porque el especial de
esta noche es carne asada. Pensé en acercarme y llevar la cena para nosotros.
—Shane echó un vistazo a la bolsa de plástico en el suelo—. ¿Vas a compartir 46
un trozo de esa tarta conmigo?
—Puedo hacer eso.
Shane esperó a que el tráfico disminuyese antes de hacer un cambio de sentido
en medio de Main Street. Le gustaba la idea de pasar la noche con Guy. Con
suerte, Guy le dejaría que echase un vistazo a la herida en su pierna antes de
cenar, pero no presionaría.

47
Una vez que Shane estuvo dentro de O´Brien, Guy levantó la pierna del
pantalón y con cuidado se quitó la prótesis. Hizo una mueca cuando quitó la
funda de silicona que ayudaba a mantener la pierna en su lugar.
Evidentemente, la maldita cosa se había movido en algún momento, lo más
probable cuando se sentó en la mesa de la pastelería. Era sólo una pequeña
onda en la funda, pero debido a la fina piel en la base de su muñón, era
suficiente para irritar y finalmente rasgar la carne dañada. Había sabido a
mitad de camino al restaurante que pasaba algo con el ajuste de la funda, pero
fue demasiado orgulloso para sentarse en uno de los muchos bancos que había
en Main Street y hacer el ajuste necesario. Guy se quedó inmóvil cuando unas
voces en frente de su coche captaron su atención. Riley y Snake estaban
parados en la acera. Los dos hombres parecían estar discutiendo, con Snake
haciendo gestos salvajemente hacia Guy. «Joder.» Guy no tenía duda de que
Riley estaba intentando contener la ira e instintos protectores de Snake, pero
no parecía estar funcionando. Sabía que tendría que enfrentarse con la ira de
Snake en algún momento, por lo que, en vez de esconderse en un coche
bloqueado, Guy abrió la puerta del pasajero. Sin su prótesis, era incapaz de
estar totalmente de pie, pero equilibró su peso sobre su pierna buena mientras
que descansaba una mano en el techo y la otra en el marco de la puerta.
—Sé que no quieres hablar conmigo o ni siquiera mirarme, pero necesito
decirte lo arrepentido que estoy —Guy dijo, dirigiendo su disculpa a Riley.
—¡No se te ocurra hablarle! —Snake chilló—. Ni siquiera le mires.
Guy no podía culpar a Snake por estar tan enfadado. Aún no recordaba mucho
con anterioridad al accidente pero recordaba insinuarse a Riley en el hotel
antes del accidente. El hecho de que hubiese tenido una pequeña aventura con
48
Snake antes de que Riley entrase en la vida de Snake hacía la situación incluso
peor. —Lo siento. Si pudiese retroceder y evitar lo que ocurrió, lo haría, pero
no puedo.
—Estoy bien ahora —Riley dijo—. No voy a decir que ha sido fácil, pero casi
he vuelto a la normalidad.
Snake estrechó los ojos y dio varios pasos hacia Guy.
Guy se preparó. Brevemente se preguntó si permitir que Snake le golpease
satisfaría la furia del hombre o si la situación terminaría con los golpes que sin
duda merecía. Fue su sentimiento de culpa lo que le hizo quedarse donde
estaba en vez de esconderse de nuevo dentro del pequeño coche. No había
posibilidad de poder pelear y mantener el equilibrio. —Sé que me odias, y no
te culpo. Yo mismo me odio. Por lo que, si vas a golpearme, hazlo antes de
que venga Shane.
Snake se acercó a la puerta y empuñó el frente de la camisa de Guy. —No
tienes ni idea de cuánto dolor has ocasionado a Riley.
Físicamente, Guy tenía una idea, pero no sabía el daño emocional que el
accidente podía haber causado a Riley y Snake, por lo que mantuvo la boca
cerrada.
—¿Qué ocurre?
Guy volteó su mirada al frente de O´Brien y se encontró a Shane con una
bolsa grande de plástico con comida en su mano. —Está bien —dijo a
Shane—. Tenía que ocurrir tarde o temprano.
Shane se movió rápido, poniéndose entre Snake y Guy. —Entra, Snake. Sé
que estás enfadado, pero estás enfadado con un hombre que ya no existe. He
estado cerca de Guy desde que salió libre, y honestamente puedo decir que no
es el mismo hombre que conducía bebido esa noche.
Guy sintió una extraña sensación de calidez por las palabras de Shane, pero
antes de poder pensar en ese sentimiento, Snake apartó a Shane del camino sin
soltar su mano del frente de la camisa de Guy. 49
—Sé que quieres creer en este saco de mierda, pero yo no pienso perdonarle
—Snake dijo. Endureció su agarre incluso más hasta que finalmente liberó a
Guy con un ligero empujón.
El inesperado movimiento fue suficiente para hacer perder el equilibrio a Guy,
y sin darle tiempo a saber lo que ocurría, su pierna se dobló, y cayó con un
fuerte golpe. Gritó cuando su muñón desprotegido raspó el pavimento. Oyó a
Riley gritar el nombre de Snake y luego comenzó Shane.
—¡Hijo de puta! ¡Si quieres empujar a alguien, empújeme a mí, imbécil, pero
deja a Guy en paz! —Shane terminó de amonestarle al llegar a la puerta del
coche. Se arrodilló y alcanzó a Guy—. ¿Estás bien?
Los ojos de Guy estaban llenos de lágrimas y estaba inundado de vergüenza.
Lo último que quería era que Shane luchase sus batallas por él, especialmente
desde que la amistad de Shane era lo mejor que le había ocurrido jamás.
—Estoy bien. —Guy sintió una gota de humedad caer a su mejilla y
rápidamente la secó—. Sólo dame un poco de espacio.
Shane se inclinó para susurrar en el oído de Guy—: podrás levantarte más
rápido si me dejas ayudarte. Al menos déjame que te estabilice mientras que
colocas tu pierna.
Guy asintió. Comprendía que Shane estaba intentando ayudarle a salvar lo que
le quedaba de dignidad.
—Déjame ayudar —Snake dijo. Su petición sonaba más como un gruñido que
a una oferta.
—Creo que sería mejor que te lleves a Riley dentro como te pedí —Shane dijo
antes de que Guy pudiese contestar.
—No pretendía… —Snake empezó.
—Pero lo hiciste —Riley cortó enfadado a su compañero—. Quédate a cenar
si quieres. Yo me voy a casa.
Para el momento en que Guy pudo desenredarse lo necesario para sentarse en 50
el asiento del pasajero, Riley apenas era visible de lo rápido que bajaba la
calle.
—Mierda. —Snake se puso junto a la parte posterior del Prius con sus manos
en las caderas y la barbilla en su pecho en una postura derrotada. Negaba con
la cabeza como si estuviese hablando consigo mismo hasta que finalmente
dirigió la mirada a Guy.
Había algo en la expresión de Snake que llevó a Guy al borde del pánico.
¿Snake estaba a punto de disculparse? «No. No. No.» Lo último que Guy
quería o merecía era una disculpa. —Estoy bien. Ve tras Riley.
—Lo haré. Sólo… —Snake golpeó el puño sobre su muslo.
Guy alzó la mano. —Por favor, no te disculpes por algo que me tengo bien
merecido.
Una vez más, Shane se puso entre Snake y Guy y cerró la puerta del coche. Se
volvió a Snake y dijo algo que Guy no pudo escuchar, antes de recoger la
bolsa de comida de la acera.
Snake miró fijamente a Guy otro momento antes de finalmente alejarse.
Mientras Shane colocaba la cena en el asiento trasero junto a la tarta
empaquetada, Guy se tomó un momento para examinar su nueva herida.
Gracias a dios, la pierna del pantalón parecía haber sufrido el impacto de la
caída, pero había un desagradable raspón justo bajo la herida de la funda.
—¿Estás bien? —Shane preguntó, cuando se puso tras el volante.
—Sí. Voy a necesitar usar las muletas durante unos días, pero no es que vaya
a ir de todas formas a ningún sitio. —Esa era la parte de mierda. Desde que
podía recordar, los días de Guy siempre habían estado llenos de actividad. En
sus primeros años, el entrenamiento había tomado cada minuto del día.
Después de retirarse del esquí profesional y salir, había usado el hotel como
excusa para mantenerse ocupado. Entonces, las amenazas comenzaron y fue
empujado de nuevo a un pasado que había procurado olvidar. Podía decir, sin
ninguna duda, que emborracharse y joder a todos los hombres que encontraba 51
en su camino era lo único que mantenía sus recuerdos en la bahía, porque
borracho y saciado, perdía el conocimiento y no soñaba en las cosas
enfermizas que había permitido que ocurriesen siendo niño.
—¿Has cambiado de opinión sobre parar en la clínica de camino a casa? —
Shane preguntó.
—Peróxido y gasa deberían ser suficientes para arreglarlo —Guy respondió.
Miró sobre su hombro al asiento trasero—. Eso huele bien.
—Sí —Shane estuvo de acuerdo—. Hay pocas cosas en la vida mejores que la
carne asada de Jay.
—¿Te recuerda a tu casa? —Guy se sentía avergonzado de admitir que sabía
muy poco de Shane o de su familia.
Shane salió del aparcamiento y se dirigió hacia el hotel antes de contestar. —
Mis padres eran borrachos, así que era afortunado si tenía un sándwich para
cenar.
—¿Eran? ¿Murieron? —Guy tenía la sensación de que el deseo de Shane de
ayudarle tenía mucho que ver con los demonios de su niñez. Infiernos, puede
que tuviesen en común más de lo que había pensado.
—Están muertos para mí, es todo lo que importa. —Shane se encogió de
hombros—. Me escapé cuando tenía diecisiete. No tenía ningún sitio al que ir,
por lo que empecé a dormir en el instituto al que asistía. Había un cuarto en el
sótano que usaban para almacenar escritorios viejos y cosas parecidas.
—¿Cuánto tiempo viviste allí? —Guy estaba fascinado por la historia de
Shane.
—Hasta que me gradué.
—¿Nunca te pilló nadie?
Shane sonrió. —Sí. Uno de los conserjes de noche finalmente me pilló,
aunque no lo supe en ese momento. Cookie dejaba comida en el armario de
mantenimiento. Durante dos semanas, pensé que era un anciano loco 52
olvidadizo. Entonces, un día, dejó una nota. Decía, «No sé por qué estás
viviendo aquí, pero debe haber una buena razón. Hazme un favor y asegúrate
de limpiar lo que ensucies antes de que llegue alguien por las mañanas.» Junto
a la nota había una copia de la llave de la sala de profesores. Una vez que tuve
acceso a un sillón, microondas y frigorífico, el resto del año escolar fue pan
comido.
—Infiernos. —Era una historia increíble. Guy odiaba presionar, pero quería
más—. ¿Hablaste alguna vez con el conserje?
—Constantemente, después del primer mes. —Shane sacó el teléfono y
desplazó las fotos mientras mantenía un ojo en la carretera—. Aquí. Este es
Cookie.
Guy estudió la foto del delgado anciano. —¿Por qué le llaman Cookie?
—Era cocinero en la Armada hasta que se retiró y comenzó a trabajar para la
escuela del distrito. Le pregunté una vez por qué era conserje en vez de
trabajar en un restaurante o algo, y dijo que había pasado la mitad de su vida
atrapado en un barco rodeado de gente, y que pensaba que se merecía un poco
de paz y tranquilidad.
Era obvio cuánto significaba Cookie para Shane por la forma en que hablaba
de él. —¿Aún vive? —Guy preguntó.
Shane redujo la marcha e hizo el giro a la derecha que les llevaría a la
montaña. —No. Se cayó y rompió la cadera hace un tiempo, y su hijo le metió
en una clínica de ancianos en la ciudad de Kansas. En ese momento, Cookie
pensó que estaría allí durante su rehabilitación, pero nunca mejoró, y murió
hace casi dos años. Si hubiese podido, le habría traído aquí conmigo, pero a
sus hijos no les caía bien.
—¿Y por qué es eso? —Guy intentó mantener su atención en Shane mientras
se acercaban al lugar donde había sacado a Riley de la carretera.
—¿Honestamente? No estoy seguro. Puede que a causa de mis padres. Puede
que porque soy gay. —Shane suspiró—. Puede que porque estaba más cerca 53
de Cookie que ellos. Le desplegaron mucho mientras ellos crecían, y creo que
se sintieron resentidos con él porque una vez retirado, continuaron
manteniendo una gran distancia entre ellos. De alguna manera alcanzó un
punto crítico cuando la esposa de Cookie murió. Después de eso, los chicos
hicieron lo que sintieron necesario pero nada más.
Guy podía decir por el grueso sonido de la voz de Shane que era un asunto
emocional para él. —Lo siento. Eso apesta.
—Sí —Shane asintió—. No hay un día en el que no piense en él y desee que
estuviese aquí para aconsejarme.
—Suena como un buen tipo —Guy dijo.
—Era el mejor hombre que jamás he conocido. —Shane aparcó en frente de la
cabaña de Guy—. Dame tu tarjeta, te traeré las muletas.
Guy había estado tan absorto escuchando la historia de Shane que se había
olvidado completamente de su pierna. Mientras consideraba lo que
significaba, recogió y le dio la pequeña tarjeta de plástico. —Están junto a la
cama.
—Ahora regreso. —Shane cogió las dos bolsas de comida antes de salir.
Guy observó a Shane subir los escalones del porche y se dio cuenta que le veía
de una forma muy diferente a como lo hacía sólo una hora antes. Desde que
abrió los ojos en el hospital y supo lo que Shane había hecho por él, había
dudado de la sinceridad de Shane. Después de saber más cosas sobre él, Guy
comprendió que su suposición era errónea. En su interior, sabía que Shane no
era como el entrenador de Guy o su padre. Parecía que para Shane no se
trataba de dinero ni de lo que podía obtener al utilizar a Guy. ¿Era posible que
Shane tuviese sentimientos verdaderos por él? Desde que salió de la cárcel,
Shane no se había acercado a él como hacía antes del accidente. De nuevo, no
había permitido a Shane acercarse lo suficiente para llegar a ese punto, ¿Era
demasiado tarde? ¿Había sido un imbécil tantas veces que Shane lo veía nada
más como un amigo? ¿Su pierna le echaba hacia atrás?
54
La puerta de la entrada se abrió y apareció Shane con las muletas. Guy se
sorprendió al ver una ligera sonrisa en la hermosa cara de Shane. Gruñó
profundamente en su garganta, odiándose por la forma en que había tratado a
Shane.
—Tu habitación está hecha un desastre —Shane dijo, abriendo la puerta—.
¿Quieres que te ayude con la colada?
Guy se estabilizó con las muletas al salir del coche. Desestimó su primer
pensamiento, que era decir a Shane que no, y asintió. —Creo que puedo
manejarlo si me ayudas a reunirlo y lo metes en la lavadora por mí.
Las cejas de Shane se elevaron como si estuviese sorprendido por la petición
de Guy. —Seguro. Puedo hacer eso en cuanto limpiemos tu pierna y
comamos.
—Podemos comer primero. Mi pierna ha dejado de sangrar, por lo que no hay
prisa. —Guy señaló al entarimado—. Odio molestar, ¿ero te importaría
traerme eso?
—Por supuesto. —Shane reunió la prótesis y la funda de silicona, y se
apresuró a subir los escalones por delante de Guy para abrir la puerta—. ¿Por
qué no tomas asiento en la mesa mientras yo voy a por el botiquín de primeros
auxilios? Puedo vendarte mientras que la cena se calienta.
Llámalo orgullo, pero Guy no quería que Shane tocase su muñón. —Está bien.
Iré al baño y me limpiaré mientras te encargas de la cena.
Antes de que Guy pudiese alejarse, Shane puso su mano en el brazo de Guy.
—Tu pierna no me incomoda —Shane dijo—. Estuve allí la primera vez que
las enfermeras cambiaron las vendas, y los días posteriores, así que la he visto
en sus peores momentos.
Era otro recuerdo de quién había estado a su lado durante uno de los peores
momentos de su vida. Guy brevemente se preguntó si hubiese manejado el
chantaje de otra forma se habría abierto a Shane antes de haber comenzado a
beber. Desafortunadamente, nunca lo sabría porque ni siquiera conocía a 55
Shane en ese momento. —El botiquín está bajo el fregadero —dijo en
concesión.

Shane se alegró al ver que las heridas de Shane no eran tan malas como se
había temido. Seguro, tardarían varios días en sanar los raspones, pero al
menos eran todos superficiales. Buscó en el botiquín hasta que encontró el
pequeño tubo de Neosporin. —No creo que esto pique, pero podría ser un
poco incómodo.
Guy asintió. No había dicho una palabra desde que expuso su muñón dañado.
—Sabes, te puse en el plan de seguro el día siguiente de que salieses libre. No
ahora mismo, pero dentro unos meses deberías ir a un doctor y pedir una
prótesis diferente.
—La que tengo está bien. No es que pueda hacer lo que me gustaría con una
pierna, aunque tuviese una más flexible que esta maldita cosa.
—Esquiar —Shane supuso.
—Sí. Es todo en lo que podía pensar mientras estaba en esa maldita celda en
todo momento.
Shane delicadamente untó el ungüento de antibiótico sobre la herida de Guy y
alcanzó un trapo para secarse las manos. —Tienen piernas protésicas para
esquiadores, ¿sabes? Puede que una vez que la cabaña comience a dar
beneficios de nuevo, podamos permitirnos conseguir una. Creo que debería
considerarse un costo del hotel, ¿no crees?
—¿Por qué opinas eso? —Guy preguntó.
—Porque aún viene mucha gente a la cabaña gracias a ti. Si pudieses salir a
las pistas, podría atraer incluso a más gente.
—Lamento no haber sido más agradable contigo. Voy a trabajar en eso. —
Guy pasó a Shane el rollo de gasa estéril. 56
—Has tenido mucha mierda con la que tratar últimamente. —A pesar de que
Shane excusó el comportamiento de Guy, la disculpa se sintió malditamente
bien. Rasgó un trozo de esparadrapo.
—Cuéntame lo que ocurrió esa noche —Guy dijo—. Sé que lo sabes. Puedo
decirlo por la forma en que reaccionas cuando hablo de ello.
La culpa que Shane había intentado tan duramente de enterrar salió a la
superficie. Había querido confesar, pero estaba tan avergonzado por sus
acciones y por todo el dolor que había causado que no pudo dejar salir las
palabras. —De acuerdo.
—¿Estaba solo en la cabaña antes de conducir montaña abajo? —Guy
preguntó.
Shane empezó a reorganizar el botiquín. —No.
—¿Estaba contigo?
Shane negó con la cabeza. —En realidad no —suspiró pesadamente—. Fui a
Grizzly con unos amigos del trabajo. Bueno, no eran realmente amigos porque
nunca he sido bueno en hacerlos, pero eran unos conocidos agradables. —
Terminó de recoger y dejó el botiquín sobre la mesa—. Estabas allí con
alguien, ni siquiera sé quién era, pero imaginé que se hospedaba en el hotel.
—Suena lógico —Guy respondió.
—Sí. —Shane se sentó en una silla al lado contrario de la mesa. No sabía qué
tan lejos relatar los acontecimientos de esa noche. ¿Contaba todo a Guy o la
verdad haría que Guy estuviese incluso más enfadado con él?
Guy extendió su brazo en la mesa en un gesto de súplica. —Por favor.
Necesito saber qué ocurrió.
Tomada la decisión, Shane decidió derramar todo y esperar que un día
pudiesen superarlo. —Me dolió verte con ese tipo y empecé a beber más de lo
que he hecho jamás. Honestamente puedo decir que sólo he bebido dos veces
en mi vida. Una vez el día que me gradué en la universidad y esa noche. 57
—¿Debido a mí? —Guy preguntó, sorprendido.
La reacción de Guy hizo a Shane sentirse incluso peor. Era como si Guy no
pudiese comprenderlo. —Sí. Sé que el tiempo que pasamos juntos no significó
una mierda para ti, pero para mí lo fue todo, y me puse en ridículo esa noche
diciéndote cómo me sentía. Hiciste todo lo que pudiste para deshacerte de mí,
pero me negué a dejarte solo. Incluso cuando intentaste llevar al otro chico a
una habitación, me puse en el pasillo y golpeé mis puños contra la puerta.
Todo lo que quería era que me vieses a través de mis ojos, y
desafortunadamente, estaba demasiado bebido para recordar que no
significaba nada para ti.
Guy aparentaba estar calmado mientras escuchaba la historia de Shane, pero
en el momento en que Shane dejó de hablar, las cejas de Guy bajaron
frunciendo el ceño. —Me fui de la cabaña por ti —Guy dijo como si
comprendiese sus acciones.
El nudo en el estómago de Shane se retorció más apretado. —No. Abriste la
puerta y me fijaste en la pared con una mano alrededor de mi cuello. Te
pusiste frente a mí y me dijiste que te enfermaba y que la idea de follarme de
nuevo era suficiente para hacerte vomitar.
Guy se echó hacia atrás. —¿Te dije esas cosas?
Shane asintió. —Estaba devastado. Tanto que salí del hotel y conduje montaña
abajo a pesar de que estaba tan bebido que apenas pude llegar a mi coche.
Con un suspiro exasperado, Guy alcanzó y liberó su pelo del apretado moño
en que estaba. Shane no pudo evitar maravillarse por el pelo rubio oscuro que
cayó sobre los hombros de Guy. «Maldita sea.»
Guy apoyó sus codos en la mesa y se frotó las manos por la cara. —Creo que
puedo recordar eso… al menos pequeños trozos. —Alcanzó sus muletas—.
Voy a tumbarme un rato. Si quieres, quédate a comer. Sino llévatela a casa.
—Lo siento —Shane dijo. «Cristo.» Su voz sonaba como si su garganta
estuviese llena de cristal, pero necesitaba terminar mientras que aún pudiese. 58
—En el hospital me preguntaste por qué, y te conté alguna estúpida historia
sobre no querer que estuvieses solo. Pienso que creí eso realmente en ese
momento, pero ahora sé que fue la culpa lo que me hizo estar a tu lado. Por la
forma en que me fui esa noche y la condición en que estaba, pude muy bien
haber sido yo quien sacase de la carretera a Riley.
Guy salió de la habitación sin decir una palabra.
Shane se quedó mirando al espacio vacío donde Guy había estado sentado y se
preguntaba qué mierda acababa de hacer.

A medianoche, Guy estaba desquiciado por una bebida. Incluso estaba


considerando ir de puerta en puerta con la esperanza de que uno de los
huéspedes le vendiese alcohol.
—¡Joder! —Guy cogió su teléfono y miró en sus contactos. Sólo tenía unos
pocos números programados, por lo que no tardó mucho en encontrar lo que
buscaba. Puso el celular en su oído y rogó que la persona al otro lado de la
llamada pudiese ayudarle.
—Aquí Ed —el padrino2 de Guy en Alcohólicos Anónimos, respondió.
—Soy Guy. Necesito tu ayuda.
—¿Qué ocurre? —Ed preguntó. Su voz ruda y lenta de estar dormido, pero
como dijo a Guy el día que se conocieron, estaba ahí para ayudarle sin
importar la hora.
—Shane me dijo antes que él fue la razón por la que yo estaba en mi coche la
noche del accidente. Evidentemente, tuvimos una pelea. Le presioné. Y se fue.
Me debí sentir mal y fui tras él —Guy dijo.
—Bien. Me alegra que al fin puedas rellenar los espacios en blanco. Me has
dicho un par de veces cuánto te molestaba no poder recordar.

2
Sponsor en el original. Puede significar patrocinador, padrino, etc. Por el contexto de la historia
59
se eligió el más adecuado.
—Sí —Guy asintió—. Desafortunadamente, también aprendí que la razón por
la que Shane estuvo en el hospital fue porque se sentía culpable.
—¿Y? —Ed le incitó cuando Guy no continuó.
—¿Y? —Guy no podía creer que Ed no estuviese tan alterado como él—.
Shane no se sentó junto a mi cama porque se preocupase por mí. Lo hizo
porque se sentía culpable.
Ed se echó a reír. —¿Alguna vez te has sentado en una de esas malditas sillas
de hospital? Shane puede haber ido al hospital por vergüenza o culpa en la
parte que jugó en el accidente, pero te garantizo que no es la razón por la que
permaneció todas esas semanas.
Guy pensó en todo lo que Shane había hecho por él. Suponía que era posible,
pero aún no tenía sentido para él. —Si ese es el caso, ¿por qué no me lo dijo
antes? Sabe cuánto me han molestado los acontecimientos de esa noche. ¿Por
qué se guardaría algo así para él si sinceramente le importaba?
—No lo sé. Puede que Shane temiese que reaccionases justo como has hecho.
Todo lo que sé de él es lo que tú me has contado, pero a mí me da la impresión
de que ha hecho todo lo que podía para mantenerte sobrio mientras que se deja
el culo reconstruyendo Tall Pines.
Guy consideró los círculos oscuros que había visto bajo los ojos de Shane
últimamente. «Mierda.» Hasta ese día, Guy no había hecho nada para ayudar a
Shane, e incluso durante la reunión con Erico, estuvo tan centrado en la herida
de su pierna que no hizo más que estar sentado allí. Pensó el motivo por el que
había comenzado a beber en primer lugar y por qué había querido beber
después de su pelea con Shane. —Bebo para olvidar. No porque lo disfrute.
—Desafortunadamente, cada alcohólico tiene una razón para beber. Suena
como si en vez de tratar de olvidar lo que ocurrió con tu entrenador, deberías
contraatacar o conseguir la paz con lo que hizo —Ed señaló.
Guy negó con la cabeza, aunque supiese que Ed no podía ver su reacción. —Si
le contraataco en esta etapa, la gente dirá que estoy intentando excusar mis 60
acciones.
—Esto no se trata sobre las demás personas, Guy. Se trata de ti y de lo que
necesitas para sanar y seguir adelante con tu vida. Infiernos, tal vez puedas
evitar que Brandon lo haga a alguien más.
—Ya no entrena. Después de darle mis ahorros, estuvo en una juerga con
cocaína y fue detenido por la policía. Su abogado consiguió que redujesen los
cargos, por lo que sólo pasó unos meses en prisión, pero noticias como esa
viajan rápido entre atletas.
—Los hombres que se aprovechan de muchachos no paran porque tengan que
buscar otro tipo de trabajo. Casi puedo asegurar que Brandon es aún tan
depravado como era antes, y la pregunta es: ¿eres lo bastante fuerte para hacer
algo al respecto? —Ed preguntó.
—¿Qué infiernos? He llamado para apoyo moral, no para que me arrastres de
nuevo a la mierda que me hizo beber en primer lugar. —Lo último que Guy
quería era revivir sus años con Brandon—. Ya he superado eso. Con lo que
intento tratar ahora es con la mierda que ha ocurrido con Shane.
—No estoy de acuerdo —Ed dijo—. ¿Has hablado con Shane de Brandon?
—Infiernos no. ¿Por qué lo haría? —Guy debería haber sabido que Ed
convertiría la llamada en alguna especie de sesión de terapia. Psicólogo de
oficio, el viaje de Ed en el alcoholismo comenzó cuando uno de sus pacientes
cometió suicidio. No es que hubiese confesado su historia directamente a Guy
alguna vez, pero Ed era muy abierto sobre su vida en las reuniones. Hasta
ahora, Guy se había negado a contar su historia a alguien más que Ed, lo que
parecía ser un problema para su padrino Cristo. Nunca debería haber abierto
su alma a Ed.
—Porque me hablaste de la aventura que tuviste con Shane con total claridad.
—No lo hice —Guy discutió. Era mentira, por supuesto. Contó a Ed todo lo
que había que contar sobre Shane cuando Ed se preocupó porque regresase a
Tall Pines. No era el hotel lo que preocupaba a Ed, sino la proximidad a 61
Grizzly Bar.
—Pienso que estuviste sobrio con él más tiempo que en ningún otro momento
desde que comenzaste a beber —Ed continuó como si Guy no hubiese
hablado—, y creo que te asustó como la mierda.
—No te he llamado para esto —Guy recordó a su padrino.
—¿Tienes una bebida en tu mano? —Ed preguntó.
—No.
—Entonces estoy haciendo mi trabajo —Ed suspiró—. No todo el mundo va a
traicionar tu confianza, Guy. Puede que tuvieses que estar hablando con Shane
en vez de conmigo.
Guy comenzó a argumentar ese punto, pero paró antes de que las palabras
dejasen su lengua. Había confiado en tres personas en toda su vida; una
estaba muerta y dos le habían traicionado de la peor manera posible. Había
tenido la esperanza de solucionar las cosas con su padre, pero se desengañó
cuando su padre rehusó verle o hablar con él después del accidente. Era una
mierda incluso que hubiese querido la atención de su padre en primer lugar.
»¿Guy? —Ed preguntó.
—Sí. Escucho lo que me dices. —Guy se frotó la barba mientras pensaba en
Shane—. ¿Te conté lo anonadado que estaba de que Shane me visitase en
prisión?
—Lo hiciste —Ed dijo—. ¿Te sorprendió?
—Seguro. —Guy recordó cómo se sintió cuando entró en la sala de visitas y
vio la hermosa cara de Shane. Estaba en su momento más bajo, y sólo Shane
había estado allí para él—. Entonces, me convencí de que Shane era como
todos los demás en vida y que fingía ser agradable para conseguir lo que
pudiese de mí, pero puede que ese no fuese el caso.
Ed se echó a reír. —Parece que has cambiado de opinión.
62
—No completamente —Guy dijo—. Pero creo que estoy comenzando.
La risa de Ed se convirtió en una carcajada. —Has hecho más que comenzar.
Sólo te niegas a admitírtelo.
Guy se mordió el labio inferior. —Cuando admitió que había venido al
hospital por culpa, casi me mata.
—Seguro que lo hizo. Creo que dañaría a cualquiera, pero, de nuevo, él no
vino simplemente al hospital. Se quedó entonces, y está aquí ahora.
—Sí. —Guy sintió su garganta obstruirse de emoción y sus ojos comenzaron a
arder. ¿Era posible que alguien como él encontrase a alguien verdadero?
—Entonces, si has superado tu necesidad de beber, creo que deberías colgar el
teléfono e ir a hablar con Shane.
Guy miró al reloj sobre su mesita. —Es casi la una.
—Lo sé, créeme, lo sé —Ed bostezó—. Toma mi consejo, despiértale y habla
con él antes de que te convenzas de nuevo de que es como Brandon o como tu
padre.
—Puede. —Guy tenía mucho que pensar, porque sabía que si se abría a Shane,
tendría que contarle la historia entera.
»Gracias por estar ahí para mí —Guy dijo.
—Me alegra haber ayudado —Ed respondió—. Llama en cualquier momento.
—Lo haré. —Guy colgó el teléfono y se preguntó si contar a Shane todo era la
decisión acertada. Shane no era el tipo de hombre que pensaría menos de él
por lo que permitió que ocurriese, pero ¿y si Guy había sido demasiado
imbécil? ¿Y si Shane se negaba a darle otra oportunidad? Si derramaba sus
entrañas, Shane tendría munición contra él.
—¡Joder!

63
Shane observó el plato frente a él. Como hacía cada mañana, había tomado
gran cuidado en prepararse un desayuno completo. Podría parecer tonto para
algunas personas, pero mientras crecía, había envidiado a las familias que veía
en la televisión que se sentaban y tomaban un buen desayuno juntos antes de
comenzar su día. Se prometió que si alguna vez tenía una casa, se sentaría en
la mesa de la cocina y tendría una verdadera comida cada mañana.
Desafortunadamente, el perfectamente preparado jamón, queso y tortilla de
cebolleta no era suficiente para abrir su apetito. Se había reprochado toda la
noche haber contado a Guy la verdad sobre el accidente. En una conversación
se las había arreglado para fastidiar lo que había conseguido.
Un golpe en su puerta captó su atención. Shane se puso de pie cuando escuchó
a Guy gritar de dolor poco después. Olvidando el desayuno, corrió a auxiliar a
Guy. Abrió la puerta de golpe.
—Mierda. ¿Qué ha ocurrido?
Guy estaba sentado en un escalón a mitad de camino en las escaleras con la
cara en sus manos. La caja color verde oscura que Shane había recuperado de
casa de Guy estaba a su lado en el suelo junto a la muleta de Guy.
—¿Guy? —Shane recogió la caja y la muleta y luego se sentó junto a Guy.
—Durante años he intentado culpar a mi entrenador y a mi padre por en qué
me había convertido. Anoche quería una bebida tan malamente que finalmente
llamé a mi padrino de Alcohólicos Anónimos, e intenté culparte de mí
debilidad por lo que me dijiste. —Guy levantó la cabeza y se giró para mirar a
Shane—. Soy un borracho y nadie tiene la culpa más que yo. 64
—No eres un borracho —Shane corrigió—. Eres un alcohólico. Hay una gran
diferencia. — Había vivido con un par de borrachos, por lo que sentía tener
motivos para hacer la distinción.
Guy bajó la cabeza y miró fijamente a sus manos. —El punto es, que aunque
he estado en incontables reuniones en los últimos meses, nunca me he culpado
realmente por beber. — Respiró profundamente y dejó que el aire saliera
lentamente.
Shane permaneció en silencio, sabiendo que Guy no había terminado, dándole
tiempo para reunir sus pensamientos. Mientras esperaba, notó el reciente
moratón que se revelaba en el pómulo de Guy. —Vamos dentro. Puedo
hacerte el desayuno y conseguir hielo para tu cara.
Guy negó con la cabeza. —Si no digo esto ahora, no creo que lo haga alguna
vez. —Sacó una pequeña llave del bolsillo de su chaqueta y señaló la caja—.
Ábrela —dijo, dando a Shane la llave. Shane estuvo tentado a abrir la caja
cuando encontró esa estúpida llave en el cajón del escritorio de Guy, pero se
negó a caer en la tentación. En este momento, agradecía haber esperado a que
Guy compartiese cualquiera que fuese el secreto que mantenía en esa maldita
caja.
»Antes de que la abras, necesito decirte algo —Guy dijo.
—De acuerdo. —Shane dejó la caja junto a su cadera y esperó.
—Cuando vine a Cattle Valley, tenía este estúpido sueño de que finalmente
había encontrado el lugar en que debía estar, pero había mucha prensa
alrededor en todo momento porque un atleta Olímpico saliendo del armario
parecía ser algo grande. —Guy se encogió de hombros—. Echando la vista
atrás, probablemente debería haberme mudado sin anunciarlo, pero estaba
cansado de esconderme.
Shane asintió cuando Guy le miró, esperando que fuese el gesto adecuado para
que Guy siguiese hablando.
»Si se debía a la prensa, a mi nombre o a mí, aún no lo sé, pero la buena gente 65
de Cattle Valley no me dio la bienvenida. Ahora que pienso en ello, podía
tener algo que ver con que me fuese a la cama con cualquiera. Sé que era una
puta, pero durante mucho tiempo tuve miedo a actuar sobre mis deseos hacia
los hombres. Una vez que salí, probablemente actué como un niño en una
tienda de caramelos. Independientemente de cuál fuese la razón, incluso los
chicos con los que dormía, no querían de mí mucho más que una follada. Tall
Pines y mi casa se llevaron la mayor parte de mis ahorros, por lo que no podía
elogiar a mis amantes con regalos. Una vez que comprendían que no iba a
llenarles con caros regalos, buscaban en otro sitio.
Shane alcanzó y cubrió la mano de Guy con la suya. —Lo siento.
—No te he contado esto para que sientas lástima por mí, sino que espero que
te ayude a comprender un poco cuando te cuente la siguiente parte —Guy
dijo—. Puedes abrirla ahora.
Shane recuperó la caja y usó la llave para abrirla. Dentro, descubrió un
montón de fotografías mantenidas unidas por una goma.
—Comencé a recibir aquellas aproximadamente un año después de mudarme
aquí —Guy explicó.
Shane reconoció una versión mucho más joven de Guy en la primera foto. En
la imagen, Guy estaba desnudo frente a una pared de espejos, en lo que
parecía ser un gimnasio casero. Shane no sabía por qué Shane estaba desnudo
en la foto, pero cualquiera que fuese la razón, la foto le hizo sentir mal del
estómago. —¿Qué edad tenías?
Guy se inclinó a observar la imagen. —Doce. Mi entrenador, Brandon Miles,
me convenció de que necesitaba plasmar el progreso de mis entrenamientos
diarios guardando un registro de cómo mi cuerpo cambiaba con cada régimen.
Shane tragó la bilis que se elevaba por su garganta. Echó un vistazo a algunas
fotos más y cerró la tapa de la caja. —¿Cuánto tiempo duró esto?
Guy se rascó la barba. —Un año y medio más o menos. —Cerró sus manos en
puños pero no se alejó del toque de Shane—. A raíz de mi decimocuarto 66
cumpleaños, Brandon me dijo que no podía seguir entrenándome gratis. Dijo
que todo el mundo tenía que pagar su camino en la vida, y ya que mi padre no
tenía el dinero, dependía de mí pagar mis propias deudas.
«Mierda. Mierda. Mierda.» No había que ser un genio para imaginarse la
forma de pago de la que hablaba Brandon. Shane empujó la caja de metal de
su regazo y observó cómo cayó rodando por los escalones.
—Sé que eras joven, pero deberías haberlo reportado a la policía una vez que
fuiste lo suficientemente mayor para comprender lo jodida que era la situación
—Shane dijo.
Guy negó con la cabeza. —Durante años, me convencí a mí mismo de que
Brandon me amaba, y para un niño que no tiene amigos, esa relación
significaba todo. Dormíamos juntos hasta que fuimos a los Juegos Olímpicos.
Tuve que compartir habitación con otro chico de mi equipo, y me dijo que
Brandon se sobrepasó con él y lo disgustado que estaba con el viejo
pervertido. Quint, mi compañero de equipo, dijo que quería hacer una
reclamación formal contra Brandon.
Shane no recordaba haber escuchado nada en ese momento, pero era mucho
más joven que Guy. —¿Lo hizo?
—No. Desafortunadamente, estábamos en medio de los juegos y el entrenador
personal de Quint le dijo que lo dejase pasar porque no merecería la pena el
escándalo que causaría. Me hizo pensar, sin embargo. No sólo porque Quint
llamó a Brandon viejo pervertido, sino que me di cuenta que no significaba
tanto para Brandon como me había imaginado. Entonces, cuando los juegos
terminaron, intenté poner distancia entre Brandon y yo. Contraté una firma de
relaciones públicas para que me ayudase a sacar provecho de mis triunfos, y
comencé a hacer publicidad de muchos productos y comerciales.
—¿Fue ese el final entonces? —Shane preguntó.
—No. Brandon continuó llamando, exigiendo un porcentaje de cada trato que
hacía. Llegué al punto donde Brandon recibía una cantidad de dinero más
grande que yo. —Guy miró a Shane—. Ahí es cuando hice la entrevista y salí
67
del armario. Mi equipo de relaciones públicas me advirtió que probablemente
perdería todos los apoyos, pero estaba cansado de ser manipulado por
Brandon, por lo que hice lo que sentía debía hacer. Una vez que salí de ese
mundo y me vine a Cattle Valley, pensé que todo se había terminado.
—¿No fue así? —Shane no sabía si podría manejar más, pero necesitaba
saberlo todo.
—Durante unos años, pero ocurrieron cosas y Brandon se fundió su dinero. —
Guy señaló a la caja tirada en el suelo—. Comencé a recibirlas por correo… a
veces tres o cuatro a la vez. Me rompí, y finalmente llamé a mi padre,
esperando que de alguna forma pudiese ayudarme.
—¿Lo hizo? —Shane no sabía por qué preguntó eso, porque, en su interior,
sabía la respuesta.
Guy rio. —No sólo no ayudó, resultó que había sabido todo el tiempo lo que
Brandon me estaba haciendo. Evidentemente, los dos habían llegado a un
acuerdo cuando Brandon se ofreció a entrenarme desde el principio.
—¡Joder! —Shane pensaba que su padre era el peor padre que existía sobre la
faz de la tierra, pero obviamente se había equivocado. El padre de Guy y
Brandon deberían ser encarcelados en las entrañas del infierno por el daño que
habían hecho. Shane resopló enojado y curvó sus manos en puños.
Guy asintió. —Sí, y como no tenía a nadie en el pueblo que me ayudase con
ello, comencé a beber porque cuando estaba borracho, no me importaba que
alguien me estuviese amenazando con vender esas fotos a la prensa. Infiernos,
bebido, ni siquiera me importaba que los tipos que llevaba a la cama no
quisieran nada más que mi polla. —De repente pareció pensativo—. Excepto
tú.
Shane rodó los ojos. —Sólo porque esté aquí ahora no significa que me tengas
que adular.
—No lo hago. Te dije antes que apenas recordaba nuestro tiempo juntos, pero
mentí. Lo recuerdo. Recuerdo como se sentía despertarse sobrio junto a 68
alguien con quien no lamentaba estar. Lo recuerdo —Guy susurró.
Shane envolvió sus brazos en la cintura de Guy. —Lo recuerdo también.
Entonces, ¿por qué rompiste conmigo?
—Porque te estabas acercando demasiado, y no podía confiar en eso… en ti.
Shane sintió calentarse su cara mientras se encolerizaba. —¿Alguna vez te he
dado una razón para que no confíes en mí?
—No, pero dejé de creer que había gente buena en el mundo hace mucho.
Hasta ese momento, todo lo que había conocido era la traición. Realmente, no
fue hasta que hablé con mi padrino de Alcohólicos Anónimos anoche que me
di cuenta que aún te retenía a cierta distancia. —Guy se giró ligeramente hacia
Shane, y acarició la mejilla de Shane con el dorso de su mano—. Has sido el
único amigo verdadero que he tenido, y te he tratado como al enemigo —
lágrimas inundaban los ojos de Guy—. Lo siento.
El sonido de la puerta de un coche al cerrarse dos cabañas más abajo recordó a
Shane que aún estaban en el exterior. —¿Estás seguro que no prefieres entrar?
Guy se encogió de hombros. —Quizás, pero ahora mismo no creo que
sobreviva a otra caída. —La esquina de su boca se inclinó hacia arriba.
Shane soltó su agarre en Guy y se puso de pie. Bajó los escalones corriendo,
cogió la caja verde y la metió bajo su brazo antes de regresar al lado de Guy.
Ofreció una mano y esperó a que Guy aceptase la ayuda ofrecida. —Vamos.
No te voy a dejar caer.
—¿No estás cansado de ser siempre mi apoyo? —Guy preguntó, mientras
usaba la barandilla para ponerse de pie.
Shane pasó a Guy la muleta y puso su mano en la espalda de Guy para
estabilizarle. No sabía cómo contestar a la pregunta, pero parecía que Guy
esperaba su respuesta. —No —finalmente dijo—. Siempre y cuando lo sigas
intentando, estoy feliz de ayudar en todo lo que me dejes.
La expresión de Guy se volvió pensativa y luego despacio saltó los tres 69
escalones hasta alcanzar el porche. Tomó alguna maniobra, pero Guy
finalmente llegó a salvo dentro de la cabaña.
—¿Tienes hambre? —Shane preguntó, preguntándose si Guy había comido
algo desde su pelea la tarde anterior.
—Un poco. —Guy inclinó su cabeza hacia atrás e inhaló—. ¿A qué huele?
Shane negó con la cabeza. —Tortilla. Acababa de sentarme cuando te escuché
afuera. Probablemente ya es incomible y no tengo suficientes huevos para
hacer una para cada uno. ¿Qué te parece tortitas o gofres?
—Las tortitas están bien para mí. Los gofres son demasiado difíciles de untar.
—Guy caminó dando saltos hasta la cocina.
Shane odiaba señalar lo obvio, pero no podía evitarlo. —Te sería mucho más
fácil caminar si usases tus dos muletas.
Guy se dejó caer en la silla más cercana. —Me golpeé la axila en la puerta del
coche ayer cuando me caí. Está demasiado sensible para manejar la muleta.
Shane se preguntó por qué Shane no le había dicho nada. —¿Quieres que le
eche un vistazo?
—No es necesario. Sólo explicaba por qué no podía usar las dos muletas. —
Guy levantó la vista a Shane, y por un momento, Shane se perdió
completamente en el hombre frente a él.
Guy parpadeó y se aclaró la garganta. —El café huele bien. ¿Te importa si
tomo un poco?
Shane no dejó pasar la oportunidad para romper el intenso contacto visual
entre los dos. —Seguro. —Rápidamente se puso a servir una taza a Guy y
después se sentó frente a él—. ¿Cuántas tortitas quieres comer?
—Depende de lo grande que sean, pero tres o cuatro deberían llenarme —Guy
dijo.
Shane asintió y regresó al mostrador. Necesitaba tiempo para digerir todo lo
que Guy le había contado. 70
Le costaba imaginarse a alguien siendo hostil en Cattle Valley con Guy
cuando llegó, pero no tenía motivos para dudar de la palabra de Guy. Contra
más lo pensaba, más comprendía que se había dado a la bebida buscando
confort. Hasta entonces, todo el mundo en que confió, le había traicionado. De
repente, algo que Guy le dijo antes le golpeó. Cerró el frigorífico y puso la
leche y huevos sobre el mostrador.
—Sabes ahora que Brandon no habría ido nunca a la prensa con esas fotos,
¿verdad? —Shane preguntó.
—Lo pienso ahora, pero en ese momento no. Brandon estaba usando drogas, y
definitivamente estaba demasiado desesperado para hacer cualquier por
conseguir dinero.
—¿Cuándo dejó de chantajearte? —Shane midió la mezcla antes de verterla
en un bol.
—No he escuchado de él desde el accidente. Puede que tenga la ley demasiado
cerca de mí para su comodidad.
Shane no sabía cuál era el tiempo límite en crímenes sexuales contra niños,
pero seguramente Guy podría ir tras Brandon por el chantaje. —¿Has
considerado ir al sheriff?
—Sí, pero por ahora, Brandon me está dejando tranquilo. Ahora que estoy
sobrio y puedo pensar con claridad, me preocupa que salga toda la historia,
incluidas las fotos. Puede que esté siendo egoísta, pero no estoy seguro de
poder estar sobrio si los medios me ponen en su punto de mira de nuevo —
Guy explicó.
A Shane le desgarró el corazón el dolor que detectó en la voz de Guy. Dejó el
batidor a un lado y se movió al lado de Guy. —Esta vez, me tendrás como
apoyo. No permitiré que te apartes de nuevo.
Guy extendió la mano y rodeó su brazo en la cintura de Shane, tirando de él
para acercarle. —¿Crees en las segundas oportunidades?
Shane se quedó sorprendido por el contacto físico, pero rápidamente se 71
recuperó. —Seguro. Es por lo que me alegra que vinieras al pueblo ayer. Lo
he dicho antes, Cattle Valley es el hogar de las segundas oportunidades.
—No me refiero a la gente del pueblo. Te estoy preguntando si hay alguna
posibilidad de que me des una segunda oportunidad. —Guy inclinó su cabeza
hacia atrás para poder mirar a Shane a los ojos.
Shane ahuecó el ahora magullado lado de la cara de Guy. —Te di mi corazón
hace mucho tiempo, y a pesar de que mis amigos creen que estoy
absolutamente loco, no hay nadie que me haga sentir como tú hiciste. —
Terminó su declaración con un ligero beso en los labios de Guy.
Con un ruido que sonó sospechosamente como un gruñido, Guy apretó su
agarre y puso a Shane sobre su regazo. —Si vas a besarme, hazlo como es
debido.
Shane se giró para estar frente a Guy. Enrolló su dedo en uno de los rizos
rubios que se habían escapado del moño de Guy, y como siempre hacía
cuando estaba en presencia de Guy, se impresionó de lo hermoso que era. No
podía creer que estuviese dudando. Estar en los brazos de Guy de nuevo era
todo lo que quiso desde la mañana que Guy le dijo que habían terminado, pero
ahora que estaba afrontando la posibilidad, se preguntaba si Guy estaba
preparado para algo serio.
—¿Qué? —Guy preguntó.
—No estoy seguro de que sea una buena idea. Ha pasado mucho tiempo desde
que has estado con alguien, y supongo que tengo miedo de ser tu trampolín
para volver al juego. —Shane apoyó sus brazos sobre los hombros de Guy,
sabiendo que nunca se perdonaría por rechazar la oferta.
Guy se inclinó hacia adelante y descansó su frente en la clavícula de Shane. —
Nunca he estado en una relación porque nunca he permitido que nadie se
acerque así a mí. Te lo he dicho, la confianza no es fácil para mí, pero después
de pasar toda una noche pensando en todas las equivocaciones de mi vida,
comprendí que eras lo único que sentía correcto. Es el motivo por el que te
aparté para empezar. No es que no confiase en ti, no confiaba en mis propios
72
malditos instintos cuando se trataba de ti.
—¿Y qué te dicen tus instintos ahora? —Shane preguntó, queriendo tantísimo
poder confiar que podía ser suficiente para Guy.
Guy pasó sus manos por la espina de Shane varias veces antes de contestar. —
Qué no eres el tipo de hombre que saldrá corriendo a la primera señal de
problemas. Qué puedo decirte cualquier cosa y qué harás todo posible por
comprenderlo. —Se encogió de hombros—. Qué si te doy mi corazón, lo
cuidarás.
—Lo haría —Shane afirmó. Ahora que sabía más sobre los antecedentes de
Guy, Shane comprendía por qué Guy era tan asustadizo. Extrañamente, Shane
de repente se sentía asustadizo también. Una cosa era amar a Guy desde lejos,
pero al afrontarlo en la realidad, estaba nervioso.
—¿Puedo besarte ahora? —Guy preguntó.
Preparándose por el ataque de necesidad sexual que intentó tan duramente de
mantener a raya, Shane asintió. Antes de que pudiese prepararse, la boca de
Guy estaba en la suya, e infiernos si el beso no encendía cada célula de su
cuerpo. Cuando la lengua de Guy delicadamente presionó contra la junta de
sus labios, Shane abrió la boca. Guy sabía al fuerte café que Shane prefería y
provocó visiones de perezosas mañanas de domingo en la cama con Guy
leyendo el periódico y haciendo el amor.
Shane se deslizó del regazo de Guy lo suficiente para cambiar posiciones. Sin
romper el beso, se sentó a horcajadas sobre Guy y se complació al sentir la
dura longitud de la erección de Guy contra su culo. Había pasado mucho
tiempo desde que dejó que alguien le follase porque nadie podía competir con
Guy. Se había citado con unos cuantos hombres desde que rompió con Guy,
pero siempre se sintió como si les engañase.
Guy bajó sus manos para agarrar el culo de Shane a través de sus pantalones
de trabajo. Mierda. Shane gimió antes de apartarse del beso.
—Tengo que ir a trabajar —Shane dijo, antes de zambullirse en busca de otro 73
beso—. Tengo una presentación que hacer para Asa, no puedo fastidiarla. —
Rezó para que Guy lo entendiese.
Guy miró fijamente la boca de Shane y recorrió la punta de su lengua a través
del labio inferior de Shane. —¿A qué hora terminarás?
—No estoy seguro. Termino de trabajar sobre las cinco y media, pero se
supone que tengo que conducir a Sheridan para recoger unos folletos nuevos
de la imprenta. —Shane se preguntó brevemente si podría pedir a la imprenta
que mandase las malditas cosas.
—Déjame ayudar —Guy dijo—. Puedo preguntar en recepción si hay algún
transporte previsto a Sheridan. Si me pueden llevar, iré a por los folletos, si
me das una dirección.
Shane estuvo a punto de aprovechar la oportunidad, pero recordó las heridas
de Guy. Sugeriría a Guy que pidiese ayuda al conductor, pero Guy era muy
susceptible cuando se trataba de cosas que no podía hacer por su cuenta. —¿Y
tú pierna? Sólo deberían ser dos cajas, pero imagino que pesarán.
Guy frunció las cejas. —Pediré en la imprenta que las carguen en la furgoneta.
Shane estaba muy orgulloso de Guy por el compromiso. —Entonces, sí, lo
apreciaría.
—Bien. —Guy exprimió el culo de Shane—. En ese caso, ven a mi casa al
salir del trabajo, prepararé la cena.
—¿Sabes cocinar? —Shane nunca había visto a Guy hacer algo aparte de sopa
y sándwiches.
—No, pero me pueden traer algo del Grizzly Bar —Guy sugirió.
—De acuerdo. Suena genial. —Shane bajó del regazo de Guy—. Lamento no
haber tenido tiempo para hacernos el desayuno.
—No te preocupes por eso. Conseguí de lo que estaba hambriento —Guy
sonrió.
74
Shane rio como respuesta. Le gustaba ver a Guy feliz. —Mientras que estás en
Sheridan, ¿por qué no paras en un lugar de suministros médicos y compras
una de esas muletas de antebrazo? Creo que serían mucho más fáciles de usar.
—No debería gastar dinero en algo como eso —Guy dijo.
Aunque casi se había llevado todos los ingresos de la casa de Guy pagar el
hospital y las tasas de abogados, Shane sabía que a Guy le quedaba un poco,
porque fue él quien manejó las finanzas de Guy mientras estuvo en prisión.
—Deberías tener más que suficiente para un nuevo par de muletas. —Shane se
frotó la barbilla. Había querido hablar con Guy sobre hacerse con una prótesis
de mejor calidad, pero con Guy, el momento lo era todo.
Guy alcanzó la muleta que estaba apoyada contra la mesa. —Pensaré en ello.
—Se levantó, equilibrándose con la muleta, y una mano en la mesa.
Shane llenó su taza de viaje con café y recuperó su bolsa de mensajero. Listo
para irse, paró en frente de Guy e inclinó su cabeza hacia atrás. —Aprecio de
verdad que vayas a Sheridan por mí.
Guy se inclinó y le dio un corto, pero profundo, beso. —No me des las gracias
por hacer algo que debería haber estado haciendo hace tiempo. Sé que no he
ayudado desde que he salido.
—Sólo necesitas algo de tiempo para aclimatarte —Shane dijo, antes de darle
otro beso rápido.
—No es eso. Cuando vine aquí y vi cuánto lograste hacer, supongo que me
sentí un poco amargado por ello. Has hecho más en siete meses de lo que yo
hice en todos los años que tuve el lugar.
Shane dio un paso atrás. —Es más fácil para mí porque probablemente soy
demasiado confiado, y no me importa pedir ayuda.
Guy asintió. —Probablemente. —Se inclinó y mordió la barbilla de Shane—.
¿Preparado?
—Sí. —Shane envolvió su brazo en la cintura de Guy y ayudó a estabilizarlo
cuando salieron de la cabaña. Más allá del proyecto que tenía que presentar, 75
dudaba hacer mucho más trabajo. Tenía mucho en que pensar antes de la cena
con Guy.

76
Guy hizo todo lo posible por poner una mesa agradable en su cabaña. La única
vela que pudo encontrar fue una pequeña que había en el borde de la gran
bañera del jardín, pero asumió que funcionaría. El timbre de la puerta sonó y
miró el reloj. Cinco cuarenta.
Shane había escrito para decir que corría a su cabaña después del trabajo para
cambiarse, y que le esperase alrededor de las cinco cuarenta y cinco. Guy
esperaba que estuviese el servicio de habitación en la puerta y no Shane.
Podría parecer tonto, pero quería tener la comida en la mesa y las luces
atenuadas antes de que Shane llegara.
Guy fue hasta la puerta con facilidad. Se alegraba de que Shane hubiese
sugerido las muletas de antebrazos porque eran malditamente mucho más
cómodas para moverse. Presionó su mejilla en la puerta y miró a través de la
mirilla. Mierda. Iba a matar a quién fuese el responsable del servicio de
habitación. Había hecho el pedido hace horas y pidió que se lo entregasen a
las cinco y media.
Guy abrió la puerta. —Hola.
Shane sonrió al ver las nuevas muletas de Guy. —Las conseguiste.
—Sí. —Guy se movió hacia atrás para que Shane pudiese pasar. Vestido con
vaqueros y una sudadera, Shane se veía para comérselo. Todo el día estuvo
pensando en los besos que compartieron por la mañana, pero ahora que Shane
estaba en frente de él de nuevo, se sentía nervioso.
—La comida aún no está aquí —Guy dijo—. No sé qué ocurre en el Grizzly
Bar, pero necesitan hacer algo con el servicio. 77
Shane suspiró. —Lo sé. Hablé con Ezra sobre eso la semana pasada. Tienen
dos cocineros ahora mismo y están haciéndolo lo mejor que pueden. —Puso
sus manos en la cadera de Guy—. Estoy seguro que podemos encontrar algo
que hacer mientras esperamos.
Guy echó un vistazo a la pequeña vela encendida en la mesa y se preguntó
cuánto duraría.
Nunca en su vida había intentado ser romántico con alguien, y estaba
descubriendo rápidamente que no tenía ni idea de lo que estaba haciendo. En
el pasado, apenas había hablado con un chico antes de invitarles a la cama, por
lo que no estaba seguro de lo siguiente a hacer. —Podríamos ver la televisión
o algo.
Shane meneó las cejas. —O algo.
Guy sintió un momento de pánico por la sugerencia de Shane. No había tenido
sexo desde antes del accidente y, a pesar de que su polla aún estaba en
perfecta condición para trabajar, el resto de su cuerpo había cambiado.
Infiernos, ni siquiera sabía cuál sería la mejor posición con su nueva
limitación.
Shane comenzó a andar hacia atrás. —¿Vienes? —preguntó mientras torcía el
dedo.
Intentando aplacar sus nervios, Guy siguió a Shane e hizo su camino al sofá.
Tuvo que recordarse que Shane le había visto en su peor momento. El hecho
de que Shane aún quería algo con él ayudaba, ¿pero y si el sexo arruinaba
todo? Se sentó en el sofá y dejó sus nuevas muletas al lado.
Shane se quitó los zapatos. —¿Te importa si me pongo cómodo?
—Para nada. —Guy pensó en los pantalones de vestir y la camisa blanca que
se había puesto a propósito. Estaba esforzándose demasiado. Quizás debería
dejar que las cosas entre ellos ocurriesen de forma natural, en vez de intentar
ser alguien que pensaba Shane se merecía, porque sin importar lo que hiciese,
siempre sabría que Shane se merecía más que un minusválido alcohólico, roto. 78
Shane se sentó en el regazo de Guy. —Piensas demasiado. —Frotó su pulgar a
través del pliegue entre las cejas de Guy—. Si no estás preparado para esto,
podemos simplemente sentarnos y ver la TV.
Guy llevó sus manos a las caderas de Shane. —¿Puedes creer que estoy
nervioso?
Shane le estudió por varios segundos. —Supongo que es normal. Ha pasado
mucho tiempo desde que hemos estado así.
Guy negó con la cabeza. —No es eso, bueno, no exactamente. No he tenido
sexo desde… —Apretó sus ojos cerrados—. Ayudarme cuando me veo así, y
encontrar a alguien como yo atractivo después de que has visto que el paquete
entero es otro. —Guy sintió suaves labios presionar contra su boca.
—Hay muchas cosas que necesito decirte, pero déjame comenzar con esto —
Shane susurró—. Ahora mismo, eres más sexi de lo que alguna vez lo has sido
para mí. Puede que esté loco, pero por primera vez, creo que estoy frente al
verdadero tú y no frente a la máscara que siempre has llevado para alejar a la
gente.
Guy abrió los ojos y miró fijamente a Shane. Cristo, ¿qué he hecho para
merecer a este hombre? —Me gustaría decir que tienes razón. Qué siempre he
sido un hombre bueno que escondía un corazón tierno tras la fachada de un
imbécil, pero sería una mentira. Permití que Brandon me follase porque le
necesitaba para llegar a donde quería ir. Mientras crecía, sólo me importó una
cosa «ser el mejor», conseguir el oro, y que mi padre se sintiera orgulloso.
Pensaba que me lo merecía porque había sacrificado más que cualquier otro
oponente en la pista. Después de conseguirlo, comprendí que ni siquiera el oro
podía hacerme feliz.
Shane comenzó a llenar la cara y cuello de Guy de gentiles besos.
—Mentí cuando dije que nadie en Cattle Valley quería ser mi amigo cuando
vine a aquí. La verdad es, que no creo que les diese la oportunidad de ser
agradables conmigo. —Guy tosió en un intento de aclarar el nudo formado en
su garganta—. Para cuando vine aquí, tenía un enorme resentimiento porque
79
comprendí que había sacrificado mi vida, mi inocencia para obtener algo que
no era posible para alguien como yo.
—¿Qué quieres decir con alguien como tú? —Shane comenzó a desabotonar
la camisa de Guy—. No debes culparte por lo que Brandon te hizo. Creo que
tu espíritu estaba tan aplastado en el momento que los juegos terminaron que
te encontrabas incluso perdido. Puede que te hayas dado al sexo y a la bebida
por un tiempo, pero, en mi opinión, creo que te encontraste de nuevo estando
en prisión.
—No. —Guy negó—. Pude haber soñado con el tipo de hombre que quería
ser, pero no ha sido hasta hoy que he decidido perseguir a ese hombre con
todo el trabajo y compromiso que una vez puse en esquiar. —Besó la barbilla
de Shane—. Me das la esperanza de poder ser una persona mejor, pero eso es
lo que más me asusta. ¿Y si lo mejor de mí no es lo suficientemente bueno?
—Lo es —Shane contestó rápido—. Sabes cómo crecí.
—Sí, pero venciste a tu situación. —Guy estaba asombrado de la persona en
que Shane se había convertido a pesar de sus primeros años.
—Lo hice, pero no tuve elección. No tuve un padre avaricioso ni un
entrenador pervertido guiándome el camino que querían para mí. Fui
afortunado porque tuve a Cookie. Ese hombre creyó en mí. Fue quién me
animó a ir a la universidad, porque dijo que merecía más que la carta que me
había tocado en la vida. —Shane presionó su palma sobre el corazón de
Guy—. Ahora yo te digo lo mismo. Te mereces más que la carta que te ha
tocado vivir, pero eres el único que puede barajar las cartas e intentarlo de
nuevo.
Guy pensó en toda la gente que había ofendido y aquellos que le agraviaron a
él. Tenía que tomar una decisión. Durante años, estuvo tan concentrado en
Brandon y en su padre que había usado el dolor de su traición para justificar
sus acciones. En su corazón sabía que la única forma de seguir adelante y
solucionar los errores que había cometido era dejar a su entrenador y a su
padre en el pasado. Aún estaba inmerso en sus pensamientos cuando sonó el 80
timbre de la puerta.
—Aquí está la cena —Shane dijo, saliendo de su regazo.
Guy observó a Shane caminar hasta la puerta. De repente, comer era lo último
que quería. Alcanzó sus muletas. El pollo frito y las guarniciones que había
ordenado podían esperar. Fue a su habitación mientras que Shane continuaba
hablando con el empleado que les había llevado la cena.
Para el momento en que Shane le llamó, Guy luchaba por quitarse su ropa
interior. —¿Guy? —Shane llamó de nuevo.
—Aquí —Guy respondió, poniéndose bajo las sábanas. Esperaba que llegase
un momento en que no le importara exponerse totalmente a Shane pero, por el
momento, estaba más cómodo escondiendo su obvia imperfección.
—Greg se ha disculpado por el retraso. Supongo que al cocinero que entró de
turno a las cinco no le dieron tu orden enseguida. —Shane apareció en el
marco de la puerta—. Um, ¿Lo tomo como que vamos a comer más tarde?
—¿Te parece bien? —Guy alcanzó bajo la manta y envolvió la mano en su
polla. Dio a su creciente longitud varias caricias, esperando tentar a Shane, a
pesar de haber arruinado el humor en el salón.
Shane alcanzó y agarró la parte inferior de su sudadera. —¿Tienes condones o
voy corriendo a mi casa primero?
Guy señaló el cajón. —Compré suministros cuando estuve en Sheridan —
sonrió—. Tenía esperanza, supongo.
—¿Esperanza? —Shane tiró la sudadera al suelo y se dirigió a la cremallera de
sus pantalones.
Guy no podía apartar los ojos de Shane. ¿Cómo podía haber olvidado lo
perfecto que era el cuerpo de Shane?
Shane paró antes de bajarse los pantalones. —Por favor, no me mires así.
—¿Por qué? Eres impresionante, y solías andar desnudo a mí alrededor a 81
todas horas. — Pre semen goteaba de la polla de Guy mientras continuaba
subiendo y bajando su puño.
Las mejillas de Shane pasaron a un dulce tono rojizo. —Eso era antes.
Guy se llenó de culpa. Por mucho que quisiera evitar discutir sobre su ruptura,
sabía que la primera persona con que necesitaba reparar el daño estaba frente a
él. Apartó la manta. —Ven aquí.
Shane terminó de quitarse la ropa y deslizándose entre las sábanas fue a los
brazos de Guy.
—¿Recuerdas lo que hicimos la noche anterior a nuestra ruptura? —Guy
deslizó su brazo alrededor de Shane y de un tirón le puso contra su pecho.
Shane sonrió. —Tuvimos un picnic en lo alto de la montaña para celebrar que
finalmente conseguí bajar esquiando toda la pista sin caerme.
Guy asintió. —Creo que exageras un poco. Teníamos sándwiches y cerveza
fría, pero si pensaste que eso era un picnic, lo dejaré pasar, porque lo que
comimos no tenía importancia. ¿Recuerdas lo que hicimos cuando regresamos
a casa?
Shane enterró su cara en el cuello de Guy. —Tuvimos sexo.
—Tuvimos el mejor sexo que tuve en mi jodida vida —Guy le corrigió—.
¿Pero qué más ocurrió? ¿Recuerdas?
—Te dije que me estaba enamorando de ti —Shane susurró.
—Sí. —Guy llevó sus labios a la frente de Shane—. Ya te he dicho que
comenzaba a confiar en ti, y lo hacía, pero cuando me dijiste como te sentías,
intenté convencerme de que eras como los otros. A mis ojos, no podía ser
amado, y cuándo me lo dijiste, lo usé contra ti. Sé que dije cosas horribles y
dudo que alguna vez pueda compensarte, pero me gustaría intentarlo si me
dejas.
—¿Cómo vas a hacerlo? —Shane preguntó.
—Bueno, para empezar, voy a demostrarte cuánto me enciende tu cuerpo — 82
Guy dio un pequeño empujón en el hombro a Shane—. Túmbate sobre tu
espalda y deja que cuide de ti.
Shane rio. —No va a durar mucho. Estar piel con piel contigo me tiene listo
para disparar.
Guy sonrió. Había olvidado lo juguetón que era Shane era en la cama. ¿Cómo
infiernos podía haber olvidado eso? Bajó su dedo por el cuello de Shane hasta
el escaso parche de pelo negro sobre su pecho. Mientras se tomaba su tiempo,
jugando con cada pezón, intentó pensar en otras formas de mostrar a Shane
cuánto le quería y necesitaba. Se inclinó y pasó su lengua por una aureola
marrón-chocolate antes de cambiar a la siguiente.
Shane alcanzó por arriba y tiró de la banda elástica que sostenía el moño de
Guy. —Desde que te lo has dejado crecer, he querido sentirlo tocándome.
Guy se elevó sobre sus antebrazos hasta que sólo las puntas de su pelo
acariciaban el cuerpo de Shane. —¿Así?
—Oh Dios, sí —Shane gimió.
Guy trabajó su camino bajando por el cuerpo de Shane, reconociendo la piel
bronceada con lamidas y besos, dando placer donde podía y disfrutando de los
gemidos de acompañamiento de Shane. Nunca había sido la clase de amante
que se preocupaba de los juegos previos, a menos que estuviese en la parte
receptora de una expertamente ejecutada mamada, pero con cada pequeña
embestida de las caderas de Shane o sexi gruñido, estaba rápidamente
convirtiéndose en fan de ello.
—Más abajo —Shane rogó, cuando la barba de Guy rozó la corona de su
erección.
—¿Cómo de bajo? —Guy presionó la punta de su lengua contra la raja en la
polla de Shane.
—Chúpame.
Guy apartó su mirada de la rígida longitud de Shane para encontrarse con su
mirada con párpados caídos. 83
—Mírame —ordenó, y envolvió sus labios en la cabeza de la polla de Shane.
Shane se apoyó en sus antebrazos para conseguir una mejor vista. —Me voy a
correr —advirtió.
Había pasado mucho tiempo desde que Guy sintió semen en su lengua, y se
sorprendió al encontrar que lo esperaba con impaciencia, sólo porque era
Shane a quién daba placer. Tomó tanto de la longitud de Shane bajando por su
garganta como pudo sin tener náuseas y silenciosamente se prometió seguir
practicando hasta que pudiese manejarla enteramente con facilidad.
—¡Oh, joder! —Shane gritó—. ¡Me-me vengo!
Las palabras apenas salieron de la boca de Shane cuando la primera espesa
cuerda de semilla disparó dentro de la boca de Guy. Guy intentó tragar, pero
se vio obligado a retroceder hasta que sólo la cabeza de la polla de Shane
quedó entre sus labios. Quería rogar a Shane que le diese más, pero se negó a
liberar la corona de Shane lo suficiente para hablar. En cambio, apretó
delicadamente las bolas de Shane hasta que fue compensado con tres ráfagas
más.
Jadeando, Shane enterró sus dedos en el pelo de Guy. —Después de esto, creo
que puedo perdonarte por todo lo que me hayas dicho o hecho.
Guy dio un beso a la flácida polla de Shane y volvió a subir en la cama,
tumbándose a su lado. —No estoy lo suficientemente cerca, pero no te
preocupes, seguiré pidiendo perdón a mi manera. —Apoyó la cabeza en la
almohada—. Tengo que enmendar muchas cosas, no sólo contigo, también
con mucha gente.
Shane rodó a su lado para quedar frente a Guy. —No estarás planeando dar
una mamada a todos con los que has sido un capullo, ¿verdad?
Guy extendió la mano y pellizcó uno de los pezones de Shane. —Eres el único
que consigue que le chupe la polla. Tendré que pensar en alguna otra cosa
para los demás.
—Es bueno saberlo —Shane dijo. 84
Guy no tenía ni idea de cómo enmendar sus errores. Le preocupaba que si lo
intentaba demasiado duro, pudiese parecer falso, y no quería para nada eso. El
estómago de Shane gruñó, sacando a Guy de sus pensamientos. —
¿Hambriento?
—¿Cómo lo sabes? —Shane preguntó con una pícara sonrisa en su cara—.
¿Por qué no tomamos un picnic en la cama?
Guy se frotó el estómago. Había esperado dar a Shane cinco minutos para que
recuperase el aliento antes de enterrarse en el dulce culo de Shane, pero había
sido egoísta demasiado tiempo. Era hora de que pusiese las necesidades de
otro delante de las suyas, y si Shane tenía hambre, Guy retendría su lujuria lo
suficiente para alimentarle.
—Suena bien —Guy dijo.

Shane puso los restos de su cena rápidamente en la mesita de noche, y regresó


con lo que quedaba de la tarta que había encontrado en el frigorífico. Puso el
plato en el pecho de Guy y se inclinó para dar a Guy un profundo beso. Antes,
después de que Guy le hubiese dado una mamada de categoría mundial, Shane
buscó a propósito una excusa para parar lo que inevitablemente habría
seguido. No es que no quisiese hacer el amor con Guy, pero su reunión física
ocurrió con tanta rapidez que necesitaba asegurarse de que la decisión de Guy
no estaba alimentada simplemente por su forzada abstinencia.
—No he probado el ruibarbo de fresa antes —Shane dijo.
Guy pasó su dedo por el relleno rojo. —Pruébalo. —Subió su dedo a la boca
de Shane.
—El dulzor de las fresas ayuda a realzar el sabor ácido del ruibarbo.
Shane envolvió sus labios alrededor del dedo de Guy. El dulzor golpeó su
lengua primero, y lo agradeció cuando el ácido del ruibarbo le golpeó. Se
apartó, liberando el dedo de Guy, antes de tragar. 85
—¿Te gusta? —Guy preguntó.
¿Me gusta? Shane no estaba seguro, y pensó que podría preferir una tarta que
fuese completamente de fresas mejor. —No estoy seguro. Definitivamente no
es la mejor tarta que he probado. Es demasiado ácida para mi gusto.
Guy asintió. —A mí tampoco me gustó las primeras veces que mi madre la
hizo, pero era su favorita, y aprendí a amarla tanto como ella.
Shane cortó un trozo con el borde del tenedor y se la ofreció a Guy. —No
hablas mucho de tu madre.
—Es porque no tengo muchos recuerdos de ella. Murió de cáncer de mama
cuando yo tenía nueve años, y estuvo enferma unos años antes de perder esa
lucha. Para ser honesto, no la vi mucho en esos años. Me gustaría creer que mi
padre intentaba protegerme de ver a mi madre mientras se deterioraba
lentamente, pero nunca lo sabré. A pesar de todo, fue el momento en que
elevó mi entrenamiento. Íbamos al gimnasio por las mañanas antes de la
escuela, y cuando me recogía de la escuela me llevaba a la montaña. Para
cuando llegaba a casa, mamá normalmente estaba en la cama. Mi padre no me
dejaba entrar en la habitación porque decía que necesitaba descansar. —Guy
se encogió de hombros y aceptó otro trozo.
Shane se preguntaba si era el sueño de Guy ser un esquiador a nivel mundial o
era el de su padre. —¿Qué edad tenías cuanto decidiste dedicarte seriamente a
esquiar?
Guy se quedó mirando el techo pensativamente mientras masticaba. —No
estoy seguro. Creo que tenía unos seis años la primera vez que bajé la
montaña sin caerme. Vivíamos en Loveland, Colorado, rodeados de laderas y
como dije antes, mi padre comenzó a llevarme con más frecuencia una vez
que diagnosticaron a mi madre. Aun siendo un niño, veía que le hacía feliz.
Creo que se sentía tan impotente debido a mi madre que necesitaba sentir que
hacía algo bueno para nosotros dos. Cuidaba a mamá durante el día mientras
que estaba en la escuela, y decía que ella amaba escuchar lo bien que lo estaba
haciendo. 86
La explicación de Guy le hacía a Shane preguntarse incluso más si entrenaba y
esquiaba por él mismo o por sus padres. Decidió llegar a la verdad por otro
camino. —Si no hubieses crecido en Colorado, y tu madre no hubiese estado
enferma, ¿a qué crees que te habrías dedicado?
Las cejas de Guy se elevaron. —No lo sé. Cuando era niño, quería ser
conductor de tren, pero creo que muchos niños pequeños se sienten así. —
Señaló a la tarta, en busca de otro trozo.
Shane cogió más con el tenedor y se lo ofreció.
—¿Y qué hay de ti? ¿Cuáles eran tus sueños? —Guy preguntó.
Shane alejó el tenedor y contestó. —Depende de a lo que te refieras. Cuando
estaba en la escuela primaria, todo lo que quería era que mis padres actuasen
como los demás padres. No fue hasta que fui al instituto que comencé a
interesarme en los ordenadores. La escuela ubicaba todos los ordenadores en
el laboratorio de informática, pero había una mesa en la sala de profesores
donde comencé a pasar la mayor parte de mi tiempo.
Shane recordó lo libre que se sintió al crear su propio mundo en el
ciberespacio. —En línea, podía ser quien yo quisiera. Durante un corto
espacio de tiempo, cada noche, no era el único niño de unos padres que se
preocupaban más por las fiestas que por su propio hijo. No me tomó mucho
tiempo comprender que era mejor persona en línea que en la vida real.
Guy levantó el plato y lo puso en la mesita de noche antes de fijar a Shane en
el colchón con su cuerpo. —Sabes que no es cierto, ¿verdad?
Oculto del mundo exterior por la caída del pelo largo rubio de Guy alrededor
de su cara, Shane miró fijamente a los ojos de Guy. ¿Cómo explicar cómo se
veía? —Sé que me esfuerzo en hacer lo correcto. Me gusta pensar que soy una
buena persona, pero tú y yo tenemos algo en común. Ninguno de los dos
confía con facilidad. Tengo gente en la ciudad a la que considero amigos, pero
eres la única persona con vida que conoce mi historia. No es que no me hayan
dado la opción a abrirme a ellos. Sólo que no quiero que cambie su forma de
87
verme.
Guy cepilló su pulgar por la mejilla de Shane. —Entonces tú, de entre toda la
gente, deberías comprender por qué no fui a la policía por lo de Brandon. Las
noticias de que fui sexualmente manipulado y luego chantajeado
ensombrecería todo el trabajo tan duro que he realizado. —Estuvo pensativo
un momento antes de continuar—: sé que mis medallas de oro no significan
una mierda para la gente que he agraviado, pero son el resultado de la única
cosa que he conseguido en mi vida.
Shane quería discutir lo que pensaba Guy, pero no podía. Lo que Brandon
hizo fue asqueroso, pero Shane sabía que si lo sacaba a la luz terminaría
destruyendo el poco auto respeto que le quedaba a Guy.
—De acuerdo, nos olvidamos de Brandon por ahora y nos enfocamos en
integrarte de nuevo en el pueblo —Shane dijo.
—¿Cómo? —Guy preguntó—. En el pasado, habría donado un parque de
juegos o algo así, pero no tengo efectivo para hacer algo así ahora.
Irritado, Shane empujó contra el pecho de Guy hasta que rodó. Montó sobre
las caderas de Guy. —¿Por qué no has aprendido que a la gente buena no le
importa el dinero que tengas? Los errores que has cometido en el pueblo no
tienen que ver con el dinero, sino con tus acciones, por lo que lo primero que
necesitas hacer es disculparte.
Mirando a Shane, Guy de repente se veía avergonzado. —Lo siento —Guy
susurró.
Shane negó con la cabeza. —No necesito una disculpa tuya, porque ahora sé
el motivo por el que actuaste así, y por muy jodido que suene, lo comprendo.
Deberías comenzar con Riley, Snake y Ryan. No espero que te abras a ellos,
pero creo que si les miras a los ojos y les dices que lo lamentas, te creerán.
—¿De verdad crees que es todo lo que voy a necesitar? —Guy atrajo a Shane
y lo abrazó.
—Sí —Shane contestó honestamente—. No sé si van a llegar a ser amistosos 88
contigo, esa es su decisión. Todo lo que puedes hacer es ser sincero cuando
admitas que te equivocaste al hacer lo que hiciste.
—¿Y qué hay de ti? ¿Qué necesito hacer para demostrarte que soy sincero
contigo? —Guy bajó sus manos por la espalda desnuda de Shane hasta
desembocar en su culo.
—Continúa siendo honesto conmigo. —Shane selló su boca sobre la de Guy,
necesitando la conexión física sin la que tanto tiempo había estado. El
deslizamiento de la lengua de Guy contra la suya apartó todos los
pensamientos de la gente del pueblo de su mente. Su mundo se estrechaba al
hombre que le besaba y la sensación de sus grandes manos separando las
mejillas de su culo. Descubrió que le gustaba el sabor de la fresa y del
ruibarbo al profundizar el beso.
Guy ralentizó su beso hasta que Shane se apartó. —Dame el lubricante.
Shane sonrió y se bajó de Guy. Cogió la botella de lubricante y la caja de
condones de la mesita de noche. Abriendo la caja, se preguntó qué posición
sería mejor para Guy. Esperaba que Guy le instruyera, pero Guy permaneció
quieto. Sin preguntar, Shane nunca sabría la verdad, pero parecía que Guy
estaba avergonzado o asustado ante la idea de follarle. Decidió que podía ser
un poco de los dos. Esta sería la primera vez que Guy follaba desde el
accidente, y lo más probable, es que Guy estuviese preocupado por su
actuación con su nueva discapacidad.
Shane tiró un paquete de aluminio a la cama y decidió tomar el control de la
situación. —¿Vas a dejarme que te monte?
La expresión de Guy se iluminó. —¿Es eso lo que quieres?
Shane alcanzó la polla medio dura de Guy y le dio varias caricias antes de
contestar.
—Ha pasado un tiempo para mí, creo que sería más fácil si puedo ir a mi
ritmo al principio.
Guy alcanzó la botella de lubricante. —Entonces lo menos que puedo hacer es 89
prepararte.
Shane no quería darse la vuelta y presentarse como una puta caliente, por lo
que plantó las rodillas a cada lado del regazo de Guy. La nueva posición le
abrió para el toque de Guy sin ser crudo sobre ello.
—Bésame —Shane demandó.
—Mi placer. —Mientras Guy barría el interior de la boca de Shane con su
lengua, usaba sus talentosos dedos para extender tiernamente el agujero de
Shane.
Shane gimió cuando el índice de Guy violó su entrada. Rompió el beso y
aspiró bruscamente por la invasión.
—¿Demasiado? —Guy preguntó.
—Dios, no. —Shane molió su polla contra la de Guy. Cada deslizamiento del
dedo de Guy era dicha pura, y Shane sabía que estaba perdido para siempre.
Después de su ruptura inicial, Shane dudó que pudiese encontrar un mejor
amante y había tenido razón. A pesar de que la personalidad y cuerpo de Guy
era en alguna forma diferente del hombre en que Shane originalmente se había
enamorado, las habilidades de Guy en el dormitorio aún eran incomparables.
—Te necesito dentro de mí. —Shane no se sentía orgulloso por implorar lo
que necesitaba.
—Ponme el condón —Guy instruyó.
—Sí. —Shane levantó la cabeza y revisó el colchón hasta que localizó la
envoltura dorada brillante. Lo arrebató de la sábana antes de incorporarse.
Algún día, le gustaría tener sexo sin condón, pero ese día no vendría hasta
estar seguro de que Guy era suyo.
Guy gimió cuando Shane lentamente le envainó. Shane sonrió. —Me gusta
ese sonido. —Terminó con el condón y rápidamente echó más lubricante en la
longitud de Guy. No estaba bromeando cuando dijo que había pasado un
tiempo, y a pesar de que sentía que Guy había hecho un buen trabajo 90
estirándole, Shane no iba a tomar riesgos. Plantando sus pies sobre el colchón,
se elevó lo suficiente para maniobrar la gruesa cabeza a su entrada.
Las primeras pulgadas se deslizaron dentro de él con facilidad, pero Shane
tuvo que parar varias veces antes de que su cuerpo aceptase la invasión. Cada
vez que paraba, las manos de Guy apretaban donde agarraban las caderas de
Shane.
—Lo siento —Shane dijo.
—No lo hagas —Guy respondió—. Sólo lucho contra mi necesidad de
enterrarme tan profundo como es posible.
Shane se mordió el labio y descendió sobre la gruesa prueba de la necesidad
de Guy. Había comenzado a preocuparse porque ninguno de los dos
reconectara nunca, pero ahora que estaba finalmente en la cama de Guy de
nuevo, se alegraba de haber esperado. No sólo le había dado a Guy la
oportunidad de asentarse en la sobriedad, sino que había cimentado los
sentimientos de Shane.
Una vez que Shane estaba totalmente dentro de él, Shane se meció hacia
adelante y hacia atrás varias veces, esperando que el movimiento extendiese
sus paredes interiores aún más.
—Te sientes muy bien. —Shane dejó caer su cabeza hacia atrás y su cuerpo se
relajó en la plenitud.
Guy emitió un ruido estrangulado que sonaba como una mezcla entre placer y
dolor. —Necesito moverme.
Shane se inclinó hacia atrás y reforzó una mano en la cama mientras que
extendía más sus rodillas. No sabía si podía sostenerse elevado lo necesario
para dar a Guy el espacio que necesitaba para embestir, pero duraría todo lo
posible.
Guy salió varias pulgadas antes de levantarse, enterrando su polla una vez de
nuevo. Una sacudida de placer atravesó a Shane y se debatió entre usar las dos
manos para reforzarse y la necesidad de bombear su erección.
91
—Te sientes tan malditamente bien —Guy dijo.
Incapaz de hablar por su placer, Shane emitió un gemido como respuesta.
»Necesito probar algo. Déjate caer y ponte de lado —Guy ordenó.
—Sí —Shane contestó. Sabía que les tomaría varios intentos para aprender
cómo hacer el amor con la discapacidad de Guy, por lo que no tomó el mando
personalmente. No podía imaginarse la frustración que Guy debía sufrir.
Shane se puso frente a Guy y enganchó su pierna tan alta alrededor del torso
de Guy como pudo. —¿Así? —Shane preguntó.
—Creo que sí. —Guy ajustó su polla en el agujero de Shane y se empujó
dentro, antes de embestir la longitud de su erección tan lejos como la posición
permitía. —Oh, joder, es perfecto —jadeó entre sus dientes apretados.
Al principio, Shane intentó emparejarse al ritmo de Guy, pero parecía hacer
perder el ritmo a Guy, por lo que decidió concentrarse en estar tan abierto y
flexible como fuese posible en su lugar. Llevó su mano entre ellos. Rodeó su
erección palpitante y bombeó su vara mientras Shane continuaba embistiendo
dentro y fuera de él. Shane no tenía forma de saber cuánto tiempo podía durar
Guy, pero sabía que el orgullo de Shane le forzaría a aguantar hasta que Shane
se viniese. Con eso en mente, Shane no trató de contenerse cuando sintió sus
bolas apretarse.
—Me voy a venir —Shane advirtió.
Guy gruñó mientras agarraba el muslo de Shane y le extendía más amplio.
«Cristo.» Shane sintió como si estuviese siendo dividido en dos, pero la nueva
posición sólo realzó la sensación de la polla de Guy mientras se adentraba otra
pulgada. Incapaz y sin deseos de contenerse, Shane apretó su eje bajo la
corona y se vino. Su semilla disparó entre ellos y su cuerpo agarró firmemente
la longitud de Guy.
Con unos empujes más, Guy se puso rígido. —¡Joder! —gritó mientras
golpeaba sus caderas contra el culo de Shane mientras se corría. Agarró la
nuca de Shane y le atrajo a un profundo beso. 92
Sus bocas se fusionaron mientras el cuerpo de Guy continuaba sacudiéndose
por la fuerza de su liberación, y Shane amó cada segundo de ello.
—Creo que ha estado a punto de matarme —Guy susurró al romper el beso.
Shane se lamió los labios. —Sabes bien.
Las cejas de Guy se estrecharon. —Odio sonar como si necesitase confianza,
pero ¿ha sido bueno para ti?
Shane apartó el pelo de Guy de la sudada piel de su hermosa cara. —En
realidad, creo que ha sido el mejor sexo que he tenido nunca.
La expresión de Guy pasó de preocupada a sorprendida en un instante. —¿Te
estás quedando conmigo? No veo cómo podría ser posible dadas mis
limitaciones.
Shane ahuecó la mejilla de Guy. —Nunca he sido tan feliz. Puede que tenga
algo que ver con eso o quizás sea porque, por primera vez, no me siento como
otro hombre de una larga línea de amantes.
Shane se movió en busca de otro beso. No tenía forma de saber si eran o no
amantes perfectos, pero sería feliz con la imperfección si ello significaba que
podía tener a Guy a su lado.

93
Guy llamó a la puerta abierta de la oficina de Ryan Blackfeather. —¿Tienes
un minuto?
Ryan a toda prisa se quitó las estrechas gafas negras del borde de su nariz. —
Sí —respondió, dejando las gafas en el cajón superior. A pesar de haber
sanado bien, la pierna de Guy aún estaba demasiado dolorida para ir sin sus
muletas. Se puso la prótesis antes de ir a la ciudad, pero era más por
apariencia que por movilidad—. Quería acercarme y decirte cuánto lamento la
forma en que te hablé en el pasado. Comprendo que sólo hacías tu trabajo, y
yo fui el imbécil del pueblo que te puso las cosas difíciles.
—Lo hiciste. —Ryan se recostó en su silla y estudió a Guy varios segundos—.
¿Cómo van las cosas en el hotel?
—Bien. He comenzado a trabajar con Audrey, la nueva directora que Shane
contrató. Mi meta es asumir todo lo que ha estado haciendo Shane excepto el
marketing. —Se frotó la nuca—. Como te habrás imaginado, no soy bueno en
marketing.
—¿Estás manteniéndote sobrio? —Ryan preguntó.
—Sí. —Guy se preguntó cómo de honesto debería ser con el sheriff local. Si
contaba a Ryan todo, no dudaba que Ryan le empujaría a presentar cargos
contra Brandon, y Guy no estaba preparado para eso. Sin embargo, sabía que
el tiempo para presentar cargos contra su viejo entrenador por la parte sexual
de su relación ya había expirado.
—Sé que no hay nada que pueda decir para excusar mi comportamiento, pero
fui abusado sexualmente por mi entrenador. —Guy intentó ignorar la 94
expresión de sorpresa en la cara de Ryan y continuó—. En vez de enfrentarme
a ello, me alejé de él, y usé el alcohol para olvidar.
Ryan inclinó la cabeza a un lado y estrechó los ojos. —¿Has hablado de ello
con el terapeuta?
—Un poco —Guy contestó—. Mi padrino sabe todo, y he pasado mucho
tiempo hablando de ello a Shane últimamente. No sé si hace algo para
aminorar el dolor, pero he podido mantenerme sobrio. Shane ha ido a varias
reuniones de Alcohólicos Anónimos aquí en el pueblo en el último mes, y yo
aún voy a Sheridan para las mías.
—Sabes que tenemos aquí en el pueblo, ¿verdad? —Ryan preguntó.
—Sí. Realmente no estoy preparado para abrirme a una habitación llena de
gente que sé que veré siempre que esté en el pueblo. —Guy apenas había
tocado la superficie de sus problemas con su grupo regular. Afortunadamente,
Ed había accedido a tomar un café cada vez que Guy viajaba a Sheridan.
—¿Entonces, por qué te abres a mí? —Ryan se inclinó hacia adelante y apoyó
sus brazos en el escritorio.
—Porque mereces saber la verdad. Sé que intentaste ayudarme en un número
de ocasiones y te lo arrojé a la cara. No hay nada que pueda hacer para
arreglar la forma en que te traté, pero pensé que al menos debería venir a
disculparme. —Guy se frotó sus palmas sudadas en los pantalones—. No te
molesto más. Shane está fuera en el coche, esperando para llevarme a casa de
Riley.
—¿Estás seguro de que es una buena idea? —Ryan preguntó, poniéndose de
pie.
—No, pero no puedo esconderme en el hotel el resto de mi vida. Tarde o
temprano, tengo que enfrentarme a él y a Snake y tomar mi castigo. —Guy no
mencionó a Ryan que ya había tenido un encontronazo con Snake.
—¿Saben que vas a ir? —Ryan cogió su sombrero de vaquero—. ¿Quieres
que te siga? 95
—Lo aprecio, pero Shane llamó y habló con Riley, para que al menos supiese
que voy a ir. No sé si Riley se lo habrá dicho a Snake, pero dudo que importe.
He visto a Snake y Riley juntos, y sé lo protector que es Snake. La verdad es,
que casi mato a Riley, y a mi forma de verlo, me merezco una buena paliza.
Ryan puso las manos en sus caderas. No dijo nada enseguida, y finalmente
asintió. —Has cambiado.
Guy sintió una cierta cantidad de orgullo por la observación de Ryan. —Me
gustaría creerlo. Lamento que mi cambio haya venido a costa de Riley, pero
estoy intentando recuperar mi vida. Aún no sé cómo voy a arreglármelas con
el resto del pueblo, pero voy a hacer todo lo posible.
—Permanece sobrio. Es todo lo que cualquiera de nosotros quiere de ti. —
Ryan señaló a la ventana—. No hay un alma en este pueblo que no tenga
algún esqueleto en su armario. La mayoría de nosotros nos preocupamos más
por como un hombre es en el presente en lugar de como era en el pasado.
—Gracias. Lucharé todos los días para ser el tipo de persona que no te importa
saludar en la calle —Guy alcanzó sus muletas.
—Haré algo mejor. Vamos a hacer una gran fiesta en la parroquia el sábado
por el cumpleaños de Rio. ¿Por qué no venís Shane y tú alrededor de las tres y
os unís?
Guy no estaba seguro de que fuese una buena idea. —No creo que me
permitan estar cerca del alcohol como parte de mi libertad condicional, pero
realmente aprecio la invitación.
—Déjamelo. Haré una llamada a tu agente de la condicional. Estoy seguro de
que no se negará, viendo que vas a estar en compañía de prácticamente todos
los policías del pueblo.
—¿Por qué harías eso después de todo lo que te he hecho? —Guy no podía
creer lo que estaba escuchando.
—Tengo mis propios demonios —Ryan dijo—. Mi padre era un alcohólico,
por lo que no soy bueno tratando con los borrachos, pero como dije, estás 96
sobrio ahora. Si alguien puede apreciar lo duro que es lograrlo, soy yo.
Con la ayuda de sus muletas, Guy se puso de pie. Se movió hasta estar frente a
Ryan y le ofreció la mano. —Gracias.
Ryan asintió. —Te haré saber lo que averigüe.
—De acuerdo. Sería genial. —Guy salió de la oficina de Ryan sintiéndose
diez veces mejor que cuando había entrado.
Shane esperaba por él en la acera. —¿Bien?
Guy sonrió, apenas incapaz de contener su alegría. —Estamos invitados a la
fiesta de cumpleaños de Rio este fin de semana.

Snake estaba sentado en el columpio del porche cuando Shane aparcó en la


entrada. Guy puso su mano en el muslo de Shane. —Quédate en el coche. No
importa lo que ocurra, necesito que me dejes manejar esto yo sólo.
—No te lo puedo prometer —Shane dijo.
—Tienes que hacerlo. —Guy apretó la pierna de Shane y luego la soltó.
Amaba que Shane estuviese preparado para defenderle aun cuando Shane
tenía la mitad de su tamaño—. Los dos sabemos que no va a matarme, y si por
lanzar unos golpes Snake se siente mejor, estoy bien con eso.
Shane se inclinó sobre la consola para besar a Guy. —Esta no es la forma en
que quería que ocurriese, pero necesito contarte algo.
—¿Sí? —Guy realmente quería otro beso antes de enfrentarse a la ira de
Snake, pero tampoco quería dar a Snake un espectáculo.
—Te amo —Shane susurró—. No importa qué, eso no va a cambiar.
—Es razón suficiente para no volver a tocar una gota de alcohol. —Guy sintió
que flotaba ante la proclamación de Shane.
—E incluso si la jodes y te bajas del vagón, lucharé como el infierno para 97
quedarme a tu lado.
Guy levantó la mano de Shane a sus labios y besó su palma, antes de
presionarla sobre su corazón. Nunca en su vida soñó con sentirse como lo
hacía en ese momento. No sólo era Shane el mejor amigo que había tenido
nunca, sino que era la única persona aparte de su madre que le amó de una
forma incondicional.
—Te pertenezco. Cuerpo y alma. —Guy esperó un momento para asimilar sus
palabras antes de liberar la mano de Shane—. Una vez que haya terminado
aquí, ¿quieres que paremos en la tienda y consigamos cosas para hacer pizza?
—Suena bien —Shane respondió.
Guy respiró profundamente y abrió la puerta del coche. Tardó unos minutos
en salir del coche y caminar hasta la base de los escalones del porche, y usó
ese tiempo para intentar evaluar el estado de ánimo de Snake.
—Tienes mucho atrevimiento para venir aquí —Snake gruñó.
—Lo sé —Guy asintió—. Pero no podía dejar pasar más tiempo sin
disculparme apropiadamente contigo y con Riley. No te voy a dar un manojo
de excusas porque hice lo que hice. El hecho es, que estaba bebido, y no tenía
que haberme puesto tras el volante. Merezco lo que sea que necesites hacerme
para hacerte sentir mejor.
—Ve a casa, Guy. No voy a golpearte. Riley no me habló los días siguientes a
la última vez que intenté descargar mi ira sobre ti.
Guy cuadró los hombros. —Si las posiciones estuvieran invertidas y hubieses
hecho algo hiriendo a Shane como yo herí a Riley, estaría escupiendo espuma
por la boca por golpearte en la cara. —Señaló a su pierna—. No dejes que esto
te pare.
Ya de pie, Snake cruzó airadamente el porche y bajó los escalones quedando
de pie frente a Guy. Echó un vistazo al coche de Shane y se giró a Guy. —
¿Vas en serio o le estás usando igual que usaste a todos los demás?
98
Guy se enfureció ante la presunción de Snake. Sí, pasó un fin de semana de
libertinaje junto a Snake y otro hombre, pero no daba derecho a Snake para
etiquetarle. —Nunca he pedido una maldita cosa a ti ni a alguien más que no
estuviese dispuesta a dar. Ahora, si tu problema conmigo tiene algo que ver
con el fin de semana que pasamos juntos, no tengo tiempo para esto, pero si
aún estás enfadado por lo que hice a Riley, solucionémoslo.
Sin que Guy tuviese tiempo para prepararse, Snake lanzó un sólido golpe a su
ojo derecho.
Perdiendo el equilibrio, Guy retrocedió varios pasos hasta que pudo
estabilizarse.
—Eso es por Riley —Guy dijo. Escuchó el golpe de la puerta del coche y
levantó la mano—. Quédate ahí —dijo a Shane.
—No lo haré —Shane discutió. Inmediatamente salió enfurecido hacia Snake
y sacudió su dedo en su cara—. ¿Cómo te atreves? Tú mejor que nadie
deberías saber que bajo la influencia del alcohol se hacen cosas que lamentas
más tarde. ¡Esto es una mierda y esto termina aquí!
Snake retrocedió como si hubiese recibido un golpe.
Guy abrió la boca para gritar a Shane que retrocediese, pero Riley salió al
porche antes de que pudiese soltar una sola palabra.
—Maldita sea, Snake. Dijiste que sólo ibas a hablar con él —Riley dijo.
—Lo intenté —Snake respondió—. No puedo evitarlo si me cabrea.
—Puedes y lo harás —Riley señaló a la puerta mosquitera—. Regresa dentro.
—Estoy bien justo aquí. —Snake cruzó los brazos sobre su pecho y regresó su
atención a Guy—. Se ha acabado. No espero que seamos nunca amigos, pero
no volveré a molestarte de nuevo.
Guy miró a Riley. —Sé que lo he dicho antes, pero lamento de verdad la
forma en que actué.
Riley negó con la cabeza. —No necesitas decirme que lo lamentas de nuevo. 99
A diferencia de mi compañero, acepté tu disculpa la primera vez. Por lo que a
mí concierne, ya has pagado por lo que ocurrió.
—Lo aprecio más de lo que puedes imaginarte, pero pasaré el resto de mi vida
sintiéndome mal por lo que hice.
Shane puso su brazo alrededor de la cintura de Guy. —Vamos a casa y
pongamos hielo en eso.
Terminado con lo que había ido a hacer, Guy empezó a regresar al coche.
—¡Guy! —Snake gritó.
Guy abrió la puerta y miró sobre su hombro. —¿Sí?
—Sé que no es fácil mantenerse sobrio. Si alguna vez necesitas a alguien para
hablar y tu padrino no está disponible, llámame —Snake dijo.
—Gracias. —Guy se metió en el coche de Shane y Snake y Riley regresaron a
la casa.
Shane se puso tras el volante. —Tu ojo se va a inflamar y cerrar.
—Probablemente. Me golpeó una buena —Guy no pudo evitar sonreír.
—¿Crees que es divertido? —Shane preguntó.
—No, pero por alguna razón, me siento libre por primera vez desde que me
desperté del coma.

Shane entró al gran salón al lado de Shane. El ojo negro de Guy estaba en
plena floración cuando llegó el sábado, pero extrañamente, parecía llevarlo
con orgullo.
—Hay mucha gente aquí —Guy dijo.
—Es Rio. Por supuesto que hay mucha gente aquí. —Shane no podía creer lo
alto que lo dijo—. Parece que están pasándolo bien.
—¿Estás seguro de que no voy a arruinarles la diversión? —Guy preguntó. 100
—Lo estoy. —Shane no sabía cuanta gente mostraría rechazo por Guy, pero
apostaba a que no habría tantos como Guy temía. Había encontrado que los
residentes de Cattle Valley eran un grupo de mente abierta bastante justo en su
conjunto.
—Yo no —Guy murmuró.
Shane miró a Guy. Oraba porque Guy con el tiempo se perdonase por sus
pecados, pero presentía que pasarían años antes de que Guy se sintiese lo
bastante bien para caminar por una multitud de gente con la cabeza levantada.
Desafortunadamente, Shane no podía ayudar a Guy en ese departamento.
Todo lo que podía hacer era amarle y estar a su lado hasta que llegase el día.
Shane se sorprendió cuando Riley inmediatamente les localizó y les hizo
señas.
—Aquí —Riley dijo.
Guy aminoró el ritmo. —No creo que sea una buena idea —dijo a Shane.
—Tampoco yo, pero puede que sea la forma de Riley de mostrar al resto del
pueblo que te ha perdonado. —Shane observó al resto del pequeño grupo
sentado en la mesa de Riley. Priest y Luke se daba por hecho ya que Luke y
Riley eran muy cercanos, y Snake había comenzado a trabajar con Priest,
haciendo algo que nadie en la ciudad discutía. Reconoció a Aaron, quien
trabajaba como paramédico, y a su compañero Deacon, quien hacía el
mobiliario de madera más increíble.
—Vamos —Shane urgió a Guy.
Guy negó. —Voy a saludar a Ryan y agradecerle de nuevo por hablar con mi
agente de la condicional.
—De acuerdo. —Shane odiaba dejar el lado de Guy, pero sabía que no podía
pasar el resto de su vida protegiendo al hombre que amaba. Levantó su
barbilla para un beso rápido antes de ver a Guy maniobrar entre la multitud.
—Hey —Riley dijo cuando Shane llegó a la mesa—. Toma asiento. 101
—¿Estás seguro? —Shane preguntó.
—Estoy seguro. —Riley se inclinó y susurró en el oído a Shane—: No le
digas que te he dicho esto, pero fue idea de Snake reservaros dos asientos.
Sorprendido por la noticia, Shane se echó hacia atrás y miró a Riley. —¿Es
una broma?
Riley negó. —Aunque le sorprendiste cuando le enfrentaste, Snake pensó en
lo que le dijiste. Tenías razón, en cierto modo, Snake necesita que le
recordasen que su pasado no está absolutamente limpio.
—Apenas recuerdo lo que le dije. Cuando le vi golpear a Guy, una extraña
neblina roja me asumió, y reaccioné sin siquiera pensar en ello —Shane
explicó.
—Lo comprendo al igual que Snake —Riley dijo.
—¿He oído mi nombre? —Snake dejó una bandeja llena de vasos en la mesa.
Shane se alegró al descubrir que todas las bebidas parecían ser refrescos.
—Os vi entrar, por lo que fui a conseguir dos más —Snake empujó dos vasos
hacia ellos.
—Gracias —Shane tomó unos sorbos mientras que Riley hablaba con Luke
sobre un golpe de nieve que estaba seguro les golpearía dentro de las
veinticuatro horas siguientes. Estudió a la multitud, reconociendo a la mayoría
de la gente que asistió. Sintió una presencia a sus espaldas un momento antes
a que Guy se sentase.
—He dicho a Ryan que la próxima vez que vayan a hacer una fiesta, son más
que bienvenidos a hacerla en el salón de baile del hotel si no se está usando —
Guy dijo.
—Me parece bien, pero tengo que decir, que espero que esté ocupada. —
Shane sonrió y dio a Guy su vaso de soda—. Snake la consiguió para ti.
—Gracias —Guy dijo, inclinando su taza roja en un gesto de brindis. 102
—No significa que seamos amigos —Snake se quejó.
—No se me ocurriría asumir eso —Guy respondió.
Shane golpeó su rodilla contra la pierna de Guy cuando notó lo duro que
intentaba Guy no sonreír.
Guy pellizcó a Shane en venganza. —Compórtate mientras intento cerrar un
trato con Deacon sobre una nueva chimenea para el vestíbulo.
Shane negó. Amaba la chimenea intrincadamente tallada del vestíbulo. Sí, era
un homenaje a la carrera de Guy, que representaba a Guy esquiando, y sobre
el pódium de las medallas, y eso era por lo que a Shane le gustaba tanto. —
¿Por qué harías eso?
—Porque Tall Pines ya no se trata sólo de mí —Guy dijo—. Y para ser
honesto, estoy harto de verme por todas partes en el vestíbulo. Quitaría la
vitrina si pudiese, pero sé que la volverías a colocar otra vez.
—Puedes estar seguro de que lo haría —Shane dijo.
Guy envolvió con su brazo a Shane y tiró de él para acercarle. —Pensé en
pedir a Deacon que talle algo que nos represente a los dos.
—¿Vas a pedirle que talle una imagen mía sentado frente a un ordenador? —
Shane preguntó.
—No, pero sería muy gracioso —Guy dijo. Llevó sus labios sobre los de
Shane—. Pensé que sería bonito hacer una combinación de hojas, flores
salvajes, y puede que nuestras iniciales talladas toscamente en el centro, como
un niño haría en un árbol en el bosque al encontrar el amor verdadero.
Shane se derritió. —¿Soy tu amor verdadero?
—Mientras respire —Guy dijo.
—Entonces será mejor que empieces a cuidarte bien, porque te quiero a mi
lado por mucho, mucho tiempo. —Shane se inclinó para un verdadero beso.
No le importaba que estuviesen rodeados por una sala llena de gente que 103
podría desaprobar su relación. Esa gente no conocía el verdadero corazón que
tras sanar latía en el pecho de Guy. Podría no ser perfecto, pero
definitivamente era el hombre soñado de Shane.
Guy se retiró y rio. —Vas a hacer que nos arresten por nudismo público si no
paras de tentarme.
—Bien. Habla con Deacon —Shane dijo haciendo pucheros.
Guy negó. —Eres demasiado bonito para tu propio bien. —Dio un último pico
en los labios a Shane y se giró para obtener la atención de Deacon.
Durante los siguientes veinte minutos, Shane se quedó asombrado por como
Guy hablaba con todo el mundo en la mesa.
Shane había pensado mucho en el karma, y había decidido que no era el
destino el que guiaba a un hombre por la vida, era la fuerza, la integridad, y el
deseo de ser una mejor persona para enfrentarse a la adversidad. Sonrió
internamente porque sabía que Guy tenía todas esas cualidades.
Shane podría haber tenido una vida más fácil si se hubiese enamorado de otra
persona, pero más fácil no significaba mejor, y en su corazón, sabía que estaba
consiguiendo lo mejor que el mundo tenía para ofrecer.

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Nuestro agradecimiento al Staff de

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