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MULTILATERAL
TECNOLOGÍAS
LAS
EL
COMERCIO
SISTEMA
NUEVAS Y
INTEGRACIÓN & COMERCIO – CONEXIÓN INTAL - BID
EL SISTEMA MULTILATERAL DE COMERCIO Y LAS NUEVAS TECNOLOGÍAS
Romina Gayá
Un mundo nuevo
Los cambios tecnológicos están transformando profundamente el comercio
internacional, modificando los bienes y servicios que se intercambian, así como los
modos en que se producen, almacenan, distribuyen, transportan y comercian (WEF,
2015). Este nuevo escenario abre una variedad de interrogantes para las políticas
comerciales.
¿De qué manera la automatización del trabajo impactará sobre las industrias intensivas
en mano de obra y sobre los países especializados en la producción de estos bienes?
¿Es factible esperar un aumento del proteccionismo en estas actividades?
¿Revolucionará internet de las cosas[2] (IOT, por sus siglas en inglés) el comercio
electrónico? ¿Qué mejoras en materia de facilitación del comercio podría traer la
extensión de este fenómeno a escala industrial? ¿Qué requisitos técnicos deberán
cumplir los autos autónomos?
El objetivo de este artículo es explorar los principales retos regulatorios para el sistema
multilateral de comercio que surgen de las nuevas tecnologías y sus implicancias para
América Latina y el Caribe (ALC).
Las técnicas de manufactura aditiva -como la impresión 3D- abren la posibilidad de que
un objeto sea obtenido a través de la adquisición del bien o del softwarenecesario para
su fabricación digital, lo cual modifica la competencia y puede alterar la competitividad
de distintos actores. Esta tecnología podría crear nuevos flujos comerciales (de bienes
fabricados digitalmente o de los diseños para elaborarlos), así como reducirlos (si se
cuenta con las impresoras 3D para fabricar localmente productos que antes se
importaban, especialmente considerando que gran parte del software utilizado es libre).
De todas maneras, los niveles del comercio de servicios deben ser considerados como
un piso para el comercio del sector, ya que son importantes las falencias en la medición
y clasificación de los flujos de servicios en general y de otros servicios comerciales en
particular. Por ejemplo, mientras las estadísticas tradicionales muestran que los
servicios representan la quinta parte del comercio total, si se miden los flujos en términos
de valor agregado la participación de estas actividades podría ascender a 45% (Anér y
Rentzhog, 2014).
ALC está avanzando en ese sentido a través del Sistema Regional de Información y
Armonización Metodológica (SRIAM), llevado a cabo por la Asociación Latinoamericana
de Exportadores de Servicios (ALES) y financiado por el Banco Interamericano de
Desarrollo (BID).[10] Además de las estadísticas, el SRIAM incluye indicadores
relacionados con los factores relevantes para la deslocalización de servicios, la
normativa que puede afectar el comercio internacional de servicios y los acuerdos intra
y extrarregionales de doble tributación que involucran a los países miembros.
o Nanomateriales avanzados
La difusión del uso del grafeno podría también generar grandes cambios en el comercio.
Por un lado, podría alterar las ventajas comparativas de algunos países en la producción
de ciertos recursos naturales al incrementar la demanda del grafito necesario para su
producción (los principales oferentes en la actualidad son China, India y Brasil), a la vez
que podría reemplazar -al menos de forma parcial- a otros materiales como el cobre, el
silicio o el acero, de relevancia en la canasta exportadora de países latinoamericanos
como Chile, Perú o Brasil. Asimismo, la posibilidad de utilizarlo para fabricar células
fotovoltaicas transparentes sobre casi cualquier superficie tendría el potencial de
revolucionar la generación de electricidad con el consiguiente impacto sobre el comercio
tradicional de energía. Por otro lado, es posible que surjan nuevas barreras comerciales
relacionadas con cuestiones ambientales (en la producción de grafeno se emplean
químicos tóxicos) o con medidas precautorias[13] aplicables en algunas economías
como la UE a los nanomateriales, entre otros productos (Van Woensel y Archerm, 2015).
Internet de las cosas es una red de objetos de todo tipo que incluyen dispositivos para
conectarse e interactuar entre sí y con su entorno (WEF y UNIDO, 2014, p.34).
Desde el punto de vista del comercio internacional, es posible identificar tres tipos de
impactos. Primero, la generalización de IOT en las cadenas de valor (también
denominada “internet industrial de las cosas”) posiblemente contribuirá a aumentar la
productividad y la eficiencia en sectores muy diversos.
Por ejemplo, la maquinaria agrícola conectada podrá decidir las combinaciones óptimas
de semillas, profundidad de siembra, fertilizantes para un terreno determinado a partir
del análisis de información sobre las características geológicas y climáticas, las
propiedades de los insumos utilizados, etc. La “tecnología vestible” (wearables)
permitirá monitorear en tiempo real la salud de las personas y podría revolucionar los
servicios médicos y la industria farmacéutica mediante una transición de la medicina de
tratamiento a la medicina preventiva.
Dado que la velocidad de los cambios no será pareja entre actividades ni entre distintos
actores de un mismo sector, se modificarán los flujos comerciales a partir de posibles
cambios en las ventajas comparativas.
Segundo, IOT contribuirá a reducir los costos asociados al comercio a partir de mejoras
de eficiencia en los procesos de almacenamiento, trazabilidad, transporte, distribución
y comercialización derivadas de la evaluación de información y toma de decisiones en
tiempo real Según las estimaciones de Evans y Annunziata (2012) por cada 1% de
reducción de ineficiencias en el transporte ferroviario, IOT permitiría ahorrar anualmente
US$ 1.800 millones a nivel mundial. En el caso de la aviación comercial, una caída de
1% en los costos por mejor planeamiento gracias a IOT implicaría un ahorro anual de
US$ 2.000 millones.
Cuarto, IOT está extendiendo el alcance del comercio electrónico más allá de las
compras mediante computadoras, celulares o tabletas. Un ejemplo es Dash Button[14],
un dispositivo lanzado recientemente por Amazon, que se coloca sobre cualquier
superficie y mediante una conexión inalámbrica a internet permite comprar un bien
determinado y recibirlo en el domicilio con solo presionar un botón. Las opciones
disponibles hasta el momento incluyen diversos productos de consumo masivo.
Esta transición hacia los objetos conectados generará nuevas formas de hacer negocios
y mayor interacción entre productores de bienes y servicios, dando lugar a mayores
flujos de comercio e inversiones internacionales.
La estructura actual del sistema multilateral de comercio fue diseñada entre 1986 y 1994
durante la Ronda Uruguay del Acuerdo General de Aranceles Aduaneros y Comercio
(GATT, por sus siglas en inglés), que derivó en la creación de la Organización Mundial
del Comercio (OMC) en 1995. Al momento de lanzar la Ronda de Doha, en noviembre
de 2001, la economía mundial ya había experimentado cambios significativos,
incluyendo la expansión de las tecnologías de información y la primera crisis asociada
al sector (la denominada crisis de las “punto com”), la profundización del proceso de
globalización y la consolidación de China como un actor clave de la economía y el
comercio mundial (incluyendo su incorporación a la OMC en diciembre de ese año). En
el mandato se incluyeron algunos temas que “modernizaban” las negociaciones, las
cuales debían finalizar el 1 de enero de 2005. No obstante, una década después la
Ronda de Doha no ha concluido y el marco regulatorio se encuentra desactualizado.
Flexibilidad
En la OMC las decisiones se toman por consenso y las negociaciones se han llevado a
cabo bajo la modalidad de “compromiso único”[17] (single undertaking). Es decir, el
avance está condicionado a que todos los países miembros se pongan de acuerdo sobre
un gran número de temas, lo cual ha dificultado considerablemente la conclusión de la
Ronda de Doha.[18]
La industria de las TIC tiene una dimensión global (Esquema A) que la distingue de otras
actividades: hay grandes jugadores que producen para un mercado mundial sobre la
base de cadenas globales de valor (CGV) que involucran a muchos países. Por tanto,
los bienes de esta industria son “hechos en el mundo” y se requieren estándares
globales, en cuya regulación juega un rol fundamental el sistema multilateral de
comercio (Pehrsson, 2012).
Si bien el ATI tuvo diversos impactos positivos, poco a poco fue resultando evidente la
necesidad de modernizarlo. Luego de varios intentos, la negociación de un acuerdo
ampliado (ATI 2) fue lanzada a fines de 2013.
Por un lado, la cobertura del ATI ha quedado algo desactualizada, dado que los cambios
tecnológicos afectaron a los bienes y servicios comprendidos en el acuerdo (Esquema
B) desde la suscripción del mismo. Por ejemplo, a mediados de los noventa los teléfonos
celulares solamente se utilizaban para hacer llamadas telefónicas y enviar mensajes de
texto, en tanto que ahora cumplen múltiples funciones basadas en mejoras
de hardware y, sobre todo, de software a partir un enorme número de aplicaciones
disponibles basadas en la conexión del dispositivo a internet de alta velocidad. Muchos
de los productos incluidos en el ATI prácticamente han desaparecido, como es el caso
de los pagers (sustituidos por los teléfonos celulares) o los disquetes reemplazados por
tarjetas de memoria, dispositivos USB y el almacenamiento de información en la nube.
Dada la velocidad del progreso tecnológico en el sector, se impulsa un enfoque basado
en una visión global de las TIC (en línea con la definición de la Organización para la
Cooperación y el Desarrollo Económico, OCDE) más que en el enfoque de inclusión en
base a los códigos del sistema armonizado del ATI, lo cual otorgaría mayor flexibilidad
para adaptarse a los cambios (Pehrsson, 2012).
En julio de 2015 se logró un acuerdo preliminar para la ampliación del ATI, en el cual se
incluirían semiconductors de neuva generación, sistemas de posicionamiento global
(GPS), dispositivos médicos para diagnóstico por imágenes, satélites de
telecomunicaciones y pantallas táctiles, entre otros.
Por otro lado, los aranceles se han eliminado pero existen importantes barreras no
arancelarias (BNA), que incluso en algunos casos se han incrementado (ej. regulación
ambiental). Dada la dimensión global de la industria de las TIC, los estándares y
procedimientos de evaluación de conformidad son claves para el desarrollo del sector.
Consiguientemente, las diferencias internacionales de requisitos incrementan
considerablemente los costos y demoras (Pehrsson, 2012; Rosenberg, 2015).
Entre los principales obstáculos al comercio en la industria de las TIC cabe destacar
ciertas medidas de seguridad y otros requisitos de localización (ej. prohibición de uso
de sistemas extranjeros de encriptación, ubicación física del almacenamiento de la
información) que limitan la libre circulación de información (lo cual es clave para estas
actividades), medidas discriminatorias como preferencias nacionales en la contratación
pública, requisitos de desglose (código fuente, transferencia de tecnología, información
sensible), reglas de origen restrictivas, subsidios, barreras administrativas y otras
barreras técnicas al comercio (Chihara, 2015). Existen complejidades adicionales
porque algunas de estas medidas no dependen del ATI sino que están reguladas por
otros acuerdos de la OMC.
Transversalidad y coherencia
Por otro lado, la industria musical ha sido clave para la venta de dispositivos
relacionados directa o indirectamente con la reproducción de música. De acuerdo con
BPI (2014), en 2008-2012 por cada punto porcentual de crecimiento de las ventas de
música, aumentaron las de tabletas 2,2%, las de smartphones 1,4%, las de
reproductores de MP3 0,6% y las de sistemas integrados de audio 0,4%.
En una línea similar, existe una interacción virtuosa entre la industria musical y otros
servicios (IFPI, 2015). Un ejemplo de ello es la relevancia del sector en las redes
sociales: el video más visto en toda la historia de YouTube es musical (Gangnam Style,
de Psy), 7 de las 10 personas con más seguidores en Twitter[25] y 6 del top ten de
Facebook[26] son músicos y en algunos casos superan a personalidades políticas o
deportivas de gran relevancia.
o Del formato físico al digital: en 2014 los ingresos del segmento digital alcanzaron US$
6.900 millones a nivel mundial e igualaron por primera vez a los ingresos en formato
físico (Gráfico B).
o De la PC al smartphone: La mayor penetración de la telefonía celular y de internet
móvil de alta velocidad están convirtiendo a los smartphones en los dispositivos más
importantes para escuchar música.
o Del downloading al streaming: Aunque las descargas siguen representando la mitad
de los ingresos digitales (Gráfico B), el streaming gana terreno rápidamente,
destacándose los servicios pagos por encima de los de uso gratuito que generan
ingresos a través de la publicidad. En parte, la velocidad de esta transición responde a
que el consumidor no necesita adquirir nuevo hardware, en contraste con cambios
previos como el paso del vinilo al cassette, el de éste al CD o el de este último a la
descarga.
De todas maneras, el panorama varía considerablemente de un país a otro. Por ejemplo,
en algunos países europeos o Japón, el formato físico sigue siendo mayoritario, en tanto
que en el Reino Unido predomina el digital. También hay grandes diferencias en la
composición de los ingresos digitales: en algunos países como los escandinavos o
Corea el streaming representa casi la totalidad, mientras que en Estados Unidos,
Alemania, Canadá o Australia sobresalen las descargas
ALC ha sido la región más dinámica para la industria musical durante los últimos cuatro
años y en 2014 representaba 4% de los ingresos mundiales del sector, un punto
porcentual más que en 2013. En 2014, los ingresos derivados del formato digital en la
región crecieron 32,1%, frente a 6,9% en el resto del mundo.
La región cuenta con una amplia oferta de servicios de música digital. Los proveedores
con presencia en más países de ALC son grandes empresas extrarregionales (iTunes,
Deezer, Spotify, etc.) pero también se destacan algunas latinoamericanas como Claro
Música o Digicel (Cuadro A).
Cambio tecnológico y el futuro de la industria musical
Las innovaciones tecnológicas que cobrarán relevancia durante los próximos años
podrían alterar las ventajas comparativas de ALC y a la vez motivar cambios en las
políticas comerciales a escala global que podrían obstaculizar las exportaciones de la
región.
En cuanto a las políticas comerciales, algunos de los sectores donde es más probable
que surjan OTC, MSF u otras barreras no arancelarias tienen gran relevancia en las
exportaciones latinoamericanas (industria automotriz, agroalimentos, confecciones,
etc.).
Dos elementos son fundamentales para que ALC pueda mejorar su situación en este
escenario. Por un lado, es preciso fortalecer las capacidades necesarias para
aprovechar los beneficios de las nuevas tecnologías. Esto incluye mejoras de
infraestructura (particularmente informática y telecomunicaciones) y educación: la
calificación del capital humano en rubros clave para la incorporación y desarrollo de
tecnología (ingeniería, software, diseño, etc.), como también promover las capacidades
en materia de creatividad y relaciones interpersonales, menos susceptibles de ser
automatizadas. Asimismo, se requiere un marco regulatorio que promueva la innovación
y la transferencia de tecnología y garantice la privacidad y seguridad, sin que ello genere
restricciones a los flujos internacionales de comercio e inversiones.
Por otro lado, la región debe asumir un rol activo para reactivar las negociaciones
multilaterales y favorecer una adecuación del sistema. Gran parte de las exportaciones
de ALC son vulnerables a la proliferación de nuevas barreras y a pesar de todas sus
limitaciones, la OMC continúa siendo un instrumento muy valioso para los países en
desarrollo y su adaptación al nuevo contexto es crucial para evitar la pérdida de
protagonismo. No obstante, es poco probable que el sistema multilateral de comercio
pueda proveer las herramientas adecuadas para hacer frente al nuevo escenario, al
menos en el corto plazo. En ese sentido, los espacios de integración regional en ALC
constituyen un ámbito clave para promover la cooperación en temas estratégicos que
permitan minimizar los impactos negativos y aprovechar al máximo las oportunidades
del escenario futuro.