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República Bolivariana de Venezuela

Ministerio del Poder Popular para la Educación Universitaria


Universidad Rafael Urdaneta
Escuela de Psicología
Cátedra: Psicología Evolutiva I

TEORÌA DEL APEGO


Integrantes:

Fernández Atilio

Giovanetti Nathaly
Guere Eric
Molero Aranza

Romero Andrea

Profesora: Valentina Guerra

Sección: “B”

Maracaibo, 25 de Julio del 2018


ESQUEMA

1.- ¿Qué es el apego?

1.2.- ¿Cómo se desarrolla el apego?

1.3.- Patrones de apego según Jhon Bowlby.

1.3.- La importancia de ser flexible en las relaciones.

2.- ¿Que es el vínculo?

2.1.- Importancia del vínculo.

3.- ¿Qué es el temperamento?

3.1.- Tres patrones de temperamento en el niño.

4.- ¿Qué es ansiedad?

4.1.- Tipos de ansiedad en niños.


INTRODUCCIÒN

Hablar del apego traslada el pensamiento de manera directa a la familia. El entorno familiar
es el primer lugar de socialización del individuo: en ella se establecen relaciones de
vinculación afectiva con los diferentes miembros que influyen de manera relevante en el
comportamiento posterior del niño.

Las características personales y el modo de actuar y el de relacionarse están estrechamente


relacionados con el tipo de apego que se ha producido en la infancia entre los padres y el
infante. También lo están el modo de gestionar y expresar emociones y la futura elección de
pareja.
1.- ¿Qué es el apego?

El apego es un vínculo afectivo que se establece desde los primeros momentos de


vida entre el hijo y la madre (o más bien la persona encargada principalmente de su
cuidado). Su función es asegurar el cuidado del recién nacido. El apego cumple un rol clave
en el desarrollo psicológico del niño y en la formación de su personalidad.

El establecimiento del apego desde la infancia más temprana permite que se den dos
fenómenos que harán del niño un ser más o menos dependiente y temeroso; nos referimos
al sistema exploratorio y al sistema afiliativo.

El sistema exploratorio permite al bebé contactar con el ambiente físico a través de sus
sentidos: tocan, miran e intentan introducirse en la boca todo lo que encuentran. Además no
tienen miedo de pasar tiempo con otras personas; esto es debido al sistema afiliativo.

El apego se compone, según López (2009), de tres componentes: la construcción mental


que permite establecer la relación de pertenencia e incondicionalidad, la unión afectiva que
proporciona sentimientos de alegría y bienestar, y el sistema de conductas de apego
focalizado en mantener un contacto privilegiado.

1.1.- ¿Cómo se desarrolla el apego?

De este modo, desde el nacimiento, el bebé observa, toca y es reactivo, a  todo le dice la
figura principal de apego, que por lo general suele ser la madre. Sobre los 6 meses de vida
se establece un vínculo de apego con la persona con quien tiene más contacto y aparece el
miedo ante los desconocidos.

El apego es el encargado de proporcionar seguridad al niño en situaciones de amenaza. En


concreto, un apego satisfactorio permite al pequeño explorar y conocer el mundo bajo la
tranquilidad de saber que la persona con quien se ha vinculado va a estar allí para
protegerlo.  

Cuando esto no ocurre, los miedos e inseguridades influyen en la manera en que el niño se
comporta, lo cual repercutirá en su forma de relacionarse, en las reacciones que obtenga de
los demás y en última instancia en su forma de interpretar el mundo.

1.2.- Patrones de apego según Jhon Jorge.

En la literatura sobre la crianza de los niños se encuentran gran cantidad de estudios que
analizan el apego y la influencia que tiene en la edad adulta. Por ello sabemos y es
importante destacar que según el tipo de apego el impacto en el comportamiento adulto será
distinto.
1. Apego seguro

Este tipo de apego está caracterizado por la incondicionalidad: el niño sabe que su cuidador
no va a fallarle. Se siente querido, aceptado y valorado. El comportamiento de los niños con
apego seguro es activo, e interactúan de manera confiada con el entorno. Hay buena
sintonía emocional entre el niño y la figura de apego.

Las personas que han tenido un apego seguro en la infancia suelen interactuar con sus
iguales de forma saludable en la edad adulta. No les supone un esfuerzo unirse íntimamente
a las personas y no les provoca miedo el abandono. La dependencia es recíproca y no les
preocupa estar solos.

2. Apego ansioso y ambivalente

En estos casos el niño no confía en sus cuidadores y tiene una sensación constante de
inseguridad. Es por ello que los pequeños con apego ansioso-ambivalente necesitan la
aprobación de los cuidadores y vigilan de manera permanente que no les
abandonen. Exploran el ambiente de manera poco relajada y procurando no alejarse
demasiado de la figura de apego.

Los adultos con este tipo de apego sentirán temor a que su pareja no les ame o les desee
realmente. Les resulta difícil interaccionar de la manera que les gustaría con las personas,
ya que esperan recibir más intimidad o vinculación de la que proporcionan. Así, podemos
decir que en la edad adulta este estilo se relaciona con la dependencia emocional.

3. Apego evitativo

Los niños con un apego de tipo evitativo han asumido que no pueden contar con sus
cuidadores, lo cual les provoca sufrimiento. Estos pequeños aprenden a vivir sintiéndose
poco queridos y valorados; muchas veces no expresan ni entienden las emociones de los
demás y evitan las relaciones de intimidad.

En el apego evitativo en la edad adulta, tal y como ocurre en la infancia, se producen


sentimientos de rechazo a la intimidad y de dificultades de relación. Las parejas de estas
personas echan en falta más intimidad en la interacción.

4. Apego desorganizado

Este tipo es una mezcla entre el apego ansioso y el evitativo en que el niño presenta
comportamientos contradictorios e inadecuados. Tienen tendencia a las conductas
explosivas y a la destrucción de juguetes, así como grandes dificultades para entenderse con
sus cuidadores.
Buscan evitar la intimidad pero no han encontrado una forma de gestionar las emociones
que esto les provoca, por lo que se genera un desbordamiento emocional de carácter
negativo que impide la expresión de las emociones positivas.

Los adultos que han tenido este tipo de apego de pequeños suelen ser personas con alta
carga de frustración e ira, no se sienten queridas y parece que rechacen las relaciones, si
bien en el fondo son su mayor anhelo.

1.3.- La importancia de ser flexibles en las relaciones.

Todo esto es necesario interpretarlo desde un prisma integrador; esto implica que todas las
interrelaciones que se producen desde el nacimiento hasta la edad adulta marcan el
comportamiento del momento actual, y que el apego no es inmutable ni se mantiene en la
misma medida en todas las personas a medida que el desarrollo progresa.

De este modo, haber tenido un apego ansioso no cataloga a esa persona como insegura de
por vida. Las relaciones de amistad, laborales y de pareja también influyen en el tipo de
apego y el rol que se mantienen con las nuevas figuras de apego.

Además, el comportamiento de todo individuo en una relación se ve mediado por la


conducta del otro. Así, una persona con un estilo de apego evitativo en la infancia puede,
por así decirlo, “aprender” a querer gracias a las conductas de apego seguro que le
proporcionan su pareja u otras personas queridas, como puede ser un grupo de amigos
íntimos psicológicamente saludables.

2.- ¿Que es el vínculo?

Los vínculos afectivos se entienden como una relación de cariño y amor reciproco entre
diferentes personas. Los seres humanos vivimos en familia y en sociedad, los vínculos
afectivos están presentes por lo tanto en prácticamente todo lo que hacemos las personas.
Su influencia en los diferentes actos y comportamientos, así como el desarrollo de los niños
y niñas es indiscutible.

Son fundamentales para un desarrollo efectivo, sano y adecuado, y contribuyen al mismo


tiempo al desarrollo social y cognitivo de los niños y niñas constituyendo la base para las
relaciones futuras que tendrán los pequeños en su vida. Es por ello que debemos prestar
atención a los vínculos afectivos que creamos con nuestros pequeños. Estos vínculos son
mucho más que la mera relación de parentesco, los vínculos afectivos son una expresión de
la unión entre las personas, la unión de los padres con sus hijos e hijas. Una unión
irrepetible e imprescindible, ya que este cariño va a estar presente en todas las tareas
educativas fortaleciéndolas, suavizándolas y equilibrándolas.

Además los vínculos seguros en la infancia influyen en la capacidad de tener relaciones


sanas en la vida adulta, ya que fortalecen la autoestima, la seguridad y la confianza de las
personas. Por el contrario el establecimiento de vínculos afectivos inseguros contribuye a la
inseguridad., falta de autoestima y de confianza y por lo tanto puede llevar a relaciones
afectivas poco sanas en el futuro.

El primer vínculo afectivo y el más especial, aquel que va a marcar para toda la vida, es el
que establecen los niños las niñas con los padres y/o adultos más cercanos. Estos vínculos
van a marcar su conducta, actitudes, pensamientos, durante toda su vida. Los vínculos
afectivos y las figuras de apego son necesarios para los pequeños, le ayuda a crecer sanos.

Para que los pequeños crezcan sanos y se desarrollen es fundamental que se sientan
queridos y comprendidos, necesitan sentir que son aceptados por otras personas y que
tienen el amor de estas figuras pase lo que pase.

2.1.- Importancia del vínculo.

Es muy importante brindarle afecto a nuestros hijos desde muy pequeños, pues son muchos
los beneficios que estos pueden traer en la formación de los niños y en su futuro como
adultos. Cuando un niño ha experimentado interacciones positivas con los que lo rodean
desde pequeño generará:

          Un sentimiento de bienestar y van creando una seguridad básica que con el
transcurso del tiempo se convierte en confianza básica.

         Autoestima, autoconfianza así como la capacidad de amar.

Poco a poco, el niño va construyendo su propia personalidad con lo que ha aprendido de su


entorno. Se sienten capaces e independientes.

         A través de contactos sensoriales (táctiles, auditivos, visuales y olfativos)


estimulan la producción de oxitocina y opioides endógenos, que facilitan los
fenómenos de plasticidad cerebral.

    Permite al niño afrontar situaciones de estrés.

      Le brindará protección frente a las enfermedades mentales y le facilitará los


procesos de aprendizaje escolar.

    Buen desarrollo cerebral, buena maduración cerebral y buena adaptabilidad al


medio.

   Estimulan la empatía y el compromiso en la edad adulta.

     Las normas y límites son tan necesarias para el desarrollo emocional, cognitivo y
social como el afecto. El niño necesita un entorno predecible y saber qué esperan de
él sus padres, le aporta seguridad.
3.- ¿Qué es el temperamento?

Uno de los grandes ámbitos de la psicología es el estudio de la personalidad.

Sin embargo, a la hora de buscar maneras de clasificar y describir el estilo de


comportamiento y pensamiento de los seres humanos, no solo se ha hablado sobre la
personalidad, sino que hay otro concepto que a lo largo de la historia, también se ha
utilizado para intentar captar las particularidades de cada persona. Este concepto se
llama temperamento, e intenta dar cuenta de esas inclinaciones y tendencias de cada uno
que son más fijas, invariables y difíciles de cambiar.

3.1.-Tres patrones de temperamento.

Niño Fácil.

 Tiene estados de ánimo cuya intensidad va de apacible a moderada, usualmente


positivas.
 Responde bien ante la novedad y el cambio.
 Desarrolla con rapidez horarios de sueño y alimentación.
 Sonríe ante los extraños.
 Acepta con facilidad nuevas situaciones.
 Acepta la mayoría de frustraciones con poco fastidio.
 Se adapta con rapidez a nuevas rutinas y a las reglas de juego nuevas.

Niño difícil.

 Presenta estados de ánimo intensos y con frecuencias negativos; llora a menudo y a


gritos; también ríe a carcajadas.
 Bajo nivel de respuestas ante la novedad y el cambio.
 Duerme y come con irregularidad.
 Es suspicaz ante los extraños.
 Se adapta con lentitud ante nuevas situaciones.
 Reacciona ante la frustración con pataletas.
 Se ajusta con lentitud a nuevas rutinas.

Niño poco afectuoso ò niño difícil de entusiasmar.

 Tiene reacciones medianamente intensas, positivas o negativas.


 Responde con lentitud ante la novedad y el cambio.
 Duerme y come con más regularidad que el niño difícil, pero con menos regularidad
que el niño fácil.
 Gradualmente desarrolla nexos hacia estímulos después de exposiciones repetidas y
sin presión.
4.- ¿Qué es ansiedad?

La ansiedad es una respuesta de anticipación involuntaria del organismo frente a estímulos


que pueden ser externos o internos, tales como pensamientos, ideas, imágenes, entre otros,
que son percibidos por el individuo como amenazantes y/o peligrosos, y se acompaña de
un sentimiento desagradable o de síntomas somáticos de tensión. Se trata de una señal de
alerta que advierte sobre un peligro inminente y permite a la persona que adopte las
medidas necesarias para enfrentarse a una amenaza.

4.1.- Tipos de ansiedad en niños.

1. Ansiedad generalizada. Los niños se preocupan en exceso por muchas cosas, como


la escuela, la salud o la seguridad de los miembros de la familia. Siempre piensan en
el peor de los escenarios. Junto con la preocupación y el temor, también pueden
aparecer síntomas físicos, como dolores de cabeza y de estómago, tensión muscular
o cansancio.

2. Trastorno obsesivo compulsivo (TOC). Para una persona con TOC, la ansiedad


toma la forma de obsesiones, cayendo en pensamientos preocupantes; y
compulsiones, con acciones repetitivas que buscan aliviar la ansiedad.

3. Fobias. Los niños sufren miedos intensos de cosas específicas o situaciones que no


son realmente peligrosas, como alturas, perros, o volar en un avión. Las fobias
pueden causar que baje la calidad de vida del menor, al evitar de sobremanera
situaciones estresantes. También puede tratarse de una fobia social, desencadenada
por miedos sociales.

4. Ataques de pánico. Son episodios de ansiedad que ocurren sin razón aparente.


Durante un ataque de pánico, los niños tienen síntomas físicos repentinos e intensos,
como palpitaciones, falta de aire, mareos, entumecimiento u hormigueo.

5. Trastorno de estrés postraumático (TEPT). Este tipo de trastorno de ansiedad


recae en una experiencia traumática pasada. Algunos síntomas son: escenas
retrospectivas, pesadillas, miedo y evitar el evento traumático que causó la
ansiedad.

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