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Arte moderno peruAno

en lA ColeCCión BArredA
P oco se ha escrito sobre la historia del coleccionismo en el Perú. En los últimos treinta años, y por diversos motivos, comenzaron a surgir
importantes colecciones privadas que se interesaron por el arte moderno y el arte contemporáneo peruanos. El interés de Alfredo Barreda
por coleccionar le viene de su adolescencia, en la segunda mitad de la década de 1960, cuando salvó una colección de objetos de su madre, en
lugar de ponerse él mismo a buen recaudo, durante un fuerte sismo. Esto lo marcó profundamente y luego de un buen número de años, en 1982,
comenzó a plasmar esta suerte de instinto, de coleccionar aquello que pueda ser «salvado» en algún sentido. Barreda consideró que lo que debía
ser salvado eran algunas piezas excepcionales de la pintura y la escultura modernas peruanas. De acuerdo con el desarrollo y despliegue de su
gusto subjetivo empezó a seleccionar una obra por año, luego de un paciente estudio y en correspondencia con recomendaciones que él mismo
se procuró.

Actualmente, la Colección Barreda posee una interesante selección de pintura y escultura peruana que hace eco de su motivación inicial por
coleccionar. Se trata de piezas fechadas entre 1975 y 2010, una constelación de estrellas que ha marcado con su presencia e influencia la
producción local. Barreda ha elegido piezas cuya estética dialoga tanto con el horizonte del surrealismo como del expresionismo cuyo impacto
se experimentó con fuerza en el Perú y en América Latina, después de la Segunda Guerra Mundial. Lo moderno es para Barreda el espacio de lo
excepcional: un ámbito de acontecimientos únicos e irrepetibles en el que ciertos personajes de ficción se dan la mano con las formas visuales
en configuraciones bizarras, en escultura y pintura, géneros artísticos privilegiados por su mirada; géneros que son apreciados como fuentes de
placer estético por sí mismo. En dicho ámbito a veces la ficción se fusiona con referentes culturales diversos, en distribuciones siempre cambiantes.

Así, en la herencia del surrealismo, algunas pinturas y esculturas de su colección ofrecen una articulación poética con las culturas del antiguo
Perú. Todo ello a través de la manifestación de los maestros peruanos cuyo oficio toma como punto de partida la figura en personajes y escenas
de atmósferas contundentes. Otras obras, en esta misma herencia, señalan hacia una dirección distinta que participa de lo onírico en la figura, y
enfatiza también la experiencia real o fantástica de rituales y ficciones imaginarias, de carácter colectivo o de carácter personal y subjetivo. Por
otro lado, en la saga del expresionismo, la figura pierde en dimensión onírica lo que gana en gesto de color y en manifestación centralizada de
una forma pintada o esculpida, cuya contraparte es una realidad más bien orgánica y visceral. Algunas veces, en esta misma saga, las pinturas y
las esculturas establecen un puente con una memoria personal que, a contracara de las ficciones más soterradas, indican hacia regiones de lo real
de gran intensidad subjetiva y de fuerte impacto visual. Pocas son las ocasiones en las que el público en Lima y en el Perú tiene la oportunidad de
ver una colección privada tan importante, pues estas suelen permanecer aisladas de la mirada pública.

Augusto Del Valle


Curador

Artistas en la exposición
Mishiko Aoki Abel Bentín Alina Canziani Gerardo Chávez Margarita Checa Fernando de Szyszlo
Enrique Galdós Rivas David Herskovitz Gam Klutier Felipe Lettersten Ramiro Llona Pilar Martínez
Julia Navarrete Marina Núñez del Prado Gloria Palacios Carlos Revilla Álvaro Roca Rey Joaquín Roca Rey
Ro c ío Rodr i go Susa na Rosel l ó Venancio S hinki Eduardo Tokeshi J osé Tola Tils a Ts u ch iya

GAlerÍA GermÁn KrÜGer eSpAntoSo


del 5 de enero al 12 de febrero de 2017 / martes a domingo - 11:00 a.m. a 8:00 p.m.
Av. Angamos Oeste 120, Miraflores www.cultural.icpna.edu.pe
© APSAV, TILSA TSUCHIYA, GERARDO CHÁVEZ. Lima, 2017

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