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Cátedra: Ética

Estudiantes: Marcelo Muñoz, Facundo Tacacho y Carlos T. Elías


Tema: Ética Nicomáquea
Informe: Libro VIII

El libro octavo de la Ética Nicomáquea de Aristóteles es uno de los dos libros


(junto al noveno) que trata como tema central la amistad .Para el abordaje de este
libro, tomaremos como apoyo el material disponible de Femenías, Ross y Camps. A
través del libro octavo y sus catorce capítulos, será posible apreciar una definición de
amistad, sus clasificaciones, los requerimientos que debe haber para que surja y una
estrecha vinculación con la política y las formas de gobierno.

Para iniciar el análisis del texto empezaremos por apreciar la definición que
Aristóteles brinda acerca de la amistad diciendo que es una virtud o por lo menos, algo
acompañado de virtud. Es necesario tener en consideración, tal como nos indica
Ross, que el término amistad para los antiguos tenía un significado diferente al que
hoy en día se le atribuye, pues en ese entonces se entendía por amistad cualquier
atracción mutua entre dos seres humanos y si nos fijamos en lo que desarrolla
Femenías respecto de la interpretación de la Ética Nicomaquea, amistad no es sino el
resultado de una traducción poco satisfactoria del término philia que no hace
referencia a ello precisamente. En realidad, Camps remarca que el término en
cuestión, es equivalente al término solidaridad. La amistad como afirma el filósofo es
una de las necesidades más apremiantes de la vida, nadie podría aceptar vivir a falta
de amigos. Esto se manifiesta también en los demás animales, pero le es propio al
género humano.

Las relaciones interpersonales en la obra adquieren distinta importancia de


acuerdo a diferentes circunstancias. Así, en la fortuna el amigo es quien auxilia en la
administración, como en los jóvenes es aquel que ayuda a encontrar el buen camino
dando consejos o , en los ancianos asistiendo a los cuidados necesarios . En la familia
rige a una ley de la natural, respecto al amor innato en el corazón de un ser que
engendra para con el ser engendrado, es decir en la relación padre hijo. Aquellos que
viajan son capaces de comprender a través de su experiencia lo simpático y amigo
que es el hombre para el hombre. En cuanto a la relación en la política, puede decirse
que la amistad actúa de unión entre los Estados, ya que la concordia entre los
ciudadanos se asemeja a la amistad. Aristóteles dirá que cuando hombres se aman
mutuamente no es necesaria la justicia, ya que ésta se inspira en la benevolencia y
afección, cualidades indispensables en la amistad lo cual pareciera que la presupone.
Los amigos son justos entre sí es y por ello que el carácter más amistosos se da entre
los hombres justos.

Luego de haber echo estas especificaciones el filósofo procede con una serie
de preguntas que irán allanando el territorio que se aproxima, se preocupará en
cuestiones que refieren al carácter moral del hombre y sus pasiones: ¿ La amistad se
da entre todos los hombres sin excepciones? ¿El hombre vicioso es capaz de
practicarla? ¿ Cuantas especies de ésta se encuentran?. Primero delimita el objeto
que le es propio, lo digno de ser amado. Sólo se ama el bien, o lo agradable o lo útil.
Esta última cualidad proporciona menos que un bien o un placer y por ello en tanto
objetos últimos lo placentero y lo bueno serán las únicas cosas a las que se dirige el
amor. Aquí es preciso hacer una distinción entre el bien absoluto y el bien propio.
Cada cual parece amar lo que es bueno para uno, es más ni siquiera lo que realmente
es bueno para uno, sino lo que nos parece serlo. Lo bueno en absoluto para nosotros
sería tener al bien como objeto amado.

Existen tres especies de amistad debido a los tres motivos de afección


nombrados anteriormente ( el bien, el placer y lo útil) y para cada uno debe haber
reciprocidad en cuanto al amor, y además, esto debe visible y conciente por las partes
que lo experimentan. Tanto en las amistades que se fundan en el interés como en
aquellas que lo hacen con el placer, no se ama a aquel que se ama por lo que es
realmente, sino por la utilidad o el agrado que generan. Aristóteles considera estas
amistades como indirectas y accidentales, ya que el amor radica en el provecho que
se procura o en el placer que se proporciona. Este género de amistades es de poca
duración ya que los amigos no subsisten semejantes a si mismos, ya que la relación
cesa en cuanto cesa la utilidad o el agrado. Es más común ver relaciones de utilidad e
interés en los ancianos, ya que estos no buscan lo que es agradable sino aquello que
los beneficia personalmente. En cuanto a los jóvenes buscan el placer ya que están
dominados por la pasión y sus amistades se entablan y desaparecen de manera tan
fugaz porque siguen el influjo del cambio pasional. La amistad perfecta se dará en los
hombres virtuosos, semejantes entre sí por esta cualidad. Se desean el bien en tanto
que son buenos, esto los hace amigos por excelencia. La amistad aquí subsiste mayor
tiempo. Cada uno es bueno absolutamente en sí y para su amigo, a diferencia de las
otras amistades, además son mutuamente agradables.
Estas relaciones contienen dentro suyo el placer, hay semejanza al mismo
tiempo que está dentro lo demás , es decir que de una y otra parte son absolutamente
buenos y absolutamente agradables. Amistades de este tipo son raras necesitan de
tiempo y hábito. Las relaciones fundadas en el interés y la pasión pueden ser
duraderas si se establece una completa igualdad entre ambas partes. Puede también
afianzarse el vinculo por pertenecer ambos a un mismo origen o cuando se conforman
hábitos producto de una larga intimidad, cada cual contrae afecto por el otro. Las
amistades placenteras intercambian atenciones en relación con las pasiones, una vez
que la belleza o aquello que genera placer claudica, la amistad hace lo mismo.
Mientras tanto las amistades por puro interés cesan en menos tiempo, ya que su
propio intercambio el de una utilidad cesa en el momento que se pierde el interés o se
deja de encontrar utilidad. Los hombres malos no aman al otro por lo que es en sí, sino
en cuanto pueden sacar algún provecho. Puede decirse que los hombres buenos en
cambio, se hacen amigos por sus amigos mismos y están lejos de caer ante una
calumnia, ya que existe confianza plena entre los corazones de ambas partes. Esta es
la verdadera amistad, puesto que se ama por bondad y virtud.

La amistad tiene como un requisito innegociable la vida en común, debido que


aquellos que se aman necesitan de la vida en mancomunidad, se desea pasar tiempo
con el amado. Además la amistad necesita de reciprocidad, esto aquí no es más que
una preferencia voluntaria. Se quiere el bien para aquellos que se ama por ellos
mismos. Amar al amigo es amarse a uno mismo y así lo es también respecto con el
amado. La amistad se funda en la igualdad. También es preciso que además del trato
recíproco, la persona sea de nuestro agrado, es decir que nos gusten y que gustemos
a la vez.

En cuanto al número de amigos Aristóteles afirma que el mismo debe ser


escaso. Esto se debe a que la verdadera amistad es una especie de exceso en su
género; es una afección que supera a todas las demás, y se dirige por su misma
naturaleza un solo individuo. La cantidad es reducida además por una cuestión
temporal, se precisa de tiempo y hábito para la conformidad de carácter. Pero si sólo
hay de por medio otra cosa que el interés o el placer, es posible que se agrade a un
numero alto de personas. Los poderosos, aquellos que ocupan una posición elevada
tienen amigos de diversas clases. Se preocupan poco por la virtud y su único fin es de
buscar utilidad en cuanto sus amados sean hábiles y estén dispuestos a ejecutar sus
andados o bien amigos dóciles y amables que satisfagan sus placeres. Pero jamás un
hombre que reúne estas cualidades sumada la virtud, se hará amigo de otro que lo
supera en posición. Al menos de que el lo supere en virtud de otra manera no
compensaría su inferioridad. La amistad siempre está fundada en la amistad. Ambos
amigos están animados el uno para con el otro, cambian ventajas por ventajas, se
hacen los mismos favores. Por su semejanza con la amistad verdadera es que las
otras parecen amistades verdaderas, la amistad virtuosa contiene la doble ventaja de
ser útil y agradable. En el caso de amistades respecto a condiciones de superioridad,
cada uno de los amados tiene su virtud propia y su función, como los motivos que
alimentan al amor son diferentes. Así como con todos aquellos que tienen alguna
preeminencia, cuando la afección está en relación con el mérito de cada uno de los
individuos se convierte en igualdad superando así la desigualdad.

La mayor parte de los hombres prefiere que se les ame más bien a amar, ya
que cuando uno es amado se acerca a la estima, lo cual es una manera de afianzar la
opinión en el amante que el amado había ya suscitado. La gran virtud de los amigos
es amar y siempre que el afecto descanse en el mérito de los dos amigos, éstos serán
constantes y la relación más duradera. Por ello personas muy desiguales pueden ser
amigos, la estimación mutua les vuelve iguales.

La amistad y la justicia afectan y se aplican a los mismos objetos por


asociación. Las relaciones amistosas consisten en asociación y mancomunidad. La
asociación política tiene evidentemente como único fin el interés común, tanto al
constituirse como al sostenerse, las demás asociaciones solo tienden a satisfacer el
interés total.

Llegando al capitulo X Aristóteles mencionará tres los tres formas de gobierno y


sus desviaciones, estos son: Reinado- Tiranía, Aristocracia- Oligarquía, Timocracia-
Democracia. Procede destacando al mejor de los gobiernos sus cualidades y las de
sus desviaciones ( siguiendo el orden establecido arriba). Lo que es interesante en
este punto es destacar las analogías que presenta entre las formas de gobierno y las
estructuras familiares. Afirma que la relación padre hijo tiene forma de reinado, ya que
el primero cuida de los segundos, lo cual no ocurre con los padres persas cuyos hijos
son como esclavos siendo así una tiranía. Entre el marido y la mujer la forma que
predomina conforme a lo que es justo es la aristocracia, peor si el hombre desconoce
su misión y no sabe dejar que la mujer haga lo que le es propio, se degenera en
oligarquía. En cuanto a los hermanos la asociación representa un gobierno timocrático;
porque son iguales, salo que haya diferencias de edad muy grandes. Si no hay nadie
que les ponga orden y cada uno hace lo que quiere, la perversión de la asociación
será la democracia. Siguiendo la relación con lo político la amistad reina en cada uno
de los gobiernos de igual manera que lo hace la justicia. El rey ama a sus súbditos por
su superioridad, como el pastor cuida de su ganado. Estas formas de afección
dependen directamente de la superioridad de una de las partes. La justicia y lo mismo
ocurrirá con el afecto se proporcionan al mérito de cada uno y recaen en aquel que es
más digno. En las formas mas degeneradas de estos gobiernos, la justicia decrece
también, la amistad y la elección presentan el mismo patrón, es decir que en la peor
forma de gobierno , es decir en la tiranía apenas se encuentra la amistad. Donde no
hay algo de común entre el jefe y los subordinados no hay afección posibles, ni
tampoco justicia.

Quizá puedan distinguirse entre las demás afecciones aquellas que nacen del
parentesco o de la unión voluntaria entre compañeros. Todas estas relaciones
parecieran consecuencia de cierto contrato. La afección que nace del parentesco tiene
también muchas especies, pero todos se derivan de la paternal. El padre siempre
considera al hijo como parte de si mismo, y el hijo ama al padre estimando que a él le
debe la vida. El ser que es engendrado pertenece a aquel que lo engendra, por eso es
que el padre ama a su hijo inmediatamente y estos requieren de tiempo para ser
recíprocos con los progenitores. Así también los hermanos se aman entre sí porque no
solo comparten los padres sino que tienen hábitos, costumbres y crianza en común. Al
tener las mismas inclinaciones no cuesta trabajo atraerse y gustarse. El cariño siempre
se arraiga cuanto más íntimamente se vive desde la infancia. En cuanto a las
afecciones entre marido y mujer, existe de suyo una causa natural. El hombre por
naturaleza busca florecer de a dos que mediante un semejante por asociación política.
La familia precede al Estado y no solo por la procreación como necesidad, sino porque
la especie humana cohabita para perpetuar y sostener las demás relaciones de la
vida. Al dividirse las funciones de cada uno se encuentra lo útil y lo agradable
complementándose mutuamente, poniendo en común sus cualidades propias.

En todas las relaciones que se mencionaron a lo largo del trabajo cabe


mencionar que se presentan quejas y reclamaciones en relación con la clase de
amistad de la que se hable. Este tipo de recriminaciones es común en las amistades
que se producen por interés. Las relaciones fundadas de esta manera están más
expuestas al disgusto y por consiguiente al reproche. Al rondar todo sobre el interés se
quiere siempre más de lo que se tiene. Se recrimina no haber obtenido lo que se
desea y lo que se creía merecer, al que da le es imposible satisfacer las peticiones.
Muchas veces los favorecidos se sienten inclinan sosteniendo que lo que reciben no
tiene importancia para sus bienhechores, por el contrario quien da espera recibir de su
favor la mayor importancia. Cada cual por su parte puede creer que merece más de lo
que da y así la amistad se desvanece pronto. Se recibe más en proporción al mérito y
a la virtud, o a la utilidad. Si no hay manera de que se obtengan partes iguales todo
deriva en una especie de servidumbre. Cuando aquel que es superior ayuda al más
necesitado, el primero adquiere honor y el segundo provecho. No hay honor para
aquel que no hace servicios al público. Se tributa honor y respeto al que no puede
recibir dinero, y por lo tanto es menos retribuido que los demás. Tratando a cada uno
en virtud de su mérito es como se mantiene y se iguala la amistad.

Con el contenido expuesto termina el libro VIII de la “Ética Nicomáquea”, la cual


tendrá su continuación en el libro noveno.
BIBLIOGRAFÍA.

Aristóteles (2007), “Ética Nicomáquea”, libro VIII, Teoría de la amistad, Buenos Aires-
Losada.

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