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EL EQUILIBRIO EN LA VIDA CRISTIANA

Publicado el mayo 15, 2012 por unidos contra la apostasía

 Mario E. Fumero  (Tomado del libro “Buscando el Equilibrio”

            La naturaleza es una perfecta armonía, todas las cosas subsisten en base a leyes
físicas y biológicas las cuales sostienen el mundo material. La salud física depende del
equilibrio biológico de las diferentes sustancias que nutren y soportan la vida. El mundo
en que habitamos, con fauna y recursos naturales, depende de un ecosistema
maravilloso que sí se rompiese produciría serias catástrofes y amenazas para todos los
seres vivientes. El ser humano, como un ente espiritual y físico, depende para su salud
mental del equilibrio psicológico que haya en su entorno, a través de las enseñanzas y
reglas trazadas por la educación y la formación familiar y social. Si analizásemos
detenidamente lo que ocurriría si este equilibrio se rompiese, veríamos aparecer en el
cuerpo humano enfermedades físicas, y en la mente las enfermedades emocionales, que
llevan al desequilibrio mental; y en la naturaleza la destrucción de especies, la
desertización, etc.
            Si los desequilibrios físicos y biológicos conducen al caos, ¿No regirán las
mismas leyes en la vida espiritual y moral de los seres humanos?. Todo está en una
balanza; depende del equilibrio establecido por Dios para el bien común, y debemos
aceptarlo como un principio básico, y obtener una vida victoriosa y feliz en todos los
aspectos. La violación de las leyes divinas desencadena conflictos naturales, porque
todo está debidamente establecido por el Ser Supremo, para que como un reloj, funcione
de acuerdo a un plan organizado. Nuestra meta, como cristianos, es buscar en todas las
áreas de nuestra existencia la VOLUNTAD DE DIOS, para poder vivir de acuerdo a sus
leyes, las cuales garantizan y preservan a la creación para su objetivo final, que es la
felicidad y eternidad del hombre.
            Nuestra meta para ser felices, y vivir de acuerdo al deseo de Dios, es entender el
fin supremo de éste en todas las áreas de nuestra existencia y someternos a sus leyes
divinas.
Si analizamos la Palabra, descubrimos que “Las cosas invisibles de Dios se hacen
claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las
cosas hechas.” (Romanos. 1:20) La búsqueda de un equilibrio espiritual es la búsqueda
de la voluntad de Dios para no caer en actitudes espiritualistas, fanáticas o extremistas,
que nos lleven a romper la relación materia-espíritu dentro de este mundo, dañado por el
pecado, el cual impide poder vivir rectamente, porque tendemos a romper las reglas
establecidas por Dios en todos los aspectos.

AMENAZAS QUE ROMPE EL EQUILIBRIO


     No existe un área de nuestra existencia que no esté amenazada por la violación del
orden establecido; pero… ¿a qué orden nos referimos? Al orden general, alrededor del
cual gira nuestra vida, pues todo lo que hay está entrelazado por lo que somos. Si
analizamos las promesas de Dios en su Palabra, descubrimos que todas ellas están
vinculadas a ciertas demandas que tienen que ver con la obediencia a leyes establecidas:
“Guardad cuidadosamente los mandamientos… sus testimonios… y sus estatutos…
para que os vaya bien.” (Deuteronomio. 6:17-18) y la desobediencia a las mismas,
acarrean graves y serias consecuencias.
     Dentro del mundo creado existen tres dimensiones de leyes establecidas por Dios, de
las cuales dos son imperativas, y una optativa.
      LEYES FÍSICAS:
      Gobiernan la materia y el universo como un todo. Producen la  existencia
y  subsistencia del cosmos. Determinan leyes de rotación, traslación, gravedad, etc.
desde una  galaxia hasta la molécula de un átomo. Una alteración en este mecanismo
sería desastrosa para nuestro universo. Se rige por leyes imperativas.

      LEYES BIOLÓGICAS:
      Regulan el reloj de la vida física. A través de ellas se producen una serie de
funciones químicas y biológicas, para dar lugar a la existencia de millones de formas de
vidas, desde la figura de un virus hasta las maravillosa existencia del ser humano y su
inexplicable  mecanismo cerebral. Se rigen por leyes imperativas, la violación  de éstas
acarrean enfermedad, daños genéticos, mutaciones y en muchos casos la muerte.

     LEYES MORALES:
     También se pueden definir como LEYES ESPIRITUALES. Regulan y rigen la
conducta del ser humano dentro de su entorno social. Sólo son violadas por aquellos que
teniendo inteligencia, quebrantan arbitrariamente las leyes naturales, (que son las dos
anteriores) más el orden social, ético o moral de Dios , dado en sus mandamientos y
estatutos.
            Veamos ahora las leyes morales más detenidamente según la Palabra de Dios. El
Antiguo Testamento, las divide en:

  MANDAMIENTOS: Aquellas leyes morales que gobiernan el comportamiento


humano  en su relación con Dios y  sus semejantes. Los diez mandamientos.
 
   ESTATUTOS: Aquellos decretos u ordenanzas que rigen la vida ceremonial, de
fiestas, salud y conducta social de su pueblo. (Levítico. 10:11; 18:4;  Salmo. 81:4).
A través del estudio del Pentateuco descubrimos el marco legal que rigió los destinos
del pueblo de Israel. Estas normas de conducta fueron dadas por Dios a través de
Moisés. En las mismas se establece un equilibrio no sólo de orden espiritual, sino social
e higiénico, regulándose la conducta entre parientes, conciudadanos, extranjeros, de
índole laboral, de salud, de sexo y de alimentación. Dios había supeditado su bendición,
sanidad, protección y cuidados a la obediencia de su pueblo a estas normas. Es por ello,
que al enfatizar, por ejemplo, la Sanidad Divina en nuestras iglesias, debemos
complementarla con la obediencia a las leyes de salud dadas por Dios, pues todos los
milagros y sanidades deben obedecer a la actitud del hombre hacia el cumplimiento de
sus deberes con las normas impuestas en la naturaleza, para que no rompamos así el
equilibrio. Dios sana, salva, bendice, prospera… pero debemos primero aceptar sus
leyes, y vivir bajo su Señorío, para que así Él pueda obrar, ya que a través de nuestra
obediencia, nos hacemos acreedores de su protección.
            No trataré de enfocar el equilibrio dentro de nuestro ecosistema, del cual se
habla tanto hoy día, ni tampoco del equilibrio social o económico, que está en un
proceso terrible de deterioro, conduciendo al mundo a una violencia continua en todos
los órdenes. Mi enfoque va dirigido a la iglesia, a esos peligros que vive actualmente el
pueblo de Dios, víctima de énfasis sensacionalistas, nacidos de una teología exuberante,
que la arrastran a la división, confusión y sectarismo.
Es necesario que el equilibrio, entre lo natural y espiritual, ejerza una influencia entre lo
humano y lo divino. Es tiempo de no ir a la Biblia para manipularla hacia nuestros
propios intereses, fabricando el “quinto evangelio” según “san conveniencia,” y buscar
en ella “novedades”, que tienden a crear desequilibrios en la iglesia, forjando vidas
desnutridas, y encerradas en un ángulo pobre sobre la verdad de Dios.

¿COMO IR A LA PALABRA?
            Cuando vayamos a la palabra, en busca de respuestas a nuestras necesidades,
debemos ir con una mente abierta, para que al recibir la luz sobre un tema específico, no
nos encasillemos dentro de un todo, como que tenemos un descubrimiento novedoso.
No existen verdades absolutas , pues se complementan unas a otras; así que para poder
establecer un equilibrio correcto en la enseñanza bíblica, debemos entender “todo el
consejo de Dios”, y éste no puede encerrar en un énfasis que yo haya descubierto, sino
que a ese consejo de Dios, tenemos que añadir toda la luz doctrinal, cultural e histórica
que hayamos recibido, y no permitir que la verdad de hoy menoscabe la de ayer, pues
no existe una parte como un todo en la revelación, ni nadie es poseedor absoluto de una
verdad suprema. El mayor problema del mundo actual está en el
“SENSACIONALISMO”, el tratar de convertirnos en descubridores de lo que ya está
descubierto. El espíritu mercantilista y publicitario del mundo se ha introducido dentro
de la iglesia. Ciertos periódicos y revistas, para venderse más, especulan y manipulan
las noticias, dándole un matiz de sensacionalismo, a fin de captar la atención del
consumidor, dispuesto, por su naturaleza morbosa, a buscar todo lo que suene a “boom”
publicitario, a esto también se le llama “prensa amarillista”.
            La exageración, distorsión y manipulación de la información son los problemas
mayores en la comunicación; este espíritu se ha introducido dentro de muchos
predicadores, que impregnados con los métodos humanos en el arte de la comunicación,
hacen de ciertas verdades parciales, “fenó-menos teológicos” en las vidas de muchas
iglesias que son conducidas a falsos avivamientos, que a la larga, sumergen a miles de
sinceros cristianos en frustraciones y depresiones.

CUANDO LOS DOGMAS SE HACEN DOCTRINA.


            Al viajar, encuentro en cada zona que visito énfasis convertidos en “DOGMAS”,
y no por ello dejan de ser verdades parciales. La mayoría de las corrientes extremistas y
radicales proceden de los países industrializados, principal-mente  Estados Unidos y
Norte de Europa. Algunos de estos énfasis se convierten en teologías como; LA
TEOLOGÍA DE LA LIBERACIÓN, LA TEOLOGÍA DE LA PROSPERIDAD, LA
TEOLOGÍA DE LA ESPERANZA, LA TEOLOGÍA DEL REINO, LA TEOLOGÍA
DE LA GUERRA ESPIRITUAL etc. Algunas otras quedan como verdades parciales,
convertidas en dogmas en la vida diaria de la iglesia; por ejemplo la danza, las caídas, la
sanidad divina, la liberación de demonios, el discipulado, la adoración electrónica, el
culto estilo “show”, la unción etc. En todas estas corrientes  hay verdades de fondo que
nadie puede negar, pero al radicalizarse en la vida de la iglesia, privan a los cristianos de
entender que eso no es todo, y se cae en el terrible error de tomar “la parte” como “un
todo”, transformando la verdad bíblica en fanatismos religiosos, porque no supimos
buscar el equilibrio.

BUSCANDO EL EQUILIBRIO DOCTRINAL.


            Para buscar el equilibrio, sin privarnos de todas estas verdades parciales, que
enriquecen la vida de la iglesia, debemos desarrollar una actitud mental y espiritual
abierta a lo que Pablo denomina “UNA RENOVACIÓN CONTINUA DE NUESTRO
ENTENDIMIENTO” (Romanos. 12:2). Para lograrlo debemos diferenciar entre UNA
VERDAD DOCTRINAL y un ÉNFASIS DENTRO DE LA VERDAD DOCTRINAL, y
buscar aquellas cosas, que sin ser doctrinas, se convierten en esquemas circunstanciales,
que como costumbres y trato hacia Dios, pueden repetirse, de acuerdo a las necesidades
específicas de cada congregación. Es bueno entender que una verdad parcial o énfasis
que no se trate de un hechos bíblicos sólido no se puede hacer  DOCTRINAL. Así que
partiendo de estas pautas, debemos clasificar cada enseñanza o énfasis dentro de estas
cuatro posibilidades:

1- SI ES DOCTRINA: Lo cual comprende un conjunto de verdades que se


entrelazan, para revelar a través de la misma Palabra, y de forma clara,
aquello que es fundamental para la fe. En este caso, la Biblia respalda en sí
misma todos los ángulos de la doctrina, haciéndose referencias sobre el tema
en muchos textos y libros.

2- PARTE DE UNA DOCTRINA: Es un énfasis circunstancial dentro una


doctrina específica. Por ejemplo: dentro de la doctrina del Espíritu Santo, se
toma algún punto sobre la adoración, se matiza un método, como el levantar
las manos o danzar, implantándose como un constante quehacer en la vida de
la iglesia,  e incluso, como punto de partida para juzgar a los que no hacen
esto. Otro punto puede ser el énfasis respecto de los dones de sanidades, que
se convierten en un todo, opacando los demás dones, e imponiéndose como
un elemento básico la citada doctrina, o el don de lenguas, que casi siempre
es el que más enfatizamos dentro del  mover del Espíritu Santo.

3- COSTUMBRES Y HECHOS BÍBLICOS NO DOCTRINALES: Son hechos


bíblicos, pero aislados, que no tienen el suficiente respaldo como para
hacerlos doctrina, pero dan posibilidad a adaptarse como verdades parciales,
que sin dogmatizar, pueden variar, ejemplo: la forma de vestir, el uso de
zarcillos, el velo, el celibato, algunas situaciones de divorcio, costumbres
judaicas de: fiestas, sábados, comidas, etc. El énfasis de estas verdades NO
DOCTRINALES pueden ser aceptadas siempre y cuando no se impongan
como dogmas, y las mismas obedezcan a una situación específica dentro de
cierto entorno social. El peligro está cuando se trata de implantarlas como un
“todo”, juzgándose mal a otros que no adoptan tal costumbre.

4- HECHOS Y COSTUMBRES EXTRABÍBLICAS: Dentro de la estructura de


la iglesia, introducimos mecanismos de trabajo, estructuras eclesiásticas, o
métodos de evangelismo que marcan el quehacer de la iglesia, pero que no
nacen de una enseñanza bíblica, ya que la escritura no dice nada al respecto.
En tal caso, creamos verdades y métodos no sujetos a la Palabra, pero que
tampoco la contradicen, ejemplo; la Escuela Dominical, las funciones del
diaconado, las sociedades de damas, jóvenes y caballeros, el trabajo social,
las comisiones de trabajo, las normas para recibir miembros, los tres pasos
para la conversión, etc. Los métodos o normas extrabíblicas no debemos
radicalizarlas, sino que más bien debemos de estar dispuestos a renovarlos en
la medida en que recibamos más luz de Dios. Si la Palabra, y el Espíritu, nos
muestran otro camino mejor que pueda producir cambios de estructuras
positivos, debemos desechar los anteriores, y estar abiertos a cualquier
cambio.
            Partiendo de estos parámetros, debemos analizar nuestras enseñanzas y verdades
en la vida del cuerpo, y evitar que un énfasis, sea del índole que sea, anule las demás
verdades complementarías que mantienen el correcto equilibrio del mover de Dios en su
pueblo.
            Es necesario examinar bien el texto, el contexto y los conceptos  dentro del
texto. EFESIOS 4:10-12 “El que descendió, es el mismo que también subió por
encima  de todos los cielos para llernarlo todo. Y él mismo constituyó a unos apóstoles;
a otros, profetas; a otros, TEXTO  CONTEXTOS evangelistas; a otros, pastores y
maestros, a fin de perfeccionar a los santos  para la obra del ministerio, para
la  edificación del cuerpo de Cristo.

CONCEPTO   
  Muchas veces una palabra puede tener más contenido que todo el texto. Así que la
doctrina y los énfasis deben ceñirse a un parámetro hermenéutico y exegético
previamente establecido. Cuando no hay un criterio analítico correcto y sacamos los
textos del contexto, podemos fabricar  errores interpretativos.
            Muchos énfasis modernos están cayendo en el fanatismo del judaísmo, ya que de
costumbres, hacemos leyes; y sin un apoyo bíblico sólido extendemos esas verdades
(parciales) como distintivo de nuestro grupo, creándose iglesias identificadas por
estereotipos radicales. Pudiera poner muchos ejemplos, pero corro el peligro de
situarme, para algunos, en una posición contra tal o cual mover del Espíritu Santo, sin
embargo, debo de hacerlo para dejar clara la idea que deseo expresar, y no ser mal
interpretado. Partiré de algunas experiencias recibidas dentro de mi ministerio, pero
omitiremos referencias personales o denominacionales salvo aquellas que me
involucren a mí.
            Hemos visto en España, (pese a lo difícil del entorno) hechos maravillosos,
frutos del mover de Dios, tales como caídas, borracheras espirituales, revelaciones a
través de sueños, liberaciones etc. Todo ello ha sido el producto de un mover del
Espíritu, y nadie estaba preparado para tales cosas, ni teníamos a una persona que
ministrara especialmente estos hechos, aunque ocurrió de forma espontánea. Estos
eventos son una visitación de Dios mediante la cual imparte aquello que él considera
necesario para la edificación de su pueblo. debemos de estar siempre expectantes de
algo nuevo, pero a la vez preparados para recibirlo y probarlo dentro de un correcto
contexto bíblico e histórico, NO ESPERANDO QUE TODOS REPITAN NUESTRA
MISMA EXPERIENCIAS, COMO ALGO DETERMINANTE, PARA QUE HAYA
UN AVIVAMIENTO.

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