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Deberán

ser los jóvenes quienes tendrán el gran


compromiso de fundar una Nación más justa y soberana.
Grande será entonces la misión y la responsabilidad de
esta juventud, que tendrán prohibido renunciar a lo que
piensan y a lo que creen, para desplegar con acierto sus alas
vigorosas y sostenerse en la ardua tarea de sentar una
nueva moral y una nueva actitud frente a las autocracias que
pretenden ser eternas.
Por eso, quienes aún tenemos ideales y no hemos
renunciado a nuestra personalidad, a nuestras
obligaciones y a nuestras convicciones, aunque
hayamos envejecido; y quienes aún estamos despiertos
porque somos capaces de esfuerzos, deberemos
conectarnos con los jóvenes, que también tengan
ideales y convicciones, para alejarlos de aquellos
políticos “mañosos”, que seguramente querrán
seducirlos, llevarlos a su redil y hacerlos mentirosos y
corruptos.

ricardo h. olcese

TAPA









**prólogo**
Tengo 79 años y este es el primer libro que
escribo. ¿Estaré capacitado?. “MI” SENTIDO COMÚN me
dice que sí. ¿Por qué? Porque gran parte de mi vida,
al margen de mi actividad laboral, he actuado con
intensidad en el plano político y comunitario.
Participación que me ha permitido involucrarme con
hombres y mujeres de distintas ideologías políticas
y distintas clases sociales; conocer sus virtudes,
sus defectos, sus inquietudes, sus esperanzas y sus
desesperanzas. Distinguir razonablemente los
valores, los despojos y la mediocridad. Identificar
claramente a los grupos que predominan, que dependen
y que vegetan en la sociedad argentina. Valores de
los que valen, despojos de la liviandad y vileza de
quienes someten. Aprendí que todos tenemos derechos
naturales irrenunciables y obligaciones
intransferibles, y que cada uno es responsable de
los éxitos las miserias y las frustraciones de la
historia individual y colectiva.

La libertad y la justicia deberán ser nuestro


derrotero; porque significará transitar el camino
digno; agotador, por supuesto, pero más provechoso
socialmente que la comodidad del hogar y la vida
fácil; sin duda más placentera.

Por eso deposito en este libro mi experiencia,


mis conocimientos, mi respeto y mi lealtad,
procurando estar atento para no convertirme en un
crítico que censura el fracaso.

Feliz lectura…
Ricardo h. olcese















El nacionalista cree que el lugar donde nació es el mejor lugar del mundo; y eso
no es cierto. El patriota cree que el lugar donde nació se merece todo el amor del
mundo, y eso si es cierto. Camilo José Cela
CUADRO I

SENTIDO COMÚN:, etimológicamente significa:
sensatez, cordura, juicio apropiado; pero, todo esto
depende de la naturaleza emocional, política,
social, religiosa, etc. del individuo. El sentido
común puede ajustarse a una mentalidad socialista,
conservadora o victoriana.
Lo que quiero decir es que mi sentido común no
es igual a tu sentido común o al sentido común del
otro; por lo tanto, el sentido común vendría a ser
como el ADN de cada persona. Aquí cabe aquel ejemplo
del vaso con agua hasta la mitad, unos dirán que
está medio lleno, otros que está medio vacío; como
vemos son criterios distintos, no obstante, ambos
tienen razón.
Todo comentario que realizo en este libro es
absolutamente inspirado en mi sentido común. Pueden
no estar de acuerdo.
Arturo Jauretche, a quien admiro, en su libro
“Manual de zonceras Argentinas” escribe:”El
argentino es vivo de ojo y zonzo de temperamento”,
con lo que quería significar que paralelamente somos
inteligentes para las cosas de corto alcance,
pequeñas, individuales, y no cuando se trata de las
cosas de todos, las comunes, las que hacen a la
colectividad y de las cuales en definitiva resulta
que sea útil o no aquella “viveza de ojo”.
En el mismo libro, Jauretche escribe: “El
humorismo popular, a acuñado aquello de: ¡Mama!
haceme grande que zonzo me vengo solo”. Y continua:
“Esta es otra zoncera, porque ocurre a la inversa:
nos hacen zonzos para que no nos vengamos grandes”.
Yo, en lugar de zonceras voy a calificar como
“picardías políticas” los conceptos que numerosos
políticos y periodistas, demasiados para mi gusto,
usan para mantenerse vigentes.
Es inquietante que existan tantos políticos y
periodistas mediocres que necesitan distorsionar
algunas realidades. A raíz de estas pesadumbres,
pretendo que este libro ponga un poco de luminosidad
sobre muchas de estas “falacias”; de acuerdo a mi
sentido común.
Pero ¡atentos!, la opinión que voy a exponer más
adelante no significa que defienda determinado
gobierno, sino, determinada concepción política,
económica, cultural y social, todo lo cual hace un
“combo” que significa un mayor bienestar y una
mentalidad progresista y renovadora.
A razón de esto, voy a dar a conocer mis
pensamientos políticos, sociales y culturales.
Temperamento que deberían adoptar quienes escriben
libros o quienes ejercen el periodismo; para que
nadie se sienta defraudado.

“No es verdad que las personas paran de perseguir sueños porque se
hacen viejos, se hacen viejos porque paran de perseguir sus sueños”
Gabriel García Márquez.

Personalmente estoy identificado con el
“socialismo democrático moderno”, y no tengo rubor
al declararlo pese a la muletilla de moda que
condena de manera terminante todo aquello que se
oponga al sistema capitalista conservador. No
obstante, mis convicciones están muy lejos de los
valores estratégicos-sociales de Carlos Marx, con
quien se identifica ineludiblemente este tipo de
pensamientos. No comparto sus conceptos demasiados
“fervorosos” en el manejo de las confrontaciones;
tampoco comparto los procedimientos dictatoriales,
ni la estimulación al enfrentamiento de clases, que
propicia. Aunque, admito la teoría del filósofo en
cuanto a las dos clases sociales: “la burguesa” que
es la dueña de los medios, de la producción y de la
cultura, y el “proletariado” que vive a sus
expensas, muy distantes.

“El obrero tiene más necesidad de respeto que de pan.”
Karl (Carlos) Marx.

Prefiero el diálogo, el consenso y si es
necesario los acuerdos, incluso con el ‘capital’, si
esto significa acordar a favor de la sociedad
integralmente. Sería estúpido desaprovechar las
ventajas que ofrece el capital privado, si lo
utilizamos adecuadamente y “¡pactamos!” condiciones
con dignidad.
Quienes me conocen se asombrarán de esta postura
“semi-liberal”, pensarán que me he sumado a los que
diariamente falsifican sus fundamentos ideológicos,
que de cara al pueblo exhiben estructuras y razones
populares y democráticas, y en la realidad se
someten a los mandatos del poder de turno o a sus
intereses.
El tema es: descubrir la tangente que vincule
las dos posturas y alimente el sentimiento de
responsabilidad moral frente a las distintas
circunstancias. Para que esto ocurra, solamente
deberemos resistirnos a las seducciones falaces y a
las presiones de los intereses mezquinos; operar
las relaciones con criterio pluralista y práctico e
imponer el diálogo como distinción y con carácter
persistente, para conciliar los temperamentos,
robustecer y rejuvenecer las fuerzas morales del
individuo y la conciencia social.
Desde luego, no considero apropiado que el
estado asuma la potestad absoluta de ordenar la vida
civil, económica, política y cultural de un país; o
el concepto del “socialismo extremista” que
pretende conceder al “proletariado” el poder
hegemónico. Pensar así es un disparate y está
totalmente divorciado con los conceptos que voy a
volcar en este libro. También es un disparate
aceptar de buen grado las políticas económico-
sociales de los modelos capitalistas absolutos, que
vivimos en la década del 90.
“La vida es muy simple pero insistimos en hacerla complicada”

Confucio.
La imagen de “mi socialismo” se corresponde con
el socialismo practicado por Jesús Cristo, que
trasladado a los tiempos presentes significa: una
sociedad moderna y ordenada donde las riquezas sean
distribuidas generosamente y con justicia. Donde las
posibilidades sean realmente iguales para todos y se
compartan la cultura y las tradiciones, y que nadie,
por ninguna razón sea sometido, social, cultural,
política o económicamente. Donde exista un alto
contenido solidario y la familia sea la unidad
esencial, organizada sobre la base de elementos
fraternales comprometidos. Donde la justicia sea
para todos igual, y donde cada individuo sea un
socio que se entrega al grupo por completo sin
importarle la condición social del otro.
Características salientes de las sociedades
racionales. Algo difícil, pero no imposible. Por
eso, cada vez que tengo dudas, a Jesús me remito, y
a ÉL reconozco como único líder y como la imagen
excelsa e indiscutible de ese socialismo que hace
más de 2000 años rotuló las sociedades del mundo con
su mensaje y con sus obras, que hoy resisten los
pragmáticos del capital.

“Cada uno debe empezar a dar de sí todo lo que pueda dar, y aún
más. Solo así construiremos la Argentina que deseamos, no para
nosotros, sino para los que vendrán después, para nuestros hijos, para
los argentinos de mañana.” Eva D. de Perón

De hecho, me rebelo contra los conservadores
arrogantes, también contra los zurdos noveleros que
han perdido el tren del tiempo y viven tocando de
oído. Ambos critican el populismo, el pasado
especulativo y el autoritarismo; pero, no nos dicen
que debemos hacer para no caer nuevamente en esas
especulaciones infortunadas que estimulan las
autocracias, con el desfile funesto de: absolutismo,
feudalismo y unitarismo. No nos enseñan como unirnos
en serio y con responsabilidad para recuperar la
participación. ¿por qué?, porque seguimos atados al
carro de las postergaciones blandiendo las banderas
de los ”anti” -anti-peronismo; anti-radicalismo;
anti-conservadurismo; anti-socialismo; anti-
comunismo; etc.- que significaron y significan
tantas peleas; tantos desencuentros; tantas
postergaciones y tantos bamboleos políticos y
sociales. En el futuro, los gobiernos y los
gobernados tendremos que superar estos síndromes y
fundamentar la conducta y la lucha en la
comprensión; y esto solo podrá suceder si nos
ponemos bien puesto el “overol” del dialogo y la
participación; diálogo y participación en serio,
porque todo lo que tenga que ver con el diálogo
tendrá que ver con las necesidades de la gente; con
la no-violencia, el no-autoritarismo y la no-
prepotencia; principios fundamentales para el cambio
en una época de inmovilidad, perturbación,
hostilidades y guerras. Si hay diálogo hay
participación, en cambio, el estado obsesivo del
silencio convierte al individuo en un ser
impersonal. Porque el silencio es, clásicamente, un
trastorno funcional de la palabra. Por eso, el mayor
desafío deberá ser: vincular inteligentemente la
comunicación de la política con las necesidades y
aspiraciones de la gente, de manera que repercuta
favorablemente en la gente y la gente tome
conciencia del cambio y quieran cambiar. Para que
toda voz tenga valor.
Como las ideas, las actitudes y los hábitos son
elementos precisos y activos de las sociedades, cada
una de nuestras manifestaciones y actividades:
profesionales, comerciales, culturales, políticas,
religiosas, etc. adquieren mayor valor cuando se
relacionan con los demás. Por eso individual y
globalmente deberemos estar directamente
involucrados en la transformación colectiva y
obligados a ofrecer nuestro mejor esfuerzo y la
participación más dinámica; convencidos de que el
futuro y el progreso no pueden quedar exclusivamente
bajo la decisión e influencia de unos pocos.
Tengo esperanza que, en el espíritu del
argentino florezca la actitud de rebeldía que
dormita, se encienda el sentido de la participación
y se estimule la fortaleza espiritual para poner en
marcha la vocación de cambio.
Se dice que Jorge Luis Borges fue al desierto de
Sahara y arrojando un puñado de arena al aire
exclamó alborozado… MODIFIQUÉ EL SAHARA. Es verdad,
ya no era el mismo Sahara de unos instantes antes.
Esto nos enseña que todo acto que realicemos,
aunque sea pequeño, aunque caiga en “saco roto”,
tiene repercusión, y si la actitud es noble y
fraterna existirá un real espíritu y una adaptación
plena de nuestra autoestima y de nuestra fe
cristiana que nos promueva. Muchos disputarán los
lugares preferentes, pero nada ni nadie podrá
impedirnos demostrar lo que somos y conseguir el
respeto y la consideración; y en esta actitud
aparentemente desolada estará la clave de la
transformación. Por supuesto que tendremos
contrariedades y actitudes encontradas; no olvidemos
que estamos viviendo en una sociedad absolutamente
materialista y mediocre, donde el mercantilismo y
los sobornos están a la orden del día, y donde los
objetivos que más se juegan y se valoran son los
intereses económicos, el lujo y el poder; una
mixtura de imprecisiones y decadencia que nos
arrastran indefectiblemente al reinado de la
corrupción.

Madre, yo al oro me humillo él es mi amante y mi amado, pues de
puro enamorado de continuo anda amarillo. Pues doblón o sencillo hace
todo cuanto quiero. PODEROSO CABALLERO DON DINERO”
francisco de QUEBEDO VILLEGAS


Desde luego, en este modelo no tendrán cabida
los políticos comprometidos con los organismos
adversos al sentir popular; ni los sindicalistas
complacientes con el poder; ni los frívolos de las
farándulas que defienden sus proyectos personales;
ni los religiosos que viven temiéndole al comunismo
y se ubican tolerantes junto a aquellos que explotan
a los pobres; ni los jueces deshonestos; ni nosotros
los complaciente que justificamos los excesos y
aprobamos las conductas impropias de los impostores.
Nosotros que pregonamos amor, solidaridad,
comprensión a los cuatro vientos y en la realidad,
por ignorancia, por sobra de ambiciones domésticas o
por comodidad no aportamos –individual y
colectivamente- el sacrificio y la participación
convenientes para avanzar en la rectificación de los
rumbos. Rehusamos el protagonismo comprometido y
delegamos en un grupo reducido la facultad de
pensar, resolver y actuar. Sin duda nos fascina
permanecer al margen de los acontecimientos
significativos, con la voluntad y las neuronas
enmohecidas, para luego aplaudir o reprobar de
acuerdo a las circunstancias.
Pero cuidado; hay demasiados gigantes
caprichosos ordenando y clasificando nuestros
destinos. Demasiadas historias que nos hablan de
desencuentros, de enfrentamientos, de frecuentes
mutilaciones a los derechos del hombre y de
arrogancias injuriosas, sin que nadie hasta el
momento se haya atrevido a “ponerles el pecho”.
Demasiados ¡periodistas! “chupamedias” que
navegan las aguas turbias de los turbulentos ríos de
las incomprensiones viviendo una vida distinta a la
sombra del poder. Demasiados demagogos, fabuladores
y prepotentes, abofeteando el rostro curtido de los
postergados.
Por eso, deberemos estar atentos, la solución no
es sumarnos a las movilizaciones insubstanciales que
ejecutan los reyes de la intriga –fuertemente
comprometidos con los capitales- que no
desaprovechan oportunidad para movilizar al pueblo
con tal o cual argumento. Son expertos para
exagerar cualquier circunstancia más o menos
conflictiva e instalar en la sociedad el
desconcierto, en el mejor de los casos. Por decisión
propia se constituyen en los “salvadores de la
sociedad” con “licencia” para imponer las culturas y
las costumbres a su antojo; Secundados siempre por
periodistas desafectos, políticos y sindicalistas
duales, religiosos confundidos, frívolos de la
farándula y jueces “garantistas”!!!
“Puedo controlar mis pasiones y emociones si puedo entender su
naturaleza”. Spinoza.

Todo vale al momento de reclutar voluntades;


sembrar el caos y dispersar en distintos escenarios
las energías; quitarle dinámica y dirección a los
“buenos propósitos”; implicar al pueblo en sus
maquinaciones para convertir al pueblo en una
naturaleza “consentidora”, que apoye sus
confabulaciones. De ninguna manera interpretan ni
protegen los intereses legítimos de los sectores
populares. El único propósito es conseguir “agua
para sus molinos”.
El primer paso es sustraernos las esperanzas
sabiendo que la esperanza es la exigencia más
trascendente que necesita el hombre para poner en
funcionamiento la voluntad y la razón, pues la
esperanza es el motor que determina el éxito de las
grandes realizaciones y es inconciliable con el
escepticismo, que es el baluarte del desaliento, la
desidia y la insolidaridad.

“Solo hay un camino hacia la felicidad y es cesar de preocuparse por
cosas que están fuera del alcance de tu voluntad.” Epíteto.


Urge entonces, levantar la tribuna del disenso y
la reflexión, para analizar con “sabiduría” los
conflictos, las relaciones, las reacciones, las
substracciones y las necesidades del hombre para hoy
y del niño y el adolescente para el futuro; teniendo
en cuenta que la tendencia del diseño en vigencia
impide la expansión mental y la toma de resoluciones
enérgicas que garanticen un pacto vigoroso y
constante con el deber.
No me cabe duda que deberán ser los jóvenes
quienes tendrán el gran compromiso de fundar una
Nación más justa y soberana. Porque tienen el
apasionamiento de los ideales jóvenes, el entusiasmo
fecundo, la conciencia saludable y el espíritu libre
e inquieto, pleno de vigor. Por supuesto que en este
desafío y en el camino hacia la madurez cívica y
moral, para crecer, deberán nutrirse invariablemente
de las experiencias del pasado, buenas o malas, y
rescatar como atributo la conducta íntegra de
aquellos que por nobleza o por sabios desdeñaron el
poder. Mi sentido común me dice que el futuro está
en mano de la juventud.
Grande será entonces la misión y la
responsabilidad de esta juventud, que tendrán
prohibido renunciar a lo que piensan y a lo que
creen, para desplegar con acierto sus alas vigorosas
y sostenerse en la ardua tarea de sentar una nueva
moral y una nueva actitud frente a las autocracias
que pretenden ser eternas. Deberán alejarse del
pasado incoherente para rescatar y defender la
justicia, la libertad, la autonomía, el federalismo
y la dignidad; los aliados más leales de las
democracias. Tendrán que derribar el estadio de las
omnipotencias y fijar límites a las pretensiones
hegemónicas. Deberán desterrar la codicia, el
egoísmo y la inequidad. Empuñar con llaneza las
riendas de la desobediencia para oponerse a la
dependencia estructural y convertirse en los
arquitectos de una nueva y audaz cultura, aunque les
falte experiencia. Estarán obligados a tender un
puente generacional bien armado y consistente para
congregar a los jóvenes, a los adultos y a los
ancianos en un mismo mensaje; ordenar la relación de
los sectores para posibilitar el tránsito hacia la
conciliación de ideas, y producir el gran debate
revisionista que permita desalentar las trabas que
imponen los ineptos, los sectoriales y los mendaces.
Suplir el ocaso de la medianía por el fulgor;
rejuvenecer el intelecto y el espíritu; provocar
exaltación de talentos y convertir el pensamiento
pueril en ideal noble, para que tras de él se
congregue la gente. Desde luego no habrá que
comprometer a los “mediocres” en este proceso;
porque generalmente son inexpresivos e indolentes y
frecuentemente mueren “sin pena y sin gloria”;
aunque muchas veces dejan tras de sí un caudal
increíble de conspiraciones frustradas y mordiscos
indeterminados. Y lo lograrán, no tengo dudas,
porque tienen la mente sana, la esperanza intacta y
el espíritu invulnerable, frescura, pujanza y
atrevimiento,
Por eso, quienes aún tenemos ideales y no hemos
renunciado a nuestra personalidad, a nuestras
obligaciones y a nuestras convicciones, aunque
hayamos envejecido, y quienes aún estamos despiertos
y somos capaces de esfuerzos, deberemos conectarnos
con aquellos jóvenes que también tengan ideales y
convicciones, para alejarlos de los políticos
“mañosos”, que seguramente querrán seducirlos,
llevarlos a su redil y hacerlos mentirosos y
corruptos.
Deberemos construirlos en la libertad del
pensamiento y la acción, para que respeten la
opinión, las costumbres y las creencias de cada
individuo; agruparlos en la familia y en la amistad
fraterna para que reflexionen, funcionen en armonía
y se resistan a vestir el uniforme del conformismo.
Para que aflore en ellos la transgresión y la
desobediencia a la arrogancia y al “desbarajuste”
político a que nos tienen acostumbrados.
Ejercitarlos para que elaboren modelos más
públicos, más competentes, más legítimos con la
naturaleza del ser, y lograr que las instituciones y
los organismos del sistema trabajen al servicio del
pueblo; respaldados sólidamente por la conducta
republicana de gobernantes y gobernados. Comunión de
las sociedades honestas y disciplinadas. “…
construir la unión nacional, afianzar la justicia,
consolidar la paz interior, proveer a la defensa
común, promover el bienestar general y asegurar los
beneficios de la libertad…, invocando la protección
de DIOS, fuente de toda razón y justicia…”. En una
palabra, colaborar para fundar un ciudadano GRANDE.
Un ciudadano que combata en todos los campos y
en todos los rincones. Que no claudique al dominio
ni al mando de los sectores disgregadores y se
plante ante ellos firme, implacable, triunfal y
digno. Que desarrolle acciones e influencias
reflexivas y actitudes relevantes. Que esté
dispuesto a sacudirse el yugo y desempolvar los
rasgos descollantes de la personalidad del hombre
libre. Que se oponga con imaginación, talento,
osadía y tenacidad a esta disposición de concepción
absolutista y sectaria. Caso contrario, sucumbiremos
ante el avance del conservadurismo que descansa en
las sombras, al acecho, para dar el golpe en el
momento oportuno y cosechar sus frutos.
Tarea laboriosa, desde luego, pero no imposible,
porque aún existen ciudadanos que acreditan reglas
éticas fundadas en la honestidad, la comprensión, la
lealtad, la integridad y el coraje para llevarlas y
hacerlas respetar. Con ellos deberán juntarse para
intentar la proeza de la transformación.

“Averguénzate, joven, de torcer tu camino, cediendo a
tentaciones indignas. Si eres artesano, evita enlodazarte recibiendo
cosa alguna que no sea compensación de tus méritos; si eres poeta, no
manches la túnica de tu musa cantando en la mesa donde se embriagan
los cortesanos; si eres sembrador, no pidas la protección de ningún
amo y espera la espiga lustrosa que al encantamiento de tus manos
rompe el vientre de la tierra; si eres sabio, no mientas; si eres
maestro, no engañes. Pensador o filósofo, no tuerzas tu doctrina ante
los poderosos que la pagarían sobradamente. Por tu propia grandeza
debes medir tu responsabilidad y ante la estirpe entera tendrás que
rendir cuentas de tus palabras. Sea cual fuere tu habitual menester –
hormiga, ruiseñor o león-, trabaja, canta o ruge con entereza y sin
desvío: vibre en ti una partícula de tu pueblo.” (José Ingenieros)
**LAS FUERZAS MORALES**

De todos modos, no debemos pensar que esto de
renovar valores significa echar por la borda todo lo
acaecido y sustentar un futuro sin pasado; de
ninguna manera. Más que nunca deberemos unirnos
“unos” y “otros”, en cada rincón de nuestra querida
nación, decididos a soportar los mayores
contratiempos. Resueltos colectivamente a establecer
una nueva disciplina social y un cambio cultural
intensos. Dispuestos todos los días a respaldarnos
mutuamente en la pujanza, en la confianza, en el
entusiasmo y en la rebeldía; para alejarnos de las
cosas que envilecen, y terminar definitivamente con
la historia vieja de los enfrentamientos inútiles.

“La mayor gloria no es nunca caer, sino levantarse siempre.”
Nelson Mandela
En este camino, mi especulación apunta a una
revolución de espacios. Reducir el ambiente de la
discusión y de las propuestas: Nación / Provincia /
Municipio y de éste a los barrios. Porque de esta
manera se estará ejerciendo en pleno la democracia y
el federalismo.
Considero que los municipios son las
herramientas de gestión más directamente ligada a la
realidad de una sociedad, donde se reflejan
fielmente las necesidades y los pensamientos de la
gente. Y los barrios de cada municipio son los
exponentes más personalizados y más familiares;
porque no son tan pronunciadas las diferencias.
Porque, hay más desenvoltura y una óptica más íntima
y más arraigada al perfil fraterno para conciliar
las necesidades, las obligaciones, los razonamientos
y las especulaciones. Porque en los barrios se puede
discutir y plantear conceptos de vida ubicados
racionalmente en la celebración de conocimientos que
estén más cerca del hombre corriente en el solar de
las relaciones. Tengo fe. Porque si renegamos de la
historia humilde de nuestros barrios, reflejada en
cada esquina, en cada almacén, en cada bar, en cada
confidencia del amigo en las noches de “boliche”, en
cada piedra, que son los puntos de contacto que nos
unen, fracasaremos.
“La vida carece de valor si no nos produce satisfacciones. Entre
éstas, la más valiosa es la sociedad racional, que ilustra la mente,
suaviza el temperamento, alegra el ánimo y promueve la salud.”
Thomás Jefferson

Al menos probemos la opción de transitar ese
camino, y concedernos la oportunidad de marchar
junto a los pobres del barrio; junto a los viejos
del barrio y junto al ímpetu de los jóvenes del
barrio, desnudando el corazón de los prepotentes y
de los usurpadores, que desunen e inmovilizan
nuestras energías fraternas. Entonces sí, aunque
cien caballos briosos tiren de nuestros fondillos,
será difícil que desistamos, que aflojemos, aunque
sea un camino duro el que deberemos recorrer.
Génesis de todo cambio.
Estamos en el siglo XXI y nos encontramos con
esta sociedad enloquecida que arremete con furia
contra los cimientos humanitarios del espacio
terrenal. Guerras cruentas y estúpidas que no
entendemos. Mercaderes de la droga y de la muerte
que transitan tranquilamente y con “pompa” los
estadios del mundo. Agresores ecológicos que asolan
impúdicamente las reservas. Personajes
individualistas, fraccionarios, ambiciosos y
licenciosos que nos despojan del sustento competente
que necesitamos para confirmar al hombre combatiente
y firme en sus convicciones.

“A veces, la gente no quiere escuchar la verdad porque no
quieren que se destruyan sus ilusiones.” Friedrich
Nietzsche

Desgraciadamente, la mayoría de nosotros, los
“aventajados” tenemos establecido en el ser el “yo
materialista” -mezquino y desafecto-, como rudimento
activo y nos resulta difícil despegarnos de él. Por
eso, cuando de “rendir cuentas” se trata, adoptamos
el desaprensivo y cómodo “no me meto”, para
desligarnos de las responsabilidades que nos
pertenecen, sin darnos cuenta que les hacemos el
juego a los impostores; aquellos que con imágenes y
ofrecimientos tentadores nos mueven a reflexionar
inadecuadamente.
Quiero dejar establecido que no es un rasgo
simplemente analítico el que estoy imprimiendo en
este libro para distraer la atención del lector. Es,
conmoverme ante la inmoralidad y la corrupción que
se acrecientan. Es, resistirme a entregarme a otras
voluntades y transitar caminos ajenos contra mi
voluntad. Es, asustarme por el incremento de las
rebeldías perturbadas, los enconos y la marginación,
que cada día producen más insensibles, más
drogadictos, más alcohólicos, más pervertidos
sexuales, más delincuentes. Es, asombrarme por la
desfachatez y la inoperancia de los políticos, que
solamente descalifican y critican las acciones de
un gobierno, que tiene virtudes y defectos, y
reposan en el “confort” de sus despachos,
ejerciendo el parasitismo burocrático.
De todos modos, como dice Bertrand Russel: “Nunca
moriría por mis creencias porque podría estar equivocado.”
Si no renunciamos a nuestra complicidad con el
pasado “estético”; si no buscamos la verdad ética en
todas las ramas, si no nos capacitamos en la moral,
para imprimir un sello distinguido a nuestras
conductas, y no respaldamos la sana iniciativa de
aquellos que tienen talento y pelean de verdad por
esta iniciativa, encendiendo la llama para una nueva
esperanza, difícilmente podremos tener el orgullo de
cosechar el fruto noble de una noble siembra;
seguiremos fomentando la marginación y la exclusión.
Libertad, Justicia, Seguridad, solidaridad y
convicciones sólidas son las ofertas más
sobresalientes de una democracia genuina.
Lamentablemente carecemos de una real valorización
de esta

I “Ellos se declararon patriotas: En los clubes se
condecoraron Y fueron escribiendo la historia. Los parlamentos se
llenaron de pompa; se repartieron Las tierras, la ley, Las mejores
calles, el aire, La universidad, los zapatos.”

II “Para el rico la buena mesa. el dinero para los ricos. Para
los ricos la casa grande El fuero para el gran ladrón. París, París
para los señoritos. La basura para los pobres. Para los pobres el
trabajo. El tugurio para los pobres. La cárcel al que roba pan. El
pobre a la mina al desierto.”

III “Su extraordinaria iniciativa Fue el Estado erigido en esa
forma, la rígida impostura: La debatieron como siempre con
solemnidad y banquetes; primero en círculos agrícolas con
militares y abogados. Al fin llevaron al Congreso, la ley
suprema, la famosa, la respetada, la intocable: la LEY DEL
EMBUDO Y FUE APROBADA” Pablo Neruda


LIBERTAD: Es el estado de una persona que no
está prisionera o que no depende de nadie.

Desgraciadamente, no gozamos de la libertad
legítima, indispensable para desarrollarnos.
Simplemente nos mistifican con el “verso” de la
libertad y solo nos conceden el acceso a la
manifestación. Esa libertad que promocionan es la
excusa para neutralizar nuestro intelecto. Yo quiero
una libertad auténtica, “sin tapujos”, donde se
nutran los fundamentos de la autoestima y la
dignidad del individuo.
Por eso me pregunto, ¿somos realmente libres?,
NO, porque únicamente tenemos acceso a la
manifestación; y no se es libre solamente por no
llevar cadenas en los tobillos, esposas en las
muñecas o ligadura material que nos aten. Si la
imaginación no es libre, la voluntad no es libre; y
si el panorama intelectual está influenciado por los
extraños que nos impiden prestigiar la confianza en
la capacidad, valorizar la autoestima, compartir
ideas y propuestas y desarrollar las aptitudes, no
somos libres. Si con un sistema de comunicación
absolutamente cerrado nos monopolizan el espacio de
las oportunidades y nos conceden solamente la
libertad del apetito material y del instinto, no
somos libres, estamos prisioneros del oscurantismo.
Si dependemos de los medios, de la historia
doméstica, del ambiente, de las cosas..., de las
modas y de los modos que nos imponen, tampoco somos
libres, aunque satisfagamos los deseos materiales.

“El hombre nació libre, pero está en todas partes con cadenas”.

Jean Jacques Rousseau..-


Enfrentemos entonces con determinación a quienes
nos escamotean la LIBERTAD. Digámosle que queremos
ser libres, pero de libertad absoluta. Pidámosle con
firmeza que no nos mientan más; que nos dejen ser
dueños de nuestros destinos, productores de nuestros
sueños, labriegos de nuestra cultura, trotamundos de
nuestros éxitos y fracasos.

“Estad pues firmes en la libertad conque Cristo nos hizo libres,
no volváis otra vez a ser presos en el yugo de la
servidumbre”. (Gálatas 5.1)


JUSTICIA: Virtud que nos hace dar a cada cual lo
que le pertenece.
Es muy difícil aplicar justicia plena. Es muy
difícil saber cuando se es justo y como proceder
para ser justo. Porque la figura de la justicia se
corresponde con la imagen de un ideal virtuoso muy
complejo, que vincula radicalmente la conciencia,
los sentimientos, la cultura, la religión, las
creencias, razas, castas, genes, etc. del encargado
de aplicarla. “Condimentos” capaces de enaltecerla o
confundirla. Indudablemente el encargado de
administrar la justicia deberá poseer una serie de
atributos sensatos e insobornables. Equilibrio,
armonía y orden en el carácter y en los
pensamientos; rectitud y fortaleza en los
sentimientos del corazón; reposo y seguridad en la
ambición y lealtad a las propias convicciones. Algo
muy difícil de sostener, por cierto, debido a que el
ser humano posee talento emocional, temperamento,
debilidades y manifestaciones reflejas, que si no
son convenientemente controlados pueden transformar
el verdadero conocimiento en una figura subjetiva y
perturbada –instinto-, afectando la aptitud para
comprender racionalmente.
El sentimiento de justicia comenzó a disiparse
con posterioridad a las disputas que sostenía el
hombre contra la naturaleza para dominar el hambre,
el frío y las enfermedades. Fueron las ideas y
propuestas ¡“modernas”!: economía, prácticas
mercantiles y comercio, quienes influyeron al
deterioro de la justicia. Estos modelos prosperaron
y se expandieron, hasta convertirse en los medios
más poderosos y concluyentes de la expresión
cultural y material.
Los capitales se hermanaron y las riquezas con
sus recursos y gran capacidad de “persuasión” fueron
avanzando con decisión sobre los derechos de los
menos poderosos estableciendo las leyes; racionando
el bienestar, la desventura y la desesperanza;
rotulando la condición social y cultural;
organizando la indigencia y la opulencia.
Promoviendo las desavenencias, los conflictos. y la
inercia mental. Transgresión, absolutismo,
arrogancia fueron los métodos más “convincentes”
para dividir, dominar, forjar las reglas culturales,
establecer las desigualdades, las ventajas, los
privilegios, la autoridad “suprema” y la hegemonía
de la casta.
De esta manera comienzan a desarrollarse los
conflictos; a dividirse las comunidades en facciones
y a disputarse los espacios sociales y culturales.
Los “bandos” se distinguían por los pensamientos
religiosos, los credos políticos, las culturas y la
condición social a la que pertenecían; pero
fundamentalmente, por el poder económico que
comenzaba a surgir y a prosperar, instalando en la
incipiente sociedad las sospechas, los temores y las
intrigas, entre otras. Usados frecuentemente como
artimañas diplomáticas para lograr sus pretensiones
y derribar las fantasías de cualquier “espíritu
inquieto”.
Precisamente de uno de esos grupos económicos
nació la clase “dominante”; fría, calculadora y
arrogante; solventada por las congregaciones
acaudaladas de la época. ¡¡Virtud!! que les permitió
adquirir el “gran poder” económico-político
indispensable para forjar las reglas culturales a su
antojo, establecer las desigualdades y los
privilegios, convenientes para lograr la autoridad
“suprema” y mantener la hegemonía de la “casta”.
En contraste y por imperio de la fuerza surge la
clase “dominada”, apéndice de la “dominante”; que
desde el primer momento advierten en la cultura
impuesta una tendencia hostil y una disposición
perversa que dañaba sus sentimientos más
elementales.

“No, aún no secaban las banderas, aún no dormían los soldados;
cuando la libertad cambió de traje, se transformó en hacienda: De las
tierras recién sembradas salió una casta, una cuadrilla de nuevos
ricos con escudos, con policías y con prisioneros.”
“Hicieron una línea negra: Aquí nosotros porfiristas, de México,
caballeros de Chile, pitucos del Jockey Club de Buenos
Aires, engomados del Uruguay, pisaverdes, filibusteros
ecuatorianos, clericales, señoritos de todas partes.”
“Allá vosotros, rotos, pelados de México, gauchos amontonados en
pocilgas, desamparados, andrajosos, piojentos, pililos, canallas,
desbaratados, miserables, sucios, perezosos, PUEBLO.”
“Las Oligarquías” de PABLO NERUDA
A veces, consternados, vemos como algunos
Jueces, emiten sentencias deplorables totalmente
contrarias al sentimiento de justicia, del pueblo.
Razón por la cual no vemos en las cárceles
personajes encumbrados ni ladrones de guantes
blancos.

”Insensatos que despreciaron la sabiduría y la enseñanza; y
cerraron el corazón a la prudencia; y el razonamiento al intelecto; y
entonces, perdieron el conocimiento de DIOS. Pues DIOS da la
sabiduría, y de su boca viene el conocimiento y la inteligencia: ÉL
provee de sólida sabiduría a los rectos; es escudo a los que caminan
rectamente; es el que guarda las veredas del juicio y preserva el
camino de los Santos. Entonces, cuando la sabiduría entrase en
vuestros corazones; y la ciencia fuere dulce a vuestras almas;
entendería justicia; juicio, equidad y todo buen camino. El consejo
guardaría y preservaría vuestra inteligencia; para librarlos del mal
camino y de los hombres que hablan perversidades.”

Indudablemente, será necesario edificar una
nueva estructura judicial; para que la justicia sea
verdaderamente “incorruptible” y ordene con absoluta
claridad la igualdad de los hombres; prohíba
concluyentemente discriminar y suponerse alguien con
distinto talento sobre alguien para predominar;
proteja el derecho a la vida y la dignidad de todos
los humanos sobre la tierra, sin excepción. Para que
juzgue de acuerdo a los insobornables principios
cristianos, expresados puntualmente en el espíritu
de la Biblia, y no sigan en pleno siglo XXI,
aplicando castigos impropios, ni usen procedimientos
inquisitorios para esconder sus desaciertos.
En este contexto debo admitir que los jueces, a
veces tienen que someterse a un código penal
vetusto. Habrá que reformar el Código Penal y buscar
la forma de sancionar a aquellos Jueces que no
cumplan con sus obligaciones probadamente.
SOLIDARIDAD: Estado de ánimo emocional y
psíquico que hace que una persona voluntaria y
espontáneamente auxilie, “eche una mano” a un
semejante, sin esperar reciprocidad de ningún tipo.
Generalmente decimos que somos un pueblo
solidario. Yo pienso que no es así, nos hacen creer
que somos solidarios para envalentonar nuestro ego
con fines mezquinos. La solidaridad es como el amor
se muestra todos los días y a cada rato y no
solamente cuando nos convocan; cuando estamos
delante de una cámaras de televisión o de un
micrófono; como algunos actores, comediantes del
cine y la televisión; veleidosos, presuntuosos,
pagados de sí; que se “rasgan las vestiduras” en
homenaje a los pobres, y se sientan en las primeras
filas pretendiendo dar ejemplo de integridad, moral
y cultura; sin embargo, se condenan, se blasfeman y
se encarnecen uno contra el otro, se mienten entre
sí, y le mienten al otro.
En pocas palabras: andan las veredas anchas y
las calles anchas para el placer, y dejan las
veredas angostas y las calles estrechas que
recomendó el Señor:

”Todo buen árbol lleva buenos frutos; mas el árbol maleado lleva malos
frutos. No puede el buen árbol llevar malos frutos, ni el árbol
maleado llevar buenos frutos.” Sagradas Escrituras

Por eso, para ser solidario no es suficiente


decir AMO a mi semejante y amarlo. Frecuentemente no
estamos convencidos de ese amor que pregonamos. Es
solo un sentimiento de vanidad que nos imponemos
para motivarnos. No basta con tener que DAR y DAR.
Tenemos que estar capacitados para dar y persuadidos
de lo que damos, y vamos a estar preparados para DAR
y AMAR, cuando comprendamos fehacientemente los
sufrimientos de los más pobres y necesitados de
amor.
Claro que para DAR; para AMAR; para COMPARTIR;
para dar ejemplos y despertar conciencias, se
necesita valor. Es necesario ubicarse en el
escenario grande de la justicia, del respeto, de la
moral, del desprendimiento, de las convicciones
consistentes, y en la firmeza de la conducta; pero
fundamentalmente, se necesita valor.
Lamentablemente, ser osado y actuar en
consecuencia es una temeraria provocación a la
sociedad “formal”, que desconoce y a veces repudia
las actitudes de atrevimiento. En este caso, es muy
probable que nos ocurra como al Quijote de don
Cervantes, que en su fantasía incursionaba en las
aventuras más intrépidas y se convertía en el
caballero noble, generoso, justo y valiente, con el
brazo siempre presto para defender a los débiles y
combatir las injusticias; por más que confundiera
molinos de viento con gigantes. Los “hombres
cuerdos” lo tildaron de “loco”, cuando en realidad
el héroe de Cervantes, en su fantasía, razonaba con
total cordura y sensatez, de acuerdo a los códigos
de la “lógica moral”. Su “locura” consistía en
querer defender sus hidalgas fantasías resistiéndose
a la fraudulenta realidad que lo circundaba.

“Ves allí, amigo Sancho Panza, desaforados


gigantes”… “Mire vuestra merced que aquellos no son
gigantes sino molinos de viento.”

Y así eran Quijote y Sancho. Don Quijote veía


gigantes y Sancho molinos de viento. ¿Quién tenía
razón? Esto es como yo digo, cada uno tenía su
propio sentido común. Sancho ve la realidad, pero no
quiere complicarse la vida, Prefiere no
involucrarse; en cambio, Quijote ve la vida en otro
plano para hacer su sueño realidad, pues es de
espíritu luchador.
Desdichadamente, la vida y el “entorno cuerdo”
lo vencieron siempre y sus sueños y sus anhelos de
justicia se frustraron.

“La cosa más difícil en la vida es conocerte a ti mismo.”
Tales.


Cualquiera de nosotros que pretenda ser justo y
equilibrado, y con moral acometa contra los
inmorales y los mezquinos, también será tildado de
“loco”.
No obstante, estoy convencido de que hay que
defender las convicciones una y mil veces.

“Un camino de mil millas comienza con un paso.”
Abraham Lincoln

Aún hoy, muchos, viven subyugados por las
imágenes fundamentalistas del “primer mundo”,
extrañas al pensamiento argentino y cristiano, que
de ninguna manera se compadecen con el modelo de
“justicia social”. De alguna manera habrá que
disuadirlos para que se incorporen al proyecto
nacional de la economía del bienestar.
Para llevar adelante y con éxito algún
emprendimiento importante, y cumplir fielmente con
el DEBER genuinamente interpretado, imperiosamente
deberemos tener definido varios conceptos, sin los
cuales la tarea será imposible. Ellos son: poder,
autoridad y voluntad.

DEBER
La mayoría de quienes tienen el PODER de mandar
interpretan el DEBER de una manera muy difusa,
creyendo que éste significa una simple actitud
doctrinaria, o un contrato impuesto por las leyes o
por las costumbres ancestrales. Sin embargo, el DEBER
es más y mejor que eso; es la moral y los escrúpulos
al servicio del semejante y de la sociedad; es un
sentimiento ético inflexible establecido en el ser
del individuo que interpreta la “conciencia social”
y lo desarrolla en función de las necesidades de esa
conciencia social. Es un pacto coherente
comprometido enérgicamente con todos los mandatos de
la dignidad, no una actitud “baladí” como piensan y
asumen los gobernantes y los políticos.

“No puedo enseñarle nada a nadie. Solo puedo hacerles pensar”.

Socrates

PODER /AUTORIDAD / VOLUNTAD


Es el combo perfecto para las grandes
realizaciones, ya sean privadas o públicas. Porque
el PODER es el provocador impertinente que atropella
y domina; el eterno seductor, el poderoso adulador
que bailotea incesante en nuestro alrededor y el
principal revolucionario de las conductas humanas.
En algunos permanece amodorrado; en otros
indiferente. En la gran mayoría es diligente y
laborioso. Siempre está al acecho y presente en
cualquier acontecimiento. Es el símbolo de las
especulaciones, las intrigas y los agravios. Es el
responsable “ilustre” en los conflictos de las
sociedades del mundo.
Etimológicamente se entiende por PODER, el
dominio que alguien tiene para ordenar o ejecutar
una cosa; así de simple e inofensivo. Para mí
representa el vínculo del ego, la vanagloria y la
codicia, fundamentado en una imagen substancialmente
abstracta que late permanente en el subconsciente de
cada individuo. Es una sensación imprecisa;
incorpórea; aparentemente inofensiva, pero
excitante. Es el protagonista obligado en cada una
de las actuaciones del hombre, y es absolutamente
imposible transitar los éxitos sin el PODER. Existe en
cada recoveco de nuestra existencia y se materializa
naturalmente en cada una de nuestras actuaciones,
aunque no nos demos cuenta, y es el argumento de más
peso en la hora de las resoluciones. Por ejemplo: el
“poder” que ejercen, algunos “jefes de la familia”,
que instalan en él la omnipotencia ordenando,
prohibiendo, perdonando, estableciendo, juzgando…;
interpretan a veces, estupendamente al “gran
fuhrer”!!. El jefe de la sección donde trabajamos, o
el gerente, o el presidente del directorio, que de
pronto se convierten en jueces supremos, pues sus
sentencias son inapelables. En el club; en la Unión
Vecinal; en los partidos políticos; en los
sindicatos, en la iglesia…; siempre está el PODER

palpitando; seduciendo; satisfaciendo el ego;


ofreciendo privilegios subyugantes; fabulando
condiciones de vida y “status” sociales.
Es obvio que sin la presencia del poder no
habría fluidez ni disciplina en las relaciones del
hombre, ni en los estrados de la sociedad; tampoco
se concibe la humanidad sin PODER; porque desde el
pecado original estuvo presente en las distintas
vertientes de todas las épocas, y fue el requisito
elemental para lograr la subsistencia primero, y
defender los derechos adquiridos después.
Lamentablemente, con el tiempo, el PODER deterioró
los impulsos positivos y estableció predominio;
acrecentó las apetencias y las mezquindades; abrió
el camino al desvarío, a las intrigas y a las
confabulaciones, y comenzó a ser el “modus
operandum” corriente en las “transacciones”
sociales.
El PODER, es el condimento más eficaz para poner
en funcionamiento el espíritu contraventor, pues con
él se consigue dinero, fama y confort, entre otros.
De todos modos, si se ejerce con justicia y
prudencia; se establece la autoridad y el mando con
nobleza; se organiza, se guía y se gobierna
lealmente en la ley, fieles en el servir, y se
concede al prójimo el derecho al PODER y a la
libertad que le corresponde y le asiste por
naturaleza, es un polo diligente y útil en el
desarrollo de las estructuras comunitarias.
La autoridad es algo innato al PODER, ya que sin
poder no se tiene autoridad y sin autoridad no se
tiene poder. Por lo tanto, un gobernante, o todo
aquel que ejerza un cargo destacado, para ser
eficiente en su gestión necesita, del PODER para
tener AUTORIDAD. Pero, aquí cabe incorporar el otro
condimento, la VOLUNTAD, para completar
fehacientemente el cuadro del éxito. Porque la
voluntad es la fuente de energía del hombre; el
trampolín capaz de impulsarlo a proezas cuando la
utiliza convenientemente. De nada vale tener ideas
fenomenales, capacidad intelectual, creatividad y
experiencia, si la voluntad es enclenque o se carece
de ella. Siempre habrá alguien que nos tire de los
fondillos, para hacernos dudar, y en la duda seremos
presa fácil de los más avispados que generalmente
suelen tener una gran dosis de voluntad, aunque
muchas veces transiten los caminos siniestros de la
desvergüenza. Todos los hombres y mujeres que la
historia destaca –buenos o malos- han sido en primer
término seres dotados de una vigorosa voluntad.
Por lo tanto, el Poder, la Autoridad y la
Voluntad, sólidamente asociados y expresados en
auténticos compromisos morales, son los baluartes
que imperan en las sociedades sólidamente
razonables; imprescindibles para, rechazar el
“confort” parasitario, la complicidad con la
vanagloria que tanto seduce a nuestro ego, y
apartarnos de usanzas peligrosas que están
fuertemente establecidas en nosotros; lograr una
calificación distinguida del concepto del DEBER, y
ejercerlo en plenitud.
Con estas figuras vigorosamente impuestas en
nuestra naturaleza, será difícil que nos sustraigan
la libertad, la justicia y la fraternidad, que
habitualmente no tienen en cuenta en la tarea de
afianzamiento social.
De todos modos, para que estas virtudes
concurran y se concilien, quienes las interpretan
deberán desertar de las actitudes cerradas y
personales; burguesas o elitistas –muy frecuentes-,
del autoritarismo y de las posturas egocéntricas que
paralizan.
Habrá que encontrar entonces, ese mensaje de
integración que está más allá de nuestro espacio
cultural y de nuestro adiestramiento intelectual,
pero jamás, más allá de nuestras fuerzas; para que
nos rescate de entre los despojos y nos engrandezca;
de manera que podamos recorrer con solvencia el
difícil camino hacia la dignidad, y salvarnos del
cataclismo.
Cuando el que sustenta el poder substrae las
necesidades auténticas del semejante o de la
sociedad que representa y se encierra en funciones
inciertas, está transformando el DEBER en una actitud
tolerante que se subordina a mandatos ajenos o a la
mediocridad de pensamientos mediocres.
La historia nos habla de muchos presidentes que
ostentaron gran poder y mucha autoridad -rayano al
autoritarismo- pero, utilizaron ese poder y esa
autoridad para bien del pueblo que les tocó
gobernar:

Charles De Gaulle:
“La dificultad atrae al hombre de carácter, porque es en la adversidad
que el verdadero hombre se conoce a sí mismo.”

“¿Cómo esperan que funcione un sistema de partido único en un
país con más de 246 diferentes clases de queso?”

Winston Churchill
“Un optimista ve una oportunidad en toda calamidad, un pesimista
ve una calamidad en cada oportunidad”.

“Valor es lo que se necesita para levantarse y hablar; pero
también es lo que se requiere para sentarse y escuchar.”


MARGARET THACHER
“Es posible librar un batalla más de una vez para ganarla… soy
extraordinariamente paciente, siempre que al final me salga con la
mía”.

ÁNGELA MERKEL
“Quiero un país en el que sean recompensados aquellos que den
algo de sí.”

“Nos sentimos obligados a la imagen cristiana de la humanidad,
que es lo que nos define, aquellos que no aceptan esto, están en el
lugar equivocado aquí”.

HIPÓLITO YRIGOYEN
“Los hombres deben ser sagrados para los hombres y los pueblos para
los pueblos. Es indispensable fijar como condición irreductible que
la moral política es la base de todos los progresos y de todas sus
formas eficientes, restableciendo el poder, siempre vivificante de sus
principios.”

“La política que apliqué en el gobierno era la que persigue la
humanidad como ideal supremo de su progreso y bienestar. Aquella que
hace plácida la vida de las sociedades y estimula sus actividades y
venturas, en la vigencia de un ordenamiento legal equilibrado, entre
las dos grandes fuerzas siempre combatientes: el capital y el
trabajo.”

JUAN DOMINGO PERÓN
“Yo he visto malos que se han vuelto buenos, pero no he visto
jamás un bruto volverse inteligente.”

“La verdadera democracia es aquella donde el gobierno hace lo
que el pueblo quiere y defiende un solo interés: el del pueblo”.
y en nuestros tiempos:
HUGO CHAVEZ
“No debe haber espacio para bajas pasiones en el corazón de los
revolucionarios…”.

“Juro delante de DIOS, juro delante de mi patria, juro delante de mi
pueblo, que sobre esta moribunda Constitución impulsaré las
transformaciones democráticas necesarias para que la república nueva
tenga una Carta Magna, adecuada a los nuevos tiempos. Lo juro.”

NÉSTOR KIRCHER
“A los jóvenes les digo que sean transgresores, que opinen, la
juventud tiene que ser el punto de inflexión del nuevo tiempo.”

“Vengo a proponerles un sueño: reconstruir nuestra propia
identidad como pueblo y como nación; vengo a proponerles un sueño, que
es la construcción de la verdad y la justicia; vengo a proponerles un
sueño, que es el volver a tener una Argentina con todos. Estoy
convencido de que en esta simbiosis histórica vamos a encontrar el
país que nos merecemos los argentinos”.


CRISTINA F. DE KIRCHNER
“No hay que enojarse con quienes se creen una mentira, hay que
enojarse con los que dicen la mentira.”

“Esto es un proyecto político y no un modelo económico.”

CONVICCIONES / IDEOLOGÍAS / DOCTRINAS:


Son “virtudes” que guardan una relación
dogmática entre sí, y encarnan, la ÉTICA, la
MORALIDAD, la HONRADEZ y la MODERACIÓN.
Un lejano día me aventuré y entrevisté a aquella
huraña anciana -90 años-. Los vecinos elogiaban su
lucidez y su notable energía. Tenía fama de gran
sabiduría, como de mal carácter. -A mí me atendió
con gran deferencia-. A medida que pasaban los
minutos me di cuenta que tenía un conocimiento
profundo de la vida y de la historia; una especie de
psicóloga, filósofa, historiadora y dramaturga.
Su nombre, Ermilda, era viuda y vivía sola en un
viejo caserón de principio del siglo XX –paredes de
adobes con larga galería abierta y amplias habitaciones, rodeada de
parrales y sumergida en un tupido bosque de pinos, eucaliptos y
cipreses, con magnolios y nísperos en su corazón-. Me hizo pasar
a un recinto que claramente se distinguía como una
biblioteca. Recuerdo su mirada, perdida a lo lejos,
vagando vaya a saber en cuales parajes de su fina
sapiencia; dejando en torno un sosiego pesado,
rodeado de lo misterioso que emana de la excitación.
Con gesto adusto, me dijo: “vos estás viendo mi
biblioteca y podrás apreciar que tengo decenas de
libros de diversos autores: políticos,
intelectuales, economistas, sociólogos, etc., etc.;
pero, si haces una recopilación exhaustiva de cada
uno, verás que ninguno te conduce al sendero de la
confirmación cierta. Nada más tenemos que remitirnos
a la historia y veremos que ante las innumerables
pesadumbres, la humanidad generó largos y vivos
debates a cargo de los pensadores más eminentes y de
los más avezados sociólogos, Políticos, economistas
y religiosos de cada época; idealistas y
pragmáticos; quienes apelaron a las diversas
“ciencias: astrología, teología, misticismo,
realismo, animismo, y cuanta otra pudieran
agenciarse para justificar sus conceptos, cual de
todos más confuso y fantástico.
Los resultados no pudieron ser más desastrosos e
incoherentes; lo estamos viviendo en carne propia
cada día. Ni siquiera los colosos del psicoanálisis
lograron ponerse de acuerdo; menos aun los
investigadores y estudiosos de las economías; ni los
sociólogos, ni los literatos más encumbrados. Todos
han disentido permanentemente y de tal manera que
terminaron llevando al individuo a la anarquía
intelectual, al fracaso en el terreno de las ideas y
al desconcierto en las estructuras culturales,
políticas, económicas y sociales. Terminaron
generando una sociedad decadente”.
Todo esto lo dijo en un tono exuberante,
vehemente. Siguió: “perdoname la salida de tono, no
es mi costumbre, pero llevo tantos años viviendo
encerrada en mi misma, sin poder expresarme que al
borde de la muerte tengo ganas de gritar mis
pensamientos; tengo ganas de ser libre y mecerme en
los mismos vientos que mecen las románticas hojas en
otoño. Tengo ganas de asumir el compromiso de ser
“yo”; de expresarme como se me da la gana y gritar
“mi” verdad hasta el último suspiro, creo que tengo
edad y me lo he ganado. Desde luego mi verdad no
tiene que ser tu verdad, ni la verdad de los demás;
porque mi verdad está llena de “inteligencias”
extrañas por leer tantos pensamientos ajenos, a tal
punto, que no sé si está razonando mi talento
emancipado o es solo la argumentación de un
intelecto encadenado. Eso es lo malo de la lectura,
si no estás facultado para razonar lo que lees,
terminarás con un tremendo embrollo en la cabeza.
Por eso, te aconsejo que fundes tus propias
convicciones, fuertes, invulnerables, como quien
funda los cimientos de una casa. Que te conviertas
en un fanático de ellas, porque ellas serán el
andamio que te sostendrá y preservará; siempre y
cuando no abdiques. Recuerda, las convicciones,
ideales o doctrina no se alquilan, no se regalan, no
se venden. Si algún interés mezquino hace que
renuncies a ellas, habrás perdido tu personalidad y
el respeto de aquellos que te quieren bien. Tus
convicciones, tendrán que ver con tu vivencia y la
manera de visualizar tu futuro; pero,
fundamentalmente tendrás que precisar la sociedad
que pretendés para vos y para tus semejantes. Qué
modelo de país ambicionas”.

“Solamente los fanáticos, que son idealistas, no se entregan.
Los fríos, los indiferentes, no deben servir al pueblo. No pueden
servirlo aunque quieran”.
“Por eso los venceremos... no podrán ser nunca fanáticos. Porque
no tienen corazón. Nosotros sí. Ellos no pueden ser idealistas porque
las ideas tienen su raíz en la inteligencia, pero los ideales tienen
su pedestal en el corazón. Tenemos que convencernos para siempre: el
mundo será de los pueblos si los pueblos decidimos enardecernos en el
fuego sagrado del fanatismo”. Eva D. de Perón


“Cuando hablo de convicciones, me refiero a
convicciones o ideales que sean tangibles y
ejecutables; veraces. Con conducta y fundamento
sólido, planteamiento coherente y definición
posible. Cualquier otro ideal que no exprese un
contenido sensato de probable aplicación, aunque
trascienda, solo será un fantasma, una quimera, una
utopía. Digo esto porque son muchos los que hablan
de ideales y expresan ilusiones difíciles de cumplir
–a veces convencidos, otras demagógicamente- y tras esa quimera

corren atolondradamente llevando consigo al conjunto


de la sociedad al colapso”.
Esta es parte de la charla que mantuve con
Ermilda. Tuvimos otros encuentros muy jugosos, pero
no vienen al caso.
Lamentablemente en esta democracia incipiente,
la libertad la justicia, la solidaridad y los
ideales… tan importantes en una democracia madura,
“brillan por su ausencia”; salvo excepciones.

Un brazo vale cien brazos
cuando lo mueve un cerebro ilustrado
Pero un cerebro vale cien cerebros
cuando lo sostiene un brazo firme.” José Ingenieros


CUADRO II
Oid mortales el grito sagrado; San José, San Lorenzo, Suipacha
¡Libertad, libertad, libertad! ambas piedras, Salta y Tucumán.
oid el ruido de rotas cadenas; La Colonia y las mismas murallas
ved en trono a la noble igualdad. del tirano en la Banda Oriental
Se levanta a la faz de la tierra son letreros eternos que dicen:
una nueva y gloriosa nación Aquí el brazo argentino triunfó.
coronada su sien de laureles Aquí el fiero opresor de la patria
y a sus plantas rendido un león. Su cerviz orgullosa dobló.

Desde un polo hasta el otro resuena
de la fama el sonoro clarín
y de América el nombre enseñando,
les repite: ¡Mortales Oid!
Ya su trono dignísimo abrieron
las provincias unidas del sud,
y los libres del mundo responden;
¡Al gran Pueblo Argentino Salud!

¡Cuánta riqueza... y que estupenda
interpretación del sentimiento argentino!: soberbio
en su patriotismo; humilde en su entrega, espléndido
en su hospitalidad... ¡Aguerrido y fervoroso!.
En esas estrofas apasionadas se le estaba
indicando al mundo que en el sur del continente
americano surgía una flamante nación. Solidaria y
generosa. Ávida de libertad, hambrienta de
soberanía, sedienta de justicia. Dispuesta a romper
las cadenas del yugo y a plantarse altiva y ardorosa
ante todo aquel que pretendiera mancillarla. En
estas estrofas están simbolizados: San Martín y
Manuel Belgrano, Ortiz de Rosas, Facundo Quiroga,
Martín Guemes, El “Chacho Peñaloza” y muchos otros
próceres y caudillos.
Las mujeres y los hombres donando las joyas y
forjando el bronce. Defendiendo la Patria a
“baldazos y cascotazos”; mordiéndose los labios con
bravura; entregando la sangre en titánica lucha por
la libertad y la soberanía, en una combinación
magnífica de patriotismo, coraje y entrega...
Lamentablemente todo esto es “leyenda”. Con el
tiempo se fue confundiendo la imagen de la PATRIA.
Se fue desvaneciendo la idea de libertad y el
concepto de nación, elementos soberanos que tanto
costó a nuestros antepasados consolidar.
Ya no se excitan nuestros corazones al ver
flamear la bandera. No lagrimean nuestros ojos al
escuchar el Himno Nacional. No reaccionamos cuando
los imperios nos arrebatan las costumbres, los
sentimientos y la soberanía, con la entrega de cada
pedazo del patrimonio. Ya no están las nostálgicas
leyendas y fantasías de nuestro terruño, el folclore
y las tradiciones: José Hernández y su Martín
Fierro; Ricardo Güiralde y Don Segundo Sombra;
Leopoldo Lugones y La Guerra Gaucha; Ricardo Rojas y
El Santo de La Espada; José Ingenieros; Juan Moreira
... y tantos de nuestro acervo nacional... ¡ya no
están!.
Hemos reemplazado la institución familiar, la
amistad y el afecto por la filosofía del
pragmatismo, sustentada en la hegemonía de “Mr.
Dólar”; de esta manera aceptamos como moneda
corriente el reinado de la corrupción, a la que gran
parte rinde pleitesía. Se han instalado orondamente
en las esferas sociales las absurdas y perversas
manifestaciones de mezquindad, insolidaridad y
codicia; que corrompen los valores morales del
individuo y asolan las ya endebles estructuras
sociales, lanzando “al demonio” las buenas obras.

“La cohesión de un pueblo depende exclusivamente
del unísono con que se ritmen las esperanzas,
los intereses y los ideales de todos”. José
INGENIEROS

Así como anteriormente exhibí mi ideología,
tengo la obligación de exponer mi pasado y actual
pensamiento político.
Cuando tenía 8 años era un poco “barullero”, mi
abuelo que tenía una buena posición económica le
sugirió a mi padre que me mandara a una escuela
privada, que él pagaría la cuota. Así fue como me
incorporé a los Hnos. Maristas de San Rafael,
Mendoza. Craso error, mis compañeros de estudio eran
hijos de profesionales de buena posición económica o
de padres adinerados, se imaginan, me sentía como
“sapo de otro pozo”. Un día se les ocurrió ir a
visitarme; yo vivía en una finca, año 1944, mi casa
era de adobe crudo, el baño era un escusado alejado,
la pobreza total. Cuando vieron donde vivía y cómo
vivía, comenzaron a degradarme con cargadas y otras
expresiones hirientes. Me sentí humillado,
violentado. Mi padre, adivinando la razón de mi
agobio me dijo: -Ser pobre no es un delito, por lo
tanto debes llevar la pobreza con dignidad-.
Recuerdo con total nitidez aquel momento. A veces
pienso, si no fuese que pertenecía a una familia
pobre pero con una cultura sólida, quizá hoy sería
un delincuente.
Desde entonces he enfrentado situaciones
descalificadoras, pero nunca me arrodille ante nadie
y si alguna vez me equivoque y debí pedir perdón, lo
hice de pié.
Este episodio, marcó a fuego mis convicciones
políticas. Después de concurrir a distintos comités
con tendencia centro izquierda, que coincidieran,
aunque fuera en parte, con mis convicciones:
socialismo, comunismo, democracia progresista,
U.C.R.; a los 18 años -1954- me afilié a la UCR.,
por aquella frase seductora de Leandro N. Alem: “que
se quiebre, pero que no se doble”. ¡Cuanta entereza;
cuanta soberanía espiritual; cuanta dignidad!,
representaba. Lamentablemente hoy es leyenda.
En la UCR. trabajé intensamente durante 46 años;
en el 2000, me retiré de la política activa.
A llegado el momento de meternos en lo que será
el eje de este libro, tratando de desnudar los
muchos dislates que pretenden “colgarnos”
diariamente para que no crezcamos, intelectual y
políticamente. Como dije anteriormente los llamaré
“picardías políticas” P-.

“La vida debe ser comprendida hacia atrás. Pero debe ser vivida
hacia delante”.
Kierkeggard
P-1 ABSTENCIÓN: significa, no tomar parte en un
voto.
A menudo, con demasiada frecuencia, observamos
en el Congreso de la Nación, en las legislaturas
provinciales y municipales que al votar una Ley, hay
votos a favor, votos en contra y curiosamente
abstenciones.
Se supone que cuando un hombre o una mujer
llegan a la Legislatura, han tenido un proceso de
adiestramiento y adoctrinamiento en su partido; han
“pateado la calle” en su devenir político y poseen
una formación profunda en los distintos asuntos de
la vida social, política y económica del país. Por
lo tanto deberían tener una capacitación adecuada
para desenvolverse óptimamente. No obstante,
hubieron y hay muchos legisladores que a la hora de
votar una ley -a veces muy importante- se abstienen.
¿Es posible esta demostración de pobreza ideológica?
Honestamente considero que este tipo de
“representantes del pueblo”, que no se juegan por
las cosas esenciales, no merecen ostentar tan
honrosa distinción; por ambiguos, ignorantes, o en
el peor de los casos, por mediocres; y los mediocres
es sabido que carecen de personalidad definida,
mejor dicho no tienen personalidad.
Yo fui Senador por la provincia de Mendoza
(1986/1990) y jamás me abstuve al votar una Ley.
Por estas razones que he expuesto considero que
las legislaturas en sus reglamentos internos
deberán exonerar la palabra abstención, y la
ciudadanía “votante” en el futuro deberá tenerlos en
cuenta para no votarlos.
Hay una palabrita que muchos de estos
legisladores usan para zafar: “Neutralidad”, que es
el sinónimo más inmediato de abstención.
NEUTRALIDAD: significa, que no pertenece a uno
ni a otro.
Una manera muy atractiva para lavarse las manos
como Poncio Pilatos. No obstante, considero que hay
dos tipos de neutralidad: PASIVA y ACTIVA. Voy a
dar un ejemplo de ambas. Pasiva: dos amigos se están
golpeando y como ambos son mis amigos me declaro
neutral y pasivamente dejo que se lastiman; esta
actitud simboliza la ambigüedad, la mediocridad, lo
insustancial, la tibieza; al que le da lo mismo una
cosa que otra, por lo tanto no está en condiciones
de participar de los grandes debates, es mediocre, y
el mediocre nunca quiere desprenderse de los
placeres y para conservarlos miente, y codicia;
busca la manera de vivir con mayor deleite y con
menor esfuerzo; mezcla lo bueno con lo malo. Tibios
o mediocres, da lo mismo. No tienen obras buenas, ni
obras malas. El mediocre o tibio, es un individuo de
recelar.

“Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente. ¡Ojalá
fueses frío o caliente! mas, porque eres tibio, y no frío ni caliente,
te vomitaré de mi boca…”

Está la neutralidad activa: el mismo cuadro;
sigo manteniéndome neutral, porque ambos son mis
amigos, pero en este caso me involucro, me pongo
entre ambos, los separo, los calmo y trato de
llevarlos a buen puerto con el ánimo del mediador.
En esta ocasión también fui neutral pero me
involucré activamente.
Por eso, considero que en la vida hay que
jugarse, nunca permanecer en una actitud de
neutralidad pasiva. Esta frivolidad pasiva es la que
los políticos llaman pomposa y frívolamente
“abstención”.

“De los adversarios fuertes me protejo yo,
mas, DIOS me proteja
de los adversarios débiles e incapaces,
cuyas únicas armas conocidas son:
la mentira, la calumnia y la deslealtad.”

Así como estos “abstencionistas” son
repudiables, lo son en partes iguales, o quizá más,
los “saltimbanqui” políticos. Aquellos personajes
duales que cambian fácilmente de opinión, como el
camaleón cambia de color, saltando de partido en
partido sin importarles ideales o doctrinas
políticas. Aquellos que se suman a los testaferros
del poder corporativo, denostando los sistemas
socialistas y a todo aquello que contraríe de alguna
manera el pensamiento del pragmatismo capitalista.
Propalan ideas y forman juicios enmarañados para
confundir y domeñar el corazón noble del hombre
noble.
Por eso, vemos como en la Argentina se están
produciendo con demasiada reiteración la dispersión
de ideales, las alianzas “a contrapelo”, los
discursos retóricos sin contenido, las trivialidades
y las incoherencias. Actitudes que desvalorizan la
confianza y la esperanza en democracia. Se están
desarrollando con excesiva frecuencia, partidos
políticos pocos serios y políticos mendaces, que de
cara al pueblo exhiben estructuras democráticas y
razones populares y en la realidad se subordinan a
los requerimientos del poder de turno y a sus
intereses, traicionando sus propios argumentos
“ideológicos”.
Sindicalistas fraudulentos que fingen estar a la
cabeza de las exigencias obreras “peleando” por sus
derechos y se pliegan descaradamente al clan de los
“mandamás”, que usurpan y despojan a los
trabajadores de sus conquistas. Opositores
pusilánimes; periodistas “chupamedias”, religiosos
confundidos y un pueblo estupefacto y desconcertado
que los observa, descreído y sin entusiasmo.

“…solo es patriota el que ama a sus conciudadanos, los educa,
los alienta, los dignifica, los honra; el que lucha por defender el
bienestar de su pueblo, sacrificándose por emanciparlo de todos los
yugos; el que cree que la patria no es celda de esclavos, sino el
solar del hombre libre. Nadie tiene derecho a invocar la patria
mientras no pruebe que ha contribuido con obras a honrarla y
engrandecerla.
Convertirla en instrumento de facción, de clases o de partido,
es empequeñecerla.
No es patriotismo el que de tiempo en tiempo chisporrotea en
adjetivos, sino el que trabaja de manera constante para la dicha o la
gloria común.”
(José Ingenieros)

En este renglón existen, también, aquellos que
están de acuerdo con determinada Ley –que beneficia
al país- pero votan en contra por respeto
partidario!! Lo más grave es que a veces ese mismo
legislador se convierte en un “saltimbanqui”.

p-2 CORRUPCIÓN: Alterar algo. Echar a perder,
dañar, pudrir. Sobornar, viciar, pervertir.

Cuando un gobierno no es afín a las ideas o a
los intereses de aquellos a quienes les importa y
no tienen capacidad para superarlo legítimamente,
usan un sinnúmero de adjetivaciones descalificadoras
para desgastar las bases de ese gobierno. Uno de los
epítetos es: mostrarlo como corrupto.
Nunca saben explicar donde, cuando y por qué,
simplemente este adjetivo descalificador sirve a sus
intereses.
Cuando algún funcionario de algún gobierno “mete
la mano a la lata”, inmediatamente se tilda a ese
gobierno de corrupto, y no es así, esto simplemente
es un “chorreo” y debe ser la justicia quien lo
juzgue y lo condene.
Indudablemente, una actitud corrupta se produce
cuando las propuestas de un partido político se
contradicen con la realidad de su administración.
Está alterando lo propuesto. O, cuando de alguna
manera, a sabiendas, compromete seriamente el
patrimonio del Estado afectando ostensiblemente las
estructuras básicas de la Nación. O cuando se agrede
fuertemente la dignidad del pueblo que gobierna o se
margina groseramente a un sector del mismo.

“Cada hombre es una criatura del tiempo en que vive y pocos son
capaces de elevarse sobre esas ideas” Voltaire


En la Argentina hubo hechos de corrupción en
casi todos los gobiernos en democracia; pero, la
corrupción más significativa se produce durante los
gobiernos de Carlos Menem y Fernando De la Rúa.
Siguiendo con este pensamiento que responde a
“mi sentido común” considero que durante los
gobiernos mencionados el pueblo fue sometido al
oprobio y al quebrantamiento de sus derechos más
elementales como ser humano y como habitante de un
país democrático: desocupación, (25%), pobreza
(53%), desnutrición (21%). Eso es: dañar, pudrir,
viciar y por carácter transitivo pervertir;
sinónimos de corrupción. Además, cuando se enajenan
vilmente las empresas del Estado y se adquieren
deudas monstruosas que deberán pagar la generación
actual y las venideras, también se está en presencia
de una acción corrupta. Cuando se les Robó el sueldo a
los jubilados y a los empleados estatales, se
“birló”, alevosamente, los dólares que los
ciudadanos tenían depositados en sus cajas de ahorro
-corralito y corralón-, también se estaba ejecutando
un flagrante acto de corrupción. Lo mismo cuando se
usó las cuasi moneda para subsistir financieramente,
moneda sin respaldo, en detrimento de la ciudadanía.
Como dije al principio, no voy a entrar en el
terreno del soborno, el robo o algún otro delito que
pudiera cometerse, porque no soy Juez, ni Fiscal, ni
Comisario, ni detective para dirimir en tales
circunstancias; será la justicia quien dictaminará
en cada caso.
Con esto quiero destacar que la corrupción tiene
un significado muy profundo y no puede emplearse
ligeramente. Ciudadanos, cuando se hable de
corrupción recuerden que muchos de aquellos que
hablan hoy están involucrados directa o
indirectamente en la corrupción del pasado.

“La pobreza existe porque hay riqueza, y esta es origen de
aquella.
Estos dos males se engendran el uno del otro
Y siempre irán juntos.” Anatole France
.

Propuesta: “mi” sentido común” me indica que


debería dictarse una Ley donde todos los candidatos
a la presidencia de la Nación, a Gobernador o a
Intendente, tengan la obligación de proponer, en
algún órgano del Estado, bajo juramento, el proyecto
que llevará a cabo durante su gestión y los puntos
más importantes para el desarrollo de un estado
nacional, provincial o municipal.
De esta manera se evitaría la estafa ideológica
a la cual son adictos.
P-3 INDEPENDENCIA - SOBERANÍA
Hay políticos y periodistas que nos hablan de
Independencia y soberanía, como si ambas expresiones
significaran lo mismo. Una gran falacia.
Son dos conceptos muy parecidos conceptualmente,
y sin embargo, en el análisis profundo guardan una
diferenciación dogmática. Un país puede ser
independiente y no soberano. Cuando se depende de
presiones o directivas de ajenos, en economía,
política u otros asuntos que hacen a la integridad
nacional, no se es soberano plenamente.
En realidad la argentina no fue nunca un país
plenamente soberano; siempre vivimos prisioneros de
algún matiz impuesto por extraños. Pero, esta
pérdida de soberanía se acentúa tremendamente
durante la dictadura 1976/83 y se profundiza a fines
del siglo XX y comienzo del XXI, durante los
gobiernos de Menem–De La Rúa; con la “venta” del
patrimonio: YPF, Telefónica, Aerolíneas,
Jubilaciones, etc. y luego, con el endeudamiento en
los distintos medios financieros internacionales,
especialmente el FMI.
Las “relaciones carnales” con EE.UU., y la
obediencia obligada a otros países nos convirtieron
aún más en una nación dependiente de los foros y
países extranjeros. Éramos cautivos en nuestro
propio país, independiente.

“Todas las verdades son fáciles de entender una vez
descubiertas; el punto es descubrirlas.” Galileo Galilei.


Vivíamos “despanzurrados” en un sistema
capitalista globalizado y agresivo, cuya cúspide
instalada en el ‘norte’, como atalaya, oteaba
y dominaba el sur. Grandes monopolios asociados al
poder político; gran perversión en la cresta de los
poderes; gran inseguridad en el trabajo y en la
familia -25 % de desocupación-. Miseria en las áreas
sociales menos pudientes, una tremenda
estrangulación en las pequeñas y medianas empresas y
un umbroso séquito de temores y angustias lamian la
decencia, amordazaban la dignidad y acondicionaban
las expectativas en la gente, quizás, para que la
gente perdieran de vista la frontera de sus valores;
no prosperaran, no se emanciparan y no crecieran; se
pervirtieran, se empequeñecieran y se hicieran
cómplices; estableciendo una pavorosa desigualdad
social.

"La política es el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un
diagnóstico falso y aplicar después los remedios equivocados".
Groucho Mar

En ese proceso, como hoy, los “informantes” de


turno sirvientes del capitalismo salvaje, que tienen
una gran capacidad tendenciosa y un intenso voltaje
faccioso, en sugestivos espacios de la comunicación
burguesa resaltaban las supuestas bondades del
modelo capitalistas y destacaban la supuesta
perversidad de los sistemas populares. Estos
economistas con calificaciones de ¡”master”!, que
sospechosamente aún hoy abundan, valoraban la marcha
de la economía cuasi exclusivamente en función de
los movimientos de las bolsas de valores, los bajos
índices inflacionarios, las privatizaciones, el
ingreso a la OTAN, las tratativas del GAT, el FMI,
etc. etc.; conceptos grotescos frente a la realidad
humillante que vivía el país y que nadie se atrevía
a tocar en profundidad y persistencia. Una realidad
innegable que nos indicaba que la desocupación
aumentaba cada día y que el poder adquisitivo
disminuía día a día, aunque no hubiera inflación.
Que la pobreza e indigencia alcanzaba niveles
desoladores; que la clase media estaba quebrada; que
la deserción escolar crecía, como crecían las
plagas, las epidemias, la polución, la prostitución,
y la promiscuidad. Corrupción, inseguridad, miseria
y degradación que afectaban especialmente al hombre
común que era quien estaba desprotegido y quien
transitaba con mayores penurias esos caminos de
DIOS.
Todos los días, a través de los distintos medios
exaltaban el logro de una estabilidad inflacionaria
“consolidada” y exhibían imágenes del crecimiento
“maravilloso” de esa economía, para halagarnos. Nos
decían que EE.UU. y sus satélites eran el modelo
ejemplar de un sistema político-social “virtuoso”,
llamado pomposamente “primer mundo”, como si este
fuera el corrector de todas las dificultades y la
única manera de redimirnos y asegurarnos con
dignidad la sobrevivencia. Reflexiones estúpidas
propias de “mentes” serviles.
Hoy siguen estando presente, agazapados; por
eso, si no estamos prestos, si dudamos y somos
desafectos con las cosas que hacen a nuestro
patrimonio, terrenal y cultural, capturarán los
espacios que dejamos vacantes, se establecerán y se
harán señores y dueños con holgura de todo lo
disponible para usurpar.
Para conseguirlo. Cada día nos exponen un nuevo
proyecto, generalmente próspero y seductor para
convencernos, y cada día derriban un nuevo ladrillo
del paredón de nuestra fe y estima, de nuestra
quimera y de nuestras conquistas para sorprendernos;
someternos y hacernos vasallos, como soñaron.

“Yo he jurado sobre el sagrado altar de DIOS una hostilidad que
resultará eterna, contra todas las formas de tiranía, sobre el
espíritu del hombre”. Jefferson


Lamentablemente la mayoría de los habitantes de
nuestro país se suman al carrusel del triunfalismo
desechando con liviandad el camino de las
responsabilidades. Pero, es más desmoralizador que
periodistas y comunicadores sociales, que se supone
deben poseer un talento especialmente cuerdo y
desarrollado, también montan el caballo de la gloria
y alegremente ensalzan las ventajas y las imágenes
de ese entorno. Tal vez ignoran que la demanda firme
de los dogmas dominantes de la década del 90’ era,
establecer universalmente la figura del “primer
mundo” como algo sublime, y considerar al resto como
el gran submundo de la mendicidad, la idiotez y la
irracionalidad, despreciando el ideario de la
filosofía política, moral y cultural de los modelos
del bienestar. Siempre con la finalidad de fundar
modelos pragmáticos, con fundamentos materialista y
tendencias especuladoras.
Felizmente, hoy, muchos han comprendido que en
el mundo terrenal no hay nada que sea absolutamente
absoluto; que no existe disposición alguna que pueda
medir concluyentemente el valor de los valores, y es
muy difícil tener una óptica justa de lo bueno y lo
malo cuando las necesidades de los “unos” y de los
“otros” son tan dispares y está en juego la economía
del bienestar.
No obstante aún existen quienes rinden pleitesía
al ¡dios! “primer mundo” –conscientes o no-,
convencidos que saben y en realidad no saben -¿o sí?
- y les están haciendo el juego a los que realmente
saben. Pero, lo zonzo, como dice Arturo Jauretche,
es la claudicación.
En el tramo de los 90’, Los pueblos “rezagados”
eran sometidos al arbitrio de los países
“desarrollados” que dejaron de tener políticas
multilaterales para convertirse en accionistas
imperativos con dominio usurpador. Como necesidad de
subsistencia dejamos de razonar en función de
conceptos soberanos y dejamos que las políticas y
las economías las manejaran las corporaciones, que
especulaban en beneficio propio. Los perjuicios de
esta política parcial repercutió sin piedad en los
estadios de nuestro país dejando un saldo sombrío de
infortunios, y la entrega más vergonzosa de nuestras
pertenencias patrimoniales.
La pregunta lógica es: ¿estamos dispuestos a
cambiar nuestra idiosincrasia, por la discriminación
insultante y xenofobia del “primer mundo”? ¿Nuestro
folclore y la música moderna nacional por la música
foránea?. ¿Nuestros célebres asado de novillo por
las carnes congeladas del “primer mundo”?. ¿Nuestros
bifes de chorizos y nuestras milanesas con papas
fritas por comidas enlatadas?. ¿Nuestros
infortunios, que son muchos, por las miserias que
soportan ellos y que los presionan constantemente?.
Es decir, ¿Estamos dispuestos a injertar nuestros
acervos con tradiciones y vicios extranjeros, que
transformarán nuestras costumbres?. Algunos, muchos,
apostarían por el sí, lamentablemente.
“Pueblo que ignora su historia, pueblo que está condenado a
repetirla.”
Abraham Lincoln

Cuando comenzamos a ordenar el Estado de Cuentas
del Balance General de nuestras “relaciones íntimas”
con el “primer mundo”, nos encontramos frente al
desacato más absurdo e infame a nuestras reglas y a
nuestra disciplina de pueblo independiente y
soberano; porque en la conjunción de transacciones,
trueques, compras, ventas…,comprobamos nuestra
actitud de abdicación.
Los poderosos no tenían intención de invertir en
viviendas, escuelas y hospitales con espíritu de
riesgo, ni compartir los avances técnicos con la
gente de menos recursos. No los alentaba el
propósito de ubicar empresas de manufacturas para
movilizar mano de obra Argentina, tan postrada, en
una suerte de concurrencia solidaria. Al contrario,
la única prestación de aquella década fueron
capitales “golondrinas” especuladores, instalados
desaprensivamente en el mundo de las finanzas y de
los servicios para manipular y presionar en
menoscabo de los intereses del pueblo.
En ese contexto fabulador con vocación
“extranjerizante”, nuestros gobernantes de la época
abrieron el portal conveniente para que el
mercantilismo pragmático y los antinacionales nos
sustrajeran la identidad, la cultura, los intereses
y los sentimientos, despejándoles el camino para la
usurpación de la América pobre.
Lo cierto es que nunca como entonces hemos
capitulado tan groseramente. Nunca como entonces
hemos abierto las puertas de nuestra querida nación
para que se introdujeran los codiciosos, tentados
por la simpleza y la incoherencia de un proceder
dependiente, que los alentaba. Cuesta creer que
hayamos claudicado de tal manera.
Aún hoy persisten agazapados y al acecho Será
difícil derribarlos, porque cuentan con el aliento
de las jerarquías supremas y con la valiosa
obediencia de gran parte de los políticos, que
prefieren jugar a favor de sus intereses personales
en detrimento de los intereses nacionales. Porque no
hemos sido capaces de mantener en el plano nacional
e internacional secuencias políticas, que acuñaran
un sello de nuestra identidad. Porque hemos vivido
con temperamentos fracturados; contenidos éticos y
posiciones inconsistentes, exhibiendo la fragilidad
de nuestras estructuras y traicionando la esencia de
los procesos fundadores. Y, porque en el contrapunto
de los espíritus conciliadores y los intereses
mercenarios hemos actuado con desprolijidad y
claudicación, comprometiendo las mejores expresiones
de nuestro acervo.

“No os preguntéis que puede hacer vuestro país por vosotros.
Preguntaos que podéis hacer vosotros por vuestro país”.
Jhon F. Kennedy

La muletilla que usan es la figura de la
inflación y la inseguridad, para mantenernos bajo
control y evitar la “estampida” de voluntades y
talentos. Diariamente nos aconsejan con abundantes
cifras, citas, reflexiones y discursos “floridos”
sobre los riesgos de la inflación y los peligros de
la inseguridad. Y, como aún no hemos aprendido a
leer entre líneas, no alcanzamos a distinguir las
verdades de las falsedades y lo conveniente de lo
inconveniente; de tal modo, aceptamos ordenadamente
y de buen grado los infundios.
No nos damos cuenta que para sostener la “tan
mentada” estabilidad tuvimos que resignar nuestros
patrimonios, nuestra soberanía, la cultura, la
idiosincrasia, la libertad, la justicia, las
conquistas, el trabajo, la seguridad, el bienestar y
la dignidad del ser absolutamente soberano. Que con
el “cuento” de la estabilidad retrasamos la
producción y el desarrollo industrial, fortaleciendo
los procesos desintegradores que apuntalaron la
quiebra de la clase media, postergando el
florecimiento social.
Con la llegada del “régimen” de los 90’
decrecieron las pequeñas y medianas empresas –pymes-
y las que subsistieron debieron constreñirse; las
medianas y pequeñas explotaciones rurales corrieron
la misma suerte. Con este panorama lejos de activar
la prometida “revolución productiva”
desaprensivamente nos inocularon el virus de la
dependencia importadora con desastrosos resultados:
recesión, desempleo, bajos salarios, sumisión
laboral, cúmulo de circunstancias que nos llevaron a
la crisis más importante en la historia argentina.
Política de subdesarrollo.
En aquella época yo soñaba con que tal vez, una
mañana de un glorioso día, alguien, algunos,
pisarían los prados secos de la desvergüenza y
pondrían sus digitales de libertad, justicia,
solidaridad e ideales. Tal vez en algún lugar de
nuestra querida nación alguien, algunos, alguna vez,
interpretarían la verdad para defender al país de
sus gobiernos.

“La era de la caballería había terminado:
Había llegado la de los sofistas,
los economistas y los matemáticos.” Keynes


Esa Argentina tenía una semejanza impresionante
con aquella Argentina de la tristemente recordada:
Década infame. Aquella donde convivían ¡dos
argentinas! La Argentina de los hacendados, los
militares, los abogados, los prelados, los políticos
encumbrados y las familias de ‘alcurnia’ que se
pavoneaban en los casinos exclusivos en una
decadente interpretación de comunidad. A contrapelo,
la Argentina de los rostros amargos; de los humildes
que desesperanzados y suplicantes trabajaban de sol
a sol para hacer posible “el milagro”. La Argentina
de los que cobraban con vales que solo podían
canjear en el almacén del patrón o del “compadre”
del patrón. La Argentina de los que no tenían
vacaciones, ni horas extras, ni feriados, ni
protección gremial, ni indemnizaciones. La Argentina
de los que no podían mandar sus hijos a la escuela y
cuidaban su salud en ‘dispensarios’ sucios y
“miserables”, sin el equipamiento indispensable. La
Argentina de los que no tenían ningún tipo de
posibilidades para acceder a ningún tipo de
viviendas. Un verdadero muestreo de pobrezas,
angustias y sometimientos.
En un contexto distinto, por supuesto, porque
las épocas eran distintas, pero haciendo una
comparación de situaciones de indignidad y
sometimiento, existía una marcada semejanza.
Y, no hago esta calificación porque lo acaecido
en esa época va en contra de mis convicciones, es la
realidad incuestionable: manteníamos la
independencia pero habíamos perdido la soberanía y
la dignidad, como pueblo y como nación.
Recuerdo, cómo le rendíamos pleitesía al “primer
mundo” - encabezado por EE.UU.-; cómo nos sometíamos
a las exigencias del FMI., quien determinaba que
teníamos que hacer y cómo hacerlo, órdenes que
nuestros gobernantes, arrodillados, obedecían. El
perdón servil era la exigencia por no haber cumplido
lo “ordenado”, y así, poco a poco nos empujaban al
abismo sin compasión. Éramos un país independiente,
pero, no soberano. Éramos un país y una sociedad
despreciada e indignada; y la indignidad es la
violación más grosera a la honra de un individuo y
de un pueblo, en cambio la dignidad es la soberanía
del espíritu de ese individuo y de ese pueblo.

“El poder político es simplemente el poder organizado de una
clase para oprimir a otra”. Carlos Marx


P-4 ESTADO – GOBIERNO
Los reyes de la intriga y el desaliento han
tratado y tratan de confundirnos con el verso que el
gobierno es el estado; que el gobierno recauda para
sí; que cada vez son más los impuestos, para nada,
solamente para enriquecer a unos cuantos vivos que
se favorecen; y muchas otras barbaridades, cual de
todas más desacertadas.
Lo hacen con el vil propósito de confundirnos y
amedrentarnos. La verdad es que, nos han plantado un
árbol bien frondoso ante nuestros ojos para que no
veamos el bosque de la gran transformación nacional,
que es posible. Lamentablemente no todos los
gobernantes son capaces y generalmente los políticos
opositores son mendaces y mediocres.

“Cualquier religión o filosofía que no este basada en el respeto
por la vida no es una auténtica religión o filosofía.” Albert
Schweitzer.
El gobierno, es una agrupación política a la
cual el pueblo, mediante el voto, le otorga
transitoriamente, la potestad de administrar el
Estado de la manera más conveniente, en beneficio
del Estado mismo y por ende del pueblo en su
totalidad.
En cambio, el Estado es un ente abstracto,
administrado por el gobierno de turno. Los gobiernos
pasan y el Estado permanece inalterable a través de
los años. Nosotros nos pondremos viejos y no
estaremos, vendrán nuevas generaciones y el Estado
estará siempre allí, presente. ¿Por qué? porque los
verdaderos y únicos propietarios
del Estado somos todos los ciudadanos que habitamos
este bendito país. El Estado para subsistir y
cumplir la misión que detallé anteriormente necesita
recursos financieros, y esos recursos se los provee
el pueblo a través de los impuestos que paga. El
Estado es un ente “glotón”, necesita más y más
recursos financieros para hacer más y más obras. A
menos recursos menos obras. Porque a través del
Estado se hacen escuelas, hospitales, viviendas,
rutas, etc. etc., se paga el sueldo a los agentes de
policía, a los docentes y a todo empleado público
Nacional, Provincial o Municipal. Cuando algún
candidato político habla de reducir algún impuesto o
algún otro ingreso, obligatoriamente deberá suprimir
algunas de las obras que se realizan a través del
Estado. Por eso, cuando el Estado se resfría,
nosotros estornudamos; cuando el Estado tiene
fiebre, nosotros sentimos “chuchos de frío”.
Si el gobierno administra mal los recursos del
Estado, o contrae deudas con el exterior, es el
pueblo presente o las futuras generaciones quienes
de una u otra manera deberán pagar las consecuencias
del mal manejo de ese gobierno.
Lo contradictorio es que, el gobierno que
administra mal se va, dejando las secuelas del mal
desempeño para el próximo gobierno.
Todo gobierno, porque así lo manda la
Constitución Nacional Argentina, debe enviar al
Congreso las Leyes que crea necesarias para la
correcta administración del Estado. Una vez
aprobadas por las Honorables Cámaras de Senadores y
Diputados, se convierten en Ley, dándole al gobierno
las herramientas indispensables para que pueda
actuar en consecuencia.
Por todo esto me asombra que algunos
legisladores hayan manifestado: …”no vamos a aprobar
esta Ley porque no es una cuestión de Estado, es una
cuestión del gobierno que ha hecho las cosas mal?
Sí, hubieron y lamentablemente aún existen
legisladores con este desubicado razonamiento. Yo le
pregunto a los señores legisladores que así se
expresan: ¿quién les paga el sueldo? El gobernante
de turno, por supuesto, pero con fondos del Estado.
El gobierno, simplemente es el encargado de manejar
las distintas cuestiones que hacen, justamente, al
buen funcionamiento del Estado y por ende, cuidar el
patrimonio del pueblo que es su genuino propietario.
Si el país tiene deudas con el exterior, el
deudor es el Estado y por carácter transitivo el
gran deudor es el pueblo. Por eso me extraña que
algunos legisladores confundan Estado con Gobierno
dos cosas totalmente divorciadas.
Toda Ley debatida en el Congreso tiene que ver
con el Estado, todas. Porque, tienen que ver con el
país, con el pueblo. Por eso mi concejo, de acuerdo
a mi sentido común, es que debemos aprender a
diferenciar entre Estado y Gobierno.

“¡Hay de ustedes escribas y fariseos!, porque cerrais el reino
de los cielos delante de los hombres; que ni vosotros entrais, ni a
los que están entrando dejai entrar.” Mateo 23-13


P-5 OPOsIcIÓN
En P-4 realicé un análisis exhaustivo de la
significación y los roles de un gobierno y del
Estado. Por cuanto, para que a nosotros, “pueblo”,
nos vaya bien, tiene que irle bien al Estado y para
que al Estado le vaya bien, al que lo administra –
gobierno- debe irle bien.
Partamos de la base que no existe una verdad
absoluta, por consiguiente, nadie es dueño de la
verdad; ni quienes gobiernan ni la mal llamada
oposición. Digo mal llamada oposición porque los
sinónimos de oposición son: RIVALIDAD, ENFRENTAMIENTO,
OBSTRUCCIÓN RESISTENCIA, RIVALIDAD, ANTAGONISMO y no creo que
ninguna de esta adjetivaciones sea beneficiosa para
el Estado en un proceso democrático. Por lo tanto es
menester que cuando un gobierno ha ganado una
elección que lo “catapulta”, aquellos que perdieron
deberán colaborar para que este gobierno tenga el
mayor de los éxitos en su gestión.
En lugar de oposición deberíamos usar la palabra
DIVERGENCIA que significa no estar de acuerdo con
determinadas cosas. Pero nunca combatir INTOLERANTES
CADA UNA DE LAS ACCIONES DEL GOBIERNO DE TURNO; que termina
convirtiéndose en una disposición destructiva,
perdiendo el concepto genuino de democracia y lejos
de la tarea de construcción que deberían perseguir
los unos y los otros.
El ser opositores por la oposición misma tiene
una pobreza de concepto asombrosa, hablando en
término de negatividad.
¿Qué consigue una oposición intransigente; como
las que se llevan adelante desde los comienzos de la
democracia?. Desgastar al gobierno de turno para que
haga mal las cosas, en consecuencia le irá mal al
Estado; le irá mal al pueblo; o en su defecto
pretenden que la población reaccione negativamente
para que ese gobierno pierda en las próximas
elecciones y poder saborear el triunfo.
Es deplorable esta postura de la mal llamada
oposición, que no les importa el destino del Estado,
ni el destino del pueblo; solo quieren que el pueblo
siga siendo la marioneta fácil de usar para
conseguir sus fines nefastos. Vapulear la democracia
de esta manera es ignominioso.
Y esto ocurre, porque no estamos debidamente
entrenado en las cosas que tienen que ver con todos;
pero básicamente por los desdichados antis; que,
gobernaron siempre las voluntades políticas de
nuestros políticos. Si el gobierno es de un
pensamiento distinto al nuestro deberemos hacer lo
imposible para que fracase, combatiéndolo a veces
con armas impropias; el fundamento es destruirlo
para gobernar “nosotros”. Y así sucesivamente “los
unos y los otros”. Negatividad obscena para la
democracia y para el desarrollo positivo de la
nación. Esto además de ser nocivo para la democracia
es negativo para el Estado y por ende para el país.
Es dejar al descubierto la mediocridad de nuestros
políticos que usan tales artimañas para prevalecer.
Y digo mediocridad atento a lo que significa
mediocridad: el ser mediocre es incapaz de tener
éxitos por sí mismo, por lo tanto su fin es
desmerecer al contrincante para triunfar; un
verdadero ultraje a las reglas de la dignidad.

El hombre superior piensa siempre en virtud; el hombre común
piensa siempre en comodidad” - Confucio.


Doy un ejemplo: En determinada empresa un
empleado que había logrado un ascenso se ve
vapuleado por su compañero que no había obtenido tal
distinción por equis razones. Este empleado celoso
empleó métodos reñidos con la ortodoxia solidaria
hasta que consiguió que su compañero ascendido
volviera a su puesto anterior inclusive con el mismo
sueldo. ¿Qué ganancia tuvo este empleado celoso?.
Ninguna, solamente haberle dado curso a su
mezquindad. ¿No hubiese sido mejor que se hubiera
esmerado para conseguir él también el tan ansiado
ascenso? Esto ocurre con los políticos que usan
recursos similares.
Esto acontece con las democracias sostenida por
políticos de esta envergadura. Es lo que yo llamo
una democracia chata. Necesitamos políticos que
tengan posturas de concurrencia y/o divergencia,
pero nunca enfrentamientos y obstrucción.

“Todas las desmedidas ambiciones deberían se consideradas
detestables.
Excepto, las que ennoblecen al hombre y sirven para estimular la
humildad.”
Joseph Conrad
P-6 PODERES DEL ESTADO
En la Argentina existen tres poderes,
¡independientes unos de otros!, según lo manda la
Constitución Nacional. El Poder Ejecutivo; el
Congreso o poder Legislativo y el Poder Judicial. Al
Poder Ejecutivo le corresponde la jefatura del
Estado y la representación internacional del país,
la comandancia general de las fuerzas armadas y la
conducción de la Administración pública Nacional,
entre sus principales funciones. El Poder Ejecutivo
tiene también funciones colegislativas, como la
promulgación de las leyes y la facultad de vetarlas,
y de común acuerdo con la Cámara de Senadores de la
Nación nombrar los jueces.
El Congreso de la Nación es el órgano que ejerce
el Poder Legislativo del gobierno Nacional. Es una
asamblea bicameral formada por una Cámara de
Diputados que en la actualidad consta de 257
miembros y una Cámara de Senadores con 72 miembros.
La concreción del Congreso de la Nación da
legitimidad a la democracia; porque es allí donde se
haya representado genuinamente el mandato del
pueblo. Por eso, cuando alguien se apropia
ilegítimamente del gobierno lo primero que hace es
anular el congreso.
Los miembros de la Cámara de Diputados
comúnmente llamada la Cámara baja son elegidos por
voto popular y duran cuatro años en sus “asientos”
siendo renovados cada dos años. Son elegidos de
acuerdo a la población de cada distrito electoral.
En cambio los Senadores son elegidos a razón de tres
por cada provincia más la Ciudad Autónoma de Buenos
Aires, atribuyéndosele dos al partido mayoritario y
uno al que le siguen en cantidad de sufragios
obtenidos. Como se advierte cada provincia tiene
igual representación, sin importar los habitantes de
cada una de ellas.
El Congreso o Cuerpo Legislativo tiene como
facultad principal formar las leyes que regirán los
destinos de la Nación; ya sea con iniciativas
propias o las emanadas del Poder Ejecutivo.
El Poder Judicial de la Nación es ejercido por
una Corte Suprema de justicia y por los demás
tribunales inferiores que el Congreso estableciere
en el territorio de la Nación.
En ningún caso el Presidente de la Nación puede
ejercer funciones judiciales, arrogarse el
conocimiento de causas pendientes o restablecer las
fenecidas.
Todo esto, muy prolijito de acuerdo a la C.N.A.,
pero últimamente se están produciendo significativos
desbarajustes políticos que desvalorizan la
naturaleza de la Democracia y los mandatos de la
Carta Magna.
El Poder Ejecutivo cumple su rol; con errores y
aciertos; pero, el Poder Legislativo se ha
judicializado de tal manera que prácticamente cada
Ley es sometida a la justicia para que ésta resuelva
su legitimidad y legalidad. Creo que deben haber
pocos países con sistemas democráticos donde el
parlamento sea vapuleado de esta manera, rayano a lo
antidemocrático.
Cualquier Legislador, que a veces no ha
intervenido en la discusión de determinada Ley
encuentra por ahí un Juez ignoto que acepta una
cautelar y pasan meses y años para que al fin esa
Ley sea declarada constitucional; pero en la
aplicación de los articulados, nuevamente se
presentan acautelares en dada uno de ellos,
postergando durante años la aplicación de dicha Ley.

“Soy el hombre más vivo y más sabio, porque sé una cosa, y es
que no sé nada.” Sócrates


De esta manera el Poder Legislativo ha perdido
su rol de “administrador” incondicional de las
leyes, desahuciando a quienes los votaron para que
defendieran sus derechos. El deber de cada
Legislador es, estar presente en el recinto siempre
que se trate una Ley y si tiene diferencias,
discutir los términos en desacuerdo, argumentando
sus precisiones, aunque sean minoría y a sabiendas
que perderán la discusión; pero nunca no asistir a
la sesión.
Últimamente se ha llegado al paroxismo de
firmar, junto a otros legisladores de la oposición
documentos donde se comprometen a no asistir a
determinada sesión donde se tratará determinada ley.
Otra de las falacias que esgrimen para evitar la
responsabilidad de dar el debate en el recinto es
que: el Congreso es una ¡escribanía! del Poder
Ejecutivo pues estos son mayoría y acatan las
directivas del mismo. Señoras, señores, en todos los
países del mundo democrático los Poderes Ejecutivos
tratan de tener mayoría en los parlamento para pode
sacar las leyes que a su criterio son necesarias
para beneficio del país.

“El hombre valiente es el que no solo supera a sus enemigos,
sino también a sus placeres”. Demócrito.

El Poder Judicial, a su vez, se ha politizado de


tal manera que los fiscales y los jueces toman parte
activa en los quehaceres del Poder Ejecutivo con
marcada frecuencia.
Pienso, se me ocurre que para garantizar el
honesto desempeño del poder Judicial debería existir
un cuarto poder, superior a la Suprema Corte que
tenga como única misión controlar que los distintos
estamentos del poder Judicial marchen por el carril
de la imparcialidad. Desde luego deberá ser un poder
cuyos integrantes no estén marcados por ningún signo
político.
Se ha hablado mucho sobre la radicación de la
Capital de la Nación a otra ciudad del país; a mí me
parece beneficioso, pero voy a desarrollar otra
propuesta inspirado en la Nación Sudafricana.
Sudáfrica tiene tres capitales: PRETORIA donde
funciona el Poder Ejecutivo; BLOENFLONTEI donde
radica el Poder Judicial y CIUDAD DEL CABO donde
funciona el Poder Legislativo. De esta manera se
descentralizan los poderes. Para pensarlo.

“Las grandes mentalidades tienen propósitos en la vida;
Las otras solo tienen deseos.
Las mentes reducidas están subyugadas,
Las generosas logran superarse.”
Washington Irwin

P-7 INSEGURIDAD – SEGURIDAD – VIOLENCIA
Otra de las falacias que usa la oposición es el
tema de la inseguridad imputándosela al gobierno
nacional, cuando en realidad la seguridad es
responsabilidad de cada gobierno provincial, pues
cada uno de ellos cuenta con policías, códigos y
jueces propios. No obstante voy a hacer un análisis
exhaustivo de acuerdo a mi sentido común del
porque la procreación y desarrollo de la
violencia.
Pero, antes de ingresar de lleno al tema de la
inseguridad, quiero hacer una reflexión:
“El delito se ha convertido, a causa de las
malas políticas y de los malos gobernantes, en la
industria del país de mejor renta; en una excelente
fuente de trabajo tristemente fecunda y en la figura
más onerosa de los presupuestos argentinos,
desdichadamente. Superior a los de la salud y la
educación”.
Testimonio fidedigno son los millones de
empleados que viven de la inseguridad: policías,
empleados judiciales, funcionarios, guarda cárceles;
jueces, abogados, traficantes, y personalidades
nacionales e internacionales que giran alrededor de
este entramado social. La inversión en sueldos,
armamentos, uniformes, coches, motos, helicópteros,
mantenimiento de reclusos, etc., etc., es abismal.
_Entonces, ¿ a quién le interesa terminar realmente con el
delito?-.
Todo debido a la incoherencia de quienes tienen
la obligación de brindarnos la seguridad, que cada
día en aras de esa seguridad se rasgan las
vestiduras –oficialistas y opositores- tratando de
conformarnos con mensajes, proposiciones y actitudes
estrepitosas; desatinadas e inservibles que se
fundamentan en la anarquía de la violencia contra la
violencia.
Mi sentido común me indica que hay dos matrices
que promueven la inseguridad.
1- La inseguridad proveniente del desaliento y la
desesperanza.
2- La inseguridad de delincuentes de “guantes blancos”.
Sin castigo.

No voy a negar el estado de inseguridad y
violencia que vive la Argentina, indudablemente es
una constante preocupación. La inseguridad y la
violencia existen; no sé si porcentualmente es mayor
o menor que en otros países; de todos modos no
sirven las comparaciones, siempre son odiosas.
Lo que me indigna realmente es que la “familia”
política ha tomado a la inseguridad como un trofeo;
faltándole el respeto, burlándose y ofendiendo la
inteligencia del ciudadano argentino.
Aquellos que dicen tener el remedio para esta
dolencia, tienen la obligación cívica irrenunciable
de exponerlo; caso contrario estamos en presencia de
un síndrome demagógico perverso, y merecen un fuerte
repudio de toda la ciudadanía.
La inseguridad es una calamidad que cala muy
hondo en la psique del individuo, perturba el ánimo
y horada la comprensión, de tal manera que la imagen
de la seguridad se muestra esquiva, quimérica y
abstracta, como un halo misterioso que se aleja cada
vez más de las cosas tangibles.
Esto es grave, porque puede ser el detonador que
somete al ciudadano en un estado de neurosis
colectiva profundo, difícil de superar. De hecho ya
estamos viviendo un grado superior de perturbación y
descontrol psicológico, aunque no nos demos cuenta;
porque las neuronas que actúan como elemento de
“fianza”, conservación y autodefensa del sistema
nervioso están averiadas o, al menos inquietas por
los permanentes síntomas de inseguridad -a veces
aumentados por los medios- a que son sometidas. Por
tal motivo han remplazado el orden de concentración
serena que las caracteriza normalmente por un ritmo
de vigilia y ansiedad, demandándoles un esfuerzo
superior y un andar arrítmico que desconcierta y
perturba el compuesto general, produciendo en el
individuo el desorden psicológico.
Actualmente existe un escenario delictivo
profuso y muy bien armado, con una gran vinculación
entre sí y con los reducidores. Una restringida
capacidad carcelaria; complicidad de gran parte de
la sociedad, quizá por omisión –compra objetos
robados, convirtiéndose en auténticos reducidores-,
y la resolución, a veces incomprensible, de algunos
jueces ¡garantistas”! que les otorgan más resguardo
al delincuente que al ciudadano honesto.
La violencia de las armas y la violencia verbal
se han convertido en el lenguaje universal y en el
árbitro habitual para el disenso; cualquier
diferencia se resuelve con intemperancia absurda, y
cada día nos hunden más en el campo de la
inseguridad, que nos confina desaprensivamente a un
oscuro y peligroso polígono con “alerta roja”,
transgrediendo las barrearas de lo tolerable.
¿Podremos alguna vez conseguir la estabilidad
emocional que regule y combine los aciertos y los
fracasos en una expresión indisoluble de cordura y
fraternidad? Será difícil si seguimos cruzando los
frentes de la violencia con más violencia. Y esto
ocurre, porque nuestra lógica se relaciona con un
rango impremeditado e inestable, por eso, para
desterrar la violencia estamos exhibiendo y
aplicando nuestra propia violencia en una
confrontación dantesca, torpe y sin sentido.
Combatimos nuestros propios desaciertos con
procedimientos represivos más próximos al estado de
guerra que al de la paz, y despreciamos neciamente
los métodos de prevención, que son los recursos
naturales y competentes para persuadir y reducir los
índices de violencia y transgresión.
Quizá sea demasiado escéptico (no significa
negar, sino dudar); y no refuto ninguna tesis, sino,
critico el falso dogmatismo que afecta a todos los
aspectos de la cultura –ciencia, filosofía, política
y religión-. Abogo por la templanza y la prudencia.

Inseguridad 1: La inseguridad proveniente del
desaliento y la desesperanza

Las estadísticas informan que la mayoría de los
“transgresores” provienen de los espacios de la
pobreza y la incultura. Y nosotros, los
“aventajados” de la sociedad, juzgamos a esta gente
con absoluto desprecio, rencor, bronca, odio.
Condenamos a todos ellos, por aquellos que nos
agreden y nos intimidan. Yo pregunto, ¿los
ciudadanos que hoy son delincuentes, nacieron
delincuentes?. ¿Cuándo bebés, eran delincuentes?.
Decididamente NO. Fueron bebés buenos y cariñosos
como cualquier bebé de un hogar “burgués”. Tampoco,
La mayoría, ya de grande, decidieron hacerse
delincuentes. Los genes, el entorno, la indigencia y
el sometimiento social, fueron quienes fecundaron al
malhechor que hoy nos hostiga.

“El hombre es totalmente responsable de su naturaleza y elecciones.”

Jean-Paul Sartre.
He tenido la ¡“fortuna”! de ser pobre, en mi
niñez y en la adolescencia; además, relacionarme con
los hombres, las mujeres, los jóvenes y los ancianos
que habitaban y habitan los espacios de la miseria y
la ignorancia, durante mi militancia política. De
esta manera, pude advertir la imagen desgraciada de
un sector de la sociedad: incomunicados, agredidos,
sometidos; atribulados por las epidemias, las
plagas, las inundaciones y otros flagelos de una
sola clase. Olvidados por gobiernos negligentes y
por una sociedad apática que no han asumido aún la
dolorosa realidad y actúan como si se tratase de una
película de ficción, descreídos de la magnitud del
conflicto. Esto sucede porque no han palpado “en
vivo” la indigencia; no han convivido con el hombre,
la mujer, el adolescente y el niño apesadumbrados;
no han visto los rostros amarillos y secos cruzados
por las arrugas que da el dolor, el hambre y la
desesperanza. No han sentido el olor nauseabundo de
las viviendas destartaladas, ni han percibido el
rigor, la crueldad y el miedo en los niños y en los
jóvenes, despojados de la fortaleza orgánica, de la
fuerza espiritual, del talento, y de la plenitud. No
han comprendido aún que es en estas circunstancias
cuando se desarrolla el germen de la transgresión
física, espiritual y moral, y germina el individuo
violento y el delincuente en potencia.
Por lo tanto, para resolver el problema de la
inseguridad, para el futuro, habrá que reconocer que
vivimos sumergidos en una sociedad de infundios con
un contingente inmenso de desahuciados en el
“buche”, que se nutren en el calvario de la tristeza
y el desarraigo y navegan a la deriva sin una
brújula que les marque el rumbo. Ahí deberán apuntar
las políticas sociales para desactivar en parte el
círculo violento. Ahí, en el cruce de los egoísmos,
en el campo de las avaricias, en el dominio de los
fraudes y en el reducto de los odios y las
hostilidades deberemos encontrar la tangente capaz
de interpretar correctamente la “conciencia
social”.
Será necesario, desde hoy –gobiernos y
sociedad-, desterrar la incultura y la pobreza
marginal -al menos paliarla-; “ingredientes” que
confinan, fracturan y degradan los códigos morales.
Será obligatorio fortalecerlos en la fe, en los
valores y en la autoestima; modificar sus
pensamientos y sus conductas; insertarlos de lleno
en los espacios de la familia; para que vuelvan a
tener esperanza.

“La esperanza es el único bien común a todos los hombres;
aquellos que no tienen nada poseen aún la esperanza” Tales.


Ingresar al seno de las hostilidades con mayores
aciertos; bucear con mejor tino en el mundo de las
pobrezas; en el estadio de las postergaciones; en
los ámbitos de la educación y la cultura y en la
ostensible desigualdad de oportunidades; que es
donde se desarrolla la desesperanza con mayor
vitalidad; donde transita “rozagante” el virus de
las violencias; donde se subvierten los valores y
los sentimientos y se transgrede con mayor
frecuencia y con mayor crueldad. Esa deberá ser
tarea del futuro. Por estos conceptos, tendremos que
aprender Vivir un poco menos por y para nosotros y
vivir un poco más para los demás. Cuando desterremos
esa miseria obscena y les proporcionemos mayor
bienestar, mayor cultura y mayor comprensión,
seguramente decrecerán las transgresiones y la
violencia.
Recuerdo una vez, una señora mayor me dijo:
“Cristina nos dio la asignación por hijo y por
embarazada: nos pusieron el agua potable, el gas,
las cloacas…, pero sabés que?, nos siguen llamando
“negros de mierda; seguimos siendo feos, sucios,
malos y vagos”... ¡¡Guau!!, cuánta razón tenía.
Seguimos siendo, como decía Jauretche: “vivos de ojo, pero
zonzos de temperamento”.
Y, no es que esta disposición nefasta haya sido
incubada hoy, no, proviene de tiempos remotos.
Muchos traen los genes transgresores de sus abuelos
o de sus padres; y muchos de aquellos que hoy tienen
18, 20 o 24 años y delinquen, nacieron en la nefasta
década del 90 cuando la desocupación era del 25 % y
la pobreza trepó al 53 %.
Es casi natural que aquellos que nacieron en
estos ámbitos y en estas circunstancias hayan
perdido los valores morales, humanitarios,
solidarios, fraternales. Es casi natural que hayan
perdido la sensibilidad y hayan elegido la
confrontación como recurso de supervivencia, de
acuerdo a sus códigos. Es muy difícil, entonces,
corregirlos; sustraerles el rencor y la
insensibilidad que tienen establecido desde niños.
Deberán ser los procedimientos de la justicia y los
entes de la seguridad quienes actúen, con sentido NO
coercitivo, combativo, cruel, como se desempeñan en
la actualidad –violencia contra violencia-. Más
adelante voy a dar mi opinión al respecto.
Los gobiernos –nacional y provinciales- no lo
entienden así y cometen el mismo error conceptual:
como única alternativa, optan por incorporar cada
vez más uniformados, más automóviles patrullas, más
helicópteros, más armas y mejores equipos técnicos
para “frenar” a los malhechores, que cada vez son
más; de menos edad y más “¡profesionales!” en el
“arte” de delinquir; más feroces; menos amantes de
sus vidas y de la vida de sus semejantes; más
drogadictos, más viciosos y más crueles. Con
resultados nefastos.
Si seguimos en este “pandemónium”, empecinados
en la confrontación descabellada, incoherente,
estúpida y anárquica, que no tiene límites, ni
metas, ni término, nos sumergiremos cada vez más en
un estado de vigilia permanente y a corto plazo las
calles de nuestras ciudades se convertirán en
verdaderos campos de batalla, donde los “buenos” y
los “malos” disputarán códigos, clases sociales,
espacios y oportunidades. Se atiborrarán los
juzgados de expedientes, las cárceles de presos y
los cementerios de delincuentes, policías e
inocentes. Indicador de la inconsistencia de nuestro
sistema social.
Es peligroso vivir solo de enfrentamientos; en
algún momento, alguien deberá tranquilizarnos y
suplantar las teorías y los métodos insubstanciales
por objetivos auténticos y sensatos; en algún
momento, alguien deberá rendir las huestes
avejentadas de hoy, para afianzar una nueva casta
política que detente nuevos hábitos en la conducta y
en la relación de las instituciones del Estado con
el seno de la comunidad. En algún momento, alguien
deberá contraer el compromiso verosímil que
garantice a la sociedad procedimientos progresistas
y racionales, donde se puedan discutir las
dificultades lo más próximo al sentimiento de
integración y lo más lejano de los fundamentos
materialistas
Habrá que dejar de lado, entonces, la
incomprensible “zoncera” de combatir la inseguridad,
solamente, oponiendo una fuerza a otra fuerza; lucha
cruenta que ha dado origen a bestiales
enfrentamientos apocalípticos.

“La humanidad solo podrá deshacerse de la violencia con la no-
violencia. El odio solo podrá ser vencido con amor. Devolver odio por
odio no hace más que aumentar la superficie y la profundidad de lo
odiado”. Mahatma Gandhi.
“La no-violencia en ningún caso conoce ni acepta la derrota. Por
tanto, un grupo o una nación que hayan hecho de la no-violencia la
razón de ser de su política, no puede ser sometida a la esclavitud ni
siquiera por la bomba atómica”. Mahatma Gandhi.
“A menos que las grandes naciones abandonen sus deseos de
explotación y su espíritu violento, cuya expresión natural es la
guerra su consecuencia inevitable, no hay esperanzas para la paz en el
mundo”. Mahatma Gandhi.


Como dije anteriormente, deberemos introducirnos
en estos terrenos con cultura, salud, deporte,
viviendas, familia, con planificaciones
persistentes; con voluntad política integral y con
gestos fraternales y conductas leales, antes que la
fuerza. Englobando en la tarea a todos los estadios
de la sociedad, para que esa enorme masa de
infortunados que viven retirados de los espacios de
la dignidad puedan recuperar los espíritus
afectivos. Habrá que fundar economías progresistas
con menos condimentos materialistas y más elementos
para el bienestar, que favorezcan al conjunto de la
comunidad -y no a “unos” si a “otros” no-, como la
herramienta conveniente para que las generaciones en
formación y las que vienen, puedan desarrollar el
correctivo preciso que termine definitivamente con
el hambre, la postergación y la discriminación; la
injusticia y los absolutismos…, terribles flagelos
que envilecen. Prestar una particular atención
pedagógica a los niños, especialmente a los niños
“desvalidos”, concurrir a ellos con decisión
fraterna. Fortalecerlos y prepararlos en la
adversidad, para que la adversidad los encuentre
mejor parados, más dispuestos y con mayor actitud
para transitar la vida. Rescatarlos de los sitios
insalubres que tienen como morada; de las calles y
los espacios licenciosos y violentos que influyen
negativamente sobre la personalidad y la conducta.
Establecerlos en ambientes saludables y
comprensivos. Ordenarlos contra la droga y contra el
alcohol; contra la violencia y contra la
insolidaridad.

“El amor es de todas las pasiones la más fuerte, por atacar
simultáneamente la cabeza, el corazón y los sentidos.” Lao Tzu.

Educarlos para que confíen en la familia como el


puntal que sostiene al individuo y a la sociedad, y
sean generosos.
El problema es que los gobiernos no advirtieron,
o no quisieron admitir la desventura de este sector
y penetraron a sus confines, solamente con subsidios
buscando mitigar el hambre, medidas plausibles,
desde luego; pero, es menester también ejercitarlos
en la cultura, mediante las escuelas, el deporte y
la cultura misma.
Deberemos enseñarles a compartir, adiestrarlos
contra la violencia, ubicarlos en el camino de la
integración. Enseñarles también el mérito de la
honestidad y el trabajo. Procedimientos protectores
para las futuras generaciones.
Será necesario también, mantener a los niños y a
los jóvenes alejados de las calles que es donde
generalmente se forja la transgresión. El callejeo,
las trasnochadas, los falsos amigos, la bronca
contra los que ostentan lujo y poder. Las
tentaciones, la muchedumbre y las noches con sus
misterios y sus vicios, los excitan y seducen. Estas
figuras umbrosas, actúan y obran en la mente del
niño y del adolescente callejero, independientes de
la voluntad y de la razón; convirtiéndose en el gran
estímulo que los lleva a ejecutar actos
transgresores como si fuesen normales; alentados
siempre por los campeones de la moral quietista que
pretenden impedir el despertar de los talentos
dormidos.
Realmente será una tarea ciclópea que quizá
lleve años, lustros, décadas, pero hay que
comenzarla lo más rápidamente posible.

“La fundación de todo estado es la educación de sus jóvenes”
Diógenes.

También será imprescindible que la sociedad
“burguesa” cultive la solidaridad hacia quienes
menos tienen para erradicar definitivamente del
vocabulario cotidiano: “negros de mierda”, palabras
profusamente expresada por los “aventajados” de la
sociedad, de manera que comprendan que los
consideramos iguales, con los mismos derechos y las
mismas obligaciones de aquellos que nacimos en
condiciones materiales y culturales diferentes. Esta
prevención, seguramente menguará la delincuencia,
para el futuro.

“Los grandes resultados requieren grandes ambiciones”
Heráclito.

La mayoría de esos “negros de mierda” son los
que soportaron y sufrieron las consecuencias de los
ajustes económicos. En definitiva son la “carne de
cañón” de las emergencias sociales, culturales y
políticas, cuando un país se derrumba.
Los religiosos tendrán un papel preponderante en
esta tarea, por ser representantes legítimos de
JESUS Y conocedores de las Sagradas Escrituras que
les ordenan ser misericordiosos con los más pobres.
Jesús estableció que sus discípulos fueran mansos,
dieran de comer al hambriento y de beber al
sediento. Contrariamente, la mayoría de estos
religiosos acogieron a los ricos, a los famosos y a
los poderosos en las parroquias y en los templos con
mayor gusto, y compartieron con ellos las comidas en
espléndidos banquetes. Se codearon y se regodearon
en las veladas de gala y en los actos promocionales
con los gobernantes que hicieron malos gobiernos;
con los militares que hicieron las guerras, que
mataron y torturaron; y, en nombre de DIOS con mucha
ligereza perdonaron sus pecados; mas, dejaron fuera
a los humildes.
Es necesario que salgan a misionar, cumpliendo
con los manifiestos de Jesús Cristo, pero no solo a
los ámbitos de la pobreza, sino también, cultivar en
los feligreses que concurren a las parroquias, la
mayoría “burgueses”, el amor al desamparado para que
también nosotros, comprendamos fehacientemente ese
mensaje de Jesús.
Han sido los gobiernos, los religiosos y también
la indolencia del hombre “pudiente”, quienes
marcaron a fuego el destino del desventurado ser
pobre. Disposición sombría, que golpea con dureza
los escenarios de las clases menos competentes para
defenderse.

“He aquí que mis siervos comerán y vosotros tendréis hambre;
He aquí que mis siervos beberán, y vosotros tendréis sed;
He aquí que mis siervos se alegrarán y vosotros seréis
avergonzados;
He aquí que mis siervos cantarán por júbilo del corazón,
y vosotros clamareis por el dolor del corazón,
y por quebramiento del espíritu aullareis.”

Es verdad que las fuerzas del mal no tienen
fronteras, ni moral, ni edades, ni color de piel, ni
clases sociales, ni lenguas, ni patria; pero, las
estadísticas manifiestan que la mayoría de los
“trasgresores” cohabitan esos espacios oscuros.

Tampoco es de suponer que estas actitudes por sí
solas instalen la seguridad en nuestra sociedad y
nos liberen del terrible flagelo, sería una
fantasía; por lo tanto, será interesante asumir la
gestión con responsabilidad; definir los hechos, los
pensamientos y los valores con determinación. Vale
la pena intentarlo. Estoy absolutamente convencido.

2 - La inseguridad por delincuentes de “guantes
blancos”. Sin castigo. Inseguridad que no se percibe
a simple vista porque se mueven veladamente.
Indudablemente el hombre está poseído; las
sociedades del mundo están poseídas; no hay normas
estables que nos definan; no hay éticas
consistentes, convencimientos propios, ni propósitos
enraizados. Cada cual vive su conveniente escala de
valores y sus conductas, sin importarles el prójimo.
Los méritos y las mezquindades se confunden. Las
hipocresías y las costumbres se vinculan
impúdicamente y la inmoralidad gobierna a los
hombres y a los gobiernos. Proliferan las sectas
fundamentalistas y las religiones apocalípticas y el
hombre se aleja de Cristo cada vez más, en lo que
podría ser el principio de la hecatombe moral e
intelectual de la sociedad humana.

Una parte de la prudencia es:
que lo que se puede hacer por bien, no se haga por mal.” Don

Quijote

Son delincuentes de “guantes blancos” aquellos
que amparados en el modernismo y el “progreso”
contaminan los mares, los ríos, las “capas” del
agua subterránea y la atmósfera. Aquellos que talan
los árboles insensiblemente estableciendo una
polución ambiental perversa que hiere y martiriza
los sistemas ecológicos más radicales, en un
avasallamiento feroz de los espacios naturales. Si a
esto sumamos la contaminación de alimentos y el
afianzamiento de las pestes –nuevas y viejas- que
flagelan al hombre y producen millones de víctimas –
especialmente en las poblaciones carenciadas-, nos
daremos cuenta que al despreciar los recursos
naturales del planeta se están profanando los
límites de la prudencia y absurdamente se
profundizan los síntomas de la crisis, que nos
acerca cada vez más al desastre –“ecológico
social”-. Todo, debido a la total inequidad del
hombre que en su afán de riquezas y poder ha
instalado en el universo un nuevo síndrome colectivo
que nos enfrenta peligrosamente con el fantasma de
la extinción.
Vemos a diario, también, especialmente en la
llamada “pampa húmeda” y sus alrededores, aviones
fumigando los campos, sabiendo que ese veneno se
esparce a la distancia contaminando a los pueblos
más cercanos de manera agresiva. Sabiendo que miles
de personas mueren por enfermedades atroces
relacionadas íntimamente con estos agroquímicos que
esparcen los aviones de estos terratenientes. A
ellos no los agobia ni les interesa la salubridad de
sus semejantes. Por eso, también a ellos incluyo
como delincuentes de “guantes blancos”. También a
ellos, por ninguna circunstancia los alcanza el
brazo de la justicia, y si alguien pretende litigar
a estos personajes, seguramente los expedientes
dormirán el sueño eterno en los cajones de algún
funcionario. Por eso en las cárceles no hay
delincuentes de “guantes blancos”.
Los “narcos”, mercaderes de la droga y de la
muerte que transitan tranquilamente y con “pompa”
los estadios del mundo y son llamados ampulosamente
“jefes del cartel tal”, son los patéticos personeros
que veladamente conducen a la ciudadanía,
especialmente a los más jóvenes, a la deshonra
física y psíquica más vil, gestando una sociedad
moralmente abatida. Estos personajes “de guantes
blancos”, también, nunca son alcanzados por el brazo
de la justicia. Pero sí, habitan las cárceles de
nuestra nación los “perejiles” que les hacen de
mandaderos o simplemente están fumando un “porro”,
“muestra clara de que el hilo se corta siempre por
lo más fino”
Igualmente, son delincuentes de “guantes blancos”
aquellos ciudadanos y empresarios opulentos que
triangulan las ventas, realizan doble facturación o
cualquier otro artilugio para eludir el pago del
impuesto correspondiente. Eludir el pago al fisco
es, eludir el pago al Estado y por carácter
transitivo perjudicar al pueblo en general.

“Cualquiera que negocia la libertad por la seguridad no merece
ni libertad ni seguridad”. Benjamín Franklin.

Propuestas:
Para amortiguar la inseguridad que se vive en el
presente, ejecutada por delincuentes del presente,
considero que hay dos pasos a seguir, con distintos
parámetros y distintos lapsos de tiempo; ambos
enlazados entre sí y dependiendo uno del otro para
un final satisfactorio; Uno (A), orientado a
disminuir “medianamente” la inseguridad, a acorto
plazo y otro (B), un programa asistencial
concurrente, una especie de vacuna social que nos
asegure para el futuro una disminución significativa
de la inseguridad.

1) Paliar la inseguridad a corto plazo.

“A” 1) Deberán construirse cárceles con
suficiente capacidad y condiciones de alojamiento
apropiadas para el fin, como ordena la C.N. en el
artículo 18: “…las cárceles de la Nación serán sanas
y limpias, para seguridad y no para castigo de los
reos detenidos en ellas, y toda medida que a
pretexto de precaución conduzca a mortificarlos más
allá de lo que aquella exija, hará responsable al
juez que la autorice”. El espíritu de esta consigna
es claro y contundente. Yo agregaría, dignas para
restituirlos útiles a la sociedad.
Cuando en charlas de café me manifiesto de esta
manera, la respuesta, casi general es: “que se
pudran en la cárcel, bastantes padecimientos hemos
sufrido por ellos”. Este razonamiento es lógico si
lo analizamos superficialmente, frívolamente, en
caliente. Pero, si reflexionamos exhaustivamente
llegaremos a la siguiente conclusión: Para que haya
menos delitos, lógicamente deberán haber menos
delincuentes.
Si las cárceles son reducidas y no tienen
capacidad para albergar dignamente a los reclusos,
de acuerdo a lo ordenado por la C.N., se producen
dos situaciones a) los delincuentes que son
restituidos a la sociedad, “en crudo” –la famosa
puerta giratoria- regresan tal cual “los fueron”, lo
que les concede franquicia para volver a delinquir.
b) Los que cumplen cabalmente las condenas, pero, el
hacinamiento y el padecimiento fue tal, regresan a
la sociedad más perversos que “cuando los fueron”;
traen consigo resentimiento, odio, rencor; por lo
tanto su accionar delictivo será más violento.
Aún no me explico que habiéndose invertido
dinero en tantas cosas no se haya invertido en
cárceles. Desde luego, cárceles racionales y
equipadas de manera que les permita acceder al
ámbito laboral y/o educativo. Cuando un convicto
accede a algún tipo de aprendizaje: metalurgia,
carpintería, albañilería, panadería, educación,
religión, etc. y tiene un trato natural, las
posibilidades de regenerarse son mayores.
Actualmente de cada 100 reclusos, 98 vuelven a
delinquir; si logramos que en lugar de 2 sean 10 los
recuperados para la sociedad, habremos tenido un
éxito pequeño. Pero éxito al fin.
“No hay nada bueno o malo, sino que el pensamiento lo hace así”.
Shakespeare.

2) Disponer de un nuevo código procesal penal,


con penas más actualizadas correspondientes con los
nuevos delitos, que son muchos. Para mi gusto, la
reincidencia deberá tener un castigo más fuerte
igual que el hurto. Habrá que incorporar como figura
expectante el “vandalismo” que abarca un sinnúmero
de situaciones que afectan directa o indirectamente
al ciudadano.

“Nuestra envidia siempre dura más que la felicidad de quien
envidiamos.” Heráclito.


3) Cada provincia deberá transferir a los
departamentos el manejo y la logística policial,
para reducir los espacios de acción, y éstos a su
vez deberán crear un tribunal compuesto por:
representantes de las fuerzas de seguridad, Ediles
de los distintos signos políticos, del ejecutivo
departamental, civiles idóneos y Uniones vecinales;
mediante una planificación seria y responsable.
4) Justicia. Esta es la parte problemática por
tratarse de un poder independiente, no político.
Habrá que armar, entonces, un espacio con
representación de: el poder judicial, la legislatura
-dándole cabida a todos los bloques- y el poder
ejecutivo; ponerse de acuerdo y legislar en
consecuencia. No creo que sea imposible; de una vez
por todos los representantes de los tres poderes
deberán ponerse los pantalones de la
responsabilidad, para solucionar tamaño problema.
B) Prevención para lograr una disminución
sustancial de los delitos. A largo plazo.
Este ítem lo etiqueto como vacuna preventiva.
Así como para prevenir epidemias se han inventado
vacunas, que han sido eficaces en el tiempo pues han
terminado con muchas enfermedades crónicas y
aciagas, lo mismo deberemos hacer con aquellos
ciudadanos que viven sumergidos en el desaliento y
la desesperanza, que es donde está germinando el
virus de la transgresión y del quebrantamiento.
Voy a dar un ejemplo de prosecución del
hábito delictivo. Un ciudadano equis que por
distintos motivos se ha convertido en delincuente,
seguramente los hijos de ese transgresor también
serán delincuentes y los hijos de esos hijos
también; multiplicándose terroríficamente el mal
vivir que nos llevará inexorablemente a un futuro
apocalíptico. Ahí es donde hay que aplicar la vacuna
preventiva, para que esos hijos y esos nietos no
imiten el proceder de sus mayores. Si esto ocurre,
seguramente habremos vencido en gran parte los
estados de transgresión y violencia. Hay muchas
maneras de lograrlo, tendrán que ser los futuros
gobernantes quienes deberán exprimir sus cerebros
para encontrar la fórmula adecuada.
Mi sentido común me dice que habremos de empezar
a) en las escuelas, insertando una materia que se
dedique, a tratar el fenómeno de la violencia, de la
transgresión, del delito, desde el jardín infante,
con maestros especializados. b) a través del
deporte, para sacar a los niños y jóvenes de las
calles, pero no solamente del deporte de grupo, como
el futbol, el básquet, el rugby, y otros, sino a
través del atletismo de manera persistente: porque
el atletismo tiene una enorme diversidad de
disciplinas baratas y que pueden ser practicadas por
cualquier niño de cualquier rango social, y si lo
hacemos competitivo entre provincias, entre
departamentos o entre zonas, seguramente habremos
logrado sacar del tabaco, del alcohol, de la droga y
de las calles a muchos niños y jóvenes. C) la
cultura, practicada también de manera constante,
global e inclusiva. Cuando hablo de cultura hablo de
una cultura que incluya todas las categorías y no
solamente la pintura, la literatura, la música
sinfónica y la escultura que son las categorías que
se practican mayormente, y de manera escasa. Habrá
que explorar, además, disciplinas como el teatro, el
folclore, música popular nacional, solistas,
conjuntos, instrumentistas, payadores, etc.-.

Para lograr grandes cosas debemos no sólo actuar, sino también
soñar; no sólo planear sino también creer. Anatole France


Si realizamos una búsqueda profunda y constante
en las zonas vulnerables, seguramente descubriremos
niños y jóvenes con capacidades ocultas; con
talentos para pintar, dibujar, escribir, y otros.
Cada descubrimiento significará sacar a ese joven o
niño de los espacios licenciosos. Lamentablemente en
la actualidad es muy poco el esfuerzo que se hace en
este sentido. d) asistencia social permanente en los
lugares más desvalidos. Esto es armar equipos de
asistentes sociales que concurran permanentemente a
esas zonas, de manera que se hagan amigos de las
familias y puedan hablar a diario con los padres,
con los niños y con los jóvenes, para mostrarles los
beneficios de la honradez; el compartir, el ser
solidarios y la camaradería, bien entendida.

“Los hombres sabios hablan porque tienen algo que decir; los
tontos porque tienen que decir algo.” Platón”.


P-8 ECONOMÍA
Durante los gobiernos populares la oposición
conservadora no ha perdido oportunidad para denostar
al sistema económico; tildándolo de: “populista”,
comunista y cualquier otra versión que les vino a la
cabeza.
En primer lugar quiero hacer una aclaración
respecto a este tema. No soy economista, ni siquiera
contador, solamente voy a usar mi sentido común,
tratando de hacer sencillo lo que complican los
“master” de la economía.
En la actualidad es imprescindible conocer o al
menos tener una visión sobre este punto tan
importante en el desarrollo económico, financiero,
político, social y cultural de un pueblo.
Se entiende por economía –de acuerdo a los
libros- la ciencia social que estudia: La
extracción, producción, intercambio, distribución y
consumo de bienes y servicios. La forma o medios de
satisfacer las necesidades humanas mediante los
recursos disponibles, que siempre son limitados. En
base a estos puntos, es la forma en que los
individuos y las colectividades sobreviven,
prosperan y funcionan.
Expresado lo anterior de forma sintética, puede
definirse la economía como la ciencia que estudia
cómo se organiza una sociedad para producir sus
medios de existencia que, distribuidos entre sus
miembros y consumidos por ellos, permiten que la
sociedad pueda producirlos de nuevo y así
sucesivamente.
En economía existen dos posturas muy marcadas y
enfrentadas filosóficamente, socialmente y
culturalmente; ellas son: ECONOMÍA CAPITALISTA, el
pueblo está al servicio de la economía. Es decir, para que la economía
tenga éxito el pueblo debe hacer el gran sacrificio,
tal es el caso de la economía pergeñada durante los
últimos años del siglo XX y los primeros del XXI, en
gran parte de América Latina y actualmente en muchos
países de Europa. En la vereda de enfrente, está la
economía POPULAR –mal llamada populista- que es cuando
ésta está al servicio del pueblo. Es decir, el pueblo
disfruta de esta economía. Llevada a cabo a partir
del año 2003.
La economía de capital o de mercado es aquella
que basa su desarrollo en la libre empresa y toma la
producción como medio o sistema para generar
utilidades individuales o de negocio.
Supuestamente, la libre competencia y el juego de
la oferta y la demanda son los entes encargados de
equilibrar el mercado. Pero, la asignación de la
producción y el consumo de bienes y servicios surge
del juego entre la oferta y la demanda en una
situación de competencia. La característica
definitoria importante de la economía de mercado es
que las decisiones sobre la inversión y la
asignación de los bienes de producción se realizan
principalmente a través de los mercados. Este
sistema económico dice que el Estado debe intervenir
solamente en las áreas donde las empresas privadas
no llegan: salud, educación, seguridad; pero,
interpreto que forzosamente, en algún momento será
necesaria la participación del Estado en la
producción, intercambio, distribución y consumo de
bienes y servicios; teniendo en cuenta que las
empresas privadas no construyen hospitales, ni
escuelas, ni casas, ni rutas; nada que no sea para
beneficio propio.

“Las grandes empresas nacionales y trasnacionales no solo
atentan contra los intereses genuinos de los países en desarrollo sino
que su acción avasalladora e incontrolada se da también en los países
industrializados donde se asientan.
“El hombre de los países industriales ha llegado a la luna dominando
la naturaleza. ¿es justo que el hombre ponga un pie sobre la luna? ¡O
sería más justo que los grandes países pongan los pies sobre la tierra
y se den cuenta que hay millones de personas que no tienen trabajo y
que sufren de hambre?”. Salvador Allende


Dejar librada una economía exclusivamente a la
fluctuación de la oferta y la demanda sin un
incentivo del estado es, como mínimo comprometido,
exigiendo al pueblo un esfuerzo superior y
generalmente termina en los dolorosos ajustes, que
también sobrellevará el pueblo. Ejemplo, como dije
anteriormente fines del siglo XX y principio del
XXI.
La economía POPULAR –peyorativamente llamada
“populista”-, en cambio, es un sistema donde el
pueblo es el beneficiario. El procedimiento para que
esta proposición funcione significa, simplemente,
proveer al ciudadano de los recursos suficientes
para un mayor consumo; aunque el riesgo mayor, que
generalmente se da es la inflación; producida
mayoritariamente por especulación entre la
fabricación, distribución y comercialización del
producto.

“Nuestra naturaleza nos impulsa a forzar a los demás a pensar
como nosotros; y hasta reprochamos al contento cuando nosotros no lo
estamos.” Anatole France


La economía de consumo aplicada a partir de 2003
vendría a ser un apéndice del keynesianismo;
impuesto por John Maynar Keynes a principio del
siglo XX. Keynes es considerado como el fundador de
la macroeconomía moderna. Sus ideas tuvieron una
fuerte repercusión en las teorías y políticas
económicas.
La principal novedad de su pensamiento radica en
considerar que el sistema capitalista no tiende
al pleno empleo ni al equilibrio de los factores
productivos.
Esta es la explicación difícil de la economía. A
continuación voy a desarrollar mi teoría con
razonamiento simple y sobre todo con ejemplos reales
de lo que ha ocurrido en nuestro país y que todos
conocemos.
Toda nación necesita de recursos financieros
suficientes para, al menos, sufragar los gastos
fijos que todo país tiene: sueldos de: docentes,
policías, enfermeros, médicos, judiciales, jueces,
fuerzas armadas; construcción de escuelas,
viviendas, hospitales, rutas, etc.etc. ¿De dónde
salen estos recursos financieros?; de los impuestos
que pagan cada uno de los ciudadanos: IVA, impuesto
a las ganancias, impuesto al juego, a los
cigarrillos, a las finanzas, monotributos, etc. Se
desprende entonces que para que esta propuesta se
cumpla se necesitarán mayores ingresos per cápita y
mayor cantidad de ciudadanos produciendo y
consumiendo. A medida que crece la desocupación
decrecen los recursos financieros y a la inversa, en
tanto haya mayor ocupación y mayores ingresos per
cápita, los recursos crecerán.
Durante la década del 90’, los ¡master! de
economía, argentinos e internacionales, aferrados a
la economía del capital, nos pintaron un hermoso y
frondoso árbol para que no viéramos el bosque. El
bosque del gran proyecto nacional, quebrantado por
la tozudez de los “unos” y de los “otros”. En la
construcción privaron, “desde siempre” los intereses
económicos, sociales y políticos; que nos llevaron
al ignominioso “default.
Cuando Domingo Cavallo impone la convertibilidad
–a partir del 1 de abril de 1991- -1 peso igual a 1
dólar- es cuando comienza a producirse la recesión,
la desocupación, el endeudamiento y la pérdida
notable de la soberanía. Voy a dar un ejemplo, del
porqué?:
Un empresario que fabricaba un determinado
producto, cuyo costo de elaboración en el país era
de 10 pesos, de acuerdo a la ley de convertibilidad,
eran 10 dólares. Resulta que en el mercado
internacional el mismo producto se cotizaba a 7
dólares, o sea, tres dólares más barato. Desde
luego, al empresario le convenía importarlo, le
resultaba más económico y sin tantas complicaciones;
cerraba su empresa y despedía a todos los operarios.
De esta manera y por las mismas razones, la mayoría
de los empresarios siguieron este camino,
produciéndose el cierre de cientos de empresa y el
despido de miles de empleados.
Menos ciudadanos trabajando menos recursos
financieros para el estado. –Por cada sueldo de un
trabajador, al menos el 50 % vuelve al estado en
concepto de tributo— Recordemos que en aquella época
la desocupación rondaba el 25 %, lo que significaba
un 25 % menos de tributantes; por ende, no se
recaudaba lo suficiente para cubrir los gastos más
elementales del Estado. ¿Qué hacemos?, preguntó el
presidente Menem; vendamos, le contestó Cavallo.
Así se dio inicio a la mayor privatización de la
historia Argentina; el remate de todas las “joyas de
la abuela”, algunas supervaliosas, verdaderos íconos
nacionales como YPF, Somisa, Segba, Entel,
Aerolíneas, Jubilaciones y las reservas petroleras
rematadas a precio vil. En esos tiempos era
impresionante el ingreso de capitales golondrinas
que entraban a hacer grandes diferencias con las
tasas de interés.
La baja recaudación seguía y no había más para
privatizar; comenzó entonces el endeudamiento
público y privado más grande de la historia
Argentina. Nos endeudamos con el FMI, con Banco
Mundial y con el BID, entre otros. Paralelamente
iniciábamos “relaciones carnales” con EE.UU y nos
conectábamos con el mundo, pero cada país del mundo
nos despojaba, económica, política, culturalmente,
por nuestra servil capitulación.
Esta política de sometimiento, de entrega, de
indignidad, siguió profundizándose durante el breve
gobierno de Fernando De La Rúa. Recuerdo que venía
el FMI y nos indicaba qué debíamos hacer -
generalmente medidas de ajuste- y cómo hacerlo. Si
no cumplíamos nos teníamos que atener a las
represalias, que eran duras.
Terminamos el año 2001 con una profunda crisis,
sin los patrimonios más emblemáticos, una deuda
descomunal, una desocupación del 26 % y una pobreza
del 53 %.
Apareció la cuasi moneda “Patacones, Lecop”,
para fortalecer las finanzas; se llegó a descontar
un porcentaje al sueldo de los trabajadores
estatales y a los jubilados para conseguir el famoso
déficit cero prometido al FMI. Surgió el fatídico
“corralito” y un poco después el llamado “corralón”
que no les permitía a los ahorristas sacar sus
dólares, depositados en Cajas de Ahorro en distintos
Bancos. Eran enormes las filas de quienes migraban,
desesperanzados. Para peor, no había intención de
cambiar.
Yo pensaba que la inacción era consecuencia de
nuestros gobernantes; pero al observar hoy las
crisis tremendas que están viviendo los europeos con
altísimos índices de desocupación y endeudamiento,
comprendo que es el producto de la concentración de
capitales en perjuicio del pueblo. Economía
capitalista; nefasta para el ciudadano “de a pié”.
En cambio la economía social de consumos se opone
terminantemente a esta teoría.
Haciendo un “paneo” contextual de la economía de
consumo; se destacan las transformaciones del
capital y la inscripción del consumo como orden de
significación.
A continuación voy a tratar de explicar las
relaciones existentes entre el consumo y la
economía; tratando de explayarme sobre algo que
parece muy complicado y en realidad es sencillo.
Cuando escuchamos en la radio o vemos en la
televisión alguna noticia referida a los tipos de
interés, al IPC o a los Presupuestos Generales del
Estado pensamos que eso no tiene nada que ver con
nosotros, que, por muy importante que parezca eso no
nos afecta. Cuando pensamos así nos estamos
equivocando. La economía es un proceso en el que
todo forma parte de todo.
El consumo que realiza el conjunto de la
sociedad va a estar determinado por una serie de
factores procedentes a su vez de la realidad que
constituye dicha sociedad. El primero y más
importante de esos factores es lo que se denomina
renta. La renta de un país está medida por la
producción, el Producto Interior Bruto, que a través
del pago de los salarios se transforma en los
ingresos familiares. Así pues, a mayor renta, a
mayores ingresos, las sociedades, las familias,
consumirán más. Como dije anteriormente el estado
recaudará más, por lo tanto podrá pagar mejores
sueldos, hacer más rutas, construir más escuelas,
más hospitales y manejar la situación financiera sin
tener que recurrir al auxilio exterior. Ese mayor
consumo repercute favorablemente en el conjunto de
la economía y de la sociedad. Pero, a mayores
ingresos mayores precios, produciéndose la famosa
inflación de la cual me ocuparé más adelante.

“ …los individuos que ahorran reducen su consumo. Transmiten
menos poder adquisitivo que antes; por lo tanto, disminuye la renta de
alguien, ya que lo que gasta una persona es la renta de otra. Si una
persona consigue atesorar más dinero, alguna otra deberá apretarse el
cinturón.
El intento de reducir el consumo (ahorrar) solo lleva a un
reducción de la renta hasta que todos se sientan lo bastante pobres
como para no seguir intentando ahorrar más de lo que se puede
invertir. Además, con unos niveles de renta más bajos se necesitan
menos bienes de capital y no más. Por lo tanto la inversión será, de
hecho menor”…”aunque una brecha inflacionista es lo contrario de una
brecha deflacionista, los efectos que producen en el empleo y en la
producción son de un carácter cualitativo algo diferente.
Una brecha deflacionista puede desplazar la producción hacia la
izquierda, haciendo que disminuya hasta el 70 % el nivel del empleo
(30 % de desempleo); pero, una brecha inflacionista es posible que
pueda desplazar el empleo hacia la derecha hasta llegar a un nivel
del 100 %, del pleno empleo. Entonces, el exceso de poder adquisitivo
solo puede dar lugar a una subida de precios. SIC (Paúl A. Samuelson
premio NOVEL de economía 1970.

P-9 DESPENALIZACIÓN DEL ABORTO
“La vida debe ser comprendida hacia atrás. Pero debe ser vivida
hacia delante.” Kierkegaard.

Hay definiciones complejas que la ciudadanía,


por no estar bien informada desconoce y por lo tanto
se somete a lo que les ¡informa! el periodismo, que
la mayoría de las veces no profundiza los temas. Uno
de ellos y que dividió a la sociedad en un 50% a
favor y un 50% en contra, es la despenalización del
ABORTO.
Cada parte tiene su argumento que al momento de
razonarlo, aplicando su sentido común, está en lo
cierto, esto es, haciendo caso a sus creencias,
conveniencias y sensibilidad. La despenalización del
aborto es un tema jurídico; y yo no soy abogado, ni
profesional, por lo tanto voy a tratar de utilizar
“mi sentido común” usando como referencia algunos
puntos que he leído, atinentes al tema.
La Convención Americana sobre Derechos Humanos.
También conocida como Pacto de San José de Costa
Rica; fue suscripta en esa ciudad el 22 de noviembre
de 1969 y aprobada por la República Argentina en
1984 por Ley N° 23054, e incorporada a la
Constitución Nacional en 1994. Figura en
Disposiciones transitorias. Por lo tanto, todo lo
referido en esta Ley, tiene jerarquía
constitucional.

Pacto de San José de Costa Rica:
Artículo 4° Derecho a la vida.
1° -Toda persona tiene derecho a que se respete
su vida, este derecho está protegido por la Ley, y
en general, a partir del momento de la concepción.
Nadie puede ser privado de la vida arbitrariamente.
2°- En los países que no han abolido la pena de
muerte, ésta solo podrá imponerse por los delitos
más graves, en cumplimiento de sentencia ejecutada
por tribunal competente y de conformidad con una Ley
que establezca tal pena, dictada con anterioridad a
la comisión del delito……..
5°- No se impondrá la pena de muerte a personas
que, en el momento de la comisión del delito
tuvieren menos de 18 años de edad o más de 70, ni se
le aplicará a las mujeres en estado de gravidez.
6° -Toda persona condenada a muerte tiene
derecho a solicitar la amnistía, el indulto o la
conmutación de la pena, los cuales podrán ser
concedidos en todos los casos. No se puede aplicar
la pena de muerte mientras la solicitud esté
pendiente de decisión ante autoridad competente.
Esta Ley en el Articulado 4° nos informa: 1) que
la persona existe desde la concepción. 2) que no
puede privarse de la vida a nadie arbitrariamente.
3) No se impondrá la pena de muerta a personas
menores de 18 años. 4) Que la persona condenada a
muerte tiene derecho a solicitar la amnistía, el
indulto o la conmutación de la pena. Y estamos
obligados a cumplirla: porque, la Constitución
Nacional en el artículo 75 inc. 22 expresa que los
tratados y concordatos tienen jerarquía superior a
las leyes, y enumera una diversidad de tratados y
convenios. En el punto II “Tratados Regionales de
Derechos Humanos”, en el inciso b) reconoce a la
Convención Americana de los Derechos Humanos –Pacto
de San José de Costa Rica-. Por lo tanto este
tratado tiene JERARQUÍA CONSTITUCIONAL. Es decir que
toda Ley que se oponga a lo previsto en este tratado
es INCONSTITUCIONAL.
Para refrendar esta posición, el artículo 18 de
la C.N.A. dice “Ningún habitante de la Nación puede
ser penado sin juicio previo… “Es inviolable la
defensa en juicio”.
Por todo lo expresado, mi sentido común saca la
siguiente conclusión: quien va a morir a
consecuencia del aborto, es persona desde la
concepción según artículo 4° inciso 1 del Tratado de
San José de Costa Rica -muchos otros que no enumero-
, y por el inciso 5° del mismo artículo y el mismo
Tratado: es menor de dieciocho años. Pero además al
ser juzgado sin juicio previo y no dársele la
oportunidad a la defensa como exige el artículo 18
de la C.N.A., es, rotundamente inconstitucional.

“Todo el mundo ve lo que aparentas ser, pocos experimentan lo
que realmente eres.” Maquiavelo.


Como dato ilustrativo, voy a mencionar los
países que firmaron el Pacto de San José de Costa
Rica: Argentina, Barbados, Bolivia, Brasil,
Colombia, Costa Rica, Chile, Ecuador, El Salvador,
Grenada, Guatemala, Haití, Honduras, Jamaica,
México, Nicaragua, panamá, Paraguay, Perú, República
Dominicana, Suriname, Trinidad y Tobago, Uruguay y
Venezuela. (Total 25 naciones)

Decía Arturo Jauretche en (Manual de Zonceras
Argentinas):
“Doy, con unas cuantas de ellas, la punta del hilo para que
entre todos podamos desenredar la madeja. Y aclaro que yo no soy uno
más vivo sino apenas un avivado, y aún me temo que no mucho...
Descubrir las zonceras que llevamos adentro es un acto de
liberación... Es como confesarse o someterse al psicoanálisis, siendo
uno mismo es el propio confesor o psicoanalista. Para hacerlo, solo se
requiere no ser zonzo por naturaleza; simplemente estar solamente
azonzado.”

P-10 INFLACIÓN
Como dije anteriormente, la inflación es el
latiguillo más profuso que usa la oposición.
Personalmente no sé si los índices del INDEC son
reales, lo que sí sé es que los guarismos dados por
la oposición son endebles.
Digo esto, porque para obtener un dato real se
necesitan más de cien empleados mensualmente. No sé
si alguna encuestadora tiene la capacidad financiera
para encarar tamaña empresa; máxime cuando no tiene
un retorno financiero acorde.
Para obtener un dato cierto es necesario: ir
todos los días a siete supermercados distintos y
verificar todos los días el precio de los distintos
productos; ir a distintas tiendas para verificar día
a día los precios de las distintas vestimentas; ir a
distintas verdulerías para verificar el precio de
las distintas verduras y frutas; así se procederá
con todos los rubros que tienen incidencia en la
canasta familiar; actualmente son 86 los rubros que
hay que controlar diariamente.
¿Por qué se procede de esta manera, día a día?.
Porque, puede ocurrir que un producto que a
principio de mes cuesta 10 pesos, a partir del día
veinte de mismo mes y hasta su finalización vale 12
pesos: hipotéticamente ese producto ha aumentado un
20%, cifra que generalmente toman los encuestadores.
Pero no es así, porque el consumidor lo ha pagado
durante 20 días a diez pesos y solamente diez días a
12 pesos. La operación que corresponde hacer es: el
supuesto aumento del 20% multiplicarlo por diez (los
diez días que lo paga a doce pesos) y dividirlo por
treinta, en cuyo caso, la inflación de ese producto
será del 6,666 % y no del 20 % como seguro afirmará
la encuestadora. Cuando tenemos todos esos datos
debemos volcar los índices inflacionarios de cada
producto a la incidencia que tiene ese producto en
la canasta. La carne, la leche, el pan, los fideos
en este orden son los productos de mayor influencia
en la canasta alimentaria: Por lo tanto no es lo
mismo el aumento de la papa comparada con la carne.
Lo mismo ocurre con la ropa, hay productos que se
consumen a menudo y otros, como un saco, una
campera, un pantalón no.
Como vemos, para obtener el grado inflacionario,
es muy difícil que pueda realizarlo cualquier
encuestador. Adecuadamente.
Mi sentido común me dice que: lo más apropiado
es determinar el poder adquisitivo del consumidor.
Es decir lo que el ciudadano puede consumir día a
día, mes a mes con la renta que cuenta en cada
circunstancia. Porque puede ocurrir que la renta del
consumidor se incremente más que el precio de los
productos, en cuyo caso la inflación no tendrá
relevancia en el bolsillo de quien consume. Por eso,
aquellos que aborrecen los gobiernos populares
hablan de ajuste, de achicar el Estado y todo
aquello que signifique menguar la renta familiar,
como el remedio al mal. Claro, ellos seguirán
viviendo opíparamente.
Achicar el Estado: equivale a reducir los
gastos, lo cual significa: hacer menos rutas o menos
viviendas o menos hospitales o menos escuelas o
pagar menos sueldos; lo que supone que habrán muchos
menos empleados / trabajadores, por lo que, los
aportes tributarios serán menos, volviendo a la
época de los 90’. Yo me pregunto ¿por qué EE.UU. que
tiene un presupuesto abismal, solamente la guerra de
Irak le costó cientos de miles de millones de
dólares, no tiene inflación?.
Respecto al tema, a veces la inflación no es
producto de alguna maniobra inadecuada del gobierno;
la mayoría de las veces la inflación se produce
durante los gobiernos populares, que es cuando el
consumidor tiene más dinero en sus bolsillos,
produciéndose así la inflación especulativa.
Ejemplo: Un comerciante vende determinado producto a
determinado precio, si el consumidor no tiene buena
renta, el comerciante tendrá que reducir el
porcentaje de ganancia; a su vez el fabricante
industrializará menos, debiendo también sacrificar
su renta, para vender.
Es distinto cuando el consumidor tiene buena
renta y compra: en este caso el comerciante venderá
más, por consiguiente, subirá el precio de sus
productos, produciéndose la inflación especulativa.
Por eso sostengo que la inflación va de la mano de
la renta familiar. A más renta, más ocupación y
posiblemente más inflación. A menos renta menos
ocupación y posiblemente menos inflación.
Los “master” de la economía nos hablan como si
la inflación fuese el punto crucial de los males que
aquejan al país. Sin embargo, voy a demostrar a
continuación que el país fue inflacionario siempre,
salvo durante los gobiernos de Carlos Menem y
Fernando De La Rúa. Así nos fue.
A continuación voy a dar la inflación promedio
de cada gobierno y el pico más alto de inflación
durante ese gobierno:

Juan D. Perón 1946/55 promedio 19,66 % con pico de 38,70 %
Rev. Libertadora 1955/58 promedio 20,50 % con pico de 31,60 %
Arturo Frondizi 1958/62 promedio 46,52 % con pico de 113,70 %
J. M. Guido 1962/63 promedio 19,80 % con pico de 24,10 %
Arturo H. Illia 1963/66 promedio 26,70 con pico de 28,60
J.C. Onganía 1963/70 promedio 21,30 % con pico de 32,10 %
R.M Levingston 1970/71 promedio 30,40 % con pico de 39,10 %
A.A. Lanusse 1971/73 Promedio 49,10 % con pico de 64,30 %
Juan D. Perón 1973/74 promedio 35,10 % con pico de 43,80
I. Martínez de Perón 1974/76 promedio 237 % con pico de 323,70 %
J.R. Videla 1976/81 promedio 175,10 % con pico de 347,20 %
Viola-Galtieri-Vignone 1981/83 promedio 258,29% con pico de
433,70 %
Raúl R. Alfonsín 1984/89 promedio 1,260 % con pico de 3.079 %.
Carlos Menem 1989 promedio 605% con pico de 128,20 %
Carlos Menem 1990 promedio 1345 % con pico de 348 %
Carlos Menem 1991/99 promedio 12,55 % con pico de 84% (1991)
Fernando de la Rúa 1999/2001 promedio 1,63 % con pico de 4,10 %
Eduardo Duhalde 2002/03 promedio 27,80 % con pico de 41,10 %
Nestor Kichner 2003/07 promedio 7,8% con pico de 8,30 %
Cristina Kirchner 2007/014 promedio 21,37 % con pico de 40% de
acuerdo a medición privada. Estos guarismos son anuales.

Como vemos, la argentina tuvo siempre altos
picos de inflación, salvo en la etapa Menem / De
La Rúa cuya inflación fue bajísima; así le fue
al país.

“Falsificar la historia, achicar la extensión, dividir
ideológicamente con planteos ajenos a la realidad, crear intereses
vinculados a la dependencia y dotarlos de un pensamiento acorde,
controlar el periodismo y todos los medios de información; enfrentar
proletariado y burguesía cuando son solo incipientes, para impedir el
surgimiento de los dos; manejar la cátedra, elaborar o destruir
prestigios políticos, o intelectuales, o morales, y orientar toda la
enseñanza; disminuir la fe en el país y en sus hombres; proponer
modelos imposibles y ocultar los posibles, son las variadas técnicas
de esa colonización, para que la semi-colonia no se independice y
construya su economía en razón de sus verdaderas posibilidades que la
lleven a la liberación; constituyen la técnica de esa colonización
pedagógica que precisamente en función de su dominio económico, posee
y maneja el instrumental de la cultura; para que necesariamente el
gobierno caiga en manos de los equipos técnicos y los grupos de
intereses que cumplen la función cipaya.
Solo se mencionarán algunas de las “zonceras” económicas que,
sobre el terreno preparado por el sistema pedagógico, hacen posible la
perduración del vasallaje, haciendo pasar por doctrinas convenientes
al país, los países dominantes. De tal manera los sectores dirigentes,
así preparados, son fatalmente los agentes de difusión de los
intereses extra-nacionales, unas veces conscientemente y otras también
como víctimas de esa pedagogía.
El lector cosechará cualquier cantidad de “zonceras” como las
que aquí se mencionan solo en la lectura atenta de los editoriales
periodísticos, de las conferencias de los expertos económicos, de las
manifestaciones de los gobernantes, de los documentos emanados de las
fuerzas vivas!!, que así se autocalifican, de las abundantes entidades
formadas para el fin y de los profesores extranjeros que se contratan
para reforzar el azonzamiento. Con la autoridad de la Cátedra
Magistral.” Arturo Jauretche


P-11 ASIGNACIÓN UNIVERSAL POR HIJO
Los conservadores y aquellos que se dicen
socialistas, pero en el fondo, muy disimulado,
tienen un pequeño tinte conservador, repudian esta
ley que beneficia ostensiblemente a un sector de la
sociedad postergado. Algunos dicen que el dinero que
se les paga se va por la canaleta de la droga y del
alcohol, otros muchos, que es una forma de mantener
vagos y algunos, que ese dinero podría ser utilizado
para cosas más beneficiosas.

Aquí cabe, nuevamente, aquel dicho de Arturo


Jauretche “Los argentinos somos vivos de ojo pero
zonzos de temperamento”. Nos preocupamos por la
punta del hilo, que es lo chato y no apreciamos que
esta medida es precisamente uno de los íconos que
nos permitirá desenredar la madeja. La madeja del
desarrollo cultural y social.
Voy a destacar lo justo de la medida y porque
esta decisión desarrolla a la sociedad cultural y
socialmente.
Hasta el momento de tomar esta determinación y
durante décadas se producía una injusta
discriminación entre los que trabajaban en “BLANCO”
y quienes lo hacían en “NEGRO” –registrados y no
registrados- Quienes estaban registrados recibían de
sus patrones un sueldo mensual determinado; a su
vez, ANSES los subsidiaba con el salario familiar –
Asignación complementaria-; que significaba
subsidiarlos con determinada suma de dinero por cada
hijo, por escolaridad, por familia numerosa, por
esposa, etc. El fin de esta medida era que el
trabajador tuviera que disponer lo menos posible
para la vestimenta y escolaridad de sus hijos.
No tenían este beneficio quienes trabajaban en
“negro”, quienes trabajaban por su cuenta o quienes
se ganaban la vida haciendo “changas”. Yo era
empleado en un establecimiento frutícola donde
trabajaban 300 obreros, de éstos 200 estaban
registrados y 100 no; sin embargo hacían el mismo
trabajo. Los 200 cobraban la asignación familiar y
los otros 100 que no estaban registrados NO. Si esto
no es discriminación, “la discriminación ¿Dónde
está?”. Los hijos de esos trabajadores que
trabajaban en negro ¿no son iguales y tienen las
mismas necesidades que los hijos de quienes
trabajaban en blanco?.

“La educación es el arma más poderosa que puedes usar para
cambiar el mundo”. Nelson Mandela


La Asignación Universal por Hijo viene a cubrir
esa falencia y a poner en plano de igualdad a unos y
a otros. Aquellos que reniegan de este subsidio y
quieren sacarlo, deberán sacar también la Asignación
Familiar por Hijo, porque es también un subsidio y
además discriminatorio.
La Constitución Nacional indica que …el Estado
deberá asegurar la protección integral de la
familia; la defensa del bien de familia; la
compensación económica familiar y el acceso a una
vivienda digna. Esta ley viene a obedecer lo
exigido en la C.N.A. Art. 14 bis
Pero además, la calificación popular dice: los
políticos quieren un pueblo “bruto” para manejarlos
fácilmente. La Asignación Universal por Hijo
contradice rotundamente este concepto, ya que, para
percibir este auxilio económico deberán,
obligatoriamente, enviar los chicos a la escuela y
tener al día la cartilla sanitaria.
¿Que significa esto? Significa que con esta
asignación, en el futuro, los jóvenes tendrán una
mejor capacitación intelectual para discernir con
mejor talento sobre las cosas que hacen al quehacer
cotidiano y político, y consecuentemente tendremos
una generación más saludable. Lo que significa que
la inversión que se realiza hoy será una carga menos
en el futuro.
Que al concurrir el niño, obligatoriamente a la
escuela tendrá menos horas de contacto con el mundo
licencioso, que a veces lo rodea de acuerdo al
ámbito que viva, esto sumado a la pedagogía que se
implante en las escuelas, tendremos, también,
jóvenes más formados y mejor dispuestos para
enfrentar el futuro con menos violencia. Estoy
seguro de ello.
Síntesis: Con la Asignación Universal por Hijo
damos fin a la discriminación odiosa. Preparamos al
niño de hoy para que el mañana lo encuentre bien
parado para enfrentar con hidalguía las dificultades
que seguramente se le presentarán en el futuro; pero
además se pretende lograr una sociedad menos
agresiva. Con la concurrencia periódica al médico
obtendremos una generación futura más sana. Todo
este combo significará cosechar el buen producto de
una noble siembra.

“Viene el hombre al mundo, cuartiándolo la esperanza, y a poco
andar lo alcanzan las desgracias a empujones. ¡La pucha que trae
liciones el tiempo con sus andanzas!.”
Martín Fierro

P-12 PLAN TRABAJAR
Esta es la mayor crítica que efectúan quienes
pretenden intereses personales o se creen los
grandes hacedores. La Constitución Nacional art. 14
bis “…dice: El Estado otorgará los siguientes
beneficios …jubilaciones y pensiones móviles,
protección integral de la familia; la defensa del
bien familiar; la compensación económica familiar y
el acceso a la vivienda digna.”
Por lo tanto, el plan trabajar viene a ser la
compensación económica familiar; que ordena la
Constitución. Para transitar los caminos de la
democracia no debemos ser duales: apelar a las
normativas de la Constitución cuando nos conviene y
desecharla cuando no nos conviene.
En tanto y en cuanto haya un 1% de desocupados
ese 1% debe estar protegido por una ley que le
permita vivir digno –aún no es suficiente lo que
cobran para vivir con dignidad-. EE.UU. y la mayoría
de los países europeos tienen planes sociales
similares al plan trabajar argentino; porque los
Estados tienen la obligación de proveerles un
trabajo digno, a través de las políticas
implementadas y en la Argentina existe un 6,9 % de
desocupación según guarismos del INDEC; quiere decir
que hay cerca de 1.400.000 ciudadanos que no tienen
empleo.
Están aquellos de naturaleza conservadora;
llámense tamberos, agropecuarios, cerealistas, pymes
de distintas ramas, industriales, etc.; que
defienden la libertad de mercado; pero, cuando
necesitan del Estado se convierten en socialistas.
Son empresarios que generalmente ganan mucho dinero,
pero, son “golosos”, y no les importa el pobre. El
desamparado.
Por eso le escapo a los gobiernos conservadores
que usarán el Estado en beneficio propio y si hay
que ajustar para que les alcancen los recursos,
serán los ciudadanos “perejiles” quienes deberán
sufrir las consecuencias como en la década del 90’ y
principios del 2000.
Cuadro III
"Se olvidan a veces las injurias, pero el desprecio no se
perdona jamás; nuestro orgullo lo conserva como recuerdo imborrable."
Felipe Stanhope de Chesterfield

Los capitales del mundo anhelan poder y
autoridad sobre los pueblos del planeta y apelan a
cualquier procedimiento para lograrlo. El FMI. es la
punta del iceberg que con sus recetas de ajuste
pretenden dominar las economías del mundo. Ya lo
están consiguiendo en los países Europeos, como lo
hicieron antaño en América Latina.
El proyecto es, robotizar a la humanidad
endeble, colocándole un corsé rígido y consistente
que ciña la conducta, el proceder, la esperanza y la
voluntad del individuo pusilánime, para limitarle
los espacios de la maniobra intelectual y
empequeñecer aún más su personalidad.
Desdichadamente en nuestra sociedad existe un
segmento intolerable y discriminador muy
pronunciado, que ordena las reglas del juego y no
creo estén dispuestos a transigir fácilmente. Son
sectarios que se nutren en el autoritarismo
prepotente y succionan nuestra capacidad creadora,
para que sigamos venerando los ideales envejecidos y
no prosperemos. Y existe un sector burgués desafecto
que vive plácidamente su pequeño “confort”,
permitiendo con su indolencia el fraude intelectual.

“El pasado no tiene poder sobre el momento presente”
Eckhart Tolle.

No podemos seguir atrincherados en los reductos
del escepticismo. Hacerlo significa: renunciar al
filón de una nueva vida que nos ofrece la naturaleza
pródiga; consentir a vivir permanentemente con el
pasado procaz; cerrar la inteligencia a toda verdad
nueva; negar la posibilidad a lo superior; seguir en
los pantanos bebiendo aguas estancadas mientras el
universo nos ofrece aguas cristalinas, en las
fuentes del amor y del saber.
Todo esto ocurre, porque no estamos debidamente
adiestrados en la disciplina del razonamiento; por
lo tanto, somos permeables, intelectualmente, a las
sugerencias, casi siempre fraudulentas y solapadas
que nos proponen quienes cabalgan montados en el
poder; apañados siempre por los medios a su
servicio, que en la actualidad son muchos y poseen
la fuerza que les confiere la naturaleza sin
principios; por lo tanto, penetran con facilidad en
la opinión pública. Es tanta la presión que ejercen,
que aquellos que piensan distinto, a veces
avergonzados por pensar distinto aflojan el cuerpo y
por temor al descrédito popular atenúan sus críticas
y comparten los pensamientos ajenos.

“Hay que tener en cuenta que cada hora de tiempo perdido durante la
juventud, es una probabilidad más de desgracia para el porvenir.”
Napoleón
Ellos saben que devaluando el rango civil y
disminuyendo la autoridad moral del individuo, hacen
más ineficaz y endeble su pensamiento, y saben que
los débiles claudican tantas veces como reniegan de
sus infortunios. Por eso, hábilmente “adiestran”
nuestra comprensión para que interiormente nos
devaluemos y nos excluyamos de los acontecimientos
trascendentes. De esa manera nos convertimos en
simples productos numéricos fáciles de manipular. Es
esta una manera maliciosa de privarnos del derecho,
que tenemos, de juntarnos y agruparnos –sin el
mandato de los reyezuelos de la intriga- para
analizar los intereses que nos son comunes, y de
peticionar por sí y para los demás.
Al no tener, gran parte de la ciudadanía del
mundo, una formación cívica relevante, el poder
insolidario ha copado los cuerpos populares con
informaciones amañadas, provenientes principalmente
de estos personajes que pretenden reponer los viejos
tiempos del conservadurismo. Siempre amparados en
los resortes ¡legales! que les brindan las endebles
estructuras de las democracias pusilánimes. Por eso
eluden la verdadera educación, para no afirmar las
grandes verdades y así poder despojar al pueblo,
especialmente a la juventud, de la solidaridad y la
fraternidad que son la energía que engrandece a las
sociedades prósperas.

“La Ley, en su magnífica ecuanimidad, prohíbe, tanto al rico
como al pobre, dormir bajo los puentes, mendigar por las calles y
robar pan.” Anatole France


Pero les va a resultar difícil la tarea, porque
aún dominando los genes que nos vinculan al pasado
remoto, deberán sortear con éxito los influjos ultra
terrenales de la “Ley Natural del Universo”, que nos
maneja con exactitud y a su antojo.
Me estoy refiriendo a esa especie de principio
enigmático que de manera fantástica y misteriosa
ordena el nacimiento y la evolución de los vegetales
y de los animales. Que somete al átomo más pequeño y
a la galaxia más inmensa con una disciplina
asombrosa, precisa e inalterable en cada uno de sus
elementos y escalas. Que desarrolla a la hierba más
insignificante y al árbol más gigantesco, y domina
con destreza al insecto y al más feroz de los
animales en un proceso infalible y sobrenatural;
incomprensible desde el punto de vista formal, pero
irrebatible desde la realidad; asociada con la
mística y el realismo. Naturalmente implícita en la
organización del cosmos infinito de manera pasmosa.
El hombre, como integrante del universo tampoco
escapa a la manipulación de esta Ley que lo conduce
inexorablemente por los senderos de la vida, pese a
su condición de ser “racional”. Por eso, en el
análisis del comportamiento humano no podemos
desconocer este punto tan importante, contra el cual
no podrán fácilmente.

“No reces por una vida fácil, reza por la fortaleza para
resistir una vida difícil.” Bruce Lee.

Yo mismo tengo pendiente una deuda con la
sociedad, porque no he puesto las suficientes
energías al servicio de mis ideales; por vanidad,
egoísmo, vanagloria… esas flaquezas que tiene el
humano. Porque no he respondido con la debida
fortaleza a la inmoralidad social, expresada
inequívocamente en los cientos de miles de seres que
padecen la inclemencia del tiempo por falta de
abrigos y techos dignos. Porque no he valorado
emotivamente las cifras espeluznantes que nos dicen
que demasiados niños mueren por desnutrición.

“También yo me apartaría con gusto de mí mismo,
Pero no siéndome posible, me alegro todavía
Porque no me tengo compasión y he llegado
En consecuencia a ser tan egoísta por ello.
Deberíamos festejar este apogeo.”
Frans Kafka)
Por eso, siento admiración por aquellos que
marchan dignos por los caminos de la vida, con la
cabeza erguida, seguros de sí mismo, sin que nadie
pueda detener su avance y su progreso.
Ellos serán los legítimos arquitectos de la
bonanza. Los audaces andariegos que, seguramente,
tendrán la osadía de transgredir las trincheras de
los absolutismos sectoriales y ponerse a disposición
del patrimonio común de la sociedad. Los valientes
que se jugarán por un ideal, por un amigo, por un
amor, por un proyecto, y ante los egoístas, los
farsantes, los mediocres, los intrigantes, los
adversarios duros, los enemigos envidiosos, se
mantendrán inhiestos, tesonero en su fe;
imperturbables en su acción; con los propósitos
claros y con el orgullo de haber sabido enfrentar la
adversidad con entereza.
Serán, quienes no harán concesiones a los
lisonjeos, desdeñarán a los retóricos y a los
sofistas y serán sordos y ciegos a las críticas
censuradoras, firmes en la fe cristiana, en la
honradez y en el tesón.
Serán los que ostentarán firmeza, posturas
éticas y principios relevantes, callejones
habituales del pensamiento y verdaderos filones para
el triunfo. Normas que deben existir en las diversas
actitudes humanas.
Serán los hombres y mujeres que han aprendido a
vivir; “viviendo”; esenciales para esta empresa.
He aquí cuando habremos de negarles nuestros
oídos a quienes tienen una retórica palabra, que al
ser oradores avezados a todos atraen y enamoran con
sus “razones”!, y confunden, porque generalmente son
mendaces.
He aquí cuando deberemos prohibirnos ser los
vehículos de contención y choque que usan los
“aventajados” y los “iluminados” para conseguir sus
objetivos. Neguémonos entonces, a depender del
pensamiento y directivas de los famosos de la
televisión y de la política que nos manipulan y nos
comprometen en el ultraje; rebelémonos para que los
que existen y viven hundidos en el fango de la
ignorancia, al borde de los caminos y colgados de
las cornisas no sigan siendo requisados por los
señores que les confiscan las ideas y los
pensamientos, porque no tienen pertenencias
materiales que usurparles; una de las formas más
siniestras que la injuria y el maltrato. Pero, no
contentos con despojarlos del pensamiento propio, de
los ideales y del raciocinio, les quitan la
jurisdicción de sus arraigos y los recluyen y los
encierran entre barrizales, espacios usualmente
destinados a porquerizas. He aquí cuando podremos
restituirnos los “derechos” que como “hombres”, como
sociedad y por naturaleza nos corresponden. Y, si
logramos la conciliación íntegra entre lo dado y lo
recibido, e interpretamos de manera formidable a la
sociedad “distributiva y contributiva” nos
aproximaremos a la “justicia social” que es el orden
más elevado de una comunidad.
Con todo esto, si no nos permitimos estar en
nosotros mismos comprometiéndonos dinámicamente, no
será justo que estemos opinando en el circuito de
las relaciones. Dejemos pues que nos manden, nos
corrijan y nos guíen. Que nos indiquen como hemos de
vivir y como hemos de pensar. Que nos amparen y nos
defiendan y nos cobren lo que consideran nos han de
cobrar.

“Solo en el tiempo y después de repetidas experiencias, el ser
humano aprende a adaptarse a la realidad y, tomando en consideración
las consecuencias de sus diversa experiencias, tanto agradables como
desagradables, se hace capaz de aceptar cierta cantidad de dolor y de
renunciar a cierta capacidad de placer”.

Estos son conceptos de EDOARDO WEISS, en el
libro *Los fundamentos de la psicodinámica* y sigue: parece
paradójico, cuando el deseo general de la gente es
vivir en paz, con seguridad, trabajo y buena calidad
de vida, se producen guerras y revoluciones atroces
en gran parte del planeta, con muertos, heridos y
torturados.

Es difícil sortear la ambición desmedida, el
“patrioterismo”, el falso nacionalismo y la
intolerancia; escorias que, astutamente han
instalado en la sociedad para teñir los patrones
culturales, sustraer la emancipación formativa y
profundizar la división étnica y social. Este
arreglo furtivo y artero tiene como meta aniquilar
la FE del ciudadano desprevenido. Al despojarlo de
la FE que es la fuerza mística que pone en acción la
voluntad, que entusiasma e impulsa a obrar
apasionadamente en la búsqueda de objetivos –la FE
mueve montañas-; se impide que ese ciudadano se
sobreponga a la mediocridad, a lo superficial, a lo
endeble, para que no enarbole proyectos de grandeza
y siga soportando la complicidad espuria que enloda
los ideales.
Sin el brillo de la FE, será difícil que nos
despojemos de las posturas ambiguas, del estado de
ánimo obediente y de los espíritus insubstanciales
que nos llevan a consentir la simulación y a
legalizar el fraude de los delincuentes de “guantes
blancos”; siempre ocultos tras el maquillaje de la
honestidad y la moral. Sin el atributo de la FE será
difícil desprenderse del contraventor que reside en
la naturaleza de cada uno, que apareado al famoso
“enano fascista” se manifiesta y se define
permanentemente de las formas más diversas,
tentándonos para la transgresión. Sin FE, será
difícil fortalecer los talentos con ideales
solventes, que nos hagan inconquistables, y será
difícil frustrar el proyecto de los fascios
intolerantes que pretenden hombres mediocres, con
mentes huérfanas de ideales, para descargar sobre
ellos sus seducciones y sus “hechizos” y
confabularlos contra el mérito.

“El conocimiento de nadie puede ir más allá de su experiencia”

John Locke.
Entonces, Uno de los cometidos para el mañana
será, explorar los valores que realzan la calidad
social de una comunidad racionalmente cuerda y
estimular al individuo para que los incorpore a su
estilo de vida como el recurso habitual de
convivencia; será, evitar que el hombre social
deserte de los principios solidarios que
engrandecen, y no se transforme en un transeúnte
inconsistente, sin madurez intelectual, sin
personalidad y sin comprensión, que solo almacena
los estímulos que le aconsejan los mandatarios del
poder. Deberemos descubrir el modo de defender la
dignidad que es el bien más preciado del ser humano
y conciliar las conductas y las razones.

Si la libertad de expresión nos es quitada, entonces mudos y
silenciosos podemos ser llevados como ovejas a la masacre. George
Washington

Cuando admitamos que el compromiso que tenemos
con nuestros seres queridos y con las generaciones
que nos sucederán deberá ser más grande y más fuerte
que el que tenemos para con nosotros, estemos
dispuestos a cumplirlo y preparados a reconocer
nuestros errores haciéndonos cargo de ellos, con
dignidad y entereza, habremos logrado resolver y
consolidar la justicia social.
De todos modos, no será suficiente con modificar
nuestra manera de pensar para cambiar; tendremos que
acordar racionalmente los elementos competentes que
componen el pulmón comunitario y proyectarlos;
tendremos que sumergir nuestro talento en la fuente
de las armonías y del pluralismo auténtico, para
canalizar sensatamente las antinomias ideológicas y
fortalecer la familia que configura la célula
formadora y el manantial cristalino donde los genes
se manifiestan racionalmente. Este encuentro de
talentos renovados y el sentimiento del deber –que
la sociedad y el ciudadano deberán exigirse
mutuamente- robustecidos por la transformación
mental, fundamentarán la nueva y verdadera
conciencia social.
Desde luego que solamente con filosofar no vamos
a solucionar los males que nos apesadumbran. Es
necio pensar que existen fórmulas milagrosas que por
sí solas ´pueden solucionarlo todo; siempre
tendremos que estar dispuestos para la lucha, porque
siempre tendremos necesidades insatisfechas.

“Solo hay dos errores que uno puede cometer en el camino hacia
la verdad; no recorrer todo el camino y no empezar” Buda.


Esta no será tarea para un hombre, para un
partido político, una institución o un gobierno
determinado; será el desafío que tenemos pendiente
la democracia y los demócratas que soñamos con el
mañana venturoso y nos negamos a prostituir las
convicciones y los ideales.
En esta etapa de confusión y rebeldías, y en la
búsqueda de metas, tendremos que definir las
“escalas de valores”, que deberemos defender a “capa
y espada” frente al avance conservador que está al
acecho para “ajusticiarnos”.

“..dijeron y no hicieron; y ataron cargas pesadas y difíciles de
llevar y las pusieron sobre los hombros del hombre –como dijo San
Mateo-; mas ni aún con su dedo la quisieron mover. Y todas sus obras
hicieron para ser mirados de los hombres; porque ensanchaban sus

filacterias, y extendían los flecos de sus mantos: Y amaron los


primeros asientos en las cenas; y las primeras filas en las iglesias;

y las salutaciones en las plazas; y ser llamados de los hombres:


líderes. Y porque a lo malo dijeron bueno, y a lo bueno malo; e
hicieron de la luz tinieblas, y de las tinieblas luz, Y pusieron lo

amargo por dulce, y lo dulce por amargo. Por lo tanto, no se


levantarán los malos en el juicio, ni los pecadores en la congregación
de los justos. Porque DIOS conoce el camino de los justos…”.


SÍNTESIS: Tenemos un largo camino que recorrer
para conquistar la grandeza espiritual y la
fortaleza cívica, proteger la soberanía y sustentar
inexorablemente la dignidad individual y colectiva.
Derrotar el desánimo, la corrupción, la demagogia y
la mentira a que nos tienen acostumbrados. Habrá que
dar pasos certeros, entonces, hacia lo positivo
teniendo en cuenta lo que manifesté a lo largo de
este libro.
Últimamente hemos tenido desaciertos entre los
Presidentes y los Vicepresidentes; casos De La Rúa /
“Chacho” Álvarez, Éste último renunció a su cargo
por desavenencias políticas. Cristina F. de Kirchner
/ Julio C. Cobos, quien, siendo parte de la fórmula
se puso en contra del Poder Ejecutivo: caso que
todos recordamos plenamente. Cristina F. de Kirchner
/ Amado Boudó: éste está sospechado de corrupción,
por lo tanto no puede representar al país
dignamente.
Es verdad que la Constitución Nacional dice que
el Presidente y Vice-presidente de la Nación serán
elegidos directamente por el pueblo…”Artículo 94 de
la C.N., considerando de esta manera que ambos
forman parte del Poder Ejecutivo, cuando en realidad
de acuerdo al art. 87 de la C.N dice: el Poder
Ejecutivo de la Nación será desempeñado por un
ciudadano con el título de Presidente de la Nación
Argentina.
En estos dos articulados 87 y 94 observo una
contradicción que pone en riesgo el buen
funcionamiento del Poder Ejecutivo, como ya ha
ocurrido. Cuando el Vicepresidente asume una actitud
discordante con el Presidente afecta el buen
funcionamiento del Poder Ejecutivo, ofreciendo
hacia el exterior una imagen negativa. Además cuando
la dupla Presidente / Vicepresidente no congenian,
no hay manera política e institucional de
solucionarlo; pues el Vicepresidente fue electo
popularmente para ese cargo, por lo tanto no puede
ser removido, a no ser por su renuncia personal.
Pero además, simbólicamente forma parte del Poder
Ejecutivo que según la C.N. debe ser asumido
únicamente por el Presidente.
Pienso, y lo pongo a consideración del lector
que el candidato a Presidente deberá ir en una
boleta, solo. Una vez electo tendrá las facultades
de ordenar al Presidente del Senado, quien
automáticamente se considerará Vicepresidente de la
Nación y un Vicepresidente del Senado quien se
constituirá en sucesor de aquel; pudiendo ser
removido por el Presidente por causas legítimamente
justificadas. Lógicamente para que esto ocurra habrá
que modificar la C.N.

“Un poco de rebelión de vez en cuando es buena cosa.” Thomás
Jefferson

Otra de las propuestas es tener tres Capitales
1) Poder Ejecutivo – 2) Poder Legislativo y 3) Poder
Judicial. Cada Poder en una ciudad distinta.
Y, para garantizar el honesto desempeño del
poder Judicial habrá que crear un cuarto poder,
superior a la Suprema Corte que tenga como única
misión controlar que los distintos estamentos del
poder Judicial marchen por el carril de la
imparcialidad. Desde luego deberá ser un poder cuyos
integrantes no sean “Abogados” y no estén marcados
por ningún signo político. Deberán ser elegidos por
el voto popular pero sin ser presentados por ningún
partido político.
Todas estas propuestas, quizá sirvan para que
alguien, con poder, las tome en cuenta, o quizá sea
una quimera.

“El precio de la grandeza es la responsabilidad.
El éxito es aprender a ir de fracaso en fracaso, sin
desesperarse”. Wilston hurchill


Como dije en el prólogo, he depositado en este
libro mi experiencia, mis humildes conocimientos, mi
lealtad y mi respeto hacia el lector.


Gracias
Ricardo h. olcese












Historias reales:

Conversábamos sobre literatura sentados en el living


de su lujoso departamento de Belgrano, esperando la
llegada de su marido, al que yo había ido a visitar
por una cuestión de negocios. Al recibirme, me
anticipó que él se había retrasado pero que no
tardaría en llegar. Me ofreció un whisky, que
acepté, y nos sentamos a charlar. Como dije, el tema
había derivado hacía los libros, cuando sonó el
teléfono. Por su expresión, un tanto indiferente y
lo que decía, deduje que era Jorge explicándole que
llegaría tarde, en la madrugada.
Finalmente ella, confirmando mi presunción, me
alcanzó el auricular diciéndome con un tono, que se
me ocurrió irónico:

-Mi esposo le quiere hablar…

Jorge se disculpó por no poder llegar y quedamos en


encontrarnos al día siguiente en el centro. Terminé
el whisky y me dispuse a levantarme, pero ella me
detuvo con un gesto.

-Ahora, yo, voy a tomar una copa, dijo remarcando la


palabra yo, acompáñeme por favor...

Me volví a acomodar en el sofá y acepté un segundo


vaso, que ella puso en mi mano rozándome ligeramente
con sus uñas color sangre. Con la lengua bastante
suelta por el alcohol, me largué a exponer mi
opinión sobre algunos libros que había disfrutado,
teniendo como fondo musical una melodía, que en
volumen muy bajo, flotaba en el ambiente. Desde el
sillón individual frente a mí, ella me escuchaba en
silencio con una atención, cierta o fingida, que se
revelaba en sus ojos de mirada acechante.

Ocasionalmente hacía un comentario apropiado o


planteaba un interrogante facilitando la charla, y
así el tiempo iba transcurriendo de manera agradable
y apacible. De tanto en tanto, acercaba el vaso a
sus labios y bebía lentamente, segura de sí misma,
mirándome como si anticipara cada una de mis
palabras y movimientos.

Había cruzado sus piernas descubriéndolas más de lo


aconsejable. Creo que fue entonces cuando tomé
conciencia de que una agradable lasitud se había
apoderado de mi cuerpo, que la música me sedaba, que
mi razón se había desdoblado.
Por una parte pensaba en lo que decía sobre
literatura, pero por otra, una paralela corriente de
ideas excitantes, invadían en tropel mis neuronas,
analizando la situación, evaluando riesgos, culpas y
posibilidades. Imaginando modelitos de lencería, y
también como seria esa mujer totalmente desnuda
tendida obscenamente sobre la mesa del living. A la
vez, me alertaba acerca de que ella se había
percatado de mi despertar, más aún, que ella me
había despertado.
A partir de ese momento, tuve muy claro que los
libros ya no eran el tema. La parte rescatable de mi
intelecto, esa que ama los libros, el arte, la
belleza, acababa de sucumbir ante la otra, la
perversa, la lujuriosa.
Claro que esto no pasaba de una ensoñación erótica,
en realidad yo no era un seductor sino un ejecutivo
de empresa serio, respetuoso de las convenciones
sociales. Para más, bastante tímido.

Pero el camino había doblado, eso era seguro,


ingresando en otro, resbaladizo, peligroso, en el
que se planteaba un juego que ella parecía dominar
mejor y que me atrapaba. Yo no las tenía todas
conmigo, había en esa mujer cierto aire de
suficiencia que me intimidaba, como si tuviera el
control absoluto y se supiera dueña de la escena.

Se había puesto de pie mientras yo continuaba


hablando, ahora dubitativamente. Con parsimonia, sin
invitarme, había encendido un cigarrillo. Sus ojos
inteligentes, me observaban impasibles a través de
las espirales de humo. Volvió a sentarse.
Repentinamente me sentí un tonto pedante, hablando
como un loro sobre los pocos libros que había mal
leído, y haciendo un silencio abrupto, dije
sonriendo, un poco avergonzado,

-Creo que el whisky me ha puesto charlatán, me


parece que la estoy aburriendo, discúlpeme.

Su boca no esbozó sonrisa alguna pero sus ojos


reían. Descruzó y volvió a cruzar las piernas hacia
el otro lado mostrándome fugazmente los muslos,
respondió:

-Vamos, no se subestime, y no seamos tan formales.


Su conversación es interesante. Creo que podríamos
tutearnos..., ¿no te parece?

Decididamente está jugando conmigo, me dije, no me


considera peligroso. Sabe que no me arriesgaré a
pagar el alto precio de un papelón o quien sabe que
más, mientras tanto me provoca y se divierte. Lo
aconsejable, como estrategia, es seguir el juego con
suma cautela, dejar que ella haga las movidas
arriesgadas.

-En realidad, me gusta bastante leer pero mis


conocimientos de literatura no llegan mucho mas allá
de lo que ya dije. ¿Porqué no me contás algo sobre
vos?, proseguí aceptando el tuteo sin mas
comentarios
Luego de un corto silencio, respondió lacónicamente:

-Como ya lo habràs notado, soy una mujer social, me


gusta mucho recibir gente… y después agregó
mirándome fijamente,
-Siempre estoy a la expectativa...

Se inclinó sobre la baja mesa ratona que nos


separaba, para apoyar su vaso, y expuso a mi
consideración el escote de su vestido. Me tomé unos
segundos para serenarme y proseguí con mi
interrogatorio,

-Si, ¿pero cuales son tus gustos, que es lo que te


gusta hacer?
Sonrió con suficiencia, estiró su cuerpo hacia
atrás, volvió a cruzar las piernas y dijo:

-Son tantas las cosas que me gustan, pero también


puedo contarte sobre las que no me gustan...

-A ver..., insistí bastante interesado.

Se produjo un silencio, durante el cual bebimos, en


el que aproveché para mirarle distraídamente las
piernas, como para demostrar que en realidad no era
un hombre tan manejable. Ella ignoró la mirada.

-Bien, ¿qué es lo que no te gusta?, continué.

Miró el techo por un instante, como buscando una


respuesta, que en realidad tenía, y dijo:

-No me gusta estar sola...

-Pero nunca debés estar sola, aventuré. -Jorge me


contó que salen mucho, que viajan bastante, y lo
bien que la pasan.

Inmediatamente después de haber hablado me sentí un


perfecto imbécil, como si ella se estuviera
esforzando en allanar el camino, y atrás viniera yo
llenándolo de piedras. Su mirada parecía confirmar
mi pensamiento, era intensa, atemorizante. Sin
embargo, sonrió y sin apartar sus ojos de mí,
respondió.

-No todo es vida social o viajes. Por ejemplo, ahora


no estoy sola porque te pedí que me acompañes, ¿no
es así?

Resolví no volver a equivocarme y ser un poco más


audaz, pero no demasiado. Algo me decía que no era
necesario, que debía permanecer inmóvil, que ella
avanzaría cuando lo creyera conveniente. .

-Tenés razón, dije, -En realidad todos estamos un


poco solos, aunque a veces no nos demos cuenta. Yo
lo noto ahora, que me siento realmente muy bien
acompañado.

Tras decir esto, me di otro sorbo de whisky, a


manera de premio.
Acercó la copa a sus labios y también bebió, su
mirada era inexpresiva pero yo supuse que se sentía
halagada. Hizo una pausa y dijo:

-Es curioso que mi compañía te resulte buena, al fin


y al cabo en el tiempo que llevamos conversando no
he dicho demasiado...

Podría haber interpretado que me estaba tratando de


ególatra charlatán, pero preferí ser optimista y
seguir adelante,

-Si, en realidad yo hablé mucho más, pero vos tenés


la particularidad de hacerme sentir cómodo.

Sonrió y dijo,
-Gracias, yo también me siento cómoda... ¿o nos
estará afectando el whisky?
Ahora los dos nos mirábamos en silencio, como
satisfechos del rumbo que le habíamos dado a la
charla. Me sentía deslumbrado y decidido a
continuar. Además no hubiera podido irme, estaba
como pegado al sofá.

-No lo tomes a mal... dije con voz no muy segura,


pero apostando un poco mas fuerte,
-Sos una mujer muy hermosa, me atraés mucho...

Su mirada revelaba ahora triunfo y poder, había


obtenido de mi boca lo que sabía sobradamente. La
espera a su respuesta, se dilataba en un
interminable silencio, y justo en el momento en que
ella iba a hablar, sonó el teléfono nuevamente.
El suave zumbido del aparato me pareció la sirena de
un camión de bomberos. ¡Cómo no lo había pensado!,
Si era Jorge, me resultaría muy engorroso explicarle
que hacía en su casa, solo con su mujer, tomando
whisky, dos horas y pico después que él me dijera
que no vendría. Era un hombre de negocios astuto y
perceptivo que sin apartarse de su buena educación,
me borraría olímpicamente de su agenda, previa
conversación aclaratoria.
Ella lo dejó sonar cuatro o cinco veces. Depositó
suavemente el vaso en la mesa, y alargó el brazo con
la pulsera de oro hacia el teléfono.

-Hola, dijo, Ah, Jorge... ¿Dónde estás?

Su mirada, imperturbable estaba fija en mí y su voz,


grave y serena, no revelaba la más mínima
alteración,
-No querido, lo entiendo perfectamente, siempre se
toma en esas reuniones y prefiero que no manejes de
noche. De Dolores son como doscientos kilómetros,
no... ? Si es peligroso... si... si... ya estaba por
acostarme... ¿El señor...?, ¿Que señor...? ah si, el
que te estuvo esperando... Se fue ni bien habló con
vos cuando llamaste antes..., si buena persona y muy
correcto... chau querido, que descanses. Un beso.
Cortó.

Cruzó una vez más sus piernas, encendió un


cigarrillo, aspiró largamente, y mientras exhalaba
el humo, dijo, mirándome fija e intensamente.

-No te preocupes, yo también me siento atraída por


vos...

Luego, lentamente, sin dejar de observarme, se


incorporó y con un andar ondulante y sensual,
comenzó a acercarse.





Por mi temperamento movedizo e inquieto he
cosechado muchas “pequeñas historias”, vividas o
contadas, que paso a compartir con uds.

RANCHO SOLEADO: Vaya a saber por qué extraña
razón solían llamarle así al espléndido caserón que
estaba “prisionero” por eucaliptos, cipreses, pinos
y …… que formaban el gran bosque de aquella casona.
Una enorme pileta para nadar, un molino y una bomba,
para sacar el agua que bebían. Todo este conjunto
conformaban el casco de aquella inmensa hacienda.
Para llegar a ella había que hacerlo por un callejón
de unos 1.000 metros, cercado también por
eucaliptos, cipreses y pinos.
Antonio, 58 años, o don Antonio, así lo
nombraban en el pueblo; era el dueño de una de las
más grandes estancias de la provincia de Santa Fe
que contaba con más de 12.000 has. Unas 4.000
cabezas de ganado ovino y caprino; y una caballeriza
donde criaba caballos de raza. Ostentaba equinos
criollos, el saddlebred americano, puras sangre
entre otros y los caballos de raza árabe, que lo
henchían de orgullo.
Tanta fortuna no deterioraron su personalidad y
su actuar sencillos que había heredado de sus
padres, oriundos del lugar y también muy queridos.
Muy allegado a la escuela del pueblo y al hospital
público donde invertía fuertes sumas de dinero para
mantenerlos en buen estado.
Eva, su esposa, 52 años, era una bella mujer,
pelo negro, largo hasta los hombros, ojos verdes y
una tez bronceada por el sol y el aire de campo.
Formaban un matrimonio feliz, envidia de algunos
aledaños, envidia sana porque ninguno dejaba de
reconocer la simpleza, la hidalguía y las personas
de bien que eran.
Componía el cuadro familiar la hija de ambos,
Malena, 25 años, recién recibida de médica pediatra.
Malena vivía sola en el pueblo donde Antonio le
había instalado el consultorio.
Antonio y Eva solían salir a cabalgar muy
temprano en primavera y en verano y cuando calentaba
el sol en invierno. La monta de Eva era una yegua de
un negro azulado. Eva personalmente la mantenía
prolija: lustrosa, las crines bien peinadas. La
montura era del tipo inglesa de color marrón rojizo,
Antonio tenía como monta un alazán criollo de alta
alzada.
Esa mañana de primavera salieron ambos a galopar
por los sendero que el mismo ganado había formado.
Una pequeña ventisca que soplaba hacia el norte
agitaba nostálgicamente los cabellos de Eva y traía
el perfume de las hierbas mojadas por el rocío. El
sudor y aliento de los animales que en el campo es
muy común e incluso agradable para quienes habitan
esas zonas.
Cabalgaban disfrutando de una mañana muy grata;
cuando de pronto la yegua montada por Eva metió una
de sus patas delanteras en una tunduquera –cuevas
construidas por quirquinchos y otros animales como
habitáculos- se doblo y cayó lanzando a Eva, que
quedó inmóvil en el suelo. Antonio que galopaba a la
par, vertiginosamente se lanzó de su monta para
socorrer a Eva que seguía inmóvil. De inmediato la
colocó sobre la cruz del animal y a toda carrera
enfilo para el casco de la estancia. Eva seguía
inmóvil. La subió a su camioneta 4x4 y raudamente
salió rumbo al pueblo. Una vez en el hospital del
pueblo hicieron todo lo posible. Eva murió.
Este fue un capítulo muy triste para Antonio,
para su hija y para el pueblo, que los quería y los
respetaba.
La vida de Antonio no fue la misma; ya no salía
a galopar por las mañanas y cuando lo hacía no
gozaba de la ventisca que agitaba armoniosamente los
pastos; ya no lo atraía el perfume de las hierbas
mojadas por el rocío, ni El sudor y aliento de los
animales. Sus gestos se volvieron hoscos aunque
siguió siendo consecuente con sus trabajadores, con
los habitantes del pueblo, con la escuela y el
hospital.
Pasó un año, pasaron dos; un día va a la escuela
para interiorizarse de las necesidades y lo recibe
la nueva directora: Marina, hermosa y joven -36
años-. Se saludaron mu afectuosamente y ocurrió lo
de todas las novelas; se enamoraron.
Aquí comienza otra historia: Se los veía a
diario muy juntos; Antonio volvía a ser el Antonio
de antaño


















Era alta y bella. Solía llevar un elegante
vestido gris oscuro, sin escote y bastante largo,
medias grises o negras y zapatos del mismo color
siempre de tacos bajos o sin taco. El cabello
castaño y lacio le caía suavemente sobre su cara.
Sus facciones eran generosas y armónicas y sus ojos
grandes y negros. Tenía una voz grave y hablaba
pausadamente.
Su conversación preferida era sobre literatura o
religión especialmente sobre la biblia que había
leído en profundidad pues cursó sus estudios
primarios y secundarios en un colegio religioso.
Ese medio día al llegar a su casa, directamente
fue en busca de su madre, Carolina, que estaba en la
cocina batallando con la comida.
-Siéntate, tenemos que hablar.
Carolina quedó sorprendida de la seriedad que
expresaban estas palabras, más en Elisa que siempre
fue muy alegrona y comunicativa.
-Te escucho, dijo Carolina expectante.
- He decidido ser monja.Lanzó a boca jarro.
Carolina quedó anonadada, muda, desconcertada,
perpleja. No es que estuviera en contra de la
decisión de Elisa, pues ella también era muy
católica. Pero, habían soñado tantas veces, con
Jorge, su esposo, con nietos correteando por la
casa, haciéndolos rabiar y enterneciéndolos por
todas esas picardías que tienen los niños. Como la
sabía criteriosa y bien firme en sus decisiones,
argumentó:
-Me hubiera gustado que tomaras otra carrera,
que te permitiera casarte, tener hijos: en
definitiva formar una familia. Tu padre comparte
este criterio. En esa instante entra Jorge a la
cocina, donde se estaba realizando esta
conversación.
-Hola mujeres de la casa, una beso a cada una,
bua y bua, que rico olor, me desmayo de hambre.
De pronto se percata que algo raro fluía en el
ambiente.
-Que está pasando acá que las noto tensas.
¿ocurre algo que yo no sepa?.
Carolina tomó la posta y le dice a Jorge:
-Elisa quiere ser monja.
La sonrisa, la alegría que traía de pronto se
derrumbó; no obstante, como era un hombre de
principios y muy amante de su familia y de las
decisiones que tomaran dijo:
-Me hubiera







3. Ve directo al grano
—Hola
—Por fin… ¿qué tal todo?
—Perdona el retraso, parece que en cuanto caen cuatro gotas la gente se
olvida de cómo se conduce.
—Tranquilo, no he llegado hace demasiado. ¿Quieres tomar algo?
—Pues no sé… ¿tú qué estás tomando?
—He pedido una cerveza para entretenerme en lo que miramos lo que
tienen.
—Venga, pídeme otra entonces.
—Genial. Toma la carta.
—Muy bien. ¿Alguna recomendación?
—Aquí hacen unas ensaladas muy buenas.
—Uhm… Querías contarme algo sobre Mauricio, ¿no?
—Cierto, casi se me olvidaba. He revisado los últimos expedientes que ha
entregado, y no me cuadran las cuentas.
Muchas de las conversaciones que mantenemos en la vida real
siguen un patrón similar a éste. Damos vueltas y más vueltas antes de
empezar a tratar el tema que nos interesa.
Lo malo es que el lector no tiene tiempo para toda esa cháchara. En
el caso particular que hemos puesto a modo de ejemplo, el diálogo debería
haber empezado en la última frase.
—He revisado los últimos expedientes que ha entregado Mauricio, y
no me cuadran las cuentas.
No hagas perder el tiempo a tu lector, y sobre todo no le des ninguna
oportunidad de volver las tapas de tu novela y abandonarla.
4. Nunca utilices el diálogo para transmitir información
que ya conozcan los personajes
—¿Has sabido algo de Sonia últimamente? Ya sabes, esa compañera
de trabajo nuestra que pidió dos años de excedencia para viajar a Japón e
investigar la cultura del país.
—Siempre le interesó mucho todo lo referente a ese lugar, ¿verdad?
—Sí. Ya sabes que ella me dejó los primeros mangas que leí… ¡Y mírame
ahora!

—Siéntate. Tenemos que hablar.
—¿Hablar? —preguntó A con desconfianza.
—La empresa no está pasando por sus mejores momentos —explicó B conteniendo
sus emociones— y me temo que no podemos seguir contando contigo.
—¿Me despides? —preguntó visiblemente enfadado—. ¿Así de fácil? ¡Yo te ayudé a
crear esta empresa! —gritó indignado.
Y ahora éste otro:
—Siéntate. Tenemos que hablar.
—¿Hablar? —preguntó A congelando su saludo en el aire.
—La empresa no está pasando por sus mejores momentos —explicó B sin alzar la
mirada de sus papeles— y me temo que no podemos seguir contando contigo.
—¿Me despides? —exclamó y empujó su silla hacia atrás—. ¿Así de fácil? ¡Yo te
ayudé a crear esta empresa! —gritó apoyando las manos en la mesa y acercando
su rostro al de A.
Los dos diálogos deberían depurarse mucho, pero lo que aquí quiero mostrar
es sólo la diferencia que hay entre decir que uno de nuestros personajes está
enfadado y hacer ver al lector lo enfadado que está.
Al hacer que el lector vea cómo se sienten los personajes en lugar de
contárselo nosotros, eliminaremos cualquier obstáculo entre el lector y
el personaje y haremos que la escena gane en intensidad.
Recordemos que el autor no es más que un mal necesario y que lo realmente
importante es la historia.
Escondámonos todo lo posible.
6. No abuses de la variedad de etiquetas
Un error muy común es el de creer que el hecho de repetir la etiqueta “dijo”
será algo perjudicial para nuestro diálogo. Así, el impulso inicial es el de sustituirla
por todo un conjunto de términos más o menos expresivos: “gritó”, “exclamó”,
“repitió”, “espetó”, “barruntó”… la lista es interminable.
El caso es que el lector ya sabe que tenemos la necesidad de etiquetar las
intervenciones de nuestros personajes de cuando en cuando, y obvia enseguida
la palabra “dijo”. Es casi como si no la leyera.
Si cambiamos de etiqueta constantemente, en cambio, el lector será más
consciente de esas palabras que NO forman parte del diálogo y que sólo deberían
ser una ayuda para que nadie se pierda en su lectura.
Estaremos alzando una nueva barrera entre el lector y los personajes.
Por otra parte, las intervenciones de los personajes que participan en un
diálogo deben etiquetarse lo justo y necesario para que el lector sepa quién está
hablando en cada momento. Evidentemente, habrá que etiquetarlas mucho más en
una conversación a siete bandas que en un vis a vis.
7. Escribe frases cortas
Si te fijas en cómo habla la gente en la calle, verás que nadie utiliza esos
largos soliloquios que leemos en algunas novelas. Bueno… tal vez los utilice ese
amigo que sólo desea escucharse a sí mismo, pero lo normal es que hablemos en
frases cortas.
Una regla no escrita dice que debemos escribir un máximo de 12 palabras
entre signos de puntuación.
8. Utiliza el diálogo para controlar el ritmo de la acción
Podemos dar un poco de velocidad a nuestro relato:
—¿Por fin te has dignado a venir?
—Ya ves…
—Creí que no te vería más hasta fin de curso.
—He estado ocupado.
—¿Se puede saber en qué?
—En mis cosas.
—Supongo que eso es importante que sacar adelante el curso, ¿verdad?
O podemos relentizarlo cuando queramos:
—¿Por fin te has dignado a venir? —preguntó María cruzando los brazos y
plantándose en el camino de Pablo.
—Ya ves…
Pablo clavó la mirada en el suelo y dio una patada a una pelusa invisible.
El silencio era denso, pesado. Tan incómodo que casi se había vuelto ya
insoportable cuando María se atrevió a romperlo de nuevo.
—Creí que no te vería más hasta fin de curso.
Habían pasado más de tres meses desde la última visita de Pablo a su consejera de estudios y todos los avances que habían conseguido se habían esfumado. Ahora era como si nunca hubieran
existido.
Pero lo ideal es que guardes ambas opciones en la recámara para utilizar la que sea más adecuada en cada ocasión.
El diálogo es una forma muy eficaz de controlar el ritmo narrativo de nuestra novela y, como veremos en una próxima entrada, necesitaremos controlar este ritmo
narrativo para que la experiencia de nuestros lectores sea plena.


Viajaba con mi esposa por ruta 188 rumbo a
Buenos Airesal pasar por Junín decidimos pernoctar
ahí y de paso saludar a mi prima hermana Julieta con
quien no teníamos un gran acercamiento. Nopor
problemas personales, simplemente por la distancia y
los familiares de cada uno que nos absorben un
tiempo importante.
Una vez ubicado en el hotel le llamé por
teléfono para
comunicarle que estaba en Junín y que me agradaría
que nos encontráramos para darnos el gran abrazo que
nos debíamos y charlar de todos aquellos temas que
la distancia y el alejamiento nos habían truncado.
Julieta recibió alborozada la noticia y de
inmediato me pidió que a la noche nos reuniéramos a
cenar con ellos. Le indiqué que eso significaba muy
trabajoso, que mejor nos reuniéramos en un
restaurante del centro de Junín, a la hora de la
cena. Aceptó gustosa y fijamos hora y lugar.
A “la hora señalada” nos encontramos; mi prima
Julieta, su esposo Carlos, mi esposa y yo.
Ya en sobremesa mi prima sugirió contarnos una
parte muy especial de la convivencia familiar. Por
supuesto aceptamos de mil amores. Tanto tiempo sin
tener noticias el uno del otro que un poco de
historia doméstica nos haría muy bien.
Vos sabés que yo tengo una sola hija: Elisa.
Bien, Elisa estudió en un colegio religioso; en el
mismo colegio completó el terciario recibiéndose de
profesora de religión. Hasta ahí todo bien, pero, un
buen día nos da noticia que quiere ser monja. Carlos
y yo quedamos un poco sorprendidos y decepcionados.
No por la decisión en sí, sino que habíamos soñado
con nietos corriendo por la casa, ocasionándonos
hermosas rabietas y deliciosos momentos de
“chochera”. Pero, Elisa había tomado esa decisión
con mucha firmeza, por lo tanto aceptamos su
determinación.
Ahora comienza la verdadera historia. Estuvo
haciendo el noviciado en un convento en la ciudad de
La Plata, y ahí en ese convento le confirieron el
título de monja primera profesión.
Eso significa que Dios y la monja o el sacerdote
han hecho un singular pacto de amor: Dios pondrá
la fuerza de la fe. La monja o el sacerdote pondrán
su libertad a su servicio, porque siempre donde hay
amor hay más libertad… Es aquí cuando llega el
momento de tomar una decisión bastante seria: se
opta conscientemente por ser religioso o religiosa.
Tomada la decisión ha llegado el momento de hacer la
primera profesión religiosa.
Ha esta instancia llegó Elisa, adoptando la
“primera profesión religiosa”.
De ahí en más su decisión fue visitar a los
enfermos más necesitados de la palabra de Dios y de
amor en los hospitales públicos. Elisa estaba
convencida que de esa manera expresaba más
nítidamente lo vivido y lo mandado por Jesús.
Durante meses siguió con este procedimiento, que
era avalado por la superioridad religiosa.
Un buen día entra a una habitación donde estaba
internado un muchacho joven con un cuadro depresivo
que lo tenía al borde de la muerte. Elisa lo
frecuentó a diario, y con palabras y ejemplos de
Jesús, logró sacarlo de ese pozo depresivo. Fueron
meses. El joven se llamaba Juan y tenía 26 años y lo
peor es que se había enamorado de Elisa, y se lo
hizo saber, y lo peor de lo peor es que Elisa
también se habá enamorado de Juan. Cuando digo peor
es porque Elisa estaba tan aferrada a su convicción
religiosa que difícilmente renunciara a ella por más
enamorada que estuviese.
Finalmente Elisa nos pidió que contuviéramos a
Juan en Junín y tratáramos de darle trabajo para que
no volviera a la depresión, Ella por su parte pidió
traslado.
La trasladaron a Córdoba y siguió con la misma
práctica, siempre avalada por sus superiores.
En estos andares conoce a un chico de 9 años. No
se le conocía padres, hermanos o algún otro
pariente. Lo habían encontrado en la calle en estado
calamitoso y lo habían internado, al hacerle los
estudios de rigor descubren que tiene un cáncer que
avanza muy rápidamente. Enterada de esto Elisa se
consagra casi exclusivamente a este chico que se
llamaba Daniel, según su recordación pues no sabe
nada más de su vida.
Daniel le pregunta a Elisa si es casada o si
tiene novio.






Voy a comenzar este libro haciendo un breve
comentario sobre algunas partes de la mitología
griega, porque, de acuerdo a mi sentido común, y
salvando las distancias. En algún punto se asemejan
a las historias vividas por las sociedades del mundo
actual.
De acuerdo a la mitología griega Los griegos
creían que los dioses habían elegido el monte
Olimpo, en una región de Grecia llamada Tesalia,
como su residencia. En el Olimpo, los dioses
formaban una sociedad organizada en términos de
autoridad y poderes, se movían con total libertad y
formaban tres grupos que controlaban sendos poderes:
el cielo o firmamento, el mar y la tierra.
Los doce dioses principales, habitualmente
llamados Olímpicos, eran Zeus, Hera, Hefesto,
Atenea, Apolo, Artemisa, Ares, Afrodita, Hestia,
Hermes, Deméter y Poseidón.
Zeus era el dios del cielo, el dios máximo del
Olimpo. Gobernaba estableciendo el orden, la
justicia y el destino del Universo.
De acuerdo con uno de los mitos antiguos sobre
el nacimiento de Zeus, el titán Cronos, temiendo ser
destronado por uno de sus hijos, los devoraba cuando
nacían y según la tradición, su madre Rea. Esposa de
Cronos, envolvió una piedra con pañales para engañar
a Cronos y ocultó al dios niño en Creta, confiándolo
a las ninfas y a los habitantes de la región, a los
que pidió que bailasen ruidosas danzas guerreras con
el fin de que la criatura divina no delatase con sus
gritos su existencia ante su padre Cronos, que
estaba deseoso de devorarlo, como había hecho con
sus hermanos. Amaltea fue la nodriza que lo amamantó
con su leche y lo alimentó con la miel que
destilaban las abejas del monte Ida.
Hera era la reina de los dioses. También hija
de los titanes Cronos y Rea; por lo tanto hermana de
Zeus y más tarde su mujer.
Considerada la diosa del matrimonio y la
protectora de las mujeres casadas, pues era la
esposa legítima de Zeus, esto la convertía
naturalmente en la protectora de las mujeres
casadas. Se la representaba como celosa, violenta y
vengativa. Era muy común que frecuentemente se
enfrentara a Zeus, porque las infidelidades de su
esposo significaban para ella verdaderos insultos.
Por eso persiguió con ira tanto a las amantes de
Zeus, como a la descendencia extramatrimonial del
dios. Hera mantuvo siempre ulla de su marido y nunca
se sintió en inferioridad de condiciones ya que
siempre tuvo presente que ella pertenecía a la misma
generación divina que Zeus, por lo tanto tenía el
mismo rango jerárquico.

Era madre de Ares, dios de la guerra, de


Hefesto, dios del fuego, de Hebe, diosa de la
juventud, y de Ilitía,
Hefesto, dios del fuego y de la metalurgia,
hijo del dios Zeus y de la diosa Hera o. A
diferencia de los demás dioses, Hefesto era cojo y
desgarbado. Poco después de nacer lo echaron del
Olimpo: según algunas leyendas, lo echó la misma
Hera, quien lo rechazaba por su deformidad; según
otras, fue Zeus, porque Hefesto se había aliado con
Hera contra él. En la mayoría de las leyendas, sin
embargo, volvió a ser honrado en el Olimpo y se casó
con Afrodita, diosa del amor, o con Áglae, una de
las tres gracias. Era el artesano de los dioses y
les fabricaba armaduras, armas y joyas. Se creía que
su taller estaba bajo el monte Etna, volcán
siciliano. A menudo se identifica a Hefesto con el
dios romano del fuego, Vulcano. La Fragua de Vulcano
es el cuadro en el que Velázquez da su visión sobre
los dioses transformándolos en campesinos o
artesanos humanos.


Ártemis o Artemisa era una de las
principales diosas, equivalente de la diosa romana
Diana. Era hija del dios Zeus y hermana gemela del
dios Apolo. Era la rectora de los dioses y diosas de
la caza y de los animales salvajes, especialmente
los osos, Ártemis era también la diosa del parto, de
la naturaleza y de las cosechas. Como diosa de la
luna, se la identificaba a veces con la diosa Selene
y con Hécate.
Apolo era el hijo del dios Zeus. En la
leyenda homérica, Apolo era sobre todo el dios de la
profecía. Su oráculo más importante estaba en
Delfos, el sitio de su victoria sobre Pitón. Solía
otorgar el don de la profecía a aquellos mortales a
los que amaba, como a la princesa troyana Casandra.
Apolo era un músico dotado, que deleitaba a
Apolo era un músico dotado, que deleitaba a los
dioses tocando la lira. Era también un arquero
diestro y un atleta veloz, acreditado por haber sido
el primer vencedor en los juegos olímpicos. Su
hermana gemela, Ártemis, era la guardiana de las
muchachas, mientras que Apolo protegía de modo
especial a los muchachos. También era el dios de la
agricultura y de la ganadería, de la luz y de la
verdad, y enseñó a los humanos el arte de la
medicina.

Atenea, era una de las diosas más


importantes. Diosa de la Sabiduría, Atenea es la
inventora de la flauta, la trompeta, el arado, el
yugo para los bueyes, el carro, el barco y la olla
de barro para cocinar. Además fue la que enseñó a
los mortales los números y a las mujeres las
instruyó en la cocina el tejido y el hilado.
Es la diosa que nació ya adulta, fruto de la
unión de Zeus con Métis, la diosa de la Prudencia.
Fue la hija favorita de Zeus. Él le confió su
escudo, adornado con la horrorosa cabeza de la
gorgona Medusa, su ‘égida’ y el rayo, su arma
principal. Diosa virgen, recibía el nombre
de Parthenos (‘la virgen’). En agradecimiento a que
Atenea les había regalado el olivo, el pueblo
ateniense levantó templos a la diosa, el más
importante era el Partenón, situado en la Acrópolis
de Atenas.
A Atenea se la conoce como la diosa guerreras
armada con una lanza y la égida —coraza de piel de
cabra—, sin embargo no le agradan las batallas como
a su hermano Ares, porque siempre valoró muchísimo
más la inteligencia y la prudencia que la violencia.
Por lo tanto es promotora de la conciliación de los
pleitos a través de medios pacíficos.

Afrodita, era considerada la diosa del amor y


la belleza. En la Mitología latina se la conoce con
el nombre de Venus. Casi todas las culturas antiguas
encontraron una personificación para el Amor y la
Belleza.
La diosa que se dio a conocer emergiendo a
través dé las olas del mar, era tan hermosa que
todos los habitantes del mar se reunieron para
admirarla. Cuando, la diosa vio la luz del sol por
primera vez, montada en un carro hecho con una
concha de mar, todos los seres comenzaron a
disfrutar de la belleza, la alegría y el amor con
verdadera plenitud. Afrodita fue conducida desde el
mar por los Céfiros primero hasta la costa de
Citera, y luego a la isla de Chipre. Allí bajó del
carro completamente desnuda, se escurrió su larga
cabellera y el agua al caer sobre la arena se
transformó en bellísimos caracoles. En Cnosos se
levantó un santuario en su honor y el piso estaba
completamente recubierto de corales, piedras
preciosas y conchas marinas.

Dudas

Quien No tiene dudas?
























DUDAS

1

Combate, lucha o enfrentamiento, generalmente violentos


2
Situación confusa, agitada o embarazosa, que resulta
3
Problema o materia de discusión: El conflicto generacional

Del latín conflictus, y este de confligere (chocar).




Pobresa 52 % 3,649 mill, --- indigencia 25 %
1,750 mill.
360 millones de pobres
200 millonees de indigentes 7000 población
mundial
1609 mill. Sufren hambre
1,240. mil. de niños mueren antes de los 5 año0s
Neumonía 19% --Diarrea 17% -- prematuros 10 % --
infecciones 10% malaria 8 % -- falta de oxígeno al
nacer 8 % --- hambre 28 % 347 mill.

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