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Los tomates morados transgénicos están más cerca de llegar a los

mercados.

Su pigmento oscuro tiene como objetivo ofrecer beneficios para la


salud, similares a los que ofrecen otras frutas como los arándanos.

Tras ser desarrollados en Reino Unido, la producción a gran escala


ya está en marcha en Canadá y los primeros 1.200 litros de jugo de
tomate morado están listos para ser enviados de vuelta al país.

El pigmento conocido como antocianina es un antioxidante que


ayuda a combatir el cáncer, según lo han revelado recientes
estudios con animales.

Los científicos dicen que los nuevos tomates podrían mejorar el


valor nutricional de las comidas.
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logrado contener los contagios de coronavirus
Fin de las recomendaciones.

Los tomates se desarrollaron en el Centro John Innes en Norwich.


La profesora Cathie Martin espera que la primera entrega de
grandes cantidades de jugo permita a los investigadores estudiar
su potencial.

Como arándanos
"En estos tomates morados usted puede encontrar los mismos
compuestos que están presentes en los arándanos. Estos
componentes pueden incluirse en alimentos razonablemente
accesibles que la gente consuma en cantidades significativas",
explicó.

Los tomates son parte de una nueva generación de plantas


transgénicas diseñadas para atraer a los consumidores. Los
primeros tipos iban dirigidos específicamente a los agricultores y
eran descritos como nuevas herramientas en la agricultura.

El pigmento de color púrpura es el resultado de la transferencia


del gen de una planta de boca de dragón. La modificación
desencadena un proceso dentro de la planta de tomate que
permite que se desarrolle la antocianina.

Aunque la invención es británica, la profesora Martin asegura que


las restricciones de alimentos transgénicos de la Unión Europea la
animaron a buscar algún lugar en el extranjero para desarrollar la
tecnología.

Las regulaciones canadienses son vistas como favorables para los


alimentos genéticamente modificados, lo que ayudó a concretar
un acuerdo con una empresa de Ontario, New Energy Farms, que
ahora está produciendo suficientes tomates morados para generar
2.000 litros de jugo en un invernadero de 465 metros cuadrados.

Opinión pública

Derechos de autor de la imagenJOHN


INNES CENTREImage captionEl pigmento púrpura proviene del gen de una
planta de boca de dragón.

De acuerdo a la profesora Martin, el sistema canadiense es "muy


inteligente".

"Ellos se fijan en los atributos, no en la tecnología, y esa debería


ser la manera de empezar a cambiar nuestra manera de pensar.
Debemos preguntarnos si lo que estamos haciendo es seguro y
beneficioso, no pensar que porque se trata de un alimento
transgénico hay que rechazarlo por completo".

"Es frustrante que hayamos tenido que ir a Canadá para realizar


una gran parte del cultivo y procesamiento. Espero que este sea
un producto de vanguardia: un transgénico al que la gente pueda
acceder y del que pueda beneficiarse".
Los primeros 1.200 litros de jugo se enviarán a Norwich
próximamente. Como todas las semillas han tenido que ser
removidas, no hay material genético que pueda provocar alguna
contaminación.

El objetivo es llevar a cabo una amplia gama de pruebas al jugo,


incluyendo un examen para comprobar si la antocianina tiene
efectos positivos en los seres humanos. Estudios anteriores han
revelado distintos beneficios, entre los que se encuentran sus
poderes antiinflamatorios y el retraso del cáncer en ratones.

Una pregunta clave es si un producto modificado genéticamente


que pueda tener beneficios para la salud influirá en la opinión
pública.

Una encuesta realizada en toda la Unión Europea en 2010


encontró que los oponentes superaban en número a los
partidarios, más o menos tres a uno. La última aprobación para un
cultivo de alimentos transgénicos en la UE se produjo en 1998.

La profesora Martin espera que el jugo de tomate morado pueda


ser aprobado para su venta a los consumidores en América del
Norte en tan sólo dos años.

Ella y otros investigadores de plantas en Reino Unido esperan que


los transgénicos sean vistos desde una óptica más positiva.

El legado de desconfianza
El viernes pasado, científicos del Rothamsted Research en
Hertfordshire anunciaron que estaban solitando permisos para
llevar a cabo pruebas de campo de una planta modificada
genéticamente que podría producir un "aceite de pescado".
Derechos de
autor de la imagenBBC WORLD SERVICE

En un proyecto paralelo, el equipo ha cultivado un tipo de trigo


transgénico que está diseñado para liberar una feromona que
disuade a la plaga.

El profesor Nick Pidgeon, un psicólogo ambiental de la Universidad


de Cardiff, ha realizado encuestas de opinión sobre los
transgénicos y otras tecnologías.

En su opinión, existe un legado de desconfianza -desde la


enfermedad de las vacas locas- que causa preocupación
permanente.

"Destacar los beneficios hará una diferencia, pero es sólo una


parte de la historia que es bastante compleja".

"A la gente todavía le preocupa que esta sea tecnología que


interfiere los sistemas naturales y que las grandes corporaciones
tengan el control sobre la tecnología. Al final del día, lo comes tú y
tus hijos", destaca Pidgeon.

"Cambiar esa visión bastante negativa que la gente tenía hace 10-
15 años tomará mucho tiempo. Requerirá de una buena regulación
y de la capacidad de gestionar la tecnología de una manera
segura. Y ello no sucede de la noche a la mañana".

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