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América Latina: democracia en transicién Analisis de las transformaciones del ordenamiento politico e institucional de la democracia en América Latina y Venezuela Eladio Hernandez Mufioz* Resumen Una version mas amplia de este planteamiento fue presentado en el XIII Congreso de la Asociacién Latinoamericana de Sociologia (ALAS), realizado en Guatemala en noviembre del 2001. El enfoque aspira a comprender mejor los procesos de transicién politica en América Latina, particutarmente el caso venezolano. Para ello se utiliza una forma de andlisis de tos aspectos politicos en transformacién que denominamos estratos de ta di- mensién politica. El ensayo se desarrolla a través de los términos de revolucién y transi- cién politica y su aplicabilidad en el caso venezolano. La racionalidad instrumental que puede existir en cualquier proyecto politico de transformacién modernizante es objeto de anilisis, asi como también, la incongruencia de los postulados de a democracia repre- sentativa en una época de modernizacién participativa. Palabras Claves: Democracia en transicién / Transicion en América Latina Abstract Extensive one more version of this approach was presented in the XIII Congress of the Latin-American Association of Sociology (ALAS), carried out in Guatemala in November of the 2001. The focus aspires to understand better the political processes of transition in Latin America , privately the Venezuelan case. For it a form of analysis of the potiticat aspects in transformation is utilized that call strata of the political dimension. The trial develops through the terms of revolution and potitical transition and its applicability in the Venezuelan case. The racionality instrumental that can exist in any political project of transformation modernize is object of analysis, as well as well, the incongruenty of the postulates of the representative democracy in an epoch of modernization take part. Key words: Democracy in transition / Transition in Latin America * Politdtogo. Instituto de Estudios Politicos de la UCV. 128 Xll CONGRESO DE ESTUDIANTES Y GRADUADOS DE CIENCIAS POLITICAS La transicién de lo que hoy tanto nos vanagloriamos tapa una profunda desorientacién, ‘por un lado, y una fuerte depresién de la sensibilidad occidental que, por cierto, no es que no sepa a dénde va, sino que no sabe bien qué hacer’, Introduccion La intencion de este ensayo analitico es la de observar y comprender ta problematica de la evolucion democratica en Latinoamérica, a través de los procesos de transicion politica ocurridos en la region. Estos pue- den contribuir a evidenciar algunas caracteristicas y peculiaridades exis- tentes en el ordenamiento potitico institucional de ta democracia, que aun permanecen difusas y, en cierta forma inciertas. La teoria politica contemporanea ha enfocado este fenomeno politi- co de transicién, enmarcandolo previamente como parte de un proceso de cambios en el ordenamiento sociopolitico que procuran ta transforma- cién hacia la modernidad politica’, con un claro propésito inicial y un fin determinado, asi como también dentro de un espacio y tiempo historico concluyente. Asi como las revotuciones politicas mas importantes de la historia lo- graron indicar un propésito y un fin, aunque no todas sus secuelas; la transicion politica que observamos en un tiempo y espacio determinado, es también una consecuencia, un efecto de causas primeras y Ultimas; pero, lamentablemente, tampoco nos indica todas sus deducciones. Cuando “algo” comienza a transformarse, transmutarse, transitando hacia otra “cosa”, tanto en su forma como en el modo, sdlo observamos su conver- sidn final, pocas veces atendemos las modificaciones que van surgiendo durante la transformacién. Cuando ese “algo” ha modificado sus obser- vancias, nos percatamos de lo sucedido, estamos en presencia de un cam- * Roiz, Javier (1992). El Experimento Moderno. Politica y psicologia af final det siglo XX. Madrid, Edit. Trotta, colec. Estructuras y Procesos, serie Filosofia, p. 178. 2 para Jurgen Habermas el proceso de transformacién moderna: “...se refiere a una gavilla de procesos acumulativos y que se refuerzan mutuamente: a la formacion de capital y a la movilizacién de recursos; al desarrolto de las fuerzas productivas y al incremento de ta productividad del trabajo; a la implantacion de poderes politicos centratizados y al desarrollo de identidades nacionales; a la difusién de tos derechos de participacién, de tas formas de vida urbana y de ta educacién formal; a la secularizacién de valores ynormas, etc.", ver en Discurso filoséfico de la modernidad. Buenos Aires, Edit. Taurus, p. 12. De igual forma para Alain Touraine la importancia del ciudadanaismo, la movilizacién de recursos, la igualdad de derechos y el surgimiento de una fuerte identidad nacional es caracteristico, entre otras cosas, del surgimienta de la modernidad; ver en Critica de fa Modernidad, Buenos Aires, Edit. FCE, 1° edicién en espaiiol, 1994, pp. 93-193. ELADIO HERNANDEZ MUNOZ REVISTA DE LA FACULTAD DE CIENCIAS JURIDICAS Y POLITICAS 129 bio, una modificacién direccional en la conducta del objeto (institucional) 0 en el sujeto (ciudadano), o en ambos casos, segun sea el producto de tas transformaciones originarias. Pero, lo que no podemos percibir facil- mente, es la direccién en los cambios que tienen lugar durante la trans- mutacion y, menos aun, los iniciales, la génesis de la transformacion y del cambio. Tanto las revoluciones como las transiciones politicas son analizadas por los estudiosos de la politica post-facto, pero, a partir de los clasicos del pensamiento politico, y tomando siempre en consideracion que la imaginacion reflexiva es producto de la observacién sistematica, sugiere interpretar los hechos que estan sucediendo desde una cierta racionali- dad (Wolin, 1960). Para ello hemos propuesto una perspectiva que permite abarcar los acontecimientos mas relevantes con el mayor numero de aspectos politi- cos posibles, intentando no menoscabar el hito conductor de ta investiga- cién, como tampoco la idea inicial ni el propésito ultimo, implicito en este ensayo: si estamos en presencia de una democracia en transicion politica, ¢qué se esta transformando y hacia donde se dirige? Nuestras conclusiones son el breve resumen de nuevas preocupacio- nes. Una de ellas, tal vez la mas relevante, es la consecuencia de no encontrar elementos suficientes para satisfacer las demandas originales del trabajo; es decir, si atin no esta definida por los hechos, ni las expli- caciones tedricas, una clara direccion en la transicion politica democra- tica: gcual es entonces la explicacion racional y legitima del ordenamien- to politico que debera sucumbir, para asi poder acariciar una modernidad democratica? 1. La problematica Ya en el siglo XIX Comte afirmaba que la observacion atin estaba su- bordinada a la imaginacion, pero que ésta ultima, dentro de ciertos pardmetros, se permitia modificar ta atencién de los ciudadanos. Esos limites, progresivamente, van permitiendo que ta reflexion adquiera el derecho de investigar en todas las direcciones posibles, cualitativa y cuantitativamente, sin detrimento de la injerencia de la propia imagina- cién. Al principio —seguimos parafraseando a Comte— se consigue ese AMERICA LATINA: DEMOCRACIA EN TRANSICION 130 XII CONGRESO DE ESTUDIANTES Y GRADUADOS DE CIENCIAS POLITICAS. derecho, particularmente, en todas las concepciones tedricas especia- les, pero la fuerza del ejercicio de las cosas nos obliga a parar, y es lo que constituye la terminaci6n natural de la transicion, tanto imaginativa como real y este periodo de transitoriedad es de critica y discusion’. Recurrir a un término para el analisis politico es, cuando menos, riesgoso en su pretensi6n; pero distintos elementos de juicio asi lo acon- sejan. En primer lugar, la propia situacion de incertidumbre en los politi- cos de oficio y en los tedricos de profesion, los cuales no encuentran facil asidero para las interpretaciones probables de la crisis, y que al parecer de muchos, existe actualmente en los regimenes democraticos de Améri- ca Latina. En segundo lugar, la propia situacién por la que atraviesan los paises latinoamericanos en todos sus ordenes, particularmente la vigen- cia de la institucionalidad democratica, sugiere (y requiere) de gran ima- ginacion interpretativa para alcanzar respuestas mas satisfactorias. Cual- quier intento que rompa con los tradicionales e improductivos esquemas Ppreestablecidos para el analisis, deberia ser visto de manera permisiva, ya que la situacion de indeterminacién asi nos lo recomienda. En tercer lugar, porque es un término —el de transicién politica— que puede ser definido y, una vez que se logre contextualizar su contenido, posibilite la interpretacién de tos cambios, particularmente las transformaciones po- titicas. En cuarto y Ultimo lugar, porque indica un determinado proceso de transformacién con inicio y final, lo cual permite centrarse en crite- trios y supuestos muy sustantivos. Es importante confrontar dos ideas muy recurridas en la intersubjeti- vidad‘ de estudiosos y analistas de lo politico. Ello nos ha permitido reinterpretar, con caracter enunciativo, las transformaciones mas impor- tantes de los sistemas politicos a través de ta revolucién y la transicion politica’, En consecuencia, los consideramos fendmenos politicos que * Comte, Augusto (1968). System of Positive Potity. Londres, Longmans, Green an Co., 1877; tomado de Amitai Etzioni. Los cambios sociales. Fuentes, tipos y consecuencias. México, Edit, FCE, p. 227. * Para una expticacién mas pormenorizada del concepto de intersubjetividad, ver en Albert, Hans (1982). La miseria de 1a teologia, Barcelona, Edit. Alfa, colec. Estudios Alemanes, pp. 192 y 55.3 ¥ ‘también con el mismo sentido en de Patziq, Giinther (1986). Hechos, normas, proposiciones, Barcelona, ELADIO HERNANDEZ MUNOZ REVISTA DE LA FACULTAD DE CIENCIAS JURIDICAS ¥ POLITICAS 131 pueden ser complementarios por su evolucién, pero excluyentes en su significacion y trascendencia tedrica; es decir, podemos observar una revolucién como un fendmeno politico de masas con un alto contenido de violencia politica colectiva, pero con poca magnitud intervalar en sus aspectos movilizadores y, la transicion politica, con un reducido conteni- do de violencia politica colectiva, pero con una alta gama de intervalos politicos en su proceso movilizador. Ahora bien, qué entendemos por transicion politica? A nuestro modo de ver: es un proceso politico racionalmente consensuado mediante el cual los valores, creencias y actitudes prevalecientes en un régimen po- litico, logran transformar el ordenamiento politico € institucional en otro distinto. La anterior definicién nos ayudara a comprender las dificiles circuns- tancias por las que atraviesan algunas naciones {atinoamericanas y, par- ticularmente, sus regimenes politicos; asi como también observar, si la situacién actual de “crisis” es producto de una frustrada transicion poli- tica, o por el contrario, sila propia crisis esta derivando hacia una nece- saria transicion. Nuestro empeiio por el esclarecimiento de ésta problematica especial se deriva de la necesidad de comprender tos procesos de cambio politico, examinando solo aspectos de consideracion relevantes para nuestra pers- pectiva de estudio: la transicién politica como proceso. Nuestro caso de estudio especifico es el venezolano, a partir de 1936, pero con énfasis en la transicion de 1958 y la de 1998. Durante este periodo histérico siempre ha estado implicito en nues- tras referencias politoldgicas la estabilidad y la legitimidad de las insti- tuciones®; el desenvolvimiento sociopolitico de los ciudadanos y la estruc- Universitaria, pp. 9-43. Linz, Juan J. (1990). “"Transiciones a la democracia”. Revista Espahola de Investigaciones Socioldgicas (REIS) n° 51, julio-septiembre, Macrid, Edie. Centro de Investigaciones Sociolégicas, pp. 7-33 *Soore las inetituciones, propiamente dichas, queremos resaltar el significado de tres acepciones diferentes: institucién como la consolidacién permanente, uniforme y sistematica de conductas, usos e ideas, te instrumentos que aseguran el control y cumplimiento de una funcin social, toman- ddo siempre en cuenta su dindmica interior; el insticucionatismo, como la tendencia politica que tiende { mantener en pleno vigor las instituciones tradicionales mas estimadas en cada momento por su arraigo sentimental o por su proyeccién ideolégica sobre las conductas sociales: y por ditimo la inst tucionalizacidn: proceso mediante et cual Los elementos de la institucién quedan regularizados por una AMERICA LATINA: DEMOCRACIA EN TRANSICION 132 Xll CONGRESO DE ESTUDIANTES Y GRADUADOS DE CIENCIAS POLITICAS. turacién de la sociedad civil’, asi como también la actuacién de los par- tidos politicos; el caracter representativo del Estado y sus poderes publi- cos. Todo analizado a la luz de los acontecimientos histéricos que han pretendido determinar la modernidad, a través de la modernizacién socio- econdmica, pero cuyos efectos —los de la modernizacién— no han estado a la altura de los postulados, y menos atin hoy, cuando podemos contras- tar los avances de la democracia con otras de igual procedencia y carac- teristicas en ésta era de globalizacién. La problematica actual de la democracia y et sistema politico que la sustenta, necesariamente hace referencia a muchos aspectos interrela- cionados. Damos prioridad a tres que consideramos importantes como lineas para el trabajo: {a transformacién moderna, como proceso socioeco- ndmico; la democracia representativa, como instrumento y el ordena- miento institucional como soporte. Ciertos progresos observados en la funcionalidad del Estado con rela- cién a la sociedad, han sido necesarios para acoplar, en los tiltimos aios, parte de la dinamica social y politica que ciudadanos y grupos plantean’, Pero se ha partido de una racionalidad instrumental estatica que solemos denominar comunmente como incongruente’, la cual se manifiesta dia- riamente entre las instituciones del Estado y los ciudadanos. La insatis- faccién de las demandas ciudadanas nos refieren, necesariamente, a nue- vas interrogantes: ¢qué esperamos del Estado? gen qué han evolucionado las instituciones y por qué no ha sido satisfactorio su desarrollo? equé trascendencia han tenido tos cambios ocurridos hasta ahora? gcémo se normativa juridica, incluyéndose la existencia de toda una serie de érganos; ver en Diccionario Unesco de Ciencias Sociales, vol. Il, Espaiia, Edit. Planeta-De Agostini, pp. 1121-1123. * Como la definicién de sociedad civil es tan controversial y se puede prestar a muchas interpretaciones, para el presente ensayo la entenderemos siguiendo La perspectiva general del trabajo: "...como una esfera, creada historicamente, de derechos ciudadanaes y asociaciones voluntarias, en la que la Concurrencia politicamente pacifica de unos con otros en ta persecucién de sus respectivos asuntos, intereses e intenciones privadas esté garantizada por una institucién poblica, amada Estado”. Ver en Arbés, Xavier y Giner, Salvador (1993). La gobernabilided. Ciudadania y democracia en (a encrucijada mundial, Madrid, Edit. Siglo XX!, sec. Sociologia y Politica, p. 23. * “La necesidad histérica de consolidar el proyecto requiere de nuevos movimientos sociales cuya accién vaya dirigida a apuntalar el proceso de democratizacién, si su accion fuese sélo simbélico- cultural de sesgo anti-institucionalizante cuya significacién es sdlo para-politica veriamos recortada ta onsolidacién democratica y enfrentarfamos profundamente mas problemas de gobernabilidad”, Lépez, José L. (1993). "Papel de los movimientos sociales en ta democracia”. Revista JUNTOS, CESAP, Afio 3, n? 16, febrero-marzo, pp. 8-9. * Sobre la incongruencia gubernamental y estatal ver Eckstein, Harry (1966). Division and Cohesion in Democracy: A Study of Norway, Princeton University Press; también en “Relaciones de autoridad y accién gubernativa: esquema te6rico”, en Comparative Political Studies 2. Octubre de 1969. ELADIO HERNANDEZ MUNOZ REVISTA DE LA FACULTAD DE CIENCIAS JURIDICAS Y POLITICAS 133 han transformado las actitudes de los ciudadanos? jEn qué consiste la modernizacion de la actividad politica? Y, por Ultimo, gpor qué y hacia donde queremos transitar y qué podemos hacer? Sefialar un problema en concreto en el ambito de lo politico, que es donde se presenta el mayor numero de dificultades, es marcar una ruta de observacién, otra la posibilidad de conquistar, positivamente, el ana- lisis seleccionado. 2. Perspectivas del analisis Podemos observar, en una primera aproximacion, que el proceso de maodernizacion socioecondmica en América Latina ha sido importante desde 1945, pero no ha trascendido politica y culturalmente en la instituciona- lidad del régimen democratico. Esto nos sugiere la necesidad de caracte- rizar ese proceso dentro de un contexto que logre atrapar, desde la gene- ralidad de los acontecimientos historicos nacionales e internacionales, hasta las particularidades intrinsecas de los grupos sociales e interiorida- des de los ciudadanos y su mentalidad colectiva (Vovelle, 1985 y 1989). Como consecuencia de lo anterior, hemos recurrido a una perspectiva la cual intentamos profundizar por su utilidad descriptiva’®. Ella nos per- mite recorrer diversos niveles de estratificacién sobre lo politico sin per- der ta visién de las conjeturas, ya que en caso contrario, la pura imagina- cion cientifica se aduefaria de nuestra subjetividad como analista y del objeto de estudio como propésito. , La perspectiva del enfoque que enunciamos quedara sistematizada a través de una dimensién politica de cuatro escalas, en donde cada una de ellas se fracciona a su vez en un nivel de conocimiento y en un estrato de ® Sobre este particular de las dimensiones en el analisis te6rico de las transformaciones en la transictén politica en nivetes y planos, ver: Hernandez M., Eladio (1994). "Sobre la transicién potitica: Observaciones ‘Metodolégicas, Perspectiva Indagatoria y Reflexiones Preliminares”, en Politeia 17. Edic. IEP-UCV. Caracas, 1994, pp. 351-383. Asi mismo de: Roiz, Javier (1982). Ciencia Politica, hoy. Espana, Edit. Teide, colec. Hay que saber, 1* edic., pp. 75-87. También en: Etzioni, Amitai (1980). La sociedad activa, Madrid, Edit. Aguilar, pp. 51 y ss. En una versién de Sandner, Gerhard se aptica para ta comprensién global de las transformaciones, ver AAVV (1994). "La formacién de nuevas macro-regiones: perspectiva europea”. Cambio de paradigmas en América Latina: Nuevos impulsos, nuevos temores. Caracas, Edic. Nueva Sociedad, Fundacién Friedrich Ebert, ADLAF, pp. 33-50. Von Beyme, Klaus (1994). Teoria politica del sigio XX. De fa modernidad a la postmodernidad, Madrid, Edit. Alianza Universidad. AMERICA LATINA: DEMOCRACIA EN TRANSICION 134 Xl CONGRESO DE ESTUDIANTES Y GRADUADOS DE CIENCIAS POLITICAS lo politico. Aunque estos cuatro parametros del andlisis estén particula- rizados, debemos acotar que su observaci6n en nivetes de interpretacién es concurrente. Los aspectos generales de los problemas se desarrollan en el estrato mas amplio de la dimension, el cual hemos denominado Megapolitico. Esta escala de la dimensién tiene por finalidad abarcar los aspectos de tipo epocal, como es por ejemplo, la globalizacién de la democracia ac- tual y de la integracién de los mercados con sus repercusiones sociocul- turales en los ciudadanos que conforman sociedades y naciones en un nuevo ordenamiento internacional. Asi mismo, la trascendencia de estos efectos y el significado que pueden tener, tanto en el ciudadano y las naciones, como en la propia comunidad internacional. La modernidad y la postmodernidad son términos que han alcanzado en los regimenes de- mocraticos una connotacion importante a través del devenir historico de las sociedades (Carnero, 1992) y su época, en consecuencia, se hace ne- cesario revisar el impacto de sus potenciales efectos culturales y politi- cos, en el estrato que estamos sugiriendo. El segundo estrato de la dimensién es denominado Macropolitico. Este se desarrolla fundamentalmente en el contexto del Estado-Nacion, en donde atin siguen teniendo lugar las relaciones sociopoliticas mas impor- tantes del ciudadano. En él se escenifican algunos aspectos importantes de la vida ciudadana como son los cambios y transformaciones socio- politicas de la Nacion". Un tercer estrato de la dimensin es el Mesopolitico. La observacion epistemoldgica, es decir, su nivel de conocimiento abarca slo aspectos relacionados con las regiones 0 provincias del Estado-Nacion. Conseguir algunas redefiniciones tedricas enunciativas y una reubicacién espacial de los problemas de la accion publica, como pueden ser los de descentra- tizacion y desconcentracion politico-administrativo, las autonomias re- gionales y municipales, es un buen ejemplo para comprender la impor- tancia de este nivel de andlisis. * Sobre la idea de las transformaciones politicas ver Garcia-Pelayo, Manuel (1980). Las transformaciones del Estado contemporéneo, Madrid, Edit. Alianza, 2* edic.; y un texto més reciente, en donde varios autores abordan el problema con una perspectiva menos juridica, ver Benedicto, Jorge y Reinares, Fernando (editores) Hanspeter Kriesi, Leonardo Morlino, Claus Offe y Philippe Schmitter (1992). Las transformaciones de lo politico, Madrid, Edit. Alianza Universidad. ELADIO HERNANDEZ MUNOZ REVISTA DE LA FACULTAD DE CIENCIAS JURIDICAS ¥ POLITICAS 135 El cuarto y Ultimo estrato de la dimension del enfoque analitico es el de los asuntos municipales y/o locales, el cual hemos denominado Micro- politico. Esta escala de la dimensién recoge las transformaciones que afectan mas inmediatamente a los ciudadanos: municipios, parroquias, y comunidad vecinal. Aesta perspectiva debe sumarsele algunos rasgos de las transforma- ciones que tienen lugar durante el proceso de transicién politica en un régimen democratico, ellos son: la contingencia e inherencia de la ac- cién colectiva desatada en los procesos que generalizan los movimientos politicos como acontecimientos historicos, tanto en los valores y creen- cias expresados a través de su comportamiento colectivo (Smelser, 1989), como en la estructuracién y organicidad de la accion social de esos mis- mos movimientos politicos (Touraine, 1973). En resumen, podriamos acotar que esta modalidad enunciada para el analisis a través de los cuatro estratos que la dimension de la potitica sugiere, nos permitira transitar por distintos niveles del conocimiento de lo politico y sus problemas, sin perder el hilo de la problematica facilita- do las reflexiones. Asi, por ejemplo, la modernizacién y su proceso, ge- nera la transformacion que el Estado, la sociedad y el ciudadano requie- ren para adentrarse en la modernidad; es decir, todos aquellos elemen- tos que nos impulsan hacia una época determinada por la evolucién y el desarrotlo sostenido. Ese mismo proceso nos permite relacionar las modi- ficaciones sustanciales que han afectado la racionalidad de los ciudada- nos y grupos sociales dentro det sistema politico. De la democracia, hoy podemos afirmar que durante la década de los afos noventa ha consolidado su presencia significativamente. En conse- cuencia, su representatividad politica, su significacién cultural, su bus- queda de mejor y mayor participacién social y por ultimo, su predominio como régimen politico, constituye una verdadera instigacién revoluciona- ria para lograr transformaciones profundas en el devenir de las naciones latinoamericanas: la reformutacion del Estado de Derechos, la libertad ciudadana, la administracién de la justicia, la problematica de la co- trupcién, la redimensién de los partidos politicos, la pluralidad det poder en todas sus manifestaciones; la creacion de una identidad nacional, re- gional y mundial mas propia de las circunstancias; la creacién de nuevos espacios publicos, son sdlo algunas de las asignaturas pendientes por re- solver en América Latina. AMERICA LATINA: DEMOCRACIA EN TRANSICION 136 Xil CONGRESO DE ESTUDIANTES Y GRAOUADOS DE CIENCIAS POLITICAS Por ultimo, es pertinente considerar, dentro de la problematica de nues- tra perspectiva, a las instituciones democraticas en dos grados diferen- tes: segtin ta formulacién de una expresién, propésito o intencién, y la formatidad establecida para los actos ptblicos (Héffe, 1988). En conse- cuencia, son instituciones relativas o de primer grado todas las organiza- ciones que se encuentran, de alguna forma, regularizadas sociopoliti- camente por tos ciudadanos y son instituciones absolutas o de segundo grado, la estructuradas juridicamente a través de las normas creadas por el Estado, es decir, producidas por los poderes publicos nacionales (Alzuru, 1994). 3. Proceso de transformacion El ciudadano en su interrelacién democratica se transforma perma- nentemente, obteniendo con ello nuevos criterios y juicios para la inter- pretacion y praxis de su entorno social; es decir, en la relacién Estado- Sociedad adquiere, como consecuencia de lo primero, mayor significa- cién. Se convierte en actor principal, es causa y efecto directo de su ambiente politico. La intermediacién de los partidos politicos en las so- ciedades modernas, ya no aparece tan claramente definido ni necesaria como era en un principio (Touraine, 1994:324) Gracias al grado de liber- tad ciudadana y colectiva alcanzado luego del advenimiento de la demo- cracia, el ciudadano posee mayor poder o, en ultima instancia, se da cuenta de él". El incremento de las demandas hacia el Estado y otros actores del sistema politico asi nos to demuestra. Con la presion critica hacia las instituciones, se intenta alcanzar —la sociedad civil particular- mente— un cierto equilibrio y estabilidad integral que, a nuestro parecer, aun no se ha evidenciado del todo en Venezuela y otros paises de América Latina, sin olvidarnos de otros elementos como es el de la igualdad”. En los regimenes democraticos latinoamericanos, la estabilidad politica se ™ En una encuesta realizada por ta Fundacién Konrad Adenauer, la ciudadania aun persiste en el requerimiento que la autoridad controle a quienes le impiden desarrollar su libertad. "La gente quiere democracia, pero mis personal que politica. Siente mas fa necesidad de un gobernante que mande, que de la presencia de los partidos politicos”. Entre la libertad y la igualdad el venezolano no urbano prefirié la primera en un 54% y la segunda con un 33%. Diario El Universal, martes 21 de marzo de 1995, p. 1-10. "Los grandes combates sociopoliticos det pasado siglo y del nuestro tienen lugar precisamente en este terreno abierto entre la igualdad ante la ley existente y la posible existencia de una ley efectivamente igualitaria". Ver en Savater, Fernando (1993). "La tradicién filosofica de la igualdad”. Revista Claves de la razén préctica, n° 36, Madrid, octubre 1993, ELADIO HERNANDEZ MUNOZ REVISTA DE LA FACULTAD DE CIENCIAS JURIDICAS ¥ POLITICAS 137 baso, y se basa alin, en el consenso logrado por los principales actores, los partidos politicos, durante el periodo de transicién de ta dictadura a ta democracia'’, Pero con el transcurrir de los afios los criterios para mantener el consenso sobre la estabilidad se ha ido transformando en un fenémeno mucho mas complejo en beneficio de la democracia, la socie- dad y del propio ciudadano. Ahora bien, lo sefialado anteriormente no ocurrié por simple determi- nismo historico o por el azar de las circunstancias, sino que, por el con- trario, es el resultado de la conjuncién de elementos inmanentes a la cultura, educacién, comunicacion y al propio desenvolvimiento cotidiano de los ciudadanos y sociedades democraticas que posean un cierto Esta- do de Derecho estructurado de acuerdo a los requerimientos exigibles y exigidos por los ciudadanos que habitan en un tiempo y espacio politico. Estos acontecimientos son propios, en gran medida, de las sociedades en proceso de modernizacién. En el caso venezolano, a partir de 1936, los ciudadanos agrupados a través de intereses muy concretos, como son los reflejados a través de los sindicatos, asociaciones empresariales, gremios profesionales, organi- zaciones estudiantiles, entre otros, lograron adquirir representatividad ante la sociedad. Todos han estado demandando y exigiendo constantemen- te satisfacciones por parte del Estado, para que sus instituciones adop- ten conductas y mecanismos adecuados con sus intereses politicos, socia- les, sindicales, empresariales, profesionales, es decir, culturales'®. Pero la interrelacién ha sido, formalmente hablando, hasta 1998, a través de los partidos politicos; como consecuencia, el Estado moderno se construyO bajo el paradigma det populismo partidista, quien se presenté como uni- co garante de las satisfacciones sociales. Esto ha estado condicionado, _ para 1956, las metas fijadas por los sectores que pretendian dirigir el sistema politico apuntaban hacia (o estabilidad inmediata del nuevo orden de cosas y su institucionalidad. Para elto se buscé y togrd un acuerdo de base para evitar un conflicto generalizado entre los diversos actores sociales y politicos presentes para aquel momento y que la evaluacin de a situacién presentaba como los revestidos Be mayor capacidad politica para \levar a cabo una accién exitosa. Luego, por Una parte, se acordé una gran importancia al compromiso entre los grupos que expresaban las perspectivas politico-econdmicas arpalecientesy, por otro Lado, todo proyecto que contuviera modificaciones sustanciales a la situacion presente fue excluido por contradictorio con las metas del compromiso, esto es, con [a estabilidad del Sitema”. Ver en Njaim, Humberto y otros (1975). El sistema politico venezolano, Caracas, Edie. IEP, Facultad de Derecho, UCY, p. 14. El termino cultural es entendido aqui en su sentido mas genérico y comprensivo: el modo de ser, de vivir, de actuar, de comportarse de una colectividad, Las costumbres, {os hébitos, las actitudes, las formas de vivir, de trabajar, de consumir, de recrearse, de relacionarse, de comunicarse, entre otros muchos aspectos lo entendemos como manifestaciones de ta cultura. AMERICA LATINA: DEMOCRACIA EN TRANSICION 138 Xl} CONGRESO DE ESTUDIANTES Y GRADUADOS DE CIENCIAS POLITICAS. tanto por las demandas en si de los partidos politicos, como por los de- mandantes ciudadanos, conduciendo, como era de esperarse, a que el Estado sufriera una hipertrofia operativa, obstaculizando sus capacidades para ofertar satisfacciones, afectando, sin lugar a dudas, la propia cre- dibitidad en el ordenamiento politico. Una consecuencia directa de este proceso ha sido la aparicién de nuevos grupos sociales emergentes y de un Estado mas condicionado, haciendo de ta gobernabilidad’* de los asuntos publicos, por ejemplo, un problema crucial de eficacia y eficiencia técnicas de sus decisiones para la satisfaccion de intereses y la consiguiente legitimidad de ese maltre- cho Estado Social y de Derechos. Los partidos politicos como institucio- nes mediadoras de esa relacién y sus dirigentes como conductores de la misma interrelacién Estado-Sociedad, no han podido solventar la proble- matica existente. Las razones que a nuestra manera de ver Pprivan en esta circunstancia, son de dos tipos: en primer lugar, sus caracteristicas fun- cionales y estructurales (particularmente el centralismo democratico) y, en segundo lugar, por el espacio piiblico que la democracia le ha venido otorgando a la sociedad y a los ciudadanos. En resumen, podemos afirmar que las causas iniciales det Proceso de cambio surgido como consecuencia de las transformaciones institucionales y ciudadanas que engendré el advenimiento de la democracia y el proce- so de modernizacién en los paises de la América Latina, son las siguientes: — MICROPOLITICA: caracterizadas, en lo fundamental, por la involu- cion politico-cultural de las premisas democraticas en el contexto de las instituciones y por la incongruencia del proceso sociocultural de trans- formacién moderna. Esta involucion e incongruencia trastocé creencias, valores y actitudes en la mentalidad publica y privada de la ciudadania, que luego se vieron reflejadas en las conductas politicas. Esto se debid, entre otras cosas, al caracter del proceder "neocolonial” de los principa- les actores del sistema politico. Su consecuencia: la busqueda perma- nente de identidad comunitaria, asi como también el equilibrio existencial necesario entre sus posibilidades reales y las expectativas creadas, tas cuales nunca han podido desarrollarse adecuadamente. Por gobernabilidad entendemos: "...la cualidad propia de una comunidad politica segun la cual sus instituciones de gobierno actian eficazmente dentro de su espacio de un modo considerado legitimo por la ciudadania, permitiendo asi el libre ejercicio de la voluntad politica del poder ejecutivo mediante ta obediencia civica del pueblo”. Ver en Ardés, Xavier y Giner, Salvador (1993). La gobernabilidad. Ciudadania y democracia en ta encrucijada mundial, Madrid, Edit. Siglo XX!, p. 13. ELADIO HERNANDEZ MUNOZ REVISTA DE LA FACULTAD DE CIENCIAS JURIDICAS Y POLITICAS 139 — MESOPOLITICO: fundamentalmente reflejado en la incongruencia que demostraron los actores de los regimenes politicos por asimilar las actitudes, valores y creencias legitimas de los protagonistas en las zonas periféricas. El abordaje ideologizado de la conflictividad centralizada, surgida como consecuencia del proceso modernizador, fecundo la incon- veniencia politica y cultural de los espacios publicos entre la provincia y el Estado central. Es asi como observamos, mayormente, la inconsistencia entre la problematica existente y sus soluciones, entre las viejas e histori- cas urbes y los nuevos espacios territoriales emergentes en las regiones. —MACROPOLITICO: por la hipertrofia del Estado como entidad que asu- me la voluntad general de los ciudadanos, que partio de la inoculacién de irresponsables confrontaciones ideolégicas ocurridas en el propio gen de la democracia recién establecida y las caracteristicas socioeconomicas del proceso de modernizacién, asi como tambi én la negativa significacion social de las demandas sociopoliticas insatisfechas y la consuncion del protagonismo cultural del Poder Nacional. Los resultados son evidentes, la incertidumbre de los ciudadanos acrecento la ilegitimidad de actores y resquebrajo las instituciones, perdiéndose asi elementos claves de la con- ciencia societal. — MEGAPOLITICO: por los efectos que la internacionalizacion de los asuntos pUblicos han venido adquiriendo en el contexto mundial de las naciones desde 1945, hoy en dia reflejado en el término de globatizacion e integracion regional. Los patses y sus ciudadanos no estan exentos de las vicisitudes histéricas de los otros, asi como tampoco lo esta la cultu- ra, la educacién, la tecnologia, la informaci On. La transcultura que exis- te en cada ciudadano, producto de la masi ‘icacion de las nuevas tecnolo- gias de la informacién y de las comunicaciones, lo hacen ser un “tran- seunte”, tanto en la comunidad internacional, como en su nacién o pro- vincia. La naciones son, cada vez mas, una comunidad interdependiente, asi que los problemas particulares adquieren mayor trascendencia en el ciudadano. Su consecuencia cultural esta motivada, fundamentaimente, por la nueva agregacion de intereses en la satisfaccién de las necesida- des, tanto espiritual como material"”. + “El poder esté en todas partes, como el aire que se respira. No se comprende nada de la estructura y del movimiento de un sistema social, si no nos dames cuenta de que esta constituido por una red tpida e intrincadisima (y, por lo tanto, dificil de desentrafar) de interrelaciones de poderes. Pero el poder no es sdlo difuso. También esta dispuesto en estratos, que se distinguen uno del otro por el diferente grado de ‘visibilidad’”. Ver en Bobbio, Norberto (1988). Las ideologias y et poder en crisis, Barcelona, Edit. Ariel, p. 175. AMERICA LATINA: DEMOCRACIA EN TRANSICION 140 Xll CONGRESO DE ESTUDIANTES Y GRADUADOS DE CIENCIAS POLITICAS Para nuestro caso en estudio, Venezuela, resulta patético lo aconte- cido en estos Uiltimos cuarenta afios: la aspiracién o el llamado "espiritu del 23 de enero” de 1958 (Plaza, 1975). El surgimiento de nuevas ten- siones, entre el Estado partidizado y la sociedad plural venezolana, sera una constante en el sistema politico venezolano. Algunos episodios histd- ricos como la revuelta popular det 27 de febrero de 1989 y los intentos de golpes de Estado del 4 de febrero y el 27 de noviembre de 1992", asi nos lo demuestra, no asi el golpe “frustrado” del 11 de abril del 2002. El derecho politico surgido con el "gran acuerdo nacional” que significd la Constitucién de 1961 no fue congruente con la voluntad general, pero si de una fuerte logica de racionalidad instrumental por parte de los ac- tores principales, como no se esperaba en la practica’. La legitimidad expresé mas una connivencia de los grupos politicos y élites econdmicas de la época, que la propia factibilidad de una valoracién positiva del ciu- dadano sobre la norma constitucionat o del mismo proyecto democratico. A lo largo de estos cuarenta y cuatro afios se ha podido constatar que los intereses grupales de los partidos, del mundo econdémico y de las altas esferas militares, se impusieron socialmente a través de la modatidad denominada las “reglas del juego politico”. En Venezuela se entroniza- ron los acuerdos, los pactos, las concertaciones, tos entendimientos ex- clusivamente partidistas y elitescos, menoscabandose asi las reglas del juego democratico en cuanto ajta participacion ciudadana. Es decir, la representacién se restringié a los partidos politicos y a importantes sec- tores de la economia privada, quienes a través del financiamiento de las “Una descripcién y andlisis de estos sucesos se puede ver en diversos articutos de Politela n° 13, "27 de febrero: los sucesos y el analisis”, Caracas, Edic. IEP-UCV, 1989; Politeia n° 15, “Reforma, Constituyente y Golpe de Estado”, Caracas, Edic. IEP-UCV, 1992; Cuadernos del Cendes n° 10, 2* epoca, numero especiat 27/28 de febrero, Caracas, Edit. Vadel-Hermanos, ene-abr, 1989. "La evaluacion sobre algunos aspectos de la racionalidad del sistema constitucional venezolano nos conduce forzosamente a una conclusién: los medios empleados a lo largo de tos 30 a‘ios de vigencia de la Constitucién de 1961 no han contribuido adecuadamente al logroyy realizacién de sus fines y cometidos. Mas alin, se han venido utilizando fines adversos y hasta perversos para el {ogro de la idea misma de Constitucion (ya sea por accién u omisién). El resultado es evidente y potitico: el divorcio casi irreconciliable entre norma y realidad. La realidad es anormat porque se escapa de la normatividad y no es subsumible a ésta. (...) La irracionalidad det sistema constitucional lleva a la pérdida de creencia en la idea misma de Constitucién como norma suprema del orden estatal, y con ello se rompe la adhesién al sistema de principios y valores del Texto Fundamental, regresando a la personalizacién del poder y su ejercicio arbitrario (en el dictador, el funcionario o el partido)”. Ver en Ayala C., Carlos M. (1993). "Consideraciones sobre ta racionatidad en ef sistema constitucional~, en Politeia n® 16, Caracas, IEP-UCY, p. 158. ELADIO HERNANDEZ murioz | REVISTA DE LA FACULTAD DE CIENCIAS JURIDICAS Y POLITICAS, 141 campaiias electorates y el funcionamiento grupal de tas tendencias y per- sonalidades de los partidos, llegaron a condicionar de manera importan- te sus decisiones como representantes populares, particularmente a sus ctipulas y militantes mas comprometidos, relegando, prescindiendo en casi todo, de la participacién ciudadana, con excepcidn de los momentos electorales. La sintonizacién de los modernismos, es decir, los proyectos cultura- les que renuevan las practicas simbdlicas con un sentido experimentat o critico, adquiere magnitudes necesarias cuando los representantes las perciben a través de los instrumentos de legitimacién y participacién que regularmente existen en las sociedades. Cuando esta singularidad de aco- modaci6én modernista se ve interrumpida por los intereses egoistas de los grupos econdmicamente poderosos en contra de los intereses y necesida- des de las mayorias, entonces es cuando aparecen los inconvenientes, las incongruencias politicas. Ahora bien, a pesar de lo anterior, el orden sociopolitico existente se ve afectado también por un proceso de transformacién constante que nos indica una sociedad de tipo monocentrico transitando hacia una de tipo pluricéntrico, En el caso venezolano et binomio Estado-Partido pare- cié reflejar claramente, en la organizacién del régimen democratico, la caracteristica monocéntrica, pero la sociedad reaccion6 y al parecer diri- giéndose, a partir del proceso constituyente de 1998, hacia una orga- nicidad pluricéntrica, por la incorporacién de nuevos poderes sociales emanados de su propio seno contra el viejo Estado de partidos surgido de la Constitucion de 1961. Es decir, la organizacion de los sistemas politi- cos latinoamericanos se ve substancialmente afectada por un nuevo tipo de ciudadano y organizaciones sociales que a su vez es producto de la propia evotucién organizacional de un sistema democratico (Garcia-Pelayo, 1980:92). La llamada crisis es consecuencia de los desajustes entre sujetos e instituciones y no sdlo al contraste filosdfico o tedrico de la democracia representativa y participativa y su praxis, sino que también existen pro- blemas de gobernabilidad de lo puiblico y privado y del propio poder (Bo- bbio, 1985:5-25) Lo inadecuado de las estructuras estaticas del Estado latinoamericano, en relacién con la evolucién y desarrollo dinamico de las sociedades y sus ciudadanos, es debido a la modernizacién como pro- ceso socioeconémico que trata de ir construyendo ta modernidad. AMERICA LATINA: DEMOCRACIA EN TRANSICION 142 Xi CONGRESO DE ESTUDIANTES Y GRADUADOS DE CIENCIAS POLITICAS 4. Racionalidad instrumental La transformacién moderna o el proceso socioecondmico de moderni- zacién mediante el cual se modifican la escala de valores y creencias de tos modernismos (Garcia, 1990) como proyectos culturales, hacen que el poder social de los ciudadanos se convierta en politico y, muy particular- mente, se intente institucionalizar en el Estado, el cual lo debe conceder a través de un procedimiento normativo congruente. Los partidos politicos, por ejemplo, lo alcanzaron para su beneficio en torno a la legitimidad del poder y el de sus dirigentes, cuando consi- guieron constitucionalizar su designacién como Unicos mediadores 0 re- presentantes de la voluntad y soberania popular. En el caso venezolano a través del articulo 114 de la Constitucién Nacional de 1961: “Todos los venezolanos aptos para el voto tienen derecho de asociarse en partidos politicos para participar, por métodos democraticos, en la orientacién de la politica nacional”. La Constitucién venezolana de 1961 nunca fue sometida a un referén- dum popular, democratico y participativo. De esa manera se impidio que otros poderes sociales y fundamentalmente el del soberano se manifes- tara. Esto vulneré el proceso de democratizacién moderna. Seguin Garcia-Pelayo: ...para que un poder social se convierta en estatal ha de sufrir un proce- so de transformacién; es decir, o bien ha de ser investido como poder estatal por un procedimiento juridico, p. ej., las elecciones, o bien ha de apoderarse del poder pubblico, y dejando, con ello, de ser to que es lo mismo, superior a todos, no imponiéndose ya por presion sino por la cocasién implicita en las leyes, ni manteniendo una relacién de concu- rrencia con los otros poderes, sino de supra y subordinacién”. Podemos decir, sin temor a equivocarnos, que los cambios producidos por las transformaciones democraticas de la sociedad y el ciudadano es- tan ocurriendo de forma intensa y a pesar de la partidizacion del Estado, desde el mismo instante en que se logra una transicidn a la democracia ® "Un poder social -p.e)., un sindicato, una empresa, la Iglesia, etc. puede presionar a los paderes del Estado incluso hasta el punto, si se quiere, determinar su conducta, to que no. puede hacer, en tanto que haya Estado, es ejercer por si mismo los poderes publicos y, por ende, dar leyes o decisiones que vinculen directa y juridicamente a los ciudadanos. Sin duda que el Estado esta condicionado por tos poderes sociales, pero el hecho mismo de estar condicionado por estos significa que se trata de cosas Gistintas pues no hay condicionade si no hay condicionante”’. Ver en Garcia-Pelayo, Manuel (1991). Obras Completas, Madrid, Edic. Centro de Estudios Constitucionales, 3* edic. ELADIO HERNANDEZ MUNOZ REVISTA DE LA FACULTAD DE CIENCIAS JURIDICAS Y POLITICAS 143 (1958). Pero estos cambios no fueron del todo satisfactorios con las ex- pectativas acumuladas. A partir de 1958 y a pesar de la instrumentalizacion del régimen de- mocratico, este fue uno de los modos de conduccién de los asuntos puibli- cos en Venezuela. En los tiltimos 40 aios de historia democratica los dirigentes de los partidos politicos asumieron el rol de ser los Unicos depositarios de la razon universal de soberania. Ademas, solo a través de los partidos politicos, como mecanismo de legitimacion, fue que conci- bieron la representacién y participaci6n politica. En otras palabras, se evidencié constantemente una disfuncionalidad recurrente y desequilibradora de lo social: entre expectativas y apego de un primer y basico ordenamiento sociopolitico y colectivo, y un desarre- glo desalentador y asfixiante por parte del Estado y los actores partidi tas. Como bien lo afirma Lafontaine (1986:176), en su aspecto social: Como ensefia la experiencia histérica, una sociedad en rapida transfor- macion es también una sociedad en desequilibrio. Transformaciones ini- ciadas consciente o inconscientemente en sectores parciales de la so- ciedad repercuten a menudo en otros sectores de forma no siempre previsible ni controlable. Desde el punto de vista de la emancipacion y la democracia, el primitivo sistema de la sociedad industrial burguesa {...)) efa inequitativo como injusto. No obstante, era equilibrado, ya que ambas ‘mitades’ se retacionaban funcionalmente entre si. En la fase actual, este sistema se ha hecho més igualitario y mas justo, pero al propio tiempo ha perdido et equilibrio porque ambas partes ya no estan sintonizadas. La incongruencia, a pesar de algunas reformas en el ordenamiento de segundo nivel que el Estado presentaba antes de 1998, fue de muy baja repercusién y efectos politicos ante los deseos, necesidades y expectati- vas del primero. En consecuencia, el Estado, sus instituciones y los parti- dos politicos como actores fundamentales vieron decrecer su controt y dominio de lo publico, y también de lo privado, afectandose asi el desa- rrollo y evolucién de un tipo de régimen democratico representativo. Pero, como se restableceria la congruencia? ” ya que esa situacién también contribuy6 con el protagonismo relevante de nuevos actores y % El sociélogo Heinz R. Sonntag se lo plantea, pero desde una perspectiva socioeconémica: "yCémo habrd de combinarse ta transformacién conciente del ordenamiento socioeconémico con la renov: de la democracia, de modo que se generen y mantengan las condiciones del ejercicio de la ciudadania democratica2", El Nacional, miércoles 15 de junio de 1994, cuerpo A, p. 4. ‘AMERICA LATINA: DEMOCRACIA EN TRANSICION 144 Xll CONGRESO DE ESTUDIANTES Y GRADUADOS DE CIENCIAS POLITICAS movimientos sociales y politicos”, que no comulgaban con las tradiciona- tes maneras de actuar de los partidos politicos y sus dirigentes, particu- larmente, en cuanto al control sobre los actores emergentes de la socie- dad civil. Existen, a nuestra manera de ver, transformaciones importantes en el régimen politico venezolano a partir del proceso constituyente de 1999, que pretenden sostayar este asincronismo entre el Estado, la sociedad y el ciudadano, pero ello no ha logrado subsanar importantes conflictos in- crustados histéricamente en la sociedad. La estrategia que se ha utilizado preferente y explicitamente es la de lograr establecer modificaciones direccionales en el comportamiento de los protagonistas, en las formas estructurales y operativas que manifiesta publicamente ante el Estado y sus instituciones. Las transformaciones 0 el mado en que la interioridad del ciudadano ha logrado entender lo pliblico hoy, son superiores en ex- pectativas; es decir, requiere mucha mayor profundidad en el abordaje de los problemas existentes. Cambios tacticos que modifiquen la direc- cién de algunos asuntos puiblicos no parecen suficientes segiin las Ultimas experiencias latinoamericanas. Se espera y aspira, por parte de la socie- dad, modificaciones sustantivas que recojan el espiritu de lo transforma- dor, de lo trascendente, de lo realmente necesario, de lo esperanzador para un colectivo nacional. Et régimen democratico, la forma politica como se ha gobernado en América Latina no parece suficiente. Deberian existir algunos aspectos del segundo orden (juridico-politico) que pudieran ser enmendados para colocarlos en sintonia con los propésitos y necesidades transformadas del primer orden (sociopolitico). Al parecer, ta democracia electiva de cada seis, cinco 0 cuatro afios, asi como la participaci6n restringida a los par- tidos politicos y demas grupos organizados politicamente de la sociedad civil, no parece ser suficiente para rectificar esa representatividad legi- tima y la eficacia social. Las llamadas reglas del juego (Buchanan y Tullok, 1980) y las reglas de juego politico (Bailey, 1970) estan mostrandose caducas. Ellas repre- 2 Sobre todo {os nuevos movimientos sociales y politicos. En este sentido compartimos la idea que en nuestros paises, "...las luchas sociales siguen manteniendo un alto contenido politico, y los movimientos obrero, ciudadano y estudiantil siguen ‘ocupados’ en el logro de profundas transformaciones democraticas, donde los elementales valores de justicia y solidaridad tienen atin mayor vigencia. En este contexto de supervivencia, donde los campos de accién son menos amplios pero mas profundos, "sociedad civil es hacer todo lo que et gobierno no hace y deberia hacer’.” Ver en Adell, Ramién (1994). “Movimientos sociales y contexto politico”, Revista Leviatén n* 56, Madrid, pp. 114-5. ELADIO HERNANDEZ MUNOZ REVISTA DE LA FACULTAD DE CIENCIAS JURIDICAS Y POLITICAS 145 sentan para las interrelaciones de los protagonistas de los sistemas po- liticos, una manera de concebir la politica y lo piiblico poco conveniente por su ineficiencia e ilegitimidad. La manera en como los actores politicos acometen la problematica social y politica existente, asi como la habilidad en sus soluciones no parecen estar solventando las carencias que las mayorias nacionales re- claman. Heinz Sonntag, en un articulo de prensa lo expone en una dimen- sién megapolitica, para comprender ta problematica venezolana a través de la siguiente reflexion: En estos tiempos de (...) transformaciones coexisten en el mundo dos tendencias simultaneas (...) Una es del desencanto con la democracia reatmente existente. Fendmenos como ta corrupcion, la incapacidad del tiderazgo yla petrificacion, de los partidos estan entre sus causas. Tiene otras raices en la percepcion de tos ciudadanos que este régimen politi- co (ya) no es capaz de satisfacer las demandas que ellos sienten como legitimas, de que no les abre el espacio de participacién que reclaman, en fin, de que ha desarrollado una vida propia que to aleja cada vez mas de ellos que son, segun el discurso y la teoria, su base y sus actores. Se expresa en las altas (y muchas veces crecientes) tasas de abstencién electoral y en la apatia en aumento frente a la res pliblica (...) La otra tendencia apunta hacia la renovacién de la democracia. Viniendo desde arriba (desde la clpula del Estado) o desde abajo (impulsada por movi- mientos sociales mas 0 menos auténomos respecto de los partidos y or- ganizaciones politicas existentes) 0, en un movimiento coetaneo, desde abajo y desde arriba, busca disefar, instaurar y eventuatmente codificar en una nueva Constitucién mecanismos que permiten una mejor media- cién entre el Estado y la sociedad civil (la cual es al fin y al cabo la funcién especifica del sistema politico), que facilitan una mayor partici- pacidn de los ciudadanos y que hacen posible un proceso mas flexible de toma de decisiones sobre todos los asuntos de aquella res-publica; et polo de comparacién es siempre el funcionamiento de la democracia actual. Existe, como negociacién politica una tactica muy extendida y fuer- temente sustentada por la élite dominante, o aquellos grupos de actores con poder (Keller, 1971:14), para el acuerdo y la negociacién que se debe practicar intra e interpartidista, en donde los intereses grupales, tenden- ciales y personales de esas organizaciones, privan sobre el interés o los intereses nacionales. ™ Sonntag, H. El Nacional, idem. AMERICA LATINA: DEMOCRACIA EN TRANSICION 146 Xl CONGRESO DE ESTUDIANTES Y GRADUADOS DE CIENCIAS POLITICAS La logica recurrente de los acuerdos partidistas como reglas del jue- go democratico elitista estan prescritas hoy en dia en el régimen politico venezolano (Pacto de Punto Fijo). Pero el tipo de instauracion democra- tica y de transicion politica, hizo de esa ldgica el lei motiv del desarrollo institucional del Estado a partir de 1958, condenando asi la perceptibilidad de los postulados constitucionales de 1961 y la transformacién sincronizada entre el ciudadano y el Estado de Derecho. De igual forma ocurrié en Chile, Argentina, Pert, Bolivia, y Paraguay después de la transicion poli- tica. En otros términos, por el modo y la forma que asumieron los princi- pales actores politicos su rol politico, permitio que el régimen democra- tico adquiriera una formalizacién en la representatividad que podemos resumir en el ejercicio y et control centratizado de todos los instrumen- tos, mecanismos e instancias de decisién politica que existen en tos regi- menes politicos de América Latina. La légica de esa racionalidad politica crea una gran interrogante, la cual no pretendemos abordar aqui, pero quedara pendiente para un poste- rior estudio en donde se intente resolver: jcdmo la logica de la cultura politica establecida con ta modernizaci6n a partir de los afios cuarenta en América Latina, cristalizé en un proceso democratico que condiciond, acriticamente, su legitimidad? En otros términos, fue el populismo, la improvisacion y el personalismo o “la pilleria consuetudinaria”™ de la clase politica dirigente lo que permitid esta situacin, o por el contrario, fue la implantacién de un modelo teérico y previamente concebido lo que prevalecié en la instauracién y consolidacién det régimen democratico. Por otra parte, y siguiendo con nuestro hilo conductor det analisis, también deberiamos preguntarnos: gcomo se gest, o mejor dicho, como se intenté establecer los aspectos de una modernidad politica en los sis- temas politicos de América Latina?, y zcual es el resultado de la misma? (Touraine, 1994:151-175). Preguntas aun pendientes por responder. + Estas consignas en abstracto podrian considerarse como expresivas de cierta racionalidad en busqueda de una accion estatal no trabada por excesivos utopismos democraticos. Sin embargo, en las condiciones concretas venezolanas creo que patentizan mas bien una pilleria consuetudinaria de politicos no acabados de acostumbrar al proceso de responsabilidad democratica y no dispuestos a tomarse en serio las ventajas que también puede acarrear, entre ellas el tener que preparar mas cuidadosamente las politicas, prever mas los inconvenientes que encontraran y hacer un mayor esfuerzo para hacerlas comprender al pueblo que, por cierto, en una democracia, es el titular de {a soberania”. Njaim, Humberto (1993). La Racionalidad, sus dificultades y su rescate entre nosotros. Politeia n° 16, IEP, UCV. Caracas, p. 86. ELADIO HERNANDEZ MUNOZ REVISTA DE LA FACULTAD DE CIENCIAS JURIDICAS Y POLITICAS. 147 5. La transformacian moderna en Venezuela Para algunos autores de nuestro contexto supranacional la moderni- dad en América Latina (Garcia, 1989:31-63) constituye cuatro movimien- tos fundamentales, a saber: a. un proyecto emancipador: la racionalizacion de la vida social y la ciudadania creciente; b. un proyecto expansivo: extender el conocimiento y la posesidn de la naturaleza, la produccién, la circulaci6n y el consumo de los bienes; c. un proyecto renovador que abarca dos aspectos: c.1. mejoramiento e innovacion de la relacién con la naturaleza y la sociedad, liberada de toda prescripcién sagrada sobre cémo debe ser el mundo, y; ¢.2. necesidad de reformular los signos del consumo; d. un proyecto democratizador: se confia en la educacién, la difusin del arte y los conocimientos especiatizados para lograr una evo- tucién racional y moral. Podriamos afirmar que la modernidad es el resuttado de una conjun- cién de elementos que implica o denota ta idea de una continuacién evo- lutiva de cinco aspectos del desarrollo: despegue econdmico, crecimien- to urbano, ampliacién del mercado cultural y educativo, nuevas tecnolo- gias y aparicién de nuevos movimientos y protagonistas politicos. En qué medida 0 en qué forma estos factores de la modernidad inter- vinieron en el SPV luego del advenimiento de la democracia politica ve- nezolana en 1958, para que los ciudadanos y la sociedad venezolana se adentraran definitivamente a una época moderna segun los tiempos que corrian desde mediados del siglo’. La modernidad de Venezuela (etapa histérica) se inicia, en términos generales, al igual que otras latitudes en América Latina, en los afios cuarenta como proyecto emancipador. Particularmente a raiz de los 7 "...al comenzar la segunda mitad de este siglo es que (as élites de las ciencias sociales, el arte y la literatura encuentran signos de firme modernizaci6n sociceconémica en América Latina, Entre los aos cincuenta y setenta al menos cinco clases de hechos indican cambios estructurales: a) el despegue de un desarrollo econémico mas sostenido y diversificado, que tiene su base en el crecimiento de industrias con tecnologia avanzada, en el aumento de importaciones industriales y de empleo de asalariados; b) la consolidacién y expansién del crecimiento urbano iniciado en la década de los cuarenta; yc) la ampliacién del mercado de bienes culturates, en parte por las mayores concentraciones urbanas, pero sobre todo por el rapido incremento en la matricula escolar en todos tos niveles”. Garcia C., Néstor (1989). Culturas hibridas, México, Edit. Grijatbo, pp. 81-82. AMERICA LATINA: DEMOCRACIA EN TRANSICION 148 Xl CONGRESO DE ESTUDIANTES Y GRADUADOS DE CIENCIAS POLITICAS acontecimientos de 1936” y muy concretamente con ta Constituyente de 1947”, el impulso politico es considerable. Pero no es sino hasta 1958 con la instauracién definitiva de la democracia como régimen politico, que el pais se orienta hacia la modernizacion de sus instituciones a tra- vés de un proceso de construccian moderna”. La democracia fue en 1958 un modernismo (proyecto cultural) que no logré su institucionalizacion adecuada. Y ello se debid, entre otras cosas, a que la misma se asumid desde el Estado partidizado como institucién y no desde la sociedad como Nacién. En otros términos, el Estado autorita- rio de la época gomecista siguié privando como agente auténomo de la transformacion y del institucionalismo politico (tendencia) de manera residual a través de los partidos politicos y su clase dirigente. La socie- dad en general y la sociedad civil en particular, por el contrario, queda relegada del proceso transformador de los modernismos emergentes del Estado. Su participacién politica, por ejemplo, se circunscribié al ambito electoral exclusivamente. La sociedad y sus ciudadanos fueron descono- cidos, organica y funcionalmente, de cualquier aliento transformador. La clase dirigente de los partidos politicos pensaba y actuaba por la socie- dad (von Beyme, K., 1995). Un elemento que contribuyé a consolidar esta situacién fue la inmen- sa riqueza que la industria petrolera puso en manos del Estado a partir de los afios cuarenta, y que luego se incrementé con la proclamacion de la £1 17 de'diciembre de 1935 muere en Caracas el General Juan Vicente Gémez, quien durante 27 afos (1908-1935) dirigié los destinos del pais como Presidente Constitucional y Comandante en Jefe del Ejercito, Durante su autocratico mandato se reformé la Constitucién Nacional 7 veces, todas dirigidas 2 fortalecer el régimen politico. El 16 de julio de 1936 se sanciona, por el Congreso de los Estados Unidos de Venezuela, una nueva Constitucién que luego fue promulgada por el entonces Presidente de ia Republica General Eleazar Lépez Contreras (heredero del régimen anterior) et 20 del mismo mes. EL 23 de abril de 1945 el Congreso sanciona una reforma parcial, y es promulgada por el 5 de mayo det mismo aio, Desde un punto de vista politico, esa reforma significd un salto cualitativo que progresivamente van afirmando tos derechos ciudadanaes y politicos del ciudadano. 2 Después del golpe de Estado del 18 de actubre de 1945, se instala la Asamblea Nacional Constituyente ta cual sanciona el 5 de julio de 1945 una nueva Constitucién, que es promulgada ese mismo dia por la Junta Revolucionaria de Gobierno (mititar-civica) encargada para ese entonces del Poder Ejecutivo. La tendencia politica enmarcada en sus articulos responde ala doctrina politica de la primera postguerra acentuadas con la segunda; es decir, a la concepcién del Estado liberal se le yuxtaponen la concepcion Gel Estado de bienestar y del Estado intervencionista. €l Estado pasa a ser un ente activo en ta resotucién de los problemas sociales, politicos y econdmicos y en el gran promotor del desarrollo. 3 EL 23 de enero de 1958 una rebelidn civico-militar con importante y decisiva participacién popular, derroca el régimen militar y dictatorial del General Marcos Pérez Jiménez, quien detent et poder ‘entre 1948-1958 en nombre de las FFAA, El 23 de enero de 1961 el Congreso de la Republica sanciona una nueva Constitucién nacional, la cual se planted como un programa a desarrollarse en la cambiante vida de una Nacion. ELADIO HERNANDEZ MUNOZ REVISTA DE LA FACULTAD DE CIENCIAS JURIDICAS Y POLITICAS 149 reserva de la industria petrolera al Estado el 1 de enero de 1976, esto le permitia un poder de intervencion y direccién en la sociedad alin mas ilimitado. La clase dirigente de los partidos que eran, y atin lo siguen siendo, estatistas en su fundamentacién ideolégica, aprovecharon estas circunstancias para acrecentar su poder politico en la sociedad, a tal punto que llegaron a invadir el suefio de los ciudadanos. Otro aspecto relevante por el cual la democracia no ha llegado a ins- titucionalizarse adecuadamente, esta referido a la rigidez de la clase po- litica venezolana en su dos vertientes mas significativas: la primera, por el tipo de organizacién y funcionamiento que asumieron los partidos poli- ticos como consecuencia de las ideologias predominantes en el mundo y en segundo lugar, la poca formacidn educacional y evolucién cultural. En resumidas cuentas, a partir de 1958 la sociedad venezolana abra- za los proyectos culturales que pretendian una modernizaci6n de la so- ciedad venezolana, es decir, la transformacién del ciudadano y la socie- dad entera. La instauracion de la democracia como forma politica contri- buiria a su realizacion, pero un Estado que subsidiaba en casi todo a la sociedad y una clase dirigente y gobernante que impedia crear una nueva institucionalidad, condujeron a la Nacion hacia un atolladero de creen- cias y valores incoherentes con el ordenamiento politico democratico pretendido inicialmente. Es indudable que el proyecto inicial de modernizacién en Venezuela alcanzo elemental logro a partir de 1936. Hay un despegue importante de la economia. De ser un pais eminentemente agrario a través de un régimen econdmico de monocultivo agroexportador, se pasd a una socie- dad de produccién semi-industrializada, fundamentado en el comercio y los servicios, en donde el petrdleo jugé un papel muy importante como industria de extraccién, regando con su influencia otros rubros de la in- dustria no tradicional para la época. En los primeros meses del gobierno del General Eteazar Lopez Con- treras, se establecieron las bases de un proyecto de desarrollo economi- co y social denominado “Programa de Febrero” (1936), en donde el Esta- do, a través de la industria petrolera, comienza a jugar un papel cardinal por su inmensa capacidad financiera. Entre 1936 y 1957 se puede hablar de un Estado promotor subsidiario y un desarrollo econdémico y social AMERICA LATINA: DEMOCRACIA EN TRANSICION 150 Xl CONGRESO DE ESTUDIANTES Y GRADUADOS DE CIENCIAS POLITICAS dependiente, que se puede demostrar con el siguiente dato: el Producto Territorial Bruto (PTB) aumento a una taza interanual del 9.8%. El crecimiento urbano, como consecuencia de lo anterior, se multipli- 6 a tal punto que aparecen los grandes cinturones de miseria en las principales ciudades del pais. La construccién de viviendas, particular- mente, no pudo satisfacer las grandes demandas existentes como conse- cuencia de la ampliacién y requerimientos de nuevos servicios. La inmi- graci6n de la periferia hacia el centro fue abrumadora, y la construccion de grandes vias de comunicacién e infraestructura no pudieron ser satis- fechas”. A manera de ilustracién, en 1936 con apenas 5000 kms. de carrete- ras, se crea la Comisién Permanente de Vias de Comunicacion y en 1941 el Consejo Nacional de Obras Publicas. El mayor impulso en este tipo de infraestructura se dio a partir de 1950; ya para 1978 se contabiliza una red total de carreteras que alcanza a los 61.059 kms, de los cuales el 36% estaban pavimentadas, el 40% engranzonadas, y el 24% restantes atin continuaban siendo de tierra. En el terreno de la educacién formal el desarrollo ha sido también bastante fructifero desde 1936. Para ese aio la matricula de la educa- cién superior apenas supera los 1500 estudiantes, 24 aiios después supe- raba los 23.000 estudiantes, en 1982 la cifra total sobrepasa los 350.000 alumnos en el sub-sector de educacién superior. La ampliacién del mercado cultural y educativo alcanz6 niveles nun- ca sospechados para Venezuela. En el sector educativo formal las cifras de crecimiento fueron astronémicas. Todos los niveles fueron concurri- dos masivamente y en cierta forma se le otorgé satisfaccién a la deman- da existente. La masificacién de la educacién fue una bandera recurren- te de los gobiernos a partir de 1958. De igual manera los centros para el desarrollo cultural: teatros, bibliotecas, editoriales, cines, los propios medios de comunicacién social, etc. » En 1936, por ejemplo, la poblacién econémicamente activa se agrupaba principalmente en el sector agricola y extractivo representada por el 68,8% del total. En 1967 ya esa misma poblacién significaba solo el 32,2%, y el sector terciario de la economia (servicios), por el contrario habia aumentado al 48,6% del total de la poblacién activa. ® Las estadisticas del Ministerio de Educacién nos sefialan que para 1982 Venezuela tiene funcionando 15,950 planteles con una matricula de 4,746.037 estudiantes. El salto cuantitativo se realizé a partir de 1958. ELADIO HERNANDEZ MUNOZ REVISTA DE LA FACULTAD DE CIENCIAS JURIDICAS Y¥ POLITICAS 151 Las nuevas tecnologias administrativas para los servicios, asi como también para el desarrollo industrial fueron adquiriendo importancia, tanto el aparato productivo del pais como en el desarrollo social. La industria de ta comunicacion, por ejemplo, tuvo un importante desarro- lo. Se instalaron las primeras plantas de ensamblaje automotor. En ge- neral se vivid una importante conversion industrial: construccion, diver- sificacion de la industria manufacturera y del procesamiento de diversos productos. Para 1950, por ejemplo, solo el valor de la produccién manufacturera supera la produccién del sector agricola. En 1980 el sector industrial representaba el 18% (600.000 trabajadores) del total de la poblacién ocu- pada y su produccién significaba el 16% del PTB. En contraste, para 1936 la fuerza laboral det pais apenas alcanzaba a los 47.000 trabajadores. La aparicion de nuevos movimientos y protagonistas politicos, los cuales no se han detenido desde 1936, es el sector que nos interesa mas. Tanto por su importancia para el desarrollo y evolucién de la institucio- nalidad del sistema representativo como para la misma perfeccion de la democracia participativa. Los primeros partidos politicos modernos se fundan, legalmente, en la década de los afios que transcurren durante 1940. Concretamente Ac- cién Democratica de ideologia socialdemdcrata en 1941; el Partido Social- cristiano Copei (1946) y el Partido Comunista de Venezuela en 1945. Paralelo con la fundacién y participacién legal de estos partidos politicos y otros sin mayor significacién ideoldgica y popular, aparecieron los movi- mientos de los trabajadores, los cuales habian tenido protagonismo politico desde la década de los aiios veinte, como es la Confederacion de Trabaja- dores de Venezuela (CTV) en 1936 y posteriormente el organismo que aglutind preferentemente a los empresarios e industriales, Fedecamaras. Con estos actores, muy importantes para la época, podriamos afir- mar que el proceso de modernizacién socioeconémica y politica se hizo presente en Venezuela. Pero lo que nos interesa destacar en esta oportu- nidad es el impacto que esto logré para la transformacion y desarrollo democratico del pais y particularmente sus instituciones. El incremento de nuevos partidos y movimientos sociales en el siste- ma politico venezolano garantiz6, como era de esperarse, una mayor AMERICA LATINA: DEMOCRACIA EN TRANSICION 152 Xl CONGRESO DE ESTUDIANTES Y GRADUADOS DE CIENCIAS POLITICAS representacion y participacién politica, pero sdlo a través de los media- dores: los partidos politicos. Casi todas las demandas de los ciudadanos y grupos sociales eran y atin son presentadas a través de las organizaciones politico-partidistas y/o su clase politica. Son las correas portadoras de demandas hacia el Estado en su conjunto y a cualquiera de los poderes nacionales. Esta situacién permitié que los partidos y su clase dirigente se adue- fiaran de la representacion social y politica de los ciudadanos. La crea- cién de un Estado partidista o de una democracia partidizada fue total. El ciudadano quedé relegado a participar casi exclusivamente en los pro- cesos eleccionarios de cada cinco afios. Es decir, por una parte un Estado que subsidiaba todos los aspectos del ordenamiento econémico y unos partidos que legitimaban la representacién de las mayorias sociales no permitid ni el desarrollo de las instituciones, ni la formacion, cultural- mente hablando, de un ciudadano participativo. Pero eso no impedia que a propia sociedad, en su accionar cotidiano, no creara nuevas formas de participacion en la medida en que el Estado y sus instituciones no fueran dando respuestas a sus demandas. La apari- cion de nuevos grupos de interés y de presién, dentro de los movimientos sociales, fue alcanzando posiciones de mayor relieve en el pais, en la medida en que situaciones conflictivas aparecian. La formacion y educacién del ciudadano como consecuencia de la modernizacion educativa y cultural, lo preparaba mentalmente para ad- quirir nuevas responsabilidades. De igual forma, la propia insuficiencia de los partidos, por su organizaci6n cerrada, no les permitié cumplir su rol para la transmisién de las demandas y, mucho menos, la satisfaccién de ellas. El ciudadano recurria a sus propias potencialidades, aparecien- do nuevas formas de organizacién social con caracteristicas politicas. Desde el movimiento estudiantil hasta las organizaciones vecinales, pasando por grupos econdmicos y de obreros, la organizacién sociopolitica se diversifico. Para los afios noventa ya son miles las organizaciones so- ciales existentes, y varias las que representan a los obreros y a los pro- pios empresarios. A pesar de eso, las organizaciones partidistas mantie- nen sus estructuras internas y su organizacién centro-democratica. La militancia activa de los partidos ha bajado significativamente, junto al repudio y descontentos de la ciudadania, y los representantes legales y ELADIO HERNANDEZ MUNOZ REVISTA DE LA FACULTAD DE CIENCIAS JURIDICAS Y POLITICAS 153 tegitimos de muchos intereses ciudadanos se representan o median a tra- vés de otras entidades que no son de los partidos politicos. Uno de los elementos a destacar en esta situacién es a través de la logica politica. La forma en como la clase dirigente de los partidos poli- ticos conducian la sociedad, estaba basada en la sumisién del ciudadano a sus reglas particulares: se eliminaban las expresiones singulares, se ahogaban las particularidades, se establecian reglas inapropiadas, pero comunes para todos los ciudadanos. Todo ello a través de valores y creen- cias que sdlo estaban en capacidad de producir las grandes ideotogias del momento. En otras palabras, se subordinaba lo ciudadano a unas reglas de juego colectivo cuyos Unicos productores, y beneficiarios directos, eran las clipulas partidistas (Lipovetsky, 1994). La democracia instaurada despersonaliz6 la sociatizacion del ciudadano demécrata. Como consecuencia de to anterior, el beneficio social y la utilidad publica de la democracia se realizaron como un servicio privado. Sdlo se beneficiaban y encontraban utilidad quienes participaban en el juego. Cuando el juego no permitid la incorporacién de nuevos jugadores se crearon, en primer lugar, nuevas formas de jugar sin sentarse a la mesa y, en segundo lugar, otros juegos distintos a los tradicionalmente pautados. Las instituciones del sistema politico venezolano y su proceso de racionalizacién de la modernidad: burocracia, el derecho formal y la eco- nomia moderna, por ejemplo, establecieron una razon objetiva, unificante, controladora y disciplinante que es antagonica a los principios democrati- cos (Wellmer, 1994:103-140) La paralizacién histérica de un proceso de- mocratico es impensable, es decir, instaurada la democracia y creadas algunas de sus condiciones basicas de desarrollo, la ciudadania tenia que tomar, mas temprano que tarde, sus propias definiciones. La necesidad obligé al ciudadano a plantearse nuevas formas de par- ticipacién. Su propia evolucién sicosocial en un ambiente de apertura democratica tenia que prevalecer. La inadecuacién de las instituciones politicas y la incubacién de sus agentes de intermediaci6n fueron rebasa- das por {os acontecimientos. La abstencién electoral de los dltimos afios y la creciente participacion sociopolitica del ciudadano y grupos sociales no tradicionales corroboran ta afirmacién. Ahora bien, por qué no se alcanzé una mejor evolucién democratica de nuestras instituciones y de los mismos ciudadanos en el transcurso de AMERICA LATINA: DEMOCRACIA EN TRANSICION 154 Xil CONGRESO DE ESTUDIANTES Y GRADUADOS DE CIENCIAS POLITICAS los Ultimos afios. La respuesta, aunque ya ha sido abordada de alguna manera en las reflexiones preliminares, es de capital importancia para comprender la transicion existente actualmente. En la dimension megapolitica, la integracién socioecondmica y cultu- ral de la comunidad internacional ha vertido en la sociedad venezolana un conjunto de valores y creencias que superan cualquier orden prede- terminado (Giddens, 1994)". El mismo hecho de que en Venezuela la mo- dernizacién como proyecto emancipador se concretara en la posguerra mundial es significativa, si tomamos en cuenta que los principales hechos de la crisis del sistema politico venezolano (1992) se manifestaran des- pués del derrumbamiento del muro de Berlin en 1989, icono del fin formal de la guerra fria y la disolucién de la URSS en 1991. Su relaci6n o correla- cin directa no puede desarrollarse facilmente, pero es evidente que la situacién internacional de las dos potencias (EUA y URSS) cambio radicat- mente. La integracién econémica de Venezuela a los grandes mercados internacionales, y particularmente el relanzamiento del Mercado Andino, perfilé un nuevo tipo de perspectiva socioeconémica y cultural en la idea latinoamericana de los afios sesenta y setenta en torno al desarrollo sociopolitico hacia dentro y auto sostenido de la Comision Economica para América Latina (Cepal)® en tos grandes y medianos grupos econdmicos. La integracion con Colombia, ejemplo mundial de rapido y sostenido inter- cambio comercial, pulveriz6 las ideas de que el mercado estadounidense 0 europeo eran los Unicos y mas utiles para nuestra economia. Las inver- siones provenientes de los “tigres asiaticos” y su ejemplo de despegue econémico, particularmente Corea del Sur, rompieron barreras de inter- cambio anteriormente imposibles por la hegemonia estadounidense. La formacion, educacién y creacién de importantes recursos huma- nos en el exterior, dinamizé junto con las universidades y otros centros Este fenémeno de globalizacién también es denominado como mundializacién: "La mundializacion puede por tanto definirse como la intensificacin de tas relaciones sociales en todo el mundo por las que se entazan lugares lejanos, de tal manera que los acontecimientos locales estan configurados por acontecimientos que ocurren a muchos kilémetros de distancia o viceversa. (...) La transformacién focal es parte de la mundializacién y de la extension laterai de las conexiones a través del tiempo y el espacio” (pp. 67-68). 2 "Se pueden distinguir dos periodos, claramente definidos, el primer periodo: desde su creacién en 1948 hasta 1959, donde predomina la vision ‘economicista’ del problema; y el segundo periodo: desde 1960 hasta hoy, donde al enfoque anterior se agrega una visidn sociolégica del problema como una consecuencia de la influencia de los estudios en éste campo y de importancia alcanzada por la teoria de la ‘modernizacién’.” Caldera P., Mireya (1990). Democracia y desarrotlo, Caracas, Edit. Acta Cientifica Venezolana, pp. 33 y ss. del Capitulo Ill, pp. 31-85. ELADIO HERNANDEZ MUNOZ REVISTA DE LA FACULTAD DE CIENCIAS JURIDICAS Y POLITICAS 155 de investigacion del pais importantes aspectos de la cotidianidad cuttu- ral de los ciudadanos. Conocer y comprender otras experiencias naciona- les sin intermediarios ideopoliticos, enriquecio el sentimiento nacional a través de nuevos valores y creencias que se manifestaron cultural y so- cialmente a lo largo y ancho del pais. En la dimension macropolitica sig- nificd que la agregacion de intereses a través de nuevos valores y creen- cias insuflo a la poblacién venezolana a solicitar nuevas y mas trascen- dentales demandas al sistema politico. Las insuficiencias del Estado y la incapacidad de los partidos en seguir mediando posibilitaron la creacion de nuevos actores y vias de participacion o desanclaje social®. Ante una evidente explosion demografica y una saturacion de las prin- cipales urbes del pais, el Estado se vio comprometido. La falta de recur- sos —a pesar del crecimiento del presupuesto Nacional— y un aparato productivo estancado, junto al cruce de lo econdmico con to politico, permitid el desbordamiento de los aspectos mas criticos de la sociedad. El Estado se vio requerido de reformas estructurales que nunca llegaron y por lo general se respondia circunstancialmente. No se logré adecuar rapidamente las instituciones de un Estado agrario de los inicios del presen- te siglo, a la de un Estado moderno e industrial. Los sectores productivos eran subsidiados por el erario nacional proveniente de la industria petrole- ra. Las instituciones politicas seguian respondiendo al interés de una cla- se politica y a unos partidos que no adecuaban su organizacién y funcio- namiento a las nuevas y cada vez mayores demandas de la poblaci6n. La apertura politica e institucional hacia la participacién y represen- tacién de nuevos agentes y movimientos sociales no se logro por el con- curso de los partidos politicos mas importantes, sino que por el contra- rio, obstaculizaron su creacién y desenvolvimiento, creando un fuerte rechazo hacia estas Ultimas organizaciones. Las ideologias socialdemécratas, socialcristiana y comunista no res- pondian a las expectativas que como nacion se planteaban los venezola- nos. No se discutia por los sujetos en la cotidianidad diaria los valores y creencias universales de los fines y propésitos que pretendian alcanzar las ideologias partidistas. La problematizacion se establecié en los asun- tos concretos, diarios, los que afectaban directamente al ciudadano, sus 33 "por desanclaje entiendo el despegar las relaciones sociales de sus contextos tocales de interaccion y reestructurarlas en indefinidos intervalos espacio-temporales”. Giddens, A., Idem, p. 32. AMERICA LATINA: DEMOCRACIA EN TRANSICION. 156 XI CONGRESO DE ESTUDIANTES Y GRADUADOS DE CIENCIAS POLITICAS familias y comunidades mas inmediatas 0 regionales. La cultura del indi- vidualismo se apoderé de amplias capas de la sociedad venezolana, lo cual no fue fortuito. La penetracién de los medios de comunicacién, par- ticularmente la television y programacién diaria, repotenciaba el consu- mo y el individualismo “industrializado” en la mentalidad del venezola- no. El consumo masivo y subjetivo se aduefié de la mentalidad colectiva, y el Estado no tenia respuestas inmediatas para eso, y las ideologias que durante mucho tiempo permearon las conciencias ciudadanas no satisfa- cian las expectativas que otros medios de comunicacién formaban. Incrementar los agentes mediadores entre la sociedad y el Estado nacional se hizo necesario en el plano sociopolitico. Liberar a las regio- nes de ciertas ataduras institucionales con los agentes nacionales, era imprescindible. Siguiendo nuestra perspectiva metodoldgica, en una dimension me- sopolitica la eleccién de gobernadores (1989) significé la posibilidad de recurrir, en forma inmediata, a la satisfaccién de algunas demandas que necesariamente la poblacién requeria. La hipertrofia del Estado nacional delegaba asi parte de sus responsabilidades a nuevos agentes de la legi- timidad politica que la poblacién del pais requeria. Es cierto que tal apertura significé una descarga para las institucio- nes centrales, pero acompaiiada con esa apertura democratica y de par- ticipacién nacieron otras, tal vez mas preocupantes. Reaparece el regio- nalismo y caciquismo historico nunca ponderado en la tardia nacionali- dad venezolana. El proceso de descentralizacién politica y municipal del pais no res- pondid a una planificacién de necesidades y garantias constitucionales de libertad democratica y desarrollo sustentable. Por el contrario, fue otra de las tantas respuestas parciales que se le otorgé a un problema de significacion historica. Nuevos actores, movimientos sociopoliticos y agen- tes econdmicos aparecen en el pais. Pero el Estado nacional no se refor- ma a los histéricos reclamos sociales de modernizacién institucional. Aparecen problemas de recaudacién fiscal, de competencias entre las regiones y el aparato central de la Administraci6n; de liderazgo, de enfrentamientos regionales, de educacién, de formacién ciudadana, in- cluso de litigios fronterizos pendientes a lo interno. Desaparecen formas ELADIO HERNANDEZ MUNOZ REVISTA DE LA FACULTAD DE CIENCIAS JURIDICAS Y POLITICA. 157 de desarrollo regional concebidas en los afos de crecimiento sostenido y de bonanza econdmica. Es decir, nuevos problemas a los ya existentes: el institucionalismo se pluraliza como tendencia democratica, pero los hi- los que mantienen la nacionalidad se ven amenazados preocupantemente (Brewer-Carias, A.R., 1994). En la escala micropolitica el equilibrio y estabilidad logrados con apa- rente eficiencia democratica comienza a descubrirse. Una estabilidad sostenida bajo un Estado subsidiario de la vida social cuyo equilibrio re- posaba en la democracia partidista. El ciudadano y su comunidad mas inmediata, los municipios, se encontraron, pero los problemas continua- ban. Se les cargé de mayores responsabilidades e instrumentos de partici- pacion, pero los instrumentos de técnica o ingenieria politica no se hicie- ron presentes. A pesar de que ciertas reformas institucionales cumplieron con algu- nas de las expectativas y demandas ciudadanas, los mecanismos de par- ticipacién continuaban amarrados a los viejos valores macropoliticos. Es decir, los partidos seguian siendo los Unicos instrumentos; el Estado cen- tral continuaba controlando todos los aspectos de la sociedad, a pesar de las importantes transformaciones megapoliticas. Indefenso ante el clmulo de responsabilidades que se les asignaban no podian pensar en otra cosa que no fuese la necesidad de transformar inmediatamente al propio Estado. Las salidas extraconstitucionales tu- vieron mucha simpatia, sin que por eso se aduefaran de la mentalidad y creencia basicas del ciudadano. La desobediencia civil se hace manifies- ta constantemente en la poblacién venezolana. Es cierto que no alcanzd magnitudes significativas para la nacionalidad, pero las expectativas a una salida violenta siguieron pendientes hasta 1998. 6. Expectativas a partir de 1998 La transformacién moderna de la actividad politica consiste en un cambio radical de costumbres institucionalizadas en el SPV. Ellas deben Pasar, necesariamente, en una redimensién del Estado. Es decir, la adminis- tracion central debe fortalecer sus competencias legitimas que le son pro- Pias. Para ello se hace necesario instrumentos de mediacién y partici- Pacion que se adecuen a una filosofia y conceptos acordes con esa transfor- AMERICA LATINA: DEMOCRACIA EN TRANSICION 158 Xl CONGRESO DE ESTUDIANTES Y GRADUADOS DE CIENCIAS POLITICAS macion. En el terreno educativo y cultural, cuates son los objetivos que debemos perseguir para alcanzar mejores ciudadanos, cualitativamente hablado. Cuales son los centros de formacién que requerimos; cémo de- berian actuar nuestros profesionales sin que por ello se resquebrajen {os valores e idiosincrasia de los venezolanos; qué tipo de filosofia existencial debe prevalecer; como enaltecer las actitudes y conductas pro-activas de los ciudadanos. Y, en el plano de los servicios e infraestructuras re- queridas para el libre desenvolvimiento de los ciudadanos, objetivar pro- gramas y planes de desarrollo econdmico a corto, mediano y largo plazo, que posean un alto grado de concienciaci6n estratégica y evolutiva. Me- jorar los servicios es parte de la mejor vida cotidiana que requieran los ciudadanos, pero su informacion y puesta en practica responde a las ne- cesidades actuales y eventuates que requieren las sociedades, establecer estrategias para el desarrollo sostenido y la evolucion satisfactoria re- quiere de la revisién, estudios, analisis de muchos aspectos tedricos y conceptuales que muy bien pueden ser aportados en la discusi6n siste- matica y diaria de las organizaciones macropoliticas. Ahora bien, como podemos lograr que tal planteamiento obtenga al- gun resultado en o para la transformacién requerida, ya que el pais no puede detenerse a repensar aspectos del desarrollo y la evolucién social, mientras los problemas avanzan y la crisis existencial se profundiza. Por ahora, y como producto de una primera reflexién, sdto hemos podido evidenciar que: "Hemos encallado hace tiempo, y todavia hay quienes no lo saben”™. Parcial conclusion En casi 66 afios (1936-2002) la sociedad en Venezuela ha vivido profun- dos e importantes cambios politicos. Pero las instituciones no se fueron adecuando a las nuevas e innumerables exigencias corporativas € indivi- duales, creandose asi una fuerte incongruencia entre el ideal de lo apa- rentemente deseado por el Estado y la realidad subyacente de cada ciu- dadano. La modernizacién, como aspiracién sociopolitica que intenta pose- sionarse y construir definitivamente la modernidad en Venezuela, sigue > Cadenas, Rafael (1992), San Fetipe, Edo. Yaracuy, Edic, La Oruga Luminosa, colec. El Paso de la Danta, p. 67. ELADIO HERNANDEZ MUNOZ REVISTA DE LA FACULTAD DE CIENCIAS JURIDICAS Y POLITICAS 159 pendiente e inacabada. Cuando en otras sociedades occidentales avan- zadas se discute o reflexiona sobre la calidad y el mejoramiento de la participacion ciudadana para aumentar la productividad integral de la sociedad, en Venezuela las cavilaciones mas relevantes apuntan a desen- trafar la ineficiencia e ineficacia de una gobernabilidad democratica que se debate, entre la legitimidad de la participacién ciudadana en los asun- tos publicos y una vieja racionalidad representativa que la niega. La cultura y educacion han togrado sistematizar un nuevo pensamien- to y una nueva mentalidad colectiva, que procura solventar las insatis- facciones que los mitos iniciales crearon. La actualidad politica nos per- mite aseverar que nos encontramos en el umbral de una nueva situacién politica, proctive a consolidar el nuevo ordenamiento politico e institu- cional del pais, establecido a partir de la nueva Constitucién de 1999; pero el problema recurrente ha sido el como hacerlo. Nuestra intencién, como lo observaramos al inicio de este ensayo, no es de concluir el anatisis de un proceso que apenas comienza a desen- trafiarse a la luz de los nuevos aportes que sugieren las teorias de la transicién politica, menos aun, a su comprensién definitiva. La pretensién radica en observar una constante transformadora en los ciudadanos e instituciones que disfrutan de un conjunto de libertades publicas, pero que algunos hechos y aspectos interrelacionados con la institucionalizacién de un nuevo orden en las formas de participacién y protagonismo politico y legitimo, no terminan por configurar un proyecto que adecue, congruentemente, la institucionalidad det sistema politico con la nueva socializacién ciudadana. El sistema politico venezolano se debate entre la zozobra de lo poli- tico y la intranquilidad socioeconémica. El resultado de esta dialéctica no puede ser mas desesperanzador para el progreso de un pais. Encontrar las posibles causas y las probables salidas a este proceso de transforma- cidn, a través de una transicién hacia la modernidad politica de nuestra institucionalidad democratica, que nos oriente en comprender qué es lo que fenece y qué es lo que se pretende iniciar, es el objeto ultimo de nuestra reflexion. Por ahora solamente podemos concluir, parcialmente, en que la tran- sicién del modelo de regimen politico existente en Venezuela hacia otro, AMERICA LATINA: DEMOCRACIA EN TRANSICION 160 Xll CONGRESO DE ESTUDIANTES Y GRADUADOS DE CIENCIAS POLITICAS. apenas comienza a consolidarse en la mentalidad ciudadana; y ello es asi como consecuencia de multiples factores producidos por el ambiente politico que se inicia en 1998 y que adquiere absoluta relevancia con la instauraci6n de la nueva Constitucién de 1999. En nuestros dias reaparece la necesidad de mejor y mayor participa- cién y protagonismo politico, confrontandose ideolégicamente contra el viejo tipo de representacién existente en el SPV. Lograr su traduccion en los hechos implica sistematicas e importantes modificaciones en la con- ducta e intereses de los actores prevalecientes; asi como también, en las instituciones publicas y, esto Ultimo, no se consigue hasta donde pode- mos comprender, sin conflictos importantes en la realidad politica. Por otra parte, la racionalidad predominante en el modelo politico venezolano de hoy atin no aparece claramente comprendida. En conse- cuencia, se hace necesario reflexionar mas sobre este asunto, antes de sefalar hacia dénde se dirige la transformacién ocurrida en la institucion democratica, y hasta dénde estan dispuestos a modificarse los intereses dominantes en el SPV. Anuestro parecer, nos estamos dirigiendo hacia el inicio de un proce- so de consolidacién politica que pretende instaurar la modernidad en el régimen democratico venezolano y su ordenamiento institucional, pero el momento critico que define lo que dejamos de ser y lo que seremas, atin no se ha presentado. Se puede sugerir que el movimiento de trans- formacién pretende progresar desde una democracia representativa mal entendida, hacia una democracia participativa beligerante. El éxito de esta evolucion deliberativa estara enmarcado dentro de importantes con- flictos politicos que sdlo la democracia en transicion podra dilucidar. Referencias bibliograficas Adell A., R. (1994) "Movimientos sociales y contexto politico”, Revista de hechos e ideas Leviatdn n° 56, II Epoca, pp. 113-129, Madrid. Albert, Hans (1982). La miseria de {a teologia, Barcelona, Edit. Alfa, colec. Estudios Alemanes. Arbés, Xavier y Giner, Salvador (1993). La gobernabilidad. 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