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La conservación de los recursos

EDITORIAL fitogenéticos de México

F RANCISCO Z AVALA G ARCÍA

n la actualidad, México es considerado como uno de los países con mayor


diversidad en términos de la variedad de recursos genéticos; posee una
vasta riqueza en especies de plantas, incluyendo a las de alto valor econó-
mico y social como maíz (Zea mays), frijol (Phaseolus vulgaris), tomate
(Lycopersicum esculentum), chile (Capsicum annum) y cacao (Theobroma
cacao), entre otros.
La deforestación, el crecimiento de las zonas urbanas, la introducción y acaparamiento
de las zonas agrícolas por cultivos mejorados y genéticamente uniformes, así como el sa-
queo y la sobreexplotación de especies raras, han tenido un efecto devastador en los recur-
sos naturales de México, limitando la posibilidad de desarrollo de nuevas combinaciones
genéticas con mayores capacidades de rendimiento, calidad y adaptación a condiciones
adversas en especies de importancia para el hombre.
Aunque a nivel internacional se han hecho algunos intentos para proteger la diversidad
genética, como el Convenio de Río de Janeiro sobre la Diversidad Biológica, en el cual
México firmó para regular el acceso, intercambio y explotación de los recursos genéticos; las
acciones emprendidas por el gobierno no han sido suficientes para establecer un verdadero
control sobre el cuidado de éstos.
Con algunas excepciones, en México, la carencia de leyes y reglamentos encaminados a
la protección de los recursos genéticos puede tener un efecto negativo en la producción de
alimentos. En primera instancia, corresponde a la Secretaría de Agricultura, Ganadería,
Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (SAGARPA) la responsabilidad de promover la ela-
boración de leyes, normas y reglamentos que aseguren la conservación de nuestros recur-
sos; la conservación in situ del material genético es cada día más difícil.
La construcción de un Banco de Germoplasma Nacional (para los recursos fitogenéticos)
con las condiciones adecuadas para la conservación, manejo y multiplicación de la espe-
cies, aseguraría la conservación ex situ de éstas para el uso futuro.
Aunque ya existen bancos de germoplasma que almacenan parte del recurso genético
de una o varias especies de importancia, estas colecciones son mantenidas principalmente
en instituciones oficiales, como el INIFAP y la Universidad Autónoma de Nuevo León, te-
niendo como objetivo principal servir como fuente de variabilidad genética para programas
de mejoramiento genético. Es urgente que el gobierno de México, a través de la SAGARPA,
invierta en la construcción de un banco de germoplasma nacional, dirigido por un equipo
de científicos y técnicos de las diferentes instituciones públicas y privadas del país.

CIENCIA UANL / VOL. IX, No. 2, ABRIL-JUNIO 2006 115

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