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Vale la pena el proceso

No me elegisteis vosotros a mí, sino que yo os elegí a vosotros, y os he puesto para


que vayáis y llevéis fruto, y vuestro fruto permanezca; para que todo lo que pidiereis
al Padre en mi nombre, él os lo dé. —Juan 15:16

Cada creyente tiene un destino y fue creado con un propósito divino. Pero ¿cómo
llegamos a ese destino? Existe una ley espiritual llamada la “ley del proceso”, que todo
hombre y mujer de Dios debemos pasar.

¿EN QUÉ CONSISTE LA “LEY DEL PROCESO”?


1. Dios llama.
Y nadie toma para sí esta honra, sino el que es llamado por Dios, como lo fue Aarón.
—Hebreos 5:4
Dios nos puede llamar por medio de un testimonio interior (un sentir fuerte en nuestro
corazón). También puede hacerlo a través de una visión (como le pasó a Pablo); un
sueño (Dios nos habla en sueños); una profecía dada por uno o varios profetas (como
le pasó a David); una visitación sobrenatural de Dios (como lo hizo con Moisés); una
voz audible del Espíritu Santo (como le pasó a Samuel). Sin embargo, sin importar
cómo Dios nos llame a cumplir Su propósito, nuestra respuesta debe ser: “¡Sí Señor,
heme aquí!
¿Quiénes confirman el llamado de Dios?
Nuestro pastor o nuestra cobertura espiritual. Dios puede hablarnos en oración o a
través de un hermano, y afirmarnos en el llamado, pero es nuestra autoridad espiritual
quien confirma nuestro llamado. La cobertura puede ser un apóstol, profeta, maestro,
evangelista o pastor. No podemos irnos por nuestra cuenta, pues eso equivale a
buscar nuestra propia gloria. Nuestra actitud frente al llamado de Dios debe ser:
conocerlo, aceptarlo, obedecerlo y esperar hasta ser enviado.

2. Dios prepara.
Después del llamado, el Espíritu Santo nos lleva al campo de entrenamiento, donde
somos capacitados y equipados para cumplir Su propósito efectivamente. De la forma
como nos preparemos dependerá nuestro desempeño. ¡No podemos saltarnos el
proceso! Es un tiempo valioso en el que Dios nos enseña a morir a nuestras
ambiciones, orgullo y egoísmo, y trata con áreas de nuestra vida que necesitan ser ali-
neadas.
¿En qué áreas somos preparados? Dios trabaja en nuestro carácter,
transformándonos hasta reflejar el carácter de Cristo. Un siervo de Dios cuyo carácter
no es formado, puede herir a su familia, al pueblo, y destruir en un minuto lo que le
tomó años edificar. Dios cambia nuestra manera de pensar y lidia con la ira, la
inseguridad, la falsa humildad y el orgullo. Todos tenemos dones y talentos, pero
debemos desarrollarlos para que sirvan al propósito de Dios.
¿Cuánto tiempo dura la preparación? Depende de nuestra obediencia,
compromiso, fidelidad y perseverancia.

3. Dios separa u ordena al ministerio.

Iglesia Vida Cristiana / Lecciones de Vida # 12 Vale la pena el proceso 1


Cuando una persona termina el tiempo de su preparación, Dios lo separa, consagra y
ordena para su uso exclusivo. La Biblia recalca el momento en que Dios llamó a
Bernabé y Saulo.
“Ministrando éstos al Señor, y ayunando, dijo el Espíritu Santo: Apartadme a Bernabé
y a Saulo para la obra a que los he llamado” (Hechos 13:2).

4. Dios envía.
Es la etapa en la cual Dios nos manda a servir exclusivamente en el ministerio y
nuestra cobertura nos envía con su bendición. Aquí, la persona enviada ya conoce
bien su llamado y reconoce que está en el tiempo y el lugar correctos. Además, ha
logrado el grado de madurez espiritual necesario para poder cumplir la tarea.

CARACTERÍSTICAS DE UN CREYENTE MADURO

Sabe oír y obedecer la voz de Dios, está muerto al halago y a la crítica; es maduro y
sabio, lleva mucho fruto, conoce su identidad en Cristo, no se ofende fácilmente, es
prudente en su manera de pensar, ha desarrollado el carácter de Cristo, recibe
revelación directa de Dios, es pronto para oír y tardo para hablar y sabe honrar a sus
líderes espirituales.

OBJETIVOS

 Entender cómo funciona la ley del proceso.


 Conocer cuál debe ser nuestra actitud ante el llamado de Dios.

PREGUNTAS FINALES

 ¿En qué necesitamos ser preparados?


 ¿Quién confirma nuestro llamado?
 ¿Cuáles son las características de una persona espiritualmente madura?

ACTIVACIÓN

 El líder hará el llamado para salvación.


 Guiará al grupo en oración, a tener la actitud correcta frente al llamado de Dios.
 El líder de Casa de Paz no debe profetizar llamados específicos; pero sí puede orar
para que Dios obre su perfecta voluntad; y que los llamados por Dios, sean
confirmados por el Espíritu Santo y su cobertura espiritual.

DIEZMOS Y OFRENDAS
¿Robará el hombre a Dios? Y dijisteis: ¿En qué te hemos robado? En vuestros diezmos y
ofrendas. Traed todos los diezmos al alfolí y haya alimento en mi casa; y probadme
ahora en esto... —Malaquías 3:8-10

El Señor dice que cuando no diezmamos le estamos robando. Pero también dice que, si
diezmamos, lo podemos probar y comprobar que Él derramará Sus bendiciones sobre
nosotros.

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