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Derecho Romano Unidad XI

Posesión: parte 8
Acción Negatoria :

Tenía por objeto la declaración de inexistencia de gravámenes sobre la cosa sujeta al


dominio. Se dirigía esta acción civil contra toda persona que arrogara una servidumbre o un
derecho de usufructo sobre la cosa perteneciente al propietario, perjudicándole en su goce
o disfrute. El propietario ocupaba situación privilegiada en cuanto a la prueba, porque le
bastaba con demostrar la existencia de su propiedad, dejando a cargo de su adversario el
probar su pretendido derecho. El objeto que se perseguía con el ejercicio de esta acción era
la reposición de las cosas al estado jurídico anterior (restitutio) a la perturbación, el que se
manifestaba de manera diversa, ya por la destrucción de las instalaciones que dificultaran
el ejercicio del derecho del propietario, ya por el resarcimiento de los daños y perjucios
resultantes de la falta de disfrute de la cosa (commoda). Si el demandado se resistía a la
restitución, era condenado, como en la acción reivindicatoria, al pago del valor de la cosa,
según estimación realizada por el demandante.

Propiedad Bonitaria :

Se presenta ante la falta de alguno de los requisitos necesarios para la existencia del
dominio quiritario. Si el sujeto era incapaz porque se trataba de un extranjero; si el objeto
no era idóneo, como cuando se trasmitía un fundo situado en suelo provincial; o si el modo
de transmisión no pertenecía a los reconocidos por el derecho civil. El pretor debía ceder
ante la intención de las partes de constituir el derecho real de propiedad, aunque faltara
alguno de sus presupuestos formales, a la que llamo genéricamente bonitaria o pretorina.
Se diversifico en tres modos distintos de propiedad :

 Peregrina : cuando el sujeto no era un ciudadano romano, sino un peregrino, quien


por carácter del status civitatis, no estaba habilitado para gozar del dominium ex iure
quiritium. Como los titulares de esta propiedad no podían ampararse por la
reivindicatio por ser acción del derecho civil, el pretor debió proteger el señorío de
los peregrinos sobre sus cosas.

 Provincial: cuando se transmitía un fundo situado en una provincia romana se


configuraba otro tipo de propiedad bonitaria, la propiedad provincial. La
denominación obedece al hecho de que los fundos provinciales, a diferencia de los
itálicos, no estaban regulados por el ius civile y, en consecuencia, no podían ser
objeto de dominio quiritario. Los inmuebles provinciales pertenecían al pueblo
romano o al emperado y sólo se concedia a los particulares su simple goce o disfrute,
con obligación de pagar un estipendio o tributo a favor del Estado romano. Fueron
protegidos con medidas pretorias hasta que contaron con la tutela de la acción
Publicana. La propiedad provincial no podía ser transmitida por mancipatio, in iure
cessio, ni por la usucapio, pero una institución semenjante a esta , la praescriptio
longo temporis, posibilitó que si el inmueble provincial era poseído con justo título y
buena fe durante diez años entre presentes o veinte entre ausentes, se convirtiera en
verdadero dominium o propietas.

 Pretorina o “in bonis” : cuando se hubiera transmitido una cosa susceptible de


dominio quiritario, entre ciudadanos romanos, sin los modos solemnes del ius civile,
como ocurriría si se vendiese una res mancipi y se la transfiriera por medio de la
tradictio. En el supuesto, hasta que el adquiriente no alcanzara la calidad de
propietario por la usucapión, la propiedad correspondía civilmente al enajenante. Su
título de dominus podía llevarle a pretender reivindicar la cosa, y dado el rigor del
derecho civil, su acción resultaba procedente. Mas como no se podía desconocer que
admitir aquella situación contrariaba los más elementales principios de equidad, fue
el pretor quien tuteló de diversas formas la propiedad pretoria o in bonus.

Otorgo al adquiriente una exceptio rei venditae et traditae para paralizar la acción
reivindicatoria interpuesta por el enajenante y la exceptio doli, de carácter general, que se
consediía al presumirse una actitud fraudulenta de parte del transmitente que pretendía
desconocer la transferencia realizada. Se completó el cuadro de las defendas de la
propiedad pretoria cuando se llegó a tutelar al adquiriente que hubiera tomado posesión
de la cosa antes de la usucapión, con una acción real. En vez de la reivindicatio, que no
competía al propietario in bonis, porque no tenía el título de dominus, el pretor le otorgó
una acción, llamada actio Publiciana, por la que ficticiamente se consideraba que el tiempo
requerido para la usucapión había sido completado, lo cual hacía posible perseguir la cosa
de manos de cualquier tercero y también del propietario.

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