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SALVAGUARDAS DE LA GASTRONOMÍA
MEXICANA 1
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COMPILADORES
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JOSÉ MANUEL REYNA SALAZAR
ALEXIS ENRIQUE TORRES GRANADOS
JESÚS ADÁN SÁNCHEZ MARROQUIN
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MERCADOS VE
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Salvaguardas
de la Gastronomía
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Mexicana
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El proyecto Mercados, Salvaguardas de la Gastronomía Mexicana, ganador del PAC-
MyC 2018 fue elaborado por el colectivo 4, grupo cultural «Los Chingorolos».
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Alexis Enrique Torres Granados: Recolección de fuentes y apartado
histórico.
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Jesús Adán Sánchez Marroquin: Editor en jefe. Coordinación
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gráfica, recolección del material fotográfico.
C i u d a d d e M é x i co
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Agradecimientos especiales al CECATI 66, a todas las atenciones y apoyo del
Director Ignacio Rueda Posada y a cada uno de los participantes para llevar a
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cabo este proyecto.
De parte de todo el equipo creativo:
¡Gracias!
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PROLOGO
Desde sus orígenes, ya buscaba el humano un lugar de refugio
que le permitiera abastecer sus necesidades. En su naturaleza de
ente social, no es de extrañar su imperante exploración por nú-
cleos donde compartir los bienes habidos. Pese a la insistencia a
considerar las pirámides sociales, vemos en el Mercado un caso
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de estudio bastante peculiar. Sin dejar de lado a que las indivi-
dualidades permanecen heterogéneas en el mar de enseres, el aire
que envuelve a este sitio da la capacidad de homologarse en un
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solo ser.
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Vemos, en el Mercado Popular el altar donde comulgan tradi-
ciones, costumbres, dichos y verdades del mexicano. Obligado a
quien visita la Ciudad de México, es de esperarse que se encuen-
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tre con estas gigantes edificaciones que alebrestan el oído con
sus tintineos de huacales llenos de fruta, sonrisas ligeras y sus ya
tan conocidos dichos para vender, desde el llévele güerita hasta
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¡Buen provecho!
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INDICE
PRIMER CAPÍTULO
Los Orígenes del Mercado............................................1
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SEGUNDO CAPÍTULO
Las venas de la Ciudad...............................................17
Xochimilco................................................................................17
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La Viga.......................................................................................21
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Portales.......................................................................................26
LAS VOCES DEL MERCADO
Xochimilco....................................................................................30
SU
La Viga. .....................................................................................35
Portales .......................................................................................41
LA OPINIÓN DE
Carolina Izbalanque Robles Lagunes ...........................................52
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TERCER CAPÍTULO
Los gigantes del abastecimiento................................61
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La Central de Abasto....................................................................74
LA OPINIÓN DE
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LAS VOCES DEL MERCADO
San Juan....................................................................................101
Coyoacán ...................................................................................109
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Medellín......................................................................................115
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LA OPINIÓN DE
Alejandro Gabino López...........................................................123
Receta: Víbora Xoconostle.........................................................126
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QUINTO CAPÍTULO
La Actualidad; un mercado metamórfico.................131
Mercado Roma.......................................................................131
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Mercado de la Benito............................................................132
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LA OPINIÓN DE
Paola Fernanda Zúñiga Álvarez................................................136
Receta: Huevos Benito... ............................................................140
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SEXTO CAPÍTULO
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El Mercado vive.........................................................145
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Mercado Tacuba.....................................................................145
Sonora.......................................................................................145
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La Ciudadela............................................................................146
Tacubaya..................................................................................148
Cuauhtémoc............................................................................148
Abelardo L. Rodríguez..........................................................149
Río Blanco...............................................................................150
La Narvarte..............................................................................150
Milpa Alta................................................................................151
Jamaica.....................................................................................152
San Pedro de los Pinos...........................................................153
Mixcoac.....................................................................................154
TA
La Lagunilla.............................................................................155
Azcapotzalco...........................................................................156
San Ángel.................................................................................157
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Tepito.......................................................................................158
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LA OPINIÓN DE
Víctor González Lima..............................................................161
Receta: Taco de camarón encocado en salsa de habanero rostizado al limón
SU
acompañado de Pico de Gallo de Piña y Pepino...........................164
Ana Verónica Gamboa Yáñez..................................................166
Receta: Pastel de Nopal, Amaranto y Chocolate Amargo...........168
Carolina Sáenz Scarlata............................................................171
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APARTADOS
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Bibliografía................................................................181
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PRIMER CAPÍTULO
Los Orígenes
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del mercado
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ciales. En los mercados, las relaciones son importantes, incluso
las que son mudas, es común encontrarse a las mismas personas
que cuando llegan a faltar el día no pasa igual, los detalles son
N
importantes, no solo es un centro de comercio, es a tal grado el
VE
reflejo de lo que acontece en el país que se puede notar en el po-
der adquisitivo de las personas, son centros de reunión, se reali-
zan pequeños debates, se analiza y se critica a los gobernantes, se
SU
hacen pronósticos deportivos, es el mejor lugar para mantenerse
informado de lo que pasa en la colonia. Como Neruda dijo: Mé-
xico está en sus mercados.1
O
1
Pablo Neruda, Confieso que he vivido, México, Editorial Seix Barral, 1974.
1
La historia del mercado en la Ciudad de México viene desde an-
tes del dominio Mexica en Tlatelolco, existió un mercado inter-
no que satisfizo las necesidades que se presentaron inicialmente,
a su vez, se formó un intercambio comercial que ayudó a los
mexicas a poder desarrollarse en las nuevas y difíciles tierras a las
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que llegaron, el islote en que se encontraron fue visto como una
oportunidad para desarrollarse.
N
Los mexicas fundaron Tenochtitlan en 1325, no tuvieron más
VE
opción que habitar un islote, fue el único terreno que se les per-
mitió utilizar, esta situación obligó a crear nuevas formas de agri-
cultura que les permitieran sobrevivir, la aparición de chinampas
SU
fue el resultado.
2
Rebeca Yoma, Alberto Martos, Dos mercados en la Ciudad de México, el Volador
y la Merced, México, Instituto Nacional de Antropología e Historia, Colección
Divulgación, 1990 ,p.20 los autores citan otra fuente: García, México Tenoch-
titlan y su problemática lacustre p.59
2 3 Ibídem p.20-21
les permitía cubrir sus necesidades cotidianas4
TA
en el que se encontraban, después de haberlo conseguido, toma-
ron el control político y económico dentro del Valle de México,
N
por esa razón, pudieron obtener el control de los mercados adue-
ñándose de ellos. 5
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Estas razones encausaron a los mexicas a un desarrollo comer-
cial cada vez más especializado, lograron intercambiar productos
SU
con lugares más lejanos, lo que ayudó a lograr un excedente pro-
ducto que les permitió construir una red de comercio relevante
que incrementó aún más con la conquista de Tlatelolco en 1473
que contaba con el mercado más importante de toda Mesoamé-
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externos, cosa que solo era posible a través de una red comercial
con lugar más alejado. La conquista por parte de los mexicas les
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que era ese lugar. Tlatelolco como el punto comercial más im-
portante, donde diferentes productos de todo Mesoamérica se
PR
4
Ibídem p.23
5
Ibídem p.29. 3
Los conquistadores pudieron ver un resumen de lo que era Me-
soamérica, el propio Hernán Cortés habla de ello:
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tan grande como dos veces la Ciudad de Salamanca,
toda cercada por portales alrededor, donde hay coti-
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dianamente arribo de sesenta mil almas comprando y
vendiendo6
VE
El orden del mercado de Tlatelolco estaba muy bien delimitado,
los nobles o pipiltin eran la clase dominante, los que marcaban la
organización, por medio del control de la producción. Los ple-
SU
beyos o masehualtin, eran la clase trabajadora y vivían a expensas
de lo que estableciera la clase dominante.7
6
Hernán Cortés Cartas relación
7
Yoma y Martos loc. Cit. P.29
8
Bernal Díaz del Castillo, Historia Verdadera de la conquista de la Nueva España,
México, Promexa Editores, 1979.
4
Con la caída de Tenochtitlan el 13 de agosto de 1521, los espa-
ñoles tenían que asegurar el abastecimiento para poder subsistir,
el mercado para ellos fue una parte fundamental para lograrlo,
utilizaron el sistema que ya existía para poder acceder a los pro-
ductos que necesitaban.
TA
La reconstrucción de la ciudad después de la conquista española
N
fue complicada, a los pueblos cercanos se les ordenó que traje-
ran abastecimientos para los que trabajaban en la construcción,
VE
para realizar dicho objetivo, en el lugar donde actualmente se
encuentra el palacio de Bellas Artes se mandó hacer un mercado,
el «tianguis de Juan Velázquez»9
SU
Cortés señala la existencia de dos mercados, uno que era para
los indígenas y otro para los peninsulares, esto era debido a la
separación que se hizo después de la conquista, la traza de la ciu-
O
cuadrante de la traza.
O
9
Luis González Obregón, México Viejo, México, Editorial Offeset,1982.
10
Sonia Corcuera de Mancera, Entre la gula y la templanza, Un aspecto de la
historia mexicana, México, Fondo de Cultura Económica, sexta reimpresión,
2017, p.107. 5
Al principio los mercados novohispanos no representaron un
cambio drástico, los nuevos habitantes del territorio desconocían
las lenguas que se hablaban, los ayudantes de los conquistadores,
que eran indios, se encargaban de realizar las compras en estos
lugares, de igual forma se encargaban de la preparación de ali-
TA
mentos que fueron adoptando poco a poco los conquistadores.
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Las nuevas necesidades de los conquistadores permitieron la
mezcla cultural en la Nueva España, los peninsulares tenían que
VE
adaptarse a los productos que la nueva región que habitaban
ofrecía, gracias a la falta de alimentos a los que estaban acostum-
brados; sustituyeron el trigo por el maíz. La tortilla formó par-
SU
te de su dieta, a su vez, los indios adoptaron nuevos productos
que combinaron con los suyos y surgieron nuevos alimentos, una
mezcla de los productos mesoamericanos: peces, aves, maíz y las
semillas, vid y ganado introducido por los españoles. Además los
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Los mercados empiezan desde los lugares que envían sus artícu-
los a los mercados de la Ciudad de México desde los principales
embarcaderos que se encontraban en: Churubusco, Atenco, Xo-
11
Ibídem p.39
6
chimilco, Ayotzingo y Telco llegaban todo tipo de frutas, verdu-
ras y flores que diariamente eran comerciados, viajaban en gran-
des lanchas y canoas que navegaban por las acequias y canales12
que circundaban el centro de la ciudad.
TA
Las acequias eran las vías de comunicación para el abasto de
los mercados, por eso el gobierno se encargaba de mantenerlos
N
funcionales, es fácil imaginar los trabajos que se hacían conti-
nuamente para garantizar que el desagüe, el drenaje y las rutas
VE
cumplieran con las características que se necesitaban para que la
población pudiera seguir con su rutina diaria.13
SU
La ubicación de la Plaza Mayor dependió en buena medida de
la cercanía que existía con la acequia Real14 de esta manera se
aseguraba el buen funcionamiento de abastos de la ciudad, de
tal forma que la Plaza Mayor fue poco a poco llenándose de co-
O
merciantes por lo que se tuvo que regular los espacios para una
ID
12
Yoma y Martos loc. Cit. p.47
Mapa de las acequias
13
Ibídem p.50
14
Ibídem p.52
7
La Plaza Mayor cumplía con dos actividades fundamentales para
la sociedad, el comercio y la fiesta.15 En la plaza mayor conver-
gieron los tres mercados que cubrían la necesidad de abasto de la
sociedad, los cajones de indios donde se vendían frutas, verduras,
semillas, aves, productos de primera necesidad donde acudían
todo tipo de personas para cómpralos. También se podían en-
TA
contrar los productos importados que se vendían en otro punto
dentro de la Plaza Mayor en el llamado «Parían» donde asistían
N
personas con poder adquisitivo a comprar lujos que no se encon-
traban en la Nueva España y por último en otro espacio dentro
VE
de la Plaza se encontraban los artículos de segunda para la po-
blación más pobre, a este lugar se le llamó El Baratillo. La Plaza
Mayor se convirtió también en escenario de fiestas como corri-
SU
das de toros, para celebrar acontecimientos importantes como
aniversarios de los virreyes, o los cumpleaños del Rey o sus hijos,
acuerdos celebrados en Europa, había festejo por diversas razo-
nes.
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15
Antonio Rubial García, «La Plaza Mayor de la Ciudad de México en los siglos
XVI y XVII» en Arqueología Mexicana, vol. XIX, Núm. 116, 10 de septiembre
del 2012, p.37.
8
1644 por segunda.16
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aunado al acaparamiento que hubo de este en la alhóndiga o el
rumor de que los españoles escondían, llevó a los indios a la
N
destrucción de los mercados. La reconstrucción de los mercados
de Plaza la Mayor comenzó en 1695 y se terminó en 1703, el Ba-
VE
ratillo quedo en el centro de este mercado ocupando una plazue-
la.17 Este hecho hizo que las autoridades desistieran de construir
locales hechos de madera.
SU
Otro mercado que surgió en el corazón de la ciudad es el Pa-
rían, en este se comercializaban productos de mayor calidad que
los que se encontraban en los otros mercados, la Nao de China,
O
los puertos de Acapulco era la que surtía este lugar de tal forma
que se podían encontrar productos exclusivos que llegaban de
IB
16
Yoma y Martos loc. Cit. 54 - 55
17
Ibídem p.57
17
Ibídem p.59
9
Otro mercado importante en la época novohispana es el Vola-
dor, este mercado recibió su nombre por el juego prehispánico
que acontecía ahí, como lo narra Luis González Obregón:
…para celebrar tan fausto acontecimiento, el pueblo
TA
se entrega a toda clase de diversiones; pero principal-
mente al juego del volador, al que asistían lo mismo
nobles que plebeyos, sacerdotes que guerreros… Ele-
N
gido el sitio, levantábase en el centro un altísimo árbol,
VE
desnudo de ramas y corteza, terminando con un apa-
rato en forma de madera. Enrollados en el árbol otras
cuatro cuerdas que pasaban por otros tantos agujeros
del bastidor, se trepaban sucesivamente, un indio en
SU
la parte superior del árbol, varios en los barrotes del
cuadro, y cuatro atados á las extremidades de las cuer-
das, vestidos con el traje característico de los caballeros
O
águilas… 19
ID
19
Luis González Obregón, Loc. Cit. p.123
20
Yoma y Martos loc. Cit. p.60
10
Los mercados son y han sido centro de reunión para todas las
clases sociales del país, al ser lugares de abasto de necesidades
primarias la sociedad se ve obligada a ir, pero el festival que le
proporciona a los sentidos estos lugares va más allá, los merca-
dos después de la conquista se convirtieron en los puntos donde
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todos convivían y se enteraban de los acontecimientos relevantes
del momento, surgieron nuevos personajes, como los regatoneros
N
que se dedicaban a comprar a los productores para después ven-
der más caro, los pregoneros que anunciaban sus productos que
VE
poco a poco se convirtieron en parte de los sonidos del centro
de la ciudad.
SU
En la nueva sociedad que se formaba eran normales la distinción
entre personas, no solamente de clase social, también se distin-
guía entre razas, la Nueva España fue un punto donde muchas
culturas se mezclaron, desde los peninsulares conquistadores
O
11
veedores que llegaban en sus canoas por las acequias, los indios
que buscaban vender los productos que cosechaban, los perros
que buscaban algo que comer. En el mercado todos convivían,
se organizaban, se quejaban, se divertían, las personas veían en
él todo lo que eran, una mezcla de culturas que con el paso del
TA
tiempo se transformó en lo que ahora somos.
N
El fin de los mercados en la Plaza Mayor fue fruto del México
independiente, se buscaba que el lugar combinara con la arqui-
VE
tectura y se decidió demoler los mercados de un día para otro,
se reubicaron a los comerciantes en lugares como El Volador y
La Merced, mercados que ya existían y que con la extinción de
SU
los otros cobraron importancia, los mercados siguieron evolu-
cionando, el centro de la Ciudad de México sigue siendo lugar de
compra y venta, pero el espectáculo que ofrecía la Plaza Mayor
solo seguirá existiendo en las letras de los cronistas que se mara-
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12
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SEGUNDO CAPÍTULO
Las venas
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de la Ciudad
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primeros en llegar a una tierra rodeada de agua que ofrecía una
gran cantidad de recursos que les permitieran sobrevivir.
N
En un territorio tan fértil era de esperarse el conflicto con otras
VE
tribus que llegaron a la región de la misma manera. Los xochi-
milcas vivieron en constante dominación de sus vecinos, primero
por los llamados culuas, después por los tepanecas y por último
SU
los mexicas, la última tribu nahuatleca que había llegado a la tie-
rra prometida. Xochimilco fue la principal proveedora de Teno-
chtitlan porque contaba con recursos y las vías de comunicación
a través de sus canales.
O
ID
1
Héctor Cuauhtemoc Hernández Silva, «historia política de la delegación
Xochimilco 1929-2004» en A la Orilla del Agua, Política, Urbanización y Medio
Ambiente. Historia de Xochimilco en el siglo XX, coord. María Eugenia Terrones
López, México, Gobierno del Distrito Federal- Delegación Xochimilco, Ins-
tituto Mora, p.61.
17
TA
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Mural del mercado de Xochimilco de Heyliana Flores 2013
SU
Los primeros habitantes de Xochimilco se dedicaban a la caza
y recolección de productos y pronto desarrollaron un sistema
único en su especie que fue motivo que la región recibiera el
reconocimiento de patrimonio de la humanidad por parte de la
O
UNESCO en 1984.
ID
2
José Farías Galindo, Xochimilco, Departamento del Distrito Federal, colección
delegaciones políticas 4, 1984, p. 42.
18
del peninsular, cambio a ser un regimiento, la corona española
al decidir llamarla la ciudad de Xochimilco y dotar a los habitantes
ciertos beneficios que otros lugares no tenía, tener 6 caballos
como bestia de trabajo o vender los productos que producían3 ,
recalcó la importancia que tenía Xochimilco para la economía
novohispana, hay que mencionar que ciertamente estos privile-
TA
gios estaban encaminados a una mejor producción.
N
El comercio interno se dio en el famoso tianguis que se ponía
una vez por semana, si bien el mercado como tal en este momen-
VE
to no tiene una importancia relevante, los productos generados
por Xochimilco fueron uno de los motores principales del abas-
tecimiento de los mercados del centro de la Ciudad de México y
SU
las zonas cercanas, por sus caminos pasó gran parte de la mer-
cancía que traían de otros lugares a vender en los mercados del
centro de la Ciudad.
O
para pasear.
O
3
Judith Alanís, Conozca su delegación Xochimilco, Ciudad de México, Departa-
mento del Distrito Federal- Ciencia y Cultura Latinoamericana. p.12.
19
de sus propiedades.
TA
formó en el extinto Distrito Federal y con esto los municipios
pasaron a ser delegaciones, Xochimilco fue la mayor beneficiada
N
de esto porque a este territorio se le destinó la mayor cantidad
de recursos para que se desarrollara. Invertir en Xochimilco era
VE
viable porque seguía siendo gran proveedora de recursos para la
capital del país.4
SU
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4
Ibídem, p.67
20
El mercado principal de Xochimilco como lo conocemos ahora,
es producto de la política del regente Ernesto P. Uruchurtu de
1955, se construyó a una cuadra de la plaza central, al igual que
un embarcadero y la regeneración los canales. Las flores tuvie-
ron su propio lugar al realizarse un mercado donde se comercia-
TA
lizara solo este producto. Los caminos del centro de Xochimilco
van a dar al centro, todos los caminos nos llevan al mercado.
N
LA VIGA
VE
El Canal de la Viga fue la vía más importante para el
suministro de la Ciudad de México, naturalmente en su trayecto
SU
hubo un intercambio comercial por los diferentes lugares por
donde pasaba, pero no solo eso, muchos quedaron maravillados
con la dinámica del lugar, las pequeñas embarcaciones llamadas
«trajineras» llenas de mercancías donde a duras penas se lograba
O
ca:
H
3
Frances Erskine Inglis Calderón de la Barca, La Vida en México, Durante una
residencia de dos años en ese país, traducción y prólogo de Felipe Teixidor, Méxi-
co, Porrúa, octava edición, 1987, p. 87.
21
Dicho canal fue parte del Canal México-Chalco, iniciaba en el
pueblo de Chalco y pasaba por diferentes poblaciones como:
Xico, Tláhuac, Culhuacán, Mexicaltzingo, Iztacalco, Santa Anita
y entraba a la Ciudad de México por la garita de La Viga para
terminar en la Merced6 . La garita de La Viga era una especie de
TA
aduana donde las embarcaciones pagaban un impuesto depen-
diendo de la mercancía que llevaran.
N
Los comerciantes que salían de Xochimilco llevaban a vender sus
VE
productos a Jamaica o la Viga 7, el comercio que se dio en estos
puntos pudo ser principalmente para evitar pagar el impuesto de
la garita que se construyó en 1604 y que se encontraba en donde
SU
actualmente se cruzan calzada de La Viga y calzada Chabacano.
6
Araceli Peralta Flores «El canal, puente y garita de La Viga» en Caminos
y mercados de México, coordinadoras Janet Long Towell y Amalia Attolini
Lecón, México Universidad Nacional Autónoma de México, Instituto de In-
vestigaciones Históricas, Instituto Nacional de Antropología e Historia. (Serie
Historia General, 23) 2009, Formato: PDF Publicado en línea: 2 diciembre
2011 Disponible en: http://www.historicas.unam.mx/publicaciones/publica-
digital/li bros/caminosymercados/mercados.html p. 459.
7
Ibídem, p.460
22
transporte de personas y mercancía.8
TA
narra:
Nada falta en aquellas fiestas populares: un cielo dia-
N
mantino, trajes de colores brillantes, gritos y exclama-
ciones de placer, todo esto al lado de la multitud de
VE
coches en que va la sociedad más escogida de México,
el galope de los que cabalgan y el lujo allí desplegado,
dan á aquel sitio una fisionomía, un embeleso tal, que
SU
hacen de él el paseo mas agradable y variado de la ca-
pital… En los días que dura el paseo de la Viga todo
es animación y alegría y aparece con los encantos de la
naturaleza y de las costumbres mexicanas.
O
ID
Salvador Novo también narra esta festividad y nos antoja los pla-
tillos que se frecuentaban:
IB
8
Carlos Villasana y Ruth Gómez, « Cuando había barcos de Vapor en La
Viga, Santa Anita e Iztacalco» en El Universal, 02 de agosto del 2017
https://www.eluniversal.com.mx/entrada-de-opinion/colaboracion.
9
Manuel Rivera Cambas, México pintoresco, artístico y monumental, México,
Editorial del Valle de México S.A., Tomo 2, 1974, p 183-185.
23
los tamales, otros pato cocido y tortillas enchiladas,
renovándose el fandango.10
TA
yecatámatll o tamal de rana, el pato en zoquite o pato enlodado, el
michmolli o guisado de pescado; el tamal de acelga, el caldo de
N
verduras con carne de aves y xoconostle que tiempo después se
le llamó en Tlalpan y en todo lugar «caldo tlalpeño»11 también se
VE
preparaba el chichicuilote y tortas de ahuautli que son los hue-
vecillos de una especie de mosco.12 Estas recetas son parte del
tesoro de las familias que las fueron adquiriendo de sus antepa-
SU
sados y ahora forman parte de la cultura gastronómica regional.
nal la primera escuela de pintura al aire libre que fue llamada Bar-
ID
10
Salvador Novo, Los Paseos dela Ciudad de México, México, Fondo de Cultura
Económica, segunda edición, colección Cenzontle, 2005, p.55.
11
Edgar Tavares López, Historia Oral de Barrios y Pueblos, Delegación Iz-
tacalco, México, Delegación Iztacalco Iztacalco-Consejo de la Crónica de la
Ciudad de México, 2006.
12
Ciudad de México, Crónica de sus Delegaciones, México, Secretaria de Educación
del Gobierno del Distrito Federal-Consejo de la Crónica de la Ciudad de Mé-
xico A. C., G.M. Editores/ Espejo de Obsidiana, 2007 304p.
24
San Juan, posteriormente los locatarios es establecieron en cal-
zada de la Viga y Roa Barcenas, pero la inconformidad de los
habitantes del lugar por el fuerte olor a pescado provocó que
cambiaran de sitio a la calle de Lorenzo Buturini y calzada de la
Viga hacia los años 60 en lo que había sido una fábrica de alcohol
TA
llamada «La Gran Unión»13 , dejó de ser la principal distribuidora
de pescados y mariscos debido a que la capacidad se vio rebasada
N
y provocó problemas sociales, se buscó un lugar más grande que
pudiera albergar la demanda de los productos.
VE
En 1990 se crea la central de abastos de pescados y mariscos la
Nueva Viga que se encuentra en Iztapalapa, es la más grande de
SU
Latinoamérica y la segunda más grande del mundo, solo supera-
da por el mercado de Tdukiji de Tokio.
13
Carlos Villasana y Ruth Gómez, « Cuando había agua en La Viga, zona de
comercio y paseo» en El Universal, 03 de abril del 2019
https://www.eluniversal.com.mx/mochilazo-en-el-tiempo/cuando-habia-
agua-en-la-viga-zona-de-comercio-y-paseo
25
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Instalaciones de la Nueva Viga
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PORTALES
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26
Manuel Sánchez de Tagle quien fuera uno de los firmantes del
acta de independencia del 27 de septiembre de 1821 , después en
1888 cambio de propietario a Francisco Gavioto Gallardo quien
junto a Herbert P. Lewis fraccionaron los terrenos de la hacienda
y así hicieron la traza de la colonia.
TA
El Mercado De Los Portales fue inaugurado el 10 de agosto de
N
1957 bajo el mandato de Adolfo Ruiz Cortines, presidente de
México, y la regencia de Ernesto P. Uruchurtu. Entre sus locales
VE
es fácil encontrar alimentos provenientes de varias partes de la
república mexicana, este centro de abasto comenzó en el llama-
do «mercado viejo» que se encontraba en la calzada de Tlalpan y
SU
las calles Víctor Hugo y Santa Cruz, donde los mejores puestos
eran de madera con techo de lámina, el ahora llamado Mercado
Portales Zona Número 30, realmente tendría que ser el mercado
de la colonia San Simón Ticumac por pertenecer a la colonia de
O
dicho nombre.
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27
En esta colonia nacieron personajes como Óscar Chávez, Fer-
nando Bustos y Carlos Monsiváis a quien los locatarios recuer-
dan con cariño porque hacían su mandado ahí.
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LAS
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VOCES
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VOCES
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DEL
DEL
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MERCADO
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MERCADO
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XOCHIMILCO
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do, en su mayoría, en calles por las que ahora transitan a diario
centenares de personas que no olvidan el pasado pues, aunque
pocos, quedan aún algunos canales que son testigos, evidencias.
N
En ellos ya no transitan embarcaciones con intención de proveer
VE
a la Ciudad, sino más bien, hoy tienen el propósito de entretener
a los visitantes y curiosos, de pasearlos, a bordo de las famosas
trajineras, íconos de aquella zona y porque no decirlo, incluso de
SU
todo México. Además, sobre algunos tramos de esos canales que
todavía viven, hay filas y filas de chinampas en las que se siembra
una variedad importante de frutas y vegetales que constituyen
gran parte del abasto para los mercados de los barrios circunve-
O
con todos los sentidos, uno puede escuchar a las bandas tradicio-
H
30
tradicional mexicana, sobre todo en los mercados del centro his-
tórico de Xochimilco, donde ya sea en locales establecidos o en
puestos de esos de lona y mesas plegables, abundan los antojitos
y las salsas endiabladas.
TA
Y sí, son mercados pues son dos, el uno que es famoso en toda
la Ciudad por ser lugar predilecto para hacerse con las más bellas
N
flores y los productos más específicos en cuanto a jardinería, y
el otro que es más un mercado convencional, que vende fru-
VE
tas, verduras, carnes, tortillas y todo lo que precisa una comilona
mexicana, poco y nada más allá del estándar establecido, sin em-
bargo hay que mencionar dos factores que saltan a la vista y que
SU
lo hacen sobresalir del resto. Uno son los precios, y es que en
algunos puestos son ridículamente económicos si los medimos
con la vara de otros en distintas zonas de la capital. No es difícil
entender este fenómeno si atendemos a que, como antes se men-
O
31
perfectamente identificables, y otra que se podría sospechar que
en algún tiempo estuvo al aire libre ya que luce un techo de lámi-
na muy distinto al de cualquier otro mercado, y aún son mayoría
en su delimitación los comercios sobre tablones y un desorden
en cuanto a los pasillos para caminar que invariablemente con-
TA
funde a los que lo visitan por vez primera. Además, esta segunda
sección tiene un primer piso que es tan espacioso que bien po-
N
dría contarse como una tercer ala.
VE
A las dos que están en planta baja, las separa el pasaje más pinto-
resco del mercado, el de las comidas. Hileras a diestra y siniestra
de restaurantes que, como por regla, exhiben sobre un anafre
SU
sus especialidades en un gran cazo de barro al frente de su local,
comandándolo, como para invitar al público a pasar, como para
atraparlos, y hay que decirlo, para no desentonar, pues cada res-
taurante tiene su caldera humeante, así que quedaría mal si uno
O
se atreviese a no exhibirla.
ID
bra en Jalisco, otros con pozole, la mayoría rojos aunque los hay
también blancos, y hasta estilo Guerrero, en otros tantos hierve
H
32
circunferencias, chicas, medianas, grandes y gigantes (hay que es-
cogerlas de acuerdo al hambre), que van rellenas de guisados va-
rios y, en algunos casos, con queso, pues no hay que olvidar que
seguimos dentro de la Ciudad y el queso en este platillo es tema
debatible en esta tierra. Tacos de cecina traída desde Yecapixtla
TA
Morelos, con solamente dos garantías, la palabra del taquero y el
inconfundible sabor. Tostadas que hay que devorar con premura
N
antes de que se venzan ante el líquido de la tinga, la pata o el sal-
picón. Tortillas que arropan diferentes preparaciones, barbacoa,
VE
carnitas y mixiotes, o papa, pollo deshebrado y frijoles cuando se
enrollan, se fríen y adquieren así la condición de flautas.
SU
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PR
33
el despiadado paso del tiempo sin más aliados que los comer-
ciantes y los compradores, esos que se preocupan y mantienen
vivos los rasgos culturales que les distinguen, que les dan iden-
tidad y les enorgullecen; la muestra más clara de esto es quizá la
figura del ajolote, ese pequeño animal endémico de Xochimilco
TA
que nos representa en todo el mundo. Ellos, los xochimilcas, lo
usan en todo, en logos, nombres, pinturas y murales, como el del
N
mercado principal, un mural de tamaño considerable que atavía
el edificio y dice con orgullo, somos Xochimilco, somos Méxi-
VE
co. Quizá todos deberíamos tener un poco de ese sentimiento y
enaltecer nuestra cultura, lo que nos identifica y lo que nos arrai-
ga a esta tierra, apoyarlo, incentivarlo y difundirlo.
SU
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IB
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O
PR
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LA VIGA
TA
habitan peces labrados que parecen nadar bajo nuestros pies. Es
este quizá, el más claro indicio que nos avisa que hemos llegado.
N
VE
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IB
35
y el mercado como intérprete de distintas recetas de la cocina
popular. Por fuera, en la fachada que se puede ver desde Circun-
valación, es todo restaurantes de mariscos, con ambiente familiar
y playero en los que se ofrecen preparaciones típicas de los prin-
cipales estados productores de este tipo de alimentos.
TA
N
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O
ID
36
desde el llegar y pisar las baldosas sobra las cuales de inmediato
comienzan a bombardearnos con ofertas para que nos anime-
mos a entrar en un restaurante; y es que al estar todos los locales
uno junto al otro, la rivalidad está al rojo vivo, hasta al fin elegir
uno entre tantos y sentarnos a la mesa para inundar nuestro pa-
ladar con sabor a mar, en la Ciudad.
TA
N
VE
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37
esto llegamos a lo que hoy por hoy, es quizá lo más atractivo de
La Viga.
TA
parte de él y este los ha acogido de buena manera. En la primera
mitad las mesas están llenas de pescados crudos recién llegados
N
de la central de abastos, y hay que decirlo, estos ya no tan austeros
puestos tienen más variedad incluso que las bodegas de dentro.
VE
Uno queda estupefacto ante los distintos colores y tamaños de
pescados que se ven ahí, y es que los hay en serio muy grandes.
SU
«Mojarra tilapia, sierra para preparar ceviche, cazón, dorado, sal-
món, carpa, callo de hacha, lobina, blanco del Nilo, almeja y jaiba
son algunas de las cosas que tenemos, provenientes sobre todo
de Veracruz, Tabasco y Sinaloa. Lo que más sorprende a la gente
O
38
Nos llegan pescados por temporada, como la curvina, el lengua-
do y el jurel, u otros que varían dependiendo la época, el huachi-
nango sería un ejemplo, pues a veces viene del pacifico, y otras
del mar abierto del golfo. »
Alexander Rodríguez. Costa Azul, La Viga.
TA
N
VE
SU
O
Pasillos de La Viga
ID
39
«Yo vengo de Playa del Sol, en Chiapas, por eso el puesto se lla-
ma así y como es de esperarse todos los platillos que se venden
aquí de alguna u otra manera tienen cierta influencia chiapaneca,
sobre todo el caldo de pescado y las cazuelas, que tienen un poco
de todo. Hasta las empanadas, que son el platillo más común, se
podría decir que están influenciadas, pues para el relleno usamos
TA
camarón pacotilla que viene directo desde Chiapas.
N
Me vine a la Ciudad hace once años, y desde que llegué empecé
a trabajar aquí en la Viga, primero como mesera durante ocho
VE
años, hasta que después de mucho esfuerzo conseguí poner mi
propio negocio y desde el inicio me fue muy bien, pues ya sabía
cómo funcionaba este medio y me respaldaba la experiencia que
SU
había adquirido. Aquí me conocen como La Tía, ya todos saben
de mí y se sabe que aquí, en mi local, se come rico. Hay clientes
que vienen desde el Estado de México e incluso desde Toluca
solo para comer en mi puesto, y por supuesto varios chiapanecos
O
TA
comercia a diario con más de quinientas especies de pescados y
frutos del mar, es hoy considerado como el mercado de mar más
N
grande de Latinoamérica y el segundo del mundo, sin duda un
orgullo nacional.
VE
Hay quienes ya compran en la nueva, quedan algunos que aún
prefieren la original, pasado, presente y futuro, que, aunque es-
SU
trictamente están en competencia, forman parte de la multicul-
turalidad de la Ciudad, la engrandecen, la engalanan. Y más que
alentar esa rivalidad, los citadinos tenemos la oportunidad de
visitar ambas plazas y gozar de la experiencia que nos regalan,
O
PORTALES
O
41
venta, desde frutas y vegetales, hasta libros y disfraces, y hay que
mencionar que uno de los rubros que lo hacen famoso más allá de
las fronteras de su colonia es que dentro de él se venden disfraces
todo el año, y no solo en los meses de octubre y noviembre como
se acostumbra en otros tantos lugares. Además, y hablando más
TA
específicamente de la experiencia que significa visitar esta plaza,
uno de los más grandes atractivos que la engalanan es la gama
N
tan amplia de comerciantes que deambulan en la zona, y es que a
pesar de que el Mercado Portales es uno oficialmente desde 1957
VE
(año en que fue inaugurado), hoy en día, según miembros de los
barrios cercanos, podría decirse que no es uno, ni siquiera dos o
tres, sino hasta cuatro edificios los que lo conforman, vamos a
SU
explicar esto a detalle.
tamos de que entre sus locales no hay uno solo que venda cosas
afines a esos trabajos, y la sorpresa viene cuando nos enteramos
PR
42
Más allá de los fierros, cuando nos topamos con la calle Ruma-
nia, la vista se confunde pues nos sentimos en otra época, ajena,
de hace ya muchos años, y es que justo en esa calle están, de lunes
a domingo, los famosos chachareros de la Portales, comerciantes
que forman una línea de puestos en donde se ofertan antigüeda-
TA
des selectas, no cualquier cosa hay en sus mostradores, pedazos
del pasado que sigue vivo, arqueología moderna a la venta. Cada
N
mercader de aquel pequeño pasillo es un experto en historia, de
México y el mundo, se han visto en necesidad de aprender para
VE
poder mantener a flote un negocio como el de ellos, que se basa
más que en vender un objeto, en vender los antecedentes de este.
Sin embargo, y con eso no quiero quitarle merito a este pequeño
SU
tianguis, lo que más asombra es que prácticamente pegado a él,
en la calle Fernando Montes de Oca, se esconde el Bazar el Reto,
una bodega repleta de piso a techo de toda clase de piezas an-
tiguas, camas, comedores, tocadiscos, relojes, libros, alfombras,
O
ojo ver todo aquello y quién sabe, en sitios como aquel es común
que nos encuentre algo que no estábamos buscando, pero que
H
43
La Alpina, centro máximo proveedor de insumos para repos-
tería, dulcería y confitería. Es este sin duda un punto obligado
para los que cocinan por pasatiempo, amor al arte u oficio. Mol-
des, mangas, duyas, bases, espátulas, raspas y un sinfín de enseres
de utilidad para el pastelero se venden ahí, sin olvidarnos de la
TA
materia prima, chocolate de repostería (en barra o en semillas),
mermeladas, polvo de almendras, nueces, cremas varias y harinas
N
de más de un tipo; mayoreo y menudo, de calidad y precio alto, o
con calidad, pero precio bajo, para todos hay, la cosa es buscarle.
VE
Y con esta van cuatro.
44
las verduras y frutas típicas en la cazuela nacional, las carnes de
animales conocidos por el paladar mexicano, ninguna sorpresa.
Sin embargo, hay ciertos locales que brillan por únicos y por ser
dignos representantes de las cocinas de otros lares no tan cerca-
nos a la CDMX, solo hay que darse el tiempo de encontrarlos.
TA
N
VE
SU
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45
Tenemos también mezcales, minero y de pechuga, y sus relacio-
nados como son las cremas, los nanches y la sal de gusano para
acompañarlos. Todo de Zachila y Ocotlán, allá es de donde se
trae la mayoría de los productos que vendemos aquí en Productos
Oaxaqueños La Esperanza. Son pueblos que están en la periferia
TA
del centro de Oaxaca y donde prácticamente todo se sigue fabri-
cando de manera artesanal y por gente nativa.
N
Aquí en la Ciudad ya tenemos una buena base de clientes que son
VE
en su mayoría gente de Oaxaca que hoy radica en la capital o sus
descendientes, es de verdad sorprendente la cantidad de oaxa-
queños que hay en la Ciudad de México, a nosotros nos conviene
SU
porque en nuestros productos encuentran eso que viven añoran-
do, los sabores de su suelo. Procuramos siempre consentirlos, in-
cluso tenemos piezas de barro negro, de San Bartolo Coyotepec,
que es el poblado reconocido por ser tierra de los mejores arte-
O
46
saben y los que quieren saber, preguntan, y siempre terminamos
echando una buena plática. »
Monserrat Ramírez, Productos Oaxaqueños La Esperanza.
TA
N
VE
SU
O
hay que, aunque ofertan muy poca variedad, tienen ya toda una
vida en funcionamiento y sus escasos productos son tan únicos
H
47
ha hecho famosos es que durante todo el año ofrecemos jugo
de caña, traída cada semana desde Yautepec Morelos, fresca y de
excelente calidad. Quizá lo que más llama la atención de nuestro
local, además del buen sabor del producto, son las maquinas que
usamos, la piña se exprime con una prensa y la caña con una
TA
maquina bastante curiosa que se conoce como el Trapiche, es muy
llamativo y a los clientes les gusta verlo en funcionamiento. Si
N
vienen al Mercado de la Portales no pueden irse sin probar un
Guarapo, que es una bebida de origen dudoso, pues lo hay en
VE
Colombia y Cuba con pequeñas variaciones, pero al menos en
México es muy consumido en Tabasco, sobre todo por los chon-
tales. Jugo de caña, originalmente fermentado, con sus gotas de
SU
limón, y nada más.
Algunos vienen también porque se dice que los jugos que vende-
mos tienen vitaminas y minerales, y que son muy buenos para el
O
49
como es de sospecharse, se vende mucho más el maíz blanco que
el azul, y no hay problema si prefieres uno sobre otro, lo malo es
que parte de la gente que compra blanco, en su vida ha probado
otros tipos de maíz. Por eso mismo siempre recomiendo que se
lleven unos peneques azules, que son una especie de quesadilla
TA
sin relleno, que les pongan queso adentro, los capeen y los sirvan
en caldillo de jitomate, son un platillo típico del centro de Méxi-
N
co y personalmente, con ellos mantengo viva una tradición, pues
fue mi abuela quien me enseñó a prepararlos y ella lo aprendió de
VE
su abuela y así, es una receta antiquísima que me gustaría hacer
prevalecer. »
Aidé del Pilar Torres, Mercado Portales.
SU
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50
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LA OPINIÓN
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DE
VE
N
TA
«Pienso que la Gastronomía es un reflejo de la cultura de un país
o zona determinada, y bien puedes conocer nuevos lugares a
través de su cocina, ya que nos habla de su historia, sus raíces y
sus costumbres. Personalmente es algo que me apasiona, que me
hace feliz, es para mí un medio a través del cual se me es permi-
TA
tido expresar mi lado artístico, crear; y justamente por eso decidí
estudiar de manera formal, para poder llevar a un nivel profesio-
N
nal esa pasión que desde siempre había sentido. Además de que
considero que el cocinar es una actividad básica en nuestro día
VE
a día y todos deberíamos saber desempeñarla, al menos en una
forma básica.
SU
Tengo una maestría en Derecho, muchos años me dediqué a es-
tudiar, trabajar y vivir con base en eso, pero, el haber comen-
zado a estudiar Gastronomía fue para mí una experiencia muy
agradable y reveladora, confirmé que la pasión que había sentido
O
52
abanico de recetas con las que cuenta nuestra cocina, y estaba
además ayudando a mantener viva una receta que por cuestión
de azahar llegó desde Chiapas hasta mi puerta; el darme cuenta
de esto hizo que mi amor por esta profesión creciera y me llevó a
querer algo más, hoy estoy a punto de abrir un pequeño lugar en
TA
el que se venderán platillos típicos mexicanos, manteniendo sus
raíces de cocina tradicional pero elevándolos a un nivel ‘gour-
N
met’, de esta manera planeo continuar trabajando en pro de la
Gastronomía Mexicana, haciendo mi parte para mantener viva la
VE
inmensa cultura nacional.
53
locales, ya que dentro de ellos se encuentra una gran cantidad
de personas, comprando y vendiendo todo tipo de productos,
y la gran mayoría de los locatarios dependen directamente del
ingreso que obtienen de sus ventas, además de mencionar que
sus mercancías provienen del campo mexicano y considero que
TA
siempre hay que tratar de apoyar y consumir el producto nacio-
nal.»
N
Carolina Izbalanque Robles Lagunes. Emprendedora.
VE
SU
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54
Tamales de Fresa
Ingredientes:
TA
1 pizca de sal
1 taza de azúcar blanca
N
1/2 cucharita de polvo para hornear (levadura química)
1 1/4 tazas de leche de vaca
VE
2 tazas de fresa
2 tazas de harina de maíz
1/2 taza de manteca vegetal
SU
Desinfectante de verduras
30 piezas de hojas de elote
1 taza de mantequilla
O
Preparación:
ID
1.- Poner a remojar las fresas en un tazón con agua y unas gotas
IB
55
3.- Poner a remojar las hojas de elote en agua bien caliente al
menos 20 minutos para que se suavicen.
TA
utilizar dos metidas una sobre otra para cada tamal. Se pueden
amarrar los tamales con tiritas de las mismas hojas de elote.
N
5.- Colocar una capa de hojas de tamal en la parte baja de la va-
VE
porera. Colocar los tamales parados, recargados uno sobre otro
dentro de la vaporera formando una pirámide. Cocer al vapor
durante aproximadamente una hora o una hora y media hasta
SU
que se desprendan de la hoja.
56
PR
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ID
O
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TERCER CAPÍTULO
Los Gigantes
TA
del
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VE
Abastecimiento
SU
O
ID
IB
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TA
tes que fueron reubicados del Mercado del Volador, cuando se
incendió el 17 de marzo de 18701 gracias a una lámpara de aceite
de las que se les dejaba a las imágenes a las que los comerciantes
N
eran devotos, además que no se pudo extinguir el fuego debido
VE
que en la Ciudad no se había tenido agua desde 15 días atrás por
lo que el famoso mercado quedó casi en ruinas y nunca volvió a
ser lo que alguna vez fue.
SU
El mercado de la Merced comenzó siendo un mercado al viento en
el ex convento de la Merced, este lugar fue elegido porque a par-
tir de las Leyes de Reforma surgió la Ley de Desamortización de
O
los Bienes del Clero del 25 de junio de 1856, esto se refiere a que
ID
tara el comercio.2
O
1
Rebeca Yoma, Alberto Martos, Dos mercados en la Ciudad de México, el Volador
y la Merced, México, Instituto Nacional de Antropología e Historia, Colección
Divulgación, 1990 ,p. 146.
2
Ibídem, p.153
61
do estaba demasiado alejado de la Ciudad.3
TA
del mercado, también donde su traza permitiera una mejor co-
municación entre calles facilitando el flujo y la ventilación, ade-
N
más de la instalación de enormes rejas que permitían una mayor
seguridad a los locales por las noches4 El proyecto, sin mucho
VE
pensarlo, fue aceptado por hacienda el 12 de diciembre de 1879
y concluido el 31 de diciembre de 18805 ; es de llamar la aten-
ción la rapidez con la que se construyó el mercado, lo que habla
SU
del interés del ayuntamiento para que fuera el centro de abastos
principal de la Ciudad.
Muñoz G.6
PR
3
Ibídem, p.156
4
Ibídem, p.158
5
Ibídem, p.160
6
62 Ibídem, p.167-168
además de la reconstrucción del mercado de La Merced, el ob-
jetivo era dar lugar a mayor cantidad de comerciantes. A pesar
de las complicaciones presupuestales el mercado de Loreto fue
entregado el 6 de septiembre de 1889, el de San Juan el 16 de
octubre de ese mismo año y el de la Merced el 7 de enero de
TA
18907por Porfirio Díaz.
N
El Mercado de la Merced pronto empezó a tener problemas de
ambulantaje, en las calles aledañas, comerciantes informales co-
VE
menzaron a vender sus productos, estorbando el paso peatonal,
por lo que hubo una queja considerable por parte de los vecinos
de la zona y los comerciantes que se encontraban ahí legalmente,
SU
llegando a la conclusión de que lo mejor era reubicar a esos co-
merciantes a la plaza de Juan José Baz. En primera instancia era
buena idea hacer más grande el mercado de la Merced, pero para
eso debería ser derribado parte el ex convento que a diferencia
O
7
Ibídem, p.167
8
Ibídem, p.180-181.
63
la calle del Rosario al este, la calle de Adolfo Gurrión al sur y al
oeste la calle de Cabañas, dicho mercado fue conocido como el
mercado de las naves y fue inaugurado en 19579 el antiguo mer-
cado fue demolido y se inauguraron dos nuevos mercados más,
el de Jamaica y el de Sonora que buscaban solucionar el proble-
TA
ma de saturación de la zona.10
N
El comercio en el barrio de la Merced continuo siendo grande,
la sociedad se acostumbró a ir a comprar a ese lugar, a pesar de
VE
las medidas tomadas por el gobierno de Adolfo Ruiz Cortines
no se logró descentralizar el comercio de mayoreo, poco a poco
fueron surgiendo nuevos problemas, como de salubridad, segu-
SU
ridad y prostitución, el comercio mayorista tenía que tener otro
lugar que fuera adecuado para las necesidades; el proyecto con
el que se le buscó ponerle solución a esto fue la llamada Central
de Abastos.
O
ID
TA
…la nueva Central constaría de 83 bodegas; 54 para
mayoristas de frutas y legumbres y 29 para abarrotes;
N
además de un centro de administración e información,
dos pabellones para mayoristas de carne con un fri-
VE
gorífico, cuatro pabellones para productores indepen-
dientes, un depósito de envases vacíos y una garita de
control de acceso y salida.14
SU
Los trabajos se realizaron en 14 meses y el costo original de la
obra se calculó en 16 mil millones de pesos, la mitad por la com-
pra del terreno. Parte de los gastos fueron cubiertos por los bo-
O
degueros de La Merced15
ID
13
Ibídem, p.10
14
Ibídem, p.7
15
Ibídem, p.8
65
permitir cierto grado de flotación sobre ese suelo tan
particular y, al mismo tiempo, soportar el peso de las
bodegas. Asimismo, se dispuso de un sistema de gatos
hidráulicos capaces de amortiguar los efectos de cual-
quier movimiento sísmico.16
TA
Por fin el 21 de noviembre de 1982 fueron trasladados la ma-
yoría de los comerciantes del mercado de la Merced a la nueva
N
Central de Abastos.
VE
No hay que olvidar que estos mercados fueron un punto de en-
cuentro para provincianos que llegaron en búsqueda de un mejor
futuro, de 1920 a 195017 se dio un fenómeno de migración al cen-
SU
tro y el mercado de la Merced les ofreció trabajo, de aquí salen
nuevos personajes como los diableros, es cierto que ya existían
cargadores en otros mercados, pero su característico carrito fue
O
16
Ibídem, p.9
17
Fernando López Orozco y Héctor Castillo Berthier, La Merced, México, Ar-
tes Gráficas Panorama, 1994.
66
miles de personas que van cada día, además a un lado de esta se
encuentra la Nueva Viga, el mercado de pescados y mariscos más
grande de Latinoamérica, es prácticamente imposible no encon-
trar los ingredientes para el platillo que quieras preparar en este
lugar.
TA
Los mercados tienen su génesis propia, pero la Central de Abasto
N
es una micro-ciudad, entre sus pasillos podemos encontrar desde
guarderías a peluquerías, lugares donde pasar la noche, bancos,
VE
instituciones gubernamentales y una casa de cultura, pero lo más
importante es que encontramos todos los sabores que puede
ofrecer el país y algunos que provienen de otros países. Este pun-
SU
to comercial si se piensa con detenimiento, es el resultante de los
mercados que han existido en la Ciudad de México.
O
ID
IB
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PR
67
LAS
LAS
TA
VOCES
N
VOCES
VE
SU
DEL
DEL
O
ID
IB
MERCADO
H
MERCADO
O
PR
LA MERCED
TA
cantidades impresionantes de personas debido a la gama de pro-
ductos que ofrece, tanto así que incluso se considera un punto
turístico para aquellos que quieren conocer la verdadera Ciudad
N
de México.
VE
Sus dimensiones originales se han perdido, los puestos cada vez
ganan más terreno a las calles, tanto así que en ocasiones hay que
SU
mirar al suelo para saber si se sigue dentro del edificio o si ya es-
tamos caminando sobre las aceras, que son parte ya del mercado.
inexpertos. Hay que decirlo, quién va por primera vez, y sin guía,
casi por regla se pierde al menos una ocasión, pero una recomen-
PR
69
necesitábamos.
TA
mercados.
N
Hay uno que vende artículos para todas las fiestas, bautizos, pre-
sentaciones, XV años, cumpleaños, graduaciones, etcétera. En
VE
sus corredores se respira el ambiente festivo y se venden todo
tipo de baratijas pensadas específicamente en divertir, globos,
lentes, pelucas, copas, letreros. Luego, casi sin darte cuenta, es-
SU
tás ya en otro mercado, especializado en calzado. Colores, tallas,
modelos, todo lo hay allá, el que no sale estrenando sale querien-
do hacerlo, casi lo aseguro. Algo que merece la pena rescatar es
que, perdidos entre los mercados, bien a la vista del respetable,
O
con vital importancia pues, una vez que estás caminando por los
corredores de los mercados, puedes notar la unión de la gente,
PR
70
de a poco a poquito en su comunidad, una vez que te identifi-
quen.
TA
utensilios, es todo un edificio repleto, sin exagerar, de piso a te-
cho con budineras, cazos cónicos, hornillas, parrillas, freidoras y
N
batidoras de gran tamaño. De igual manera cucharas, cucharones,
cuchillos, chairas, palas, duyas, moldes, tablas para picar, mangas
VE
y miserables de todos los tamaños y materiales, madera, silicón
resistente al calor y, sobre todo, acero inoxidable. No es raro ver
andar por ahí a jóvenes estudiantes de gastronomía expectantes
SU
por encontrar las mejores ofertas en los materiales que para ellos
son vitales, y es que imagina, teniendo todo un mercado que ven-
de solamente productos de ese rubro, la competencia es excesiva,
y se puede notar en el precio. En relación con esta plaza, es muy
O
71
Pero hay un lugar mítico, conocido solo por los que conocen,
perdido entre el laberinto de puestos que significa la merced, una
plaza en donde todos los locales son comidas corridas con los
platillos más típicos de México preparados a la usanza y con el
sazón casero, allá es a donde se dan cita los locatarios para saciar
TA
su hambre, y la ley no escrita dicta que, donde comen los locata-
rios, ahí está el verdadero sabor. Merece la pena, sin duda alguna,
N
buscar y encontrar aquella plaza para sentarse a la mesa de algún
negocio, el que sea es bueno, y echarse una comida departiendo
VE
con toda la gente que, como ya dije, emana una vibra familiar,
sincera, amable y cordial, cosa que enriquece la experiencia, pues
para nadie es un secreto que, mientras mejor la pasas, más rica
SU
sabe la comida.
72
Además, no solo tiene productos comunes, pues hay locales que,
aunque tienes que poner empeño en encontrarlos, brillan por
únicos y merece la pena darse a la tarea de dar con ellos…
TA
vida me llegó por herencia de mis padres y jamás me he quejado,
la verdad es que me agrada mucho.
N
Lo que yo vendo siempre ha sido visto de manera extraña, y más
VE
ahora pues se consideran productos cada vez más raros debido
al desconocimiento de la gente. Tengo acociles, camarones de
laguna, chapulines, escamoles, xamuis (chinche de mezquite), gu-
SU
sanos de maguey o chinicuiles, y también algunas cosas ya pre-
paradas como charales empanizados, que les dicen boquerones,
tamales de charales y tamales de lebrancha. Además, vendo tripas
de pato, aunque yo jamás miento, siempre le digo a mis clientes
O
por pato, o gato por liebre, como quien dice. Yo hablo con la
verdad, y además aconsejo que las preparen con xoconostle, que
H
73
es lo que pienso yo.
TA
puesto, pues, aunque es en realidad muy pequeño, en mi mesa se
reúnen varias partes de México, cosa que me parece muy intere-
N
sante y divertida.
VE
A mí me encuentran de lunes a domingo en la zona de prepara-
ción de la merced, no hay falla, pues si a la primera no me hallan
por lo pequeño de mi puesto, pueden también buscar los nopa-
SU
les, estoy junto al puesto que vende puro nopal, literalmente, ahí
no hay pierde, esas pilas gigantescas no pasan desapercibidas. »
Marco Ribero Sambrano, locatario de la Merced
O
LA CENTRAL DE ABASTOS
ID
TA
que se trasladaron al entonces nuevo inmueble y fueron ellos los
primeros en establecerse y ocupar los locales de lo que ya, hoy en
N
día, es reconocido como el mayor mercado de abasto no solo de
México, también del mundo.
VE
Si el lector no reconoce de buenas a primeras la relevancia gastro-
nómica de esta plaza, vamos a ponerla en términos sencillos. Es
SU
cierto que la cocina depende de muchos factores, que si el equipo
adecuado (entiéndase cazos, palas, estufas, sartenes, etc.), que si
las manos expertas del cocinero y la maestría en su técnica, que si
el toque correcto para sazonar, la inventiva a la hora de combinar
O
sabores o la planeación del mise en place 18, pero antes que todo
ID
TA
preparaciones prehispánicas usaban cierta materia prima, des-
pués con el contacto español muchos ingredientes se sumaron a
N
la dieta mexicana, en el porfiriato predominaron ciertos sabores
y técnicas y así, en ciertas épocas de la historia del país la cocina
VE
sufrió modificaciones que son identificables si decidimos obser-
varlas. Y relacionado con el mestizaje, es deber decir que a diario
la Central de Abastos recibe productos de todos y cada uno de
SU
los estados del país y de al menos otros 15 países como Tur-
quía, Chile, España, Alemania, India, Argentina, China, Nueva
Zelanda, Perú, Francia, Italia, Estados Unidos, etcétera. Además,
alberga diariamente alrededor de 500 mil visitantes entre mayo-
O
todo ese espacio. Está divido en varias zonas entre las que so-
bresalen, Abarrotes y Víveres, con semillas, chiles secos, dulces,
PR
76
al mayoreo e incluso por camión cerrado, ahí puedes encontrar
ofertas de verdad inverosímiles que no duran más que unas cuan-
tas horas, incluso los precios que allá se manejan y la llegada de
nuevos camiones cargados influyen directamente con los precios
que se dan en el resto del mercado, estos suben o bajan varias
TA
veces durante el día en función a qué materia prima esté llegando
o se esté rematando. Esta zona recibe en promedio mil toneladas
N
de mercancía por semana y como puede adivinarse en su nom-
bre, es aquí donde se pueden cerrar tratos directos con los pro-
VE
ductores. Y la zona más grande de esta plaza, Frutas y Legumbres.
Es bastante predecible lo que aquí abunda, lo curioso es que en
su mayoría los locales venden solo por mayoreo, ya sea por caja,
SU
tonelada o incluso por cosecha pactada.
tro rector y los precios que impone tienden a ser referentes para
los costos promedio de la mercancía a nivel nacional), que este
IB
dos del abasto y desabasto de la plaza, se estima que por día arri-
ban en promedio 62 mil unidades, 2 mil tráileres, 1500 camiones
de carga y 58 500 automóviles y camionetas. Algunos lo llaman el
mercado que nunca duerme, y es que desde las 10 de la noche el mo-
vimiento comienza y ya para las 2 o 3 de la madrugada alcanza
77
su punto más álgido. Una vez dentro se puede ver a personas
corriendo de un lugar a otro, cargando y descargando, siendo
el enlace entre camiones y locales; hay quien presume de llevar
hasta 800 kilos por viaje, haciendo alarde no de su fuerza, sino
de su capacidad de acomodar y distribuir todo ese peso. Otros
TA
limpiando nopales, desgranando elotes, deshojando lechugas o
limpiando la mercancía, y es que es muy común que esta llegue
N
aún con tierra del campo en que fue criada y cosechada. Poco a
poco comienzan a desfilar empleados de restaurantes u hoteles
VE
realizando sus transacciones, pequeños emprendedores en busca
de la mejor oferta, mercaderes de la misma central o provenien-
tes de otros mercados que compran para revender en sus propios
SU
locales ubicados en distintos puntos de la Ciudad, que a su vez,
abastecen a casas o negocios alejados de la Central, es decir,
prácticamente los productos de esta plaza llegan a cada punto
de la Ciudad, y esto, hablando acerca de la cocina, se traduce en
O
78
Sumado a esto y tomando conciencia de su importancia cultu-
ral, la Central de Abastos en los últimos años se ha preocupado
por trascender y actualizarse, y no solo sumándose a la iniciativa
de que en el futuro inmediato todos los mercados populares de
la capital cuenten con servicio gratuito de wi-fi, sino también
TA
creando su propia plataforma digital https://www.abastoenlinea.
com/ en la cual es posible registrarse, ya sea como proveedor, lo-
N
catario, transportista o simplemente como comprador dispuesto
a recibir directamente al correo electrónico las ofertas venideras
VE
y hacer compras en línea. SU
O
ID
IB
H
O
79
Además, anhelando convertirse en el estandarte cultural que
siempre debió ser, este mercado ha lanzado diferentes campañas
sociales entre las cuales destacan diferentes exposiciones encami-
nadas hacia rasgos culturalmente importantes para México.
TA
En ese sentido han logrado concretar muestras en torno al ju-
guete tradicional mexicano, la lucha libre, la fotografía, las ofren-
N
das del día de los fieles difuntos e incluso algunas matinés con
proyecciones de películas.
VE
Y si hablamos de estos esfuerzos, no se pueden dejar de lado los
dos más grandes y que han servido como punta de lanza para el
SU
resto, el uno serían las muestras gastronómicas en las que, con
insumos propios de la plaza, afamados chefs cocinan y dan de-
gustaciones en diversos eventos a los visitantes; y la otra sería
su programa Central de Muros con el que, a través de cerca de
O
la juventud en crecimiento.
O
80
Sea cual sea el rasgo que más idolatre el lector en torno a este
mercado, ya sea el gastronómico, algún otro en relación a la cul-
tura o el social, lo realmente importante es contribuir al proceso
de crecimiento y modernización que se ha esforzado por em-
prender. La manera es sencilla, basta con visitar el recinto, ni
TA
siquiera es necesario comprar, lo que hace falta es gente que la
visite como un punto turístico, personas que aprecien sus cuali-
N
dades como destino y que la reconozca y respete como un sitio
que es digno representante de la cultura popular mexicana.
VE
SU
O
ID
IB
H
O
PR
81
PR
O
H
IB
LA OPINIÓN
ID
O
SU
DE
VE
N
TA
«La cocina es una tradición en mi familia desde hace tres gene-
raciones, mi bisabuela, abuelos y mi padre se dedicaron a ella, y
quizá esa sea la razón por la que desde muy pequeño me sentí
atraído por ese mundo. Recuerdo que contando con solo algunos
años de edad acompañaba ya a la abuela a recorrer la Merced o
la Central de Abastos y el abuelo me llevaba junto con él a los
TA
rastros que están cerca del metro ferrería, así que desde infante
fui expuesto a ese ambiente y hasta la fecha disfruto mucho de
N
visitar Mercados, que en mi opinión son un punto de encuentro
gastronómico clave para la cultura culinaria mexicana. Cada mar-
VE
tes sin falta voy a hacer las compras para mi casa a la Merced, y
cada que tengo posibilidad me doy una escapada al de San Juan
para comprar algunos insectos, ya que soy entusiasta de nuestra
SU
herencia culinaria prehispánica y me gusta experimentar con ese
tipo de ingredientes mezclados con otros tantos exóticos que se
pueden adquirir en ese lugar, además de que sin duda alguna soy
un asiduo fan de comer en estos sitios, desde una birria hasta
O
decir que soy un fanático de los platillos para cruda, sin precisar
tenerla para disfrutarlos.
IB
83
y antojitos mexicanos, una experiencia breve pero muy especial
para ambos, y a través de mi aún corta carrera he sido capaz de
notar diferentes cuestiones en relación a este medio, por ejemplo
el hecho de lo vital que son los productores y abastecedores para
un restaurante o cualquier cocina, personalmente me sería impo-
sible realizar la labor que tengo como cocinero si no tuviese los
TA
insumos que preciso en el tiempo y con la calidad deseada, ade-
más es muy agradable para mí el notar que los lugares que abas-
N
tecen mi hogar y el de otras muchas familias, también abastecen
la cocina donde me desempeño, ya que todos los restaurantes
VE
en los que estado son clientes de la Central de Abastos, incluso
la materia prima para el changarro de antojitos era comprada
ahí, es decir, restaurantes mexicanos, en algunos casos de cocina
SU
mexicana, abastecidos por productos y productores mexicanos,
ese suceso a mí, como cocinero oriundo de este país, me llena
de emoción. Es por eso que me gustaría invitar a todos y todas a
apreciar un poco más y mejor a la Gastronomía nacional, consi-
O
Ingredientes:
Cebolla. 120 gr
TA
Ajo. 1 pza
Chile Morita. 8 pzas.
N
Chile Piquín. 10 pzas.
Chile Cascabel. 8 pzas.
VE
Comino. 3 gr
Azúcar. 5 gr.
Xoconostle. 300 gr
SU
Sal y pimienta. c/n
Manteca de cerdo. c/n
Preparación:
O
ID
1.- En agua caliente llevar a cocción los chiles sin semilla. Reser-
var.
IB
y pimienta.
85
PR
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IB
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O
SU
VE
N
TA
CUARTO CAPÍTULO
De vuelta
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al hogar,
N
VE
una vista
SU
al mundo
O
ID
IB
H
O
PR
TA
po, no tuvieron la fuerza que tuvo el mercado de Tlatelolco. La
importancia de este lugar llega junto con los españoles y con la
evangelización el barrio adquiere el nombre de San Juan Moyot-
N
lan.
VE
En San Juan se edificaron varias instituciones importantes como
el tecpan o casa de gobierno indígena, el colegio de San Juan de
SU
Letrán en 1548, el hospital de naturales 1553, el convento de
las monjas clarisas de San Juan de la Penitencia, que estaba un
lado de la Plaza de San Juan de Moyotlan en 1598 y para 1779 se
construyó la fuente de Salto del Agua que era la desembocadura
O
castigar públicamente.
O
89
El cronista de la Ciudad Francisco Cervantes de Salazar, mencio-
naba que el mercado estaba al lado de una vieja y ancha acequia y
aun costado de la capilla de San Juan Bautista y resaltaba la gran
cantidad de canoas que comerciaban ahí para 1554 además nos
dice los productos que se mercaban ahí:
TA
Los indios vendían frutos de la tierra como chile, fri-
joles, aguacates, mameyes guayabas, zapotes, camotes,
N
jícamas, mezquites, xocote, y otros productos de esa
VE
clase. Además, en grandes ollas de barro vendían ato-
le, chía, pozol, pulque y otra bebidas. Había también
yerbas, raíces y ungüentos medicinales, gusanos, man-
tas y otras mercaderías.
SU
Con Sahagún vemos el jitomate y las pepitas de calabaza que
los indígenas gustaban asar y recubrir de sal, y toda una serie
de comida preparada y servida en cada esquina, como el tamal,
O
90
el concurso que propuso el presidente de realizar un monumento
que conmemorara la independencia de México, pero Santa Anna
no estuvo conforme con el proyecto elegido por los jueces del
Colegio de San Carlos, así que ordenó el proyecto al segundo
lugar, Lorenzo de la Hidalga y Griffon solo obtuvo un premio
TA
de trescientos pesos.
N
El mercado de Iturbide tuvo una vida de casi cincuenta años, en
1899 el presidente Porfirio Díaz decide ordenar su demolición,
VE
en su lugar se construyó un mercado que satisficiera las nuevas
necesidades, los comerciantes ya se habían extendido por calles
aledañas; el nuevo edificio fue hecho de acero y vidrio lo que
SU
denostaba modernidad. Este mercado a su vez tuvo una vida de
cincuenta años, cuando se decidió la redistribución del, incitado
en el gobierno de Adolfo Ruiz Cortines y el regente del Distrito
Federal Ernesto P. Uruchurtu, se llevaron a cabo una serie de re-
O
91
mente en el mercado de San Juan Pugibet.
TA
lido. Además de la tabacalera construyó la Iglesia de Guadalupe,
estas dos obras fueron realizadas por el arquitecto Miguel ángel
N
de Quevedo. A su vez, el empresario francés adecuo la plaza con
la creación de un nuevo jardín, para alejar a los comerciantes de
VE
su propiedad.
399 locales.
IB
del metro entre 1967 y 1969, las nave de jarciaría y mercería que
se encontraba en el mercado de Arcos de Belén fue demolida y
sus comerciantes ocuparon la parte lateral de la Plaza de San Juan
en el Mercado de Curiosidades en 1970.
92
Desde sus inicios parecía estar destinado el mercado de San Juan
a la diversidad cultural, actualmente encontramos alimentos de
diferentes partes del mundo, pero también cocina prehispánica,
algo no muy diferente a sus principios donde fue lugar de comer-
cio de productos locales y ultramarinos, en este mercado se unen
TA
el pasado y el presente en sus sabores.
N
COYOACÁN
VE
Coyoacán significa: Lugar de coyotes o lugar donde tie-
nen o veneran coyotes. Este sitio tan representativo de la Ciudad
de México que fue cubierto un par de veces lava del Xitle tiene
SU
una historia muy particular, desde siempre fue visto como una
zona donde pasar un buen rato, gracias a la gran cantidad de
vegetación que hay y sus calles que desde sus inicios han tenido
interesantes historias que contar.
O
ID
1
Manuel Rivera Cambas, México pintoresco, artístico y monumental, México, Edi-
torial del Valle de México S.A., Tomo 2, 1974, p. 412
2
Ibídem, p.52.
93
Ocupábanse los habitantes de comerciar con la capi-
tal, teniendo el mayor lucro con la sal que sacaban de
la tierra mojada con el agua de los lagos; era la sal
rojiza y amasada en tortas redondas, de sabor desagra-
dable, y la industria subsistió hasta el siglo XVII en
que los mercaderes llevaban la sal a los mas distantes
TA
lugares de la colonia. .2
N
Con la Ciudad de México reconstruida se decidió implementar
el gobierno en el centro. Coyoacán ya no tendría la dinámica
VE
acostumbrada de la época del conquistador, pero siguió ocu-
pando cierto rango, por ejemplo, los franciscanos levantaron ahí
un convento que cedieron a los dominicos, como también dice
SU
Cambas:
Era alcaldía mayor de Nueva-España y es citada por
los escritores de aquella época, como uno de los pun-
O
3
Ibídem, p.409.
94
En Coyoacán y sus inmediaciones se recogen frutas
en cantidad considerable, al grado de constituir los
capitales de muchos vecinos; se venden con mucha
estimación en la capital de la República las peras de
diversas clases, perones, manzanas, membrillos, duraz-
nos, aguacates, capulines, zapotes blancos, castañas,
TA
ciruelas de España, chabacanos, guindas, nueces, na-
ranjas agrias y tejocotes.4
N
Tiene sus antecedentes en 1900 en el tianguis que se ponía al
VE
costado norte de la parroquia de San Juan Bautista, donde se co-
locaron unos quioscos de madera, con techumbre a doble agua y
tejas conocidos como las «barracas». En algún momento aquí se
encontró la famosa heladería «La Siberia»4
SU
Dicho tianguis se colocaba los viernes en el hoy Jardín Hidalgo,
la plaza se llenaba de comerciantes, este lugar tuvo cierto auge
O
hasta la época de Porfirio Díaz quien mando poner las vías del
tranvía muy cerca de los puestos y esto representaba un peligro
ID
para todos.5
IB
4
Ibídem, p.418.
5
«Mercado de Coyoacán, historia de su fundación» en Centro de Coyoacán,
21 de diciembre del 2017, https://centrodecoyoacan.mx/articulos/merca-
do-de-coyoacan-historia-fundaci%C3%B3n
6
Ibídem, p.418.
95
De igual manera que en otros mercados, el problema de satura-
ción apareció, quisieron poner a los comerciantes en la plaza de
«la conchita» pero los vecinos se opusieron a ello, fueron reu-
bicados sobre Caballo Blanco pegados al muro de la parroquia
en el mero centro de Coyoacán, esto favoreció a una mayor cir-
TA
culación de personas7 y mejoró la dinámica comercial; hubo un
accidente con este muro perimetral que se vino abajo, este lugar
N
ya no sería adecuado para el comercio, la necesidad de tener un
lugar donde vender llevó a pensar hacer un nuevo mercado en las
VE
calles Cuauhtémoc y Aguayo el cual abrió en 1912 y fue llamado
«Mercado Luis Mondragón» en honor del presidente municipal8,
para los años cuarenta el mercado ya había rebasado su capaci-
SU
dad y los comerciantes se habían extendido por las calles Cuauh-
témoc, Aguayo, Malintzin y Belisario Domínguez.
de octubre de 1956 con una gran fiesta donde todos los vecinos
se reunieron. El mercado fue remodelado en respuesta a las nue-
vas necesidades en 1988. Es conocido también, como el mercado
89 Coyoacán.
7
Ibídem.
96 8
Ibídem.
A veces podría parecer poco entendible porque las personas pre-
tenden ir a Coyoacán, unos alegaran que es por pura moda, pero
sus calles están impregnadas de historia, en cualquier época se
puede encontrar en esta zona un dato curioso, una leyenda, una
historia, algo que nos de identidad como mexicanos.
TA
Coyoacán ha sido testigo desde la quemazón de Cuauhtemotzin9,
N
la muerte en extrañas circunstancias de doña Catalina, esposa de
Hernán Cortés10, este mismo se enamoró de ese lugar y dispuso
VE
que en la Villa de Coyoacán fuera levantado un sepulcro para él y
su familia11. Personajes importantes como: Salvador Novo, Do-
lores del Rio, Emilio «el indio» Fernández, Frida Kahlo, Diego
SU
Rivera o León Trotsky vivieron en sus calles y se inspiraron en
ellas.
culos para todas las festividades del año, hasta un buen plato de
comida. Siempre rodeados por esa sensación de estar en un lugar
H
mágico.
O
MEDELLÍN
PR
TA
Oficialmente el inmueble actual del mercado abre sus puertas
N
el 9 de octubre de 1964.12 Algunos sostienen que su creación
proviene de finales del siglo XIX durante el gobierno del presi-
VE
dente Benito Juárez y otros más sostienen que su auge es durante
el porfiriato gracias al afrancesamiento que le dio a la región.
Lo cierto es que en un primer momento este mercado logró im-
SU
portancia entre la comunidad judía, durante la década de los 40,
obligados a huir por la Segunda Guerra Mundial llegaron a Méxi-
co refugiados judíos y árabes que se asentaron en los alrededores
del mercado.
O
ID
TA
en particular, es un punto de encuentro entre México y el mundo.
N
VE
SU
O
ID
IB
H
O
PR
99
LAS
LAS
TA
VOCES
N
VOCES
VE
SU
DEL
DEL
O
ID
IB
MERCADO
H
MERCADO
O
PR
SAN JUAN
TA
cado, esta plaza es poseedora de una fama bien merecida que lo
respalda y lo envuelve en un misticismo que provoca, que invita
a ser visitado.
N
VE
La zona comercial que se conoce entre Balderas y el Eje central
es abundante, rica en tiendas, restaurantes, fondas, centros co-
merciales y, sin embargo, de todo ese conglomerado sobresale
SU
la calle de Ernesto Pugibet, en la colonia Centro, pues en ella
se hallan tres mercados, cada uno célebre en su tipo, así que hay
que procurar no confundirnos pues están repartidos en un es-
pacio de tan solo tres aceras. Además, más allá, a unas cuantas
O
Agua, hay uno más, el mercado San Juan No. 78. Cuando uno
camina por ahí, es fácil darse cuenta del porqué hay tantas masas
comerciales juntas, y es que hay demasiada gente que transita
IB
101
Mercado 77, San Juan Ernesto Pugibet.
TA
N
VE
SU
Puesto El Coyote, Mercado San Juan
O
102
pasillos improvisados, sin importar el sol, la lluvia o cualquier
inclemencia climática. Esto deja ver que el concepto de Mercado
Popular va más allá de un simple inmueble y que el alma de este se
encuentra realmente en la gente, en la que vende y en la que com-
pra, ellos son los verdaderos protagonistas del comercio popular.
TA
Dos. En la calle Vizcaínas, justo en medio de todo este aglutina-
N
do de comercios, llegó a posicionarse un gran supermercado, que
desde luego entró de inmediato en competencia directa con los
VE
mercados de su derredor, sin embargo, estos se han mantenido a
flote gracias a lo especifico de sus productos y la confianza que
la gente ha depositado en ellos a través de ya tantos años, pues,
SU
como ya mencionamos, estos mercados tienen toda una historia
que los avala. Las personas los siguen eligiendo como sus centros
de abasto de conveniencia y eso es aplaudible, pues apoyan así la
economía de cientos de familias.
O
ID
103
grande a la cocina mexicana, y recrean recetas de otros lados,
pero con un toque mexicano, que si un poco de chile aquí, que
si la salsa para acompañar. El resultado es un fenómeno muy
divertido que merece la pena relatar, y es que, como es obvio,
claro que hay españoles comiendo tapas (o montados para los
TA
puristas), y no es raro encontrar algún peruano paladeando un
ceviche fresco, sin embargo la mayoría de clientes en los comer-
N
cios con oferta extranjera resultan ser mexicanos, y en los que
venden producto nacional la afluencia tiende a estar repleta de
VE
extranjeros, y es que en lugares como el Mercado de San Juan,
uno va en busca de algo nuevo, desconocido, deseando y encon-
trando aventura.
SU
«Desde 1986 nos encontramos aquí en Ernesto Pugibet, en el
local número uno. Personalmente llevo tan solo ocho años como
dueño del local, pero traigo detrás 36 años de experiencia en este
O
tanto los quesos como las carnes frías, las vendemos ya sea en
rebanadas o por piezas completas, ha hecho que logremos posi-
PR
104
inicié a trabajar, a los ocho años, lo que repartía eran carnes frías,
así que desde muy chico comencé a aprender. Hoy me siento muy
orgulloso de estar al frente de un negocio propio y de satisfacer a
los paladares más exigentes. El local se llama La Nueva España,
pues soy orgullosamente mexicano y, aunque vendo en su ma-
TA
yoría productos de lejos, me gusta pensar que contribuyo a ese
mestizaje gastronómico que comenzó con el contacto español, y
N
de alguna manera La Nueva España, sigue siendo México. Bajo
esa luz y tratando de siempre estar innovando, le recomiendo a la
VE
gente que vega a probar, solo en viernes y sábado, los montados
que estamos preparando, siempre acompañados de una copa de
vino y de salsas bien picosas para darle el toque patrio. Lo curio-
SU
so es que son a base de pan negro, no de centeno, sino una nueva
técnica que se está utilizando en Holanda y a través de contactos
yo soy el primero que la está trayendo a México. Poco a poco
vamos ganando más seguidores y estamos en proceso de que las
O
105
Por otro lado, una de las facetas más vanagloriadas de este lugar
es la tablajería, tema bastante polémico en contraposición de al-
gunos paradigmas morales contemporáneos y las recientes ten-
dencias alimenticias como veganismo y vegetarianismo, mismas
que van ganando más adeptos cada día. Y es que en este merca-
TA
do se venden carnes exóticas, poco comunes de verdad. Carne
de león, jabalí, cocodrilo, conejo, cordero, venado y pato están
N
anunciadas en las marquesinas y son manejadas con maestría por
los expertos tablajeros del mercado, que frente a la vista de todos
VE
cortan las piezas completas para sacarles el mejor provecho. Las
encuentras ya sean crudas o en alguna curiosa preparación como
en una hamburguesa o en filete, hay de que ser valiente para
SU
hincarles el diente. Además, y relacionado con esto, San Juan es
una de las mejores zonas de la Ciudad para conseguir insectos
comestibles, esos sí, reconocidos miembros del salón de la fama
de la cocina tradicional mexicana y que nos representan a nivel
O
internacional.
ID
IB
H
O
PR
106
«Este establecimiento lleva más de 30 años vendiendo en San
Juan y actualmente ya tenemos dos locales dentro del merca-
do. Nuestra oferta se centra en los insectos comestibles más re-
presentativos del país, gusanos de maguey, chapulines, jumiles y
cocopaches. Hormiga chicatana de Oaxaca, acociles de Hidalgo
TA
y alacranes de Durango; para tacos, botanas o para acompañar
un buen trago, que también los tenemos, vendemos mezcal de
N
Oaxaca y cerveza artesanal y pulque de Teotihuacan. En carne
abarcamos el lechón, zorrillo, búfalo, venado e iguana, todas las
VE
piezas nos llegan directamente al local de distintos criaderos y
aquí nos encargados de sacar los cortes.
SU
O
ID
IB
H
O
107
Quizá lo más atractivo de Los Coyotes sean los alacranes, los
ofrecemos en dos versiones, bien fritos acompañados de chile
piquín del Tajín y Mezcal oaxaqueño, o en una presentación que
llama mucho más a la vista y todos sin duda se detienen un mo-
mento para verlos, alacranes trampados en chocolate semiamar-
TA
go y adornados con granillo de chocolate. Resulta un tanto extra-
ño que los que más se animan a probarlo son los extranjeros, en
N
promedio vendemos 5 o 6 piezas al día y de esos compradores
tan solo dos suelen ser mexicanos. »
VE
Isaac Ortiz, Los Coyotes.
tarse) que coexisten en la Ciudad, hay que ser osado para visitarlo
pues un paseo por sus corredores nos exige ser abiertos de men-
PR
te, entender que hay otras posibilidades que no están bien ni mal,
simplemente están sujetas a la interpretación de los ojos con los
que decidamos mirar. Ah, pero eso sí, si elegimos observar con
la mirada de la pluralidad, una experiencia inefable nos aguarda,
de eso pueden estar seguros.
108
TA
N
Variedad de insectos, Mercado San Juan
VE
SU
COYOACÁN
109
Puerto, frente a la Plaza Hidalgo. Ahí se reúnen todos los días
artesanos y artistas que brindan su trabajo y esfuerzo a los pa-
seantes, y a ciertas horas del día es posible verlos mientras ela-
boran sus creaciones que son evidencia del talento y del ingenio
mexicano. Y aunque dentro de esta plaza no se vende comida,
TA
está cercada por cantinas y puestos callejeros entre los cuales hay
algunos que son entrañables representantes de la cocina tradicio-
N
nal mexicana.
VE
SU
O
ID
«Yo soy chilanga, pero tengo familia en Yucatán, es por eso que
110
que vendo Marquesitas de queso de bola (queso holandés) que es
una preparación típica de Mérida, fueron mis familiares quienes
me dieron la receta. Este postre no es solo delicioso, sino que es
un platillo con historia, ya que esconde una leyenda que atrapa
a todos mis clientes, es tan interesante que algunos de los que
TA
se quedan a escucharla, terminan por echarse otra, por el puro
placer de disfrutarla una vez que conocen la historia. Resulta que,
N
en 1910, un heladero de nombre Leopoldo Mena se las ingenió
para mantener su negocio a flote, ya que, en temporada de calor,
VE
como es de esperarse, vendía muchísimos helados, pero cuando
llegaba la helada de invierno, nadie se acercaba a su puesto. Dadas
esas circunstancias, comenzó por vender conos de helado solos,
SU
hechos al momento, y estos fueron bien recibidos de inmediato
por su sabor dulce y así, rápidamente, se hicieron famosos entre
la gente. Poco después se decidió a reinventar su creación y les
agregó un relleno dulce que contrasta fuertemente con el sabor
O
allá. La fama de este postre se hizo aún más grande y llegó a los
paladares más exigentes, se dice que se les puso marquesitas ya
IB
111
carritos de marquesitas hay ya tan solo en Coyoacán, y créeme,
seguirán saliendo nuevos. »
Vendedora Anónima. Marquesitas de queso de bola.
TA
solo unas cuadras, hay otro mercado, el Mercado Coyoacán Número
33 , ubicado en la calle de Allende, entre Malintzin y Xicoténcatl,
N
aunque esta no ha sido siempre su ubicación, ya que antes, des-
de 1921 y hasta 1956 (año en que fue trasladado a su ubicación
VE
actual), se encontraba en el espacio que es hoy ocupado por el
Gimnasio Coyoacán, un poco más cerca del centro, en la esquina
de Cuauhtémoc y Aguayo.
SU
Este otro mercado es un tanto extraño, la fachada no sugiere que
sobresalga del resto y dentro de sus muros no hay ningún rubro
en el que se especialice. Vende plantas, pero no tan variadas como
O
112
español e inglés, que el tomar fotografías no está prohibido, pero
tiene un costo. Y sí, hay quien lo paga, nacionales y de otros lares,
son muchos que no dejan pasar la oportunidad de retratar aquel
paisaje tan multicolor y tan multicultural, tan mexicano.
TA
Dicho esto, tenemos dentro de su delimitación chiles frescos
y secos, semillas, restaurantes de antojitos como quesadillas y
N
tostadas, y de mariscos y de pozole. También artesanías, desde
juguetes de madera hasta vajillas completas de Talavera, blusas
VE
bordadas a mano y rebozos traídos desde Oaxaca. Copal en tro-
zo o en incienso, cálices para quemarlo e incluso limpias a base
del humo de esta resina se llevan a cabo allá. Algo de lo más
SU
admirable en esta plaza es que en más de un local se consigue
papel picado en cualquier época del año, con sus calaveras y sus
ofrendas, por pieza o por tira. Podemos concluir entonces que,
aunque esta plaza no se especializa en ningún producto como tal,
O
cado son sin duda los puestos de dulces típicos, los de las abue-
PR
las, los de las monjas. Y es que estos han sido relegados, hoy en
día en la CDMX no son mayoría los niños que los consumen
regularmente y muchos ni siquiera los conocen, además, aunque
muchos no los consideren o los pasen por alto, así como el pos-
tre es parte de una comida, estas golosinas son parte importante
de la gastronomía tradicional mexicana. Es por eso que estos es-
113
tablecimientos que ofertan lo más selecto del dulce nacional me-
recen ser apreciados y reco-nocidos como defensores de nuestra
cocina.
TA
N
VE
SU
Confiterías, Mercado Coyoacán.
«Aquí vendemos dulces típicos, nada más y nada menos.Tejoco-
tes en miel, palanquetas de cacahuate, alegrías de amaranto con
O
114
quieren probar los dulces mexicanos más típicos, pero también
hay otros que vienen buscando cosas como los cacahuates o nue-
ces garapiñadas ya que, yo no lo sabía pero me explicaron, son
productos que se venden en varias partes del mundo, entonces
los compran para acordarse de su tierra. Y aunque, como les
TA
digo, en realidad no hay ningún dulce que se venda más que otro,
es cierto que los visitantes de otros países se maravillan ante dos
N
productos. Uno, la fruta cristalizada, que es agradable a la vista y
encima, si se les explica el complejo proceso de limpiar la fruta,
VE
sumergirla en agua con cal por un día entero, hervirla y después
pasarla varias veces por un almíbar en el que se volverá a hervir,
se vuelve aún más atractiva. Y dos, las calaveritas de azúcar, esas
SU
en serio les fascinan, es por eso que procuro tenerlas todo el año
y no solo en noviembre, ya que las buscan tanto y tanto que es
un producto que siempre se vende, muchos se llevan cajas com-
pletas, no como dulce, sino como suvenir. Al parecer la figura de
O
MEDELLÍN
H
115
dentro de ella, es sitio afamado por vender productos de diversos
países, sobre todo de Latinoamérica. Debido a esto es que es co-
nocido como La pequeña Habana por locatarios, vecinos y algunos
conocedores de la Ciudad. Cuba, Colombia, Venezuela, Perú y
algunos otros levantan la mano y se hacen presentes en los pues-
TA
tos vendiendo productos tanto frescos como procesados. Este
fenómeno por supuesto tiene una importancia gastronómica, el
N
encontrar insumos de tan variados lares convergiendo en un solo
sitio es algo maravilloso, ofrece un sinfín de posibilidades limita-
VE
das solo por la inventiva a la hora de hacer mezclas en la cazuela,
pero quizá aún más interesante es el fenómeno social, ya que esta
gama de insumos a la venta atrae a muchos públicos que termi-
SU
nan por complementar y enriquecer la cuestión gastronómica.
Tenemos, como es obvio, a los mexicanos que asisten por simple
curiosidad, buscando nada en específico pero atentos de alguna
cosa desconocida que les permita mandar de viaje su paladar, sin
O
116
extranjero podemos conseguir aquellos productos?, seguro que
no nos importaría pagar algunos dólares, euros o pesos chilenos,
argentinos o colombianos de más por satisfacer esa necesidad,
aunque sea momentáneamente.
TA
N
VE
SU
Fachada del Mercado de Medellín.
O
117
blemático puesto de comida yucateca que lleva ya 50 años ubi-
cado al interior de este mercado y que a diario ofrece productos
como axiote y chilmole (ambos caseros), queso holandés para
preparar las típicas marquesitas y el inolvidable queso relleno,
lima para la sopa, cebolla morada y chile habanero para comple-
TA
mentar, el taco y el momento.
N
VE
SU
O
118
lo que viene de allá es bueno, para muestra estoy yo, que llegué
hace ya más de 50 años. De mi local, yo les recomiendo todo, la
verdad, ya depende lo que uno quiera comer, claro.
Aquí en mi puesto uno puede comprar todo para preparar los
platillos más famosos de la comida yucateca, pero si tuviera que
TA
elegir algo, yo les diría que se lleven una salsita de habanero, las
prepara mi hija y no lo digo porque sea ella quien las cocina, pero
N
están muy buenas, es lo que más se vende y aquí entre nos, de
verdad saben a Yucatán.
VE
Dato curioso, todo el año vendo lima y naranja agria, a veces
es difícil conseguirlas, pero una sopita de lima o una cochinita
SU
pibil no respetan, se antojan siempre y hay que tener listos todos
los ingredientes para cuando la gente tenga el antojo. Vendemos
además ají dulce, que es más bien para los extranjeros, aquí vie-
nen varios y me piden algún sustituto para el habanero, a la ma-
O
Ají para que sea más fácil de identificar por los visitantes, porque
así es conocido en muchos otros países latinos y ya tengo mi base
IB
de clientes extranjeros. »
Don Carlos Palma, El Yucateco.
H
O
PR
119
Carla Amaya, quien atiende actualmente en Petrita e Hijos(as), es
una experta cocinera oaxaqueña y por esa misma razón mientras
atiende no para de dar pruebas y consejos culinarios.
TA
madre y ahora me toca a mí seguir con esta tradición. He esta-
do aquí gran parte de mí vida, se podría decir que soy hija del
N
mercado, por eso amo este trabajo y siempre trato de ofrecer lo
mejor a mis marchantes. Aquí nos especializamos en productos
VE
oaxaqueños pues somos de Etla Oaxaca, tierra del frijol y cuna
del quesillo, y aún tenemos familia en esa tierra que nos manda
de todo. Tratamos de tener bien surtido, aquí la gente puede lle-
SU
varse la tlayuda y ya de paso el frijol, el chorizo, el tasajo y hasta el
mezcal para acompañarlo, de Espadín o de Tobalá, hay para es-
coger. Además, vendemos cacao tostadito, téjate, champurrado,
chicatanas, gusanos de maguey y hasta chapulines, esos los refrige-
O
120
Entonces el quesillo que vende-
mos es traído de allá, y cual si
fuera un pueblo, aquí en el Mer-
cado todos saben que el buen
quesillo está en mi puesto y me
TA
mandan a todos los que llegan
preguntando por un buen que-
N
so. Ahora muchos me ven raro
si le doy, por ejemplo, una sopa
VE
Carla Amaya,Petrita e Hijos(as) de guías a mí hijo, con su elote,
Mercado de Medellín. su flor de calabaza y su chepil, pe-
ro nadie dice nada cuando alguien le da una sopa instantánea
SU
a un niño. Yo creo que eso está mal, la gente debería acercarse
a las tradiciones del país y a los mercados, que en mi opinión
son parte de nuestra cultura y solamente así, acercándose a este
O
»
Carla Amaya, Petrita e Hijos(as).
H
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121
PR
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H
IB
LA OPINIÓN
ID
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SU
DE
VE
N
TA
«Inicié en este mundo desde lo más bajo del organigrama, con
dedicación y esfuerzo logré subir y conseguí viajar y cocinar en
varias partes de México e incluso el extranjero; mientras más su-
bía, viajaba y aprendía noté el innegable hecho de que la gastro-
nomía es multidisciplinaria, por una parte es el reflejo de una de
TA
las actividades más básicas de la humanidad, la alimentación, si el
ser humano no se alimenta simplemente no puede subsistir, pero
N
además a través de ella pueden observarse ciertas cuestiones geo-
gráficas, históricas y sociales acerca de diferentes civilizaciones,
VE
ya que la manera en que se alimenta un grupo de personas nos
habla de los frutos que su propia tierra les ofrece, por ejemplo, o
los productos que no consideran adecuados para consumir po-
SU
dría hablarnos de su religión. Una muestra de esta relación de la
comida con la cultura, historia y características de un lugar es el
caso del mestizaje culinario que tuvo lugar en nuestro país, con-
virtiendo a la nuestra, en mi opinión personal, en la mejor cocina
O
platillos que varían dependiendo la zona del país en que nos en-
contremos. Usemos de modelo el mole, un clásico mexicano que
H
123
Hay diversas maneras en las cuales podemos darnos a la tarea de
aprender acerca de la variedad gastronómica mexicana, visitando
restaurantes especializados o viajando a diferentes regiones, por
ejemplo, pero lo que suelo recomendar a mis conocidos es visitar
los Mercados Populares que se encuentra dentro de la CDMX, ya
TA
que además de ser la opción más rápida y económica, en aquellos
lugares se encuentran conviviendo rasgos culturales de práctica-
N
mente todo el país, podemos por ejemplo, encontrar un local que
sirve pozole durante todo el año justo al costado de otro que se
VE
especializa en comida oaxaqueña, e incluso si salimos un poco de
la Ciudad nos encontramos con mercados como el de Aguacatit-
lán en el Estado de México, donde aún se practica la obtención
SU
de alimentos a través del trueque; fenómenos y experiencias culi-
narias de este tipo solamente las podemos encontrar en estos re-
cintos. Personalmente disfruto mucho de visitar el de la colonia
Morelos y sentarme a comer unas deliciosas migas, preparación
O
suelen dirigir esas cocinas, sin duda son tesoros nacionales que
deberían ser mucho más apreciadas y valoradas.
O
124
nte. Trato de hacer mi parte al hacerles notar a mis alumnos y
algunos conocidos que la verdadera esencia de la Gastronomía
Mexicana se encuentra en las calles, en los tianguis, los puestos
de la esquina, en cada casa y por supuesto en los Mercados Po-
pulares, piezas fundamentales para mantener viva la grandeza de
TA
la sazón nacional. »
Alejandro Gabino López.
N
Chef e Instructor de Gastronomía.
VE
SU
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ID
IB
H
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PR
125
Víbora en Xoconostle
Ingredientes:
TA
cortada en porciones pequeñas
7 piezas de xoconostle sin piel, sin semillas y cortado en cubos
N
pequeños
1 manojo mediano de cilantro lavado, desinfectado y picado fi-
VE
namente
1 manojo mediano de perejil lavado, desinfectado y picado fina-
mente
SU
5 ramas de epazote picadas finamente
3 dientes de ajo picados finamente
¼ de cebolla picada finamente
3 chiles de árbol enteros y secos
O
Sal y pimienta
ID
Preparación:
H
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126
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ID
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VE
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ID
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TA
QUINTO CAPÍTULO
La Actualidad;
TA
Un mercado
N
VE
metamórfico
SU
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TA
Se encuentra sobre la calle Querétaro en la colonia Roma Norte,
fue inaugurado en el 2014 y desde entonces ha sido un lugar muy
N
socorrido por nacionales y extranjeros, pues como ya menciona-
VE
mos, en esa zona la afluencia de extranjeros es bastante grande.
dable convivencia.
Este concepto tuvo tanto éxito que en 2018 se abrió bajo el mis-
IB
Coyoacán.
O
PR
131
MERCADO BENITO.
TA
Esta preocupación ha trascendido en todos los aspectos de nues-
tra vida, y como es de sospecharse, incluso en la manera en que
N
nos alimentamos. Cada vez hay más personas que se interesan
VE
por adquirir productos que sean no solamente saludables para el
cuerpo, sino para el ambiente. Es decir, insumos amigables con
la naturaleza. Este hecho a su vez ha traído consigo incrementos
SU
en el número de adeptos que se suman a corrientes alimenticias
como el vegetarianismo (en todas sus variantes), el veganismo o
simplemente la alimentación a base de productos orgánicos.
O
132
y verduras orgánicas y un sinfín de etcéteras. Además, se han
preocupado por apoyar e incentivar al campo mexicano y a los
emprendedores con propuestas interesantes y novedosas.
TA
como Mercado Benito, que actualmente se encuentra operando los
sábados en el parque de Tlacoquemecatl en la colonia del Valle, y
N
los domingos en el Parque Esperanza Oteo de la colonia Nápo-
les, esto contribuye a que los productores y emprendedores pue-
VE
dan llevar su oferta y su mensaje a distintos sitios y atender las
necesidades de un número mayor de personas que son participes
de estas corrientes que en ocasiones sobrepasan lo alimenticio y
SU
se convierten en todo un estilo de vida.
una realidad cada vez más grande que además ofrece una vista
ID
las plazas, los puestos que oferten ese tipo de productos. Ade-
más, este tipo de mercados se ha caracterizado también por man-
O
133
que ha hecho la propia Central de Abastos por mejorar su página
(https://ficeda.com.mx/), en la que actualmente podemos en-
contrar además del contacto y ubicación, datos curiosos e infor-
mación acerca de la historia del recinto, una galería fotográfica,
noticias, un mapa que especifica sus divisiones y da explicaciones
TA
detalladas acera de qué es lo que se puede encontrar en cada una,
esto aunado a la labor que se hace para dar a conocer a la Central
N
como un destino turístico a través de sus redes sociales como
Facebook, Twitter e Instagram.
VE
SU
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ID
IB
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134
PR
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IB
LA OPINIÓN
ID
O
SU
DE
VE
N
TA
«He de aceptar que la relación que hoy tengo con la cocina co-
menzó de una manera un tanto extraña, debido a que durante al-
gún tiempo tuve problemas con un trastorno alimenticio y afor-
tunadamente fui capaz de superarlo e incluso de ‘enfrentarme’ de
nuevo a la comida, claro que desde otra perspectiva, aceptándola
TA
en mi vida tomando el propósito de aprender a cocinar. Para mi
sorpresa fue una actividad que de inmediato me enamoró y me
N
ayudo a complementar otros rubros de mi vida, soy diseñado-
ra de profesión y es mi deber estar en incesante contacto con
VE
mis emociones, en la Gastronomía encontré una disciplina que
despertó todos mis sentidos y me regaló no solo una nueva
forma de explorar mi ingenio, igualmente una fuente inagotable
SU
de asombro e inspiración, misma que puedo extrapolar a mis
diseños.
136
onar que somos el más joven de esta lista. Gran parte de este
súbito éxito lo atribuyo a los valores bajo los cuales nos regi-
mos, mismos que se mueven sobre tres ejes incorruptibles, el
enaltecimiento del productor, un estricto control de calidad con
los proveedores y la sinceridad total para con los clientes, cree-
TA
mos que de esta manera lograremos concientizar a mucha más
gente y lograr así convertirnos en un mercado para todo tipo de
N
público, no solamente para el que ya era afín a estas tendencias
alimenticias.
VE
En la actualidad contamos ya con diferentes aliados, todos mexi-
canos, cada uno ofertando productos distintos, que van desde
SU
hortalizas cultivadas en Teotihuacán con un método prehispáni-
co que implica las fases de la luna, frutos rojos, setas y granos que
vienen de un rancho en Tlaxcala, Cacao orgánico de origen ta-
basqueño y huevos también orgánicos provenientes de Veracruz,
O
abuso por parte del intermediario que sin importar lo caro que
venda, siempre intenta regatear al productor; pareciera que es
una cuestión arraigada que se viene arrastrando desde hace mu-
cho tiempo, el creer que el trabajador de la tierra debe rebajarse
y malbaratar su trabajo, esto es algo que no podemos seguir per-
137
mitiendo, ¡debe acabar ya¡, si ellos nos ofrecen su esfuerzo y de-
dicación, no me parece justo que en cambio reciban malos tratos
e injusticias.
TA
menzado a estudiar gastronomía, me hizo notar la innata relación
que tiene el concepto de mercado con el sustento de la cocina en
N
general, estos lugares nos abastecen con lo necesario para prepa-
rar por nuestra cuenta todas las recetas típicas de nuestro abanico
VE
culinario, o bien nos las venden ya preparadas en los espacios de
restaurantes que están presentes en todos ellos, como el caso de
las marisquerías en San Pedro de los Pinos, el pan recién hornea-
SU
do en Portales, los pescados fritos del de Mixcoac o las peque-
ñas fondas del ubicado en Tlacoquemécatl. Lamentablemente lo
común es ver a adultos y gente mayor reuniéndose en aquellos
sitios, lo que nos habla de que gran parte de la juventud ya no
O
138
en manos del Gobierno de la Ciudad, tomemos nosotros mis-
mos la responsabilidad de reactivar estos Mercados tradiciona-
les y démonos la oportunidad de conocer también los nuevos
y alternativos que forman parte de una nueva tendencia en la
CDMX que hasta el día de hoy es única en México, pero que está
TA
tomando mucha fuerza y llegó para ayudarnos a consolidar una
‘soberanía alimentaria’, es decir, nos invita a ejercer nuestro dere-
N
cho a discernir entre qué tipo de alimentos queremos consumir,
y nos ofrece una alternativa sana, nutritiva y sustentable, apoye-
VE
mos juntos a todos estos sitios y con ello enaltezcamos juntos al
producto y productor nacional.»
Paola Fernanda Zúñiga Álvarez.
SU
Estudiante de Gastronomía y Directora Comercial del
Mercado Benito.
O
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Ingredientes:
TA
Huevo de libre pastoreo 4 pza
Acelgas 1 manojo
N
Calabaza 1 pza
Zanahoria Amarilla 1 pza
VE
Cebolla ½ pza
Albahaca 1 manojo
Sal y Pimienta
SU
Queso Baby Gruyere 100 gr
Aguacate 2 pza
Consomé de vegetales
Espárragos 1 manojo
O
Salsa Macha
ID
Limón ½ pza
IB
Preparación:
H
140
4- Pochar los huevos en agua con un poco de vinagre.
TA
yere, montar encima los vegetales, el huevo pochado y agregar un
poco de salsa macha de nuez que escurra sobre el huevo. Deco-
N
rar con una ramita de albahaca
VE
Receta de la autoría de Paola Fernanda Zúñiga Álvarez.
SU
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TA
sexTO CAPÍTULO
el mercado
TA
vive
N
VE
SU
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ID
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TA
si bien se encuentran los puestos de primera necesidad que se
pueden encontrar en todos los mercados como los de frutas y
verduras, carnicerías, abarrotes y de comida, este lugar no se
N
caracteriza por especializarse en la venta de un mismo producto,
VE
ahí se puede comprar de todo, aunque suene exagerado, entre sus
pasillos se encuentran productos y servicios como estéticas, ópti-
cas, sastrerías, artesanías, productos para el cuidado y decoración
SU
del hogar, ropa de todo tipo, hay desde para XV años, gradua-
ción o boda, hasta para los bailables de la escuela. Este mercado
que existe desde 1956, es famoso por su comida hay una gran
variedad para todos los gustos, los caldos son especialmente co-
O
MERCADO DE SONORA
IB
145
solicitados por personajes que en cualquier otro lugar se verían
extrañamente.
TA
semillas, plantas, tanto secas como frescas que ayudan a curar
hasta las enfermedades más complicadas.
N
Dentro de los artículos que se venden se encuentra disfraces y
VE
objetos decorativos para fiesta, pero es durante las festividades
cuando las calles se inundan de comerciantes y transeúntes, du-
rante día de muertos se venden calaveras de dulce, papel picado,
SU
veladoras y adornos para la celebración y en semana santa es
común encontrar los llamados «judas» para ser quemados.
LA CIUDADELA
H
146
un lugar con mucha historia, pero fue hasta 1964 los inicios de
lo que hoy es, por iniciativa del gobierno de la Ciudad de México
y el ayuntamiento de Zacatlán, Puebla, se realiza la feria de la
manzana quien es la que trae consigo a los primeros artesanos
que posteriormente piden permiso para ocupar el lugar. En 1965
TA
surge el primer mercado llamado «La Feria de la Ciudadela», des-
pués se forma la Unión de artesanos y similares de la República
N
Mexicana que da origen al Mercado de Artesanías «La Ciudade-
la» en 1966.
VE
Este lugar con pedacitos de todo el país se encuentra en Avenida
Balderas y Plaza de la Ciudadela, Col. Centro, Alcaldía Cuauhté-
SU
moc. Ciudad de México, C.P. 06040.
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PR
147
MERCADO DE TACUBAYA
TA
de la demolición del Mercado de la Paz por la ampliación de la
calle Parque Lira, comienzan a funcionar el 22 de julio de 1957.
N
Una de las historias que puede contar el mercado Becerra es que
VE
en sus pasillos vendió el famoso cantante Javier Solís, pero el
mercado más emblemático de Tacubaya es el de Cartagena que
aparte de contar con los puestos comunes de abastecimiento
SU
para el hogar tiene una zona de zapatos de todo tipo y precios,
una de garnachas para todos los gustos y lo más característico es
su zona de estéticas que diariamente embellecen a las personas
que acuden a ellas.
O
ID
MERCADO CUAUHTÉMOC
PR
148
para los amantes de los objetos con historia, se pueden encon-
trar desde sobreros, encendedores, relojes, juguetes de diferentes
épocas hasta uniformes u objetos utilizados en diferentes gue-
rras.
TA
Este paraíso para los coleccionistas se encuentra en Mercado de
Cuauhtémoc. Jardín Dr. Ignacio Chávez, Cuauhtémoc y Dr. Li-
N
ceaga, Roma.
VE
MERCADO ABELARDO L. RODRÍGUEZ
149
lles de República de Venezuela, República de Colombia, del Car-
men y Rodríguez Puebla, en el centro histórico de la Ciudad de
México.
TA
El Mercado Río Blanco está ubicado en avenida Congre-
so de la Unión, entre calle Oriente 91 y calle 95, colonia Mártires
N
de Río Blanco. Fue inaugurado por el presidente Adolfo López
VE
Mateos y el jefe del departamento del distrito federal Ernesto P.
Uruchurtu en 1963, actualmente tuvo que ser remodelado por
los daños provocados por un incendio en 2014 y las fuertes llu-
SU
vias del 2015. Fue reconstruido con apoyo del Gobierno de la
Ciudad de México y reinaugurado por el jefe de gobierno Miguel
Ángel Mancera en el 2016.
O
MERCADO DE LA NARVARTE
PR
150
encontrar todo tipo de alimentos preparados a un precio justo, es
famoso por su comida que satisface a los más exigentes.
TA
MERCADO DE MILPA ALTA
N
Milpa Alta aún tiene ese ambiente de campo y para mues-
VE
tra de ello sus principales productos son el pulque, el borrego
para la barbacoa, el mole y sobre todo el nopal que son bastante
comunes de ver en el mercado, además se encuentran los artí-
SU
culos de primera necesidad que se pueden hallar en todos los
mercados.
ble debido a las dimensiones, por lo que se les asignó un lugar es-
H
151
El mercado Benito Juárez se encuentra en Querétaro 15, Villa
Milpa Alta, La Concepción, Milpa Alta, 12000 Villa Milpa Alta,
CDMX y el Centro de Acopio de Nopal en San Agustín (Villa
Milpa Alta), San Agustín, Milpa Alta, 12070 San Francisco Teco-
xpa, CDMX.
TA
MERCADO DE JAMAICA
N
Ubicado en la calle Guillermo Prieto, en la colonia Jamai-
VE
ca, justa en la salida del metro que lleva ese mismo nombre.
entre los pasillos, que no son pocos, pues tan abrumador como
la variedad de olores, es el tamaño de este mercado.
IB
152
zona. Sorprende que la mayoría de aquellos locales, en lugar de
tratar de ofrecer opciones distintas, ofertan huaraches, de gran
tamaño y acompañados de nopales y costilla.
TA
puesto a probar un huarache acompañado de un tepache bien
frio y servido directo del barril.
N
VE
SU
O
ID
153
dos, en coctel, a la diabla o en cualquiera de sus presentaciones.
Incluso puedes encontrar arroces mezclados con distintos cárni-
cos del mar, muy al estilo oriental pero mexicanizados, pues los
sirven acompañados de salsas picantes a base de chiles varios.
TA
MERCADO DE MIXCOAC
N
con Molino de Rosas.
VE
Es pequeño respecto a otros mercados abordados en este libro,
pero es importante en tanto que es el centro de abasto de varias
SU
colonias circunvecinas y a que ha resistido el paso del tiempo y la
modernidad, y es que a pesar de que se han abierto dos grandes
supermercados en su zona, el mercado de Mixcoac se mantiene
vigente con sus puestos que ofrecen desde fruta, verdura y aba-
O
154
món y la sala picante de la casa.
TA
N
Exterior del Mercado de Mixcoac
VE
SU
MERCADO DE LA LAGUNILLA
día.
O
155
da entrar en el rubro de coleccionable. Y aunque obviamente ha
ido evolucionando y adaptándose, encuentra sus orígenes como
mercado ambulante desde hace aproximadamente 400 años.
TA
el mercado de abasto y comida preparada, en donde los visitan-
tes suelen pasar a saciar el hambre con toda la gama de antojitos
N
mexicanos que allá se ofrecen. Además, y como es de sospechar-
se, este mercado significa la manera más cómoda y económica
VE
de abastecimiento para todo el barrio que florece en derredor a
estos mercados.
SU
MERCADO DE AZCAPOTZALCO
una birria, un mole o unas quesadillas arropado por todos los ve-
cinos de Azcapotzalco que a diario se dan cita en aquellas mesas.
156
en cualquier mercado, chiles
secos, de todos, canela, arán-
danos y piloncillo hecho de
manera artesanal y de diferen-
tes tamaños, seguro encuen-
TA
tras el que se ajuste a tu bolsi-
llo, receta o paladar.
N
Exterior del Mercado de Azcapotzalco
VE
MERCADO DE SAN ÁNGEL
157
mercios de la zona y la ausencia de clientela. Pero ahora, y gracias
al mural, podemos ver que el comercio ha vuelto a esta plaza y a
diario decenas de oficinistas y trabajadores de la zona comiendo
en las comidas corridas que se hallan dentro.
TA
Si un día se está por San Ángel, merece la pena, además de cami-
nar por las calles empedradas, pasar a degustar una comida com-
N
pleta con sabor casero y platillos típicos de una casa mexicana.
VE
SU
O
ID
MERCADO DE TEPITO
H
158
cimientos de comida para satisfacer el hambre y el paladar de los
locales y los visitantes, que no son pocos, pues a diario Tepito es
visitado por miles de nacionales y extranjeros, pues a pesar de la
mala fama que lo precede, es un punto totalmente turístico. De
entre estos puestos destaca los que venden las míticas migas o sopa
TA
de pobre, patillo típico que desde hace décadas le da fama al barrio.
No conoces Tepito si no has comido sus migas.
N
Además, hay otros dos mercados, esos sí establecidos. El Merca-
VE
do 36 que se especializa totalmente en calzado y el que es cono-
cido por los locales como el Mercado zona 14 que es toda una
plaza dedicada a la comida, todos los locales ofrecen platillos
SU
distintos y el barrio se reúne allá para departir los alimentos.
159
PR
O
H
IB
LA OPINIÓN
ID
O
SU
DE
VE
N
TA
«La comida tiene un peso socio-cultural demasiado grande, está
presente en todos los eventos de la vida del hombre así como en
su día a día, a través de ella se forman vínculos sociales, familiares
y personales, también tiene la capacidad de acompañar a la per-
fección un momento feliz o acogernos en uno triste, personal-
TA
mente encuentro en ella un vehículo para expresarme y relacio-
narme, de compartir y ser grato con mis semejantes. De la misma
N
manera considero que es un medio para conocer mi propio país,
sé que sonará algo trillado y nacionalista, pero de verdad conside-
VE
ro que poseemos una de las más grandes y mejores gastronomías
que existen, ya que tiene la particularidad de ser un punto donde
convergen culturas de diferentes continentes, lo que se traduce
SU
en influencias en nuestras técnicas, costumbres en la mesa y por
ende en los ingredientes que usamos, algunos que por naturaleza
no pertenecían a esta zona, pero los acontecimientos históricos
que nos respaldan los trajeron hasta aquí poniendo como límite
O
las dos grandes influencias que tuve para que a los diecisiete años
pasara de solo observar a participar activamente de lo que se iba
a cocinar, posteriormente y en consecuencia de eso logré encon-
trar mi verdadera vocación, algo que me apasiona y que hasta
hoy me llena completamente.
161
Así mismo, otra de las actividades que ellas lograron inculcar en
mí fue el visitar y comprar en Mercados Populares, siendo muy
joven me llevaban a esos lugares y desde ese entonces disfrutaba
de pasearme entre los pasillos y ver la variedad de productos
que ahí se vendían, pero mientras crecía y estudiaba ya no solo
TA
los gozaba, comencé también a darme cuenta de lo importantes
que estos sitios son y entendí la carga cultural que poseen; den-
N
tro encuentras a todo tipo de personas realizando todo tipo de
actividades y profesiones, y desde luego que en particular hago
VE
notar la relación que tienen con la gastronomía, ya que son in-
dispensables no solo para que el chef de un restaurante logre
sacar su producción, son igual de imprescindibles para el ama de
SU
casa que debe alimentar a toda la familia, además de que en cada
uno hay una serie de cocineros que considero son pilares para las
manifestaciones urbanas del arte culinario, típicos personajes que
mantienen la esencia de la verdadera comida tradicional, lejos de
O
162
unos un tanto debatibles por algunas personas, cárnicos de cier-
tas especies, insectos u otros algo desconocidos para la mayoría,
pero eso justamente, gastronómicamente hablando, le aporta a
los estudiantes una cultura inmensa, y ahí radica otro punto po-
sitivo de estos recintos, si bien es cierto que dentro de ellos se
TA
encuentran insumos no bien vistos por ciertos grupos sociales,
es igualmente cierto que hay mercados para cada uno de estos es-
N
tratos, mercados con zonas inclinadas al veganismo, por ejemplo,
otros con proveedores de productos kosher1, es decir, si buscas
VE
encuentras, se podría decir que la parafernalia que ofrecen estos
sitios es totalmente incluyente; es por esa razón que invito a la
gente, sobre todo a los jóvenes, a visitar el mercado más cercano
SU
o el que más se adecúe a su estilo de vida y darse a la tarea de
percibir lo maravillosos que son.»
Víctor González Lima. Chef e Instructor de Gastronomía.
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ID
IB
H
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PR
1
Alimentos que se ajustan a los estándares judíos de sus libros sagrados Le-
vítico y Deuteronomio, regulaciones dietéticas de kashrut. 163
Taco de Camarón Encocado
en Salsa de Habanero Rostizado al Limón
Acompañado de Pico de Gallo de Piña y Pepino
TA
Ingredientes:
N
Camarones grandes crudos. 250 gr
Panko. 70 gr
VE
Huevo. 3 pzas
Harina. 100 gr
Coco Rallado Seco 100gr
SU
Cilantro. ¼ de manojo
Chile Habanero Verde. 4 pzas
Ajo. 2 pzas
Cebolla blanca. 75 gr
O
Vinagre Blanco. 35 ml
ID
Preparación:
H
164
dos. Llevar al fuego y sazonar. Acompañar los camarones con
esta salsa.
TA
Receta de la autoría de Víctor González Lima.
N
Pico de Gallo de Piña y Pepino.
VE
Ingredientes:
SU
Piña. 200 gr
Pepino. 200 gr
Cebolla Morada. 75 gr
Cilantro. ¼ de manojo.
O
Jugo de Limón. 80 ml
ID
Yerbabuena. 1 rama
Sal y Pimienta. c/n
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Aceite de Oliva. 30 ml
H
Preparación:
O
165
«La primer incursión que tuve en el mundo culinario fue alrede-
dor de los 15 años, en el taller que tomaba en mi escuela secun-
daria, al inicio era solo una clase como cualquier otra, pero poco
a poco la cocina dejó de ser un actividad más para convertirse en
una pasión. Ya a los 17 años intentaba recrear por mis propios
TA
medios unos sinfines de recetas, a veces con resultados magnífi-
cos y en ocasiones con pequeños fallos que se podían mejorar,
N
pero mi interés jamás se detenía, en todo caso, no dejaba de cre-
cer. Así, a los 18 años comencé a estudiar de manera profesional,
VE
pasé de solo preparar guisados a explorar el arte que podía ex-
presar en mis creaciones, a interesarme por toda la historia que
se encuentra detrás de una preparación y de los ingredientes que
SU
la componen; pienso que podemos aprender mucho de nuestro
país si somos curiosos y nos preocupamos por saber la historia
de lo que comemos, basta con preguntarse ¿de dónde vienen los
ingredientes?, ¿por qué se prepara de esa forma? Como buena
O
166
padre es dependiente de un establecimiento en el Mercado de
Santa María Nonoalco, vende quesos, cremas, embutidos y aba-
rrotes en general, me gusta pensar que él ayuda con la preserva-
ción de nuestra cultura gastronómica, ya que abastece a muchas
casas y pequeños negocios de la zona y creo firmemente que la
TA
gastronomía está realmente presente en estos sitios, no solo en
los afamados restaurantes.
N
Desgraciadamente también he sido testigo del abandono que
VE
han tenido ciertos mercados y productores, entiendo que hay
algunos que tienen atractivo turístico como el Roma o el de Me-
dellín, pero considero que aquellos que se encuentran en zonas
SU
de verdad populares merecen más atención, ya que los productos
que puedes encontrar son de verdadera calidad y si bien es cierto
que algunas veces y con ciertas cosas los precios no son los más
competitivos, al menos sabes de primera mano que al comprar
O
167
tas, apoyemos el verdadero fruto del campo mexicano. »
Ana Verónica Gamboa Yáñez. Estudiante de Gastronomía.
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N
VE
SU
Ana Verónica Gamboa Yáñez. Estudiante de Gastronomía.
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Ingredientes:
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168
Papel encerado. 1 pza.
Molde para pastel. 1pza.
Preparación:
TA
*Precalentar el horno a 180° C
N
1.- Cortar los Nopales en cubos y blanquearlos en agua con te-
VE
quezquite. Licuarlos con la leche condesada y el tequila. Reservar.
169
Cubierta de Ganache
Ingredientes:
TA
Crema para batir 250 gr
N
Preparación:
VE
1.- En un cazo colocar la crema para batir y calentar sin hervir.
170
«Muy satisfecha puedo decir que la gastronomía es mi vida, y no
solo por el hecho de que tenga un trabajo inmerso en ese medio,
sino que la encuentro como mi pasatiempo preferido, una activi-
dad para relajarme, para expresarme y ser feliz. Me interesa todo
en relación a ella, no solo la preparación de los alimentos, así
TA
mismo su consumo, la historia que esconden las recetas e ingre-
dientes y las sensaciones que se pueden crear en la gente a través
N
de un platillo, brindándoles una experiencia que no solo satisfaga
su sentido del gusto y su apetito, sino que complazca del mismo
VE
modo el olfato y la vista, algo que logre trascender en algo emo-
cional. Además como mexicana, me siento orgullosa de la de mi
país, simplemente me encanta, jamás digo que es la mejor del
SU
mundo porque hay muchas otras cocinas muy afamadas y que
tienen todo el mérito, pero sí considero que el abanico de prepa-
raciones e historias que respaldan a la nuestra, sin dudas la ponen
en el top mundial, y como profesora siento la enorme respon-
O
fuera posible, así que desde esa época fui una entusiasta de visitar
Mercados Populares, ya que son grandes puntos de encuentro
O
171
Hoy conozco ya una amplia variedad y asisto a ellos cotidiana-
mente, por ejemplo disfruto mucho de ir al de Coyoacán a comer
todo tipo de antojitos mexicanos, soy fanática de comprar en la
Merced o en la Central de Abastos, y sin temor a equivocarme
podría poner al de San Juan como mi favorito, debido a que des-
TA
de que estudié la universidad tengo una estrecha relación con
él y es para mí increíble la gama de insumos que se pueden en-
N
contrar ahí, misma variedad que nos lleva a percibir una enorme
diversidad cultural que converge dentro de sus muros. Además,
VE
mientras más lugares de este tipo conocía mi saber aumentaba y
era capaz de notar diferentes aspectos, claro que como chef hoy
resalto el hecho de que a través de ellos se puede adquirir la ma-
SU
teria prima que mi profesión precisa y donde a diario se preparan
recetas clásicas de nuestras cocinas tradicionales, pero el Mer-
cado como concepto tiene un trasfondo cultural enorme, que
abarca cuestiones no solo gastronómicas, también económicas,
O
172
cios, socializar con los proveedores y saber cómo tratar con ellos;
todas esas cualidades se pueden adquirir solo en el Mercado, sin
olvidarnos de que al no visitar estos sitios perdemos la oportu-
nidad de maravillarnos con todo lo que tienen para ofrecernos.
Es por este motivo que como encomienda personal siempre pro-
TA
curo alentar no solo a mis pupilos, sino también a la gente que
como yo, vive de la gastronomía, a visitar estos lugares y respetar
N
la labor de los productores así como el de los vendedores, ya
que desde cierto punto de vista, nosotros cocineros, podríamos
VE
considerarnos artesanos, y si no estamos de acuerdo con que la
gente intente abaratar nuestro trabajo y esfuerzo, ¿por qué hacer
lo propio con la gente que nos abastece con gran parte de las he-
SU
rramientas que usamos para hacer nuestras creaciones?, apoyé-
monos entre todos y sigamos enalteciendo nuestra basta cultura
culinaria. »
Carolina Sáenz Scarlata. Chef e Instructora de Gastrono-
O
mía.
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173
Tamales de guayaba y nuez garapiñada
Ingredientes:
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Harina de maíz 1kg
Manteca de cerdo 300 gr
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Guayabas en almíbar 500 gr
Polvo para hornear 10 gr
VE
Azúcar refinada 259 gr
Nuez garapiñada 100 gr
SU
Preparación:
3.- Batir muy bien y agregar azúcar y poco a poco almíbar de las
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guayabas.
H
174
«Desde siempre me interesé por cuestiones relacionadas con la
alimentación, inicialmente quería dedicarme a la nutrición, pero
fue mientras buscaba escuelas que impartieran ese tipo de ca-
rreras que me encontré con la opción de estudiar gastronomía,
y desde el primer momento me quedé enganchada. Fue algo in-
TA
creíble para mí el momento cuando se me reveló que existían
cocinas distintas en todo el mundo y que eran de verdad muy dis-
N
tintas entre sí, que respondían a aspectos 100% culturales, y que
estaba por supuesto la tradición culinaria mexicana, considerada
VE
una de las mejores del planeta. Quizá lo más importante de aquel
momento de mi vida fue que logré entender que la gastronomía
es un medio para unir culturas, tradiciones y familias; que va más
SU
allá de la acción de comer, ya que puedes anclar recuerdos a ella,
historias personales, momentos felices e incluso tristes, hay que
decirlo.
O
175
ión tradicional inmersa en la comida, es el comprar los insumos
en el mercado, ya que es un lugar en el que la sociedad se ve
reflejada y a su vez, obviamente, sus aspectos culturales y tradi-
cionales. Desde muy pequeña he estado acostumbrada a asistir a
este tipo de sitios, hoy ya no sólo para hacerme con los insumos,
TA
sino también porque me genera un verdadero gusto el visitarlos,
me traen recuerdos; en especial el Mercado Martínez de la Torre,
N
ubicado en la colonia Guerrero, que nos recibe con sus murales
de boxeadores famosos que salieron de aquella zona, lo cual re-
VE
fuerza la idea de que un Mercado Popular siempre es reflejo de la
sociedad en la que se encuentra inmerso. Me daba cita ahí cuan-
do niña con mis padres, y hoy día por mi propia cuenta, tengo
SU
ya mis propios locales consentidos que me proveen lo necesario
para la cocina de mi casa y en ocasiones para mis clases, ya que
considero que la variedad de productos frescos que ofrecen estos
recintos, supera con creces la que nos brindan los supermerca-
O
ta, ya que por supuesto soy fan de comer en este tipo de lugares
y me sumo a la consigna de ‘es domingo y no se cocina’, así que
H
176
Lamentablemente la afluencia de nuevos clientes para estos sitios
ha caído en los últimos años, y con ella el sustento de muchos
locatarios y productores mexicanos, así que animémonos a asistir
de nuevo los mercados, a comprar y comer en ellos, pero además
a apreciar los aspectos culturales y estéticos que poseen, porque
TA
hablando más allá de lo gastronómico tenemos también merca-
dos con murales antiquísimos realizados por artistas importan-
N
tes, algunos cargados de misticismo e historia como el de Sonora,
y otros que implican un placer visual al visitarlos, como el de las
VE
flores de San Ángel, todas esas son manifestaciones culturales
propias de nuestra ciudad, que están ahí esperando a que nos
decidamos a apreciarlas. »
SU
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177
Frijoles Borrachos
Ingredientes:
TA
Frijoles cocidos con caldo sin sal
Manteca c/n
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½ Cebolla
Tomatillo 200 g
VE
Chiles serranos o jalapeños
Cilantro 1 manojo
Cerveza
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Preparación:
Acompañamiento:
178
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O
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ID
O
SU
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