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EMBARAZO
¿Cuándo nace un hijo? No un niño, si no un hijo. La idea de ese hijo, cuando lo imaginamos,
Desde ese momento se empiezan a materializar en nosotras una serie de ideas, deseos, imáge-
nes, expectativas. Todo esto es fruto de nuestra propia infancia (cómo nos han criado) el entorno
social y cultural en el que vivimos (familia, barrio, ciudad, país, continente….) y la información que
nos llega a través de los medios sobre la maternidad (cine, revistas, televisión…).
Muchas mujeres cuando sabemos que estamos embarazadas ya nos sentimos madres. Y de he-
cho, los neurocientíficos y psicólogos perinatales hablan que la edad del bebé recién nacido no
Hemos venido a hablar de ambientes, así que veamos el primer ambiente en la vida del ser hu-
mano:
como podría ser una habitación, si no que se trata de un ambiente vivo y en constante cambio:
Así pues, esto conlleva a la vez una enorme complejidad y riqueza: durante un tiempo, dos per-
sonas conviven en un mismo cuerpo. Una de ellas ya está formada, no necesita de otra persona
para sobrevivir, sus órganos están maduros, pero lleva consigo una larga historia de vivencias vi-
tales, y está emocionalmente expuesta al entorno. El otro ser humano se está formando a gran
velocidad. Hace cambios asombrosos en un tiempo récord (hablar de cuando empiezan a mover
los miembros, y de cuando empiezan a “dormir”), y depende, a nivel psíquico y físico de la per-
Vamos a ver las características de este ambiente vivo, en constante cambio y regulación:
Cuerpo
En nuestro cuerpo comienzan a darse una serie de cambios orientados a hacer que este consti-
tuya el mejor ambiente posible durante 10 meses, tanto a nivel físico como psíquico: las hormo-
nas preparan nuestro cuerpo para nutrir al bebe o dar a luz, pero también para luchar por nuestra
supervivencia y la suya. Nuestro cerebro pasa el proceso denominado poda sináptica, que con-
Psique
Hace ya tiempo que la comunidad científica divulga la importancia de las emociones durante el
embarazo. Si bien el bebé no puede comprender emociones complejas, como la tristeza, si que
tiene sensaciones como respuesta a diferentes estímulos: bienestar, placer, saciedad, alarma, so-
bresalto… También percibe las emociones de la madre, ya que estas le llegan a través de los in-
hace de barrera frente a emociones negativas, como el estrés, pero si estas se producen de for-
El conjunto de experiencias emocionales que viva la madre durante el embarazo van a llegar al
El modo en el que el bebé perciba el útero se va a traducir en lo que espera del mundo: amistoso,
Sin embargo, parece que las emociones más importantes son las que tiene la madre respecto a
su hijo o hija. ¿Amamos a nuestro bebé?¿El o ella lo sabe? ¿Se lo hacemos saber desde ese
(El tocar y acariciar nuestro vientre, hablarle a nuestro bebé, hablarle de nosotras, de su familia,
de cómo estamos, pensar en el o ella etc. son pequeños gestos que nos van a ayudar a conectar)
Transparencia
Tan importantes son nuestras emociones, que el cerebro busca maneras de que sanemos duran-
Psíquica (Monique Bydlowski psiquiatra francesa que ha pasado más de treinta años trabajando
con embarazadas y puerperas en una gran maternidad parisina), el cual adquirimos progresiva-
mente durante el embarazo llegando a un especial grado de sensibilidad al final del mismo.
En este estado tendemos a recordar o fantasear sobre nuestra propia niñez. Es normal que re-
cordemos incluso cosas de las que no éramos conscientes. Si estos recuerdos son positivos,
tenderemos a imaginar así nuestra maternidad. Pero si son negativos nos causarán sentimientos
de tristeza y angustia.
Es un proceso complejo, pero la idea importante que podemos extraer de su existencia es que
los sentimientos que nos genera hemos de verlos como una oportunidad de oro para resolver
procesos piscológicos, heridas primales abiertas, duelos pendientes etc de una manera más rá-
pida y eficaz que en otros momentos de nuestra vida. El afrontarlos y no tener conductas evita-
tivas nos ayuda a vincularnos con nuestro hijo o hija y a tener una relación de mayor conciencia y
Así pues, durante el embarazo los cambios físicos son increíbles (nuestros órganos internos se
desplazan a nuevos lugares por ejemplo) y ya sabemos que los cambios emocionales son muy
duros también. En estos momentos es necesario un sostén emocional y una tribu. La crianza no
(Lo que ocurre es que aún no somos conscientes de lo que realmente nos ocurre y mucho menos
PARTO
Hablar del parto es complicado porque es uno de los aspectos más maltratados de la
maternidad.
Dicen que la manera de nacer define las personas que seremos, y que para cambiar el mundo
Aquí sumaríamos un segundo ambiente : por un lado está el vientre materno (la madre), y por otro
el lugar en el que se da a luz, pues este influirá directamente en la madre y en este momento el
Los seres humanos somos mamíferos, y ya se sabe que a la hora de parir las mujeres necesita-
mos lo que cualquier otra hembra mamífera: silencio, oscuridad, calma, intimidad, recogimiento,
calidez.
¿Cómo son los ambientes en los que damos a luz?¿Tienen alguna de estas características?
Al entrar en un lugar ruidoso, luminoso, lleno de desconocidos (más si son hombres), el parto se
para (segregamos hormonas que inhiben la producción de oxitocina). Nuestro cerebro primitivo
siente que hay peligro, y retrasa el proceso hasta que podamos refugiarnos a un lugar seguro.
Este cerebro, no diferencia un hospital de un tigre. Los vive a los dos como una amenaza.
Este sería pues el ambiente físico. Que hay de psíquico? ¿Creemos que es importante cómo na-
cemos, que el modo en que venimos a este mundo marca alguna diferencia?
Lo mismo ocurre con el modo en que transita de nuestro interior a nuestro exterior.
El parto es un acto fisiológico, una danza entre madre e hijo en la que ambos se coordinan y tie-
aplican de forma protocolaria, no cuando de verdad son necesarias, y cada intervención desen-
cadena respuestas en nuestro cuerpo que llevan a otras intervenciones) o la violencia obstétrica, (
que la mayoría de las veces no percibimos porque estamos el un momento voluble y porque la
tenemos normalizada.)
Leía en un blog como comparaban el momento de dar a luz (que es un acto fisiológico), con otro
acto fisiológico muy cotidiano: imagina que tienes que hacer caca en un wc en medio de una ha-
bitación, con un foco encima, rodeada de gente que te dice cuando apretar y cuando no, que
comenta sobre tus cacas, sobre tu capacidad para defecar y que empieza a intervenir para que
Muchas mujeres quieren que su parto pase cuanto antes, no sentir, y vivirlo como un mero trami-
te. Y que llegue lo importante: que nuestro bebé salga, y esté con nosotras.
Realmente, y al igual que pasaba durante el embarazo, el bebé ya está ahí. Está con nosotras y
nos necesita presentes al igual que los 9 meses de embarazo y el resto de su vida.
El modo en que se desarrolle el parto será uno de los factores que influirán en el modo en el que
se establece la lactancia o el vínculo, pero también ciertos rasgos de la manera de ser de ese
bebé.
“La manera en la que nuestra cultura trata a las mujeres durante el parto, es
un buen indicador sobre como las mujeres y su contribución a la sociedad,
son valoradas y honradas.” Ina May