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LA ÚLTIMA CENA DE
JESÚS Y SU MUERTE EN
LA CRUZ
1. Copa de la Bendición
2. Copa de las Plagas
3. Copa de la Redención
4. Copa de las Alabanzas
5. Copa de Elías (esta copa no se bebe, se deja
simbólicamente en una esquina de la mesa a la espera de que
la beba Elías cuando llegue).
Recordemos que el
Cordero pascual se sacrificaba por la salvación de los que se
cobijaban bajo su sangre y se comía íntegramente en la Cena-
celebración de la Pascua. Pero en la Última Cena, al adelantarse
al jueves, no hubo cordero sacrificado.
Según Lucas, Jesús bebió de dos copas (Lc 22, 17.20), pero no
de la tercera. Es decir, bebería de la primera copa, la de
“bendición” al comienzo de la cena, diciendo las palabras judías
acostumbradas: Baruc ata Adonai eloheinu, melech Olum baray
peri hagofen… (“bendito seas Señor, Rey del Universo, por el
vino…”). Después les dio de la segunda copa (la de “las plagas”),
a sus discípulos y bebió el también: “Y tomando una copa, dio
gracias y dijo: «Tomen y compártanla entre ustedes. Porque
les aseguro que desde ahora no beberé más del fruto de la
vid hasta que llegue el Reino de Dios» (Lc 22,17-18). Después
llegó el Afikomán: Luego tomó el pan, dio gracias, lo partió y lo
dio a sus discípulos, diciendo: «Esto es mi Cuerpo, que se
entrega por ustedes. Hagan esto en memoria mía» (Lc 22,19).
Por último, Jesús tomó la tercera copa, que según el Seder
Pascuales la copa de “la Redención”: “Después de la cena hizo
lo mismo con la copa, diciendo: Esta copa es la Nueva
Alianza sellada con mi Sangre, que se derrama por ustedes”
(Lc 22,20). Pero según las misteriosas palabras dichas al final de
la anterior copa (Lc 22,18) Jesús ya no volvió a beber de esta
copa. Más aún, en un momento determinado, se levanta
abrúptamente y sale hacia el huerto… Hecho verdaderamente
insólito, pues los judíos tenían que terminar la Cena Pascual, o no
se daba por cumplido el precepto ni la renovación de la Alianza
de ese año.
La última Cena es el momento decisivo cuando los símbolos y
profecías de antaño del Antiguo Testamento son
reemplazados para siempre por los hechos y cumplimiento del
Nuevo Testamento. Los evangelistas omitieron a la hora de narrar
esa Cena muchos detalles que daban como conocidos por sus
lectores judíos. ¿Por qué nuestro Señor toma el cáliz dos veces en
la narración de San Lucas en la Última Cena? (Lc. 22: 17-20). Por
qué San Pablo habla de la “Copa de bendición” (1Cor 10,16). Por
qué se dijo un salmo antes de que los Apóstoles dejaran el
Cenáculo? (Mt. 26: 30).
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La Pascua Cristiana; el origen
judío
Para hablar de los orígenes de la celebración de la Pascua
Cristiana necesariamente tenemos que rememorar la fiesta judía
del Pésaj. Para los que no conozcan el término el “Pésaj”, es una
festividad ancestral del pueblo judío que conmemora su salida de Egipto,
relatada en el libro bíblico del Éxodo.
Ampa Galduf/Arquehistoria
1250 a. C.
La Pascua y la primavera
La época de la Pascua ocurre al inicio de la primavera en el Medio
Oriente. El invierno ha finalizado y para la naturaleza comienza la vida.
Los árboles están floreciendo, la vegetación se renueva, el ciclo de la
agricultura comienza y, así también, la primer cosecha del trigo se inicia.
LA CENA PASCUAL
“La celebración de la Pascua tenía su punto culminante en la “Cena
pascual”, donde se recordaba y se celebraba el “paso de Dios”,
compartiendo los panes ázimos, el cordero inmolado, el vino de la
alianza y las hierbas amargas de la esclavitud pasada”.(Fuente)
Según la tradición, el pueblo judío salió de Egipto con mucha prisa y sin
tiempo de prepararse, por lo que no hubo tiempo para dejar leudar el pan
para el camino, y de esta creencia deriva la prohibición de ingerir Jametz.
En estos días, se come pan ácimo, sin levadura, como señal de
humildad, ya que los judíos debieron partir sin poder leudar el pan;
también se toma una copa de vino, bebida que alegra el corazón.
Jesús, celebrando la “Cena pascual judía” con sus
discípulos, da origen a la “Pascua cristiana”
Oficialmente la celebración de la
Pascua cristiana llega tras el largo proceso del Concilio de Nicea (325 d.
C.) cuando se decretó que la Pascua cristiana no tuviera una fecha fija:
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