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¿No se trata simplemente de otra corriente filosófica más dentro de tantas otras corrientes que
hemos heredado de siglo XX?
*En lo que sigue haremos una transición entre DILTHEY - HUSSERL - HEIDEGGER, con
el fin de dar respuesta a estas preguntas cruciales*
RESPUESTA
· Para responder a las anteriores cuestiones, hay que tomar en cuenta dos aspectos: uno histórico
(= que tiene que ver con el contexto problemático y temático en que surgió la fenomenología) y
otro sistemático (= tocante a las pretensiones metodológicas y a la postura filosófica abiertas por
la fenomenología).
ASPECTO HISTÓRICO
· La filosofía, acorralada por el espíritu positivista de la época, parecía estar destinada a no ser
más que un complemento del currículum científico. Podía dar cuenta de la historia de las ideas y
de los conceptos, pero por sí misma no tenía nada que ofrecer a las cuestiones científicas más
importantes de la época.
· ¿Por qué? Porque sus objetos le habían sido arrebatados por las ciencias. En efecto, de todo
aquello de que se ocupaba la filosofía, no quedaba nada que no pudiera ser investigado por las
ciencias (tanto naturales como formales y sociales).
ASPECTO SISTEMÁTICO
· Se puede ilustrar también tomando como punto de partida las preocupaciones teóricas de
Dilthey (sobre todo si éstas se comparan con la forma en que Husserl responde estas mismas
cuestiones).
· ¿Cuál es el tema de las ciencias del espíritu? La Erlebnis (vivencia), comprendida como nexo
de la vida anímica que debe diferenciarse estrictamente de las formas y explicaciones propias de
las ciencias de la naturaleza. A SABER: hay un supuesto idealista acá. El mismo concepto de
naturaleza es un subproducto del espíritu, un descubrimiento de seres espirituales cuyo nexo vital
no puede ser reducido a mero objeto natural.
· Nótese que allí se revive el viejo principio hermenéutico de la interpretación de los textos, pero
que ahora se aplica al nexo de significatividad de la vida. = se supone de modo análogo la unidad
de un significado que se expresa en todas sus partes.
· Por ello, Dilthey necesita una investigación trascendental, emulado a Kant. Se debe emprender
la transición a un nexo vital que ya no es vivido ni experimentado por nadie, a saber, por
individuo alguna por cuenta propia. = se requiere de sujetos trascendentales, de ‘sujetos lógicos’.
PORQUE la pertenencia de los individuos a un todo representa una realidad psíquica que hay
que reconocer como tal porque no es posible rebasarla.
· No es que esos ‘sujetos trascendentales’ sean nada raro: ya los historiadores se refieren a ellos
cuando hablan de hechos y destinos de los pueblos, por ejemplo.
· Con todo, Dilthey nunca alcanzó claridad en lo tocante a cómo llevar a cabo este tipo de
investigación. Lo crucial no es solamente cómo puede ser vivido y conocido el nexo vital de
significatividad, sino cómo puede ser conocido ese nexo totalizante que sobrepasa a todo
individuo.
· Husserl es quien por primera vez alcanza claridad en cuanto a estos problemas que
obsesionaban a Dilthey.
· Porque, en efecto, planteemos de nuevo la pregunta: ¿qué se necesita para dar cuenta de la
significatividad que se eleva por encima de todo ser humano individual?
· La teoría de la intencionalidad, en efecto, calza acá con lo que Dilthey denominaba estructura
de la vida psíquica. La intencionalidad no sólo implica un hecho psicológico, sino que se trata de
una determinación esencial de toda la conciencia. El τέλος de la conciencia intencional no es un
componente psíquico real (y en esto tenía razón Dilthey de que lo expresado en toda expresión
de la vida espiritual no podía explicarse con las relaciones causales que imperan en las leyes
naturales): es una unidad ideal que no puede reducirse a hechos empíricos psicológicos.
· Dicho de otra forma: los hechos empíricos de lo psíquico tienen un límite. La psicología puede
investigar el substrato físico de los matters of fact mentales, pero NUNCA la unidad ideal de la
apercepción.
· APERCEPCIÓN: no sólo capta los momentos causales de las cosas, sino que captura el sentido
ideal, lo sincategoremático (por decirlo con un término de la lógica medioeval).
SINCATEGOREMÁTICO: Término procedente de la lógica medieval con el que nos referimos a
aquellos elementos lingüísticos que no tienen significado propio o que sólo lo adquieren
asociados a un término categoremático, como las conjunciones, disyunciones, cuantificadores,
etc..., y que sirven para estructurar lógicamente las expresiones. Los términos lingüísticos que
· Dilthey, quien murió en 1911 y tuvo tiempo de estudiar con profundidad las LU de
husserlianas, alabó la fenomenología por haber legitimado y clarificado los conceptos de
estructura y significatividad. = precisamente sin que tuvieran que ser reconstruidos a partir de
elementos atómicos. La fenomenología clarificó el estatus originario de la estructura de la
significatividad y cómo se relaciona la parte con el todo del sentido.
AUFHEBUNG (HEIDEGGER).
Queremos acá contestar la siguiente pregunta: ¿Ofrece la fenomenología una superación de estos
problemas y una clarificación definitiva?
· En este sentido, y sólo en este sentido de Aufhebung, podemos decir que la fenomenología
constituye una superación del planteamiento epistemológico que heredamos de los problemas
filosóficos decimonónicos= los supera, es decir, los asume y eleva en otra disposición. Los
suprime conservándolos, que no es lo mismo que decir que los anula.
· Heidegger nos da una idea acerca de esta superación llevado a cabo por la fenomenología en un
escrito tardío, Mein Weg in die Phänomenologie (1963), en que reflexiona sobre su propio
encuentro con la LU y con Husserl mismo (quien llegó en 1916 a Friburgo en sustitución de
Rickert). Siendo asistente científico de Husserl, le fue encomendada la tarea de hacer un
seminario con los estudiantes más avanzados sobre la LU. Y cito:
La preparación de ese seminario resultaría fructífera sobre todo para mí. Allí es donde
me percataría —llevado primero más por un presentimiento que por una inteligencia
fundada de la cosa— de lo único esencial, a saber, que lo ejecutado en relación con la
fenomenología de los actos de la conciencia como el darse ver los fenómenos a sí
mismos es lo que viene pensado por Aristóteles y en todo el pensamiento y la existencia
griegos como ἀλήθεια, como el desocultamiento de aquello que hace acto de presencia,
como su ‘desalbergarse’, su mostrarse. Lo que las investigaciones fenomenológicas
habían encontrado de manera nueva como sustentación del pensar se probaba como el
rasgo fundamental del pensamiento griego, si no es que de la filosofía en cuanto tal.
[…] En lo que tiene más de íntimo, la fenomenología no es dirección alguna, sino que es
la posibilidad del pensar que, llegados los tiempos, reaparece de nuevo, variada, y que
sólo por ello es la permanente posibilidad de pensar, para corresponder al requerimiento
de aquello que hay que pensar. Cuando la fenomenología viene así experimentada y
· Pero no seamos ingenuos. Quizá uds no sienten la pasión y ese impulso de renovación total del
pensamiento que Heidegger manifiesta en estas palabras acerca de la fenomenología. La
fenomenología —por decirlo así— tiene competencia y se expone inevitablemente a la rivalidad
de otras corrientes de pensamiento.
· La sospecha más grave: ¿qué es eso de la vuelta a las cosas mismas? Esa demanda
fenomenológica cae siempre bajo la sospecha de que se pone en peligro la objetividad científica.
Además, puede añadirse otro temor: las pretendidas ‘cosas mismas’ que se pretende describir no
ofrecen más garantías que las que obtenemos merced a la objetividad científica. En resumen:
estamos dando nuestra adhesión a fenómenos no objetivos, con el riesgo de suspender las
condiciones mismas de la inteligibilidad. ¿No es eso como volcarnos hacia la literatura, la poesía
o, peor, hacia la teología, en vez de fundamentar nuestras teorías en los conocimientos más
sólidos que tenemos? Habría que recordar en este respecto la crítica de Carnap a Heidegger sobre
su conferencia ¿Qué es metafísica? (1929) sobre la nada: el metafísico habla poéticamente, pero
es un mal poeta, porque pretende hacer teoría.
· Empero, sí es cierto que desde sus avances iniciales, la fenomenología ha tenido una vocación
certera (incluso en sus análisis de la lógica formal con Husserl) por dedicarse, no a los objetos ya
constituidos, sino a las condiciones de su constitución. Así, se preguntó siempre no sobre qué
objetos conocía la razón, sino cómo le acontecía lo que ella finalmente recibía como objetos.
· En suma, la fenomenología investiga los horizontes de sentido que preceden desde siempre
toda objetividad; horizontes que inevitablemente toda postura objetivante supone de suyo. Esa
puede ser una forma de entender el campo de investigación de la fenomenología: investiga lo
siempre supuesto en todo lo ya puesto. Así, no lo objetivo, sino lo pre-objetivo, no lo lingüístico,
sino lo pre-lingüístico, no lo evidente constituido, sino aquello que desde siempre constituye, y
no lo dado, sino aquello originariamente dador.
***
Ahora bien, quien ha sido convocado como filósofo señero en la crítica de los
fundamentos del cognitivismo es Heidegger, y con ello cierto enfoque fenomenológico. Y quizá
no sea casualidad, pues, como se sabe, en su opus magnum (Sein und Zeit, 1927) Heidegger ha
hecho trizas la concepción cartesiana del mundo. La relación entre Descartes y la ciencia
cognitiva tradicional parece resumirse en el siguiente punto: los principios de que se compone la
psicología cartesiana han impregnado, sin discusión, la ciencia cognitiva desde su fundación. He
aquí un resumen de esos principios cartesianos:
· En casos típicos de la acción inteligente guiada perceptivamente, el ambiente no es más que (i)
un suministro de problemas que el agente debe resolver, (ii) una fuente de inputs informacionales
para la mente (por via sensorial), y más distintivamente (iii) una suerte de escenario sobre el cual
se ejecutan acciones planificadas de antemano (los verdaderos outputs de la facultad de la razón).
· El comportamiento inteligente guiado por la percepción tiene la forma de una serie de ciclos:
input sensorial-representación-planificación-movimiento output.
Para este marco explicativo cartesiano es fundamental el que lo mental sea un domino
ontológicamente independiente, lo cual de suyo implica la necesidad de transductores que lleven
a cabo el acoplamiento entre lo físico y lo mental. Pero debe concederse que esta necesidad es
artificiosa, dado que surge, precisamente, del indiscutido marco teorético cartesiano. Pareciera
que debe haber una conversión entre los contenidos simbólicos de la mente y los procesos físicos
del cuerpo, pero solamente porque se asume que la separación de los dominios ontológicos entre
lo físico y lo mental es fundamental (y ahí el cansino y poco originario mind-body problem, que
ha dominado un siglo de discusiones en al filosofía de la mente). Es, en suma, la asunción sin
cuestionamientos del neurocentrismo lo que nos fuerza a concebir la acción inteligente como una
respuesta a representaciones internas causadas a su vez por provocaciones externas, lo cual sesga
la investigación hacia las representaciones internas, y no hacia la percepción y el mundo.
Por tanto, no debería ser sorprendente que se invoque a Heidegger en el intento por
escapar del marco conceptual cartesiano. La propuesta de Wheeler, sin embargo, es que se tome
a Heidegger con pinzas, pues no habríamos de caer en sus tendencias antropocéntricas, de forma
que habla de una cogsci neo-heideggeriana que aplica ciertas enseñanzas de Sein und Zeit y las
extiende a todo el reino animal. Esto lo hace Wheeler utilizando el muggle constraint (la
limitación del muggle):
In J. K Rowlings’s Harry Potter books, there are two coexisting and intersecting worlds. The
first is the magical realm, populated by wizards, witches, dragons, dementors, and the like.
This is a realm in which, for example, getting from A to B can be achieved by flying
broomstick, flying carpet, or more dramatically, teleportation, and in which one object can be
transformed into another by a transfiguration spell. The second world is the nonmagical
realm, populated by Muggles—Muggles like us. Muggles, being nonmagical folk, are
condemned to travel by boringly familiar (to us) planes, trains, and automobiles, and to
operate without the manifest benefits of supernatural object-altering powers. Now, if you want
to understand of how Muggles work, you had better not appeal to anything magical. (2005, p.
4-5)
El demanda investigativa es simple: “no spooky stuff allowed” (2005, 5). De forma que Wheeler
está dispuesto a incorporar la fenomenología heideggeriana de la agencia en el mundo para
beneficio de la ciencia cognitiva, pero no está dispuesto a abandonar lo que denomina un
matrimonio intelectual entre la filosofía y la ciencia. Que no se permita nada espeluznante —
spooky— significa que no hemos de aceptar entidades ocultas de las que la investigación
científica no sepa nada. De hecho, “si la filosofía y la ciencia natural chocan (en el sentido de
que la filosofía demande la presencia de algún ente, estado o proceso que resulte inconsistente
con la ciencia natural), es entonces la filosofía la que debe echarse para atrás, y no la
ciencia” (2005, 5). Todo lo cual puede resumirse mediante la siguiente fórmula: la filosofía está
Para que este matrimonio entre la filosofía y las ciencias naturales sea efectivo, la fenomenología
de la acción con sentido en el mundo no debe haber surgido simplemente de la nada. De hecho,
suponer tal cosa sería espeluznante (spooky). Así que, de alguna forma, debemos explicar cómo
las estructuras de sentido que permean la vida humana surgieron de estructuras biológicas más
primordiales. Por tanto, podemos volvernos a la biología evolucionista que provee una
explicación de los animales que no los trata como meros objetos sin sentido o como meras
entidades físicas que están ahí para la inspección teorética. Los animales son criaturas inmersas
en sus niches naturales que, con toda seguridad, realizan actividades inteligentes y con sentido.
De acuerdo con Wheeler, la concepción heideggeriana del animal no humano no está muy lejos
de la idea despectiva cartesiana de los animales como meros autómatas, porque no es ningún
secreto que para Heidegger los animales no tienen mundo en el sentido en que los seres humanos
están-en-el-mundo. Contrariamente, los animales son pobres de mundo (weltarm) y están
cautivos: “la cautividad es la condición de posibilidad para el hecho de que, en concordancia con
su esencia, el animal se comporta en un ambiente (Umgebung) pero nunca en un mundo
(Welt)” (GA29/30, 347-348). Es esta oposición entre Umgebung y Umwelt lo que a Wheeler le
parece insostenible. De hecho, acusa a Heidegger de un antrochovinismo, porque quizá el mundo
humano es tanto más elaborado que el ambiente del animal no humano, pero no podemos
olvidarnos de que los seres humanos somos también animales.
Ahora bien, difícilmente podría negarse que este nuevo enfoque wheeleriano es objetable
sólo desde el punto de vista de la propia filosofía heideggeriana. Además, en tanto se trata de un
enfoque naturalizante, difícilmente podría decirse que se trata de un enfoque fenomenológico. En
efecto, Husserl ha sido enfático una y otra vez de la perversidad (Verkehrtheit) de la
naturalización de la conciencia, porque ofusca todo lo que pertenece característicamente a la
conciencia. Es más: “siempre que nos baste el naturalismo, reinará una ceguera teorética para las
especificidades de la mente” [das Spezifische des Geistes]” (Hua XXXVII, p. 122 ff). En suma,
Husserl no titubea en hablar de una absurda naturalización de la mente (widersinnigen
Naturalisierug des Geistes) o de una reificación de la conciencia (Verdinglichung von
1· Empirical science enquires as to what is the case. In order for it to do so, the distinction
between being and not being the case must already be intelligible. In other words, one must
have an understanding of what it is to be. This presupposed understanding need not be
restricted to the Being of the present-at-hand, to the kind of Being that empirical science is
concerned with, but it does at least include it.
2· We are the beings that have an understanding of Being… Hence any comprehensive
account of human understanding needs to include an account of our understanding of Being.
3· Empirical science is concerned with the present-at-hand, rather than with what is
presupposed by the intelligibility of presence-at-hand; it addresses only what kinds of things
the world is populated with. Therefore it cannot incorporate an adequate account of Dasein.
5· Hence empirical scientific understanding is limited to a restrictive sense of what is and fails
to accommodate how we already find ourselves in a world when we engage in scientific
inquiry. (Ratcliffe 2012, pp. 144-145)